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2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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satumira
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Registrado: 11 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:32 pm    Asunto: Re: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

Beatriz Eugenia escribió:
P Antonio Rivero escribió:
Resuena en nuestros oídos la pregunta del joven rico: Maestro, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Marcos 10, 17.

Le contestó Cristo: – Cumple los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.

Te dije que el Decálogo, es decir, los diez mandamientos, es un camino de vida, felicidad, realización personal: Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás Deuteronomio 30,16.

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcas su Santa Voluntad. Por tanto, no son una carga; son un don. Y un don se recibe con las manos abiertas, se agradece, se disfruta y se comparte, ¿no crees? No se puede despreciar un regalo. Sería una ingratitud imperdonable y un descaro sin nombre.

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios, y los otros siete más al amor del prójimo. ¿No te dijo Cristo que toda la ley se resumía en el amor a Dios y en el amor al prójimo? ¡Qué hermoso mensaje el de Cristo: amar!

Los mandamientos de la ley de Dios no son cadenas ni barreras: son, más bien, caminos para disfrutar de la verdadera libertad, sin las más duras esclavitudes de tus pasiones desordenadas que te conducen al pecado.

No puedes reducir los mandamientos a una serie de fronteras infranqueables, a unas defensas a las que no puedes tocar para no electrocutarte, como sucede con la corriente eléctrica. No. Son mucho más: son caminos para realizarte como hombre, primero; y son mojones que evitan que te salgas de la carretera que te conduce a la felicidad y al cielo. ¿Te parece poco?

Los mandamientos resumen la “ley” de Dios, y todos tenemos un poco de miedo a la ley, como si con ella se restringiera algo que amamos mucho los hombres: nuestra libertad. Nadie quiere que se le pise o se le ponga trabas y límites a la libertad.

Pero no debes olvidar que tu libertad no es absoluta, sino limitada. La libertad absoluta sólo la tiene Dios. Sólo Dios es la verdadera Libertad, como también es la Verdad absoluta, la Unidad perfecta, la Belleza incomparable. Tú y yo, tenemos algo de esto, pero participado por Dios, al darnos la existencia. Por eso, todo en nosotros es limitado, no absoluto. No pretendas endiosarte. Sé humilde.

No temas a la ley. Una ley bien hecha no es la que restringe tus derechos, sino la que te da la garantía de poder usar en pleno tus derechos y tu libertad.

Las leyes ponen, sí, limitaciones a tus caprichos, pero no a tu libertad, que la encauza y la cuida.

Los diez mandamientos no son diez caprichos que Dios te ha impuesto para salvarte. Son, por el contrario, el resumen de las diez grandes aspiraciones de la naturaleza humana, las diez condiciones que son necesarias para la plena realización de tu naturaleza y para el logro de tu felicidad.

La ley del Señor es suave para los humildes y los que aman con corazón abierto y sencillo.

El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural, esa ley que ha puesto Dios en el corazón de cada hombre, de todo hombre; y, por lo mismo, en tu corazón. El corazón humano ha sido esa piedra donde Dios quiso grabar los diez mandamientos. Por tanto, aunque han sido revelados por Dios a Moisés, sin embargo, son accesibles a la sola razón. Todos podemos conocerlos, pues nacemos con ellos grabados en el corazón. Basta que tengas inteligencia y los captarás perfectamente.

Ahora daremos un paso más y contestamos a estas preguntas:


1° ¿Qué características tienen los diez mandamientos?
2° ¿Por qué te cuestan tanto los diez mandamientos?
3° ¿Qué frutos experimentarás, si cumples los diez mandamientos?



I. CARACTERÍSTICAS DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Los diez mandamientos tienen estas características:

1° Son inmutables: no pueden cambiarse. Nadie puede cambiarlos, pues los ha establecido Dios. Y cuando Dios dice una cosa, no la cambia por nada, pues es infinitamente sabio y perfecto. Son inmutables; perdurarán en el siglo XXI, XXX, LX, etc. Dios no cambia de opinión fácilmente; cuando da una norma, es tan perfecta que no puede cambiarla. Sería una contradicción en Dios. ¿Te puedes imaginar a un Dios arbitrario que juega con nosotros, a costa de sus caprichos y conveniencias?

2° Son absolutos: tienen carácter absoluto, no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación. ¿Sabes qué es el relativismo, o como dijo el Papa Benedicto XVI al iniciar su Pontificado, “la dictadura del relativismo”? Es la doctrina que dice que todo es relativo y depende del punto de vista de cada uno. No se puede aceptar esta doctrina, pues hay cosas y valores fundamentales, innegables y absolutos. Los mandamientos no se pueden recortar, aminorar, rebajar. Otra cosa es ver si es materia grave o materia leve. Lo que fue pecado y estuvo mal ayer, será pecado hoy y mañana y siempre.

3° Son universales: es decir, valen para todos los hombres. Ningún hombre está exento de cumplirlos. Valen para el hombre de campo y de la ciudad, para el hombre instruido o menos instruido; para el niño, el joven y el adulto; para el europeo, africano, asiático, americano y para el hombre de Oceanía; para el que se encuentra en una isla perdida del Pacífico, como para quien vive en una gran metrópoli.

4° Son actuales: son para ayer, para hoy, para mañana. Son de ayer, de hoy y de siempre. Aunque los reveló Dios hace más de tres mil quinientos años, sin embargo siguen vigentes, actuales. Son para ti y para mí. No han pasado de moda. Nunca pasan de moda.


II. ¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones... y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios... a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento:
contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.



III. ¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:


Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

Quiero dejarte en claro una cosa, amigo: el pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.



Resumen del Catecismo de la Iglesia Católica


1975 Según la Sagrada Escritura, la ley es una instrucción paternal de Dios que prescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal.

1976 "La ley es una ordenación de la razón para el bien común, promulgada por el que está a cargo de la comunidad" [Santo Tomás de Aquino].

1977 Cristo es el fin de la ley; sólo Él enseña y otorga la justicia de Dios.

1978 La ley natural es una participación en la sabiduría y la bondad de Dios por parte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de la persona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberes fundamentales.

1979 La ley natural es inmutable, permanente a través de la historia. Las normas que la expresan son siempre substancialmente válidas. Es la base necesaria para la edificación de las normas morales y la ley civil.

1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripciones morales se resumen en los diez mandamientos.

1981 La Ley de Moisés contiene muchas verdades naturalmente accesibles a la razón. Dios las ha revelado porque los hombres no las leían en su corazón.

1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.

1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.

1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.

1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen ".



Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica


438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?

Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.


439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad orgánica?

Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley.


440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?

El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.


441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?

Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu santo y con la gracia.




LECTURA:

De la encíclica del Papa Juan Pablo II, “El esplendor de la verdad"

Las normas morales universales e inmutables al servicio de la persona y de la sociedad


95. La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una intransigencia intolerable, sobre todo en las situaciones enormemente complejas y conflictivas de la vida moral del hombre y de la sociedad actual. Dicha intransigencia estaría en contraste con la condición maternal de la Iglesia. Ésta -se dice- no muestra comprensión y compasión. Pero, en realidad, la maternidad de la Iglesia no puede separarse jamás de su misión docente, que ella debe realizar siempre como esposa fiel de Cristo, que es la verdad en persona: «Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral... De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (2) .

En realidad, la verdadera comprensión y la genuina compasión deben significar amor a la persona, a su verdadero bien, a su libertad auténtica. Y esto no se da, ciertamente, escondiendo o debilitando la verdad moral, sino proponiéndola con su profundo significado de irradiación de la sabiduría eterna de Dios, recibida por medio de Cristo, y de servicio al hombre, al crecimiento de su libertad y a la búsqueda de su felicidad (3) .

Al mismo tiempo, la presentación límpida y vigorosa de la verdad moral no puede prescindir nunca de un respeto profundo y sincero -animado por el amor paciente y confiado-, del que el hombre necesita siempre en su camino moral, frecuentemente trabajoso debido a dificultades, debilidades y situaciones dolorosas. La Iglesia, que jamás podrá renunciar al «principio de la verdad y de la coherencia, según el cual no acepta llamar bien al mal y mal al bien» (4) , ha de estar siempre atenta a no quebrar la caña cascada ni apagar el pabilo vacilante (cf. Is 42, 3). El Papa Pablo VI ha escrito: «No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con la paciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3, 17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas» (5) .

96. La firmeza de la Iglesia en defender las normas morales universales e inmutables no tiene nada de humillante. Está sólo al servicio de la verdadera libertad del hombre. Dado que no hay libertad fuera o contra la verdad, la defensa categórica -esto es, sin concesiones o compromisos-, de las exigencias absolutamente irrenunciables de la dignidad personal del hombre, debe considerarse camino y condición para la existencia misma de la libertad.

Este servicio está dirigido a cada hombre, considerado en la unicidad e irrepetibilidad de su ser y de su existir. Sólo en la obediencia a las normas morales universales el hombre halla plena confirmación de su unicidad como persona y la posibilidad de un verdadero crecimiento moral. Precisamente por esto, dicho servicio está dirigido a todos los hombres; no sólo a los individuos, sino también a la comunidad, a la sociedad como tal. En efecto, estas normas constituyen el fundamento inquebrantable y la sólida garantía de una justa y pacífica convivencia humana, y por tanto de una verdadera democracia, que puede nacer y crecer solamente si se basa en la igualdad de todos sus miembros, unidos en sus derechos y deberes. Ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales.

97. De este modo, las normas morales, y en primer lugar las negativas, que prohíben el mal, manifiestan su significado y su fuerza personal y social. Protegiendo la inviolable dignidad personal de cada hombre, ayudan a la conservación misma del tejido social humano y a su desarrollo recto y fecundo. En particular, los mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, recordados también por Jesús al joven del evangelio (cf. Mt 19, 1Cool, constituyen las reglas primordiales de toda vida social.

Estos mandamientos están formulados en términos generales. Pero el hecho de que «el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (6) , permite precisarlos y explicitarlos en un código de comportamiento más detallado. En ese sentido, las reglas morales fundamentales de la vida social comportan unas exigencias determinadas a las que deben atenerse tanto los poderes públicos como los ciudadanos. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional.




______________________________________



(2) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 33.


(3) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 34.


(4) Exhortación postsinodal de Juan Pablo II, Reconciliatio et poenitentia, n. 34.


(5) Encíclica de Pablo VI, Humanae vitae, n. 29.


(6) Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et Spes, n. 25.



