Sesión 1 "El adolescente y su mundo"

[yanet luz queque callo]

La tarea más importante de la adolescencia es aprender a ser tu mismo y crear tu propia identidad. Durante los años de la pubertad y la adolescencia, tendrás que aprender a asumir decisiones propias, nuevos compromisos y, en definitiva, ganar experiencia e, con ella, más independencia.

A los 18 años se considera que se es adult@. Los años de adolescencia te permiten unos años de aprendizaje bajo la protección de la familia que te ayudará a afrontar ser mayor de edad con seguridad, confianza y solidez.

Te será difícil para ti (y también para tus padres) encontrar el equilibrio entre la dependencia que tienes y la independencia que deseas. A veces buscarás la ayuda y los consejos de tus padres, otras veces sentirás la necesidad de volar libre, y que te dejen en paz. Esto podrá generar conflictos con tus padres.

Algunos padres de adolescentes temen dar demasiado libertad, siguen imponiendo sus reglas sin dialogo ("mientras vivas bajo este techo...."), hablan sin escuchar y pretenden retrasar el día en que tengas plena independencia.

Otros no tienen tiempo ni ganas de broncas y peleas, y dejan a sus adolescentes más a su aire, a hacer más o menos lo que quieran, y que les cuenten lo menos posible (ojos que no ven, corazon que no siente).

Lo ideal para ti es que tus padres no lleguen a ninguno de estos dos extremos, pero para eso tendrás que esforzarte en no cerrar las vías de comunicación con ellos y en tener paciencia en el momento de explicarles qué quieres hacer, cómo te sientes, dónde vas... La adolescencia es la epoca en la vida de los seres humanos cuando posiblemente uno tiene menos gantas de comunicar con la gente de otra generación (mayor or menor), pero paradójicamente, cuánto más te esfuerces en este sentido, más puertas se te abrirán.

[Mayra Novelo]

Martha Lucía Reyes dice:

[maria elena cruz]

Mi Responsabilidad como Formador de Adolescentes

A continuación envío las respuestas que dí al cuestionario:

1.- Conozco las exigencias de mi responsabilidad como educador?¿he comprometido con esto toda mi persona: inteligencia, corazón y voluntad?
Sí. Aunque admitiré que a medida que ha pasado el tiempo, la conciencia de la misión que tengo como educadora se ha ido incrementando. Y le pido a Dios siempre que fortalezca mi voluntad para actuar día a día con esa conciencia.

2.- Con el testimonio de mis palabras y obras logro que los alumnos respeten la figura de un formador?
Sí. Y creo que eso se logra primeramente, conociendome a mí misma y sabiendo que es lo que espero de ellos. Ellos perciben cuando alguien es congruente con su decir y su actuar.

3.- Sinceramente ¿qué significan para mí los alumnos? ¿son almas que Dios me ha confiado y por lo tanto el tiempo que les dedico es de calidad, acompaño la preparación profesional con la oración y el sacrificio por ellos?
Definitivamente estoy conciente de la responsabilidad que tengo ante Dios y con la vida. Reconozco que para mí no siempre es fácil estar centrada en esa realidad en cada acto y en cada palabra que digo. Pero siempre busco momentos para la reflexión y para la oración.
Y los alumnos para mí significan algo que va más allá de las palabras, pero por poner un ejemplo, son para mí como estuches hermosos que necesitan ser llenados de cosas valiosas. Sé que la aportación de los maestros es valiosa, pero no lo es todo. Pero creo que si los alumnos fuera de las aulas no tienen quién los motive a buscar los caminos que más les convienen, entonces con mayor razón los maestros tenemos que ser guías efectivos, permitirles que se acerquen a nosotros con sus dudas, sus problemas, su curiosidad o simplemente estar ahí para lo que podamos hacer por ellos.

4.- Soy conciente de la grandeza que cada alumno tiene como imagen de Dios que es, pero también cuento con la debilidad y la tendencia al mal que le envuelve?
Sí. Estoy conciente de que es una etapa crítica la adolescencia. Crítica y muy trascendente. Quizá la etapa más importante y la que influirá mucho en su futuro. Por eso me gustaron mucho aquellas palabras que dicen: Educar con firmeza en la exigencia y suavidad en la forma. Ya que ellos el día de mañana agradecerán y entenderán por que se les exigía, y también el por qué de la disciplina. Hablo también desde mi experiencia por que ahora agradezco profundamente y recuerdo a mis maestros más exigentes, justos y dedicados, ya que ellos me permitieron descubrir que podía hacer más de lo que yo pensaba.

5.- ¿Me interesan verdaderamente sus preocupaciones, triunfos, fracasos, necesidades e iniciativas?
Bastante. Será que el paso de los años hace a las personas más sensibles a esos aspectos de la conducta del adolescente, quizá recordandonos que también fuimos como ellos, que teníamos las mismas inquietudes. En Dios pongo mis esperanzas para poder ser una buena guía.


6.- ¿soy siempre accesible sin olvidar mi papel de formador? ¿o me sustraigo por comodidad personal o con falsas razones para prestar a los alumnos la atención necesaria?
Desgraciadamente debo aceptar que hay ocasiones en que no soy tan fuerte como quisiera para dejar todas mis preocupaciones en casa. Ha habido veces que he tenido que luchar conmigo misma para mantenerme concentrada en mi papel de formadora.

7.- ¿Uso siempre la serenidad cuando tengo que dar una negativa? ¿evito cuidadosamente los modos tajantes? ¿se explicar las razones de la determinación y motivo siempre al alumno para que libremente la acepte?
Todas estas preguntas corresponden a los aspectos que considero debemos ejercitar diaro. Autodisciplinarnos como formadores y siempre dar razones de los por qué a los alumnos.

