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Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Tomás Bertrán Mercader
Veterano


Registrado: 01 Oct 2005
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Ubicación: España

MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 12:55 pm    Asunto: ¿QUE ES EL CURSILLO?
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Sacado del libro "Génesis y teología del Cursillo de Cristiandad" de Mns José Angel Sáiz Meneses, actual Obispo de Terrassa:

FUNDAMENTOS DOCTRINALES DEL CURSILLO.

En el apartado quinto de la primera parte, al analizar la esencia de los Cursillos, considerábamos cómo la doctrina que se expone en el Cursillo es la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo. Una doctrina en función de la vida que supone un redescubrimiento del cristianismo en el que la Persona de Jesucristo es el centro. Se trata de una presentación viva y dinámica, de una comunicación de vida con invitación incorporada a participar de dicha vida.

Veíamos en el mismo apartado que el Cursillo trata de inculcar unas verdades cuyo núcleo fundamental es Cristo Jesús y su gracia, con una visión que articula desde ese eje las verdades fundamentales de la fe católica.

Avanzando en la concreción de la doctrina que se enseña en los Cursillos, Mons. Hervàs da una respuesta clara y definida:

La doctrina que se enseña en los Cursillos es sólida y verdadera, conforme a la doctrina de Santo Tomás y al método escolástico tradicional. Toda la vida del Cursillo se desarrolla con la mirada puesta y el oído atento a las enseñanzas y normas de los Romanos Pontífices (194).

En la misma Carta Pastoral, tratando de los contenidos, señalará que:

no se trata de una doctrina nueva. Lo nuevo es el modo y el orden de proponerla y enseñarla. No se enseña, como dijimos, sino lo que enseña y propone la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana. El núcleo central es la doctrina del Cuerpo Místico de Cristo. Se sigue el método de Santo Tomás de Aquino en Filosofía y en Teología, de acuerdo con los mejores autores usados en los Seminarios y Universidades eclesiásticas (195).

Más adelante (196) remarca de nuevo que la clave doctrinal de los Cursillos está en la doctrina del Cuerpo Místico y de la Comunión de los Santos, y la concreta en cuatro puntos, que reproducimos en esquema:

A) Jesucristo, Cabeza del Cuerpo Místico.

B) La Gracia, savia vital del Cuerpo Místico de Cristo.

C) El Espíritu Santo, alma del Cuerpo Místico de Cristo.

D) La Iglesia y su sagrado Magisterio (197).

El Cursillo es profundamente cristocéntrico en la doctrina que predica, también en la llamada a la conversión que proclama, y asimismo en el plan de vida que propone de cara a la perseverancia. El centro del Cursillo es la Persona de Jesús, místicamente presente en sus miembros por la fe, la gracia y la caridad, y presente también de modo real y sustancial en la Santísima Eucaristía...(198).

La Persona de Jesús será predicada intensamente, presentada con viveza como Dios y hombre que busca y ofrece una relación personal con el hombre, con cada hombre concreto y que viene a renovar totalmente su vida y a abrir un horizonte de colaboración en la transformación del mundo. Este Jesús está presente en el ambiente, y sobre todo el sagrario será un punto de referencia constante durante el Cursillo a través no sólo de las Celebraciones Eucarísticas, sino también de las visitas individuales y colectivas.

El segundo punto doctrinal es la presentación de la gracia, como la savia vital de la vida de la Iglesia. Una vida que fluye desde Cristo Cabeza a los miembros de su Cuerpo Místico y que debe ser valorada como un don grandioso. Por eso en el Cursillo se enseña el aprecio y estima de la divina gracia don del Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo; riqueza verdadera de los redimidos (...) cuya adquisición, conservación, aumento y difusión será el gran ideal de la vida entera (199).

Es la gracia un don de Dios que nos hace amigos suyos, sus hijos, que nos sitúa en una vida nueva; es, en definitiva, participación de la vida divina. Es algo tan grande y tan nuevo -aunque sea una verdad de siempre- que si bien la Persona de Jesucristo constituye el centro del Cursillo, la lección central del Cursillo es la gracia santificante; todo él gira alrededor de esta gran verdad. Pero no se da un tratado completo como bien se entiende. Esta tarea formativa se completará en el Postcursillo. Se explica la definición de la gracia; se expone el concepto del mundo sobrenatural; se graba profundamente el criterio de que la orientación sobrenatural del hombre es la única verdadera...(200).

El Espíritu Santo en cuanto alma del Cuerpo Místico de Cristo constituye el tercer punto doctrinal del Cursillo, de ahí que se enseñe una devoción ilustrada e invocación frecuente del Espíritu Santo, que vivifica, guía, dirige y perfecciona la Iglesia y las almas(201).

El Espíritu Santo, alma del Cuerpo Místico, es el gran desconocido y muchos cristianos tienen una mínima noción elemental de su existencia. Ahora bien, no se puede entender el misterio de Cristo si no es con la luz y guía del Espíritu Santo. De ahí que sea tan importante conocer su acción en la Iglesia y en cada persona concreta. Su acción es patente a lo largo de la historia de la Iglesia en todo tiempo, aunque ciertamente en los inicios fuera más sensible que en el momento presente (202).

Cristo sustenta a todo el Cuerpo y a cada miembro por el Espíritu Santo, que nos hace hijos adoptivos de Dios y que es principio de unidad de los miembros con Cristo Cabeza y de los miembros entre sí (203).

Es esencial en la formación doctrinal el conocimiento del Espíritu Santo, y es esencial en la vida cristiana el trato personal con él, tercera Persona de la Trinidad, y principio de la vida sobrenatural, de ahí que en los Cursillos de Cristiandad se enseña al cristiano a tener en singular aprecio la devoción al Espíritu Santo, a invocarlo, a secundar con la oración litúrgica, con recogimiento y fe, al inaugurar el Cursillo y al comienzo de cada uno de los actos principales, y se les invita a continuar haciéndolo igualmente en las tareas de la existencia diaria y en los momentos importantes de la vida (204).

El cuarto punto doctrinal es la Iglesia y su Magisterio. Viene expresado en un único párrafo, largo y monotemático, que no refleja propiamente la orientación doctrinal que se da en el Cursillo sobre la Iglesia, sino más bien una adhesión a la jerarquía de la Iglesia. Dice así: Conocimiento, amor y servicio generoso a la Santa Iglesia externa, visible y jerárquica, que se traduce en una inquebrantable fidelidad y amor al Papa, Vicario de Jesucristo y Cabeza visible de la Iglesia universal; en la aceptación gozosa y sincera de sus enseñanzas y directrices, que ilustran las mentes y orientan las actividades de los católicos en todos los tiempos y en todas las partes de la tierra. Sumisión y amor sincero y práctico al Obispo diocesano, en íntima comunión con la Sede Apostólica, puesto por el Espíritu Santo para regir la Iglesia de Dios en cada una de las parcelas del mundo cristiano. Conocimiento de la misión y dignidad del sacerdote católico; aprecio y estima cordial del mismo, que tal vez se inicia en una amistad humana en los días del Cursillo, para transformarse seguidamente en una incipiente y suave dirección espiritual, que de ordinario irá progresando, vigorizándose y ampliándose después gradualmente (205).

Más adelante, en un apartado en que se explaya el punto b, que trata de la gracia, desde la perspectiva de la comunión de vida que Cristo Cabeza da a sus miembros, completa la visión anterior que sonaba sólo a jerarquía y a magisterio con la idea de una vida común y única, y de la comunión y solidaridad de intereses en ese organismo vivo que es el Cuerpo Místico de Cristo: En virtud de esa vida común (...) el cristiano se percata de la solidaridad de intereses del Cuerpo Místico y se siente tan vinculado a sus hermanos, que obrará con la persuasión de que, si vive en gracia, elevará a los demás; si vive en pecado, restará vitalidad y pujanza al Cuerpo Místico de Jesucristo (206).

En conclusión, podemos afirmar que los datos que nos ofrecen los libros más antiguos y emblemáticos sobre los comienzos de los Cursillos y sus bases doctrinales nos llevan a constatar que la doctrina enseñada es la tomista, según el método escolástico tradicional. Los contenidos doctrinales se encuentran principalmente en los "Rollos místicos" y las Meditaciones, y éstos se componen partiendo de obras al uso en aquellos años como manuales y como libros de espiritualidad, cuyos autores son Aramí, Lennerz, Terrien, Tanquerey y Thot (207).

Del conjunto de verdades del dogma cristiano católico, se toma como eje doctrinal la gracia, desde la perspectiva del Cuerpo Místico, y la doctrina se articula en cuatro puntos: Cristo, la gracia, el Espíritu Santo y la Iglesia.
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Humberto Gerardo Esparza
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MensajePublicado: Lun Dic 11, 2006 4:20 pm    Asunto: Re: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

[quote="enriqueellena"]El tema que planteo es casi un ruego a todos aquellos que han tenido la oportunidad de experimentar el cursillo. Quiero saber si esta en Uds. Acercar un comentario, cual es v/experiencia y concepto que tienen del mismo[/quote]

Enrique. Hermano en Xto. estas lineas son principalmente para saludarte esperandpo que a estas alturas ya tengas una idea mas clara de lo que es mcc.
Sin embargo considero oportuno comentarte que el cursillo es un llamado que Cristo nos hace a cada uno de nosotros, es un llamado personal, al mismo tiempo este llamado te invita a tener un encuentro contigo mismo, con Xto y con el hermano, pero tambien exige una respuesta muy personal.
Espero que este comentario te enriqueza lo que ya sabes, me despido de !!!!!COLORES¡¡¡¡¡¡. Tu hermano en Xto Humberto.
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!!!!!DE COLORES¡¡¡¡¡
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Humberto Gerardo Esparza
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MensajePublicado: Lun Dic 11, 2006 4:42 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

[quote="Albert"]Hermano Tomás:

Si que es cierto, y no tan solo en las Ultreyas, las reuniones de grupo siempre se alargan más a la hora de despedirnos pues como que nadie quiere irse, las clases de dirigentes ufff!!!, el Padre nos apaga las luces para que salgamos de la Parroquia jajaja!!!. Esa fraternidad es tan contagioso que no queremos dejarnos de ver.

Así sucede el domingo en un Cursillo, ¿quien quiere irse? Pues nadie, todos quicieran que ese domingo fuera eterno. Casi eternos son los abrazos de ese tercer día en vía del cuarto. Parecemos uno en esos abrazos. Espero tus comentarios y los de los demás cursillistas del foro. De colores.[/quote]

Hermano en Cristo:
quiero saludarte esperando que estes disfrutando tu cuarto dia de colores en compañia de toda la gente que te rodea, tengo desde el año de 1999 que pertenezco al mcc y para mi a sido una experiencia inolvidable, actualmente participo en los equipos de servicio y tengo otra perspectiva de lo que es el cursillo.
El proposito de este mensaje es compartir la experiencia de un hermano que el domingo para salir del cursillo le preguntaba a nuestro director espiritual: ¿cuel es el costo que originamos todos en la casa, respecto a alimentacion, hospedaje, etc.? y a su ves el sacerdote le pregunto que por que? y el le contesta: es que estoy ten agusto con todos ustedes que yo quisiera que nos quedaramos otro dia y yo cubro todos los gastos......
esto para constatar lo bien que se esta durante el cursillo que despues no quieere uno salir.
Me despido esperando que mi aportacion sea de provecho y deseando un feliz cuarto dia de !!!!COLORES¡¡¡¡
Su hermano en Xto Humberto.
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José Gil Gómez
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MensajePublicado: Mie Dic 13, 2006 4:58 pm    Asunto: Re: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

enriqueellena escribió:
El tema que planteo es casi un ruego a todos aquellos que han tenido la oportunidad de experimentar el cursillo. Quiero saber si esta en Uds. Acercar un comentario, cual es v/experiencia y concepto que tienen del mismo


Hice mi cursillo en el año 68,como preparación para el matrimonio.La que hoy es mi esposa lo hizo meses despues.Como experiencia,creo que fué lo que mejor he hecho en mi vida.Como tristeza...el tiempo que me aparté,bien por una causa, bien por otra,del Movimiento.
Hoy puedo decir con orgullo,que llevo Cursillo en mi corazón.
He ido como rollista.Fué maravilloso.
Cuando le dices a tu patrono: me entrego...el patrono te exprime y quedas vacío......Cuando se lo dices al PATRONO....quedas lleno....
Cursillos imprime caracter....deja huella...nunca te apartes...v u e l v e
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Tomás Bertrán Mercader
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Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 1503
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MensajePublicado: Mie Dic 13, 2006 7:04 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Apreciado hermano en Xto José Gil, ante todo ¡de colores!.
Dices en tu aporte
Cita:
Cursillos imprime caracter....deja huella...nunca te apartes...v u e l v e

Sí señor, sí hermano, Cursillos imprime carácter. Creo que con las palabras que has dicho, lo has dicho todo.

CURSILLOS IMPRIME CARACTER

¡De colores!
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Tomás Bertrán Mercader
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Vie Dic 15, 2006 3:49 pm    Asunto: ROLLO GRACIA
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Del libro Génesis y Teología de Cursillos (Mns. José Angel Sáiz)

GRACIA

La gracia es un don sobrenatural, algo que está por encima de la naturaleza humana. Es algo espiritual, que radica en el alma y resulta imperceptible para los sentidos. Es algo permanente, duradero, habitual, si el hombre no la rechaza (303).

Los efectos de la gracia son tres: Santifica, diviniza y nos hace familiares de Dios. En el primer punto, el de la santificación, se engloban cuatro aspectos: La gracia purifica del pecado, hace agradable a los ojos de Dios, convierte a la persona en amiga de Dios y hace a la persona santa. La purificación del pecado se explica comparándola con la purificación que el fuego produce en el hierro. La gracia quema los pecados, los borra, los hace desaparecer. Además de quedar libre del pecado, la santificación supone la unión vital sobrenatural y permanente con Dios. De ahí, lógicamente, la amistad y agradabilidad ante Dios.

En segundo lugar, la gracia diviniza. Esta divinización tiene tres vertientes: La participación de la naturaleza divina, el que nos convierte en templos de Dios y el que nos constituye en miembros de Cristo. La participación de la naturaleza divina es una tesis clásica de la teología católica con base en la Escritura (304), aunque en la consecuencia final se simplifica demasiado y se va demasiado lejos al afirmar somos dioses (305). La segunda vertiente de la divinización consiste en que la gracia nos hace templos de Dios. En el hombre justo inhabitan las Personas divinas. Esta inhabitación se atribuye sobre todo al Espíritu Santo, que es el amor paterno-filial (306). Nos hace también miembros de Cristo. Estamos incorporados a él, unidos por la gracia a Cristo-cabeza y entre sí formando un solo cuerpo, unidos a Cristo vid, recibiendo de él la vida (307).

El tercer efecto de la gracia es que nos hace familiares de Dios. Este efecto se desglosa también en tres aspectos: Nos hace hijos de Dios, hermanos de Cristo y herederos del cielo. Hijos adoptivos de Dios como consecuencia de la participación de su naturaleza divina; verdaderos hijos de Dios al que nos podemos dirigir llamándole Padre t308). En consecuencia, nos hace hermanos de Cristo, al que podemos llamar con toda propiedad hermano nuestro, si bien su filiación viene por vía de naturaleza y la nuestra por vía de adopción. También, en consecuencia, seremos herederos del cielo al ser hijos de Dios.

La conclusión general y mensaje final sería el siguiente: Esta vida nueva que se presenta no consiste en actuar de una forma u otra, en hacer unas cosas u otras, consiste fundamentalmente en ser, en ser hijo de Dios, hermano de Cristo y templo del Espíritu Santo. El obrar será consecuencia del ser. Con este planteamiento de vida se resuelven de raíz todos los problemas y se encuentra un ideal que vale la pena (309).
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Dic 15, 2006 7:13 pm    Asunto: CURSILLOS: PIEDAD, ESTUDIO Y ACCION
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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ACCION

Ayer, en Barcelona hubo una multitudinaria manifestación, a la que tuve el honor de asistir, en contra del aborto. Se salió de un parque de esta ciudad, y con slóganes, fuimos a una clínica abortista y al Colegio de Médicos. Uno de los slóganes era: "El médico abortista no es un médico". Os mando la dirección en donde encontraréis la información con fotos incluidas. ¡De colores!. NO AL ABORTO. SI A LA VIDA.

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.
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Tomás Bertrán Mercader
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Vie Dic 15, 2006 7:55 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Hermanos, perdonadme, pero veo que en la dirección que puse sale página de error. Os doy la dirección de la página inicial de Forum Libertas, en donde sale también la noticia, y clicando en la flechita inferior iréis a la página que quería enviaros. Perdonad. Un abrazo.

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/base.php
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froggy
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MensajePublicado: Sab Dic 16, 2006 12:47 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Amigos: sólo quiero deciros que hace unos 50 años, allá por el año 58 ó 60, que conozco el movimiento de Cursillos.

¡Nunca me ha defraudado! Si alguno o muchos de los que fueron cursillistas si lo hicieron, lo que me dieron ha sido y es la guía y el blanco de mi vida.

Porque no me dieron ninguna filosofía, ningun sistema, ninguna teoría: ME DIERON A CRISTO. hermano, compañero de vida, amigo. Modelo y referente para toda ocasión.

Ni las modas, ni los distintos movimientos han sido capaces de tumbar la esencia de lo que encontré. Encontré la razón de vivir, la certeza de que Dios cuenta conmigo.