____________________________

También puedes escuchar este tema entra aquí y escuchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net:80/pantoniorivero/10mandamientos/3_CaracteristicasDM.mp3

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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?



el mandamiento mas dificil es el de amer al projimoo como a uno mismo,y por tanto si uno de estos se deja de cumplir se dejan de cumplir todos,en este mundo es muy dificil desprenderse de nuestras comodidades para interesarnos por los demas. nos cuesta poner al otro en igual importancia de amor a nosostros mismos

todo lo que ha dicho Dios permanece para siempre, pues el es el mismo ayer,hoy,mañana y siempre y lo uqe dijo ayer vale para hoy y para mañana
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satumira
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Registrado: 11 Feb 2008
Mensajes: 19

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:33 pm    Asunto: Re: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

Beatriz Eugenia escribió:
P Antonio Rivero escribió:
Resuena en nuestros oídos la pregunta del joven rico: Maestro, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Marcos 10, 17.

Le contestó Cristo: – Cumple los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.

Te dije que el Decálogo, es decir, los diez mandamientos, es un camino de vida, felicidad, realización personal: Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás Deuteronomio 30,16.

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcas su Santa Voluntad. Por tanto, no son una carga; son un don. Y un don se recibe con las manos abiertas, se agradece, se disfruta y se comparte, ¿no crees? No se puede despreciar un regalo. Sería una ingratitud imperdonable y un descaro sin nombre.

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios, y los otros siete más al amor del prójimo. ¿No te dijo Cristo que toda la ley se resumía en el amor a Dios y en el amor al prójimo? ¡Qué hermoso mensaje el de Cristo: amar!

Los mandamientos de la ley de Dios no son cadenas ni barreras: son, más bien, caminos para disfrutar de la verdadera libertad, sin las más duras esclavitudes de tus pasiones desordenadas que te conducen al pecado.

No puedes reducir los mandamientos a una serie de fronteras infranqueables, a unas defensas a las que no puedes tocar para no electrocutarte, como sucede con la corriente eléctrica. No. Son mucho más: son caminos para realizarte como hombre, primero; y son mojones que evitan que te salgas de la carretera que te conduce a la felicidad y al cielo. ¿Te parece poco?

Los mandamientos resumen la “ley” de Dios, y todos tenemos un poco de miedo a la ley, como si con ella se restringiera algo que amamos mucho los hombres: nuestra libertad. Nadie quiere que se le pise o se le ponga trabas y límites a la libertad.

Pero no debes olvidar que tu libertad no es absoluta, sino limitada. La libertad absoluta sólo la tiene Dios. Sólo Dios es la verdadera Libertad, como también es la Verdad absoluta, la Unidad perfecta, la Belleza incomparable. Tú y yo, tenemos algo de esto, pero participado por Dios, al darnos la existencia. Por eso, todo en nosotros es limitado, no absoluto. No pretendas endiosarte. Sé humilde.

No temas a la ley. Una ley bien hecha no es la que restringe tus derechos, sino la que te da la garantía de poder usar en pleno tus derechos y tu libertad.

Las leyes ponen, sí, limitaciones a tus caprichos, pero no a tu libertad, que la encauza y la cuida.

Los diez mandamientos no son diez caprichos que Dios te ha impuesto para salvarte. Son, por el contrario, el resumen de las diez grandes aspiraciones de la naturaleza humana, las diez condiciones que son necesarias para la plena realización de tu naturaleza y para el logro de tu felicidad.

La ley del Señor es suave para los humildes y los que aman con corazón abierto y sencillo.

El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural, esa ley que ha puesto Dios en el corazón de cada hombre, de todo hombre; y, por lo mismo, en tu corazón. El corazón humano ha sido esa piedra donde Dios quiso grabar los diez mandamientos. Por tanto, aunque han sido revelados por Dios a Moisés, sin embargo, son accesibles a la sola razón. Todos podemos conocerlos, pues nacemos con ellos grabados en el corazón. Basta que tengas inteligencia y los captarás perfectamente.

Ahora daremos un paso más y contestamos a estas preguntas:


1° ¿Qué características tienen los diez mandamientos?
2° ¿Por qué te cuestan tanto los diez mandamientos?
3° ¿Qué frutos experimentarás, si cumples los diez mandamientos?



I. CARACTERÍSTICAS DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Los diez mandamientos tienen estas características:

1° Son inmutables: no pueden cambiarse. Nadie puede cambiarlos, pues los ha establecido Dios. Y cuando Dios dice una cosa, no la cambia por nada, pues es infinitamente sabio y perfecto. Son inmutables; perdurarán en el siglo XXI, XXX, LX, etc. Dios no cambia de opinión fácilmente; cuando da una norma, es tan perfecta que no puede cambiarla. Sería una contradicción en Dios. ¿Te puedes imaginar a un Dios arbitrario que juega con nosotros, a costa de sus caprichos y conveniencias?

2° Son absolutos: tienen carácter absoluto, no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación. ¿Sabes qué es el relativismo, o como dijo el Papa Benedicto XVI al iniciar su Pontificado, “la dictadura del relativismo”? Es la doctrina que dice que todo es relativo y depende del punto de vista de cada uno. No se puede aceptar esta doctrina, pues hay cosas y valores fundamentales, innegables y absolutos. Los mandamientos no se pueden recortar, aminorar, rebajar. Otra cosa es ver si es materia grave o materia leve. Lo que fue pecado y estuvo mal ayer, será pecado hoy y mañana y siempre.

3° Son universales: es decir, valen para todos los hombres. Ningún hombre está exento de cumplirlos. Valen para el hombre de campo y de la ciudad, para el hombre instruido o menos instruido; para el niño, el joven y el adulto; para el europeo, africano, asiático, americano y para el hombre de Oceanía; para el que se encuentra en una isla perdida del Pacífico, como para quien vive en una gran metrópoli.

4° Son actuales: son para ayer, para hoy, para mañana. Son de ayer, de hoy y de siempre. Aunque los reveló Dios hace más de tres mil quinientos años, sin embargo siguen vigentes, actuales. Son para ti y para mí. No han pasado de moda. Nunca pasan de moda.


II. ¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones... y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios... a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento:
contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.



III. ¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:


Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

Quiero dejarte en claro una cosa, amigo: el pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.



Resumen del Catecismo de la Iglesia Católica


1975 Según la Sagrada Escritura, la ley es una instrucción paternal de Dios que prescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal.

1976 "La ley es una ordenación de la razón para el bien común, promulgada por el que está a cargo de la comunidad" [Santo Tomás de Aquino].

1977 Cristo es el fin de la ley; sólo Él enseña y otorga la justicia de Dios.

1978 La ley natural es una participación en la sabiduría y la bondad de Dios por parte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de la persona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberes fundamentales.

1979 La ley natural es inmutable, permanente a través de la historia. Las normas que la expresan son siempre substancialmente válidas. Es la base necesaria para la edificación de las normas morales y la ley civil.

1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripciones morales se resumen en los diez mandamientos.

1981 La Ley de Moisés contiene muchas verdades naturalmente accesibles a la razón. Dios las ha revelado porque los hombres no las leían en su corazón.

1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.

1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.

1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.

1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen ".



Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica


438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?

Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.


439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad orgánica?

Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley.


440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?

El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.


441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?

Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu santo y con la gracia.




LECTURA:

De la encíclica del Papa Juan Pablo II, “El esplendor de la verdad"

Las normas morales universales e inmutables al servicio de la persona y de la sociedad


95. La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una intransigencia intolerable, sobre todo en las situaciones enormemente complejas y conflictivas de la vida moral del hombre y de la sociedad actual. Dicha intransigencia estaría en contraste con la condición maternal de la Iglesia. Ésta -se dice- no muestra comprensión y compasión. Pero, en realidad, la maternidad de la Iglesia no puede separarse jamás de su misión docente, que ella debe realizar siempre como esposa fiel de Cristo, que es la verdad en persona: «Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral... De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (2) .

En realidad, la verdadera comprensión y la genuina compasión deben significar amor a la persona, a su verdadero bien, a su libertad auténtica. Y esto no se da, ciertamente, escondiendo o debilitando la verdad moral, sino proponiéndola con su profundo significado de irradiación de la sabiduría eterna de Dios, recibida por medio de Cristo, y de servicio al hombre, al crecimiento de su libertad y a la búsqueda de su felicidad (3) .

Al mismo tiempo, la presentación límpida y vigorosa de la verdad moral no puede prescindir nunca de un respeto profundo y sincero -animado por el amor paciente y confiado-, del que el hombre necesita siempre en su camino moral, frecuentemente trabajoso debido a dificultades, debilidades y situaciones dolorosas. La Iglesia, que jamás podrá renunciar al «principio de la verdad y de la coherencia, según el cual no acepta llamar bien al mal y mal al bien» (4) , ha de estar siempre atenta a no quebrar la caña cascada ni apagar el pabilo vacilante (cf. Is 42, 3). El Papa Pablo VI ha escrito: «No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con la paciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3, 17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas» (5) .

96. La firmeza de la Iglesia en defender las normas morales universales e inmutables no tiene nada de humillante. Está sólo al servicio de la verdadera libertad del hombre. Dado que no hay libertad fuera o contra la verdad, la defensa categórica -esto es, sin concesiones o compromisos-, de las exigencias absolutamente irrenunciables de la dignidad personal del hombre, debe considerarse camino y condición para la existencia misma de la libertad.

Este servicio está dirigido a cada hombre, considerado en la unicidad e irrepetibilidad de su ser y de su existir. Sólo en la obediencia a las normas morales universales el hombre halla plena confirmación de su unicidad como persona y la posibilidad de un verdadero crecimiento moral. Precisamente por esto, dicho servicio está dirigido a todos los hombres; no sólo a los individuos, sino también a la comunidad, a la sociedad como tal. En efecto, estas normas constituyen el fundamento inquebrantable y la sólida garantía de una justa y pacífica convivencia humana, y por tanto de una verdadera democracia, que puede nacer y crecer solamente si se basa en la igualdad de todos sus miembros, unidos en sus derechos y deberes. Ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales.

97. De este modo, las normas morales, y en primer lugar las negativas, que prohíben el mal, manifiestan su significado y su fuerza personal y social. Protegiendo la inviolable dignidad personal de cada hombre, ayudan a la conservación misma del tejido social humano y a su desarrollo recto y fecundo. En particular, los mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, recordados también por Jesús al joven del evangelio (cf. Mt 19, 1Cool, constituyen las reglas primordiales de toda vida social.

Estos mandamientos están formulados en términos generales. Pero el hecho de que «el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (6) , permite precisarlos y explicitarlos en un código de comportamiento más detallado. En ese sentido, las reglas morales fundamentales de la vida social comportan unas exigencias determinadas a las que deben atenerse tanto los poderes públicos como los ciudadanos. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional.




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(2) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 33.


