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Testimonios de ateos

 
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Alexandros
Asiduo


Registrado: 30 Sep 2006
Mensajes: 146

MensajePublicado: Mar Oct 03, 2006 11:46 am    Asunto: Testimonios de ateos
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

¡Hola a todos! Me gustaría iniciar un tema dedicado específicamente a la conversión de ateos y agnósticos a Cristo. Creo que son casos muy dignos siempre de tener en cuenta. ¡Ojo! No hablo de gente que simplemente pasara del tema religioso, sino gente que efectivamente tuviera una creencia y opinión bien formada y asentaba sobre su ateísmo. ¡Adelante!
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octavio perez
Veterano


Registrado: 08 Oct 2005
Mensajes: 1778
Ubicación: Xalapa. Veracruz

MensajePublicado: Sab Oct 14, 2006 10:13 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Alexandros te voy a comentar sobre lo que me paso a mi:
Fui ateo durante 6 años, decidi ser ateo por que estaba en una confunsion terrible, me habia salido de una congregacion evangelica, la cual no me sentia bien, y pense para que ir a alguna iglesia, para que adorar a un Dios que ni existe ni me sirve de nada, al hacerme ateo pense que mejor situacion que dirigirme yo mismo sin tomar en cuenta a nadie menos a ese Dios que segun era puro amor, al principio todo bien te sientes autosuficiente, crees poder manejar tu vida sin necesidad espiritua, pero todo tiene un precio y ese fue muy caro me converti en una persona vacia, llena de rencor, de odios, de amargura, mi situacion era insostenible ademas dentro de mi me decia que buscara la verdad, entonces tome esa decision primero congregaciones evangelicas pero no me sentia bien, vi puro sentimentalismo 0 espiritualidad hasta que un mes de mayo del 2003 fui a un retiro, fue una lucha tremenda hasta que me rendi a Dios, ahora lo adoro, he visto su inmenso poder, se que El me ama, ahora siento un gozo enorme en seguirlo y adorarlo, el ateismo es solo distractor una barrera que te impide ver a Dios, yo respèto a los ateos pero me dan pena se estan perdiendo en un egoismo y se alejan de Dios, espero que te sirva mi pequeño testimonio, Dios te colme de bendiciones.
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Alexandros
Asiduo


Registrado: 30 Sep 2006
Mensajes: 146

MensajePublicado: Dom Oct 15, 2006 1:00 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Las cinco vías se resumen en esta estructura (tomado de http://www.luventicus.org/articulos/03U023/index.html)

1er paso: Todas las vías tienen un punto de partida empírico, algo que se descubre observando la Naturaleza. En un sentido material, este punto de partida es siempre el mismo: el ente sensible, compuesto de potencia y acto, objeto propio del entendimiento humano. Desde el punto de vista formal, el punto de partida de cada una de las vía es distinto: cada una toma al ser finito bajo una modalidad específicamente diversa (así, por ejemplo, la primera vía no toma al ente en cuanto ente sino al ente en cuanto móvil). Tomás parte de un dato conocido empíricamente porque considera que sólo de una existencia real dada puede deducirse una existencia no dada empíricamente. Éste es el motivo por el cual rechaza el argumento ontológico anselmiano, que "salta" de la idea de Dios a la afirmación de su existencia.

2do paso: Aplicación del Principio de Causalidad con el fin de buscar la causa que dé razón de la existencia del efecto observado empíricamente. La causalidad le permite a Tomás, partiendo de la experiencia, remontarse más allá de la experiencia. Sin la aplicación de este principio las cinco vías se tornarían intransitables. Este segundo paso es, por lo tanto, el paso del efecto a la causa.

3er paso: Si la causa a la que se ha accedido en el segundo paso no tiene en sí la razón de su existencia, deberemos remontarnos entonces a su causa. Este tercer paso es, por tanto, el paso de la causa a la serie de causas. Tomás no considera imposible una serie infinita de causas subordinadas accidentalmente en el pasado (como las piezas de dominó que caen al ser golpeada cada una por la inmediata anterior), pero sí considera imposible un proceso al infinito en la serie de causas esencial y actualmente subordinadas en el ser y en el obrar. El plano en el que se mueve la reflexión, y por tanto el plano en el que se aplica aquí el Principio de Causalidad, es el metafísico y no el físico (Tomás afirma, como filósofo, que no hay modo de dirimir la discusión respecto de si el universo tuvo o no un comienzo, bien podría ser eterno —en cuanto teólogo, y basado en los relatos de las Sagradas Escrituras, sostiene que es mejor afirmar lo primero—).

-: La quinta vía pasa directamente del segundo al cuarto paso. Al respecto, Gilson dice que tal vez lo hace “en gracia a la brevedad, y más probablemente porque, puesto que el punto de partida de la demostración es la presencia de regularidad, orden e intencionalidad en los seres irracionales en general, la necesidad de poner últimamente una providencia para todo el mundo es una evidencia inmediata”.

4to paso: Cada una de las vías concluye afirmando la existencia de la Causa Primera del efecto tomado como punto de partida. Esta afirmación constituye la premisa mayor de un silogismo cuya conclusión es que "Dios existe". La premisa menor es el significado del nombre "Dios" (y no su esencia). Por ejemplo, tomando como premisa mayor el punto de llegada de la primera vía, se puede construir el siguiente silogismo:

Existe un Primer Motor: premisa mayor
El Primer Motor es lo que llamamos Dios: premisa menor
Dios existe: conclusión
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Alexandros
Asiduo


Registrado: 30 Sep 2006
Mensajes: 146

MensajePublicado: Dom Oct 15, 2006 1:05 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Perdón, he metido la pata y he publicado esta respuesta en donde no era. Ésta era para el tema "¿EXISTE DIOS?"

Estimado Octavio,

Te agradezco que compartas tu precioso testimonio. Es el motivo más universal, creo yo, que lleva a los ateos a convertirse: el vacío interior, la falta de sentido pleno, que lleva al odio, al rencor, es decir, a nuestra naturaleza corrompida por la ausencia de Dios. Nuestra verdadera naturaleza es junto a Dios, ser para Él, que es nuestro dueño, nuestro creador y, por Cristo, nuestro Padre. Me alegra ver como en tu caso Dios ha sabido conducirte por el recto camino. DTB
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Dalmiant
Veterano


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Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Vie Feb 08, 2008 4:10 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Siento revivir el tema, pero necesitaría más testimonios de conversos desde el ateísmo. Tengo un amigo ateo que está a punto de convertirse, y creo que lo único que necesita es un ejemplo.

Muchas gracias...
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pelicano
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Mensajes: 4019
Ubicación: Tierra Santa

MensajePublicado: Vie Feb 08, 2008 2:06 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Cita:
Siento revivir el tema, pero necesitaría más testimonios de conversos desde el ateísmo. Tengo un amigo ateo que está a punto de convertirse, y creo que lo único que necesita es un ejemplo.

Muchas gracias...

