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ICCRS: Un servicio para la Renovacion

 
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Marduck
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MensajePublicado: Vie Nov 24, 2006 5:37 pm    Asunto: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Tema: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Responder citando

¿Qué hace ICCRS?

Comunica

ICCRS se mantiene en contacto con los líderes internacionales de la Renovación Católica Carismática

ICCRS se reune de manera ordinaria con la Santa Sede para obtener indicaciones y para consultar, y a su vez, mantenerlos informados del crecimiento de la Renovación Católica Carismática Internacional

ICCRS visita los distintos centros de la Renovación Católica Carismática y a sus líderes por todo el mundo, promoviendo el Bautismo en el Espíritu Santo

ICCRS publica un boletín bi-mensual en inglés, español, francés, italiano, alemán y portugués. Contiene las noticias, testimonios y anuncios.

Invita a

Desde 1973 ICCRS ha organizado de manera constante una conferencia internacional de lídres: hasta hoy, ya son nueve las que se han llevado a cabo; el evento en Asis tomó la forma de un retiro predicado por el padre Raniero Cantalamessa,OFM, capp.

ICCRS apoya las iniciativas que buscan llevar a cabo conferencias nacionales e internacionales, tales como, Conferencias de líderes de Asia, los diálogos internacionales de los movimientos eclesiales, eventos de jóvenes e iniciativas ecuménicas.

Sostiene

ICCRS, cuando es posible, ofrece ayuda financiera a los Centros de la Renovación Católica Carismática, de los países en vías de desarrollo.

ICCRS apoya económicamente delegados de países en vías de desarrollo, para que asistan a los eventos que son organizados por el mismo ICCRS.

Y también…

ICCRS, con el reconocimiento del Vaticano, por el Consejo Pontificio para los Laicos el 14 de Septiembre 1993, estableció su oficina en Roma y funciona como un centro de información y comunicación sirviendo a la Renovación Católica Carismática mundial, asi como también siendo un enlace entre la Renovación y el Vaticano.

ICCRS anima la solidez pastoral y teológica de varios grupos que pertenecen a la Renovación Carismática Católica, surgiendo de una experiencia personal de Pentecostés, conocido como el Bautismo en el Espíritu Santo. Hay alrededor de 100 millones de católicos que han vivido ésta experiencia y a quienes ICCRS se ha puesto como meta en los últimos 20 años.

¿En que manera funciona ICCRS?

El Consejo de ICCRS está compuesto por un Presidente (actualmente Sr. Allan Panozza de Australia), un Vice-presidente (actualmente Sra. Cathy Brenti de Francia) y de miembros (que desde hoy suman 14) que representan a ICCRS en los 5 continentes y en distintos tipos de ministerios y comunidades. El consejo está compuesto por gente laica, sacerdotes y religiosos. La oficina de ICCRS, con sede en Roma, tiene su propio personal (el actual director es el Sr. Oreste Pesare de Italia), quien coordina el ejecutar las decisiones tomadas por el Consejo.

ICCRS pide y recibe donaciones de los Comités de Servicios Nacionales, los comités diocesanos así como de comités privados. Otras ayudas financieras son aportadas por organizaciones de caridad.

Y tu ¿en qué puedes ayudar?

"Pues así nos lo ordenó el Señor: Te he puesto como la luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra".
(Hech. 13, 47)

También puedes ayudar a ICCRS para avanzar en su misión:

- Antes que nada, puedes orar por el trabajo de ICCRS.

- Puedes comprar una suscripción al boletín, que testifica el efecto de su ministerio alrededor del mundo

- Puedes comunicar tus experiencias, que podrían ser útiles para otros o puedes sugerir la manera en qué ICCRS puede ser útil para ti.

- Puedes ayudar a mantener a ICCRS económicamente, enviando una aportación privada o enviando una aportación a través del Equipo Nacional de la Renovación, o por medio del Equipo Diocesano
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Pablo Jose
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MensajePublicado: Vie Mar 20, 2009 5:55 pm    Asunto:
Tema: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Responder citando

Encontre más información sobre el ICCRS

Fuente: HISTORIA DE ICCRS http://www.iespana.es/renovacioncarismatica/ICCRES.htm

HISTORIA DEL ICCRS

La historia del ICCRS es de mucha fe pero también de quebrantamiento. Su historia de fe ha sido el marcado logro por el cual la Renovación ha recibido en beneficios por la aprobación de la Iglesia y la aceptación que obtuvo aun en los comienzos, pero que a su vez ha sido una historia de malos entendidos y desconfianza en el quebrantamiento también.

ICCRS tuvo su inicio como la ICO (International Communications Office), que no era otra cosa mas que el escritorio de Ralph Martin en Ann Arbor, Michigan. Se le encomendó a Ralph, por el Comité de Servicio Nacional de los Estados Unidos, que tomara la responsabilidad de ser el contacto internacional y responder a las preguntas que habían estado recibiendo. Yo, por mi parte, conocí a Ralph en 1972 en la Conferencia de Notre Dame. Me invitó a quedarme con él en Ann Arbor y de allí empezó una larga amistad de fe y hermandad.

En Octubre de 1973 la ICO organizó la primera Conferencia Internacional para Líderes de la Renovación en la casa de las Hermanas franciscanas de Grottaferrata, Italia. La razón por la cual se escogió Grottaferrata es porque apenas sobrepasaba los límites de la Diócesis de Roma. Había cierto nerviocismo de tener una conferencia de líderes carismáticos en Roma.

Yo fui uno de los predicadores, compartiendo el tema llamado "El Nacimiento de la Renovación en un País". Los 120 delegados católicos y 6 observadores protestantes, incluyendo el Canon Michael Harper, asistieron a la Audiencia del Miércoles. Del total de asistentes, 13 de nosotros fuimos recibidos en una Audiencia privada en una sala en el piso superior, aledaño a la sala de Audiencias. Hay muchas historias que podrían ser platicadas, acerca de los momentos en los que esperabamos al Papa Pablo VI.