Por primera vez me dí cuenta de que no era yo quien corría detrás de mi Señor sino que era todo mi Dios el que corría tras de mí, con desesperación, suplicándome que le amara, que fuera su voz y sus brazos y sus piernas, y que estuviera allá donde Él no tenía entrada.

Que no importaba lo poca cosa que era, porque con Él todo lo podía. Él me necesitaba para llegar a sus otros hijos. Yo no tenía derecho a retener para mí sola todo el tesoro que había puesto en mis manos y en mi mente. ¡Había que compartir! Lo recibido no era mío, era de Él, no me lo podía quedar, no lo podía esconder a fuer de dejar pudrir aquel banquete en un cuarto oscuro y cerrado.

Los obstáculos del camino se volvieron menudencias. Me atreví a formar una familia con mi esposo y a traer hijos al mundo que son SUS hijos. Fue Él quien se comprometió con nosotros. Porque confiados en su palabra echamos las redes.

La vida no ha sido fácil. Nadie nos dijo que fuera a serlo. Pero no me atrevo ni a pensar lo que hubiera podido ser de no haberle conocido.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mar Dic 19, 2006 6:47 pm    Asunto: PIDO CONSEJO
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Hermanos en Xto, ¡de colores!. Os quiero pedir consejo ya que por mi cabeza rondan un montón de ideas. Sabéis que tengo 63 años, y la empresa me quiere arreglar una prejubilación, o sea, darme de baja laboral hasta que cumpla los 65 años y mi plaza titular la ocuparía un médic@ joven pero interino. A la empresa (la Seguridad Social) le interesa, y a mí también, ya que estoy algo "quemadillo", en inglés bourn-out. Tengo entre 50 y 60 visitas diarias, las primeras 30 me las programan cada 5 minutos, y las otras 30 cada minuto. Como supondréis no puedo ni DEBO seguir este horario, por lo que en la Consulta me estoy mucho más rato, y los pacientes se quejan, a veces, ya que el que tengo programado a las 12 AM lo estoy visitando a la 1,30 PM. En fin, que a mi edad la cabeza se me calienta de tal forma que a veces me cuesta pensar. Bueno, dicho esto, os pido consejo ya que como cursillistas que sois, conocéis el carisma y el estilo de nuestro apostolado, que a veces es tirarse sin paracaidas. Como quedaré libre, me viene a la cabeza trabajar en el Sindicato Médico, o en Médicos Cristianos de Cataluña para cristianizar la Medicina, o ir a una Parroquia (conozco al sacerdote) de un barrio de inmigrantes y conflictivo, ya que entre los inmigrantes hay mucho pakistaní, y suelen ser un poco radicales. O ir de médico (algún día a la semana)con las Hermanas de la Caridad (Teresa de Calcuta)a cuidar enfermos. Ante todo quiero deciros que prometí a mi papá (q.e.p.d.) que no me metería en política. El me pidió que no abandonara la Medicina por la política, y se lo prometí.
No sé si queda aclarado mi ruego. Gracias de antemano, y os deseo a todos una Santa Navidad y un Santo Año 2007.
¡De colores!.
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Tomás Bertrán Mercader
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Jue Dic 21, 2006 4:01 am    Asunto: NAVIDAD
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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CARTA DOMINICAL DEL OBISPO DE TARRASA:

EL AMBIENTE NAVIDEÑO Y LA NAVIDAD AUTÉNTICA


Hay películas, sobre todo americanas, de las que las cadenas de televisión ponen por estos días, en que siempre se alude en un determinado momento a que es Navidad y al espíritu de la Navidad. He de confesar que nunca he adivinado a qué se refiere esa expresión en concreto. Supongo que se pretende recordar que en esos días ha de reinar la paz, la concordia, la reconciliación, la generosidad, etc. Pero uno puede preguntarse por qué han de reinar esos sentimientos especialmente en esos días y no en otros del año. No se puede estar alegre o generoso porque sí, porque toca. De ahí que paradójicamente cada vez hay más personas que se deprimen especialmente en estos días navideños. Si no se encuentra el sentido profundo, si no se responde al por qué más interior, acabaremos perdiendo la sustancia de la navidad.
En nuestro Occidente rico corremos el peligro de que la Navidad quede reducida a lo que podríamos denominar ambiente navideño: luces en las calles principales, intercambio de felicitaciones y de regalos, comidas familiares y algún detalle de solidaridad con los desfavorecidos. Y, a la vez, un consumismo que nos envuelve y nos derrota. La filosofía consumista intenta convencernos de que cuanto más consumimos, más felices somos. La sociedad de consumo se caracteriza por la provocación de necesidades falsas cuya satisfacción, en el fondo, es inalcanzable. Pero este fenómeno consumista es complejo y envolvente, y engloba factores de índole personal, cultural, económica, etcétera, de la misma forma que incluye elementos de imitación, de autoafirmación o también de ostentación. Por desgracia, quizá sea esta la época del año en que se da un mayor consumo por parte de todos. Por eso urge volver la vista a lo esencial.
Qué celebramos. Celebramos el nacimiento de Jesucristo, que se hace hombre, que entra voluntariamente en la historia humana para compartir nuestra vida. Jesucristo, la Palabra eterna del Padre que se ha encarnado, ha asumido una naturaleza humana y nos ofrece la plenitud de la vida. Jesucristo es la vida que brilla y que ilumina al mundo con su luz. Un año más contemplamos el nacimiento del niño-Dios, que es motivo de alegría y de esperanza. El Hijo eterno de Dios se hace hombre para compartir nuestra vida y para elevar a los hombres a la categoría de hijos adoptivos de Dios. Aquí radica nuestra alegría y nuestra esperanza. Alegría y esperanza tan profundas, tan intensas, que nadie nos puede arrebatar, que no pueden ser apagadas por las penas o por las dificultades.
Pero es este un misterio que requiere silencio, oración, recogimiento, contemplación. No puede pasar un año más la Navidad en medio de las prisas y el jolgorio sin que nos paremos a pensar, a profundizar en el misterio. No podemos dilapidar así el tiempo que Dios nos da, un tesoro precioso que hemos de hacer rendir al máximo. Navidad es la fiesta del amor. Es la fiesta del amor de Dios recibido y compartido por nosotros, sus hijos. Por eso es la fiesta de la reconciliación y de la paz. Dios ha salido al encuentro del ser humano. Dejemos que su luz entre hasta el fondo de nuestra vida. Vayamos al encuentro del Señor que viene a salvarnos y vayamos al encuentro de nuestros contemporáneos con un mensaje de amor, de paz, de alegría y de esperanza.
Esto es lo que pido al Señor para todos y con estas palabras quiero felicitaros la Navidad de 2006. Una felicitación que deseo hacer llegar a todos los diocesanos de nuestra joven diócesis, a los hermanos cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de todas las religiones presentes entre nosotros y a todos los hombres y mujeres, sean o no creyentes. A todos, mi deseo de una gozosa Navidad.

+Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

P.D. El subrayado es mío. Pongo esta Carta porque es de contenido Cursillista. Somos hijos de la alegría porque somos hijos de Esperanza. Ante el Cielo que nos espera y que Cristo ganó, a través de la Cruz y Resurrección, para nosotros, ¿cómo estar tristes?. Y todo ello porque primero se encarnó (¡gran y hermoso misterio!) y habitó entre nosotros. Dios ha venido a nosotros, y sigue viniendo, aunque nosotros no lo merezcamos. No seamos tan desagradecidos y tan tristes que se pueda decir de nosostros "y los suyos no le recibieron".
Hermanos, ¡¡SURSUM CORDA!!. ¡¡ARRIBA LOS CORAZONES!!. Un cristiano triste es un triste cristiano. Una de las armas que usa el diablo para vencernos es que nos invada la tristeza. Con un Dios como el que tenemos, con una Madre María tan hermosa y llena de Gracia que Cristo nos dio, ¿COMO ESTAR TRISTES?.
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ADRI_M
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Registrado: 28 Jun 2006
Mensajes: 12
Ubicación: argentina

MensajePublicado: Vie Dic 22, 2006 1:15 pm    Asunto: Re: NAVIDAD
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Tomás Bertrán Mercader escribió:
CARTA DOMINICAL DEL OBISPO DE TARRASA:
Hola Padre, es hermoso lo que usted dice, en cuanto al valor de la navidad, pero me parece, que nosotros deberiamos hacer algo desde nuestras parroquias invitar a la gente que nos rodea a vivir estos tiempos de otra manera, quizas este equivocada pero me parece q somos un poco quedados, desarrollar momentos de oracion, adoracion al santisimo abierto a la comunidad, eso seria bueno y se hace poco al menos en mi pais.
padre un abrazo gigante de coloressss!!!! cristo y yo mayoria aplastante!!!!
adriana
EL AMBIENTE NAVIDEÑO Y LA NAVIDAD AUTÉNTICA


Hay películas, sobre todo americanas, de las que las cadenas de televisión ponen por estos días, en que siempre se alude en un determinado momento a que es Navidad y al espíritu de la Navidad. He de confesar que nunca he adivinado a qué se refiere esa expresión en concreto. Supongo que se pretende recordar que en esos días ha de reinar la paz, la concordia, la reconciliación, la generosidad, etc. Pero uno puede preguntarse por qué han de reinar esos sentimientos especialmente en esos días y no en otros del año. No se puede estar alegre o generoso porque sí, porque toca. De ahí que paradójicamente cada vez hay más personas que se deprimen especialmente en estos días navideños. Si no se encuentra el sentido profundo, si no se responde al por qué más interior, acabaremos perdiendo la sustancia de la navidad.
En nuestro Occidente rico corremos el peligro de que la Navidad quede reducida a lo que podríamos denominar ambiente navideño: luces en las calles principales, intercambio de felicitaciones y de regalos, comidas familiares y algún detalle de solidaridad con los desfavorecidos. Y, a la vez, un consumismo que nos envuelve y nos derrota. La filosofía consumista intenta convencernos de que cuanto más consumimos, más felices somos. La sociedad de consumo se caracteriza por la provocación de necesidades falsas cuya satisfacción, en el fondo, es inalcanzable. Pero este fenómeno consumista es complejo y envolvente, y engloba factores de índole personal, cultural, económica, etcétera, de la misma forma que incluye elementos de imitación, de autoafirmación o también de ostentación. Por desgracia, quizá sea esta la época del año en que se da un mayor consumo por parte de todos. Por eso urge volver la vista a lo esencial.
Qué celebramos. Celebramos el nacimiento de Jesucristo, que se hace hombre, que entra voluntariamente en la historia humana para compartir nuestra vida. Jesucristo, la Palabra eterna del Padre que se ha encarnado, ha asumido una naturaleza humana y nos ofrece la plenitud de la vida. Jesucristo es la vida que brilla y que ilumina al mundo con su luz. Un año más contemplamos el nacimiento del niño-Dios, que es motivo de alegría y de esperanza. El Hijo eterno de Dios se hace hombre para compartir nuestra vida y para elevar a los hombres a la categoría de hijos adoptivos de Dios. Aquí radica nuestra alegría y nuestra esperanza. Alegría y esperanza tan profundas, tan intensas, que nadie nos puede arrebatar, que no pueden ser apagadas por las penas o por las dificultades.
Pero es este un misterio que requiere silencio, oración, recogimiento, contemplación. No puede pasar un año más la Navidad en medio de las prisas y el jolgorio sin que nos paremos a pensar, a profundizar en el misterio. No podemos dilapidar así el tiempo que Dios nos da, un tesoro precioso que hemos de hacer rendir al máximo. Navidad es la fiesta del amor. Es la fiesta del amor de Dios recibido y compartido por nosotros, sus hijos. Por eso es la fiesta de la reconciliación y de la paz. Dios ha salido al encuentro del ser humano. Dejemos que su luz entre hasta el fondo de nuestra vida. Vayamos al encuentro del Señor que viene a salvarnos y vayamos al encuentro de nuestros contemporáneos con un mensaje de amor, de paz, de alegría y de esperanza.
Esto es lo que pido al Señor para todos y con estas palabras quiero felicitaros la Navidad de 2006. Una felicitación que deseo hacer llegar a todos los diocesanos de nuestra joven diócesis, a los hermanos cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de todas las religiones presentes entre nosotros y a todos los hombres y mujeres, sean o no creyentes. A todos, mi deseo de una gozosa Navidad.

+Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

P.D. El subrayado es mío. Pongo esta Carta porque es de contenido Cursillista. Somos hijos de la alegría porque somos hijos de Esperanza. Ante el Cielo que nos espera y que Cristo ganó, a través de la Cruz y Resurrección, para nosotros, ¿cómo estar tristes?. Y todo ello porque primero se encarnó (¡gran y hermoso misterio!) y habitó entre nosotros. Dios ha venido a nosotros, y sigue viniendo, aunque nosotros no lo merezcamos. No seamos tan desagradecidos y tan tristes que se pueda decir de nosostros "y los suyos no le recibieron".
Hermanos, ¡¡SURSUM CORDA!!. ¡¡ARRIBA LOS CORAZONES!!. Un cristiano triste es un triste cristiano. Una de las armas que usa el diablo para vencernos es que nos invada la tristeza. Con un Dios como el que tenemos, con una Madre María tan hermosa y llena de Gracia que Cristo nos dio, ¿COMO ESTAR TRISTES?.
¡De colores!
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Dic 22, 2006 3:48 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Estimada hermana en Xto Adriana: ¡de colores!
¡Qué casualidad!. Te llamas Adriana y mis tres nombres de pila son Tomás (de Aquino), Ramón y Adriano. Nací hace ya un tiempo, en 1943, un 8 de septiembre, el mismo dia que nació la Virgen, y me pusieron como tercer nombre el del santo de dicho dia, S. Adriano. O sea que tu santo es el mismo dia que mi cumpleaños.
Dicho esto quiero aclararte que no soy sacerdote. A lo mejor entendí mal, pero parece que me llamas Padre. La carta es del Obispo de Tarrasa, Mns. José Angel Sáiz, como al final de la carta se especifica. Mi nombre es mi nick, o sea Tomás Bertrán Mercader, nombre y dos apellidos. Por lo tanto no soy Padre, pero sí padre (con "p" minúscula) de once hijos más cuatro que no llegaron a término y que tengo motivos para pensar que están en el Cielo, ya que en tres de ellos existió el bautismo de deseo por parte de sus papás ya que nacieron muertos y otra, que se llama María, bautizada por el ginecólogo ya que nada más sacar la cabecita le echó agua y la bautizó, y al salir salió viva, ya que dio una convulsión y un amago de lloro y murió. O sea, estoy felizmente casado con mi esposa que se llama Rosa (de Lima) María desde el 8 de diciembre de 1974, dia de la Inmaculada. Ya ves, nací el día de la Natividad de la Virgen y me casé el dia de la Inmaculada. Estoy marcado por la Virgen. ¿Y sabes más cosas?, pues que mi esposa nació el 6 de diciembre de 1949, y tuve un hermano (Salvador de nombre) que murió a los 8 años el 1 de agosto de 1949, y tenía que cumplir los 9 años el 6 de diciembre, ¡¡¡el mismo dia en que nació mi esposa!!!. Ni creo en la suerte, ni en el sino ni en el destino. Creo en la Providencia divina, y siempre es Providencia amorosa de Dios, porque aunque sea una desgracia, Dios del mal saca un bien. ¡Cuántos se han convertido tras sufrir una desgracia!.
Sobre lo de las Parroquias te doy la razón, pero jamás, jamás, jamás un cursillista debe imponer su criterio en una Parroquia. En la Parroquia manda el sacerdote. A lo sumo le debemos "proponer" nuestra forma de pensar. Y tampoco lo que un cursillista debe hacer es ser "pescador de pecera". Me explico: jamás, jamás debemos ir a proponer hacer un Cursillo a otro que esté en otra Comunidad y que funciona bien, porque si en su Comunidad se está santificando, a lo mejor al cambiarlo a Cursillos puede "rebotar" y dejar de santificarse. Le haríamos un mal aunque creyésemos que le hacemos un bien.
Reunión de Grupo, fermentar la sociedad con el Evangelio, y cuando tengas un grupo que desee hacer visitas al Sagrario en tu Parroquia, háblalo con el Párroco, y dejarlo en manos de él. El Párroco es el responsable de la Parroquia, y siempre, siempre ayudarlo, siempre que está en comunión con su Obispo y éste en comunión con el Papa. Y todo lo demás se nos dará por añadidura.
Un abrazo en Cristo y Santa Navidad y Santo Año 2007 para ti y todos los tuyos, de tu hermano en Cristo: Tomás.

P.D. ¡Vaya rollo me he largado!. Somos cursillistas.......¡de colores!
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Lun Dic 25, 2006 11:59 am    Asunto: JUAN PABLO II Y CURSILLOS DE CRISTIANDAD
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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JUAN PABLO II Y CURSILLOS DE CRISTIANDAD.

Cursillos: ‘De pequeña semilla a gran árbol’



VATICANO (ZENIT) — Juan Pablo II ofreció el sábado 4 de mayo su aliento al servicio que ofrecen los Cursillos de Cristiandad, movimiento eclesial presente en 60 países de todos los continentes y en 800 diócesis.

“La pequeña semilla arrojada en España hace más de 50 años se ha convertido en un gran árbol rico de frutos del Espíritu”,
reconoció el pontífice aludiendo a los orígenes de esta experiencia eclesial.

La idea-base de su camino espiritual es el cursillo: un retiro de tres días en el que se invita a quienes están en búsqueda de Dios para anunciarles las verdades fundamentales de la fe cristiana. Una idea experimentada por primera vez en 1948 con una peregrinación de jóvenes a Santiago de Compostela.