Estimado hermano Dalmiant entonces tendremos que esmerarnos un poco aqui te dejare algun testimonio de algun ateo famoso espero te sirva:
Cita:
CHARLES DE FOUCAULD (1858-1916) fue educado de niño en la fe católica, pero después de su primera comunión, perdió la fe por causa de los malos amigos. Y dice: Yo era un impío, un egoísta. De fe en el alma no me quedaba ni huella.
Se dedicó a la carrera militar, pero fue expulsado por su mal comportamiento a los 22 años. A partir de ahí, llevó una vida de diversión y de placer que no le daba paz a su alma. Una mañana de octubre de 1886, estando en París, fue a la iglesia de san Agustín y le pidió al Padre Huvelin que le ayudara a encontrar la paz. El Padre Huvelin le dijo que se arrodillara y se confesara. Después de una larga conversación, aceptó
confesarse y así comenzó para él una nueva vida, buscando a Dios con desesperación.
Quiso entrar de trapense en la abadía de Nuestra Señora des Neiges y después en la trapa de Akbes en Siria. Pero se dirigió a Palestina, donde estuvo un tiempo viviendo en Nazaret y Jerusalén, siendo empleado de las religiosas clarisas. Después volvió a Francia para prepararse al sacerdocio, que recibió el 9 de junio de 1901, a los 42 años.
Decía: En cuanto creí que existía Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir para Él. Ordenado sacerdote, se fue a vivir entre las tropas francesas del Sahara, primero en Beni-Abbes. Allí rescató esclavos y atendió a los enfermos, ayudando todo lo posible a los naturales, además de ser capellán de los soldados. Lo llamaban el hermano universal, porque era sacerdote y hermano para todos.
Después se fue a vivir entre los tuáregs de Tamanrasset, tratando de acercarlos a Dios, respetando sus costumbres. A ellos también les ayudaba con sus conocimientos médicos, curando enfermos. Y el tiempo libre lo dedicaba a estar a solas en oración ante Jesús Eucaristía. Decía: ¡Qué delicia tan grande, Señor, poder pasar quince horas sin nada más que hacer que mirarte y decirte: Te amo! Allí lo asesinaron el 1 de diciembre de 1916. Cuando lo encontraron muerto, la custodia, con la hostia consagrada, estaba tirada en la arena a su lado.
Actualmente, hay discípulos y seguidores de Charles de Foucauld en varios países del mundo y, concretamente, en el oasis de Beni-Abbes. Son los hermanitos y hermanitas de Foucauld.


Cita:
PAUL CLAUDEL (1868-1955), gran poeta y dramaturgo francés, nació en 1868.Licenciado en ciencias políticas, se dedicó a la carrera diplomática, representando a Francia en diferentes países del mundo. Durante su juventud, estaba totalmente impregnado del materialismo dominante y solamente creía en la ciencia. Vivió en la oscuridad de la falta de fe, creyendo que el universo era gobernado por leyes perfectamente inflexibles y automáticas. Pero en 1886 tuvo lugar el acontecimiento
clave de su vida. Él mismo lo narra, veintisiete años después en su libro Mi conversión:
Así era el desgraciado muchacho que el 25 de diciembre de 1886 fue a Notre Dame (Nuestra Señora) de París para asistir a los oficios de Navidad. Entonces, empezaba a escribir y me parecía que en las ceremonias católicas, consideradas con un diletantismo superior, encontraría un estimulante apropiado y la materia para algunos
ejercicios decadentes.Con esta disposición de ánimo, apretujado y empujado por la muchedumbre, asistía con un placer mediocre a la misa mayor. Después, como no tenía otra cosa que hacer, volví a Vísperas. Los niños del coro, vestidos de blanco... estaban cantando lo
que después supe que era el Magnificat. Yo estaba de pie entre la muchedumbre, cerca del segundo pilar a la entrada del coro, a la derecha del lado de la sacristía.
Entonces, se produjo el acontecimiento clave: en un instante, mi corazón fue tocado y creí. Creí, con tal fuerza de adhesión, con tal agitación de todo mi ser, con una convicción tan fuerte, con tal certeza que no dejaba lugar a ninguna clase de duda.
De modo que todos los libros, todos los razonamientos, todos los avatares de mi agitada vida no han podido sacudir mi fe ni, a decir verdad, tocarla. De repente, tuve el sentimiento desgarrador de la inocencia, de la eterna infancia de Dios.
Era una verdadera revelación interior. Fue como un destello: “¡Dios existe y está ahí! ¡Es alguien, es un ser tan personal como yo! ¡Me ama!” Las lágrimas y sollozos acudieron a mí y el canto tan tierno del “Adeste”, aumentaba mi emoción.
Dulce emoción en la que, sin embargo, se mezclaba un sentimiento de miedo y casi de horror, ya que mis convicciones filosóficas permanecían intactas... La religión católica seguía pareciéndome el mismo tesoro de absurdas anécdotas. Sus sacerdotes y fieles me inspiraban la misma aversión, que llegaba hasta el odio y hasta el asco. El
edificio de mis opiniones y de mis conocimientos permanecía en pie y yo no le encontraba ningún defecto. Lo que había sucedido, simplemente, es que había salido de él. Un ser nuevo, formidable, con terribles exigencias para el joven y el artista que era
yo, se había revelado, y me sentía incapaz de ponerme de acuerdo con nada de lo que me rodeaba.
La única comparación que soy capaz de encontrar para expresar ese estado de desorden completo, en que me encontraba, es la de un hombre al que, de un tirón, le hubieran arrancado de golpe la piel para plantarla en otro cuerpo extraño, en medio de un mundo desconocido. Lo que para mis opiniones y para mis gustos era lo más repugnante, resultaba, sin embargo, lo verdadero, aquello a lo que, de buen o mal grado, tenía que acomodarme. Al menos, no sería sin que yo tratara de oponer toda la resistencia posible. Esta resistencia duró cuatro años. Me atrevo a decir que realicé una defensa valiente. Y la lucha fue leal y completa. Nada se omitió. Utilicé todos los medios de resistencia imaginables y tuve que abandonar una tras otra las armas que de nada me servían. Ésta fue la gran crisis de mi existencia, esta agonía del pensamiento sobre la que Arthur Rimbaud escribió: “El combate espiritual es tan brutal como las batallas entre los hombres”.
Los jóvenes que abandonan tan fácilmente la fe no saben lo que cuesta
reencontrarla y a precio de qué torturas. El pensamiento del infierno, el pensamiento también de todas las bellezas y de todos los gozos a los que tendría que renunciar, si volvía a la verdad, me retraían de todo. Pero, en fin, la misma noche de ese memorable día de Navidad, después de regresar a mi casa, tomé una Biblia protestante que una amiga alemana había regalado, en cierta ocasión, a mi hermana Camille. Por primera vez, escuché el acento de esa voz tan dulce y, a la vez, tan inflexible de la Sagrada Escritura, que ya nunca ha dejado de resonar en mi corazón. Yo sólo conocía por Renán la historia de Jesús y, fiándome de la palabra de ese impostor, ignoraba, incluso, que se hubiera declarado Hijo de Dios. Cada palabra, cada línea desmentía con una majestuosa simplicidad, las impúdicas afirmaciones del apóstata, y me abrían los ojos... Sí, era a mí, a Paul, entre todos, a quien se dirigía y prometía su amor. Pero, al mismo tiempo, si yo no le seguía, no me dejaba otra alternativa que la condenación.
Ah, no necesitaba que nadie me explicara qué era el infierno, pues en él había pasado yo mi “temporada”. Esas pocas horas bastaron para enseñarme que el infierno está allí, donde no está Jesucristo. ¿Y qué me importaba el resto del mundo, después de este ser nuevo y prodigioso que acababa de revelárseme?