(3) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 34.


(4) Exhortación postsinodal de Juan Pablo II, Reconciliatio et poenitentia, n. 34.


(5) Encíclica de Pablo VI, Humanae vitae, n. 29.


(6) Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et Spes, n. 25.



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También puedes escuchar este tema entra aquí y escuchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net:80/pantoniorivero/10mandamientos/3_CaracteristicasDM.mp3

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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?



el mandamiento mas dificil es el de amer al projimoo como a uno mismo,y por tanto si uno de estos se deja de cumplir se dejan de cumplir todos,en este mundo es muy dificil desprenderse de nuestras comodidades para interesarnos por los demas. nos cuesta poner al otro en igual importancia de amor a nosostros mismos

todo lo que ha dicho Dios permanece para siempre, pues el es el mismo ayer,hoy,mañana y siempre y lo uqe dijo ayer vale para hoy y para mañana
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:34 pm    Asunto: Re: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

Beatriz Eugenia escribió:
P Antonio Rivero escribió:
Resuena en nuestros oídos la pregunta del joven rico: Maestro, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Marcos 10, 17.

Le contestó Cristo: – Cumple los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.

Te dije que el Decálogo, es decir, los diez mandamientos, es un camino de vida, felicidad, realización personal: Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás Deuteronomio 30,16.

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcas su Santa Voluntad. Por tanto, no son una carga; son un don. Y un don se recibe con las manos abiertas, se agradece, se disfruta y se comparte, ¿no crees? No se puede despreciar un regalo. Sería una ingratitud imperdonable y un descaro sin nombre.

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios, y los otros siete más al amor del prójimo. ¿No te dijo Cristo que toda la ley se resumía en el amor a Dios y en el amor al prójimo? ¡Qué hermoso mensaje el de Cristo: amar!

Los mandamientos de la ley de Dios no son cadenas ni barreras: son, más bien, caminos para disfrutar de la verdadera libertad, sin las más duras esclavitudes de tus pasiones desordenadas que te conducen al pecado.

No puedes reducir los mandamientos a una serie de fronteras infranqueables, a unas defensas a las que no puedes tocar para no electrocutarte, como sucede con la corriente eléctrica. No. Son mucho más: son caminos para realizarte como hombre, primero; y son mojones que evitan que te salgas de la carretera que te conduce a la felicidad y al cielo. ¿Te parece poco?

Los mandamientos resumen la “ley” de Dios, y todos tenemos un poco de miedo a la ley, como si con ella se restringiera algo que amamos mucho los hombres: nuestra libertad. Nadie quiere que se le pise o se le ponga trabas y límites a la libertad.

Pero no debes olvidar que tu libertad no es absoluta, sino limitada. La libertad absoluta sólo la tiene Dios. Sólo Dios es la verdadera Libertad, como también es la Verdad absoluta, la Unidad perfecta, la Belleza incomparable. Tú y yo, tenemos algo de esto, pero participado por Dios, al darnos la existencia. Por eso, todo en nosotros es limitado, no absoluto. No pretendas endiosarte. Sé humilde.

No temas a la ley. Una ley bien hecha no es la que restringe tus derechos, sino la que te da la garantía de poder usar en pleno tus derechos y tu libertad.

Las leyes ponen, sí, limitaciones a tus caprichos, pero no a tu libertad, que la encauza y la cuida.

Los diez mandamientos no son diez caprichos que Dios te ha impuesto para salvarte. Son, por el contrario, el resumen de las diez grandes aspiraciones de la naturaleza humana, las diez condiciones que son necesarias para la plena realización de tu naturaleza y para el logro de tu felicidad.

La ley del Señor es suave para los humildes y los que aman con corazón abierto y sencillo.

El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural, esa ley que ha puesto Dios en el corazón de cada hombre, de todo hombre; y, por lo mismo, en tu corazón. El corazón humano ha sido esa piedra donde Dios quiso grabar los diez mandamientos. Por tanto, aunque han sido revelados por Dios a Moisés, sin embargo, son accesibles a la sola razón. Todos podemos conocerlos, pues nacemos con ellos grabados en el corazón. Basta que tengas inteligencia y los captarás perfectamente.

Ahora daremos un paso más y contestamos a estas preguntas:


1° ¿Qué características tienen los diez mandamientos?
2° ¿Por qué te cuestan tanto los diez mandamientos?
3° ¿Qué frutos experimentarás, si cumples los diez mandamientos?



I. CARACTERÍSTICAS DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Los diez mandamientos tienen estas características:

1° Son inmutables: no pueden cambiarse. Nadie puede cambiarlos, pues los ha establecido Dios. Y cuando Dios dice una cosa, no la cambia por nada, pues es infinitamente sabio y perfecto. Son inmutables; perdurarán en el siglo XXI, XXX, LX, etc. Dios no cambia de opinión fácilmente; cuando da una norma, es tan perfecta que no puede cambiarla. Sería una contradicción en Dios. ¿Te puedes imaginar a un Dios arbitrario que juega con nosotros, a costa de sus caprichos y conveniencias?

2° Son absolutos: tienen carácter absoluto, no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación. ¿Sabes qué es el relativismo, o como dijo el Papa Benedicto XVI al iniciar su Pontificado, “la dictadura del relativismo”? Es la doctrina que dice que todo es relativo y depende del punto de vista de cada uno. No se puede aceptar esta doctrina, pues hay cosas y valores fundamentales, innegables y absolutos. Los mandamientos no se pueden recortar, aminorar, rebajar. Otra cosa es ver si es materia grave o materia leve. Lo que fue pecado y estuvo mal ayer, será pecado hoy y mañana y siempre.

3° Son universales: es decir, valen para todos los hombres. Ningún hombre está exento de cumplirlos. Valen para el hombre de campo y de la ciudad, para el hombre instruido o menos instruido; para el niño, el joven y el adulto; para el europeo, africano, asiático, americano y para el hombre de Oceanía; para el que se encuentra en una isla perdida del Pacífico, como para quien vive en una gran metrópoli.

4° Son actuales: son para ayer, para hoy, para mañana. Son de ayer, de hoy y de siempre. Aunque los reveló Dios hace más de tres mil quinientos años, sin embargo siguen vigentes, actuales. Son para ti y para mí. No han pasado de moda. Nunca pasan de moda.


II. ¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones... y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios... a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento:
contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.



III. ¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:


Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

Quiero dejarte en claro una cosa, amigo: el pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.



Resumen del Catecismo de la Iglesia Católica


1975 Según la Sagrada Escritura, la ley es una instrucción paternal de Dios que prescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal.

1976 "La ley es una ordenación de la razón para el bien común, promulgada por el que está a cargo de la comunidad" [Santo Tomás de Aquino].

1977 Cristo es el fin de la ley; sólo Él enseña y otorga la justicia de Dios.

1978 La ley natural es una participación en la sabiduría y la bondad de Dios por parte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de la persona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberes fundamentales.

1979 La ley natural es inmutable, permanente a través de la historia. Las normas que la expresan son siempre substancialmente válidas. Es la base necesaria para la edificación de las normas morales y la ley civil.

1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripciones morales se resumen en los diez mandamientos.

1981 La Ley de Moisés contiene muchas verdades naturalmente accesibles a la razón. Dios las ha revelado porque los hombres no las leían en su corazón.

1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.

1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.

1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.

1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen ".



Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica


438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?

Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.


439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad orgánica?

Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley.


440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?

El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.


441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?

Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu santo y con la gracia.




LECTURA:

De la encíclica del Papa Juan Pablo II, “El esplendor de la verdad"

Las normas morales universales e inmutables al servicio de la persona y de la sociedad


95. La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una intransigencia intolerable, sobre todo en las situaciones enormemente complejas y conflictivas de la vida moral del hombre y de la sociedad actual. Dicha intransigencia estaría en contraste con la condición maternal de la Iglesia. Ésta -se dice- no muestra comprensión y compasión. Pero, en realidad, la maternidad de la Iglesia no puede separarse jamás de su misión docente, que ella debe realizar siempre como esposa fiel de Cristo, que es la verdad en persona: «Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral... De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (2) .

En realidad, la verdadera comprensión y la genuina compasión deben significar amor a la persona, a su verdadero bien, a su libertad auténtica. Y esto no se da, ciertamente, escondiendo o debilitando la verdad moral, sino proponiéndola con su profundo significado de irradiación de la sabiduría eterna de Dios, recibida por medio de Cristo, y de servicio al hombre, al crecimiento de su libertad y a la búsqueda de su felicidad (3) .

Al mismo tiempo, la presentación límpida y vigorosa de la verdad moral no puede prescindir nunca de un respeto profundo y sincero -animado por el amor paciente y confiado-, del que el hombre necesita siempre en su camino moral, frecuentemente trabajoso debido a dificultades, debilidades y situaciones dolorosas. La Iglesia, que jamás podrá renunciar al «principio de la verdad y de la coherencia, según el cual no acepta llamar bien al mal y mal al bien» (4) , ha de estar siempre atenta a no quebrar la caña cascada ni apagar el pabilo vacilante (cf. Is 42, 3). El Papa Pablo VI ha escrito: «No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con la paciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3, 17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas» (5) .

96. La firmeza de la Iglesia en defender las normas morales universales e inmutables no tiene nada de humillante. Está sólo al servicio de la verdadera libertad del hombre. Dado que no hay libertad fuera o contra la verdad, la defensa categórica -esto es, sin concesiones o compromisos-, de las exigencias absolutamente irrenunciables de la dignidad personal del hombre, debe considerarse camino y condición para la existencia misma de la libertad.

Este servicio está dirigido a cada hombre, considerado en la unicidad e irrepetibilidad de su ser y de su existir. Sólo en la obediencia a las normas morales universales el hombre halla plena confirmación de su unicidad como persona y la posibilidad de un verdadero crecimiento moral. Precisamente por esto, dicho servicio está dirigido a todos los hombres; no sólo a los individuos, sino también a la comunidad, a la sociedad como tal. En efecto, estas normas constituyen el fundamento inquebrantable y la sólida garantía de una justa y pacífica convivencia humana, y por tanto de una verdadera democracia, que puede nacer y crecer solamente si se basa en la igualdad de todos sus miembros, unidos en sus derechos y deberes. Ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales.

97. De este modo, las normas morales, y en primer lugar las negativas, que prohíben el mal, manifiestan su significado y su fuerza personal y social. Protegiendo la inviolable dignidad personal de cada hombre, ayudan a la conservación misma del tejido social humano y a su desarrollo recto y fecundo. En particular, los mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, recordados también por Jesús al joven del evangelio (cf. Mt 19, 1Cool, constituyen las reglas primordiales de toda vida social.