La experiencia se ha propagado por todos los continentes, y hoy día ha sido vivida por más de ocho millones de personas en todo el mundo.

Juan Pablo II recordó junto a los representantes del movimiento la reflexión que lanzó al reunirse con los nuevos movimientos en Pentecostés de 1998: la necesidad de “crecer en la conciencia y en la identidad eclesial”.

En esta perspectiva, los Cursillos de Cristiandad han dado recientemente un paso importante: la petición del reconocimiento canónico y de la aprobación de los propios estatutos por parte de la Santa Sede.

Juan Pablo II recordó en el encuentro otra importante etapa que vivió este movimiento en el año 2000: la tercera “Ultreya” mundial, encuentro mundial de sus representantes que saca su nombre del grito (significa “adelante”) que animaba a los peregrinos que iban a Santiago.

Indicó que el anuncio kerigmático que constituye el corazón del movimiento no es otra cosa que “fijar la mirada en el rostro de Cristo” como ha invitado él mismo en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte.

Y recordó que esta mirada comporta “fiarse del primado de la gracia para emprender un camino de catequesis y de oración, de conversión y de santidad de vida”, cuyos frutos serán “un sólido sentido de pertenencia a la Iglesia y un renovado impulso de evangelización en los ambientes de la vida y la actividad cotidiana”.

“¡Queridísimos cursillistas! Sigan con confianza el camino de formación y de vida cristiana que han emprendido con tanta generosidad. ¡Duc in altum!”.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Lun Dic 25, 2006 4:42 pm    Asunto: Mns José Angel Sáiz, cursillista, Consiliario y Obispo
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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OBISPO DE TERRASA Y CURSILLOS DE CRISTIANDAD.

Pongo el link de la Conferencia que el Obispo de Terrasa pronunció en el Obispado de Córdoba.

http://cursillosmadrid.org/Pruebas/documentacion/Tarrassa%20I.pdf

Es en pdf y vale la pena de leerlo para los cursillistas. Está sacado de la web de Cursillos de Madrid.

¡De colores!
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Albert
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MensajePublicado: Mar Dic 26, 2006 2:52 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Hermano Humberto:

¡Paz y bien!

Humberto Gerardo Esparza escribió:
Albert escribió:
Hermano Tomás:

Si que es cierto, y no tan solo en las Ultreyas, las reuniones de grupo siempre se alargan más a la hora de despedirnos pues como que nadie quiere irse, las clases de dirigentes ufff!!!, el Padre nos apaga las luces para que salgamos de la Parroquia jajaja!!!. Esa fraternidad es tan contagioso que no queremos dejarnos de ver.

Así sucede el domingo en un Cursillo, ¿quien quiere irse? Pues nadie, todos quicieran que ese domingo fuera eterno. Casi eternos son los abrazos de ese tercer día en vía del cuarto. Parecemos uno en esos abrazos. Espero tus comentarios y los de los demás cursillistas del foro. De colores.


Hermano en Cristo:
quiero saludarte esperando que estes disfrutando tu cuarto dia de colores en compañia de toda la gente que te rodea, tengo desde el año de 1999 que pertenezco al mcc y para mi a sido una experiencia inolvidable, actualmente participo en los equipos de servicio y tengo otra perspectiva de lo que es el cursillo.
El proposito de este mensaje es compartir la experiencia de un hermano que el domingo para salir del cursillo le preguntaba a nuestro director espiritual: ¿cuel es el costo que originamos todos en la casa, respecto a alimentacion, hospedaje, etc.? y a su ves el sacerdote le pregunto que por que? y el le contesta: es que estoy ten agusto con todos ustedes que yo quisiera que nos quedaramos otro dia y yo cubro todos los gastos......
esto para constatar lo bien que se esta durante el cursillo que despues no quieere uno salir.
Me despido esperando que mi aportacion sea de provecho y deseando un feliz cuarto dia de !!!!COLORES¡¡¡¡
Su hermano en Xto Humberto.


Gracias por compartirnos esta experiencia. ¡De colores!
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mar Dic 26, 2006 5:21 pm    Asunto: Web Cursillos de Madrid (España)
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Envío la dirección de Cursillos de Madrid (España) cuyos foros están llenos de spams, lo mismo que pasa en los foros de Cursillos de Puerto Rico. Ambas webs, tanto la de Madrid como la de Puerto Rico, las considero interesantes para nosotros los cursillistas, y para los que no son también. Por eso las recomiendo.
La dirección de la de Madrid es:

http://www.cursillosmadrid.org/

¡De colores!

PD: La web de Cursillos de Puerto Rico es la que pone el hermano Albert al final de su firma.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Dic 27, 2006 7:02 am    Asunto: JESUS Y EL JOVEN
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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JESUS Y EL JOVEN.

Todos conocemos el pasaje del encuentro del joven con Jesús. Era un joven bueno, cumplia los Mandamientos, pero ante la invitación de Jesús de que lo dejara todo, se entristeció y se marchó. El Evangelio añade que era muy rico. Otra cosa que explica el evangelista es que cuando el joven le dice a Jesús que ha cumplido siempre los Mandamientos, Jesús le mira con cariño. Pero luego, ante la exigencia, ante la llamada a la perfección, ante la llamada de pasar de ser bueno a ser santo, el joven se asusta, se entristece y se va. Algunos estudiosos dicen que el joven era aquel seguidor de Jesús que lo seguía de lejos. Puede ser.
¿Por qué hablo de este pasaje?. Por la sencilla razón de que me encuentro cursillistas que han abandonado el Movimiento, y esto, a veces, nos lleva a cierto desánimo. Pero no. Mi experiencia es que cuando me encuentro con uno de ellos y les recuerdo el Cursillos, se les cambia la cara. Su cara refleja entre tristeza y nostalgia. Incluso los que llevan una vida llena de pecados. El Cursillo los ha marcado, es un recuerdo y una experiencia que les acompañará toda la vida. El Cursillo es indeleble, es imborrable. Es el encuentro del joven con Jesús. Cada uno que haya hecho un Cursillo ha experimentado lo mismo que el joven del Evangelio de encuentro único, personal, cara a cara con Cristo, y esta experiencia es imposible de borrar.
O sea que hermanos, perseveremos, sigamos diciendo SI a Cristo, y si encontramos un hermano que no se ha atrevido a decir este SI a Cristo, o que se ha arrepentido, sin miedo y sin reparos, seamos otros Cristos y recordémosle el Cursillo.
CRISTO CUENTA CONMIGO Y YO CON EL.
¡De colores!
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Jue Dic 28, 2006 6:35 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Del libro "Génesis y Teología de Cursillos de Cristiandad"



E. Mundo

Desde el encuentro profundo con Cristo, el hombre comienza una nueva vida, la vida de gracia, vivida en el seno de la Iglesia, comunitariamente. Pero no acaba ahí el proceso. Hay que proyectarse hacia la transformación del mundo. Hemos visto cómo la misión del seglar era la consagración del mundo (362), encarnando a Cristo en todas las circunstancias. Nos referimos al mundo en cuanto humanidad, personas concretas que configuran los diferentes ambientes.

Ambiente es el conjunto de ideas, personas y circunstancias que concurren en un determinado tiempo y lugar (363).

Es muy importante ganar el ambiente, y para eso se precisa un plan de trabajo que abarque tres frentes: Uno mismo, los compañeros, y el ambiente. La lucha para la conquista de sí mismo es la que exige mayor valentía y esfuerzo. En primer lugar se necesita una voluntad fuerte y decidida, con total intensidad. Seguidamente, hay que poner las rodillas, que son las palancas del apóstol, ya que la fortaleza se hallará en el Sagrario, y el principio y fundamento de la acción es la oración. En tercer lugar, se requiere inteligencia, para proceder con tacto, decisión y acierto. Por último, se requiere corazón, un corazón grande y humano, que lleve a conectar con todos y adaptarse a todos con el fin de ganarlos a todos para Cristo (364).

El segundo frente es el de los compañeros, que, de mayor a menor religiosidad, podríamos distribuir de la siguiente manera (365):

CATÓLICOS QUE CREEN EN DIOS; AMAN A DIOS Y QUIEREN HACER BIEN

a) Auténticos: Prácticos, piensan y obran en católico.

Los hay en todo el mundo, ya que si no, éste se habría hundido. Son los que dan valor cristiano a la vida y valoran las cosas por el único valor que vale. Son los santos a lo 19... que saben andar por la vida pisando fuerte. Son la encarnación de lo pretendido y los que en todas las circunstancias dan una respuesta auténtica según las exigencias de su cristianismo.

b) Quietistas: Piensan en cristiano y saben a poltrona.

Son los que no se comprometen, quieren hacer el bien sin molestarse mucho.

c) De prácticas: Orantes, besa-altares, chismosos: El beaterio.

d) Honrados: Se llaman y lo son... menos en lo que dejan de serlo. Sus despistes son para ellos una situación de excepción.

Como común denominador a estos católicos que quieren hacer el bien podemos ponerles el de que procuran ser siempre católicos.

CATÓLICOS QUE CREEN EN DIOS, AMAN A DIOS Y QUIEREN ESTAR BIEN.

a) Por pica: Sólo las tardes de toros. Son individuos que para cumplir sus obligaciones como cristianos tienen que ser empujados por alguna persona o circunstancia que los espolee. La pica puede ser sacerdotal, materna, paterna, fraterna, familiar, del profesor, patronal, militar, del amigo, de la novia, epistolar, etc.

b) Consortes: Sucede que cuando un individuo se cree que el dárselas de piadoso le hará ganar puntos ante una chica que le interesa o ante su suegra, hará lo que aquél que mientras cortejó asistió todos los domingos a la Misa mayor y desde el día de la boda dejó de asistir a las Misas mayores y a las otras.

c) De santa Bárbara: Son aquellos para los cuales el cristianismo es un recurso para casos de emergencia. Necesitan tres relámpagos para decidirse a rezar.

d) De santa Rita: Abogada de los imposibles... todos conocemos lo 'devotos' que se vuelven los estudiantes cuando llegan los exámenes y cómo acuden a santa Rita para complicarla en la pereza que han tenido todo el curso.

e) De san Pancracio: Por la cuenta que les tiene. Este santo estuvo muy de moda cuando a raíz del 'estraperlo' los alimentos no sobraban. Se dice que hasta había alguien que repartía sus ganancias, de esta forma obtenidas, con el santo, para que siguiera la racha.

f) De san Antonio: Conocida es la fama de este santo como agente de arreglos matrimoniales, y el número de cirios que le encienden las solteras y los solterones va en relación directa a las exigencias y la edad.

g) Por ironía: Compadecen el criterio católico: Les da mucha lástima: Aunque si fueran sinceros reconocerían que ser un ser superior resulta muy aburrido.

h) Por postín: Misas de lujo del domingo combinadas con estreno, paseo y vermut.

i) Con hipótesis: Son los que no tienen la suficiente energía para querer de veras, pero tienen la suficiente para dolerse de no haber querido.

j) De medallas: Creen que el pabellón cubre la mercancía, vienen a ser lo mismo que poner una etiqueta de ginebra a una botella de lejía.

k) De cofradías: Se creen que porque tienen una vesta de mucha solera y asisten con ella a la procesión de Semana Santa, ya han cumplido y colmado todas sus obligaciones religiosas. La verdad es que a estas procesiones acude toda clase de gentes, incluso hay quien dice, que este día la brigadilla de policía está más tranquila porque la mayoría de los ladrones está en la procesión.

Como común denominador a estos católicos que quieren estar bien podemos ponerle el que procuran a ratos ser católicos, son los de las dos velas.

CATÓLICOS QUE CREEN EN DIOS, PERO NADA MÁS

a) De cuello duro: Los del último grito. Son los que su única preocupación está centrada en la última novedad o imbecilidad del día.

b) De cuero duro: Han endurecido tanto su conciencia que ya no registran los fallos.

c) De lengua sucia: Hacen circular toda clase de chismes sin preocuparles lo más mínimo el daño que puedan hacer.

d) De lentes negros: Estos tienen ya la intención más torcida. Saben del cristianismo 'folklórico'. Tienen una gran devoción a una imagen determinada y están siempre dispuestos a partirle la cara al devoto de una imagen 'rival'.

Común denominador: diremos que éstos son católicos por descuido.

NO CREEN PORQUE IGNORAN A DIOS

Conviene que nos fijemos con especial atención en este sector del frente ya que es la cantera de donde pueden salir, y de hecho han salido, los mejores dirigentes. Son los que no creen con tanta facilidad como los demás porque no les satisface un Cristo minimizado e inauténtico y que no les exige todo lo que ellos serían capaces de dar. Pero cuando se encuentran con todas las reales y posibles dimensiones del Evangelio, entonces se entregan totalmente.

a) Los despreocupados: Hicieron la primera comunión... Lo que debería haber sido la alternativa que los lanzara a crecer cada día más en Cristo, se convierte en el último punto de referencia de su cristianismo.

b) Los descarriados: Los siete pecados: Encuadernados si son acaudalados y sin encuadernar si son sin caudal. Esto casi no necesita explicación: cuando se tiene plata se procura revestir con cierta elegancia los pecados, para camuflarlos a los ojos de los demás y hacerlos más aptos a las sensibilidades delicadas (...).

c) Los ególatras: Son los que ante las exigencias del cristianismo escogen las verdades que les gustan y echan por la borda las demás. Ante los mandamientos se comportan igual que ante una confitería escogiendo bombones, escogen los que les gustan y les son cómodos y dejan los demás. A los que son huérfanos les suele venir muy bien cumplir el cuarto mandamiento.

1) Los hay que lo son por ignorancia: Puede darse el caso de que algún individuo que no acostunbra a ir nunca a Misa, y que decide ir una vez al mes, crea que con ello cumple sobradamente con lo preceptuado.

2) Otros lo son por comodidad: Ven las cosas de religión a través del prisma de su comodidad. El domingo no van a Misa porque por la mañana ha llovido y por la tarde tienen que ir al cine.

3) Bastantes lo son por conveniencia: Ya que prefieren no enfrentarse con la verdad para no tener que modificar su conducta.

4) Algunos por conciencia laxa: Gradúan su conciencia a través de las circunstancias que atraviesa, encontrando siempre una razón para sus calculadas sinrazones.

d) Los ateos con Dios: Creen que cada milímetro que falla un cura les excusa a ellos el fallo de un kilómetro. Dios quiere que aceptemos la verdad aunque venga por unos conductos no siempre perfectos (...).

e) Los matones: Lo mismo les da cantar una "saeta" que romper la cara al primero que les contradice.

Si hemos de agruparlos por un mismo común denominador podremos decir de ellos que no son católicos por el cuidado de no serlo.

NO CREEN PORQUE ODIAN A DIOS

a) Ateos prácticos o equivocados: Los que prácticamente la religión no les interesa para nada. Nunca han colocado el problema religioso en el primer plano de su conciencia.

b) Ateos intelectuales o teóricos: Son los más peligrosos porque emplean su inteligencia para intentar matar la idea de Dios en la mente y en el corazón de los demás. Afortunadamente de éstos hay muy pocos. Es difícil dar con un ateo químicamente puro. Siempre se cree en algo: El que no cree en Dios no es extraño que crea en un pelo de elefante o en un buda de marfil.

Común denominador: No católicos de cuidado.

Una vez examinada la amplia panorámica de los posibles compañeros que nos encontraremos, veamos la táctica para poderlos conquistar, que contiene los mismos elementos que la del primer frente, pero en distinto orden. Lo primero será apuntar al corazón. Hay que empezar ganando el corazón con comprensión, con delicadeza y amor. Seguidamente se pasa a la inteligencia, que no será tan difícil si tenemos en cuenta que se trabaja sobre personas bautizadas. En tercer lugar, se trata de "imantar" la voluntad; no forzarla ni presionarla, sino motivarla, invitarla al seguimiento de Jesucristo. Una vez conquistados corazón, inteligencia y voluntad, caerán de rodillas por la gracia de Dios (366).

El tercer frente, el del ambiente, es una consecuencia de que el primero y el segundo estén en funcionamiento. Para transformar los ambientes, habrá que penetrarlos con la gracia de Dios y con todas las capacidades humanas de que se disponga (367).

Transformar los ambientes no es tarea fácil, y menos realizándolo a título personal, con un trabajo individualista de francotirador. Es preciso colaborar desde la Iglesia, integrándose y participando en una "cristiandad en acción". Podemos definir una cristiandad en acción como un núcleo de cristianos en gracia, que conviven en un clima que hace posible el que se viva y se propague el Evangelio en el mundo(368).

Un "núcleo de cristianos" quiere significar un grupo de personas que se conocen a fondo, que conviven como hermanos, que admiran la obra de Dios en cada uno, y en consecuencia, que se profesan una profunda amistad. Estos cristianos, para vivir en gracia, necesitan del esfuerzo personal en todo momento, de la ayuda de los hermanos, y por encima de todo del "regalo del Señor" que llega a través de los dos medios anteriores, y en ocasiones, de manera directa (369).

Estos cristianos conviven, es decir, comparten la vida unos con otros. Esta convivencia tiene varias finalidades: Mantenerse en la vida de gracia, impulsarse mutuamente en el peregrinar, y lograr una mayor eficacia en la actividad apostólica siguiendo la orientación del mismo Señor, que envió a predicar de dos en dos y no individualmente (370).

