UN MILLÓN DE ACORDAOS POR ELECCIONES EN ESPAÑA DEL 9 MARZO

[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

162

[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

163

[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

164

[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

[b]174 [/b]

[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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[ANUKI]

Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

188

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amen

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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
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Acordaos, ¡oh piadosisima Virgen Maria!
que jamas se ha oido decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra proteccion,
implorando vuestra asistencia y reclamando
vuestro socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos tambien acudo,
¡oh Madre, Virgen de las virgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desecheis mis suplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
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