Había aprehensión y emoción por lo que ésto significaba para todos nosotros. Pablo VI nos recibió amablemente y todos estabamos sorprendidos, aunque no se había mencionado en la Audiencia General, sacó del portafolio de su asistente un texto que había preparado para nosotros, el cual ha sido pubilicado. Nos recalcó personalmente que entendía las dificultades por las que pasabamos en esos momentos y prometió que ofrecería la Eucaristía por nosotros. Después nombró al Arzobispo Hamer, O.P. como el contacto personal que podríamos utilizar para poder hablar con él, sin necesidad de pasar por otras oficinas vaticanas. Mientras que cada uno de nosotros le éramos presentados, nos dió una calurosa bienvenida y parecía que estaba agradecido y entendía todo lo que éramos. Pablo VI era un hombre que impactaba grandemente, de manera espiritual, a aquellos quienes lo conocían. Sentías como si de manera profunda y orante leyera tu alma. Fue una experiencia profunda para mi. Estabamos sobre abundados de gozo cuando abandonamos la sala de audiencias. Nos volvimos a encontrar con los demás delegados y en el camino de regreso a Grottaferrata, compartimos y oramos con emoción. Desde ése dia empezamos a proyectar la conferencia de Notre Dame que se llevaría a cabo en la Universidad de Notre Dame, Campus South Bend, Indiana, E.U.A., que en ése momento era una conferencia grande a nivel mundial. Teníamos una visión de lo que queríamos, que buscaba responder a la invitación del Santo Padre para que la Iglesia fuera en peregrinación a Roma en 1975. Habían dificultades extremas que que se opusieron a nuestra visita, una situación tras otra, todo parecía ir de mal en peor, incluyendo el arresto del arquitecto que arreglaría los estantes y los lugares en donde nos reuniríamos para la conferencia. El gobierno italiano no accedió a reconocer que Roma estaba organizando una conferencia internacional. Por tanto, hubieron retrasos y mucho drama acerca de las pensiones donde la gente sería hospedada, además de muchos retrasos con los camiones y el transporte en general. A pesar de todo, todo se resolvió en los últimos minutos y la conferencia se llevó a cabo con gran éxito.

La conferencia fue memorable por muchos motivos, entre ellos: Los predicadores, el continuo apoyo del Cardenal Leon Joseph Suenens, el Obispo McKenney de Gran Rapids, Michigan y el hecho de que estabamos sobre los terrenos de las catacumbas de San Calixto. Uno no puede evitar sentir euforia al recordar aquellas personas que estaban alli. Danzabamos con gozo en los prados del Monasterio entre las flores salvajes que crecían alli. Me recordó el espíritu de Francisco y Clara en los inicios de la Renovación del iglo XIII y la fundación de la familia franciscana.

Durante la conferencia el lunes de Pentecostés, los 13,000 delegados nos congregamos en la Basilica de San Pedro para la celebración de la misa de Pentecostés. El Cardenal Suenens recibió el privilegio casi único de ser el Celebrante principal y de utilizar el Altar Papal para la ocasión, un momento casi nunca antes visto en Roma. Al concluir la Eucaristía, mientras esperábamos que llegara el Santo Padre, hubieron muchos aleluyas cantados y alabanzas a Dios. Finalmente llegó Pablo VI entre grandes aclamaciones. Se nos dijo que se le había sugerido no asistir a nuestra reunión puesto que eso sólo fortalecería kis Movimientos de la Renovación Carismática através del mundo. Sin embargo, él estaba tocado por el ambiente de oración que se respiraba, la alabanza y adoración a Dios que él podía ver dentro de la Basílica. Una de las primeras gestiones que hizo al llegar fué tomar la mano del Cardenal Suenens y levantarla como una confirmación del trabajo y dirección pastoral con los líderes carismáticos por todo el mundo. Después se dirijió a nosotros, hablando de tres puntos de discernimiento que deberíamos tener con respecto a los Movimientos. El primero de éstos lineamientos era la fidelidad a la doctrina auténtica de la fe, 1 Cor. 1-3; el segundo era que los dones espirituales deben ser recibidos con gratitud para el bien común, por ejemplo: la construcción total de la Iglesia y sociedad; y el tercero y más importante de todos era que sobre todas éstas cosas predomina el Amor. Sólo el amor expresado en la caridad (agape), hace a un cristiano perfecto – por si sólo, el amor hace a las personas agradables a Dios.

Este amor no sólo pre-supone un regalo del Espíritu, sino que implica una presencia activa de su Persona en el corazón del Cristiano. San Pablo nos dice en Gálatas 5, 22 que el fruto del Espíritu es el Amor. Por tanto, todos debiéramos tener un sólo corazón y un sólo espíritu, Hechos 4, 32. Después el Santo Padre finalizó su mensaje diciendo que la Renovación debería de rejuvenecer el mundo y devolverle su espiritualidad, un alma, un pensamiento religioso; debería de re-abrir los labios cerrados del mundo a la oración y abrir sus bocas al canto, al gozo y al testimonio. Mientras hablaba éstas palabras, su voz creció más y más vibrante mientras que gritaba "Jesús es Señor! Aleluya!".

Mientras que el Santo Padre se retiraba, había un gran júbilo, personas cantando y danzando en la Basílica, y a esa hora del día, rayos de luz entraban através de la ventana superior de San Pedro. Fué la experiencia más maravillosa que he tenido y me llevó a recordar la visión de Canon Michael Harper en 1973, la cual compartió con los delegados en la conferencia de Grottaferrata. Dice que mientras esperaba en el camión a los trece miembros que habían sido escogidos para la audiencia privada, entró a la Basílica y tuvo una visión donde vió al Espíritu Santo descender sobre miles de personas congregadas, y ahora después de dos años de haber recibido ésta visión, se estaba cumpliendo frente a nosotros. El Espíritu Santo había guiado el corazón de Pablo VI de dar su bendición a la Renovación. El reto que se nos presentaba, era tomar ese reconocimiento y las gracias de la Renovación Carismática a la Iglesia en todo el mundo y al mundo. El trabajo sencillo del Espíritu , que había iniciado en Notre Dame, era ahora una gracia que fluía en la Iglesia entera. El escritorio de Ralph Martin en Ann Arbor, se había convertido un trabajo de servicio, que pronto tendría su centro en Roma y eso afectaría a la Renovación a nivel mundial.