El clima de la convivencia de estos cristianos es tal, que posibilita el que se viva y se propague el Evangelio (371). Posibilita la vivencia del Evangelio porque desaparecen las diferencias de clase, color, procedencia,... por la fuerza de la caridad de Cristo. Posibilita que se produzcan milagros morales continuamente; que se viva en una alegría continua propia de la buena relación entre una gran familia, y por último que todas las realidades de la vida se contemplen desde la fe en relación con Dios.

También hace posible que se propague el Evangelio en medio del mundo porque un testimonio de vivencia evangélica es de por sí sumamente atractivo. Por otra parte, el convivir y compartir con otros cristianos da fuerza para trabajar apostólicamente al contemplar el testimonio y esfuerzo de los demás. Ser miembro de un núcleo de cristianos también ayudará a perder respetos humanos, el miedo a fracasar o a hacer el ridículo, y ayudará asimismo a no enorgullecerse o envanecerse por los éxitos, y por último, facilitará la comunicación y apoyo desde la oración y el sacrificio de todos (372).

Hemos analizado qué es una cristiandad en acción. Veamos ahora cómo actúa y qué logra (373). Debe actuar en tres niveles: Individual, de grupo y de comunidad. A nivel individual, cada uno en su lugar, es decir, trabajando cada uno en el lugar en que Dios le ha puesto a nivel profesional, familiar; en segundo lugar, a nivel de grupo pequeño, con los más amigos, con lo que será la Reunión de Grupo; en tercer lugar, a nivel comunitario, en conexión con todos, ya que los grupos pequeños no son cotos cerrados, y a ejemplo de la primera comunidad cristiana de Jerusalén (374) se trata de compartir comunitariamente toda la vida. Esto se hace en la Ultreya, que es la reunión de las Reuniones de Grupo.

Los logros que puede alcanzar una cristiandad en acción son los que Cristo mismo anuncia y ofrece al afirmar: Haréis las mismas cosas que yo y aún mayores (375). Podemos enunciar las siguientes: Conversión de muchas personas a través del Cursillo, cristianización de muchos ambientes a través de la acción de los cursillistas, mejora que se produce en el mundo al mejorar muchas personas de entre las que lo componen, crecimiento de la Iglesia, y como consecuencia de todo ello, la alegría del Señor que alegra nuestra vida y que se alegra al contemplar la conversión de muchas personas y su entrega generosa.

En la conclusión todo rezuma optimismo y esperanza:

Tenemos una concepción triunfal del cristianismo, no por capricho, sino por experiencia teologal, porque es la única verdadera, y porque la experiencia nos lo confirma cada día. Cristo se abre paso entre quienes le buscaban llamándole con un nombre falsificado. Y seguirá abriéndose paso arrollando sin herir a todo lo que queda por santificar. No dudamos en tener esta esperanza cierta y activa de que al final el triunfo será nuestro, porque será de Cristo. Y no nos conformamos con un final lejano y distante, sino que con nuestro esfuerzo alegre procuramos acelerar al máximo la plenitud del triunfo de Cristo. Y sabemos que los hombres buscan a Dios, por mucho que lo disimulen. Sabemos que, si nosotros no le fallamos, Dios acudirá a la cita[...] (376).

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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Ene 03, 2007 4:06 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Del libro "Génesis y Teología de Cursillos de Cristiandad"

IGLESIA.

Esta vida cristiana, la vida de la gracia, que Cristo nos merece y nos ofrece, no se ha de vivir de un modo individualista y aislado. Al contrario, debe vivirse de forma comunitaria, en la Iglesia. Ahora bien, ¿Qué es la Iglesia?

Es la sociedad instituida por Cristo, para hacer perenne sobre la tierra el Misterio de la Redención. La Santa Madre Iglesia que nos guía e ilumina por el camino de esta vida hacia la eternidad (...) La Iglesia de Cristo en la historia, que es como decir la obra tangible, pero real y verdadera de Dios en el hombre. La Iglesia por ser esta proyección de Cristo, es como el camino que nos encamina, verdad que nos clarifica el camino y vida que nos alienta para seguirlo sin desmayo. Cristo sigue en el tiempo y en el espacio su obra redentora en los que viven de Él por la gracia (340).

El mundo está mal, necesita una solución integral, y la solución de sus males está en la Iglesia, porque Cristo está en ella. La tarea de arreglar el mundo es propia de la Iglesia (341). ¿Cómo se puede lograr? ... en un solo quehacer que tiene dos vertientes: Ir transformando las almas dándoles la gracia. Ir transformando el mundo mediante aquellos que viven en gracia. Lo primero corresponde al sacerdote, lo segundo a nosotros los seglares. Sacerdotes y seglares somos Iglesia. Y los unos y los otros tenemos la misión de hacerla avanzar. Los dos perseguimos un mismo objetivo, pero cada uno en su plano...(342).

La misión propia del seglar consiste en llevar a cabo la consagración del mundo. Ello se realiza encarnando a Cristo en todas las circunstancias de la vida, a nivel de familia, de trabajo, de los diversos ambientes de amistad, esparcimiento... Vivir en cristiano, vivir la gracia de un modo consciente en medio de los hombres. No se trata de ser un sucedáneo de clérigo, sino de ser resonancia de la voz de Dios que despierte la inquietud por la verdad en unos ámbitos a los que no puede llegar la jerarquía y que precisan un mensaje hecho vida y testimonio (343).

La misión del seglar tiene unas notas características (344): Es una misión de hombres, sobrenatural, apostólica y jerárquica. Una misión de hombres con personalidad profunda e incisiva y realizando en su vida el milagro de la normalidad (345). Se trata de ser santos con el estilo de cada época y adaptándose al momento que toca vivir. El seglar ha de vivir la normalidad con la fuerza que da la autenticidad y con el empuje del que está enraizado en Cristo. Una misión sobrenatural es trabajar en la construcción del Reino, la propia incorporación total a Cristo por la gracia, y lo demás vendrá por añadidura. Una misión apostólica, para la salvación espiritual del prójimo, viviendo la verdad e incidiendo en los ambientes para que a todos ellos llegue Cristo. Una misión jerárquica porque la jerarquía de la Iglesia significa lo seguro, lo eterno y lo cierto. Secundar con obediencia presta las orientaciones de la jerarquía. Actuar con creatividad en los campos en que se da libertad de movimiento, y plantear siempre las iniciativas y problemas que se susciten.

Cada persona es única e irrepetible y debe dar un testimonio de Cristo que será también único e irrepetible. Hay en el Cuerpo Místico determinadas acciones que sólo de uno dependen y hemos de reivindicar con respecto a ellas una responsabilidad que no cedemos a nadie. El bien que nos incumbe depende de la situación en que nos hallamos colocados y de él no puede encargarse nadie en lugar nuestro (346).

Todos los miembros del Cuerpo Místico, por tanto, tienen una responsabilidad única e intransferible, cada uno la suya. Cada persona es importante, cada persona tiene unos talentos, unas capacidades, unas gracias concretas que Dios le da para colaborar y ser parte activa en la Historia de la Salvación.

Cada cual con sus talentos, sean del tipo que sean y en el grado que sea, ha de sentirse llamado a la transformación del mundo. Todos somos corresponsables y, en consecuencia, todos hemos de ser dirigentes. Ser dirigente no es ser un superdotado o un líder carismático, sino que son dirigentes seglares aquellos que oída la llamada del Señor, se lanzan decididamente a la acción apostólica, con espíritu abierto y equilibrado y un criterio de eficacia sobrenatural. Son los que encarnan a Cristo en el mundo de una manera clara, viva, convincente y verídica. Los que abren brecha y caminos hacia Dios (347).

A la hora de delimitar cómo debe ser el dirigente, se recurre a una cita de San Pío X: Han de ser católicos macizos, convencidos de su fe, sólidamente instruidos en las cosas de la religión, sinceramente adictos a la Iglesia y en particular a esta Suprema Cátedra Apostólica y al Vicario de Cristo en la Tierra; personas de piedad genuina, de varoniles virtudes, de costumbres puras, de vida tan intachable que sirvan a todos de eficaz ejemplo (348).

En esta descripción ya se perfilan una serie de cualidades que no son extraordinarias, ni propias de un cuerpo de élite, sino que derivan del Bautismo. El dirigente, respetando la idiosincrasia y las circunstancias de cada persona, posee estas cualidades o tiende a poseerlas. Se pueden distinguir una serie de cualidades naturales y sobrenaturales que todo cristiano debe poseer, y que en consecuencia, debe poseer todo dirigente seglar. Las cualidades naturales o humanas serían: Conocer el ideal, conocer la realidad, tener disciplina, simpatía, iniciativa y generosidad. En resumen, estas cualidades deben encaminarse a lograr una personalidad profunda centrada en un eje cristiano, ya que el cristianismo no sólo no anula, sino que potencia la personalidad (349).

A la vez, debe poseer unas cualidades sobrenaturales que desarrollan la potencialidad del Bautismo y encaminan a la santidad. Éstas son: Fe viva, humildad verdadera, esperanza y caridad (350).

La vida cristiana, compartida comunitariamente en Iglesia, no es una ilusión que se experimenta en los tres días del Cursillo, sino el camino certero de realización personal que se ha de proyectar más allá del Cursillo. El Cursillo no puede quedarse en una simple experiencia de fin de semana que se recordará con cariño. El Cursillo es la puesta en marcha de una nueva vida, o el cambio de ritmo si ya se vivía en gracia. La vida comienza con el cuarto día, que supone la vuelta a la realidad concreta, al ambiente donde cada uno desarrolla su existencia. Es muy importante la continuidad, la perseverancia, que viene explicada en los dos últimos Rollos: El cursillista más allá del Cursillo y Seguro total (351).

La perseverancia se fundamenta en dos pilares: El contacto con Cristo y el contacto con los hermanos. El contacto con Cristo es continuo por la vida de gracia y se intensifica a través de la oración y de la recepción de sacramentos. El contacto con los hermanos se asegura a través de la Reunión de Grupo, que servirá para abrir horizontes espirituales, estimular en el apostolado, acentuar el espíritu de equipo, y en definitiva, posibilitará un trabajo más eficaz en la extensión del Reino (352).

Para mantenerse perseverantes hay que evitar dos peligros: Creerse algo, y no creerse nada. Creerse algo significa perder de vista que junto a la misión apostólica que tenemos encomendada, somos instrumentos inútiles en manos de Dios y que debemos dejarle actuar a través de nuestra vida. No creerse nada es rendirse ante las dificultades, pecar contra la esperanza, olvidar que con Cristo lo podemos todo (353).

La perseverancia tiene tres dimensiones que vienen a consistir como en tres especies de imperativos(354). Lo que ha de ser el cursillista, lo que ha de tener el cursillista y lo que ha de saber el cursillista. El cursillista ha de ser cristiano. Ser cursillista es ser cristiano. Militante de la causa de Cristo. Continuador de la obra de Cristo con los procedimientos de Cristo (...). El cursillista debe ser un testimonio vivo del Evangelio de tal manera que a través de él, Cristo se manifieste a los demás vivo, normal y cercano (355).

El cursillista ha de tener un concepto claro del ideal que mueve su vida, para lograr que toda la vida marche al ritmo de la Iglesia y ha de tener un concepto claro de la realidad, querida o permitida por Dios, para estudiarla, buscar soluciones, y llegar a su transformación.

En tercer lugar, el cursillista ha de saber que la dimensión apostólica no es idéntica en todos los cristianos, aunque todos deben sentirse responsables y todos deben colaborar no olvidando que actúan a las órdenes de la Jerarquía, por la voluntad del Papa, en la edificación del Cuerpo Místico de Cristo (356)
.

La perseverancia, por tanto, tiene unos fundamentos y unas dimensiones, pero requiere y se alcanza a través de unos medios concretos, que consisten principalmente en la Reunión de Grupo. La Reunión de Grupo es el segundo momento de los Cursillos de Cristiandad. En ella el Cursillo se hace perenne y el cristianismo se hace constante; todo lo que se vive en cristiano debe convivirse. La Reunión de Grupo no es sino un cauce para convivir el cristianismo que cada uno vive o intenta vivir (357).

Abundando en la importancia y necesidad de la Reunión de Grupo, se llega a afirmar que la forma más profunda de convivencia es la amistad. Por ello la reunión de grupo es la amistad llevada al terreno de lo trascendente: La amistad convertida en gracia actual permanentemente(...). No es la reunión de grupo un simple medio de perseverancia puesto que ella es también necesaria al que perseveraría sin hacerla. Su entraña está dentro de lo esencial cristiano, en la experiencia de la comunión de los santos. Es necesario hacer reunión de grupo para posibilitar a cada uno lo que precisa: La convivencia normal, perenne y jubilosa de nuestro vivir en cristiano. Introducir a cada cristiano en una circunstancia de potencia santificante que le sirva de impulso y medida de su ser cristiano (...). La reunión de grupo es el lugar, el modo y el instrumento donde se perfilan y se concretan la verdad, práctica, triunfal y formidable de nuestro cristianismo católico y apostólico (358).

Por tanto, la Reunión de Grupo tiene una doble faceta: Es, ciertamente, un medio de perseverancia. Pero no sólo es eso, es también la circunstancia que posibilita la experiencia de la comunión de los santos, la experiencia de comunión eclesial (359).

La Reunión de Grupo reúne unas notas constitutivas, informadas por una fe viva, que son las siguientes: Regularidad, seriedad, sigilo y sinceridad (360).

La conclusión de este Rollo presenta la Reunión de Grupo como la solución de todos los problemas y una solución al alcance de todos, por complicada que uno tenga la vida (...) es la solución que ofrece al mundo ahora el cristianismo por medio de los Cursillos (361).
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Ene 12, 2007 4:04 pm    Asunto: III ULTREYA MUNDIAL
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Copio de vatican.va el mensaje que dio Juan Pablo II a los cursillistas en la III Ultreya Mundial en el Vaticano con motivo del Año Jubilar del 2000, y a la que asistí con mi Ultreya de San Francisco Javier.

DISCURSO DEL PAPA JUAN PABLO II
A LOS PARTICIPANTES EN LA III ULTREYA MUNDIAL
DE LOS CURSILLOS DE CRISTIANIDAD

Sábado 29 de julio de 2000



Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Me alegra dirigiros mi afectuoso saludo a todos vosotros, que habéis venido aquí desde los cinco continentes para la tercera Ultreya mundial de los Cursillos de Cristiandad, la Ultreya del gran jubileo. Gracias por vuestra visita y sed todos bienvenidos.

Saludo a los cursillistas de lengua española, venidos desde América y desde España, recordando que fue en Palma de Mallorca donde nació esta experiencia apostólica iniciada por monseñor Juan Hervás, celoso pastor de aquella comunidad eclesial.

Os doy la bienvenida a cada uno, y os aliento a hacer de esta Ultreya del gran jubileo un tiempo de renovado compromiso de santidad de vida y de apostolado.

Dirijo un cordial saludo de bienvenida a todos los participantes de lengua francesa.

Saludo, en particular, a todos los que han venido de países de lengua alemana. Quiera Dios que esta celebración fortalezca vuestra fe.

Saludo a la presidenta del organismo mundial de los Cursillos de Cristiandad y le agradezco las cordiales palabras que me ha dirigido en vuestro nombre, presentando el compromiso apostólico de vuestro movimiento y el bien que el Señor realiza a través de vosotros. Saludo a los fundadores y a los animadores espirituales, así como a los diversos responsables del movimiento. Vuestra presencia, tan variada y alegre, testimonia que la pequeña semilla sembrada en España hace más de cincuenta años se ha convertido en un gran árbol lleno de frutos del Espíritu. Más aún, sigue constituyendo una feliz respuesta a la pregunta formulada por mi venerado predecesor, el Papa Pablo VI, en la primera Ultreya mundial de Roma: "El Evangelio ¿puede aún conquistar al hombre maduro, (...) tanto en la civilización urbana como en la agrícola?" (AAS 58, 1966, 503).

Por tanto, me uno con alegría a vuestra acción de gracias al Señor por cuanto ha realizado y sigue realizando en la Iglesia mediante los Cursillos de Cristiandad.

El tema de esta Ultreya mundial -"Evangelizar los ambientes en el tercer milenio cristiano: un "desafío" para los Cursillos de Cristiandad"- atestigua el esfuerzo de volver a proponer con medios y entusiasmo renovados la experiencia de Cristo a los hombres y a las mujeres del siglo XXI. Esto es más urgente aún dado que "enteros países y naciones, en los que en un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes y capaces de dar origen a comunidades de fe viva y operante, están ahora sometidos a dura prueba por la continua difusión del indiferentismo, del secularismo y del ateísmo" (Christifideles laici, 34).

2. Ante esa situación, que desafía a los creyentes a "rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana" (ib.), el método del cursillo quiere contribuir a cambiar en sentido cristiano los ambientes donde las personas viven y actúan, mediante la inserción de "hombres nuevos", que han llegado a serlo gracias a su encuentro con Cristo. A este objetivo tienden los tres días del "cursillo" de cristiandad, durante los cuales un equipo de sacerdotes y laicos, sostenidos por la oración y el ofrecimiento de sacrificios por parte de los demás miembros del movimiento, comunica las verdades fundamentales de la fe cristiana, especialmente de modo "vivencial". El anuncio de Cristo, propuesto de este modo, abre casi siempre a los participantes en el cursillo al don de la conversión y a una conciencia más viva del bautismo recibido y de la propia misión en la Iglesia. Se sienten llamados a ser "levadura" profética, que se mezcla con la harina para fermentar todo (cf. Mt 13, 33), "sal de la tierra" y "luz del mundo" (Mt 5, 13-14) para anunciar a cuantos encuentran que únicamente en Jesucristo está la salvación (cf. Hch 4, 12) y que "el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado" (Gaudium et spes, 22).