Espero estos 2 testimonios puedan ayudarte en tu empresa Wink

En Cristo

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APOSTOLES DE LA VERDAD.
APOLOGETICA UNIVERSAL
http://exmormoncatolica.blogspot.com/
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Dalmiant
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MensajePublicado: Vie Feb 08, 2008 7:11 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Muchas gracias, hermano pelicano =)
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llazcano13
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MensajePublicado: Sab Feb 09, 2008 12:25 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Dalmiant, hay un testimonio muy famoso de un ateo que se convirtió a Dios y fue premio Nobel de Medicina, el Dr. Alexis Carrel. A mi me impresionó mucho cuando se lo oí narrar al padre Loring.


Aquí puedes encontrar su testimonio

Alexis Carrel
_________________


El día de la Asunción del año 1583, al recibir la sagrada comunión en la iglesia de los padres jesuitas, de Madrid, oyó una voz que le decía: «Luis, ingresa en la Compañía de Jesús»
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Dalmiant
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Registrado: 08 Oct 2007
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Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Sab Feb 09, 2008 5:41 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

llazcano13 escribió:
Dalmiant, hay un testimonio muy famoso de un ateo que se convirtió a Dios y fue premio Nobel de Medicina, el Dr. Alexis Carrel. A mi me impresionó mucho cuando se lo oí narrar al padre Loring.


Aquí puedes encontrar su testimonio

Alexis Carrel


Me sale error :S
Not Found

The requested URL /Varios/JLoring-10.htm was not found on this server.

Pero gracias por el nombre, investigaré =)
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Albert
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Ubicación: Puerto Rico

MensajePublicado: Dom Feb 10, 2008 1:18 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Hermano Dalmient:

¡Paz y bien!

Para tu beneficio y de aquellos que no la hayan podido ver, te incluyo aquí lo que se habla de Alexis Carrel en al link que no comparte Llazcano:


Primero voy a contar el milagro que fue causa de la conversión de Alexis Carrel. Alexis Carrel era premio Nobel de Medicina, y era ateo; y quiso reírse de Lourdes. Fue allí a demostrar que lo de Lourdes era una patraña, que aquello era menti ra, que aquello era todo un fraude. Y así subió al tren de una peregrinación que iba a Lourdes.
He de decir primero que en Lourdes existe una Oficina Médica donde hay médicos, de todas las nacionalidades y de todas las ideologías, que estudian a los enfermos antes y después de salir. Existe un libro, que se titula Curaciones milagrosas modernas, escrito por el doctor Leuret, director de la Oficina Médica de Lourdes. En ese libro hay radiografías antes y después de los milagros, con las firmas de médicos que garantizan que estas curaciones instantáneas de ninguna manera se deben a la medicina. Personas que entran con estas radiografías y salen repentinamente curadas.
Pero sigamos con el caso de Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina y ateo. El iba a Lourdes a reírse. En el tren en el que iba, una enferma, que se llamaba Marie Ferrand Bayllie, se pone a morir. Piden un médico, y Alexis Carrel va a ver a aquella mujer que tenía, al parecer, una peritonitis. Alexis Carrel dice que esa mujer se muere, que esa mujer no llega a Lourdes. No hay nada que hacer. Está desahuciada. Sabía lo que tenía aquella mujer, y sabía que aquello era gravísimo. Entonces, de broma, dice:
-Bueno, si esta mujer se cura en Lourdes, entonces yo creería en Lourdes.
Dios le tomó la palabra. Aquella mujer llegó a Lourdes. Y ante los ojos atónitos de Alexis Carrel aquella mujer instantáneamente se cura de su enfermedad. El cumple su palabra y se convierte. Tiene un libro muy bonito, que se llama Mi viaje a Lourdes, donde cuenta su conversión. En este libro hay una oración muy bonita a la Virgen, en la que le da las gracias por haberle permitido presenciar aquel milagro maravilloso que le llevó a la fe.


Dios te bendiga.
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS
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Dalmiant
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MensajePublicado: Dom Feb 10, 2008 4:34 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Shocked Increíble.

Muchas gracias, Albert! ^^ Yo sigo investigando sobre conversiones de ateos famosas, estoy buscando especialmente aquellas que más por un milagro haya sido por "sentir" a Dios, y la manera en que lo sintieron ^^

¿No saben de algún santo o algo así?
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Berriotxoa
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Ubicación: A los pies de la amatxu de Begoña

MensajePublicado: Dom Feb 10, 2008 9:36 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Cita:
Leonardo Mondadori da un giro
de ateo radical a católico casto
Preside el primer y más potente grupo
editorial italiano en facturación y empleados


La Razón 3.IV.02

Se desdice y públicamente de su vida atea y sus inmorales experiencias El presidente del principal grupo editorial italiano, Leonardo Mondadori, apodado el "Polanco italiano", desvela en un libro titulado "Conversione. Una storia personale", publicado por su propia editorial, la famosa "editrice Mondadori", su extraordinaria experiencia religiosa: de ateo sin remedio a creyente que ha decidido vivir en castidad. Su testimonio público de fe católica ha revolucionado el ambiente laico de la cultura italiana. Otro converso, Vittorio Messori, ha sido su interlocutor en este libro-entrevista que lleva vendidos 30.000 ejemplares en pocos días.

Leonardo Mondadori, presidente de la laica Mondadori, la casa editorial más grande de Italia, se ha convertido. Ha abrazado la mayor de las ortodoxias católicas, es decir, va a misa todos los domingos, tiene un director espiritual, frecuenta habitualmente los sacramentos y en particular la confesión, y por último, ha decidido –él, divorciado dos veces, hombre con fama de donjuán–, vivir soltero en castidad. Por si esto fuera poco, lejos de guardarse para sí este cambio de vida, ha decidido salir a la plaza pública contándoselo todo a Vittorio Messori.

Un amigo "Temo la incomprensión"
—¿Por qué ha decidido hacer pública su experiencia?
—Lo que me da miedo no es el riesgo de que me consideren pasado de moda. Lo que temo es que no me comprendan. Habrá alguno que dirá: míralo, tiene un tumor, se va a morir, y entonces se arroja en brazos de la religión.

—Vittorio Messori, otro converso, dice en el libro que su vida cambió tras una experiencia parecida a una experiencia mística. ¿También a usted le ha sucedido algo semejante?
—No, ninguna experiencia mística. Para mí ha sido un trabajo progresivo. Una sensibilidad que ha ido creciendo. Entendámonos, con muchas caídas, pero siempre con la voluntad de levantarme de nuevo.

—Sí, pero habrá un día, una cara, un lugar, en definitiva, un hecho con el que comenzara todo, ¿o no?
—Sí, recuerdo una comida con Pippo Corigliano, el responsable de las relaciones públicas del Opus Dei. Era en 1992, y en aquel tiempo, la religión no me interesa lo más mínimo, y menos aún la Iglesia. Pero sentía que mi vida estaba, ¿cómo decirlo?, llena de errores. Cargaba ya sobre mis espaldas dos divorcios, tres hijos de dos mujeres distintas. Corigliano me impresionó mucho. Decidí tener otros encuentros con él. Incluso empecé a pedirle consejo. Él fue muy discreto. Me dijo: si estás abierto a estas cosas, te presentaré a un sacerdote.

Su experiencia de la dirección espiritual y la Confesión —¿Y acudió a él?
—Fui, naturalmente. Un cura excepcional. Me respetó muchísimo. Me empecé a fiar de él, a seguir sus sugerencias. Y poco a poco, siguiendo lo que me decía, me di cuenta de que encontraba las respuestas que buscaba. Me invadió un gran entusiasmo, quería cambiar toda mi vida de golpe. Y él, el sacerdote, con gran realismo, me frenaba: no tengas prisa, me decía, Dios no te pide imposibles, ve con calma.

—¿Qué le ha convencido de que el cristianismo es verdad?
—Lo he respondido en parte: la constatación de que el Evangelio es realmente el manual de instrucciones para el uso del hombre. Que Jesucristo es realmente la respuesta a todos nuestros interrogantes. Que sólo quien sigue a Cristo se realiza plenamente. Ésta ha sido la primera "prueba" con la que me he encontrado. Además se añadió otra: la oración. He experimentado que cuando se pide algo a Dios con sinceridad y con recta intención, siempre nos escucha.

—Cuenta en el libro, con emoción, el regreso a la confesión.
—Sería más preciso decir el "descubrimiento" de la confesión. Sí, fue un gozo inmenso. Me acordé de cosas que había olvidado. Y luego me sentí en paz con Dios. Feliz.

—Hoy muchos regresan a la religión pero eligiendo una especie de relación privada con Dios. Usted, en cambio, ha elegido la mediación de la Iglesia. ¿Por qué?
—La Iglesia ha quedado como el último baluarte contra las locuras de nuestro tiempo. También aquí la vida me ha demostrado que quien sigue esa ortodoxia católica que funciona desde hace dos mil años, nunca queda defraudado.


Fuente: http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura165.htm

No es un santo, pero es un caso de un hombre público, y además a mi me ha gustado, espero que te sirva.

Saludos.
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Esto es lo que pretendo: esforzarme cada día más en vivir el Evangelio; y cuando no lo consiga, o falte gravemente, empezare de nuevo, con la ayuda de Dios.
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Dalmiant
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MensajePublicado: Lun Feb 11, 2008 3:33 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
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¡Me ha gustado mucho, Berri! ^^ Me está dando ideas para acercar a mi amigo poco a poco a la fe =)

Muchas gracias! Very Happy
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Berriotxoa
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MensajePublicado: Lun Feb 11, 2008 6:11 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
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No hay de que,

En la pagina que he puesto como fuente se encuentran más testimonios interesantes igual alguno te puede ayudar.
¿Si no los encuentras me dices y los subo?
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Dalmiant
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MensajePublicado: Lun Feb 11, 2008 9:10 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
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No puedo encontrarlos, he intentado buscar pero nada (aunque he encontrado artículos interesantes sobre todo tipo de cosas =P )
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Berriotxoa
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MensajePublicado: Lun Feb 11, 2008 9:48 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
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Otro testimonio también impresionante,
Fuente http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura13.htm
Te paso en el siguiente mensaje los links de los demás


Cita:
El rey del aborto

Bernard Nathanson

Su ambiente familiar Para valorar adecuadamente la biografía, y su hito principal, la conversión, del que fue llamado "el rey del aborto", Bernard Nathanson, es necesario conocer algo de su ambiente familiar.
Su padre, el doctor Joey Nathanson, de religión judía, fue un prestigioso médico especializado en ginecología a quien el ambiente escéptico y liberal de la Universidad hizo abdicar de su fe. Su matrimonio con Harriet Dover -la madre de Bernard-, también judía, resultó un fracaso. Antes de su boda, Joey había querido romper el compromiso pero su novia lo amenazó con suicidarse, provocando así el escándalo que sin duda, echaría por tierra la brillante carrera profesional de Joey. Se casaron. Al menos la dote de Harriet resultaba un estímulo para ceder. Pero Joey sólo consiguió que los Dover, con la intervención de un juez, entregasen la mitad de lo prometido. El ambiente del hogar era imposible, "había demasiada malicia, conflictos y revanchismo y odio en la casa donde yo crecí", dirá Bernard.
Su primer consentimiento de aborto Profesional y personalmente Bernard Nathanson siguió durante buena parte de su vida los pasos de su padre. Estudió medicina en la Universidad de McGill (Montreal), y en 1945 se enamoró de Ruth, una joven y guapa judía. Vivieron juntos los fines de semana, y hablaban de matrimonio... cuando Ruth quedó embarazada. Bernard escribió a su padre para consultar con él la posibilidad de contraer matrimonio. La respuesta fueron cinco billetes de 100 dólares junto con la recomendación de que eligiese entre abortar o ir a los Estados Unidos para casarse. Así que Bernard puso su carrera por delante y convenció a Ruth de que abortase.
El primero de los 75.000 siguientes "Lloramos los dos por el niño que íbamos a perder y por nuestro amor que sabíamos iba a quedar irreparablemente dañado con lo que íbamos a hacer". No la acompañó a la intervención. Ruth volvió sola a casa, en un taxi, con una fuerte hemorragia y estuvo a punto de morir. Le había practicado el aborto un incompetente. Se recuperó, milagrosamente, pero no tardaron en romper. "Este fue el primero de mis 75.000 encuentros con el aborto, me sirvió de excursión iniciadora al satánico mundo del aborto", confiesa el Dr. Nathanson.
Conoce a Larry Lader Tras graduarse, Bernard inició su residencia en un hospital judío. Después pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York donde sufrió personalmente la violencia del antisemitismo, y entró en contacto con el mundo del aborto clandestino. Por entonces ya había contraído matrimonio con una joven judía, tan superficial como él, según confesaría. Su unión no duró más que cuatro años y medio y acabó con un divorcio en México. Fue entonces cuando conoció a Larry Lader. A aquel médico sólo le obsesionaba una idea: ¡conseguir que la ley permitiese el aborto libre y barato! Para eso fundó la Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto, en 1969, una asociación que intentaba culpabilizar a la Iglesia de cada muerte que se producía en los abortos clandestinos.