Desde 1972 la ICO ha facilitado el crecimiento mundial de la Renovación Carismática en la Iglesia Católica. Ha hecho ésto en una infinidad de maneras: Publicando un directoria internacional de los grupos de oración, proveyendo literatura y cassetes en donde se necesite, publicando el boletín y através de la organización de distintas juntas internacionales de líderes. La ICO también era responsible de organizar el exitoso congreso Internacional en Roma, mencionado arriba, con ocasión del Año Santo al que asistieron 13,000 personas.

Situado en Ann Arbor, Michigan originalmente, la ICO después fue situado en Bruselas, Bélgica, donde el director, Ralph Martin, vivía. El Cardenal Suenens, quien pidió al Santo Padre que tomara un interés particular en el desarrollo internacional de la Renovación, fue nombrado el asistente episcopal dla ICO. En el otoño de 1977 se llevó a cabo una consulta de 110 personas, representando a 60 países buscando lineamientos para la posible creación de un comité internacional. Después de consultar al Cardenal Suenens, se decidió formar dicho comité para que supervisara el trabajo dla ICO. Este nuevo consejo tenía las siguientes responsabilidades:

Trabajar junto con el Cardenal Suenens en su capacidad de Asistente Episcopal para la Oficina Internacional de Comunicaciones (ICO).

Proveer através dla ICO los servicios que contribuyeran al desarrollo de la Renovación Católica Carismática.

Revisar, periódicamente, todos los servicios dla ICO.

Determinar el presupuesto dla ICO y tomar las responsabilidades de que ese dinero estuviera disponible.

Prever la comunicació entre la ICO y la Santa Sede.

Planear cualquier evento Internacional que fueran organizados por la ICO.

Las siguientes personas eran miembros del nuevo consejo de la ICO de donde el Cardenal Suenens también serviría de Asistente Episcopal:

Pbro. Marcel Bourland, Dijon, Francia

Sr. Thomas Flynnm Dublin, Irlanda

Pbro. Thomas Forrest, Aguas Buenas, Puerto Rico

Sr. Victor Gutiérrez, Manila, Filipinas

Sr. Ralph Martin, Bruselas, Bélgica

Pbro. Diego Jaramillo, Bogotá, Colombia

Pbro. Fio Mascarenhas, Bombay, India

Dr. Kevin Ranaghan, South Bend, Indiana

Sr. Brian Smith, Brisbane, Australia

Miembros del Consejo han sido nombrados, inicialmente, por un período de dos años. El Consejo decidirá a su propio Presidente y determinará la frecuencia de sus reuniones, el idioma en el que se trabajará y los arreglos y acuerdos del mismo.

En 1978 el trabajo de la ICO tomó una identidad más eclesial, por la entrada del Cardenal Suenens y el reconocimiento formal a la ICO que pronto se transformaría en la Oficina Internacional de la Renovación Católica Carismática (ICCRO). Sin embargo, a pesar del desarrollo del Consejo de la ICCRO, hubieron varios obstáculos en las relaciones, falta de comunicación que tenía que sobrepasarse. Aunque siempre hemos sido celosos de alcanzar ésta meta, no siempre hemos sido exitosos. Se dice comunmente que cuando se inicia una tarea nueva, el trabajo que se hacía anteriormente se ve amenazado o se opone al nuevo por varias razones.

En Roma se dieron cuenta de los miedos y nuevas tensiones surgieron, particularmente entre algunos de los miembros del Consejo, lo cual llevó a la separación de la ICCRO del padre Tom para crear Evangelización 2000 de manera separada a la Renovación, aunque la idea nació de la Renovación. Uno de los primeros actos que realizó el Consejo en 1988, fue el visitar al Padre Tom para buscar la reconciliación y una futura cooperación. Recuerdo el día en que fui llamado a verle. El pensó que su personal de la oficina estaba bromeando cuando le anunciaron que se encontraban unos funcionarios de la RCCES para saludarle. Posteriormente vi la mirada de absoluto encanto en su cara cuando el se encaminó a la puerta para saludar a cada uno de nosotros.

Nuevas tensiones se derivaron para la RCCES relacionadas con el Consejo de los Laicos para asegurarles que las conferencias internacionales de naturaleza ecuménica fueran discutidas con dicho Consejo, con el fin de buscar, primero, su cooperación y entendimiento de la finalidad y discutir si ellos debieran ser los conductores. Sucedió antes de que ocupara su cargo el Padre Ken que el Obispo Paul Joseph Cordes, entonces Vicepresidente del Consejo de los Laicos, había ocupado su posición oficial a requerimiento de su Santidad el Papa (mayo de 1984) para ser responsable del trabajo de los movimientos, especialmente la renovación carismática y las comunidades de alianza. Mientras que existía algún recelo y malos entendidos relacionados con la conferencia de 1988, el Obispo Paul Cordes mostró ser un verdadero amigo y un pastor preocupado por sus responsabilidades para con la renovación. Las comunidades de alianza están en gran deuda con él, pues en noviembre de 1990, en la Fiesta de San Andrés, le fue dado a un grupo de Comunidades de Alianza “Una asociación privada de la fidelidad Cristiana del derecho pontificio”. Yo fui electo como el primer Presidente y oficialmente designado por el Vaticano a dicha posición y, necesito añadir que, dicho nombramiento fue posible debido a la tremenda cooperación e interés de la Santa Sede, particularmente en la persona del Obispo Cordes.

Con el nombramiento de Charles Whitehead como nuevo Presidente del Consejo, noté un nuevo aire de confianza en el trabajo con el Consejo de los Laicos. El Padre Ken Metz y Charles han realizado una gran tarea que ha traído a la realidad una relación de trabajo sólida entre la oficina de la RCCES y la Santa Sede. Por lo anterior los felicito por el buen trabajo realizado.