3. Queridos hermanos y hermanas, sed testigos intrépidos del "servicio a la verdad" y trabajad sin descanso con la "fuerza de la comunión". Apoyándoos en vuestras ricas experiencias espirituales, que son un tesoro, aceptad el "desafío" que nuestro tiempo plantea a la nueva evangelización, y dadle sin miedo vuestra respuesta.

Frente a una cultura que, con mucha frecuencia, niega la existencia misma de una verdad objetiva de valor universal y que a menudo se pierde en las "arenas movedizas" del nihilismo (cf. Fides et ratio, 5), los fieles deben saber indicar claramente que Cristo es el camino, la verdad y la vida (cf. Jn 14, 6).

A vosotros, que le habéis abierto generosamente vuestro corazón, Jesús os pide que anunciéis incansablemente su nombre a quienes aún no lo conocen. Os llama a su servicio, al servicio de su verdad, la verdad que nos hace libres.

Cuanto más transparente sea esta "diaconía de la verdad" en vuestra vida diaria, tanto más convincente será. Como os recuerda una oración que se reza mucho en el movimiento de los Cursillos, "Cristo no tiene manos; sólo tiene nuestras manos para cambiar el mundo actual. Cristo no tiene pies; sólo tiene nuestros pies para llevar al mundo hacia él. Cristo no tiene labios; sólo tiene nuestros labios para hablar a los hombres".

4. Este es vuestro apostolado. Llevadlo a cabo en constante sintonía eclesial, para que así se manifieste la "fuerza de la comunión" que es a la vez el estilo y el contenido mismo de la misión del pueblo de Dios. Frente a las diversas formas de individualismo, que fragmenta y dispersa la capacidad y los recursos evangelizadores, aunad vuestros esfuerzos misioneros a los de las múltiples agrupaciones eclesiales suscitadas por el Espíritu en la Iglesia de nuestro tiempo.

Esforzaos para que resalte de nuevo la belleza de las primeras comunidades cristianas, que hacían decir con admiración a los paganos: "¡Mirad cómo se aman!". Y sed siempre dóciles a las indicaciones del Magisterio. En efecto, ningún carisma dispensa de la referencia y de la sumisión a los pastores de la Iglesia, cuyo discernimiento es garantía de fidelidad al carisma mismo. Que la actual celebración jubilar suscite en todos vosotros una renovada fidelidad a vuestra inspiración original y una más firme comunión eclesial.

5. "De colores, de colores se visten los campos en la primavera. De colores, de colores son los pajaritos que vienen de fuera. De colores, de colores es el arco iris que vemos lucir...".

Durante los días del cursillo, las palabras de esta canción popular española ayudan a los participantes a reflexionar sobre la belleza multiforme de la creación. Encontrándoos con Cristo, habéis aprendido a mirar con ojos nuevos a las personas y a la naturaleza, a los acontecimientos cotidianos y a la vida en general. Habéis experimentado que la verdadera felicidad se logra en el seguimiento del Señor. Esta experiencia personal y comunitaria debe ser transmitida a los otros.

Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, que por desgracia se alejan de Dios, esperan de vosotros la luz de la fe que les ayude a redescubrir los colores de la existencia y de la alegría de sentirse amados de Dios.

"¡Ánimo! ¡Ultreya! ¡Adelante!"os repite hoy el Sucesor de Pedro. Contemplad a María, ejemplo de fidelidad indefectible a Dios, y, como ella, en todas las circunstancias poned vuestra confianza en Dios, Padre de misericordia, que mantiene vuestros pasos por el camino de la verdad y del amor.

Mi saludo se extiende, con la misma cordialidad, a todos los demás peregrinos que se han dado cita aquí. En particular, a los de la diócesis de Leiría-Fátima, encabezados por su obispo, el querido monseñor Serafim.

Queridos hermanos y hermanas, han pasado dos meses desde que tuve la alegría de encontrarme entre vosotros, gozando de vuestra cordial hospitalidad y testimoniando vuestra radiante alegría por la confirmación de la santidad de dos paisanos vuestros: los beatos Francisco y Jacinta Marto. Hoy vosotros, representación elegida de esa Iglesia particular, me devolvéis la visita. Habéis venido a la tumba del Príncipe de los Apóstoles, con espíritu de oración y penitencia, para implorar perdón e indulgencia y renovar vuestra entrega a la obra de divinización de la humanidad que comenzó hace dos mil años con el nacimiento de Dios encarnado.

Saludo de corazón a toda la diócesis de Leiría-Fátima, deseando que este gran jubileo de la Encarnación sea para todos vosotros el "año de gracia del Señor" que se hizo realidad con Jesús y en Jesús (cf. Lc 4, 19-21), a fin de que esperéis confiadamente en la fuerza de su mensaje y de su obra de salvación, améis a todos con amor de donación y también de reparación por la ingratitud de tantas personas con respecto a Dios, y testimoniéis la fe con valentía y coherencia en la sociedad actual.

Que la Virgen santísima, presente místicamente en vuestros santuarios marianos, entre los que sobresale, por elección de ella, el de Fátima, os acompañe maternalmente en vuestro camino de penitencia y conversión, y os sostenga en la realización de vuestros propósitos para bien de vuestra diócesis y para la salvación del mundo.

Os saludo cordialmente a vosotros, peregrinos de Polonia, que habéis venido a este encuentro. Os agradezco vuestro compromiso por la nueva evangelización y la construcción de la civilización del amor y la solidaridad en el mundo. La Iglesia os necesita. Necesita vuestra actitud cristiana y vuestra santidad, para que se realice en el mundo la gran obra de la salvación.

Con afecto, os aseguro un constante recuerdo en la oración y os imparto a todos la bendición apostólica, propiciadora de abundantes gracias divinas.
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MensajePublicado: Sab Ene 13, 2007 7:46 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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De www.archimadrid.es

50 años de Cursillos
de Cristiandad


En enero de 1949 se celebró en el monasterio de San Honorato, en Mallorca,el primer Cursillo de Cristiandad. Hoy, cincuenta años después, más de 6 millonesde personas, en los cinco continentes, han vivido la experiencia de un Cursillo
El Movimiento de Cursillos nació en Mallorca en los años 40. A principios de 1936, Manuel Aparici, presidente nacional de los jóvenes de Acción Católica, en compañía del cardenal Pacelli, propuso a Pío XI una masiva peregrinación de jóvenes al sepulcro de Santiago en Compostela: Cien mil jóvenes en gracia a Santiago. El Papa bendijo la iniciativa, pero no pudo llevarse a cabo por las dos guerras (española y mundial) que se sucedieron. Ya desde 1943, y más intensamente a partir de 1945, el Consejo Superior de jóvenes de Acción Católica empezó a dar, en muchas diócesis de España, unos cursos anuales llamados cursillos de adelantados de peregrinos. En Mallorca, estos cursos fueron muy bien acogidos, y adaptados con el nombre de cursillos de jefes de peregrinos. Dichos responsables se reunían en una Escuela Diocesana de Dirigentes, que preparaba, revisaba, corregía y perfeccionaba incesantemente los cursos celebrados. De la fervorosa espiritualidad peregrinante de esta Escuela, y de su estudio teológico, psicológico y pastoral de la realidad, surgió algo nuevo, los Cursillos de Cristiandad, que cristalizaron en la doble fórmula: vivir y compartir lo fundamental cristiano, y crear núcleos de cristianos que fermenten evangélicamente los ambientes.

UN POCO DE HISTORIA

La Escuela de Dirigentes que gestó Cursillos era un grupo de 20 a 25 jóvenes laicos, entre los que descollaba Eduardo Bonnín -rector del primer cursillo-, acompañados sacerdotalmente por Sebastián Gayá, director espiritual de la Escuela, a los que se unieron posteriormente personas de valía, como el teólogo Juan Capó. El obispo diocesano, monseñor Juan Hervás, la animó eficazmente en todos sus esfuerzos. Quienes la componían fueron forjando, y compartían unos criterios y opciones pastorales, que más tarde se formularían así:

• Una concepción triunfal del cristianismo*, la única verdadera, como algo joven, con el entusiasmo de quienes se saben partícipes de la resurrección.

• Una visión dinámica del cristianismo, no de mantenimiento intraeclesial sino de vida, peregrinación y misión, de conquista.

• Para poder evangelizarlos adecuadamente es necesario estudiar y conocer la realidad concreta que rodea a los jóvenes de hoy, sus ambientes.

• Nos mueve una sana insatisfacción ante la situación presente, convencidos de la inadecuación de muchos métodos pastorales en uso; nos rebelamos contra la pasividad pastoral y la idea de desaparecer; queremos ensayar otros caminos.

• Tenemos la esperanza cierta de que Cristo no nos dejará en la estacada si nosotros nos entregamos con ilusión y no le ponemos obstáculos. Esto no obedece a sentimentalismos sino a profundas convicciones de fe. Creemos que Cristo quiere contar con nosotros.


A partir de enero del 49, empiezan a multiplicarse los cursillos, que, en virtud de su proclamación de lo fundamental cristiano, demostraban ser un método válido de evangelización universal, que sirven para enfervorizar a los de dentro de la Iglesia, y todavía más para hacer entrar de lleno a los de fuera. 22 cursillos se celebraron en Mallorca ese mismo año.

De Mallorca, los Cursillos pasaron a la Península en 1953 (Valencia, Madrid) y, en seguida, a América, empezando por Colombia, ese mismo año. El 1957 están en México, Bolivia, Estados Unidos de Norteamérica. Hoy se han extendido a 85 países de los 5 continentes. Se calcula que más de seis millones y medio de personas en todo el mundo han participado en un Cursillo. Actualmente están penetrando en los países del Este europeo y en Cuba (marzo de 1998).

FUERZA DEL ESPÍRITU

El Movimiento fue aprobado solemnemente por Pablo VI, que le dió a san Pablo como patrón (1963) y acogió la primera Ultreya mundial en Roma (1966), con 4.000 participantes. La aprobación por la Jerarquía eclesiástica de los diversos Secretariados nacionales y de otros organismos de comunión del Movimiento sancionó definitivamente la independencia y diferencia de Cursillos respecto de Acción Católica y de cualquier otro movimiento de Iglesia. La vocación o carisma fundacional de Cursillos es evangelizadora: la fermentación evangélica de los ambientes.

Juan Pablo II ha dicho: Cursillos de Cristiandad es un instrumento suscitado por Dios para el anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo. La Iglesia tiene, para ofrecer al mundo, ricos y variados manjares; el problema es que los hombres de hoy no tienen hambre. El Cursillo despierta el apetito. El Cursillo proclama lo sustancial de la fe de forma testimonial, cálida, jubilosa, como Buena Nueva que salva al hombre. Más que demostrar verdades, muestra vidas que van siendo tocadas por la fuerza del Espíritu.

Jordi Girau.*
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(Anotación por mi parte)*El P. Jordi Girau es Consiliario de Cursillos de Cristiandad.
*Concepción triunfal, que no triunfalista.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Mie Ene 17, 2007 6:38 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Al disponerme a prologar este libro, GÉNESIS Y TEOLOGÍA DEL CURSILLO DE CRISTIANDAD, viene a mi mente el comienzo de la carta a los Hebreos: Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo... (Heb 1, 1-2). Dios que se ha ido revelando progresivamente al género humano, entra en la historia de un modo definitivo enviando a su Hijo, culminación y plenitud de la revelación, con la finalidad de establecer la comunión plena de los hombres con Él, así como de todo el género humano entre sí. Su misión consiste en anunciar el Evangelio, la buena nueva de la salvación a todos los hombres, y que éstos lleguen al conocimiento del Padre mediante la fe en la persona y en la palabra del Hijo.

Jesús predica el Reino de Dios, proclama por los pueblos y ciudades la buena nueva del Evangelio, anuncia la salvación, que llega mediante la conversión profunda de la persona; y lo hace de una forme nueva, que asombra a los oyentes, que llama poderosamente la atención sobre todo por su autoridad, autoridad propia de profeta, y más que profeta, porque no se trataba de alguien que transmitía la palabra de Dios, sino que él era la Palabra eterna del Padre, la cima de la revelación, la culminación del profetismo.

A lo largo de todo su ministerio público, culminado con la muerte y resurrección, instituye su Iglesia como sacramento de salvación y envía a los Apóstoles diciéndoles: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado (Mt 28 19-20). De ahí proviene la misión de la Iglesia: propagar la fe y la salvación de Cristo. Una misión que continúa, que proyecta y desarrolla, que va actualizando y aplicando a lo largo de la historia la misión de Cristo. Una misión que la Iglesia realiza a impulsos del Espíritu Santo, siempre presente y activo.

La Iglesia, por tanto, ha nacido de la acción evangelizadora de Jesús y participa de su misión: Ella existe para evangelizar (EN 14). Los que acogen la Buena Nueva e intentan hacerla vida construyen una comunidad que es evangelizada y a la vez evangelizadora. Su vida sólo tiene sentido pleno cuando se convierte en testimonio, en anuncio de la Buena Nueva. Necesita ser evangelizada para conservar su frescor y vitalidad, para renovarse incesantemente. Como depositaria del Evangelio, envía a los evangelizadores. El tiempo que sigue a la Ascensión del Señor es el tiempo de la Iglesia. Mientras dure este tiempo, es responsabilidad suya la tarea de evangelizar.

Esta Iglesia depositaria del Evangelio, continuadora de la misión de Cristo, ¿cómo realiza su misión evangelizadora? En primer lugar, escuchando atentamente la Palabra, como María y con María. En segundo lugar, siendo consciente y consecuente con su realidad esencial, que es misionera. Por tanto, viviendo el envío de Jesús, que se hace a todo bautizado. Por último, en virtud de los carismas que el Espíritu Santo va suscitando a lo largo de la historia según las necesidades de cada momento concreto.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad es uno de esos carismas-servicios que el Espíritu Santo ha suscitado en orden a la edificación de la Iglesia y a la evangelización del mundo. Surgió a principios de 1940 en Mallorca tras una maduración que duró varios años a través de la peregrinación de los Jóvenes de Acción Católica a Santiago de Compostela en el mes de agosto de 1948.

Nace en una época que se caracteriza por un cierto florecimiento religioso, tanto a nivel popular y social como a nivel personal. La Acción Católica está implantada en la casi totalidad de las parroquias de España, y se da una presencia religiosa oficial en las manifestaciones civiles. Aparentemente, la sociedad española goza de una orientación y de una vida cristiana más que aceptables.

Pero se detectaba un déficit a nivel de evangelización, de testimonio, de transformación de estructuras, así como de interiorización profunda de la práctica religiosa. No era tan sencillo en el ambiente de aquellos años cuarenta en que los planteamientos religiosos acostumbraban a tener pocas fisuras. Sin embargo, ya en aquellos momentos existe un colectivo de jóvenes de Acción Católica en Mallorca que denuncian la falta de coherencia entre la fe y la vida, falta de autenticidad, falta de vitalidad. Para ellos se está cayendo en el aburguesamiento, en el conformismo, en la inoperancia apostólica. En el fondo, y como es propio de la juventud, son corazones insatisfechos, rebeldes, inquietos, incoformistas, a la vez que sumamente idealistas y creativos.

En esta tesitura, se da un factor que aglutinará providencialmente ese caudal de energías. Las actividades preparatorias de la peregrinación a Santiago propiciarán esa energía de corazones, mentes, métodos, contenidos doctrinales, gracias de Dios..., y sobre todo un soplo poderoso del Espíritu Santo que cristalizó en un revulsivo dinámico, en un antídoto perfecto contra la mediocridad que iba contagiando paulatinamente a los mismos militantes.

Nace así el Cursillo de Cristiandad y nace el Movimiento de Cursillos de Cristiandad: un instrumento y un movimiento que se han situado siempre en el ministerio profético de la Iglesia, en el ministerio de la palabra, que tiene como finalidad despertar y madurar la fe. Dentro de este ministerio, en su primer momento, en la proclamación del kerigma, en la evangelización; y como nota específica y especificadora, en la evangelización de los ambientes.

En el mes de agosto del presente año tendrá lugar el 50 aniversario de aquella peregrinación a Santiago y del 7 al 10 de enero de 1999 se cumplirán, asimismo, cincuenta años desde el primer Cursillo de Cristiandad propiamente dicho. Nos podemos preguntar si, hoy día, con las transformaciones tan profundas que se han producido en la sociedad, los cambios acaecidos en la misma Iglesia, la mentalidad de finales de siglo y de milenio, tan distinta de la de hace sólo unas décadas, continúan siendo válidos tanto el Cursillo como el Movimiento de Cursillos, si mantienen alguna vigencia en su esencia, finalidad y método: si no se han convertido en algo trasnochado y obsoleto. Supongo que respuestas podríamos recoger casi tantas como personas que se planteen la cuestión. Ahora bien, pocas habrá tan claras y convincentes como la que encontramos en palabras de Juan Pablo II:

La misión de Cristo redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. A finales del segundo milenio después de su venida, una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio (RMI)

Si estamos en los comienzos de la misión de la Iglesia y conviene aplicarse con todas las fuerzas a la tarea, y el Movimiento de Cursillos de Cristiandad es sobre todo un movimiento evangelizador, no pueden caber dudas sobre su sentido, sobre su vigencia, sobre su actualidad. Será preciso, eso sí, considerar cómo se puede actualizar y potenciar. La celebración de unas bodas de oro siempre constituye un momento privilegiado para dar gracias a Dios por los dones recibidos, por el trabajo realizado y por los frutos cosechados en la etapa que se culmina, así como para mirar hacia el futuro desde la esperanza firme en la fidelidad del Señor.