Estos mandamientos están formulados en términos generales. Pero el hecho de que «el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (6) , permite precisarlos y explicitarlos en un código de comportamiento más detallado. En ese sentido, las reglas morales fundamentales de la vida social comportan unas exigencias determinadas a las que deben atenerse tanto los poderes públicos como los ciudadanos. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional.




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(2) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 33.


(3) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 34.


(4) Exhortación postsinodal de Juan Pablo II, Reconciliatio et poenitentia, n. 34.


(5) Encíclica de Pablo VI, Humanae vitae, n. 29.


(6) Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et Spes, n. 25.



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También puedes escuchar este tema entra aquí y escuchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net:80/pantoniorivero/10mandamientos/3_CaracteristicasDM.mp3

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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?



el mandamiento mas dificil es el de amer al projimoo como a uno mismo,y por tanto si uno de estos se deja de cumplir se dejan de cumplir todos,en este mundo es muy dificil desprenderse de nuestras comodidades para interesarnos por los demas. nos cuesta poner al otro en igual importancia de amor a nosostros mismos

todo lo que ha dicho Dios permanece para siempre, pues el es el mismo ayer,hoy,mañana y siempre y lo uqe dijo ayer vale para hoy y para mañana
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:35 pm    Asunto: Re: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

Beatriz Eugenia escribió:
P Antonio Rivero escribió:
Resuena en nuestros oídos la pregunta del joven rico: Maestro, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Marcos 10, 17.

Le contestó Cristo: – Cumple los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.

Te dije que el Decálogo, es decir, los diez mandamientos, es un camino de vida, felicidad, realización personal: Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás Deuteronomio 30,16.

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcas su Santa Voluntad. Por tanto, no son una carga; son un don. Y un don se recibe con las manos abiertas, se agradece, se disfruta y se comparte, ¿no crees? No se puede despreciar un regalo. Sería una ingratitud imperdonable y un descaro sin nombre.

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios, y los otros siete más al amor del prójimo. ¿No te dijo Cristo que toda la ley se resumía en el amor a Dios y en el amor al prójimo? ¡Qué hermoso mensaje el de Cristo: amar!

Los mandamientos de la ley de Dios no son cadenas ni barreras: son, más bien, caminos para disfrutar de la verdadera libertad, sin las más duras esclavitudes de tus pasiones desordenadas que te conducen al pecado.

No puedes reducir los mandamientos a una serie de fronteras infranqueables, a unas defensas a las que no puedes tocar para no electrocutarte, como sucede con la corriente eléctrica. No. Son mucho más: son caminos para realizarte como hombre, primero; y son mojones que evitan que te salgas de la carretera que te conduce a la felicidad y al cielo. ¿Te parece poco?

Los mandamientos resumen la “ley” de Dios, y todos tenemos un poco de miedo a la ley, como si con ella se restringiera algo que amamos mucho los hombres: nuestra libertad. Nadie quiere que se le pise o se le ponga trabas y límites a la libertad.

Pero no debes olvidar que tu libertad no es absoluta, sino limitada. La libertad absoluta sólo la tiene Dios. Sólo Dios es la verdadera Libertad, como también es la Verdad absoluta, la Unidad perfecta, la Belleza incomparable. Tú y yo, tenemos algo de esto, pero participado por Dios, al darnos la existencia. Por eso, todo en nosotros es limitado, no absoluto. No pretendas endiosarte. Sé humilde.

No temas a la ley. Una ley bien hecha no es la que restringe tus derechos, sino la que te da la garantía de poder usar en pleno tus derechos y tu libertad.

Las leyes ponen, sí, limitaciones a tus caprichos, pero no a tu libertad, que la encauza y la cuida.

Los diez mandamientos no son diez caprichos que Dios te ha impuesto para salvarte. Son, por el contrario, el resumen de las diez grandes aspiraciones de la naturaleza humana, las diez condiciones que son necesarias para la plena realización de tu naturaleza y para el logro de tu felicidad.

La ley del Señor es suave para los humildes y los que aman con corazón abierto y sencillo.

El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural, esa ley que ha puesto Dios en el corazón de cada hombre, de todo hombre; y, por lo mismo, en tu corazón. El corazón humano ha sido esa piedra donde Dios quiso grabar los diez mandamientos. Por tanto, aunque han sido revelados por Dios a Moisés, sin embargo, son accesibles a la sola razón. Todos podemos conocerlos, pues nacemos con ellos grabados en el corazón. Basta que tengas inteligencia y los captarás perfectamente.

Ahora daremos un paso más y contestamos a estas preguntas:


1° ¿Qué características tienen los diez mandamientos?
2° ¿Por qué te cuestan tanto los diez mandamientos?
3° ¿Qué frutos experimentarás, si cumples los diez mandamientos?



I. CARACTERÍSTICAS DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Los diez mandamientos tienen estas características:

1° Son inmutables: no pueden cambiarse. Nadie puede cambiarlos, pues los ha establecido Dios. Y cuando Dios dice una cosa, no la cambia por nada, pues es infinitamente sabio y perfecto. Son inmutables; perdurarán en el siglo XXI, XXX, LX, etc. Dios no cambia de opinión fácilmente; cuando da una norma, es tan perfecta que no puede cambiarla. Sería una contradicción en Dios. ¿Te puedes imaginar a un Dios arbitrario que juega con nosotros, a costa de sus caprichos y conveniencias?

2° Son absolutos: tienen carácter absoluto, no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación. ¿Sabes qué es el relativismo, o como dijo el Papa Benedicto XVI al iniciar su Pontificado, “la dictadura del relativismo”? Es la doctrina que dice que todo es relativo y depende del punto de vista de cada uno. No se puede aceptar esta doctrina, pues hay cosas y valores fundamentales, innegables y absolutos. Los mandamientos no se pueden recortar, aminorar, rebajar. Otra cosa es ver si es materia grave o materia leve. Lo que fue pecado y estuvo mal ayer, será pecado hoy y mañana y siempre.

3° Son universales: es decir, valen para todos los hombres. Ningún hombre está exento de cumplirlos. Valen para el hombre de campo y de la ciudad, para el hombre instruido o menos instruido; para el niño, el joven y el adulto; para el europeo, africano, asiático, americano y para el hombre de Oceanía; para el que se encuentra en una isla perdida del Pacífico, como para quien vive en una gran metrópoli.

4° Son actuales: son para ayer, para hoy, para mañana. Son de ayer, de hoy y de siempre. Aunque los reveló Dios hace más de tres mil quinientos años, sin embargo siguen vigentes, actuales. Son para ti y para mí. No han pasado de moda. Nunca pasan de moda.


II. ¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones... y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios... a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento:
contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.



III. ¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:


Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

Quiero dejarte en claro una cosa, amigo: el pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.



Resumen del Catecismo de la Iglesia Católica


1975 Según la Sagrada Escritura, la ley es una instrucción paternal de Dios que prescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal.

1976 "La ley es una ordenación de la razón para el bien común, promulgada por el que está a cargo de la comunidad" [Santo Tomás de Aquino].

1977 Cristo es el fin de la ley; sólo Él enseña y otorga la justicia de Dios.

1978 La ley natural es una participación en la sabiduría y la bondad de Dios por parte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de la persona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberes fundamentales.

1979 La ley natural es inmutable, permanente a través de la historia. Las normas que la expresan son siempre substancialmente válidas. Es la base necesaria para la edificación de las normas morales y la ley civil.

1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripciones morales se resumen en los diez mandamientos.

1981 La Ley de Moisés contiene muchas verdades naturalmente accesibles a la razón. Dios las ha revelado porque los hombres no las leían en su corazón.

1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.

1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.

1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.

1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen ".



Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica


438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?

Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.


439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad orgánica?

Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley.


440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?

El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.


441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?

Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu santo y con la gracia.




LECTURA:

De la encíclica del Papa Juan Pablo II, “El esplendor de la verdad"

Las normas morales universales e inmutables al servicio de la persona y de la sociedad


95. La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una intransigencia intolerable, sobre todo en las situaciones enormemente complejas y conflictivas de la vida moral del hombre y de la sociedad actual. Dicha intransigencia estaría en contraste con la condición maternal de la Iglesia. Ésta -se dice- no muestra comprensión y compasión. Pero, en realidad, la maternidad de la Iglesia no puede separarse jamás de su misión docente, que ella debe realizar siempre como esposa fiel de Cristo, que es la verdad en persona: «Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral... De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (2) .

En realidad, la verdadera comprensión y la genuina compasión deben significar amor a la persona, a su verdadero bien, a su libertad auténtica. Y esto no se da, ciertamente, escondiendo o debilitando la verdad moral, sino proponiéndola con su profundo significado de irradiación de la sabiduría eterna de Dios, recibida por medio de Cristo, y de servicio al hombre, al crecimiento de su libertad y a la búsqueda de su felicidad (3) .

Al mismo tiempo, la presentación límpida y vigorosa de la verdad moral no puede prescindir nunca de un respeto profundo y sincero -animado por el amor paciente y confiado-, del que el hombre necesita siempre en su camino moral, frecuentemente trabajoso debido a dificultades, debilidades y situaciones dolorosas. La Iglesia, que jamás podrá renunciar al «principio de la verdad y de la coherencia, según el cual no acepta llamar bien al mal y mal al bien» (4) , ha de estar siempre atenta a no quebrar la caña cascada ni apagar el pabilo vacilante (cf. Is 42, 3). El Papa Pablo VI ha escrito: «No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con la paciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3, 17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas» (5) .

96. La firmeza de la Iglesia en defender las normas morales universales e inmutables no tiene nada de humillante. Está sólo al servicio de la verdadera libertad del hombre. Dado que no hay libertad fuera o contra la verdad, la defensa categórica -esto es, sin concesiones o compromisos-, de las exigencias absolutamente irrenunciables de la dignidad personal del hombre, debe considerarse camino y condición para la existencia misma de la libertad.

Este servicio está dirigido a cada hombre, considerado en la unicidad e irrepetibilidad de su ser y de su existir. Sólo en la obediencia a las normas morales universales el hombre halla plena confirmación de su unicidad como persona y la posibilidad de un verdadero crecimiento moral. Precisamente por esto, dicho servicio está dirigido a todos los hombres; no sólo a los individuos, sino también a la comunidad, a la sociedad como tal. En efecto, estas normas constituyen el fundamento inquebrantable y la sólida garantía de una justa y pacífica convivencia humana, y por tanto de una verdadera democracia, que puede nacer y crecer solamente si se basa en la igualdad de todos sus miembros, unidos en sus derechos y deberes. Ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales.