Al retirarse el Padre Ken Metz, la Hermana Nancy Kellar ocupó el cargo de Directora de la Oficina, recibiendo muchas invitaciones para el ministerio de enseñanza a nivel mundial. Actualmente, la Hermana Nancy opera desde su Comunidad en Nueva York con la bendición total de su Orden y la gran motivación de la RCCES como signo de aprecio por un ministerio de enseñanza bien desarrollado.

El ICCRS se convirtió en el ICCRS al momento del establecimiento de los Estatutos para la oficina del ICRRS. Nota: Para efectos prácticos de la traducción al Español de las siglas en Inglés “ICCRS” [Servicios Internacionales de la Renovación Católica Carismática], hemos establecido las iniciales “RCCES” [Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo]. El énfasis estaba más sobre la “S” de servicio, que en un simple departamento u oficina de la Renovación. La Oficina de Roma ha sido visitada por mucha gente en estos años, incluyendo Cardenales, Obispos, Sacerdotes, Religiosos y Fieles Laicos. Ha sido una avalancha de gente de todo el mundo quienes han expresado su aprecio a todos aquellos que han servido de una u otra forma. Claude López de Melbourne, Australia, ha venido en muchas ocasiones al rescate de la oficina de la RCCES, asesorando en la guía de su dirección de maneras muy prácticas a través de conferencias y la administración misma de la oficina.

La Oficina en Roma ha probado ser de una gran bendición para la Renovación en tanto es considerada como un Centro para la gente que le visita, así como que se ha convertido en un medio de comunicación importante entre los Departamentos del Vaticano de la Curia Romana y los Líderes de la Renovación Carismática. Su trabajo ha conducido a mejorar el entendimiento y la cooperación en el trabajo diario de la renovación de la Iglesia y de la valiente proclamación del Evangelio a través de nuestro mundo actual.

Cuando veo a mi alrededor a los nuevos y antiguos miembros, nos podemos ver al inicio de una nueva era de entendimiento y cooperación. Parece ser que los desacuerdos y tensiones del pasado se han desvanecido. Estos días que juntos hemos compartido, han significado una visión sanadora de la vida en el Espíritu. Tengo todas mis esperanzas en que este Consejo se encuentra en un nuevo espacio para realizar grandes tareas para Dios, según El nos guíe para ejecutarlas.

Sería imposible listar en este artículo el gran número de Sacerdotes, Obispos y laicos que han contribuido al éxito de esta Oficina y en el servicio de la Renovación Carismática a nivel mundial. Sus nombres serían reconocidos por todos ustedes de inmediato. Solamente le agradezco a Dios el que muchos hayan respondido con gran generosidad para el desarrollo de la Renovación y la edificación de la Iglesia.
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Pablo Jose
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MensajePublicado: Vie Mar 20, 2009 6:01 pm    Asunto:
Tema: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Responder citando

Fuente: http://www.iccrs.org/reconoci.htm

CONSEJO PONTIFICIO PARA LOS LAICOS

D E C R E T O DE APROBACIÓN


«Vivimos en la Iglesia en un momento privilegiado del Espíritu», declaró Su Santidad Pablo VI en la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (No. 75). Hay, de hecho, muchos signos a lo largo y ancho del mundo mediante los cuales podemos ver los frutos del Espíritu. Corrientes, movimientos y testimonios de santidad renuevan la comunión y la misión de la Iglesia, construida sobre dones jerárquicos y carismáticos. Entre ellos están la Renovación Carismática Católica o Renovación en el Espíritu, y las nuevas formas de vida comunitaria que surgen de ella. «El vigor y los frutos de la Renovación —dijo Su Santidad Juan Pablo II a los participantes en la 6a. Asamblea Internacional de la Renovación Carismática, el 15 de mayo de 1987— ciertamente testifica la presencia poderosa del Espíritu Santo en la Iglesia durante estos años posteriores al Concilio Vaticano II. Por supuesto, el Espíritu ha guiado a la Iglesia en todas las épocas, produciendo gran variedad de dones entre los creyentes. Gracias al Espíritu, la Iglesia constantemente mantiene su juventud y vitalidad. Y la Renovación Carismática es una manifestación elocuente de esta vitalidad hoy, una afirmación vigorosa de lo que ‘el Espíritu está diciendo a las Iglesias’ a medida que nos acercamos al final del segundo milenio».

Para apoyar las muy diversas realidades de personas y grupos que responden a la corriente del movimiento de Renovación Carismática, desde 1978 el Servicio de Renovación Carismática Católica ha dado una respuesta concreta y positiva, facilitando la comunicación y la cooperación entre todos.

Aceptando ahora la solicitud que ICCRS ha hecho de obtener reconocimiento pontificio, de acuerdo con el actual Código de Derecho Canónico,

Apreciando el propósito de ICCRS de «servicio y promoción de la RCC en todo el mundo, bajo la acción del Espíritu Santo» (art. 1), teniendo «una especial preocupación por la fidelidad a la Iglesia Católica, por parte de los participantes en la renovación carismática, tanto personas como grupos, y por su obediencia al Papa y a los otros obispos, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia» (art. 3),

Habiendo examinado atentamente los Estatutos presentados por el ICCRS y después de consultar varios canonistas, y siguiendo la incorporación en los estatutos de las observaciones hechas por el Pontificio Consejo para los Laicos y por el mismo ICCRS el 8 de julio de 1993,

Como continuación y fortalecimiento de una relación más institucional y regular entre el ICCRS y la Santa Sede, particularmente a través del Pontificio Consejo para los Laicos, cuyo vicepresidente, Monseñor Paul J. Cordes, ha sido nombrado por el Santo Padre como «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) de ICCRS, «ad personam»,

Confortado por los testimonios positivos dados por muchos Cardenales y Obispos en relación con el servicio que realiza ICCRS en la comunión y misión de la Iglesia,

Teniendo también en mente que el 30 de noviembre de 1990 el Pontificio Consejo para los Laicos otorgó reconocimiento a la Fraternidad Católica de Comunidades y Hermandades Carismáticas de Alianza, como una asociación privada de fieles, y en la esperanza de que habrá una fructífera relación de diálogo y cooperación entre esta asociación y el ICCRS,

EL PONTIFICIO CONSEJO PARA LOS LAICOS

D E C R E T A


el reconocimiento de ICCRS como un organismo para la promoción de la RCC, con personalidad jurídica, de acuerdo con el Can.116, aprobando sus Estatutos, en su forma original, depositados en los Archivos de este Dicasterio.