Dirige una clínica en la que se practican abortos Pero fue en 1971 cuando Nathanson se involucró más directamente en la práctica de abortos. Las primeras clínicas abortistas de Nueva York comenzaban a explotar el negocio de la muerte programada, y en muchos casos su personal carecía de licencia del Estado o de garantías mínimas de seguridad. Tal fue el caso de la dirigida por el Dr. Harvey. Las autoridades estaban a punto de cerrar esta clínica cuando alguien sugirió que Nathanson podría ocuparse de su dirección y funcionamiento. Se daba la paradoja increíble de que, mientras estuvo al frente de aquella clínica, en aquel lugar existía también un servicio de ginecología y obstetricia: es decir, se atendían partos normales al mismo tiempo que se practicaban abortos. Por otra parte, Nathanson desarrollaba una intensa actividad, dictando conferencias, celebrando encuentros con políticos y gobernantes de todo el país, presionándoles para lograr que fuese ampliada la ley del aborto.
A los hijos de sus amigos y conocidos "Yo estaba muy ocupado. Apenas veía a mi familia. Tenía un hijo de pocos años y una mujer, pero casi nunca estaba en casa. Lamento amargamente esos años, aunque sólo sea porque he fracasado en ver a mi hijo crecer. También era un paria en la profesión médica. Se me conocía como el rey del aborto". Nathanson realizó en este periodo más de 60.000 abortos. A finales de 1972, agotado, dimitió de su cargo en la clínica. "He abortado -dirá- a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso profesores".
Abortó un hijo suyo Llegó incluso a abortar a su propio hijo. "A mitad de los sesenta dejé encinta a una mujer que me quería mucho". (...) Ella quería seguir adelante con el embarazo pero él se negó. "Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo realizaría el aborto, le expliqué. Y así lo hice".
Impresionado al observar Pero, a partir de ahí, las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke's. La nueva tecnología, el ultrasonido, hacía su aparición en el ámbito médico. El día en que Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por vez primera "que es lo que estábamos haciendo verdaderamente en la clínica".
Pronto llegó a la evidencia de que abortar es un crimen Decidió reconocer su error. En la revista médica The New England Journal of Medicine, escribió un artículo sobre su experiencia con los ultrasonidos, reconociendo que en el feto existía vida humana. Incluía declaraciones como la siguiente: "el aborto debe verse como la interrupción de un proceso que de otro modo habría producido un ciudadano del mundo. Negar esta realidad es el más craso tipo de evasión moral". Aquel artículo provocó una fuerte reacción. Nathanson y su familia recibieron incluso amenazas de muerte. Pero la evidencia de que no podía continuar practicando abortos se impuso. "Había llegado a la conclusión de que no había nunca razón alguna para abortar: el aborto es un crimen".
"El grito silencioso" Poco tiempo después, un nuevo experimento con los ultrasonidos sirvió de material para un documental que llenó de admiración y horror al mundo. Se titula "El grito silencioso". Sucedió en 1984: "Le dije a un amigo que practicaba quince, o quizás veinte, abortos al día: Oye, Jay, hazme un favor. El próximo sábado coloca un aparato de ultrasonidos sobre la madre y grábame la intervención. Lo hizo y, cuando vio las cintas conmigo, quedó tan afectado que ya nunca más volvió a realizar un aborto. Las cintas eran asombrosas, aunque no de muy buena calidad. Seleccioné la mejor y empecé a proyectarla en mis encuentros provida por todo el país".
El primer paso hacia Cristo Quedaba aún el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern -señala Nathanson-. "Transmitía una serenidad y una seguridad indefinibles. Entonces yo no sabía que en 1943, tras largos años de meditación, lectura y estudio, se había convertido al catolicismo. Stern poseía un secreto que yo había buscado durante toda mi vida: El secreto de la paz de Cristo".
Impresionado por el testimonio de los que defienden la vida El movimiento provida le había proporcionado el primer testimonio vivo de la fe y el amor de Dios. En 1989 asistió a una acción de Operación Rescate en los alrededores de una clínica. El ambiente de los que allí se manifestaban pacíficamente en favor de la vida de los aún no nacidos le había conmovido: estaban serenos, contentos, cantaban, rezaban... Los mismos medios de comunicación que cubrían el suceso y los policías que vigilaban, estaban asombrados de la actitud de esas personas. Nathanson quedó afectado "y, por primera vez en toda mi vida de adulto -dice-, empecé a considerar seriamente la noción de Dios, un Dios que había permitido que anduviera por todos los proverbiales circuitos del infierno, para enseñarme el camino de la redención y la misericordia a través de su gracia".
Una angustiosa necesidad de ser perdonado "Durante diez años, pasé por un periodo de transición". Sintió que el peso de sus abortos se hacia más gravoso y persistente: "Me despertaba cada día a las cuatro o cinco de la mañana, mirando a la oscuridad y esperando (pero sin rezar todavía) que se encendiera un mensaje declarándome inocente frente a un jurado invisible". Acaba leyendo Las Confesiones -que califica de "alimento de primera necesidad"-, era su libro más leído, porque "San Agustín hablaba del modo más completo de mi tormento existencial; pero yo no tenía una Santa Mónica que me enseñara el camino y estaba acosado por una negra desesperación que no remitía".
Intentó todas las terapias En esa situación no faltó la tentación del suicidio, pero, por fortuna, decidió buscar una solución distinta. Los remedios intentados fallaban. "Cuando escribo esto, ya he pasado por todo: alcohol, tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros. Incluso me he permitido cuatro años de psicoanálisis".

Conversaciones con un sacerdote católico El espíritu que animaba aquella manifestación provida enderezó su búsqueda. Empezó a conversar periódicamente con un sacerdote católico, Father John McCloskey. No le resultaba fácil creer, pero lo contrario, permanecer en el agnosticismo, llevaba al abismo. Progresivamente se descubría a sí mismo acompañado de Alguien a quien importaban cada uno de los segundos de su existencia: "Ya no estoy solo. Mi destino ha sido dar vueltas por el mundo a la búsqueda de ese Uno sin el cual estoy condenado, pero al que ahora me agarro desesperadamente, intentando no soltarme del borde de su manto".
El día de la Inmaculada de 1996 Por fin, el 9 de diciembre de 1996, a las 7.30 de un lunes, solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la cripta de la Catedral de S. Patricio de Nueva York, el Dr. Nathanson se convertía en hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, su Iglesia. El Cardenal John O'Connor le administró los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
La victoria en esta asegurada con Cristo Un testigo expresa así ese momento: "Esta semana experimenté con una evidencia poderosa y fresca que el Salvador que nació hace 2.000 años en un establo continúa transformando el mundo. El pasado lunes fui invitado a un Bautismo. (...) Observé como Nathanson caminaba hacia el altar. ¡Qué momento! Al igual que en el primer siglo... un judío converso caminando en las catacumbas para encontrar a Cristo. Y su madrina era Joan Andrews. Las ironías abundan. Joan es una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento provida... La escena me quemaba por dentro, porque justo encima del Cardenal O'Connor había una Cruz... Miré hacia la Cruz y me di cuenta de nuevo que lo que el Evangelio enseña es la verdad: la victoria está en Cristo".
Agradeciendo las oraciones por él Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron escuetas y directas. "No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante todos los años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos".
Bernard Nathanson. La mano de Dios

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Esto es lo que pretendo: esforzarme cada día más en vivir el Evangelio; y cuando no lo consiga, o falte gravemente, empezare de nuevo, con la ayuda de Dios.
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Berriotxoa
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MensajePublicado: Lun Feb 11, 2008 9:54 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Alejandra Borghese:

http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura932.htm


Gilbert Keith Chesterton:
http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura1021.htm


El resto están en este link:

http://www.fluvium.org/textos/documentacion/lecturas.htm

En la parte final media de la pagina, un consejo en Edición buscar y si pones cualquiera de los nombres que te he puesto arriba llegaras automáticamente. Espero que te sirvan.
Cualquier cosa que necesites por aquí estare.
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Dalmiant
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MensajePublicado: Lun Feb 18, 2008 4:21 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Muchas gracias de nuevo =) Si necesito algo más te pediré ^^
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azabril
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 3:36 am    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Dalmiant escribió:
Shocked Increíble.