97. De este modo, las normas morales, y en primer lugar las negativas, que prohíben el mal, manifiestan su significado y su fuerza personal y social. Protegiendo la inviolable dignidad personal de cada hombre, ayudan a la conservación misma del tejido social humano y a su desarrollo recto y fecundo. En particular, los mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, recordados también por Jesús al joven del evangelio (cf. Mt 19, 1Cool, constituyen las reglas primordiales de toda vida social.

Estos mandamientos están formulados en términos generales. Pero el hecho de que «el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (6) , permite precisarlos y explicitarlos en un código de comportamiento más detallado. En ese sentido, las reglas morales fundamentales de la vida social comportan unas exigencias determinadas a las que deben atenerse tanto los poderes públicos como los ciudadanos. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional.




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(2) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 33.


(3) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 34.


(4) Exhortación postsinodal de Juan Pablo II, Reconciliatio et poenitentia, n. 34.


(5) Encíclica de Pablo VI, Humanae vitae, n. 29.


(6) Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et Spes, n. 25.



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También puedes escuchar este tema entra aquí y escuchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net:80/pantoniorivero/10mandamientos/3_CaracteristicasDM.mp3

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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?



el mandamiento mas dificil es el de amer al projimoo como a uno mismo,y por tanto si uno de estos se deja de cumplir se dejan de cumplir todos,en este mundo es muy dificil desprenderse de nuestras comodidades para interesarnos por los demas. nos cuesta poner al otro en igual importancia de amor a nosostros mismos

todo lo que ha dicho Dios permanece para siempre, pues el es el mismo ayer,hoy,mañana y siempre y lo uqe dijo ayer vale para hoy y para mañana
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satumira
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Registrado: 11 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:35 pm    Asunto: Re: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

Beatriz Eugenia escribió:
P Antonio Rivero escribió:
Resuena en nuestros oídos la pregunta del joven rico: Maestro, ¿qué he de hacer para conseguir la vida eterna? Marcos 10, 17.

Le contestó Cristo: – Cumple los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre.

Te dije que el Decálogo, es decir, los diez mandamientos, es un camino de vida, felicidad, realización personal: Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás Deuteronomio 30,16.

Los diez mandamientos son resumen y proclaman la ley de Dios. Son un don de Dios a la humanidad, para que conozcas su Santa Voluntad. Por tanto, no son una carga; son un don. Y un don se recibe con las manos abiertas, se agradece, se disfruta y se comparte, ¿no crees? No se puede despreciar un regalo. Sería una ingratitud imperdonable y un descaro sin nombre.

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios, y los otros siete más al amor del prójimo. ¿No te dijo Cristo que toda la ley se resumía en el amor a Dios y en el amor al prójimo? ¡Qué hermoso mensaje el de Cristo: amar!

Los mandamientos de la ley de Dios no son cadenas ni barreras: son, más bien, caminos para disfrutar de la verdadera libertad, sin las más duras esclavitudes de tus pasiones desordenadas que te conducen al pecado.

No puedes reducir los mandamientos a una serie de fronteras infranqueables, a unas defensas a las que no puedes tocar para no electrocutarte, como sucede con la corriente eléctrica. No. Son mucho más: son caminos para realizarte como hombre, primero; y son mojones que evitan que te salgas de la carretera que te conduce a la felicidad y al cielo. ¿Te parece poco?

Los mandamientos resumen la “ley” de Dios, y todos tenemos un poco de miedo a la ley, como si con ella se restringiera algo que amamos mucho los hombres: nuestra libertad. Nadie quiere que se le pise o se le ponga trabas y límites a la libertad.

Pero no debes olvidar que tu libertad no es absoluta, sino limitada. La libertad absoluta sólo la tiene Dios. Sólo Dios es la verdadera Libertad, como también es la Verdad absoluta, la Unidad perfecta, la Belleza incomparable. Tú y yo, tenemos algo de esto, pero participado por Dios, al darnos la existencia. Por eso, todo en nosotros es limitado, no absoluto. No pretendas endiosarte. Sé humilde.

No temas a la ley. Una ley bien hecha no es la que restringe tus derechos, sino la que te da la garantía de poder usar en pleno tus derechos y tu libertad.

Las leyes ponen, sí, limitaciones a tus caprichos, pero no a tu libertad, que la encauza y la cuida.

Los diez mandamientos no son diez caprichos que Dios te ha impuesto para salvarte. Son, por el contrario, el resumen de las diez grandes aspiraciones de la naturaleza humana, las diez condiciones que son necesarias para la plena realización de tu naturaleza y para el logro de tu felicidad.

La ley del Señor es suave para los humildes y los que aman con corazón abierto y sencillo.

El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural, esa ley que ha puesto Dios en el corazón de cada hombre, de todo hombre; y, por lo mismo, en tu corazón. El corazón humano ha sido esa piedra donde Dios quiso grabar los diez mandamientos. Por tanto, aunque han sido revelados por Dios a Moisés, sin embargo, son accesibles a la sola razón. Todos podemos conocerlos, pues nacemos con ellos grabados en el corazón. Basta que tengas inteligencia y los captarás perfectamente.

Ahora daremos un paso más y contestamos a estas preguntas:


1° ¿Qué características tienen los diez mandamientos?
2° ¿Por qué te cuestan tanto los diez mandamientos?
3° ¿Qué frutos experimentarás, si cumples los diez mandamientos?



I. CARACTERÍSTICAS DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS


Los diez mandamientos tienen estas características:

1° Son inmutables: no pueden cambiarse. Nadie puede cambiarlos, pues los ha establecido Dios. Y cuando Dios dice una cosa, no la cambia por nada, pues es infinitamente sabio y perfecto. Son inmutables; perdurarán en el siglo XXI, XXX, LX, etc. Dios no cambia de opinión fácilmente; cuando da una norma, es tan perfecta que no puede cambiarla. Sería una contradicción en Dios. ¿Te puedes imaginar a un Dios arbitrario que juega con nosotros, a costa de sus caprichos y conveniencias?

2° Son absolutos: tienen carácter absoluto, no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación. ¿Sabes qué es el relativismo, o como dijo el Papa Benedicto XVI al iniciar su Pontificado, “la dictadura del relativismo”? Es la doctrina que dice que todo es relativo y depende del punto de vista de cada uno. No se puede aceptar esta doctrina, pues hay cosas y valores fundamentales, innegables y absolutos. Los mandamientos no se pueden recortar, aminorar, rebajar. Otra cosa es ver si es materia grave o materia leve. Lo que fue pecado y estuvo mal ayer, será pecado hoy y mañana y siempre.

3° Son universales: es decir, valen para todos los hombres. Ningún hombre está exento de cumplirlos. Valen para el hombre de campo y de la ciudad, para el hombre instruido o menos instruido; para el niño, el joven y el adulto; para el europeo, africano, asiático, americano y para el hombre de Oceanía; para el que se encuentra en una isla perdida del Pacífico, como para quien vive en una gran metrópoli.

4° Son actuales: son para ayer, para hoy, para mañana. Son de ayer, de hoy y de siempre. Aunque los reveló Dios hace más de tres mil quinientos años, sin embargo siguen vigentes, actuales. Son para ti y para mí. No han pasado de moda. Nunca pasan de moda.


II. ¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones... y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios... a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento:
contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.



III. ¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:


Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

Quiero dejarte en claro una cosa, amigo: el pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.



Resumen del Catecismo de la Iglesia Católica


1975 Según la Sagrada Escritura, la ley es una instrucción paternal de Dios que prescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida y proscribe los caminos del mal.

1976 "La ley es una ordenación de la razón para el bien común, promulgada por el que está a cargo de la comunidad" [Santo Tomás de Aquino].

1977 Cristo es el fin de la ley; sólo Él enseña y otorga la justicia de Dios.

1978 La ley natural es una participación en la sabiduría y la bondad de Dios por parte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de la persona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberes fundamentales.

1979 La ley natural es inmutable, permanente a través de la historia. Las normas que la expresan son siempre substancialmente válidas. Es la base necesaria para la edificación de las normas morales y la ley civil.

1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripciones morales se resumen en los diez mandamientos.

1981 La Ley de Moisés contiene muchas verdades naturalmente accesibles a la razón. Dios las ha revelado porque los hombres no las leían en su corazón.

1982 La Ley antigua es una preparación al Evangelio.

1983 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo recibida mediante la fe en Cristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermón del Señor en la montaña y se sirve de los sacramentos para comunicarnos la gracia.

1984 La Ley evangélica cumple, supera y lleva a su perfección la Ley antigua: sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, sus mandamientos, reformando el corazón que es la raíz de los actos.

1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad

1986 Más allá de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos evangélicos. "La santidad de la Iglesia también se fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen ".



Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica


438. ¿Qué importancia da la Iglesia al Decálogo?

Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo.


439. ¿Por qué el Decálogo constituye una unidad orgánica?

Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley.


440. ¿Por qué el Decálogo obliga gravemente?

El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo.


441. ¿Es posible cumplir el Decálogo?

Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu santo y con la gracia.




LECTURA:

De la encíclica del Papa Juan Pablo II, “El esplendor de la verdad"

Las normas morales universales e inmutables al servicio de la persona y de la sociedad


95. La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una intransigencia intolerable, sobre todo en las situaciones enormemente complejas y conflictivas de la vida moral del hombre y de la sociedad actual. Dicha intransigencia estaría en contraste con la condición maternal de la Iglesia. Ésta -se dice- no muestra comprensión y compasión. Pero, en realidad, la maternidad de la Iglesia no puede separarse jamás de su misión docente, que ella debe realizar siempre como esposa fiel de Cristo, que es la verdad en persona: «Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral... De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (2) .

En realidad, la verdadera comprensión y la genuina compasión deben significar amor a la persona, a su verdadero bien, a su libertad auténtica. Y esto no se da, ciertamente, escondiendo o debilitando la verdad moral, sino proponiéndola con su profundo significado de irradiación de la sabiduría eterna de Dios, recibida por medio de Cristo, y de servicio al hombre, al crecimiento de su libertad y a la búsqueda de su felicidad (3) .

Al mismo tiempo, la presentación límpida y vigorosa de la verdad moral no puede prescindir nunca de un respeto profundo y sincero -animado por el amor paciente y confiado-, del que el hombre necesita siempre en su camino moral, frecuentemente trabajoso debido a dificultades, debilidades y situaciones dolorosas. La Iglesia, que jamás podrá renunciar al «principio de la verdad y de la coherencia, según el cual no acepta llamar bien al mal y mal al bien» (4) , ha de estar siempre atenta a no quebrar la caña cascada ni apagar el pabilo vacilante (cf. Is 42, 3). El Papa Pablo VI ha escrito: «No disminuir en nada la doctrina salvadora de Cristo es una forma eminente de caridad hacia las almas. Pero ello ha de ir acompañado siempre con la paciencia y la bondad de la que el Señor mismo ha dado ejemplo en su trato con los hombres. Al venir no para juzgar sino para salvar (cf. Jn 3, 17), Él fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso hacia las personas» (5) .