PAUL J. CORDES EDUARDO CARD. PIRONIO

Vicepresidente Presidente

En el Vaticano, 14 de septiembre de 1993, fiesta de la Glorificación de la Cruz.
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Pablo Jose
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MensajePublicado: Vie Mar 20, 2009 6:08 pm    Asunto:
Tema: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Responder citando

Fuente: http://www.iccrs.org/reconoci.htm

Estatutos del ICCRS

PREAMBULO

La renovación carismática católica es un movimiento mundial no uniforme. No tiene un único fundador o grupo de fundadores como lo tienen otros movimientos. No tiene listas de membresía. Es un conjunto sumamente diverso de personas, grupos y actividades, con frecuencia bastante independientes unos de otros, en diferentes etapas y modos de desarrollo y con diferentes acentos, que sin embargo comparten la misma experiencia fundamental y abrazan los mismos objetivos generales. Este modelo de relaciones libremente entretejidas se encuentra a niveles diocesanos y nacionales, así como a nivel internacional. Estas relaciones con mucha frecuencia se caracterizan por la libre asociación, el diálogo y la colaboración más que por la integración en una estructura organizada. El liderazgo se caracteriza más por el ofrecimiento de servicios a quienes lo requieren, que por el gobierno.

Los objetivos generales de la Renovación Carismática Católica, o Renovación Católica Pentecostal, como también se le llama, incluyen:

1. Fomentar una conversión personal, madura y continua hacia Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.

2. Fomentar una receptividad personal decisiva hacia la persona, la presencia y el poder del Espíritu Santo.

Estas dos gracias espirituales con frecuencia se experimentan unidas, en lo que se ha llamado en diferentes partes del mundo un bautismo en el Espíritu Santo, o un dejar actuar libremente al Espíritu Santo, o una renovación en el Espíritu Santo. Por ello, frecuentemente se entiende como una aceptación personal de las gracias de la iniciación cristiana y como un ser llenos de poder, para prestar un servicio personal cristiano en la Iglesia y en el mundo.

3. Fomentar la recepción y utilización de los dones espirituales (charismata) no sólo en la renovación carismática, sino también en toda la Iglesia. Estos dones, ordinarios y extraordinarios, se encuentran en abundancia en laicos, religiosos y clérigos. La apropiada comprensión y utilización de estos dones en armonía con otros elementos de la vida de la Iglesia es fuente de fortaleza para los cristianos en su camino a la santidad y en la realización de su misión.

4. Fomentar el trabajo de evangelización con el poder del Espíritu Santo; esto incluye la evangelización de quienes no están en la Iglesia, la re-evangelización de los cristianos nominales y la evangelización de la cultura y de las estructuras sociales. La renovación motiva especialmente a compartir la misión de la Iglesia en la proclamación del evangelio, de palabra y de obra, y a ser testigos de Jesucristo mediante el testimonio personal y las obras de fe y de justicia a las que cada uno está llamado.

5. Promover el crecimiento progresivo en la santidad mediante la apropiada integración de estos acentos carismáticos con la totalidad de la vida de la Iglesia. Este crecimiento se realiza mediante la participación en una vida litúrgica y sacramental rica, la apreciación de la tradición de la oración y la espiritualidad católicas, la formación permanente en la doctrina católica guiada por el magisterio eclesial, y la participación en el plan pastoral de la Iglesia.

Estos objetivos y los proyectos que de ellos surgen han marcado la renovación carismática católica en personas, grupos de oración, comunidades, ministerios y equipos de servicio locales, diocesanos y nacionales.

Con el fin de atender las necesidades de comunicación, cooperación y coordinación, en 1978 se creó un consejo y se estableció una oficina, con el auspicio del Cardenal Leon Joseph Suenens, designado por el papa Pablo VI como «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) de la renovación a nivel internacional. El consejo se formó con líderes de todo el mundo y la oficina se estableció primero en Bruselas y después en Roma. El 23 de mayo de 1984, el papa Juan Pablo II designó a monseñor Paul J. Cordes para suceder al Cardenal Suenens como su representante ante el Consejo. Desde 1978 el Consejo ha desarrollado una organización internacional que por una parte promueve la comunicación y la cooperación entre las organizaciones nacionales de la renovación y por otra parte constituye un canal de comunicación y cooperación de la renovación, a nivel internacional, con la Santa Sede. Esta organización ahora se conoce como ICCRS, Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica.

ICCRS, Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica, es una institución (organización) que busca promover la renovación carismática en la Iglesia Católica Romana a nivel mundial. La institución consta de un consejo internacional que comparte y establece las metas, objetivos y proyectos centrales, y que tiene una oficina ubicada en Roma, responsable de llevar a cabo las decisiones del Consejo.

Para realizar sus metas y objetivos, ICCRS busca ofrecer un servicio útil a la renovación a nivel mundial. ICCRS procura reunir sabiduría, discernimiento y experiencia de todas las partes del mundo y a su turno ponerlos a disposición de todo el mundo. Cuando ICCRS brinda enseñanzas o consejo pastoral, emite orientaciones u ofrece formación local, lo hace como un servidor que ofrece ayuda, no como una autoridad que espera ser obedecida.

En lo relativo a expresiones nacionales y locales de la renovación carismática, ICCRS desea enfatizar su compromiso en este papel de servidor. Por tanto, tiene una autoridad de servicio, una cierta autoridad moral. Sin embargo, ICCRS no busca imponer su autoridad, sino sólo ofrecer sus servicios. La relación entre ICCRS y expresiones nacionales y locales de la renovación en ningún modo limita las relaciones entre grupos de renovación y sus obispos locales y nacionales. Tampoco la relación entre ICCRS y cualquier persona o grupo de la renovación limita en forma alguna la libertad de éstos de relacionarse con la Santa Sede.

