CarlosR26† Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 3941 Ubicación: MEXICO, Jal.
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Publicado:
Sab Nov 26, 2005 12:00 am Asunto:
LA CIENCIA UTIL E INUTIL
Tema: LA CIENCIA UTIL E INUTIL |
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- XIII -
Capítulo de la ciencia útil y de la ciencia inútil
El hombre que quiere saber mucho debe trabajar mucho y humillarse mucho, rebajándose a sí mismo e inclinando la cabeza hasta que el pecho vaya por tierra, y entonces el Señor le dará mucha ciencia y mucha sabiduría. La suma sabiduría consiste en obrar siempre bien, virtuosamente, guardándose mucho de todo defecto y de toda ocasión de defecto, y considerar siempre los juicios de Dios.
Cierta vez dijo fray Egidio a uno que quería ir a la escuela para aprender la ciencia.
-Hermano mío: ¿Por qué quieres ir a la escuela? Yo te hago saber que la suma de toda ciencia consiste en temer y amar, y estas dos cosas te bastan; porque tanta sabiduría necesita el hombre, como necesita para obrar y no más. No te muestres demasiado solícito por utilidad de los otros, sino siempre estúdiate y solicita y obra aquellas cosas que te son útiles a ti mismo; porque muchas veces sucede que queremos saber mucho para ayudar a los otros, y poca para ayudarnos a nosotros mismos; y yo digo que la palabra de Dios no es del decidor ni del oyente, sino del que obra. Algunos que no supieron notar esto, entraron en el agua para ayudar a los que se ahogaban y sucedió que se ahogaron con ellos.
Si tú no procuras bien la salud de tu alma ¿cómo puedes procurar la de tu prójimo? Y si tú no obras el bien en tus propias acciones ¿cómo harás para que los otros obren el bien? Porque no es de creer que tú ames más las almas ajenas que la tuya propia.
Los predicadores de la palabra de Dios deben ser bandera, candela y espejo del pueblo. Bienaventurado el hombre que de tal manera guía a los demás por los caminos de la salud, que no cesa de andar por este camino. Bienaventurado el hombre que de tal modo incita a los demás a correr, que él tampoco cesa de correr. Y más bienaventurado aquél que de tal modo ayuda a los otros a ganar y enriquecerse, que tampoco deja de enriquecerse a sí mismo.
Creo que el buen predicador más se amonesta y se predica a sí mismo que a los demás. Me parece que el hombre que quiere convertir y atraer las almas de los pecadores al camino de Dios, debe siempre estar en el temor de no ser pervertido por ellos y atraído al camino de los vicios, y del demonio y del Infierno. _________________ Amar es decir al otro: "Tu no moriras"
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