96. La firmeza de la Iglesia en defender las normas morales universales e inmutables no tiene nada de humillante. Está sólo al servicio de la verdadera libertad del hombre. Dado que no hay libertad fuera o contra la verdad, la defensa categórica -esto es, sin concesiones o compromisos-, de las exigencias absolutamente irrenunciables de la dignidad personal del hombre, debe considerarse camino y condición para la existencia misma de la libertad.

Este servicio está dirigido a cada hombre, considerado en la unicidad e irrepetibilidad de su ser y de su existir. Sólo en la obediencia a las normas morales universales el hombre halla plena confirmación de su unicidad como persona y la posibilidad de un verdadero crecimiento moral. Precisamente por esto, dicho servicio está dirigido a todos los hombres; no sólo a los individuos, sino también a la comunidad, a la sociedad como tal. En efecto, estas normas constituyen el fundamento inquebrantable y la sólida garantía de una justa y pacífica convivencia humana, y por tanto de una verdadera democracia, que puede nacer y crecer solamente si se basa en la igualdad de todos sus miembros, unidos en sus derechos y deberes. Ante las normas morales que prohíben el mal intrínseco no hay privilegios ni excepciones para nadie. No hay ninguna diferencia entre ser el dueño del mundo o el último de los miserables de la tierra: ante las exigencias morales somos todos absolutamente iguales.

97. De este modo, las normas morales, y en primer lugar las negativas, que prohíben el mal, manifiestan su significado y su fuerza personal y social. Protegiendo la inviolable dignidad personal de cada hombre, ayudan a la conservación misma del tejido social humano y a su desarrollo recto y fecundo. En particular, los mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, recordados también por Jesús al joven del evangelio (cf. Mt 19, 1Cool, constituyen las reglas primordiales de toda vida social.

Estos mandamientos están formulados en términos generales. Pero el hecho de que «el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana» (6) , permite precisarlos y explicitarlos en un código de comportamiento más detallado. En ese sentido, las reglas morales fundamentales de la vida social comportan unas exigencias determinadas a las que deben atenerse tanto los poderes públicos como los ciudadanos. Más allá de las intenciones, a veces buenas, y de las circunstancias, a menudo difíciles, las autoridades civiles y los individuos jamás están autorizados a transgredir los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. Por lo cual, sólo una moral que reconozca normas válidas siempre y para todos, sin ninguna excepción, puede garantizar el fundamento ético de la convivencia social, tanto nacional como internacional.




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(2) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris Consortio, n. 33.


(3) Exhortación apostólica de Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 34.


(4) Exhortación postsinodal de Juan Pablo II, Reconciliatio et poenitentia, n. 34.


(5) Encíclica de Pablo VI, Humanae vitae, n. 29.


(6) Concilio Vaticano II, Constitución pastoral, Gaudium et Spes, n. 25.



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También puedes escuchar este tema entra aquí y escuchalo en Podcast

http://www.podcast.catholic.net:80/pantoniorivero/10mandamientos/3_CaracteristicasDM.mp3

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TEMAS DE RESPUESTA EN EL FORO

1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?



el mandamiento mas dificil es el de amer al projimoo como a uno mismo,y por tanto si uno de estos se deja de cumplir se dejan de cumplir todos,en este mundo es muy dificil desprenderse de nuestras comodidades para interesarnos por los demas. nos cuesta poner al otro en igual importancia de amor a nosostros mismos

todo lo que ha dicho Dios permanece para siempre, pues el es el mismo ayer,hoy,mañana y siempre y lo uqe dijo ayer vale para hoy y para mañana
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Muse
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Registrado: 15 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 1:39 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1- Yo pienso que uno de los más dificiles de cumplir es el 10º, el de no codiciar los bienen ajenos, hoy en día nos ponemos celosos de lo que tiene el vecino, o compañero de trabajo, etc, hasta los niños caen en eso.

2-Los mandamientos siguen actuales porque Dios es actual, por lo tanto si Él es actual sus enseñansas tambien lo serán, además Dios no juega con nosotros como para cambiarnos la obligaciones a cada rato.
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maría josé bernal qu8inte
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Registrado: 14 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 2:26 pm    Asunto: 2a sesion
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

1- El que más cuesta es el primero pues hemos olvidado nuestra condición de creaturas, nuestra pequeñez ante la grandeza del Creador. Como nuestros primeros padres, Adan y Eva, hemos caído en el gran pecado de la soberbia creyendo que todo lo podemos, que Dios no es quien debe poner las reglas sino nosotros mismos de forma que: queremos decidir cuándo vamos o no a misa los domingos, queremos decidir por nuestra cuenta quién merece que lo salude y quién no, creemos que podemos planear la vida a diestra y siniestra, nos creemos con todo el derecho de dañar nuestro cuerpo a fin de no dar la vida (cuando ésta sólo viene de Dios). Somos tan soberbios que creemos que ya no necesitamos de nuestros padres, que los viejos son una molestia ( y no una fuente de sabiduría y experiencia), tan soberbios que creemos que podemos ver cualquier cosa y no nos pasará nada. Incluso, creemos que "estar a dieta no impide ver el menú".

La soberbia, esa, que nos hace olvidarnos de amar a Dios sobre todas las cosas y sobre nosostros mismos.

2. Siguen siendo actuales los mandamientos porque en Dios no hay tiempo, Dios es, fue y será y el corazón del hombre igualmente. Aunque la historia cambie, la vida del hombre se modifique la huella de Dios esta impresa pase lo que pase.
Por otro lado, Dios es perfección y sería una contradicción pensar que se equivocó, o que algo que era ahora no lo es.
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Graciela Arias
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Registrado: 31 Ene 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 3:23 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Creo que el mandamiento más difícil de cumplir es el segundo, y al dificultarse el cumplimiento de este mandamiento es imposible cumplir el primero "amarás al Señor tu Dios con toda tu mente, con todas tus fuerzas y con todo tu corazón". La escritura lo dice : "si no amas a tu hermano a quien ves, como puedes amar a quien no ves"?. En otro orden de ideas, se nos hace bien difícil amar a aquellos que nos hacen mal, que nos calumnian, que nos injurian, que nos hieren, pero Cristo es el más gran ejemplo de perdón y amor que tenemos, recordemos que el también fue varón de dolores, que al igual que nosotros, sufrió la traición, la calumnia, el abandono..... etc. sin embargo, por amor perdonó, por lo tanto debemos pedirle a Dios que cambie ese corazón nuestro de piedra por un corazón manso y hulide como el suyo, capáz de amar y de perdonar, de darse por completo sin reservas.

En relación a la segunda pregunta, debo decir que Dios dijo: "Yo Soy Él que Soy" estuvo hace miles de años, está hoy y seguirá estando por años sin fin y sus leyes y mandatos están ahí no pasan porque son como Él, de él vienen, como bien se dijo fueron entregados a Moisés hace 3500 años, y fueron un don de Dios para alzanzar nuestra salvación, y hoy Dios sigue queriendo tu salvación y la mía también.
_________________
HOLA SOY GRACIELA DESDE BARQUISIMETO VENEZUELA. UN SALUDO MUY ESPECIAL PARA TODOS LOS HERMANOS EN CRISTO.
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jesusyyo
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Registrado: 30 Ene 2008
Mensajes: 3
Ubicación: argentina

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 3:32 pm    Asunto: los diez mandamientos hoy
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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En mi opinión el primer mandamiento es el que más cuesta cumplir y como es el principal pues al no cumplirlo los demás tampoco se cumplen pues como puedo amar a mis hermanos si no amo a dios y como amar a dios si no amo a mis hermanos? ambas cosas van de la mano.
Por supuesto que tienen actualidad hoy, son el camino seguro para la felicidad y se resumen en una sola palabra: AMAR.
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Emily Atallah
Esporádico


Registrado: 06 Oct 2006
Mensajes: 89

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 4:41 pm    Asunto: Respuesta
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?
Creo que el más difícil es el primero, pués hoy en día es muy fácil hacerse a dioses que nos confunden la mente, como el dinero, el consumismo, la vida cómoda y placentera y aunque no lo creamos los vamos convirtiendo en el centro de nuestra vida. El trabajo se vá haciendo indispensable para cumlir con todas las exigencias materiales y poco a poco nos vamos olvidando del verdadero Dios que nos dá todo el sustento que necesitamos para vivir terrenamente y eternamente.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?
Los mandamientos son lineamientos de vida que no tienen época ni género ni tiempo ni espacio. Son a la vez personales y comunitarios, son absolutos y no relativos a cada quien, y son para todos.
No pueden cambiarse pués fué Dios quien nos los dictó y Él es perfecto no se equivoca ni tiene caprichos.

Quedo afectísima en Jesucristo,
Emily Atallah
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catamarqueña
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Registrado: 04 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 4:47 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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leyendo y releyendo lo que el padre nos explica, pudo deducir humildemente,que los mandamientos son actules y lo seran; por que no estan dirijidos a una generacion,sino a una naturaleza; la naturaleza humana,claro mutada por el pecado que nos alejo del señor.
es por esto que necesitamos retomar el camino de regreso,deshandarlo,teniendo en cuenta siempre la realidad de nuestras limitaciones y desaciertos; decirle a DIOS:¿como hago?a lo que El nos conteste de una manera presisa y contundente pero amorosa,devolviendo mal con bien.
El decalogo es la brujula que nos depositara seguros en el regazo de nuestro PADRE.
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Luglad
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Registrado: 10 Feb 2008
Mensajes: 7

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 5:20 pm    Asunto: ¿Cual de los mandamientos crees que cuesta mas cumplir hoy ?
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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A la respuesta de la 1ra. pregunta creo que es el 3er. mandamiento "santificar las fiestas del Señor" el que mas cuesta cumplir en la actualidad. La religion cristiana es la más grande del mundo, sin embargo, se observa, en muchas iglesias que los días de fiesta o domingos se ven medianamente llenas. Son pocos los creyentes que acuden a los templos para dar gracias al Señor, para entablar una comunicación directa, espontánea, sincera. Que pasa entonces? La gran mayoria de catolicos adaptamos la religión a nuestras necesidades. No hay tiempo, hoy en día, para buscar información sobre aquel ser superior (que la gran mayoria no duda que existe) Nadie puede amar lo que no conoce. De manera que, los catolicos no dudan de la existencia de un Dios, pero, desconocen la forma de entablar una comunicación con él (auténtica). Y aún conociendo algo les causa escandalo ese acercamiento (porque no creen). En cuanto a los otros mandamientos (del 4 al 10) el hombre tiene conciencia de ello, porque de alguna forma las leyes y la etica han encausado el cumplimiento de las mismas, como una forma de conviviencia humana.
La 2da. pregunta, por qué los mandamientos siguen siendo actuales a pesar de que datan de mas de 3 mil años?. Es porque el hombre sigue siendo el mismo, ese ser racional, inteligente, a quien Dios se le reveló. Y le recuerda, al hombre, que, a traves de estos mandamientos que él estableció, es que se puede lograr un mejor vivir en la tierra, sin ataduras a pecados, en libertad plena, evitando con ello que caiga en inmundicias, en suciedad. Estos mandamientos nos muestran el camino hacia la verdad (la única) y la vida (la que esperamos alcanzar todos después de la muerte).[/b]
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Fersan
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Registrado: 22 Sep 2006
Mensajes: 44

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 5:38 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actualidad que estamos viviendo ?
No sé, realmente me cuesta trabajo decidir cual mandamiento cuesta más cumplir en la actualidad, pues por todos lados veo la violación de todos ya que se violan algunos para obtener algo que lleva a violar a los otros. Lo que si tengo claro es que en la actualidad el hombre ya no quiere cumplir ninguno de los dos mandamientos dados por el Señor Jesús: Amar a Dios con todo las fuerzas, con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?
Los mandamientos de Dios son actuales porque son directos, claros, ordenados, fáciles de comprender (sin importar la cultura de la persona, raza o posición social) y a todas luces hechos para el bienestar del hombre, como individuo y como sociedad. Indudablemente se ve la mano de Dios en su realización.

Basta con ver con que quiere reemplazar el hombre actual a los diez mandamientos (1ª sesión) y veremos que el hombre esta lleno de complejidades, ambigüedades, contradicciones, absurdos, necedades, intereses particulares y muy, muy lejos de Dios. Y el resultado de hacerle más caso al hombre que a Dios es el hecho de que el mundo sigue siendo un lugar muy difícil para vivir, lleno de sufrimientos, odios e injusticias.

Al cumplir los mandamientos hacemos realidad el Reino de Dios en la tierra.
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Rodrigo Jaque
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Registrado: 04 Feb 2008
Mensajes: 4

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 6:38 pm    Asunto: 1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta c
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

Creo que el mandamiento que más cuesta cumplir es el sexto. La cultura de la muerte avanza despersonalizando la sexualidad, focalizando y exaltando el placer, aislándolo de un compromiso y acto comunicativo propio de personas que se aman responsablemente, en el matrimonio. Quienes se oponen a una sexualidad despersonalizada son ridiculizados y trataos como retrogradas, quienes tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, no encuentran “razones” para no hacerlo, ¿cómo no disfrutar de este don? Se preguntan. La verdad es que la moral sexual es un signo del egoísmo humano, las relaciones sexuales prematrimoniales se acercan más a un acto masturbatorio que comunicativo.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?

Son actuales porque son entregados por Dios, y en Dios no existe el tiempo. Son Palabra de Dios, son para siempre. Dios no puede entregar leyes que no sean buenas para el hombre, o que obedecen a su puro capricho. Él es el creador de todo lo existente, y al igual que lo que existe tiene leyes intrínsecas, que vamos descubriendo a través de la ciencia y que aprovechamos para el progreso, el ser humano tiene para su libertad la llamada a elegir el bien y conducirse por el mismo, este trazado esta dibujado por la estructura del decálogo entregada por el diseñador de todo. Es en las leyes de Dios donde encontramos la naturaleza de la evolución de todo lo humano.
_________________
"Vocatus atque non vocatus, Deus aderit."
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Ruth Morales
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Registrado: 31 Ene 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 7:35 pm    Asunto: Curso sobre los Diez Mandamientos (2ª sesion)
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Ruth, saludos para todos.

A la primera interrogante, yo creo que el Mandamiento que es mas difcil de cumplir es el I. Porque, si, conocemos a Dios, pero no le amamos como El a nosotros; tambien porque lo vemos como un Dios lejano que no nos escucha o nos hacemos los sordos para no escucharlo, cuando nos dice que nos ama y que somos sus hijos predilectos, y otra veces porque nos cuesta vivir en la voluntad de Dios, queremos hacer siempre la voluntad humana pero no la Divina. El Dice en su Palabra "El Señor es, con los que lo honran, tan tierno como un padre con sus hijos" Salmo 103,13. Y tambien dice en, 1 San Juan 4,16 "Asi hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama.Dios es amor, y el que vive en el amor, vive de Dios y Dios en el." Tenemos pue, que sentirnos amados por Dios , para asi dar ese Amor a los demas, ya que, "Nosotros amamos porque el nos amo primero" 1 Jn 4,19.

A la segunda pregunta, si Dios establece la Ley en la antiguedad para que convivencia entre ellos fuese mas armoniosa, es valida para todo tiempo, ya que para todos y no va a hacer leyes para cada uno en particular.El dice en su Palabra; 1 Jn "El amar a Dios consiste en en obedecer sus mandamientos y sus mandamientos no son una carga" el sabia que cumpliendo los Mandamientos podiamos soportarnos unos con los otros, pero no por miedo al castigo, sino para vivir en paz y justicia, amandonos los unos a los otros.
Que los cumplamos o no depende de ese amor que le tengamos a Dios. No son para beneficio suyo, sino nuestro, para que tengamos un camino para la felicidad y hacia la Vida Eterna. Que el Señor les bendiga a todos.
_________________
Saludos para todos, encantada y lista para comenzar el curso sobre los Diez Mandamientos.
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Eliza Mac
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Registrado: 05 Feb 2008
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Ubicación: Mexico

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 8:14 pm    Asunto: 2a Sesión
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Definitivamente en la actualidad, todos son difíciles de cumplir, por que se nos presentan tentaciones en cualquier ámbito, por ejemplo: en la tv, donde hijos no respetan a sus padres, esposos que con toda tranquilidad dejan a su familia, etc. Así a la mayoria de personas, les (nos) parece fácil ejercer la "libertad" sin ataduras, entre ellas estan los mandamientoss, que nos piden un verdadero compromiso con el Señor.
Sin embargo, respondiendo a la segunda pregunta, todos son actuales y efectivos, ya que si vivieramos un poco más de acuerdo con lo que el Señor nos pide en sus mandamientos, tendríamos familias funcionales y fieles al Señor, por ende una sociedad equilibrada y pacífica. Son reglas "simples", que nunca perderán su actualidad, ya que se basan en el respeto en todos los ámbitos.
Gracias
_________________
"Cuando Dios borra, es por que quiere escribir algo"
Eliza
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teresitac
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Registrado: 21 Sep 2006
Mensajes: 76

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 8:16 pm    Asunto: Respuesta 2º Sesión Características dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actualidad que estamos viviendo ?

El primer mandamiento ya que si amamos a Dios con todo nuestro corazón y al prójimo como a nosotros mismos, estaríamos creciendo siempre en santidad y procurando el bien de todos nuestros hermanos porque tendríamos en primer lugar a Dios en nuestro corazón, pero que vemos en la realidad que nos toca vivir en el día de hoy: violencia, explotación de los débiles, injusticias, etc.; nos hemos alejado de Dios, no le damos el primer lugar, ahora lo que importa es el tener, el estar bien, buscamos la felicidad por otros caminos y huimos del sacrificio. “Si me amas”, dice Dios y nos da sus mandamientos, pero nos cuesta trabajo obedecerlos, nos falta el amor a Dios.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?


[i]Son inmutables: no se pueden cambiar, los ha establecido Dios.
Son absolutos: no dan pie a ningún relativismo, ni a ningún tipo de ética de la situación.
Son universales: valen para todos los hombres y en todas las épocas
Son actuales: nunca pasaran de moda; son de ayer de hoy de siempre

_________________
Teresita C
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aoverano
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Registrado: 02 Feb 2008
Mensajes: 6
Ubicación: ESPAÑA

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 8:17 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Como ya han expresado magistralmente los hermanos del foro, el mandamiento mas difícil de cumplir es el primero, pues éste contiene a los restantes, hemos apartado a Dios de nuestra vida, aquí en España su imgen ha sido expulsada de los colegios, de los hospitales, de cualquier centro público, en nombre del laicismo hasta quieren que los centros religiosos han de poseer licencia, es decir que al politiquillo de turno si no le gusta un sacerdote determinado que se adapte a su ideología mundana pues se le quita la licencia municipal a la parroquia y se cierra a cal y canto, y ya está. Vivimos unos tiempos terribles, los que aún tenemos la dicha de poseer la fe, tenemos una fenomenal hoja de ruta para ser felices en esta vida, y esos son los 10 mandamientos que para mí tienen mas sentido que nunca, máxime en los tiempos que vivimos. Un saludo a todos.-
_________________
Que el buen Dios nos ilumine a todos y nos de discernimiento
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Fidelia Rejón Romero
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Registrado: 27 Sep 2006
Mensajes: 20

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 9:13 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Responder citando

.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?
A mi el que más me preocupa es el primero, en especial entre los jovenes. Creo que cada vez más se piensa que Dios no exixte. y de ahí todos los demás.
Amar a Dios sobre todas las cosas se realciona con todos los demás , pero soy pecadora y caigo en alguno por olvidar la pregunta crucial ¿ Que haría Cristo en mi lugar?. Pero vivimos un mundo en el cual le damos vuelo al cuerpo, al relativismo, y el sacrificio no existe y lo que es peor el amor generoso, con esperanza.
Debemos luchar por hacer ver que los mandamientos nos liberar en lugar de exclavizarnos y pedir mucho la ayuda del Espíritu Santo para levantarnos de las caidas y saber trasmitir esta verdad diciendo no al pecado y sin jusgar al pecador

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?
Por que son
1.- inmutables: Dios los da,y El no cambia
2.-Absolutos:en ellos se contine toda norma que nos vuelve mejores seres humanos. Quien trasgrede uno lo hace con todos y es el mismo ahora y siempre
3.- Universales:para todos sin exepción de raza, de edad, de caracter, de persona
4.- Actuales. Son como Dios, el mismo ayer, hoy y siempre
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Clamy
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Registrado: 10 Feb 2008
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Ubicación: Venezuela, Caracas

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 9:24 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actullidad que estamos viviendo ?
La respuesta no es sencilla. La mayoría ha señalado que el primero, y sin embargo me pregunto, ¿si cuesta amar a Dios por sobre todas las cosas, cómo pueden cumplirse los demás mandamientos? debemos cumplirlos todos por Amor a Dios. De manera que pienso que si cuesta mas cumplir el primero esto para mi, se traduce en que nos cuesta cumplirlos todos. ¿Por qué? porque por el pecado original tendemos hacia el mal. Unos más hacia unos mandamientos que a otros. La respuesta de cada quien dependerá entonces de su propia realidad. Para mí la repsuesta es: todos. Cuesta cumplirlos todos si no amamos a Dios, si no buscamos la vida eterna.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años? Por que son eternos como señale en el tema anterior, son inmutables, incambiables, perfectos.
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Louflo
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Registrado: 09 Feb 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 9:29 pm    Asunto: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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El mandamiento que mas cuesta cumplir en mi opinion es el primero, amarás a Dios sobre todas las cosas. La sociedad nos mide en cuanto a los bienes materiales que poseemos. Si tenemos pocos, la justicia no llega a nosotros, no se nos respeta, ni se nos toma en cuenta. Si tenemos muchos tenemos trato especial para con todo, justicia, salud, educación etc. En pocas palabras debemos tener muchas cosas materiales, para ser tratados con dignidad. El amor hacia estos bienes y la cantidad que poseemos crece desmesuradamente que nos olvidamos de la existencia de Dios y que si lo tenemos en nuestras vidas todo lo demás son añadiduras.