Me permito abundar aquí en algunas líneas de fuerza en orden a esa actualización continua desde la fidelidad al carisma. Será conveniente una sólida formación centrada en Cristo, en la misión de la Iglesia y en la misión concreta del Movimiento de Cursillos. Será conveniente profundizar en las características de los ambientes y de las personas de hoy. Convendrá cultivar los elementos pedagógicos más genuinos de la fenomenología del Cursillo: Palabra desde la vida, testimonio, libertad, heterogeneidad... Convendrá una organización que cuide los aspectos comunitarios y de proyección en los ambientes. Convendrá alimentar una espiritualidad de la relación fe-vida.

GÉNESIS Y TEOLOGÍA DEL CURSILLO DE CRISTIANDAD es la tesina de Licenciatura en Teología Sistemática que José Ángel Saiz Meneses, sacerdote diocesano de la Archidiócesis de Barcelona, presentó en la Facultad de Teología de Cataluña. En ella constatamos la seriedad y la objetividad del estudio, así como su experiencia como joven militante primero y posteriormente como sacerdote consiliario.

Me siento en el deber de felicitar al autor por este trabajo realizado. Se trata de un trabajo muy interesante distribuido en dos partes bien diferenciadas. La primera, de tipo histórico, describe un proceso que culminará felizmente en el movimiento del Cursillo, y en consecuencia, del Movimiento de Cursillos. No va más allá, se queda en el nacimiento y en la constatación de que se trata de un movimiento evangelizador. Pero en esta génesis, aporta unos datos fundamentales y a la vez entrañables, unos muy conocidos y otros en parte inéditos, de aquella primera hora. La segunda parte es una descripción teológica del Cursillo, basada en los Rollos Originales, y articulando el nervio doctrinal en cuatro puntos: Jesucristo, la Gracia, la Iglesia y el Mundo.

Es nuestro deseo que junto a ésta, se realicen muchas otras publicaciones y también actos conmemorativos de la efemérides que nos ayuden a seguir bebiendo en nuestras fuentes más genuinas, que nos ayuden a profundizar en el carisma recibido, y a la vez, que nos empujen a actualizar el Cursillo y hacerlo eficaz en los nuevos tiempos y en los nuevos ambientes.



Juan García-Santacruz Ortiz, Obispo de Guadix,

Consiliario del Secretariado Nacional del M.C.C.
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MensajePublicado: Jue Ene 18, 2007 12:58 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Sacado de www.vatican.va

DISCURSO DEL SANTO PADRE PABLO VI
CON OCASIÓN DE LA ASAMBLEA MUNDIAL
DE LOS CURSILLOS DE CRISTIANDAD


Sábado 28 de mayo de 1966



Cursillistas de Cristiandad
Hermanos e Hijos amadísimos:

¿Quién sois vosotros y de dónde venís? ¿Cuántos sois y qué secreto poder a todos os ha congregado hoy en Roma? La respuesta a estas preguntas nos la acaba de dar en sus cordiales y fervorosas palabras - que agradecemos vivamente - el Señor Cardenal de Tarragona. La habríamos adivinado igualmente cuando al entrar en estas salas, pasábamos entre vosotros.

Vuestras aclamaciones nos iban descubriendo vuestros puntos de origen: venís de España, fecunda siempre en instituciones y obras para la Iglesia; venís de Portugal, donde el estímulo de renovación espiritual sacude mentes y corazones; venís de México y de otros Países del Norte, del Centro y del Sur de América; venís de Filipinas y del Extremo Oriente, de Asia, de las naciones nuevas de África. Sois muchos; sois millares los que estáis aquí, y representáis a los cientos y miles que han participado en la misma lluvia de gracias y están animados de idénticos ideales bebidos en una fuente común: vuestros Cursillos.

«Cursillos de Cristiandad»: esa es la palabra, acrisolada en la experiencia, acreditada en sus frutos, que hoy recorre con carta de ciudadanía los caminos del mundo. Y es ésa ya universal expresión el resorte mágico que en este día os convoca a Roma. ¿Para qué? Para actuar con ello en vosotros el sentido peregrinante que da estilo a vuestro método; para saturar vuestro espíritu en el cristianismo primitivo de la Roma Sacra; para percibir con mayor intensidad en vuestras vidas el misterio de Cristo presente en Pedro; para tomar conciencia de ser Iglesia; para dejaros enardecer por la fascinación del momento pentecostal que con el Concilio la ha invadido en su realidad profunda y en sus movimientos y manifestaciones vitales.

¡Cristo, la Iglesia, el Concilio! ¡Qué larga conversación la que abren estos temas! Dejadnos deciros una palabras del primero: de los otros dos os sugeriremos unas breves reflexiones.

Ante la trasformaciones del mundo actual, que deja con facilidad y rapidez superados unos tras otros los modos de vida, ante el fenómeno del tiempo que con solo su paso enmohece las armas, es admirable el dinamismo que el Espíritu Santo infunde en la Iglesia despertando iniciativas y obras que, sin necesidad de destruir ni aminorar fórmulas e instituciones todavía vigentes, adornan de nueva eficacia y lozanía al mensaje evangélico.

Mas si cambian los tiempos y algunos métodos envejecen, si surgen nuevas manifestaciones del Espíritu, la tarea permanente del laico seguirá siendo la inserción del cristianismo en la vida, mediante el encuentro y amistad personal con Dios y en la comunión con los hermanos. El seglar, al formarse en cristiano, reforma su mentalidad y conforma su vida con la imagen de Cristo, por medio de la fe, la esperanza y la caridad; trasforma, actuando en plena responsabilidad propia, las estructuras temporales en las que está inmerso; guiado en su acción por la mirada de Cristo trata de rehacer continuamente el mundo según el plan y el designio de Dios.

Pende sobre la humanidad en este preciso momento de su historia la amenaza de quedar derrotada en virtud de su mismo progreso; existen novedades en la época actual que sin duda son buenas y útiles al hombre; pero hay también cambios e innovaciones en el vivir moderno que gravan desordenadamente sobre la vida religiosa y la ponen en peligro, dejando al hombre en la incertidumbre, y no rara vez en la angustia.

Van quedando atrás, por fortuna, los tiempos en que la profesión cristiana en nuestros pueblos, tradicionalmente católicos, se relegaba al ámbito individual y privado, sin trascender al social, profesional y civil. Un más elevado nivel de cultura teológica y litúrgica, el acceso de los seglares al apostolado organizado, particularmente en las filas de la Acción Católica, han acercado más la religión a la vida. Pero un enfoque demasiado sentimental y casi exclusivamente piadoso y devocional en los métodos pastorales, el no dar siempre la importancia debida al núcleo esencial y a lo fundamental cristiano, entre otros factores que sería largo examinar, han hecho que en no pocas de nuestras estadísticas y dentro de nuestros templos aparezca acusador el desigual porcentaje de práctica religiosa entre el hombre y la mujer, entre el niño y el adulto.

¿Será la figura de Cristo - nos preguntamos ante estos fenómenos - capaz todavía de despertar el entusiasmo en una juventud víctima a veces de la desilusión? ¿Tiene aún el evangelio entrada en el jefe de industria, el catedrático, el obrero, en la ciudad como en el campo? Los ideales cristianos que configuraron al conductor y guía de otras épocas, que han sido buenos para hacer santos en todas las clases y estamentos sociales, que han engendrado varones perfectos, maestros del vivir, artífices del progreso, ¿serán válidos para nuestra época? La respuesta, felizmente afirmativa, la encontramos en vosotros. Al veros, el alma se abre a la esperanza: la religión, con sus valores, si presentada rectamente, conserva todavía su poder de atracción, su interés en los hombres, en los jóvenes que, según vuestro lenguaje «pisan fuerte», tienen estilo, con puesto en las profesiones, con influjo en la vida.

Más aún, la llamada al cristianismo no es para versátiles o tímidos, para los que se detienen en la mitad del camino o se entregan a oportunismos y viles compromisos.

El hombre acabado y perfecto, el hombre valiente y seguro de sí mismo, el hombre capaz de actuar y de amar, es siempre buen alumno de la disciplina de Cristo
.

¡Oh qué riqueza de valores encierra la vocación cristiana! Recordadlo siempre; vividlo. A Cristo os une el compromiso solemne del bautismo; a El os ligan las relaciones vitales de los sacramentos que hacen circular por vuestras almas su sangre redentora. Cristo ocupa el centro de referencia de la historia universal, cósmica y humana: porque todas las cosas fueron hechas en El y por El, todo lo puso el Padre bajo su poder, a todos El atrae desde la cruz; y El enlaza con el corazón de cada uno como amigo, a todos invita a su gran empresa. ¡Oh hombres, o jóvenes que tenéis la sana ambición de las cosas grandes y hermosas! Sabed con alegría que podréis ser, que debéis ser, que ya sois, si lo queréis, de Cristo. De Cristo Verbo Encarnado, Hijo de Dios, Mesías del mundo, esperanza de la humanidad y único Maestro; de Cristo pan de vida, Pontífice, víctima, mediador entre Dios y los hombres. Sí, vosotros sois sus llamados, sus discípulos, sus testigos, miembros vivos, entrelazados en su inmenso y único Cuerpo Místico.

Habéis querido venir aquí, centro y corazón de la Iglesia, para sentir más de cerca sus palpitaciones, para acrecentar vuestro ya grande amor hacia ella, para tomar conciencia más viva de vuestra pertenencia al reino de Dios sobre la tierra, para afianzaros en los deberes y exigencias apostólicas que de ello derivan.

Sabemos que en vuestra palestra de espiritualidad y apostolado, en el movimiento de Cursillos, el «sensus Ecclesiae» es norte que orienta, palanca que mueve, luz y manantial que inspira y vitaliza. Llevaos de esta visita a Roma, Iglesia reina que preside la caridad, un amor hacia la Iglesia mayor aún, si pudiera ser, del que os devora, un propósito decidido de hacer Iglesia. Mas recordad siempre que «no es la conformidad con el espíritu del mundo, no es la inmunidad frente a las disciplinas de una razonable ascética, no es la indiferencia hacia las libres costumbres de nuestro tiempo, no es la emancipación ante la autoridad de los prudentes y legítimos superiores, no es la apatía hacia las formas contradictorias del pensamiento moderno lo que puede dar vigor a la Iglesia . . . sino su actitud para vivir según la gracia divina, su fidelidad al evangelio, su cohesión jerárquica y comunitaria» (Ecclesiam suam, n. 47).

Y finalmente una breve reflexión sobre el Concilio, diríamos mejor sobre el postconcilio. El desarrollo doctrinal de sus documentos - al igual que lo ha sido su elaboración - es obra del magisterio de los Obispos, coadyuvados por los peritos; mas su estudio, difusión y aplicación toca a toda la Iglesia.

Nos conmueve la delicadeza con que en Nuestra humilde persona depositáis vuestra gratitud al Episcopado del mundo entero por el don del Concilio celebrado. Al ganar el jubileo en Nuestra Catedral de Letrán pedid al Espíritu Santo que siga iluminando y guiando al Pueblo de Dios, que Pastores y fieles sepamos aprovechar y hacer rendir los talentos confiados a la Iglesia en este periodo de su historia: para realizar la imagen ideal de la Esposa Santa e Inmaculada (cf. Eph. 5, 27), para crecimiento y aumento del Cuerpo Místico de Cristo, para la unión de todos los cristianos, para la recristianización del mundo entero.

En esta esperanzadora tarea, el Concilio especifica vuestro cometido con palabras que bien pueden formar parte de vuestro programa: «Los seglares han de procurar, en la medida de sus fuerzas, sanear las estructuras y los ambientes del mundo, si en algún caso incitan al pecado, de modo que todo esto se conforme a las normas de la justicia y favorezca, más bien que impida, la práctica de las virtudes. Obrando así impregnarán de sentido moral la cultura y el trabajo humano» (Lumen gentium, n. 36).

¿No es eso lo que vosotros pretendéis al querer sustituir en el alma las tinieblas del pecado con los colores vivos de la gracia y al querer poner transparencia de fe luminosa donde antes había duda, tormento, egoísmo? Sea vuestro postconcilio una primavera de flores cristianas que alegren el paisaje del mundo y una aurora de nuevas luces que marquen vuestro camino y el camino de los hombres que, quizás sin saberlo, también se dirigen hacia Dios.

Amadísimos Hijos:

La visión de los males que afligen a la Iglesia y a la humanidad muchas veces oprimen Nuestra alma. Mas permitidnos expresar el gozo sobreabundante que en estos momentos la inunda ante el coro inmenso de vuestra fe viril en Cristo, de vuestra fidelidad a la Iglesia, de vuestra fervorosa adhesión a esta Cátedra de Pedro y al ministerio de la Jerarquía Episcopal.

¡Cursillistas de Cristiandad! Cristo, la Iglesia, el Papa cuentan con vosotros.

¿Seréis siempre apóstoles?

¿Trataréis con vuestro testimonio de que la Iglesia aparezca al mundo bella como Cristo la vio, la quiso, la amó?

¡Estáis listos para realizar el programa del Concilio?


¡Gracias! ¡Gracias! San Pablo os aliente: la Virgen Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia os ampare. En nombre de su Hijo recibid Nuestra más amplia y cordial Bendición Apostólica.

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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Ene 19, 2007 12:17 pm    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
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Fecha publicación: 2007-01-18

Homilía del Papa al bautizar a trece bebés

En la Capilla Sixtina, el 7 de enero

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 enero 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció Benedicto XVI en la celebración eucarística del domingo 7 de enero, fiesta del Bautismo del Señor, al administrar el sacramento del Bautismo a trece bebés en la Capilla Sixtina.


* * *


Queridos hermanos y hermanas:

Nos volvemos a encontrar, también este año, para una celebración muy familiar: el bautismo de trece niños en esta estupenda capilla Sixtina, donde la creatividad de Miguel Ángel y de otros insignes artistas supo realizar obras maestras que ilustran los prodigios de la historia de la salvación. E inmediatamente quisiera saludaros a todos los presentes: a los padres, a los padrinos y madrinas, a los parientes y amigos que acompañan a estos recién nacidos en un momento tan importante para su vida y para la Iglesia. Cada niño que nace nos trae la sonrisa de Dios y nos invita a reconocer que la vida es don suyo, un don que es preciso acoger siempre con amor y conservar con esmero en todo momento.

El tiempo de Navidad, que se concluye precisamente hoy, nos ha hecho contemplar al Niño Jesús en la pobreza de la cueva de Belén, cuidado amorosamente por María y José. Cada hijo que nace Dios lo encomienda a sus padres; por eso, ¡cuán importante es la familia fundada en el matrimonio, cuna de la vida y del amor! La casa de Nazaret, donde vive la Sagrada Familia, es modelo y escuela de sencillez, paciencia y armonía para todas las familias cristianas. Pido al Señor que también vuestras familias sean lugares acogedores, donde estos pequeños puedan crecer, no sólo con buena salud, sino también en la fe y en el amor a Dios, que hoy con el bautismo los hace hijos suyos.

El rito del bautismo de estos niños tiene lugar en el día en que celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, con la que, como decía, se concluye el tiempo de Navidad. Acabamos de escuchar el relato del evangelista san Lucas, que presenta a Jesús mezclado con la gente mientras se dirige a san Juan Bautista para ser bautizado. Cuando recibió también él el bautismo, —escribe san Lucas— "estaba en oración" (Lc 3, 21). Jesús habla con su Padre. Y estamos seguros de que no sólo habló por sí, sino que también habló de nosotros y por nosotros; habló también de mí, de cada uno de nosotros y por cada uno de nosotros.

Después, el evangelista nos dice que sobre el Señor en oración se abrió el cielo. Jesús entra en contacto con su Padre y el cielo se abre sobre él. En este momento podemos pensar que el cielo se abre también aquí, sobre estos niños que, por el sacramento del bautismo, entran en contacto con Jesús. El cielo se abre sobre nosotros en el sacramento. Cuanto más vivimos en contacto con Jesús en la realidad de nuestro bautismo, tanto más el cielo se abre sobre nosotros.

Y del cielo —como dice el evangelio— aquel día salió una voz que dijo a Jesús; "Tú eres mi hijo predilecto" (Lc 3, 22). En el bautismo, el Padre celestial repite también estas palabras refiriéndose a cada uno de estos niños. Dice: "Tú eres mi hijo". En el bautismo somos adoptados e incorporados a la familia de Dios, en la comunión con la santísima Trinidad, en la comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Precisamente por esto el bautismo se debe administrar en el nombre de la santísima Trinidad. Estas palabras no son sólo una fórmula; son una realidad. Marcan el momento en que vuestros niños renacen como hijos de Dios. De hijos de padres humanos, se convierten también en hijos de Dios en el Hijo del Dios vivo.

Pero ahora debemos meditar en unas palabras de la segunda lectura de esta liturgia, en las que san Pablo nos dice: él nos salvó "según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo" (Tt 3, 5). Un baño de regeneración. El bautismo no es sólo una palabra; no es sólo algo espiritual; implica también la materia. Toda la realidad de la tierra queda involucrada. El bautismo no atañe sólo al alma. La espiritualidad del hombre afecta al hombre en su totalidad, cuerpo y alma. La acción de Dios en Jesucristo es una acción de eficacia universal. Cristo asume la carne y esto continúa en los sacramentos, en los que la materia es asumida y entra a formar parte de la acción divina.