Muchas gracias, Albert! ^^ Yo sigo investigando sobre conversiones de ateos famosas, estoy buscando especialmente aquellas que más por un milagro haya sido por "sentir" a Dios, y la manera en que lo sintieron ^^

¿No saben de algún santo o algo así?



Nunca había entrado a un foro de discusión, pero navegando “sin rumbo” llegué aquí, y me interesó. Estuve leyendo sus historias de conversión, hasta que llegué al comentario en que Dalmiant comenta que necesita un testimonio de conversión que más que milagro haya sido “sentir” a Dios. Espero que lo que voy a compartir sirva.
Cuando JPII estaba en agonía, al igual que muchísima gente a lo largo del mundo, yo estuve literalmente “pegada” a la tele, cambiando a todos los canales que pudieran estar cubriendo esta noticia. Entre este cambiar de canales me quedé en CNN porque me interesó ver que estaban entrevistando a un sacerdote, un muchacho joven y con una sonrisa “radiante”, a pesar de lo triste de la situación. No me acuerdo de su nombre, pero su testimonio me impresionó mucho y va más o menos de la siguiente manera:
La mujer que lo estaba entrevistando, le hizo la siguiente pregunta “¿Qué significa Juan Pablo II para ti?” y su respuesta comenzó con que era un muchacho estudiante en la Universidad, ateo, de esos ateos tan ateos que no se preocupan por pelearse con los creyentes y conviven con ellos con mucha tranquilidad. Él no tenía idea de lo que era la Iglesia Católica y sabía que había alguien llamado Juan Pablo II pero no sabía, ni le interesaba lo que hacía. En esa Universidad tuvo la oportunidad de viajar a Roma como estudiante de intercambio y cuando llegó comenzó a hacer todas las visitas turísticas obligadas entre sus estudios salvo el Vaticano, hasta que un día un compañero de él lo invitó a ir a una Misa que se iba a oficiar en la Catedral de San Pedro, y él pensando que no había ido aún al Vaticano, iba a aprovechar la oportunidad y aceptó la invitación, cuando entró se sentaron lo más cerca posible del altar y se puso a admirar la arquitectura, etc. Hasta que entró a dar Misa el mismísimo JPII, el dice que su personalidad lo dejó sin aliento, y le preguntó a su compañero que si quién era ese hombre, la respuesta fue “Es Juan Pablo II, el Papa”, lo que dijo en su homilía lo impresionó y desde ese momento comenzó a seguir los viajes de JPII por el mundo, lo que hacía, lo que predicaba, etc. Pero lo dejó como que sintió admiración por un hombre sin igual, hasta que se organizó un viaje de estudios a Polonia que incluía una parada en Cracovia, y se inscribió con la intención de conocer más sobre los antecedentes de JPII, cuando llegaron a la Iglesia que se levantó en Cracovia en plena época comunista se preguntó “¿Quién es este hombre, que en un país con un sistema político totalitario y ateo consigue que se levante una Iglesia?”, ahí comenzó a leer sus escritos y a seguirlo más de cerca y empezó a empaparse de los libros, encíclicas, cartas apostólicas, etc. Y llegó un momento en que su admiración era tanta que un día se encontró “deseando ser como él”, ahí fue como terminó por aceptar la fe y entró al Seminario para convertirse en sacerdote, aclarando que era el hombre más feliz después de esa decisión.

Este testimonio no es de primera mano, pero a mi modo de ver es un ejemplo claro de cómo Dios va poniendo las condiciones para que un escogido suyo se dé cuenta de que lo están llamando a Su servicio.
Saludos,
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pelicano
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 8:16 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Alguna otra conversión interesante:

Cita:
ILLEMO CAMELLI, convertido italiano, había sido socialista y ateo
revolucionario, aunque había hecho de niño la primera comunión. Una conversación con el capuchino Padre Comini, le abrió su espíritu a Dios y a la Iglesia. Un día, como por intuición, descubrió a Dios y sintió algo nuevo en su corazón. Dice así: Vi,comprendí y amé.
Dios es la fuerza inescrutable, oculta en todas las cosas. Él crea y sostiene la vida. Cuando en la tarde de ese mismo día, guiado por la providencia, leí las palabras del Apóstol: “En Él vivimos, nos movemos y existimos”, quedé como sinaliento, paralizado por la embriaguez de espíritu y golpeando mi frente con la mano,caí de rodillas, repitiendo entre lágrimas: “Oh Dios, Oh Dios, Oh Dios”. Tenía a Dios.
Tenía la vida. Había pasado meses y meses en una apatía de pantano y, de repente, mi cerebro alcanzó una frescura y agilidad inusitadas. Mil problemas de la vida se me ofrecían y para todos veía una solución nueva, inesperada.