8.-¿Se combinar la exigencia firme con la comprensión y cordialidad con que se merecen ser tratados?
Pienso que sí. Aunque sería muy interesante saber como me perciben ellos.


9.-¿Desapruebo todo lo que hacen mis alumnos solo por el hecho de que son más jóvenes que yo?
No, definitivamente no. Como ya mencioné anteriormente, para mí son estuches que necesitan ser llenados. Además cada uno tiene una personalidad propia y trae unas vivencias aprendidas en casa y debo respetar eso y no esperar a que piensen y actuen como yo espero.

10.- ¿El texto de apoyo para esta sesión ha aportado una visión cristiana real del adolescente? ¿por qué?
Sí. Están en una etapa de transición. Merecen ser guiados, escuchados, comprendidos y aceptados como son. Sobre todo que sepan que existe un Dios maravilloso que siempre estará presente.

11.- Comentario personal
No sabía lo mucho que me serviría este curso a niver espiritual. Pero veo que efectivamente remueve mi conciencia., me invita a estar más atenta a tantos aspectos bellos del ser humano. Como formadora me propongo aplicar todas las reflexiones. Y le pido a Dios que me ilumine y me ayude, y que bendiga a todos los que hacen posible que se dé este curso. Gracias.
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Demos lo mejor de nosotros mismos a cada ser humano que este a nuestro alrededor

[fernando anco landa]

Un joven con baja autoestima puede tener dificultades para enfrentarse con sus pares, eso lo puede llevar a consumir alcohol en exceso, lo que podría desembocar en incidentes de gravedad. A pesar de que esta cadena de hechos parece una trágica caricatura, efectivamente los accidentes son la principal causa de muerte en los jóvenes. Situaciones como ésta son las que el control periódico de los adolescentes espera evitar.


La gente cree que como los jóvenes se enferman poco no deben ir al médico. No hay una cultura de llevarlos a un examen después de que finaliza el control sano del niño a los seis años; así, se deja pasar la oportunidad de detectar factores antes de que se transformen en conductas de riesgo, pesquisar precozmente patologías y darles un tratamiento oportuno”

[mariaelena]

Buenas tardes!
Ejercicio Nº 1
1.- Entiendo que al acompañar a jóvenes en su crecimiento espiritual, no sólo mis palabras son tenidas en cuenta por ellos. También mi conducta es observada, por lo tanto debo poner especial cuidado no sólo en lo que digo, si no también en lo que hago.
2.- Trato de obrar de la manera más acertada para transmitir los conceptos, pero tengo que reconocer que el afecto hacia ellos es una parte importante en la función de guía.
3.- Los catequizandos nos han sido encomendados por Dios. A Él representamos en la hora diaria de Catequesis. Ellos ven en nuestros rostros a Dios. No sólo necesitan del contenido del Libro de Confirmación, muchas veces también necesitan ser escuchados y ayudados a observar sus propias conductas desde otro punto de vista. Trato de preparme más, leyendo textos relacionados, haciendo cursos, asistiendo a la Catequesis de Formación de la parroquia, y rezando y hablando con Dios, reevaluando mis acciones. No pocas veces descubro errores en mis actos.
4.- Por supuesto, Dios nos hizo a su imagen y semejanza. La humanidad entera es un reflejo de Dios. Pero en cada uno de nosotros está la tendencia a caer en el pecado. Cuánto más en aquellos que por algún conflicto emocional o social, se encuentran confundidos.
5.- El trabajo que realiza el catequista no puede medirse con números ni estadísticas. Los chicos tienen características, sentimientos, vivencias, familias, situaciones sociales, temores y dudas diferentes. Al comenzar el encuentro, hay que contar con situaciones imprevistas, producto de la participación de los chicos, que redireccionen el tema base. A veces hay que rever el orden de los temas del libro, porque los chicos plantean uno específico del que quieren hablar y saber más.
6.- Intento ser accesible, porque muchos chicos no tienen buena comunicación con sus familias (y esto no significa que esa familia no ame o no se interese por su adolescente), y a veces no tienen más consejo que el que les da un amigo de su edad, que no sabe mucho más que ellos.
7.- Trato de mantenerme serena, pero la verdad es que mi carácter no es tan tranquilo, aunque sí lo parezca. Después de todo, los chicos no vienen por mí, si no por Jesús, que a mí siempre me recibe con amor y perdón; por lo que yo no debería actuar de manera diferente con ellos.
8.- Intento ser firme, pero no puedo evitar sentir afecto por ellos, por lo tanto suelo ser comprensiva.
9.- No puedo desaprobarlos por su juventud, porque todos tenemos algo que aprender de los demás. Si alguno tiene una idea equivocada, trato de hacerle ver su error de la mejor manera posible, pero en general están más dispuestos a aprender de los demás que a imponer errores propios.
10.- El texto evalúa al ser humano y su relación consigo mismo y con Dios. Y el adolescente es un ser humano que está haciendo eclosión, comenzando a medir las fuerzas y a vivir las sensaciones de su cuerpo físico, y comprendiendo su propia naturaleza, sus sentimientos, la medida de sus libertades y el tamaño de las responsabilidades que se avecinan.
11.- Este autoanálisis es muy productivo. Me hace pensar en mis acciones de una manera crítica y constructiva. Tal vez sería bueno hacerlo periódicamente, para verificar mi propio crecimiento como catequista.
Maria Elena Parma Sosa de Briceño, Catriel, Río Negro, Argentina.-
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"No soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra Tuya bastará para sanarme."

[Mayra Novelo]

Teresa Urioste dice: