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Lectio Divina
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Autor Mensaje
Albert
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Registrado: 03 Oct 2005
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Ubicación: Puerto Rico

MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 3:57 pm    Asunto: Lectio Divina
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Herman@s:

¡Paz y bien!

Analicemos y aprendamos juntos sobre los aspectos generales de la Lectio Divina.

Según la Pontificia Comisión Bíblica, la Lectio Divina es una lectura individual o comunitaria de un pasaje más o menos largo de la Escritura, acogida como Palabra de Dios, y que se desarrolla bajo la moción del Espíritu en meditación, oración y contemplación.

Precisamente sobre esos tres aspectos de la lectio divina es que quiciera concentrar este epígrafe; meditación, oración y contemplación.

La meditación a la luz de la lectio divina es una lectura reflextivo-compartiva sobre un texto bíblico en el cual se profundizan los aspectos que individualmente nos causan mayor impresión o nos tocan de manera especial. La manera de hacerlo es tan única como la individual impresión lo es. Pueden tomarse desde el punto de vista de la acción del texto, de la visión del autor, de los personajes envueltos, de una experiencia personal que nos evoque, en fin la manera reflextiva utilizada no tiene necesariamente que llevar un patrón determinado, lo importante es profundizar el texto con el único propósito de interiorizar en el conocimiento de Dios.

Esta meditación de lo leido son vínculos de la contemplación que en definitiva es la razón de ser de esa meditación que va más allá del texto en sí, sino va en búzqueda de Aquel que inspiró ese texto, Dios mismo. Entonces la contemplación confiere un aspecto vivencial a la meditación y reflexión del texto leído. Esta experiencia vivencial debe tener como fín último un encuentro con el Señor. El encuentro en sí mismo, independientemente que la meditación se lleve acabo de manera grupal, supone una experiencia personal con Dios que nos lleva a la oración. La oración en este sentido debe fluir libremente, desde la propia inspiración del corazón. Conforme a lo que el texto nos haya evocado, nos haya inspirado, nos haya significado conociéndolo como Palabra de Dios, surge de manera espontánea la oración de agradecimiento por los beneficios adquiridos en la lectura de este pasaje en particular.

Esta oración no debe quedarse ahí, en el solo agradecimiento sino que debe conformar en nosotros un actuar en consecuencia a aquello que nos fue inspirado en la lectura. Debe notarse un cambio de actitud. La contemplación de lo leído debe sucitar en nosotros un cambio, pues partimos de la premisa que una vez conteplada la lectura y siendo que ésta es conducente a un encuentro con el Señor, algo en la fibra de mi ser ha de haber cambiado necesariamente. Ese algo se comunica al prójimo de distinta manera; testimonialmente, místicamente, oralmente. Ese "algo" que ha ocurrido debe notarse en nosotros. Hemos tenido un encuentro con Cristo, y eso mis hermanos, no pasa desapercibido.

Les incito a poner en práctica la lectio divina, es un paso dentro de la ascética cristiana que todos debemos vivir en alguna medida en este caminar a la Casa del Padre. Dios les bendiga.
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Albert González Villanueva, OFS
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pepe82
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Ubicación: México

MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 4:47 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hola, hermano Albert!

Qué recomiendas para saber qué pasaje escoger? Abrirías la Biblia al azar o llevarían un plan de lectura bíblica?

Con el plan de lectura se me complica, porque como que subconscientemente me afano más en terminar el plan que en detenerme a meditar y cotemplar... Porque es mucho contenido...

Dicen que se puede hacer una lectio divina muy profunda con un párrafo o incluso con una línea...

Que Dios te bendiga, hermano Smile
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Carlos Henriquez
Asiduo


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Mensajes: 380

MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 5:12 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Albert, excelente recomendacion, este metodo puede usarse en comunidad tambien.


pepe82 escribió:
Hola, hermano Albert!

Qué recomiendas para saber qué pasaje escoger? Abrirías la Biblia al azar o llevarían un plan de lectura bíblica?

Con el plan de lectura se me complica, porque como que subconscientemente me afano más en terminar el plan que en detenerme a meditar y cotemplar... Porque es mucho contenido...

Dicen que se puede hacer una lectio divina muy profunda con un párrafo o incluso con una línea...

Que Dios te bendiga, hermano Smile

Hermano pepe82, se que la pregunta va dirigida al buen ALbert, pero la Lectio Divina, la puedes usar para meditar el evangelio del dia.

Dios los bendiga.
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Albert
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Mensajes: 27940
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MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 5:23 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermano Pepe:

¡Paz y bien!

pepe82 escribió:
Hola, hermano Albert!

Qué recomiendas para saber qué pasaje escoger? Abrirías la Biblia al azar o llevarían un plan de lectura bíblica?

Con el plan de lectura se me complica, porque como que subconscientemente me afano más en terminar el plan que en detenerme a meditar y cotemplar... Porque es mucho contenido...

Dicen que se puede hacer una lectio divina muy profunda con un párrafo o incluso con una línea...

Que Dios te bendiga, hermano Smile


Como bien te recomienda mi hermanazo Carlos, la lectura del Evangelio del día es muy recomendable. No obstante, también se pueden hacer lecturas relacionadas a un tema en particular, cuando se hace en grupo, en esto días de Cuaresma yo recomiendo encarecidamente la Pasion de Nuestro Señor Jesucristo.

Por lo de la lectura solo de un párrafo o de una sola línea, pues es posible, pero requiere de mayor esfuerzo, pues a menor número de palabras, mayor el esfuerzo reflextivo.

San Francisco de Asis meditaba, contemplaba y oraba solamente repitiendo "Jesús", pero estamos hablando de un santo. Creo que para comenzar debemos buscar un texto relativamente largo. Dios te bendiga.
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MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 7:58 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Maru Courtney escribió:
Cuando hallé tus palabras las devoraba, se convirtieron en mi alegría y mi felicidad, porque yo te pertenezco, Dios, Señor Todopoderoso (Jeremías 15: 16)

Yo siempre crei que Lectio Divina es la práctica de escuchar en actitud orante, las Sagradas Escrituras.

Seria como estar escuchando a Dios, que vive en su Palabra y en nosotros.

Es una forma de poner atención a los textos de las escrituras como si estuviésemos conversando con Jesus y EL, nos digera los temas de conversación.

Cuando la relación se hace más íntima, la conversación se convierte en comunión o, como dice San Gregorio el Magno, en “descanso en Dios.”

Me imagino que esto es lo que se llama "un ejercicio contemplativo".

Gracias por el informe.


Maru, en esencia la lectio divina es escuchar, pues cuando lees un texto bíblico, realmente escuchas la voz de Dios en su Palabra que es Cristo. Por tanto leer la palabra es una menra de escuchar a Dios. La actitud orante es necesaria en la lectio divina, de hecho es parte esencial de ella. Así que tu pensamiento no esté lejos de la verdad.

El ejercicio contemplativo es parte de este proceso pero no se limita a la lectio divina. Reiterando el ejemplo de san Francisco de Asis, cuando él estaba en ese ejercicio contemplativo que denotaba la mera repetición del nombre de Jesús, no lo hacía en lectio divina sino en actitud orante y meditativa de la recitación del nombre sobre todo nombre.

No obstante, el "descanso en Dios" es un paso más ascético cercano al misticismo que tiene mucho que ver con la "oración personal", pero ese sería otro tema. Dios te bendiga.
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MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 8:22 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Maru:

¡Paz y bien!


Maru Courtney escribió:

Querido Albert, cuando me encierro, quito todo ruido o distraccion de ami rededor y me pongo a leer mi Biblia con ganas de estar orando y escuchar la vos de Jesus, significa que............

Estoy haciendo "Lecto Divina"?


De alguna manera si, pero lo sabes con certeza si se cumple lo que describo arriba, en el sentido de actuar en consecuencia a aquello que te fue inspirado en la lectura. Dios te bendiga.
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Profesora
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MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 8:35 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Gracias Albert por tu recomendación


Esta meditación de lo leido son vínculos de la contemplación que en definitiva es la razón de ser de esa meditación que va más allá del texto en sí, sino va en búzqueda de Aquel que inspiró ese texto, Dios mismo.


Esta oración no debe quedarse ahí, en el solo agradecimiento sino que debe conformar en nosotros un actuar en consecuencia a aquello que nos fue inspirado en la lectura. Debe notarse un cambio de actitud. La contemplación de lo leído debe sucitar en nosotros un cambio, pues partimos de la premisa que una vez conteplada la lectura y siendo que ésta es conducente a un encuentro con el Señor, algo en la fibra de mi ser ha de haber cambiado necesariamente.


Esto es lo que busco en cada lectura, mi encuentro con Dios y mi cambio de actitud para con el prójimo.


DIOS TE BENDIGA

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A JESUS POR MARIA.
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MensajePublicado: Lun Mar 05, 2007 8:59 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Profesora:

¡Paz y bien!

Profesora escribió:
Gracias Albert por tu recomendación


Esta meditación de lo leido son vínculos de la contemplación que en definitiva es la razón de ser de esa meditación que va más allá del texto en sí, sino va en búzqueda de Aquel que inspiró ese texto, Dios mismo.


Esta oración no debe quedarse ahí, en el solo agradecimiento sino que debe conformar en nosotros un actuar en consecuencia a aquello que nos fue inspirado en la lectura. Debe notarse un cambio de actitud. La contemplación de lo leído debe sucitar en nosotros un cambio, pues partimos de la premisa que una vez conteplada la lectura y siendo que ésta es conducente a un encuentro con el Señor, algo en la fibra de mi ser ha de haber cambiado necesariamente.


Esto es lo que busco en cada lectura, mi encuentro con Dios y mi cambio de actitud para con el prójimo.


DIOS TE BENDIGA


En horabuena!!!! Wink

Dios te bendiga a ti también.
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MensajePublicado: Mar Mar 06, 2007 1:30 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Expliquemos entonces que implicasiones tiene actuar en consecuencia. Imaginemos que el texto leído es aquel en que Jesús envía a los discípulos de dos en dos a predicar el Evangelio, y les pide no llevar ni bolsa, ni alimentos, ni manto. Imaginemos que ese texto llega a la fibra de nuestro ser y sentimos la necesidad de salir a Evangelizar sin llevar nada. ¿Cómo actuar en consecuencia en un caso como este? Primero tenemos que analizar nuestra realidad, no somos un san Francisco de Asis, que precisamente hizo eso, salió sin llevar nada y dio todo lo que tenía, pero nosotros no podemos hacer eso, por multiples situaciones entre ellas la realidad del mundo en que vivimos, las responsabilidades o limitaciones que podamos tener sean físicas o económicas, etc.

Entonces ¿cómo hacerlo? Mi sugerencia es dicernir hasta la esencia del mensaje. Esto es analizar concienzudamente qué en realidad quiere decir Jesús en este texto y cómo aplica a nuestro tiempo y circustancias personales. Por ello la experiencia vivencial es única e individual en la contemplación que se sucita como consecuencia directa de la lectio divina. La aplicasión en mi vida y cómo yo la pongo en funsión para mi bien y el de mi prójimo tiene que ir de la mano con mis circustancias personales, mis limitaciones y el alcance de esa experiencia para los que me rodean. En el ejemplo que traigo supone un Evangelizar desde mi conocimiento de fe sin esperar nada a cambio, o sea no esperando converciones sino sembrando la Palabra, eso significa para mi para mi no llevar nada y sacudir el polvo de los que no me reciban. Las maneras son muchas, incluso este mismo medio del Internet es un excelente medio de difusión de la Palabra. Desde tu perpectiva Maru, debes asumir esa tu realidad y entonces actuar en consecuencia. Dios te bendiga.
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MensajePublicado: Mar Mar 06, 2007 1:40 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Herman@s:

¡Paz y bien!

Es meritorio aclarar que ese actuar en consecuencia no tan solo tiene que ir de la mano de mis circunstancias personales y del dicernimiento de esa experiencia viviencial sino de la mano de la Doctrina Católica, la meditación reflexiva que nos lleva a un dicernimiento de la Palabra leída no puede ir en contra de la Doctrina. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Mar Mar 06, 2007 2:04 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Maru Courtney escribió:
Querido Albert permite dos preguntas .....

1.- Al leer la Biblia, meditandola, tratando de concentrarnos y "escuchar" que es Dios quien nos habla, a veces "te admiras" porque lo sientes en tu corazon, sabes que Dios conoce lo que sientes y das Gracias Alabandolo, pero...........no siempre es asi, a veces lo que queremos "escuchar" nos puede traicionar no? y a la mejor pensamos que Dios nos trata de decir algo que solo esta en nuestro propio caracter y prespectiva.
La pregunta seria en este primer caso......Crees prudente que uno lo comente con alguien de su entera confianza y que sabemos que tiene a Dios en su corazon para ver "si vamos bien o nos regresamos"?
La pregunta en este caso, es porque mi mayor temor se debe a no entender realmente lo que Dios me dice y "entenderlo" segun lo que me "gustaria" que me digera...


Siempre es bueno tener un Director Espiritual, claro que si. No obstante, la lectio divina tiene unos pasos a seguir para no desviarnos en el camino, que iré explicando poco a poco.

Maru Courtney escribió:
2.- En lo de actuar en consecuencia, si por ejemplo leo la parte donde Dios nos dice que "debemos poner la otra mejilla" pero nuestra humanidad nos dice, "para nada, mejor huye"
La pregunta seria en este caso...........que debemos hacer?


Poner la otra mejilla significa no afrontar el enemigo sino dejarlo en manos de Dios, significa no ser violento, significa huír de situaciones de peligro, significa ser sumisos ante la adversidad pero sin que esto conlleve una humillación, dar la otra mejilla significa afrontar con valentía lo adverso, no enfrentarlo. Lo que supone resistencia al mal. Si esa resistencia conforme a la situación particular que me presentas dice "huye" pues huye, pero para nada significa que claudicarás de tu fe, ni de tus convicciones. Eso es en esencia poner la otra mejilla, ser consecuentes con la fe y la doctrina, aunque haya oposición a esta. Un ejemplo claro sería pasar cerca de una manifestación a favor del aborto y recibir improperios de parte de los manifestantes y aun así tu seguir firme en tu convencimiento doctrinal de que el aborto es un asesinato, eso en nada supone que les tienes que regresar los improperios, ¿ves? Esa actitud es ofrecer la otra mejilla. Espero te haya aclarado. Dios te bendiga.
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Registrado: 03 Oct 2005
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MensajePublicado: Mar Mar 06, 2007 3:05 pm    Asunto: Preparación, Statio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Existen 8 estados, más bien actitudes, en el esquema o itinerario de la lectio divina.

El primero de ello es la actitud de preparación "Statio". en este estado estamos en la espera, dispuesto a la escucha en silencia y en completa dispocisión interior.

Ese inicio, es el mismo para todo acción a tomar. Nos preparamos para un viaje. ¡Y qué viaje hermanos! Estamos en la dispocisión de ser llevados por la Palabra de Dios que entrará en nuestro corazón de manera auditiva. La fe comienza con la escucha de la Palabra, nos disponemos a escuchar la voz de Dios en la Escritura. Estamos prestos, preparados para leer, pensar, contemplar, rezar, mirar, escuchar dialogar, en definitiva reflexionar en la Palabra.

No es una preparación cualquiera, no es como leer un libro cualquiera y por ello incluso la manera de expresar lo que haremos tiene una carga eclecial ; "lectio divina" por ser herencia de nuestro antepasados cristianos de manera concreta, cualquier traducción le pierde esa concretividad que le da el latín y por ello los estados o actitudes que tomamos en ella también las mencionaré en latín.

Statio es una actitud de todo el ser, debemos disponer el cuerpo y el alma a recibir el Pan de Vida, la Palabra de Dios. Tan solemne precisamente como la Comunión, en statio iniciamos preparados para el camino, debemos cesar todo pensamiento, movimiento o acción que no conlleve esa actitud. La postura y compostura son ecenciales, debemos estar cómodos y acoger esa palabra con amor y cariño; es Dios que se nos da, dispuesto a ser acogido. Si es de tu sentir besar la Escritura en esta actitud, hazlo. Llévalo al corazón, siéntelo y acógelo; Él se entrega a ti en toda su corporeidad y su interioridad.

En statio debemos liberar la mente y el corazón y ocupaciones pera ocuparnos solo de la escucha de la Palabra. Debemos pedir luz y fuerza; luz para entender la Palabra y fuerza para mentenerla en el corazón. Debemos tener paz, silencio, sosiego. Estar cómodos para emprender este camino solos con Cristo, aunque lo hagamos en grupo.

El lugar es importante, tanto como esa calma previa. El lugar debe ser propicio, preparemos este lugar especial para encontrarnos con Cristo. No es que tengamos un solo lugar, sino que entonémos ese lugar a lo que estámos a punto de realizar. Puede ser en el cuarto, en la sala, en el campo, en la playa, donde sea, pero debe haber paz y tranquilidad.

Preparado ya el lugar y nosotros en actitud statio, que implica un corazón limpio y una humildad evocada de una plegaria al Espíritu Santo, ya estamos en camino para el siguiente estado que es el lectio. Esa plegaria puede ser una que sugiera el monitor del grupo, si se hace en grupo la Lectio Divina, o la que te sugiera el corazón si estás solo(a), pro siempre con la intención de pedir luz y fuerza. Yo les compartiré una que pueden usar.

Esta plegaria que les comparto está tomada de un Manual sobre la Lectio Divina de ediciones Paulinas, de Arturo Somoza Ramos y el Grupo Herramientas Nueve.

Ven Espíritu Santo, te abro la puerta,
entra en la celda pequeña de mi propio corazón,
llena de luz y de fuego mis entrañas,
como un rayo lázer opérame de cataratas,
quema la escoria de mis ojos
que no me deja ver la luz.

Ven. Jesús prometió que nos nos dejarías huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura, por este sendero.
Quiero que tu seas mi guía, mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.

Tú que eres viento
sopla en el rescoldo y enciende el fuego
que arda la lumbre sin llamas ni calor.
Tengo la vida acostumbrada y aburrida,
tengo las respuestas rutinarías, mecánicas, aprendidas.
Tú que eres viento, enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante de leer la Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo en la lectura.

Oxigena mi sangre al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, barre, limpia el polvo,
llévate lejos todas las hojas secas
y todas las flores marchitas de mi propio corazón.

Ven Espiritu Santo, acompañame en esta aventura
y que se renueve la cara de mi vida
ante el espejo de la Palabra.
Agua, fuego, viento, luz. Ven Espíritu Santo.
Amén.

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MensajePublicado: Mar Mar 06, 2007 11:35 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Maru Courtney escribió:
Albert escribió:
Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Espero te haya aclarado. Dios te bendiga.


Antes que nada, millones de gracias, y por ultimo para no salirnos del tema principal, seria que actuar en consecuensia es ser bueno...pero no tarugo....con caridad y amor defender tu fe?


En su manera, si. Ser mansos como paloma pero astutos como serpiente
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MensajePublicado: Jue Mar 08, 2007 3:40 pm    Asunto: Lectura, Lectio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien

Continuamos adentrándonos a la Lectio Divina, la segunda actitud a tomar en la Lectio Divina es la que propiamente llamamos "lectio", es la lectura.
Debemos leer con cuidado, con cautela, con precisión, primero porque leeremos la Palabra de Dios y eso impone respeto y seriedad, y segundo porque debemos garantizar la comprensión de lo que se lee. No debemos forzar la lectura como haríamos con cualquier otra lectura de manera automática, debe ser una lectura sistemática para captar tanto el sentido literal de lo leído como su sentido espiritual, que en definitiva es lo que más carga lleva en la lectio divina. Buscamos un cierto sentido ascético y metafísico en este estado. Debemos comprender las implicasiones de las palabras de Cristo cuando dijo que sus palabras son espíritu y vida. Siendo así la lectura debe se reposada y sin prisas.

La Iglesia nos insta a la lectura frecuente de la Escritura pera adquirir "la ciencia de Jesucristo", recordando que esta lectura debe ir acompañada de la oración como bien nos dice san Ambrosio: "A Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras".

La lectura no debe ser fragmentada sino constante y en contexto a las referencias y textos paralelos. Esto es comparar lo leído con los textos que la misma Escritura hace referencia, y los textos que hacen paralelismo a lo que leamos. Por ejemplo si leemos en S. Mateo, debemos constatarlo con lo que dicen del mismo tema los demás evangelístas.

La lectura debe ser comprendida, por lo tanto es necesario releer. Esto no es opción, debemos releer para captar todos los matices posibles de lo que se va leyendo. Debemos hacer pausas para recrear en tu mente cada palabra, debemos intentar transportarnos allí, al momento, a la situación, al lugar. De ser posible sentir lo más estrechamente posible los olores, el clima, las texturas de las letras, subrayar si lo entendemos necesario, escribir lo que nos viene a la mente, hacer anotaciones al calce para tener de referencia en el futuro, pues les aseguro que cuando en el futuro hagan esa misma lectura, encontrarán otros matices, otros colores, otros olores. Pues la Lectio Divina es tan vigente como la Escritura misma. Esto es conocer la Palabra, es vivirla, es sentirla. Como diría San Gregorio Magno; "Aprende a conocer el corazón de Dios en la palabra de Dios"

Debemos estar atentos a cada punto, coma y signo de puntuación de lo escrito, cada palabra repetida, el estilo del autor, todas las formas y técnicas. Sería edificante poder conocer los métodos de análisis gramatical, en ese sentido cualquier libro que explique ese método nos servirá para utilizarlo en esta etapa. Les puedo recomendar este; "Análisis gramatical. Teoría y práctica. Ejercicios y actividades de autoaprendizaje", de Guillermo Hernández. Se puede conseguir en Internert bajo este mismo nombre.

No es requisito tener un libro de análisis gramatical para la lectio divina, para aquellos que no lo tengan, solo deben seguir un esquema de preguntas, que podrían ser las siguientes:

    1. ¿Qué dice el texto?
    2. ¿Quienes son los protagonistas?
    3. ¿Qué hacen?
    4. ¿Quien habla?
    5. ¿A quien habla?
    6. ¿Qué hecho o frase me parece fundamental?
    7. ¿Quien lo escribe?
    8. ¿A quien va dirigido?
    9. ¿Cómo escribe?

Una cosa que si es primordial y muy importante es no perder de perspectiva lo que la Santa Madre Iglesia nos dice en relación a la interpretación de la Escritura, esto es conocer que toda la Escritura tiene un doble autor; el hombre y Dios. Dice el documento Dei Verbum en su número 11:

"Escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo tiene a Dios como autor. Pero en la redacción de los libros sangrados, Dios eligió hombres, que emplearon al escribir sus propias facultades y medios, de forma que obrando Él en ellos y por ellos, escribieron como verdaderos autores, todo y solo lo que Él quería."

Basado en esto debemos tener en cuenta lo siguiente:

    1. Tomar todo literal en la Biblia es caer en el error del fundamentalismo.
    2. Es necesario comprender que el autor humano vivió en distinto tiempo, distinta geografía, con una mentalidad diferente a la nuestra.
    3. Existen distintos generos literarios y debemos tenerlo claro; un poema no es lo mismo que una crónica, ni una novela es igual a un libro de sentencias.
    4. La lectura debe ser siempre a la luz del Magisterio y en unidad armoniosa con toda la Revelación.
    5. Debemos captar tanto la literalidad como la espiritualidad del texto.

Leído el texto con todo lo que implica la etapa lectio, estamos preparados para continuar en la armoniosa ascética de la lectio divina, con la medatio. Eso lo veremos mañana. Dios les bendiga.
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Rocío Hernández
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Mensajes: 1084

MensajePublicado: Jue Mar 08, 2007 5:58 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Gracias Albert por adentrarnos en la Lecto Divina

Dios te bendiga !!
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MensajePublicado: Jue Mar 08, 2007 8:20 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Hermana Rocío:

¡Paz y bien!

Rocío H. escribió:
Gracias Albert por adentrarnos en la Lecto Divina

Dios te bendiga !!


Es para mi un placer, aun faltan seis actitudes de lectio divina por tocar, creo oportuno que se tomen el tiempo de esperar que las analicemos todas para que saquen el mayor provecho posible a esta humilde aportación mía. Dios te bendiga.
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MensajePublicado: Vie Mar 09, 2007 2:16 pm    Asunto: Re: Lectura, Lectio
Tema: Lectio Divina
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Hermana Maru:

¡Paz y bien!

Maru Courtney escribió:
Albert una pregunta curiosa.......sera que Jesus sabia muy bien y por eso hablaba en PARABOLAS? Para que se tome la base de su mensaje, el fondo y no el tiempo o circunstancia?


Jajaja, eres una estudiante aventajada Maru. Wink

Te invito a seguir el "curso" o más bien mi humilde aportación, para que tomes de él todo lo necesario para tu ascética, que por lo visto ya va en avanzada. Estoy seguro que al terminar de leer y poner en práctica lo que estoy mostrando, tu sola podrás responder esas preguntas. Dios te bendiga.
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MensajePublicado: Vie Mar 09, 2007 3:28 pm    Asunto: Meditación, Meditatio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Comenzamos a adentrarnos en la ascética de la lectio divina, la meditatio. Las preguntas que hace Maru son un excelente marco de referencia para comenzar estas meditaciones referentes a la lectura de la Palabra. La lectura pausada y calmada tiende a dos concideraciones, pensar y reflexionar. Decía Santa Teresa sobre la meditación que era un; "discurrir mucho el entendimiento", esto supone que lo leído ha sido comprendido. Por ello es importante releer y comprender lo leído, no podremos llegar a la actitud meditatio si no hemos comprendido aquello que acabamos de ver en la lectio.

La meditatio es entonces una actitud reflexiva ascética, y tengan en cuenta que esta palabra la he repetido mucho, la ascética nos lleva a la mística y precisamente eso es el fin de la lectio divina, entrar en una mística intensa con el Creador. Decía San Gregorio Magno que las cosas que hemos aprendido o más bien "las cosas que creemos han sucedido históricamente, (lectio)...ahora tienen que actualizarse en nosotros místicamente" (meditatio).

Lo que hemos leído debe ahora ser unificado en nuestro corazón por la gracia del Espíritu Santo. Esas palabras son llevadas del corazón a la mente y a todo el ser en la comprensión de que son las Palabras de Dios para mi en el hoy, en mi actualidad, en mi presente, en mi ahora. Eso nos va unificando e introduciendo en el misterio de Cristo, de modo que sea Cristo y no nosotros quien se manifieste desde nosotros, pues lo que hemos llevado al corazón por la Gracia, es por la Gracia que sale de él; la Palabra Viva de Dios.

Ahh, y qué mejor ejemplo que María Santísima en esta actitud de meditatio, quien "guardaba todas las cosas en su corazón", y cual fue el efecto inmediato de ello. Pues que María es unificada en Cristo de tal modo que no podemos separles, María es imágen de la Iglesia de la cual Cristo es Cabeza y nosotros sus miembros. María vivió y vive este proceso en un ambiente de gratitud amorosa y de asombro glorioso. Ella es nuestro paradigma. Es posible y María lo demostró por Gracia del Espíritu Santo y por los méritos de Cristo, en nosotros no será menos. Esto supone una entrega y amor incondicionales, tal como el de María. Es necesario una meditación profunda pero sencilla, partiendo del amor y de lo vivido en la lectio. Para una buena meditación esto es necesario, y también una pequeña consideración a los siguientes elementos. Debemos ver la Palabra como:

    1. Agua, de modo que penetre en tu corazón como el agua en la tierra, conciderandola lluvia o rocío, viendo la posibilidad de la formación de un manantial y en profundidad meditativa poder llegar allí donde ese manantial nace.

    2. Levadura, de modo que tal como ella podamos amasarla, darle forma, hornearla y hacerla el pan nuestro de cada día. Tan así que podamos poner en ella las preocupaciones y angustias del diario vivir así como las esperanzas, para que fermenten.

    3.Espejo, para reflejarnos a nosotros mismos, así tal como somos, sin adornos ni apariencias ficticias, en la desnudez de nuestra alma vernos reflejados para entender lo que somos y lo que queremos.

    4. Espada, porque en la medida de la profundidad en esa Palabra Viva se abrirán surcos de dolor tal como lo haría una espada atravezándonos el alma (otra vez nos vemos en María) y brotaran lágrimas de sanación. Esto es importante pues si la meditatio no se ve en ti como una espada significa que estás andando por las ramas y tu meditación no está siendo profunda. Debes dolerte de tus debilidades que se verán incrustradas en la espada como la carne del enemigo en la guerrra.

Cómo hemos de meditar entonces, pues buscando en la Palabra leída su centro de información, el núcleo de lo que se dice del cual todo lo demas paraciera surgir. Imaginalo como un volcán, no podemos entender el volcán solo desde el magma que mana de él, tampoco solo desde la montaña de donde surge, sino desde su esencia misma, el centro de la tierra, todo su entorno y la cantralidad de ese entorno está en el volcán mismo, no solo en la erupción o lo que la causa, sino más allá de ella, en el centro mismo de la tierra. En este sentido la meditatio es una manera metafísica de encontrarnos con Dios, debemos encontrar el fin último de esa Palabra leída. Así pues buscamos la oración central de cada párrafo, y de ellas la que lleva la carga de todo el mensaje y de ahí partimos a la reflexión. A partir de ahí conectamos esa idea central con el núcleo de la Revelación toda, pues no podemos apartarnos de la Doctrina.

Puedo ofrecerles una preguntas guia para esa conexión. Una vez encontrada la idea central de lo leído nos haremos las siguientes preguntas, recuerden que son preguntas guia, lo que a mi me funciona no necesariamente les funcione a ustedes:

    1. ¿Qué tiene que ver esto con la Revelación del Padre?

    2. ¿Qué tiene que ver con la Encarnación, con la Redención?

    3. ¿Cómo se relaciona con la Buena Nueva?

    4. ¿En qué esta idea me ayuda a mi Salvación?

Todo esto es un recoger información, es un almacenar para la llegada del momento de ponerlo en funsión. Esto supone entonces tres momentos de desarrollo en la actitud meditatio;

    1. Aquello que encontré como la idea central, lo que es individual en cada persona; ¿Qué significa para mí? ¿Por qué las considero importantes?

    2. Las interiorizo, las llevo por la gracia a mi mente y de ahí a mi corazón. Se hacen unas en mi propio ser. ¿Qué es lo que siento con esto? ¿Cómo cambia mi vida?

    3. Me veo a mi mismo, mi vida, mi historia y toda la historia a la luz de esas Palabras. ¿Que me sugiere esto? ¿Que es lo que me pide o que es lo que me exige?

Ahora debemos comprender en nuestro propio ser, en nuestra propia experiencia, por convencimiento propio que las Palabras de Dios son solo una Palabra; el Verbo Encarnado: Jesús. Entonces medito, reflexiono, razono y pienso solo en Jesús, que en definitiva se descubre a sí mismo en toda la Escritura. Es así como meditamos, viendo en cada palabra, en cada frase, en cada oración, en cada párrafo, en cada historia, crónica, poema, o sentencia bíblica una foto autografiada de Cristo. Esa es nuestra fe, que no es bíblica sino cristocéntrica. ¡Ahh! ¿y que hacemos en consecuencia? Damos gracias a Dios en la oración, lo cual veremos el lunes. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 12:54 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
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Hola Albert!

Muchas gracias por todo esto que generosamente nos compartes.

Hay un par de inquietudes que me surgen, pero creo que mejor voy a esperar a que termines....me imagino que en la descripciòn de las actitudes que faltan voy a encontrar la respuesta.

Un comentario al margen: supongo que cada quièn tendrà su mètodo para no olvidar las cosas. Pero yo, en lo personal, considero ùtil tener a mano un cuaderno para apuntar todo, o la computadora si asì se prefiere. Porque asumo que los "buenos propòsitos" para aplicar en nuestra vida creceràn en nùmero, en la medida en la que nuestras experiencias en lectio divina aumenten. Asì en cualquier momento se puede volver atràs y recordar, y tambièn porque un mismo pasaje nos puede provocar muchas distintas reflexiones y propòsitos en nuestra vida. Es esto asì?

De nuevo muchas gracias, Albert. Te sigo leyendo y sigo aprendiendo. Dios te bendiga.

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Albert
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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 1:20 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
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Hermana Lula:

¡Paz y bien!

En efecto, un mismo texto puede suponer reflexiones distintas a propósito de nuestras experiencias de vida. Eso nos pasa cuando escuchamos en la homilia las reflexiones del Sacerdote relacionadas a cualquier texto, mientras más años llevemos escuchándolas, más notaremos que siempre se nos explica algo nuevo, algo vigente, y algo que se relaciona directamente con nuestra vida.

La idea de hacer anotaciones es muy buena, simpre que eso te ayude, hay quienen no toman anotaciones y eso también lo respeto. Ya iremos adentrándonos en este mundo ascético y místico. Por lo pronto luego les comparto la actitud de oración. Dios te bendiga.
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Lula
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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 1:29 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
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Muchas gracias, Albert. Dios te siga bendiciendo.
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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 4:01 pm    Asunto: Oración, oratio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

La oración surge de la meditación como una respuesta inmediata. El agradecimiento ante lo experimentado tiene como efecto inmediato la retribución. La actitud de oratio surge cuando lo reflexionado se hace oración en nosotros.

La Palabra de Dios que es vida y espíritu se transforma en fuego que proviene de esa luz que es la Palabra. Es una reacción provocada de manera automática en nosotros, al contacto de esa luz con el pecado. Nos sentimos en la necesidad de pedir perdón. Cuando la Palabra hace ver en mi interior cuantos vacíos de luz existen en el y cuanta necesidad de amor tengo, cuanta falta de humildad y caridad; no se hace esperar la súplica intercesora. Vemos en la Palabra reflexionada a Cristo mismo, al Plan de Salvación, es por ello y sumergidos en esa Verdad que la oración que surge de nuestro interior es como una eucaristía, una alabanza, una acción de gracias, ya que hemos visto que la Palabra de Dios es todo don, toda gracia.

Esa oración espontanea no es superflua, no es utilitarista, ni siquiera funcional, sino gratuita. Se justifica en sí misma y en sí misma tiene sentido de amistad, no para alcanzarla sino para agradecerla.

La oración que surge en esta actitud no es una oración preparada de antemano sino es un reflejo de nuestro sentir. Al escuchar a Dios siempre habrá una reacción. Sería como un proceso de escuchar, indagar sobre lo escuchado, ver, comprender, sentir, querer...ahh y luego hablar, expresar, agradecer. La oratio no se sitúa en la superficialidad de los labios y/o en palabras huecas y sin sentido, sino que se hubica en el fondo mismo del ser humano, en su interior, en su corazón. Esas palabras surgen del dentro de nuestro ser.

La espada que tocó ese nuestro interior nos dejó un surco lastimero que se regenera a sí mismo con la luz sanadora que ahora parte de él. La Palabra escuchada y meditada se hace alimento de la propia oración desde la propia experiencia.

Esa oración surge de diversas maneras dependiendo de la naturaleza misma de quien la promulga, pueden ser susurros, tal vez solo gemidos, quizas un hablar pausado y tenue. Pero también esa misma espontaneidad puede dejar escapar gritos de júbilo. Esa oración va suscitando en nosotros un hambre y sed que la misma experiencia causa. Esa hambre de Dios esa sed de su agua viva no se apaga con la oración espontanea en la actitud oratio, todo lo contrario esa necesidad y deseo se acrecientan. Ese insaciabilidad puede tender a un peligro, por lo que les advierto. No escudriñemos tanto en el pecado que fue tocado por la Palabra, si bien es necesario examinar nuestra conciencia, también es una verdad inmutable que el pasado ya no nos compete sino el presente, en la consecución de un mejor mañana. Entonces no nos quedemos en el pasado sino mierémos hacia un futuro pleno en compañía de Jesucristo, ya no viendo el pecado pasado, sino mirando las enmiendas en nuestra vida para evitar caer de nuevo en él. Asumamos la Misericordia divina sumergiéndonos en ella.

"Olvidando lo que dejé atrás, me lanzo hacia delante, por ver si consigo alcanzar Aquel por quien he sido alcanzado"

Filipenses 3, 12-14:
No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.

Entonces la oratio no es una actitud ficticia sino legítima nace cuando a la luz de la Palabra vemos la nesecidad de ayuda y pedimos esa ayuda sin fómulas preconcebidas sino con la espontaneidad que denota la reflexión y la experiencia que supone la Palabra de Dios en nuestro ser. Surge como expresión de alabanza, de admiración, de asombro a Aquel que nos libera rompiendo con el filo de su Palabra las ataduras del pecado en nuestro interior.

La oración puede ser corta, o larga y eso dependerá del nivel de sanación obtenido. Puede llevar palabras en ella o solo gemidos pero nacerá del alma para preparar a ésta a la conmtemplación de Dios que ha causado en nosotros tal estado de agradecimiento. Esta oración será como pasearnos por las praderas del cielo en la espera de ser invitados a sus jardines. Preparados para contemplar todo aquello que acabamos de sentir. Ya en este estado estamos inmersos en una mística difícil de alcanzar de otro modo. La contemplación nos llama, y la verémos mañana. Dios les bendiga.
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Rocío Hernández
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MensajePublicado: Lun Mar 12, 2007 8:12 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
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Maru Courtney escribió:
Aqui sigo atenta, escuchando y tratando de aprender!



Me too !!
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Señor Jesús, te pido por tus sacerdotes...
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Albert
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MensajePublicado: Mar Mar 13, 2007 3:49 pm    Asunto: Contamplación, Contemplatio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Llegamos al tope del Intinerario de Lectio Divina, el tope de las actitudes lo es la contemplatio. Este es el peldaño más alto en la escalera de la mística de la Lectio Divina. La oración que surge de manera espontanea luego de la medatio, de igual forma nos trae a la contemplatio de manera espontanea. Ya hemos visto desde la Palabra hablada y escuchada a Aquel que me habla, la meditatio nos llevó a la oratio en la que el modo de ver las cosas cambia drásticamente, cuando hacemos Lectio Divina por primera vez, cambia toda la forma en que hemos visto la vida antes de ese día. Cambiamos también la mirada sobre nosotros mismos, pero en esta actitud, frente a Dios que nos habla quedamos sin mirada, ciegos y de rodillas. La oratio nos ha llevado a la contemplación.

Es aquí que hemos perdido casi el sentido de todo lo que nos rodea, estamos inmersos en Dios y en aquella Palabra escuchada. Aquí descubrimos el sentido profundo y último de todo lo que existe. Se pierde toda noción de tiempo, no podemos distinguir entre presente, pasado y futuro porque esas nociones pasan a ser superfluas. Estamos en el misterio que es Dios, frente a Él, llenos de Él, inundados en Él, la inmensa alegría nos obliga, si no estamos ya, a caer de rodillas. Pasamos de estar en los derredores de las puertas del cielo a ver las puertas abiertas para nosotros. Ya lo decía Jesús, "el que llama a la puerta se le abrirá"

Lucas 11, 9-10:

Yo os digo: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Leamos con detenimiento lo que San Pablo decía a los Efesios en el capítulo tres de la epístola versíciulos 14 al 19 y comprendsamos las implicasiones de esos dichos a la luz de este estado de contemplatio:

Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.

Comprenderemos esa longitud, esa anchura, esa profundidad, esa altura, pero no podremos explicarlo, no tendremos la autoridad para enunciarlo, no tendremos la necesaria cátedra instructiva, ni la erudicción literaria suficiente para explicar esto que estaremos viviendo. Percibirémos la realidad divina y todo lo demás se aquieta. Frente a Dios todo lo existente, incluyendo nuestros sentidos, parecieran desaparecer o fundirse, no es una quietud molinista, es una pasividad de todo actuar por correspondencia a la oración misma como tope de esa oración. Es una admiración tal de ser partícipes del Reino, que no es un lugar sino una experiencia inexplicable, que de alguna manera paraliza todo lo que consideramos físico y vamos más allá, por ello les decía que es una experiencia metafísica.

Uno de los autores que mejor a podido plasmar en papel lo que la contemplatio consiste, lo es el Cardenal Martini, arzobispo emérito de Milán, descrito por el propio Papa, Benedicto XVI como «un verdadero maestro de la “Lectio divina”», expresa lo siguiente:

"La contemplatio es, en parte, ejercicio activo, adorante y amante y, en parte, ejercicio pasivo, espacio dado al Espíritu de Cristo para que en nosotros adore, alabe y glorifique al Padre. El don infuso de caridad está germinalmente presente, como sabemos en todo bautizado. Sin embargo, muy a menudo no tiene un espacio expresivo, es decir, un espacio corpóreo, mental y estructural: la contemplatio es precisamente el momento en que damos espacio corpóreo al Espíritu Santo. Por eso podemos llamarla también "conversión" del hombre, que se vuelve completamente hacia Dios, que lo elige constantemente, atraído por El, que lo ama con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas elevadas sobrenaturalmente por el Espíritu"

Uno de las meditaciones que ejercemos en Cursillos es sobre las miradas, ¿cómo me veo, cómo me ven los demás, cómo me ve Dios? En la contemplación las miradas se funden, la de Dios con la mía, se encuentran en un estado del alma tal que pareciera que estamos solos con Él. Él te mira, y tu le miras a Él, pero en una manera distinta a la usual, es una mirada mística. El Catecismo de la Iglesia Católica dice lo siguiente relacionado a la contemplación:

CIC 2715
"la contemplación es mirada de fe, fijada en Jesús. "Yo le miro y él me mira" decía a su santo cura un campesino de Ars que oraba ante el Sagrario. Esta atención a El es renuncia a "mí". Su mirada purifica el corazón. La luz de la mirada de Jesús ilumina los ojos de nuestro corazón; nos enseña a ver todo a la luz de su verdad y de su compasión por todos los hombres. La contemplación dirige también su mirada a los misterios de la vida de Cristo. Aprende así el conocimiento interno del Señor para amarle y seguirle".