NATURALEZA

Art. 1. «Servicios Internacionales de la Renovación Carismática Católica», conocidos como ICCRS, es a nivel mundial la principal organización coordinadora de la renovación carismática católica (RCC). Su misión es el servicio y la promoción de la RCC en todo el mundo, bajo la acción del Espíritu Santo, en estrecho contacto con la Santa Sede. Durante el pontificado de Juan Pablo II, se ha determinado que ICCRS se relacione con la Santa Sede principalmente a través de su «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) en el Pontificio Consejo para los Laicos.

Art. 2. ICCRS es una PERSONALIDAD JURIDICA «ad instar», es decir, corresponde a una ASOCIACION PRIVADA DE FIELES (cfr. CC 321-329, 116, 2).

Art. 3. ICCRS da una especial importancia a la fidelidad a la Iglesia Católica, por parte de quienes participan en la renovación carismática, tanto personas como grupos, y a su obediencia al Papa y a los obispos, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia.

Art. 4. A nivel horizontal, ICCRS se esfuerza por mantener relaciones cordiales de respeto y amistad con movimientos espirituales que existen en la Iglesia Católica, evitando en sus políticas los privilegios especiales, de acuerdo con las enseñanzas del Apóstol en Fil. 2, 1-11 y Ef. 4, 2-7.

Art. 5. Aunque preserva su identidad católica, ICCRS mantiene vínculos fraternales con otras comunidades cristianas que tambien creen en el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, ICCRS no inicia ninguna actividad ecuménica internacional sin obedecer las normas de la Iglesia al respecto, consultando primero, cuando se requiera, a la Santa Sede o al obispo diocesano.

Art. 6. Con el fin de ser útil a todas las personas y grupos de la RCC, ICCRS hace un esfuerzo especial por acoger a los participantes en la renovación que acuden a él, y busca atender sus necesidades.

Art. 7. Para prestar estos servicios, ICCRS no tiene ninguna autoridad jurisdiccional sobre la RCC, puesto que ésta está directamente bajo el Obispo diocesano. Sin embargo, ICCRS tiene influencia moral en la RCC en todo el mundo por razón de los servicios que brinda y que se describen en estos estatutos.

OBJETIVOS DE ICCRS

Art. 8. ICCRS sirve a la RCC a nivel mundial como centro de unidad, comunicación y cooperación con el fin de cumplir el deseo de Cristo: «Que todos sean uno» (Jn. 17, 21) y mantener el cuerpo de Cristo sin divisiones (1 Cor. 12, 4-31). Esta unidad tiene que entenderse en el contexto de la diversidad, puesto que dentro de la RCC puede haber, y de hecho las hay, diferentes formas y manifestaciones.

El servicio de ICCRS incluye lo siguiente:

1. Ayudar a todos los líderes de la RCC del mundo a través de comunicación constante. Esto se realiza mediante:

a. Preparación de diferente material sobre la RCC, que coloca a disposición de todos.

b. Participación, a través de sus miembros, en conferencias, congresos, asambleas, etc., con el fin de promover la seguridad, la comunión, la paz y el gozo, así como una sólida doctrina.

c. Ayuda mediante apoyo financiero, visitas e intercambios entre los diferentes centros para el mutuo enriquecimiento; y

d. Ayuda para promover los pasos y decisiones que sean más prudentes y estén en conformidad con los propósitos de la Iglesia en lo que concierne a evangelización, trabajo pastoral, etc.

En todo esto y en general en todos los asuntos, ICCRS actúa respetando el principio de subsidiariedad.

2. Brindar asistencia a la RCC y a los obispos para estimular los carismas y discernir sobre ellos, siguiendo la doctrina del Vaticano II (LG 12,2).

3. Buscar el entendimiento mutuo entre la RCC y la Iglesia, siguiendo las orientaciones del Papa, y animar, a nivel internacional, la colaboración entre la RCC, los obispos y los teólogos.

4. Estimular a los participantes en la RCC para que trabajen por la evangelización del mundo - «El amor de Cristo nos apremia» (2 Co. 5,14)- enfocados hacia el tercer milenio después del nacimiento de Cristo. Este es un reto que propone el Romano Pontífice. ICCRS lo acepta, confiado en la asistencia especial del Espíritu Santo, trabajando en enfocar las energías de la RCC desde las áreas más desarrolladas hacia aquellas menos desarrolladas o pobres.

5. Servir como centro de información para la RCC y para todos los que deseen conocerla.

6. En su espíritu de servicio, ICCRS mantendrá una relación de diálogo y colaboración con la «Fraternidad Católica de Comunidades de Alianza», reconocida por la Santa Sede como una Asociación Privada de Fieles.

Art. 9. Con el fin de lograr mejor los propósitos u objetivos arriba mencionados, ICCRS se compromete a cumplir los siguientes servicios:

1. En la medida de lo posible, el presidente u otros miembros realizarán visitas a los coordinadores nacionales de la RCC y a los centros de la RCC en el mundo. Sus visitas deben coincidir, si es posible, con algún evento importante que reúna un número considerable de participantes en la RCC. Los miembros de ICCRS deberán también intercambiar con los líderes sus impresiones sobre los programas y proyectos y ofrecer servicios a estos líderes, en cuanto sea posible.

2. Tener comunicación regular con los líderes de la RCC en todo el mundo mediante cartas, el BOLETIN DE ICCRS para líderes y otros escritos.

3. Organizar conferencias y congresos mundiales para líderes de la RCC, y también apoyar otras iniciativas y propuestas para otra clase de conferencias o encuentros a nivel nacional e internacional.

4. Preparar estudios teológicos y pastorales sobre la RCC, conocidos como «Documentos de ICCRS», y desarrollarlos gradualmente de modo que se cubran temas que brinden una adecuada catequesis a los grupos de la RCC.

5. Promover otros escritos y publicaciones sobre la RCC en diferentes partes del mundo, y facilitar su traducción a otros idiomas.

6. Mantener contacto frecuente con la Santa Sede a través del «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) y el Pontificio Consejo para los Laicos.