Ahora podemos preguntarnos por qué precisamente el agua es el signo de esta totalidad. El agua es fuente de fecundidad. Sin agua no hay vida. Y así, en todas las grandes religiones, el agua se ve como el símbolo de la maternidad, de la fecundidad. Para los Padres de la Iglesia el agua se convierte en el símbolo del seno materno de la Iglesia.

En un escritor eclesiástico de los siglos II y III, Tertuliano, se encuentran estas sorprendentes palabras: "Cristo nunca está sin agua". Con estas palabras Tertuliano quería decir que Cristo nunca está sin la Iglesia. En el bautismo somos adoptados por el Padre celestial, pero en esta familia que él constituye hay también una madre, la madre Iglesia. El hombre no puede tener a Dios como Padre, decían ya los antiguos escritores cristianos, si no tiene también a la Iglesia como madre. Así de nuevo vemos cómo el cristianismo no es sólo una realidad espiritual, individual, una simple decisión subjetiva que yo tomo, sino que es algo real, algo concreto; podríamos decir, algo también material.

La familia de Dios se construye en la realidad concreta de la Iglesia. La adopción como hijos de Dios, del Dios trinitario, es a la vez incorporación a la familia de la Iglesia, inserción como hermanos y hermanas en la gran familia de los cristianos. Y sólo podemos decir "Padre nuestro", dirigiéndonos a nuestro Padre celestial, si en cuanto hijos de Dios nos insertamos como hermanos y hermanas en la realidad de la Iglesia. Esta oración supone siempre el "nosotros" de la familia de Dios.

Pero ahora debemos volver al evangelio, donde Juan Bautista dice: "Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo (...). Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego" (Lc 3, 16). Hemos visto el agua; pero ahora surge la pregunta: ¿en qué consiste el fuego al que alude san Juan Bautista? Para ver esta realidad del fuego, presente en el bautismo juntamente con el agua, debemos observar que el bautismo de Juan era un gesto humano, un acto de penitencia; era el esfuerzo humano por dirigirse a Dios para pedirle el perdón de los pecados y la posibilidad de comenzar una nueva vida. Era sólo un deseo humano, un ir hacia Dios con las propias fuerzas.

Ahora bien, esto no basta. La distancia sería demasiado grande. En Jesucristo vemos que Dios viene a nuestro encuentro. En el bautismo cristiano, instituido por Cristo, no actuamos sólo nosotros con el deseo de ser lavados, con la oración para obtener el perdón. En el bautismo actúa Dios mismo, actúa Jesús mediante el Espíritu Santo. En el bautismo cristiano está presente el fuego del Espíritu Santo. Dios actúa, no sólo nosotros. Dios está presente hoy aquí. Él asume y hace hijos suyos a vuestros niños.

Pero, naturalmente, Dios no actúa de modo mágico. Actúa sólo con nuestra libertad. No podemos renunciar a nuestra libertad. Dios interpela nuestra libertad, nos invita a cooperar con el fuego del Espíritu Santo. Estas dos cosas deben ir juntas. El bautismo seguirá siendo durante toda la vida un don de Dios, el cual ha grabado su sello en nuestra alma. Pero luego requiere nuestra cooperación, la disponibilidad de nuestra libertad para decir el "sí" que confiere eficacia a la acción divina.

Estos hijos vuestros, a los que ahora bautizaremos, son aún incapaces de colaborar, de manifestar su fe. Por eso, asume valor y significado particular vuestra presencia, queridos padres y madres, y la vuestra, queridos padrinos y madrinas. Velad siempre sobre estos niños vuestros, para que al crecer aprendan a conocer a Dios, a amarlo con todas sus fuerzas y a servirlo con fidelidad. Sed para ellos los primeros educadores en la fe, ofreciéndoles, además de enseñanzas, también ejemplos de vida cristiana coherente. Enseñadles a orar y a sentirse miembros activos de la familia concreta de Dios, de la comunidad eclesial.

Para ello os puede ayudar mucho el estudio atento del «Catecismo de la Iglesia católica» o del «Compendio» de ese Catecismo. Contiene los elementos esenciales de nuestra fe y podrá ser un instrumento muy útil e inmediato para crecer vosotros mismos en el conocimiento de la fe católica y para poderla transmitir íntegra y fielmente a vuestros hijos. Sobre todo, no olvidéis que es vuestro testimonio, vuestro ejemplo, lo que más influirá en la maduración humana y espiritual de la libertad de vuestros hijos. Aun en medio del ajetreo de las actividades diarias, a menudo vertiginosas, no dejéis de cultivar, personalmente y en familia, la oración, que constituye el secreto de la perseverancia cristiana.

A la Virgen Madre de Jesús, nuestro Salvador, presentado en la liturgia de hoy como el Hijo predilecto de Dios, encomendemos a estos niños y a sus familias: que María vele sobre ellos y los acompañe siempre, para que realicen completamente el plan de salvación que Dios tiene para cada uno. Amén.
______________________________________________________
Copiado de Zenit. Este discurso sobre el Bautismo me ha recordado lo que mi primer Consiliario, el P. Ginés, me dijo una vez con palabras balbuceantes tras padecer dos embolias cerebrales que le afectaron el habla, y en la que me apremiaba, mandaba, aseguraba: "CURSILLISTAS, PAPA, PAPA, PAPA!", para afirmarme en mi Amor a la Iglesia y al sucesor de Pedro, Cabeza visible de Cristo en la Iglesia y puente (Pontífice) entre los miembros de la Iglesia y Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¡De colores!.
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MensajePublicado: Dom Ene 21, 2007 9:23 am    Asunto:
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Estimados hermanos en Xto: Como ya sabéis, uno de los "rollos" importantes del Cursillo es la Gracia, la vida en Gracia. Como actualmente el mundo no da demasiada importancia al pecado mortal, he encontrado una joya en un comentario de los Misioneros del Sdo. Corazón de Perú, sobre la importancia de la pérdida de la Gracia por el pecado mortal. La comparto con vosotros para que nos demos cuenta, yo el primero, de las palabras de S. Pablo, nuestro Patrono, de que "hay que evangelizar a tiempo y a destiempo" y el famoso "¡Ay de mí si no evangelizara!". Hemos de conseguir, con la ayuda de Dios, que todo lo puede, y con nuestra Madre María sabiendo que cuando intercede ante Dios por nosotros a Dios se le cae la baba ante su creatura más perfecta, la llena de Gracia, hemos de conseguir que en nuestros ambientes, familia, trabajo, tarde o temprano se viva la Gracia.

Cita:
Resumimos.

En conclusión, la excomunión "interior" se la procura el pecador mismo. Cualquiera que cometa pecado mortal se excomulga a sí mismo, es decir, se separa de Dios y de la Iglesia y no puede recibir la comunión. Hacerlo sería un pecado más grave aún, un sacrilegio.

Ahora bien, para pecados que revisten mayor gravedad y/o peligro para el creyente y la comunidad eclesial, la Iglesia impone una sanción "exterior", la excomunión, estamos utilizando estas expresiones para hacernos entender. Para abundar en presiones, existe la excomunión "ipso facto" o "latae sententiae", es decir, esta excomunión impuesta por la Iglesia la contrae el creyente al momento de cometer el pecado sancionado. El pecado del aborto procurado es uno de esos pecados tipificados que automáticamente atraen la excomunión. Otro pecados son de "ferendae sententiae", es decir, se sigue un proceso eclesiástico y la autoridad competente, después de haber constatado el delito, sentencia la excomunión.

¿Cuál es la diferencia entre la excomunión "interior" que provoca todo pecado mortal y la excomunión aplicada a determinados pecados por la Iglesia por su gravedad y/o peligro? Ya hemos dicho, que todo creyente bautizado que cometa pecado grave, se separa de la comunión de los santos. Cuando se arrepiente en todo momento puede volver a la unión acudiendo al sacramento de la reconciliación. Por la absolución del sacerdote la excomunión "interior" es condonada.

La situación es distinta para los de la excomunión "exterior". Los que han contraído la excomunión "exterior" no pueden confesarse hasta que la autoridad competente los haya absuelto de la excomunión "exterior". Recién entonces pueden confesarse para ser absueltos de la excomunión "interior" para poder comulgar. Para decirlo de alguna manera, necesita que le perdonen dos veces, "exteriormente" e "interiormente". ¿Por qué la diferencia? Ya lo hemos dicho. La Iglesia quiere prevenir contra pecados particularmente graves y peligrosos para el creyente y la comunidad eclesial.

Vamos a expresar la situación de manera clara. Los que han pecado gravemente, si se mueren sin arrepentirse, irán al infierno. Los que han cometido pecado penado por la excomunión - entraña siempre un pecado grave –, irán al infierno. Los primeros, para volver a la vida eterna y la comunión de los santos, nada más necesitan arrepentirse y confesarse y podrán comulgar de nuevo. Los segundos, precisamente por la gravedad del pecado, para volver a la vida eterna y a la comunidad de los santos necesitan primero recurrir a la autoridad competente para que le quite la excomunión. Luego se podrá confesar y luego a comulgar. Esto no excluye que sea una misma persona que absuelva de la excomunión y del pecado grave.

Todos - excomulgados exterior o interiormente - pueden participar en la celebración de la eucaristía para escuchar la Palabra de Dios (a ver si se convierten de su pecado) pero no pueden comulgar. Se supone que los excomulgados "exteriormente" no desempeñen función alguna como lector, comentador, etc. Lo mismo se le recomendamos vivamente a los que están en pecado grave y en "excomunión" interior.

Queremos subrayar que no utilizamos términos técnicos. El derecho canónico no hace la distinción entre "interior" y "exterior" que estamos utilizando. La ponemos para que no se piense que el pecado mortal no es tan "mortal" porque no es sancionado exteriormente por la autoridad eclesiástica.

Recemos por todos los que están en esta muerte espiritual, excomulgados interior o exteriormente - ambos están en serio peligro - para que se conviertan y reciban de nuevo el perdón de Dios.



Servida.

Que Dios la bendiga.

Se lo desean y por ello rezan

Los MSC del Perú

Seminario "Nuestra Señora del Sagrado Corazón"

Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú

Prol. Ayucucho 1095 San Miguel - Lima - Perú

Tel. 0051-1-5660171

Fax 0051-1-4403596

Ap. 14-0144 Lima 14 Perú

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MensajePublicado: Mar Ene 23, 2007 9:08 pm    Asunto: PATERNIDAD DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

¿Se puede decir que hubo un fundador humano de Cursillos de Cristiandad?.
Copio del libro "Génesis y Teología de Cursillos de Cristiandad" el apartado en donde se estudia la:

PATERNIDAD DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD.

Aquí se sitúa el nacimiento del Cursillo de Cristiandad y del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Por la trayectoria que hemos ido describiendo, se hace difícil hablar de un fundador. Este Movimiento no nace como la realización práctica de un proyecto gestado en la mente de una persona concreta a la luz de la fe, con visión sobrenatural y por inspiración divina, como han nacido otras obras de la Iglesia. Es más bien la vida que brota a borbotones, que se desborda de pura vitalidad, y que va recibiendo cauce según va creciendo y se va desarrollando. No es una estructura previa que se va llenando de vida. Es la vida que brota por la fuerza del Espíritu y que irrumpe a través de unos instrumentos dóciles a su acción. Y se produce de un modo muy eclesial, muy comunitario, reflejando la realidad integral de la Iglesia. Hemos ido constatando la intervención del Obispo, que como Pastor diocesano es principio de comunión, y que alienta, acompaña e impulsa este río de vida. Hemos destacado la intervención del Consiliario diocesano, que dinamiza, que coordina, que prepara doctrinalmente la peregrinación, que da entrada y colaboración a otros sacerdotes jóvenes. Hemos reseñado el protagonismo del Presidente diocesano, apóstol ardoroso y singular, incansable en sus visitas y asistencia a todos los acontecimientos, rodeado también de excelentes dirigentes. Por eso nunca se habló de fundador, y se prefiere la palabra iniciadores a la de fundadores, para dejar más aún, si cabe, el protagonismo a la misma Iglesia.

El P. C. Gil sintetiza hábilmente esta delicada cuestión con las siguientes palabras: No hubo fundador. Hubo fundadores. Un equipo de laicos y de sacerdotes aprobado por su Obispo. Hubo creatividad de la Iglesia y en la Iglesia. Entre los laicos destacaron: Eduardo Bonnín, Bartolomé Riutort y Guillermo Estarellas. Entre los sacerdotes figuraron: Sebastián Gayà, Guillermo Payeras y Juan Capó. El Obispo era el Dr. Juan Hervàs Benet (114).

Seguramente podríamos encontrar más nombres, y es difícil precisar la incidencia que cada uno tuvo en el proceso. Es muy difícil en una empresa humana de colaboración porque hay elementos que no se pueden medir, pero más difícil aún resulta en una empresa del Espíritu en la Iglesia. Aún así yo abundaría sobre dos nombres, los que creo más significativos en la génesis del Movimiento: Don Sebastián Gayà y Eduardo Bonnín.

Hemos afirmado que el Cursillo y el Movimiento que se genera es fruto del trabajo, inquietud y esfuerzo apostólico de un grupo de seglares y sacerdotes que formaban el Consejo Diocesano de jóvenes de Acción Católica de Mallorca. Al frente de ese Consejo, y por tanto al frente de esa inquietud y de ese trabajo estaban el Consiliario y el Presidente. Sobre ellos gravitaba el peso principal y la responsabilidad última de aquella "aventura". En ellos descansaba totalmente la confianza del Obispo. Don Sebastián era la persona de máxima confianza de Mons. Hervàs, y entre otras cosas, el Canciller Secretario del Obispado. Como Consiliario, tenía sin duda mucha influencia en el Consejo Diocesano. En el verano de 1950 es nombrado Consiliario de la Junta Diocesana y Vicedelegado Episcopal en la Acción Católica, y sustituido en la Consiliaría de jóvenes por don Juan Capó, que como ya hemos visto actuó en el primer Cursillo como director espiritual del retiro, y después tendría un papel destacado tanto en la realización práctica como en la dimensión doctrinal del Movimiento de Cursillos, llegando a ser un líder emblemático cuyas virtudes y limitaciones pesarán en la evolución posterior (115).

A Eduardo también se le ha de reconocer un protagonismo especial no sólo como Presidente diocesano, sino también por su singularidad y por el peso específico que tenía. Era un seglar adelantado a su tiempo y una pieza importante en los antecedentes de este primer Cursillo en todos los sentidos.

La incidencia de Mons. Hervàs está en un plano distinto. El alentaba las iniciativas, confiaba en sus colaboradores, mantenía un contacto directo con los dirigentes, ya que durante dos años, todos los viernes, a las 7 de la mañana, el grupo de dirigentes de la juventud de A. C. oía la misa del Prelado y caldeaba su espíritu y formaba su inteligencia escuchando del propio Obispo una explanación de temas formativos (116). En definitiva, se trata de la exuberancia de la vida de la Iglesia que converge a través de unos laicos que se creen y viven su vocación al apostolado, unos sacerdotes entregados al trabajo del Reino, y un Obispo que alienta y dinamiza toda esa vitalidad (117)
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Ene 26, 2007 11:04 am    Asunto: LA NOVEDAD DEL CURSILLO
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Del libro "Génesis y Teología de Cursillos de Cristiandad":



D. La "novedad" de los Cursillos.

¿Qué es el Movimiento de Cursillos?

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad es el resultado de una mentalidad nueva, es decir: de "un conjunto de ideas, de actitudes vitales y de opciones pastorales" que surgieron en Mallorca en la década del 40 (118).

Esta mentalidad nueva se gesta en un ambiente concreto, el de una Iglesia local fecunda que a través de sus miembros jóvenes prepara con entusiasmo y profundidad una peregrinación durante casi una década, y dará lugar a un método, que posibilitará un movimiento.

Con respecto al ambiente religioso de la España de los años 40 que hemos descrito en el primer apartado en sus formas religiosas populares y personales, creo que se puede afirmar que los Cursillos de Cristiandad suponen una novedad profunda y transformadora, que intentaremos analizar a continuación.

Creo que la mejor forma de analizar la novedad o novedades que aporta este Movimiento será reproducir las lineas fundamentales del nervio ideológico que incluimos íntegramente como antecedentes ideológicos del Cursillo (119). En líneas fundamentales son la quintaesencia de esta nueva mentalidad. Las iremos enumerando de una en una señalando lo que de novedad suponen en comparación a los criterios reinantes en aquellos momentos.

A) Un concepto triunfal del cristianismo, que es el único exacto y verdadero, como solución integral de todos los problemas humanos, en contraposición con la concepción aburguesada, estática, conformista e inoperante, que de cristiana no tiene sino el nombre que usurpa.

La restauración religiosa total que se ha intentado en España después de la guerra civil, no se ha producido. Muchas personas viven alejadas, y entre los "de dentro", se va pasando del triunfalismo a la apatía. La vivencia cristiana, en general, se va reduciendo a una práctica de cumplimientos, de asegurar la salvación. Es el aburguesamiento y conformismo de los "buenos".

La novedad radica en el concepto triunfal, que no triunfalista del cristianismo. Es decir, una concepción esperanzada, optimista, joven, de futuro. En el ambiente de la España católica oficial, en que todo está asegurado y encasillado, viene a ser como un soplo de aire fresco, como volver a la fuente, sabiendo que ahí está la solución a los problemas de fondo del hombre, y que ahí está el cristianismo verdadero, auténtico, que siempre es esperanzado e inconformista, como el Evangelio.

