Señor concédeme un corazón curado de las heridas

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos, compañeros de camino en la red, en la vida, colegas, ¿de qué ha de curarse nuestro corazón? Pues, de las heridas del no-amor hechas y padecidas. Que Dios nos conceda un corazón que esté a su lado, que respire en Él, que se consagre a las urgencias del Reino con alegría, gratuitamente.
Ayer escuché a Pere Casaldáliga, misionero, obispo hasta hace poco tiempo en San Félix de Araguaia en Brasil, que preguntado por una periodista, varias veces le dijo que en la vida, los cristianos, todos, cada uno, hemos de "participar" en el Reino de Dios, hemos de estar metidos en algún grupo o congregación o asociación, para hacer el bien, para procurar la dignidad de la persona. No quedarnos quietos, esto no es propio de los jóvenes, por eso hemos de tener el corazón curado ¿no os parece? La voz de un científico, jesuíta, sabio como es P. Teilhard de Chardin dice:
¿Qué es la santidad, para una persona, si no el adherirse a Dios al máximo de sus posibilidades? Y ¿qué quiere decir aherirse a Dios al máximo, sino desarrollar exactamente aquella función, humilde o elevada, como sea, a la que por circunstancias históricas o por vocación estamos llamados?" . No me digáis que no es estupendo este mensaje que hoy el Señor nos envía a cada uno. Amigos ¿cómo dejaremos de ser apóstoles entre nuestros compañeros después de esta invitación tan directa a nuestro corazón? Orpam Saretnoc Laverz