7. Visitar los diferentes dicasterios u oficinas de la Santa Sede para mantenerlos informados sobre el progreso de la RCC a nivel mundial y para dialogar con ellos sobre aspectos teológicos y pastorales de la RCC. Las visitas serán realizadas por aquellos miembros delegados por ICCRS en su asamblea general anual.

8. Distribuir equitativamente ayuda financiera para el desarrollo y promoción de la RCC en las regiones más pobres del mundo, de acuerdo con los medios de ICCRS.

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Pablo Jose
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MensajePublicado: Vie Mar 20, 2009 6:15 pm    Asunto:
Tema: ICCRS: Un servicio para la Renovacion
Responder citando

ESTRUCTURAS DE ICCRS

Art. 10. Los objetivos, metas y proyectos de ICCRS serán promovidos por su Consejo. En los servicios ofrecidos a las regiones y países del mundo, ICCRS no tiene autoridad jurídica sobre la RCC.

CONSEJO DE ICCRS

a. Composición

Art. 11. Los miembros de ICCRS forman el Consejo del ICCRS. El Consejo del ICCRS consta de un Presidente, un Vicepresidente y doce consejeros, elegidos en la siguiente forma: dos de Norteamérica, dos de América Latina, tres de Europa (uno de Europa del Norte, otro de Europa del Sur y otro de Europa del Este), dos de Africa (uno de los países de habla francesa y otro de los países de habla inglesa), y tres de Asia-Oceanía. El Consejo de ICCRS tiene un «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) nombrado por el Santo Padre.

Art. 12. El Consejo puede aceptar nuevos miembros que representen ministerios particulares, comunidades de alianza y áreas geográficas extensas que aún no estén representadas.

Art. 13. ICCRS tiene su oficina oficial en Roma. El cambio de sede debe ser aprobado por una mayoría de 2/3, con la aprobación del «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal) y en diálogo con el Pontificio Consejo para los Laicos.

Misión de cada miembro

Art. 14. Son deberes del Presidente:

1. Permanecer en contacto con los otros miembros y consultarlos;
2. Ejecutar las decisiones de ICCRS;
3. Convocar y presidir las reuniones de ICCRS y preparar la agenda después de consultar a los demás miembros;
4. Representar a ICCRS ante la Santa Sede con los delegados que se mencionan en el Art.9.7;
5. Nombrar al personal de la oficina y asignarle sus deberes; y
6. Autorizar gastos importantes de los consejeros.

Art. 15. El Vicepresidente ayuda y asiste al Presidente cuando éste se encuentre impedido.

Art. 16. Los Consejeros:

1. Están obligados a asistir a las reuniones de ICCRS;
2. Deben mantenerse en contacto frecuente con el Presidente y con la oficina de ICCRS y suministrarles la información que les soliciten;
3. Deben servir en los comités de ICCRS para los cuales son nombrados;
4. Deben enviar un informe detallado anual a ICCRS sobre la situación de la RCC en su área geográfica o en su particular área de atención, brindando una apreciación real de la renovación;
5. Deben esforzarse por elevar los niveles de la RCC y por ser ejemplos auténticos para sus grupos geográficos o áreas particulares;
6. Deben buscar representar a ICCRS en su propia área geográfica o su particular área de atención y ante todos los grupos posibles de la RCC en su área;
7. Deben estar disponibles para ayudar al progreso de los grupos de la RCC mediante consulta frecuente con los directores de éstos, adicional a lo estipulado en el Artículo 8;
8. Pueden establecer centros regionales para consejería y proyectos similares; y
9. Conjuntamente, sobre la base de un lenguaje común, de la proximidad geográfica u otros intereses comunes, pueden congregar participantes en la renovación para estudiar las posibilidades de ayuda mutua, intercambio de servicios, de personal y de publicaciones, o realizar en común asambleas, congresos, etc.

Art. 17. El «Episcopal Adviser» (Asesor Episcopal):

1. Está invitado a asistir a las reuniones y comités de ICCRS;
2. Asesora al Consejo de ICCRS y a su Oficina en aspectos teológicos y espirituales;
3. Se cerciora de que los objetivos centrales de los movimientos carismáticos católicos y de ICCRS sean acordes con el Magisterio de la Iglesia Católica y especialmente con las enseñanzas y la orientación del Santo Padre con respecto a la Renovación Carismática;
4. Promueve la unidad dentro de la pluralidad del movimiento carismático católico a nivel internacional;
5. Es consultado especialmente en relación con decisiones y programas importantes (tales como, por ejemplo, la elección de Presidente, cambios en los Estatutos o cambios de locación).

Elecciones

Art. 18. Duración del mandato. Los miembros de ICCRS son elegidos para períodos de tres años. Pueden ser releegidos, pero sólo por dos ocasiones consecutivas (seis años más); sin embargo, en circunstancias especiales, ICCRS puede extender el mandato por un período adicional.

Art. 19. Los nuevos miembros de ICCRS son elegidos por los miembros existentes, teniendo en cuenta los siguientes criterios:

1. Pertenecer a la Iglesia Católica, lo cual se requiere para un liderazgo en la RCC;
2. Tener liderazgo en la RCC y total compromiso con la RCC, no ser simplemente un representante ni alguien que recoge información ni un consejero o un delegado episcopal y sin compromiso con la RCC.
3. Ser representante de una sección cualificada de la RCC (por ejemplo, las comunidades de alianza) o de una realidad particular, por lengua o por cultura, y estar comprometido en actividades sociales y pastorales de la RCC;
4. Entender bien el progreso y evolución de la RCC;
5. Ser personas especialmente preparadas, capaces de trabajar con otros, de buen juicio y con imaginación y creatividad para los servicios particulares de ICCRS;
6. Ser personas bien conocidas por su buena reputación y compromiso con Cristo y con la Iglesia.

Art. 20. Procedimientos para la elección.