Cita:
ADOLFO RETTÉ (1863-1930), gran escritor, poeta y periodista, muy conocido en Francia en los primeros años del siglo XX. Él nos cuenta: Apenas llegado a la edad adulta, llegué a ser ateo convencido, un materialista militante. Me uní a los enemigos de la religión y tomé parte en todas sus acciones abominables. Desde los 18 años, comencé un período de locuras y desórdenes, de los cuales me horrorizo y reniego de todo corazón… En todas partes de Francia sembraba el odio a la Iglesia católica e insultaba a Cristo, a quien llamaba, con desprecio, el galileo7.
Y siguió por mucho tiempo con su vida licenciosa con una mujer de ojos negros.
Pero estaba insatisfecho consigo mismo. Un día de 1905, se fue a dar un paseo por el bosque y se puso a leer los primeros cantos sobre el purgatorio de la Divina comedia de Dante. De improviso, le vienen dudas: ¿No podría ser cierto lo que dice la Iglesia católica de que, cuando un pecador se arrepiente de sus pecados, llega a ser digno del cielo? ¿Será verdad que Dios existe? ¿Y si existe Dios?
Aquella misma tarde, le va a visitar un escritor, amigo suyo, que estaba dudando de regresar a la Iglesia católica. Él trata de disuadirlo y, cuando se va su amigo, se pone a escribir un artículo para el periódico anticlerical. Pero, en la noche, no puede dormir y se levanta de madrugada, va a su oficina y rompe en pedacitos el artículo escrito. Y dice: Sentí una gran paz y una gran alegría, y me dormí tranquilo.
Sigue con sus luchas internas. Un día, en sus paseos por el bosque, piensa en los científicos y en los filósofos que, para explicar el universo, dan diversas hipótesis, que vienen continuamente descartadas por otras nuevas; sin embargo, la enseñanza de la Iglesia católica permanece inmutable. Sus dogmas comenzaron con su fundación y están de alguna manera en los evangelios. Todo esto no se explica humanamente, pues la humanidad fluctúa en diversas posiciones continuamente. ¿Y, si la Iglesia católica, realmente, ha nacido de una revelación divina, y Dios existe?
Apenas pronunció estas últimas palabras, sintió una liberación y una gran paz de espíritu. Hubiera querido correr a un sacerdote para abrirle su alma, pero tenía miedo,vergüenza y temor de enfrentarse con la verdad.
En 1906, regresó a París y comenzó a frecuentar los salones mundanos, pero se sentía insatisfecho, vacío y triste por dentro, hasta el punto que la idea del suicidio le rondaba cerca. Una tarde, decide entrar en la catedral Notre Dame, que estaba casi desierta, pero se queda en la puerta y dice: Dios mío, ten piedad de mí, aunque sea un grandísimo pecador. Ayudadme.
En setiembre de 1906, visita el santuario de Cornebiche y le dice a la Virgen:
Algo me ha empujado a venir aquí. Hasta ahora, nunca te he invocado. A ti, a quien los fieles te invocan, acudo para que le pidas a tu Hijo que me diga qué debo hacer.
Entonces, oye una voz dulcísima en el interior de su alma, que le dice: Vete a encontrar un sacerdote. Libérate del fardo que te aplasta y entra sin miedo en la Iglesia católica.
Regresa a París y otro poeta y escritor amigo suyo y ferviente católico, Francisco Coppée, lo lleva a visitar a un sacerdote de san Sulpicio. Era un sacerdote anciano, con los ojos llenos de luz y con el rostro sereno y amablemente sonriente, con el cual se confesó. Era el 12 de octubre de 1906.
Al regresar a su casa, se sentía liberado y exclamó antes de acostarse: Madre de mi Dios, me confío completamente en vuestras manos. Presentad mi alma a vuestro Hijo. A partir de ese momento, su vida se convierte en un canto de alegría. Y después de su primera comunión, dice: ¿Por qué no se puede detener el tiempo en esta hora solemne de calma e inocencia? Después de mi primera comunión, vivo en una especie de sueño luminoso. Todos mis pensamientos son para el Señor. Veo el universo con nuevos ojos.Había encontrado la paz, que tanto necesitaba, sin la cual no podía ser feliz. En 1907, escribió el relato de su conversión con el título Du diable a Dieu (Del diablo a Dios). En su libro Milagros de Lourdes, manifiesta un gran amor por María, nuestra Madre.


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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 8:21 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Alguna otra conversión interesante:

Cita:
ILLEMO CAMELLI, convertido italiano, había sido socialista y ateo
revolucionario, aunque había hecho de niño la primera comunión. Una conversación con el capuchino Padre Comini, le abrió su espíritu a Dios y a la Iglesia. Un día, como por intuición, descubrió a Dios y sintió algo nuevo en su corazón. Dice así: Vi,comprendí y amé.
Dios es la fuerza inescrutable, oculta en todas las cosas. Él crea y sostiene la vida. Cuando en la tarde de ese mismo día, guiado por la providencia, leí las palabras del Apóstol: “En Él vivimos, nos movemos y existimos”, quedé como sinaliento, paralizado por la embriaguez de espíritu y golpeando mi frente con la mano,caí de rodillas, repitiendo entre lágrimas: “Oh Dios, Oh Dios, Oh Dios”. Tenía a Dios.
Tenía la vida. Había pasado meses y meses en una apatía de pantano y, de repente, mi cerebro alcanzó una frescura y agilidad inusitadas. Mil problemas de la vida se me ofrecían y para todos veía una solución nueva, inesperada.


Cita:
ADOLFO RETTÉ (1863-1930), gran escritor, poeta y periodista, muy conocido en Francia en los primeros años del siglo XX. Él nos cuenta: Apenas llegado a la edad adulta, llegué a ser ateo convencido, un materialista militante. Me uní a los enemigos de la religión y tomé parte en todas sus acciones abominables. Desde los 18 años, comencé un período de locuras y desórdenes, de los cuales me horrorizo y reniego de todo corazón… En todas partes de Francia sembraba el odio a la Iglesia católica e insultaba a Cristo, a quien llamaba, con desprecio, el galileo7.
Y siguió por mucho tiempo con su vida licenciosa con una mujer de ojos negros.
Pero estaba insatisfecho consigo mismo. Un día de 1905, se fue a dar un paseo por el bosque y se puso a leer los primeros cantos sobre el purgatorio de la Divina comedia de Dante. De improviso, le vienen dudas: ¿No podría ser cierto lo que dice la Iglesia católica de que, cuando un pecador se arrepiente de sus pecados, llega a ser digno del cielo? ¿Será verdad que Dios existe? ¿Y si existe Dios?
Aquella misma tarde, le va a visitar un escritor, amigo suyo, que estaba dudando de regresar a la Iglesia católica. Él trata de disuadirlo y, cuando se va su amigo, se pone a escribir un artículo para el periódico anticlerical. Pero, en la noche, no puede dormir y se levanta de madrugada, va a su oficina y rompe en pedacitos el artículo escrito. Y dice: Sentí una gran paz y una gran alegría, y me dormí tranquilo.
Sigue con sus luchas internas. Un día, en sus paseos por el bosque, piensa en los científicos y en los filósofos que, para explicar el universo, dan diversas hipótesis, que vienen continuamente descartadas por otras nuevas; sin embargo, la enseñanza de la Iglesia católica permanece inmutable. Sus dogmas comenzaron con su fundación y están de alguna manera en los evangelios. Todo esto no se explica humanamente, pues la humanidad fluctúa en diversas posiciones continuamente. ¿Y, si la Iglesia católica, realmente, ha nacido de una revelación divina, y Dios existe?
Apenas pronunció estas últimas palabras, sintió una liberación y una gran paz de espíritu. Hubiera querido correr a un sacerdote para abrirle su alma, pero tenía miedo,vergüenza y temor de enfrentarse con la verdad.
En 1906, regresó a París y comenzó a frecuentar los salones mundanos, pero se sentía insatisfecho, vacío y triste por dentro, hasta el punto que la idea del suicidio le rondaba cerca. Una tarde, decide entrar en la catedral Notre Dame, que estaba casi desierta, pero se queda en la puerta y dice: Dios mío, ten piedad de mí, aunque sea un grandísimo pecador. Ayudadme.
En setiembre de 1906, visita el santuario de Cornebiche y le dice a la Virgen:
Algo me ha empujado a venir aquí. Hasta ahora, nunca te he invocado. A ti, a quien los fieles te invocan, acudo para que le pidas a tu Hijo que me diga qué debo hacer.
Entonces, oye una voz dulcísima en el interior de su alma, que le dice: Vete a encontrar un sacerdote. Libérate del fardo que te aplasta y entra sin miedo en la Iglesia católica.
Regresa a París y otro poeta y escritor amigo suyo y ferviente católico, Francisco Coppée, lo lleva a visitar a un sacerdote de san Sulpicio. Era un sacerdote anciano, con los ojos llenos de luz y con el rostro sereno y amablemente sonriente, con el cual se confesó. Era el 12 de octubre de 1906.
Al regresar a su casa, se sentía liberado y exclamó antes de acostarse: Madre de mi Dios, me confío completamente en vuestras manos. Presentad mi alma a vuestro Hijo. A partir de ese momento, su vida se convierte en un canto de alegría. Y después de su primera comunión, dice: ¿Por qué no se puede detener el tiempo en esta hora solemne de calma e inocencia? Después de mi primera comunión, vivo en una especie de sueño luminoso. Todos mis pensamientos son para el Señor. Veo el universo con nuevos ojos.Había encontrado la paz, que tanto necesitaba, sin la cual no podía ser feliz. En 1907, escribió el relato de su conversión con el título Du diable a Dieu (Del diablo a Dios). En su libro Milagros de Lourdes, manifiesta un gran amor por María, nuestra Madre.