En ese estado, la mirada de Dios se funde tanto en la nuestra que nos vemos con los ojos de Cristo, vemos nuestro interior y vemos aquello que acabamos de escuchar de manera inequívoca y única desde el misterio de Cristo mismo. Nos adentramos en su propio ser y sentimos el corazón arder de alegría. Entonces comenzamos un proceso de bajada, comenzamos el descenso de la montaña, no podemos quedarnos ahí, como no se quedaron Pedro, Juan y Santiago en el monte de la Trasfiguración con Cristo, debemos descender y comenzamos ese descenso preguntando; ¿qué me quizo decir Jesús con todo esto que acabo de experimentar? En ello comenzamos la discretio, el dicernimiento, que con el favor de Dios veremos mañana. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Mie Mar 14, 2007 3:02 am    Asunto:
Tema: Lectio Divina
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Hermano Albert

¡Excelente tema!

El año pasado he conocido esta forma de oración, me gusto mucho.

Gracias por exponerlo Very Happy

Bendiciones

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Claudia

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MensajePublicado: Mie Mar 14, 2007 2:06 pm    Asunto: Dicernimiento, Discretio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Como habrán notado cada peldaño de esta escalera que supone el intenerario de Lectio Divina se intercala con el otro. Pero si nos fijamos más a fondo todos van sucediendo casi al unísono. El dicernimiento debe haber comenzado a ser parte de esta estupenda manera de oración y meditación de la Palabra de Dios desde el inicio de la lectura. Cada ser humano es único y su manera de ver la conexión divino-humana que supone la Encarnación es tan única como el mismo. Por lo tanto ese dicernimiento debe partir de la experiencia personal de cada uno. Podríamos llamar dicernimiento a la capacidad de elección entre dos o más aspectos vivienciales conforme a la voluntad de Cristo. Siempre esta pregunta es de estupenda guia para ello; ¿Cómo lo haría Jesús?

Cada opción de vida en conformidad con el Plan de Salvación responde a nuestras muy personales circustancias y en redundancia esas personales circustancias deben ser consecuentes con el Plan de Salvación. No podemos, ni debemos actuar de otra manera.

En el dicernimiento entonces interpretamos, reinterpretamos, leemos y releemos, la Palabra de Dios en la situación concreta de nuestra existencia hoy, no ayer, no mañana, sino hoy. Ese hoy constantemente cambia por tanto esa interpretación primera que hayamos podido hacer de la Parábola del Sembrador, por poner un ejemplo, no me sirve hoy si no la atempero a mi circustancia vivencial de hoy. ¿Qué me dice Jesús hoy?

No podemos ser hipócritas con nosotros mismos, debemos ser genuinos, maduros, flexibles. No podemos sacar conclusiones automáticas, mecánicas, rígidas, matemáticas. No podemos pensar, "ya esto lo leí y lo entiendo perfectamente". No, eso es un error. Debemos mirar más allá de las palabras escritas y ver que me exige el Espíritu, que me pide, que me reclama hoy, en aquello que yo ya había leído. Cada letra debe sucitar en nosotros una experiencia nueva a pesar de ser un pasaje ya visto con anterioridad. En esta actitud de dicernimiento esas palabras deben paracer nuevas para nosotros, debemos concentrarnos en ver que eso que está escrito fue escrito para mi. El mensaje tiene una significancia personal en mi historia, en mi presente, en mi hoy, y debo descubrirlo.

Recordamos que en la statio habíamos rezado reclamando al Espíritu, luz y fuerza; los dos aspectos son ecenciales en el discretio. Con la luz veremos con claridad que se nos dice, y con la fuerza tendremos impulso y corje para aplicarlo a mi vida aunque eso cueste lágrimas. Y les aseguro que solo con lágrimas se paga la sanación del alma. No podemos quedarnos en el mundo con las vivencias del mundo, debemos transformar nuestro mundo a la vivencia en Cristo. Dice san Pablo a los Romanos:

Romanos 12, 2
No os acomodéis al mundo presente; antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la Voluntad de Dios, lo bueno, lo agradable, lo perfecto.


Ser hipócritas sería asumir que porque Dios siempre te habla, significa que Dios me dijo esto o que Dios me dijo aquello, cuando en verdad surge de tu mente sin ser dicernido. El dicernimiento nos asegura la Voluntad de Dios, de otro modo estaríamos buscando un falso misticismo, una falsa ascética. Cierto es que Dios nos habla siempre, pero debemos saber cuál es su voluntad. Para ello debemos dicernir.

Estando en contemplación pudimos sentir, ver y experimentar a Dios en nuestra vida, en ese instante que pareciera eterno, ahora nos toca bajar de la montaña dicerniendo esa experiencia a la luz del Magisterio y a la luz de mi realidad vivencial. Pero debemos tener claro que la discretio debe estar presente a lo largo de todo el proceso, no es un tiempo distinto, sino una constante argumentación entre lo que Dios dice y lo que tu entiendes. Deben estar en concordancia siempre esas dos vertientes, lo que Dios dice debe ser exactamente lo que tu entiendes, de lo contrario entraríamos en muchísimos errores interpretativos, por ello debemos estar concientes de toda la Revelación, de nuestro propio existir en el hoy y de la Voluntad de Dios. Aquello que entendamos no puede apartarnos de esa realidad en la que vivimos, sino hacer esa realidad voluntad de Dios, no puede quitarnos la paz sino hacerce paz en nosotros, no puede desviarnos de la Doctrina sino incertarnos más en ella.

Una vez dicernido el mensaje, si lo hemos hecho en grupo o aun habiéndolo hecho de forma individual lo que sugiere la lectio divina como consecuencia inmediata al dicernimiento es comunicar lo dicernido, cada uno debe haber dicernido algo distinto, y eso no sugiere que el dicernimiento de aquel sea mejor que el mío y que yo debo seguir el dicernimiento de aquella porque me pareció más acertado. No, lo que yo dicerní es la voluntad de Dios en mi propia experiencia, no en la de los demás. Tengamos eso presente en el momento de la collatio que veremos mañana. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Jue Mar 15, 2007 2:58 pm    Asunto: Intercomunicación, Collatio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Estamos ya en las postrimerías del Itinerario de la Lectio Divina. La actitud collatio, que no es otra cosa que la comunicasión de la Palabra y de la vivencia como testimonio de fe.

A estas alturas quiciera hablarles que las posibilidades de efectaur la Lectio Divina tiene tres vertientes, en grupo con dirigente, en grupo individualizados, y de forma individual. Cuando lo hacemos en grupo con un dirigente, es este quien da lectura a la Palabra y los demás la siguen en la escucha pero leyendo la misma lectura al unísono en silencio. En los grups individualizados cada participante lee la misma lectura en un rincón, cuarto o celda, o en cualquier lugar a parte del resto. La manera induvidual no necesita explicasión. Lo hacemos solos con Cristo.

Teniendo eso claro, prosigamos. Esta actitud es la oportunidad de responder a la Palabra. Responderla en el diálogo con los hermanos, independientemente de que se haya practicado en soledad, lo vivido debemos compartirlo.

Cuando lo hacemos en cualquiera de las dos modalidades grupales este es el momento en que todos se reunen para el diálogo fraterno y el cambio de impresiones, sin menoscabo a los dicernimientos de cada quien es necesaria la precencia de un dirigente que puede canalizar esas interpretaciones haciendo las aclaraciones necesarias, si alguna, a la luz de la Doctrina. Los canticos de alabanza son bienvenidos en este momento de la asamblea.