1. Todos y cada uno de los miembros de ICCRS tienen voz y voto en la elección.
2. Los líderes de varias regiones pueden proponer nombres. Después los miembros existentes de ICCRS y estos líderes pueden discutir el tema, a lo cual puede seguir un tiempo de diálogo, oración y discernimiento por parte de los miembros existentes de ICCRS.
3. Para la elección de un nuevo miembro, se requiere la mayoría de las dos terceras partes de los miembros de ICCRS. Un miembro no participa en la votación para la propia reelección.
4. Cuando un miembro de ICCRS renuncia a una posición en el Consejo, el sucesor no necesariamente tiene que venir del mismo país, aunque se debe tomar en consideración el área geográfica.
5. Cualquier cambio en la responsabilidad de un miembro, aprobado por ICCRS, no implica la renuncia de ese miembro.
6. La votación se realiza mediante voto secreto.

Art. 21. El Presidente es elegido por los miembros del ICCRS a partir de nominaciones aprobadas por el Pontificio Consejo para los Laicos.

Art. 22. Si la mayoría de los miembros del Consejo considera que el presidente no está cumpliendo los deberes de su cargo, entonces, luego de diálogo fraternal con el presidente y después de apropiada consulta al Pontificio Consejo para los Laicos, los miembros, habiendo presentado esto al Señor, pueden, en caridad, solicitar al Presidente su renuncia.

Si el Presidente rehúsa hacerlo, el Vicepresidente asume el oficio de la Presidencia y convoca una reunión extraordinaria de ICCRS para estudiar el asunto y actuar en consecuencia. El Presidente no asistirá a la reunión, pero puede presentar por escrito las razones por las cuales no renuncia y se le debe dar la oportunidad de responder a cualquier nuevo alegato hecho durante la reunión extraordinaria. Si después de plena discusión en la reunión y de cualquier diálogo necesario con el Presidente, se debe hacer una votación, el procedimiento seguirá lo indicado en el Canon 119. 2, y la decisión será comunicada al Pontificio Consejo para los Laicos. Si se debe elegir un nuevo presidente, el procedimiento seguirá la norma establecida en el Art. 21. Luego de la elección del nuevo Presidente, se hará una votación adicional para decidir si el Presidente depuesto seguirá siendo miembro del Consejo.

Reuniones y Comités de ICCRS

Art. 23. El Consejo de ICCRS se reúne al menos una vez al año durante cuatro o cinco días. La reunión consta del compartir personal, los informes sobre las diversas regiones y una sesión de trabajo.

Art. 24. Dos comités funcionan dentro de ICCRS:

1. El comité ejecutivo, conformado por el Presidente y dos o tres miembros, elegidos por ICCRS. Una persona autorizada por el presidente llevará las minutas. La misión del comité ejecutivo es tomar decisiones sobre problemas urgentes que se presenten en el lapso de tiempo entre dos sesiones del ICCRS, cuando no sea posible esperar hasta la siguiente reunión. Después, las medidas que han sido adoptadas deben ser examinadas por ICCRS en su reunión regular, para confirmarlas o corregirlas.

2. El comité financiero, conformado por el Presidente y dos miembros que son elegidos por ICCRS y que no son miembros del comité ejecutivo. El Director Ejecutivo está presente también, como experto, con voz pero sin voto, a menos que al mismo tiempo sea consejero del ICCRS. Su objeto es resolver problemas financieros urgentes del Consejo, de ICCRS y de los proyectos sobre los que éste ha decidido.

3. Ambos comités presentarán anualmente a ICCRS un informe completo de sus actividades.

OFICINA DE ICCRS

Art. 25. La oficina de ICCRS sirve al Consejo de ICCRS, ejerciendo la administración necesaria para ejecutar las decisiones del Consejo. Está dotada con equipo suficiente para cumplir la tarea que se le encomienda y para conservar los archivos. Tiene el personal necesario, de acuerdo con los criterios de ICCRS, elegido de diferentes partes del mundo, con representación especial de los idiomas más hablados dentro de la RCC.

Art. 26. El Director Ejecutivo es elegido por los miembros del Consejo de ICCRS, y puede ser o no ser necesariamente un miembro del Consejo.

Art. 27. La oficina de ICCRS es manejada por el Director Ejecutivo, bajo la supervisión continua del Presidente y con base en las pautas del Consejo. La labor de la oficina es de coordinación y administración:

1. Su actividad de coordinación comprende:

a. Mantener en orden y actualizadas las listas de ICCRS sobre los líderes área por área, así como cualquier otra información importante;
b. Atender la correspondencia;
c. Informar a los miembros involucrados sobre las novedades importantes que se reciben de sus áreas;
d. Manejar la impresión y distribución del boletín;
e. Colaborar en la reunión del Consejo y llevar las actas;
f. Estar disponible para escribir cartas, realizar traducciones, etc. para el Presidente y los miembros del Consejo;
g. Organizar las conferencias de ICCRS y las reuniones del consejo;
h. Coordinar la impresión y publicación de los libros de ICCRS;
i. Publicar un boletín especial anual en el que se resume la situación de la RCC en el mundo con base en los informes de los miembros de ICCRS.

2. Sus actividades Administrativas y Financieras comprenden:

a. Mantener en orden y actualizados los libros contables, de acuerdo con los medios modernos; dichos libros pueden ser examinados por la autoridad eclesiástica de acuerdo con el Canon 325;
b. Preparar el presupuesto anual a ser aprobado por los miembros de ICCRS;
c. Preparar el balance anual y el estado de pérdidas y ganancias;
d. Obtener, con el permiso y la ayuda de los miembros de ICCRS, recursos financieros, tratando de no omitir nunca lo que ICCRS requiera para cumplir su misión con dignidad; y
e. Reembolsar a los miembros de ICCRS y al personal de la oficina los gastos de acuerdo con las pautas de ICCRS y de su presidente.

3. Otra tarea importante para la Oficina es la de acoger visitantes.

Art. 30. La Oficina de ICCRS está regulada por los presentes estatutos y por las instrucciones del Comité Ejecutivo.

MODIFICACIONES A LOS ESTATUTOS

Art. 31. Todo cambio a estos estatutos requiere el consentimiento de la mayoría de los miembros del Consejo de ICCRS antes de someter las modificaciones propuestas al Pontificio Consejo para los Laicos para su aprobación
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