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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 8:32 pm    Asunto:
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Cita:
TAKASHI NAGAÏ (1908-1951), médico radiólogo japonés, escribió su vida en el famoso libro Las campanas de Nagasaki. Se había dejado seducir por el materialismo ateo durante sus años de estudiante, buscando la verdad solamente en la ciencia. Tuvo la suerte de alojarse, siendo estudiante, en casa de la familia Moriyama, fervorosos católicos, y se casó con una de sus hijas. En junio de 1933 recibió el bautismo. Sobrevivió a la bomba atómica que cayó sobre su ciudad de Nagasaki el 9 de agosto de 1945.
Él cuenta lo ocurrido: Repentinamente el cielo se iluminó por un instante y el resplandor de una luz hizo palidecer el sol de verano. Una columna de humo blanco empezó a subir de la tierra, tomando la forma de una gigantesca seta u hongo. Una luz terrible. No hubo ruido. Pero lo que aterrorizó y heló la sangre fue el soplo inmenso que se escapó de debajo de la nube blanca. A una velocidad aterradora pasó sobre las colinas y los campos arrasándolo todo. Las casas de las cimas cedieron ante su fuerza, y cada árbol del campo fue arrancado de cuajo y sus hojas desaparecieron como por encanto. Se diría que un invisible, pero gigantesco cilindro compresor, trituraba cuanto

hallaba a su paso. Un horrible ruido hirió de súbito los oídos de los que presenciamos de lejos tan terrible espectáculo. Nos sentimos levantados, tirados contra una pared de piedra a cinco metros de allí.
Herido en la región de los ojos, creí que había perdido la vista. No era así, pero estaba ensangrentado. Y el edificio entero se había derrumbado. Enterrado entre los escombros, luché denodadamente hasta que terminé por salir por mi propio esfuerzo.
El espectáculo que tenía ante mis ojos era apocalíptico. Entre escalofriantes masas de carne, se destacaban lentamente, a rastras, aquellos en los que había una chispa de vida .Empezamos los primeros cuidados, pero nunca me había sentido tan impotente, tan inútil para poder ayudar a aquellos seres humanos destrozados y desgarrados por el dolor.
No podíamos atender a todos los que se agolpaban en torno a los escasos
médicos supervivientes. Apenas habíamos mal vendado a uno, cuando se presentaba otro con la misma súplica: ¡Doctor, sálveme!
Jamás me había sentido tan impotente como al mirar el terrible panorama de miedo, de agonía, de muerte y destrucción. No podía hacer nada, absolutamente nada.
La sangre me corría por el rostro, desde las sienes hasta la barbilla. Los ojos parecía que me iban a estallar. A veces, queriendo incorporar un cuerpo, para ver si retenía aún señales de vida, se deshacía en mis manos como fango pegajoso. Miré al cielo y oré.Al día siguiente, siguió curando a los heridos sin darse tregua. El día 11 pudo ir
a su casa, pero su casa no existía más y hasta le resultó difícil encontrarla. Buscó entre los restos a su esposa. Estaba calcinada. Recogió sus huesos y vio que, en su mano derecha, tenía un rosario. Había muerto con el rosario en la mano. Más tarde, al remover los restos de su casa, encontró el crucifijo, que la familia de Midori había conservado durante 250 años en medio de las persecuciones. Pudo decir: He sido despojado de todo y sólo he encontrado este crucifijo. El 20 de noviembre, en una misa por todos los difuntos de la ciudad, en la catedral de Urakami, el barrio católico de Nagasaki, dijo en su intervención: El holocausto de Jesucristo en el Calvario, ilumina y confiere significado a nuestras vidas.
Takashi Nagaï fue un gran médico católico, que ofreció sus sufrimientos por la salvación del mundo. Murió a los 43 años, debido a los efectos de las miles de radiografías tomadas sin la debida protección. En 1949 recibió en su casa la visita del Emperador del Japón, reconociéndole sus méritos a favor de la patria.


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Gregory
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MensajePublicado: Dom Mar 02, 2008 1:33 am    Asunto: Ateos conversos
Tema: Testimonios de ateos
Responder citando

Un testimonio que presento es el de Ernesto Psichari 1883-1914, este jóven nieto Ernesto Renan escritor laicista frances del siglo XIX, autor de "La vida de Jesús" obra donde es negada la divinidad de Jesús, aferrandose a una visión netamente historicista, tambien escribio un texto donde atacaba a la Iglesia y promobia el laicismo. Renan promobio sus ideas dentro de su familia, podemos decir que su casa fue un centro de laicismo y sus hijos fieles herederos de la tradición familiar. Los hijos de Renan junto a sus admiradores forjaron una forma de culto alrededor de su persona despues de su muerte.
Sin embargo su nieto Ernesto romperia esta tradición familiar,aunque seguira la tradición de la familia licenciandose en filosofía en 1902 ese mismo año sufre una desilución amorosa que lo hace intentar el suicidio y se enrola en el ejercito. En este tiempo hara amistad con los escritores conversos: Charles Peguy, Jacques Maritain y León Bloy que le escriben invitandole a buscar a Dios. El testimonio de sus amigos y la fe de los Arabes hizo que cuestionara su vida y despertara en él la fe.Su vida va hacer tocada por la gracia de Dios Padre que se expreso en esa busqueda de la amistad de hombres que al igual que él conocieron el ateismo y descubriran la gracia de Dios en sus vidas. Ernesto Psichari será bautizado de manera solemne el primero de Enero de 1913, sin embargo Ernesto encontrara la muerte en el campo de batalla al año siguiente morira como un devoto católico, como un hombre que encontro a Cristo.
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