Los mandamientos siguen siendo actuales por que cada uno de ellos se encuentran en la naturaleza del ser humano y esta por más que pasa el tiempo no cambian. Dios sigue existiendo,y nos cuesta seguirlo. seguimos teniendo padres, y no los respetamos, sigue existiendo la iglesia y la seguimos ignorando, la mentira siempre ha estado presente en todos los tiempos y la utilizamos, etc. Para que los mandamientos puedan cambiar Dios debe cambiar y eso creo que no se va a dar.
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Lourdes
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vero avila
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Registrado: 23 Sep 2006
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MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 9:35 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Hola buen día

Desde mi punto de vista creo que todos los mandamientos son dificiles de cumplir, si hemos sido capaces de no respetar el primer mandamiento de amar a Dios mucho menos a nuestro projimo, si tan solo fueramos capaces de tener siempre presente a Dios en consecuencia podriamos respetar y amar a los demas.

Los mandamientos son tan actuales como hace mas de 3500 años por que ellos nos conducen a Dios y nos ayudan a vivir mejor y a ser felices.
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Edgardo Ruiz
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Registrado: 02 Oct 2007
Mensajes: 5

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 10:51 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Los más dificiles de cumplir son el 6º, 7º y 9º. Somos testigos directos al abrir un diario o al sintonizar un noticiero. Los medios, en especial TV e Internet se han convertido en poderosos emisores de mensajes de todo tipo. Programas de televisión inadecuados a horas igualmente inadecuadas, páginas web que buscan atrapar a los más débiles, generalmente menores y con consecuencias conocidas por todos nosotros. No olvidemos la "música" que se escucha y se "baila" últimamente. Todos estos enviando mensajes inaceptables bajo la careta de "todo esto es normal en nuestros dias", mensaje que es muchas veces interpretado como que "si es normal, no está mal".
Respecto a la segunda pregunta, la palabra de Dios es atemporal, está fuera de las cadenas del tiempo en que nos encontramos y muestra de que en éste, no hemos cambiado....aún.
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Elisa Loyola
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Registrado: 31 Ene 2008
Mensajes: 3

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 11:33 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.- Todos son difíciles para mi. Ej. No mataras. No solo se refiere a matar con un arma. Tambien podemos matar con la lengua (los chismes). Embarassed

El más difícil es el primero. Porque en el mundo actual hacemos de lo mundano lo primero y no ponemos a Dios en el centro de nuestras vidas.
Por eso existe tanta infelicidad. El dinero no es la felicidad. Dios si, el es la vida eterna.

2.- Para Dios no hay tiempo, el siempre esta y estará actual al igual que su palabra, la Biblia.
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Marinela
Esporádico


Registrado: 14 Feb 2007
Mensajes: 29

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 11:46 pm    Asunto: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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Hola,
En definitiva el mandamiento que mas trabajo nos cuesta cumplir es el Primero. Esto es una pena, ya que debería ser el mas fácil, ya que todo lo hermoso lo recibimos de Dios y es a El al que le debemos lo que somos y hacemos.
Pero con la tendencia que tenemos a la comodidad y a hacer las cosas “como yo quiero”. Somos caprichosos y sentimos que Dios nos quita libertad, que nos pone trabas y problemas……….porque en realidad es la CONCIENCIA, o sea, nosotros mismos que nos damos cuenta que no hacemos las cosas bien y dignamente y buscamos “Qué es lo que nos traba, para hacer la necedad que queremos”?
Pero como decía, esto es una irrealidad, ya que Dios lo que quiere es que con nuestra inteligencia decidamos de una manera adecuada, que libremente escojamos el bien, El nos da la llave, nos toca a nosotros abrir adecuadamente el corazón.
Y los mandamientos son actuales porque fueron escritos por Dios en el corazón de todos los hombres, cualquiera que sea el momento de la historia en la que nos haya tocado nacer. Son para disfrutar la verdadera libertad, que es lo que el hombre siempre busca en el fondo de su corazon
Muchas gracias y saludos
Marinela
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mimi9
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Registrado: 11 Feb 2008
Mensajes: 11

MensajePublicado: Vie Feb 15, 2008 11:51 pm    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actualidad que estamos viviendo ?
Creo que el Primer mandamiento, porque la gran mayoría de gente se distrae con lo que ofrece el mundo, la vida diaria, la rutina, no nos damos tiempo para nosotros mismos, nos condenamos a vivir una vida vacía, ligera sin importancia, deseamos la felicidad y la buscamos en todas partes menos en el Dios que hay dentro de nosotros mismos.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?
Siguen siendo actuales porque el hombre de ayer hoy y mañana será siempre el mismo, es el hombre el que tiene que escudriñar los mandamientos y Dios que no tiene principio ni fin ya conocía al hombre desde antes que lo creara, el hombre es hombre y los mandamientos siempre le serán aplicables.

Paz y bien. Mirian
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Tania Nataly
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Registrado: 11 Feb 2008
Mensajes: 10
Ubicación: Queens, New York

MensajePublicado: Sab Feb 16, 2008 12:10 am    Asunto: Respuesta 2a. sesión.
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

El primer mandamiento es el mas dificil de cumplir, ya que si relamente amaramos a Dios, respetariamos sus leyes y las seguiriamos, El primer mandamiento es el mas importanto y por lo consecuente es el que implica en los demas mandamientos, ya que el tener amor a Dios nos haria pensar y recapacitar antes de hacer las cosas y por lo consiguiente no pecar (romper las reglas de amor).

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?

En primera por que la Palabra de Dios es Eterna y Firme en segunda por que apesar de los tiempos siempre sera lo mismo, recordemos que Dios es sabiduria por lo tanto el nos conoce en lo mas intimo y sabia que sin mandamientos nuestras vidas serian caos, por ejemplo una ciudad sin leyes seria el desastre total, se necesitan reglas donde unos a otros se respeten y haya paz con la armonia y entendimiento la cuidad funcionara, de la misma manera es como los mandamientos siguen siendo actuales a pesar de los tiempos, ya sea aqui o en la China y dentro de mil años los mandamientos seran igual de importantes y actuales.
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MARIA TERESA BARRIGA SOTO
Esporádico


Registrado: 21 Feb 2007
Mensajes: 61
Ubicación: MORELIA, MEXICO

MensajePublicado: Sab Feb 16, 2008 12:28 am    Asunto: LECCION II
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1.¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?
Arrow YO CREO QUE EL PRIMER MANDAMIENTO ES EL QUE MAS NOS CUESTA CUMPLIR EN LA ACTUALIDAD, SI REALMENTE AMARAMOS A DIOS NUESTRA VIDA Y NUESTRO MUNDO SERIA DIFERENTE. AL CUMPLIR REALMENTE ESTE MANDAMIENTO, AUTOMATICAMENTE CUMPLIRIAMOS LOS DEMAS SIN MAYOR PROBLEMA
2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?
Arrow PORQUE VIENEN DE DIOS, Y POR TANTO POSEEN SUS MISMAS CARACTERISTICAS., ENTRE ELLAS LA DE LA INMUTABILIDAD Y ETERNIDAD.


UNA SOLA FE,L UN SOLO BAUTISMO, UN SOLO CRISTO...
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Jorge Arias Ochoa
Esporádico


Registrado: 06 Feb 2008
Mensajes: 45
Ubicación: Ciudad de Mexico

MensajePublicado: Sab Feb 16, 2008 12:58 am    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1. ¿Cuál de los mandamientos crees que es el que más cuesta cumplir en la actulaidad que estamos viviendo ?

Quizá el tercer mandamiento, ya que se apega mucho al estilo de vida que impera en nuestra época, donde la desidia, la falta de conciencia y la comodidad de creer en un Dios a modo, nos permite llevar la vida dentro de un modelo individualista que no me compromete a dar mas de lo que estime justo. Este individualismo no puede dar mayor fruto que el de un hombre con un Cristo que no estorbe, un Cristo modelo que no me comprometa, un Cristo sin el molesto cristianismo.

2. ¿Por qué siguen siendo actuales a pesar de que Dios los reveló hace más de tres mil quinientos años?

Porque hoy más que nunca, el hombre se ha desbocado en la satisfacción de sus apetitos, sin importar si son morales o amorales. Porque hoy la sociedad esta justificando acciones que van en contra de la razón y en contra de la ley natural, la ley que le ha garantizado su supervivencia. El Decálogo, es el faro que nos puede regresar a buen puerto.
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adochan
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Registrado: 03 Feb 2008
Mensajes: 16

MensajePublicado: Sab Feb 16, 2008 2:04 am    Asunto:
Tema: 2a. sesión. Características, dificultades y frutos
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1. En si seria que estamos viviendo una cultura light, todo se tiende a relativizar, en el mundo actual los pecados son relativos se hace todo para buscar el placer personal. Creo que el peor atentado es en contra de la vida, la legalizacion en algunos paises del aborto, eutanasia es muy grave. Siendo que el unico que puede dar y quitar la vida es Dios. Sinceramente vamos de mal en peor.

2. Siguen siendo vigentes los mandamientos de la ley de Dios pues estos no cambian a traves del tiempo. Si todos los siguieramos al pie de la letra no habria necesidad ni siquiera ni de constituciones en los paises ya que en ellos se resume como lograr nuestra felicidad y la de los demas.
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