Entonces, aquí cabe una explicasión a la luz de un pensamiento de Maru en un tema sobre seguir la frase en el que ella "inspirada por el Espíritu Santo" dijo que la Misericordia Divina nos hace partícipes de la Eucaristía. La Palabra de Dios es Pan de Vida, ese compartir el pan que supone la Eucaristía, tiene unos lazos muy cercanos a esta actitud collatio. Compartir la Palabra es como compartir el pan Eucarístico, y es por la comunión con los hermanos que somos partícipes de esa Eucaristía que se nos ofrece en Cristo Jesús en la Santa Misa. En la collatio estamos en asamblea con los hermanos y en comunión con ellos, luego de la Lectio Divina y en la comprensión que la Palabra es Cristo nos compartimos unos a otros esa Palabra que es Cristo, Pan de Vida. Esa Palabra se hace místicamente Eucaristía en nosotros. Pero ojo que no estoy diciendo que se sustituye la Comunión con este gesto cuminitario, sino que se simboliza la Eucaristía en el compartir la Palabra. Cristo que es Eucaristía se hace presente en medio de la asamblea para ser compartido por todos los presentes.

Compartir la Palabra es un regocijo en quienes nos gozamos en ella. Ella supone a lo largo de la Lectio Divina un cambio de actitud, una transformación del ser, un dejar el hombre viejo para el resurgimiento del nuevo, tal como ocurre en el Bautismo. Renovados en Cristo tal como un Bautismo, llenos de alegría y amor, sanados en lo interno, curados en lo externo, nos proponemos a actuar en consecuancia. Así lo quiera Dios. Este actuar en concecancia lo veremos mañana. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Jue Mar 15, 2007 3:53 pm    Asunto: Re: Intercomunicación, Collatio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Solo para hacer una aclaración, yo dije:

Albert escribió:
Entonces, aquí cabe una explicasión a la luz de un pensamiento de Maru en un tema sobre seguir la frase en el que ella "inspirada por el Espíritu Santo" dijo que la Misericordia Divina nos hace partícipes de la Eucaristía.


La frace de Maru realmente fue:

"Gracias por Tu gran misericordia que nos hace partícipes de la encarnacion"

No obstante, la Encarnación y la Eucaristía son dos vertientes de un mismo misterio. Por tanto la expresión que hiciera sobre la collatio no pierde su sentido. Dios les bendiga.
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MensajePublicado: Vie Mar 16, 2007 2:27 pm    Asunto: Respuesta, Actio
Tema: Lectio Divina
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Herman@s:

¡Paz y bien!

Esta es la parte final de los peldaños en el Itinerario de la Lectio Divina, que equivaldría al envío que ocurre en cada Misa. Es hora de actuar en consecuencia.

La respuesta que se denota de cada Lectio Divina desde la Contemplatio no se queda en la Collatio sino que la trasciende. Es un paso desde la Lectio Divina a la vida cotidiana. Como diríamos en Cursillos y en la Orden Franciscana; del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio.

Es hora de bajar de la montaña y enfrentar el mundo que sigue ahí. Debemos poder cambiar nuestro mundo, comenzando por hacer a todos partícipes del cambio que en cada uno de nosotros se ha sucitado. La imagen y semejanza de Dios que nos describe desde el Génesis comienza a hacerse patente en nosotros en la medida que la Palabra de Dios, la Fuente de la Vida misma se hace presente y nos va transformando de ser "yo" a ser un Cristo. Es Cristo quien se va manifestando en nosotros poco a poco conformandonos literalmente en esa imagen y semejanza suya. No es que la Palabra haya habitado en nosotros en ese instante solemne de la contamplatio, sino que habita a partir de ese momento en nosotros y nos habilita a ser palabra en nosotros mismos conformandonos en Cristo para ser signos vivientes de ese amor insondable de Dios al mundo.

Ya en la oratio emprendimos ese camino de no regreso a la Casa del Padre, para estar con Dios. Y ese encuentro fue real, estuvimos, y estamos con Él, y sabemos que Él es todo y en todos, entonces en el encuentro con el prójimo nos encontrarémos de nuevo con Dios. El autentico encuentro con Dios desemboca en el encuentro con los hermanos.

Entraremos ahora en un encuentro con el mundo, y lo vemos distinto pues nosotros somos distintos, constituidos palabra en nsotros mismos chocamos con la palabra del mundo y vemos como esa palabra del mundo se desvanece ante la Palabra en la que hemos sido forjados como se derrite el hierro ante el fuego.

Es que la Palabra se ha hecho una incandecencia que nos ilumina y nos quema al mismo tiempo. Tal como los primeros convertidos en Jerusalem por la proclamación de Pedro y los Apóstoles estamos compungidos de corazón y nos preguntamos; ¿y ahora qué tenemos que hacer? (ver Hechos 2, 37-ss) Esa pregunta es la iniciadora de la acción.

¿Qué hacer? Pues cumplir con la Palabra en consecusión de la Revelación entera de dos formas y solo de dos formas posibles. Partiendo del amor y llevando a toda criatura la buena nueva de Dios. ¿Cómo entonces llevar a otros aquello que yo comprendí estando en metitatio y contemplatio? Pues cumpliendo la Palabra misma; no todo el que dice Señor Señor entrará al Reino de los cielos sino el que cumple su Palabra, y cumplir la Palabra es hacer la voluntad de Dios. La Palabra de Dios, dice la Escritura, es como la lluvia que cae del cielo y empapa la tierra, y no vuelve al cielo sin haber producido fruto. Entonces toda Palabra debe tener una respuesta, la oración no puede quedarse en solo oración, debe llevar intrísecamente una proyección fraterna de lo contrario denotaría falsedad. Esto es que la Palabra que sucita oración debe transformarse en obras. Se nos debe notar la cristiandad, y la cristiandad no es ser cristianos sino ser configurados en Cristo que vino a servir y no a ser servido.

Espero herman@s que mi humilde adaptación de lo que he aprendido de la Lectio Divina les sea de ayuda en este camino hermoso de la fe, y que puedan sacar el mayor provecho posible de él. Siempre tomando acción consecuente a esta fe. La fe sin obras es una fe muerta. Dios les colme de bendiciones.


PD estoy disponible a aclarar dudas si es que las tuvieran, queden en la Paz de Cristo.
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Transfíge, dulcíssime Dómine Jesu
Albert González Villanueva, OFS
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MensajePublicado: Vie Mar 16, 2007 3:42 pm    Asunto:
Tema: Lectio Divina
Responder citando

Albert:

Muchas gracias por tu generosidad y el tiempo que te tomaste para hacernos el regalo de compartir esto con nosotros.

Es muy valioso.....qùe màs que ir poniendo todo lo que estè de nuestra parte para ir desapareciendo y que sea El quien crezca en nosotros de conformidad con Su Voluntad. Que Dios nos ayude para poner en pràctica lo que nos has compartido, para bien de nuestra alma y del alma de todos los demàs y, sobre todo, para Gloria de Dios.

Me encantò esto que dijiste al final, y que es tan cierto:



Cita:
Se nos debe notar la cristiandad, y la cristiandad no es ser cristianos sino ser configurados en Cristo...



Que Dios nos ayude a todos, y te bendiga a ti abundantemente. De nuevo muchas gracias.
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