Este componente triunfal, entusiasta, es típico del primer Cursillo y de cada Cursillo. Es típico del Movimiento que allí se generó. Es lo más opuesto a la beatería y al excesivo cuidado de las formas que impregnaba la época.

B) Una visión dinámica del catolicismo militante, entendiendo el apostolado no como una superabundancia, sino como una exigencia de vida que, lejos de realizarse en una organización burocrática, constituye la vanguardia decidida del Reino de Dios, el fermento vivo y operante de la Iglesia.

Este punto me parece revolucionario para aquellos años. La concepción de apostolado que era común en el ambiente consistía en considerarlo como una especie de superabundancia o supererogación (120). Superabundancia significa abundar mas allá de lo que es necesario. Supererogación es el hecho de hacer más de aquello a lo que se está obligado a hacer. La mayoría del pueblo cristiano vivía un catolicismo pasivo. Los militantes lo vivían más activamente, secundando las indicaciones de la jerarquía y como ejecutores de sus consignas, pero la actividad apostólica se veía como supererogación y superabundancia.

Además del dinamismo resaltado, que supone iniciativa, creatividad y no sólo ir a remolque de las indicaciones jerárquicas, la gran novedad de este punto está en considerar que el apostolado es una exigencia de vida. Es decir, el apostolado es exigencia de la propia vida de cristiano, de miembro de la Iglesia, de bautizado. Creo no exagerar si señalo aquí un precedente de lo que el Vaticano II proclamaría sobre la participación de los seglares en la misión de la Iglesia porque el apostolado de los seglares, que brota de la esencia misma de su vocación cristiana, nunca puede faltar en la Iglesia (121).

C) Un principio de insatisfacción sincero, recto e ilusionado, único punto de partida posible para toda acción eficaz inagotable de múltiples y siempre mejores realizaciones.

E) Un convencimiento profundo de la insuficiencia e inadaptación de ciertos métodos para conseguir el objetivo esencial de toda acción apostólica, convencimiento que, lejos de esterilizarse en lamentaciones o resignarse a la fatalidad de los acontecimientos, impulsaba con creciente interés a la vitalización de todo lo aprovechable y a la búsqueda de nuevos y fecundos horizontes.

En estos dos puntos, que he agrupado por su afinidad, propiamente no hay una novedad en la línea de las ideas. Lo que constatan es el inconformismo respecto a los métodos y la insatisfacción respecto a la realidad presente, que les lleva a buscar, a probar, a experimentar, a perfeccionar,... hasta que al final, hallan.

D) Un conocimiento profundo y exacto de los hombres de hoy, de sus problemas y de su angustia; pero un conocimiento experimental, vivo, sacado no de fórmulas estadísticas o tomado de "manuales sencillos y prácticos", sino aprendido en la vida misma, nacido de la convivencia íntima con la masa que el fermento evangélico debe vivificar.

En los años 40 han predominado en España las formas de religiosidad popular muy de masas (122). Recordemos las misiones populares, consagraciones a los corazones de Jesús y María, el paso de la Virgen de Fátima,... Estas formas, que responden a una religiosidad totalizante, tienen que dar paso a otras formas más personales (123).

Yo definiría la novedad de este punto como una personalización de la vivencia religiosa. No actos masificados, de vivencia superficial y anónima. Búsqueda del conocimiento del hombre concreto, de sus problemas, de su circunstancia vital. Conocimiento extraído de la vida misma, de la convivencia de las personas, y no un conocimiento de despacho (estadístico o de manual barato). En resumen, dos elementos de novedad: apostolado personalizado, y apostolado que se apoya en un conocimiento desde la vida concreta.

F) Una firme convicción de que era totalmente posible que cuantos vivían al margen de lo religioso sintieran la fuerte sacudida de la gracia y que, por más alejados que estuvieran de Cristo, eran capaces de entregarse totalmente a El, siempre que se les presentaran las cosas de Cristo y de su Iglesia tales como son en sí, prescindiendo, si era necesario, de cualesquiera preferencias o criterios personales por más arraigados que estuvieran, y que, en último término, no eran sino aspectos accidentales.

Dos novedades a destacar: en primer lugar, la convicción de que la religión no era cosa de "los de siempre". Los alejados podían tener una experiencia religiosa profunda, sincera y duradera. Si se les propiciaba el encuentro con Jesucristo, cambiarían y se entregarían a él. Si se hace una presentación de Dios y de la Iglesia tal como son en sí, es decir, real, auténtica, por fuerza resultan atractivos. Una presentación gozosa, pascual, motivando no desde el miedo a la condenación eterna y sus penas consiguientes, sino desde el amor infinito de Dios, amor de Padre que ofrece una nueva vida. Presentando a la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo del que todos somos miembros activos.

La segunda novedad está en la forma de presentar el mensaje. La predicación, en general, presentaba una teología abstracta y alejada de la realidad y una moral casuística en exceso. Se trataba de presentar el dogma de un modo más kerigmático, más cercano al oyente, una proclamación pascual, gozosa, directa. Había que buscar una presentación más genuina, más bíblica y profunda y a la vez más sencilla, sin ropajes de escuela ni florituras en el estilo. Buscar una moral más de principios y menos de casos. En definitiva, y en conjunto, presentar la religión como algo positivo (124) que da sentido a la vida, que da plenitud, felicidad y alegría, y no como un pesado fardo que hay que cargar para poderse salvar.

G) La firme esperanza de que, al llevarse a cabo esta experiencia, sucedería lo mismo que en tiempo de Cristo: las samaritanas y los zaqueos se convertirían en los más dinámicos apóstoles del Señor.

Es una consecuencia del encuentro con Cristo. Está en la línea del punto B, es decir, de que todo cristiano está llamado al apostolado. La persona que se encuentra con Cristo y se convierte, descubrirá como exigencia lógica de su vida compartir ese tesoro que ha descubierto comunicándolo a los demás. Descubrirá esa dimensión que arranca de su Bautismo, de su ser Iglesia, y se convertirá en un dinámico apóstol.

El apostolado no es tarea de élites, sino que todo cristiano está llamado a ejercitarlo. Y todo cristiano que en un momento de su vida es consciente de esa llamada -samaritanas y zaqueos- se suele entregar con generosidad y entusiasmo, a menudo más que el cristiano practicante "de toda la vida".

H) Un esfuerzo tenso por encontrar una técnica de realización concreta que, calcada en los procedimientos apostólicos, tuviera en cuenta los problemas personales y las exigencias concretas de cada individuo para solucionarlas de raíz, con una solución que partiera de Cristo y de su gracia aceptados como fuerza y peso que influenciaran toda su vida.

Está en conexión con el punto D. Partiendo del hombre concreto y de sus problemas, de su circunstancia, hay que encontrar una técnica que con sus elementos de psicología, sociología,... allane el camino de la experiencia religiosa personal, del encuentro con Cristo que propiciará una nueva vida, y que orientará su futuro. La solución de raíz es Jesucristo. La "técnica" puede ayudar facilitando la apertura interior, la superación de prejuicios. Todos esos elementos son válidos mientras no se caiga en la manipulación del individuo. Posiblemente tengamos aquí también un punto de novedad al tener en cuenta los ambientes concretos de procedencia, los problemas particulares de cada individuo,... y los elementos que las ciencias citadas podían aportar.

I) La convicción de que la solución era simple, y por simple, universal; por ello debía vivirse en el Cursillo la catolicidad efectiva de la fe al toparse en una misma solución y en un mismo ambiente, aunque lanzadas a distintos horizontes, las diferentes clases y las diferentes culturas.

Esta es una característica típica de los Cursillos de Cristiandad, y de las más definitorias de la nueva mentalidad. La solución a los problemas del hombre que ellos descubren es simple, sencilla, profunda, va al núcleo. Y precisamente por eso, su validez es universal, es decir, vale para todo tipo de personas sin importar la clase social, la capacidad intelectual, la edad (si tiene madurez suficiente), la procedencia. La catolicidad efectiva de la fe es esa universalidad sin barreras. Los problemas profundos del hombre suelen ser comunes, y tratados en el ambiente adecuado encuentran la misma solución.

En personas con las diferencias mencionadas, a las que podemos añadir las de temperamento y de vida de fe (porque en un Cursillo puede coincidir un agnóstico con un practicante de Misa diaria) se produce una experiencia profunda e intensa de concordia y de comunión. El profundizar en el conocimiento de sí mismo, el encontrarse con Jesucristo, el sentirse formando Iglesia con los hermanos produce una unidad, crea unos lazos poderosos que perduran y que permiten la convivencia, la colaboración y el amor mutuo de gran variedad de personas que coinciden precisamente en lo fundamental, y que se enriquecen mútuamente desde la propia vida. Es lo más cercano a la experiencia de comunidad o de familia.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Vie Ene 26, 2007 5:31 pm    Asunto: RESCATEMOS LA PALABRA CARIDAD
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Hermanos en Cristo, no quiero ser un iluminado pero sí seguir las directrices de nuestro Papa Benedicto XVI, y se me ocurre que nosotros, en nuestro apostolado, una de nuestras prioridades sería "rescatar" el verdadero sentido de la palabra CARIDAD. El mundo entiende esta palabra de forma casi peyorativa, el mundo cree que el tener caridad con alguien es como tener lástima de alguien ya que nos sentimos superiores a esta persona. Copio de Zenit.org una homilía que se puede decir que es un resumen pequeñísimo de la Encíclica "Deus caritas est" de Benedicto XVI.
Cita:

El predicador del Papa sobre el más célebre y sublime himno al amor

Comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap., a la liturgia del próximo domingo

ROMA, viernes, 26 enero 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del próximo domingo, IV del Tiempo Ordinario.

* * *


Si no tengo amor...


IV Domingo del Tiempo Ordinario
Jeremías 1, 4-5.17-19; I Corintios 12, 31-13,13; Lucas 4, 21-30


Dedicamos nuestra reflexión a la segunda lectura, donde encontramos un mensaje importantísimo. Se trata del célebre himno de San Pablo a la caridad. Caridad es el término religioso para decir amor. Por lo tanto se trata de un himno al amor, tal vez el más célebre y sublime que jamás se haya escrito.

Cuando apareció en el ámbito del mundo el cristianismo, el amor había tenido ya diversos cantores. El más ilustre había sido Platón, quien había escrito sobre él un tratado entero. El nombre común del amor era entones eros (de ahí los términos actuales erótico y erotismo). El cristianismo percibió que este amor pasional de búsqueda y de deseo no bastaba para expresar la novedad del concepto bíblico. Por ello evitó completamente el término eros y le sustituyó el de agape, que se debería traducir por dilección o caridad, si este término no hubiera adquirido ya un sentido demasiado restringido (hacer caridad, obras de caridad).

La diferencia principal entre los dos amores es ésta. El amor de deseo, o erótico, es exclusivo; se consuma entre dos personas; la intromisión de una tercera persona significaría su final, la traición. A veces hasta la llegada de un hijo puede poner en crisis este tipo de amor. El amor de donación, o agape, al contrario, abraza a todos, no puede excluir a nadie, ni siquiera al enemigo. La fórmula clásica del primer amor es la que oímos en labios de Violeta en la Traviata de Verdi: «Ámame Alfredo, ámame cuanto yo te amo». La fórmula clásica de la caridad es aquella de Jesús que dice: «Como yo os he amado, amaos así los unos a los otros». Éste es un amor hecho para circular, para expandirse. Otra diferencia es ésta. El amor erótico, en la forma más típica, que es el enamoramiento, por su naturaleza no dura mucho tiempo, o dura sólo cambiando de objeto, esto es, enamorándose sucesivamente de varias personas. De la caridad San Pablo dice en cambio que «permanece», es más, es lo único que permanece eternamente, incluso después de que hayan cesado la fe y la esperanza.

Entre los dos amores sin embargo –el de búsqueda y el de donación- no existe separación clara ni contraposición, sino más bien desarrollo, crecimiento. El primero, el eros, es para nosotros el punto de partida; el segundo, la caridad, el punto de llegada. Entre ambos existe todo el espacio para una educación al amor y un crecimiento en él. Tomemos el caso más común, que es el amor de pareja. En el amor entre esposos, al principio prevalecerá el eros, la atracción, el deseo recíproco, la conquista del otro, y por lo tanto un cierto egoísmo. Si este amor no se esfuerza por enriquecerse, poco a poco, de una dimensión nueva, hecha de gratuidad, de ternura recíproca, de capacidad de olvidarse por el otro y de proyectarse en los hijos, todos sabemos cómo acabará.

El mensaje de Pablo es de gran actualidad. El mundo del espectáculo y de la publicidad parece hoy empeñado en inculcar a los jóvenes que el amor se reduce al eros y el eros al sexo. Que la vida es un idilio continuo en un mundo donde todo es bello, joven, saludable; donde no existe vejez, enfermedad y todos pueden gastar cuanto quieran. Pero ésta es una colosal falsedad que genera expectativas desproporcionadas, que desilusiona provocando frustraciones, rebelión contra la familia y la sociedad, y abre a menudo la puerta al delito. La Palabra de Dios nos ayuda a que no se apague del todo en la gente el sentido crítico frente a lo que diariamente se le propina.


¿Verdad que para los casados tiene mucha "miga"? Y para los solteros, los viudos y los religiosos.
Hemos de llegar al agape, cada uno en su elección de estado (religioso, casado, soltero, viudo), porque si llegamos a amar con amor de agape verdadero es que ya estamos en el Cielo, ya que en el Cielo sólo quedará el Agape (Caridad) de las tres virtudes teologales. ¡Vamos a por ello!.
Si me enfrío, si fallo, amonestadme, demostradme el amor que me tenéis en el Señor............aunque el P. Ginés, que es un sacerdote con los pies en el suelo y con el corazón en el Cielo, nos rogaba que no le amásemos tanto en el Señor y que le amásemos un poquito más a él.
¡De colores!.
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Tomás Bertrán Mercader
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MensajePublicado: Lun Ene 29, 2007 1:40 pm    Asunto: ¿QUE ES UN APOSTOL?
Tema: Movimiento de Cursillo de Cristiandad
Responder citando

Del libro "El Señor" de Romano Guardini que estoy leyendo estos días, regalo de los Magos de Oriente.

¿QUÉ ES UN APÓSTOL?

Al apóstol se le hace un flaco servicio si se lo considera "una gran personalidad religiosa". En la mayor parte de los casos, eso es el principio de una decepción. La auténtica realidad del apóstol no consiste en el hecho de que sea una gran figura, tanto en el aspecto humano como en el ámbito espiritual y religioso. Su verdadera personalidad radica en haber sido llamado, elegido y enviado por Cristo. El propio Jesús lo enunció de esta manera: "No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a vosotros, y os destiné a que os pongáis en camino y deis fruto" (Jn 15,16). El apóstol es el enviado. No habla por sí mismo, como se ve con toda claridad en la primera carta a los Corintios, cuando Pablo distingue entre lo que "dice el Señor" y lo que él piensa personalmente. Si se trata de lo primero, Pablo manda; si de lo segundo, aconseja (1 Cor 7,12). El apóstol no habla por sí mismo, sino por Cristo. No habla desde su propio "conocimiento" y por su "experiencia" personal, sino desde la palabra y el mandato de Dios. Está lleno de Cristo, henchido de los pensamientos de Cristo. El contenido de su vida es el Señor. Él es el que lo conduce. Y no en virtud de sus propias vivencias, sino porque el Señor lo ha elegido para una misión específica: "Id y haced discípulos de todas las naciones... y enseñadles a guardar todo lo que yo os he mandado" (Mt 28,19).
Pero casi podría decirse que, para esa misión, el hecho de no ser un personaje extraordinario y plenamente capacitado significa, precisamente, un seguro y una garantía de la verdad. Cuando Jesús dice: "Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien" (Mt 11,25-26)., se produce un estallido de júbilo por un misterio indecible del amor y de la gloria creadora de Dios. Esta ley rige también para el apóstol; y precisamente así queda garantizada la pureza de lo que él es realmente ante Dios.
Pero qué difícil debe ser una existencia en la que uno no signifique nada y Cristo lo sea todo; una existencia marcada por la imperiosa necesidad de llevar un contenido grandioso en un recipìente siempre desproporcionado; tener que ser sólo mensajero, a costa de un eclipse de la desaparición del propio yo; renunciar radicalmente, si se puede hablar así, a la simple unidad del propio ser, en la que cuerpo, corazón y espíritu sean uno con lo que se hace y se representa. Quizá se pueda atisbar el sentido de todo eso, si se leen las reflexiones de Pablo -- que tan profundamente experimentó en propia carne la grandeza y, a la veces, la miseria de la vida de apóstol -- en su primera carta a los Corintios:
"Ya estáis satisfechos, ya os habéis hecho ricos; sin nosotros habéis llegado a reinar. ¡Ojalá fuera verdad!. Así podríamos asociarnos a vosotros; pues por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, nos asigna Dios el último lugar, como a condenados a muerte, poniéndonos como espectáculo ante el mundo entero, lo mismo ante los ángeles que ante los hombres.
Nosotros, unos locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos!; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres; nosotros despreciados. Hasta el momento presente no hemos parado de pasar hambre, sed, frío, malos tratos; no tenemos domicilio fijo, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan y les deseamos el bien; nos persiguen y aguantamos; nos difaman y respondemos con buenos modos. Se diría que somos basura del mundo, desecho de la humanidad"
(1 Cor 4,8-13).
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