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Tertuliano

 
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Autor Mensaje
Leandro del Santo Rosario
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Registrado: 24 Mar 2006
Mensajes: 3567
Ubicación: Buenos Aires, Argentina.

MensajePublicado: Mie May 30, 2007 6:49 pm    Asunto: Tertuliano
Tema: Tertuliano
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Durante Audiencia General
El teólogo requiere la humildad de estar con la Iglesia, dice el Papa Benedicto





VATICANO, 30 May. 07 / 09:21 am (ACI).- Durante la Audiencia general de este miércoles, en la que abordó la figura de Tertuliano, el Papa Benedicto XVI destacó que la humildad de estar con la Iglesia es una condición indispensable para el teólogo en la Iglesia.

El Pontífice dedicó una parte de su reflexión al drama humano del famoso apologeta africano nacido el año 150, que luego de convertirse al cristianismo terminó apartándose de la Iglesia por efectos de su inflexibilidad y su subjetivismo.

“Con el transcurso de los años –explicó el Papa- (Tertuliano) se volvió cada vez más exigente con los cristianos”, pretendiendo “en cualquier circunstancia un comportamiento heroico”.

“Pienso mucho en esta gran personalidad moral e intelectual. Se ve que al final le falta la sencillez, la humildad de insertarse en la Iglesia, de aceptar sus debilidades, de ser tolerante con los demás y consigo mismo”, dijo el Pontífice.

“Cuando uno ve solamente la grandeza del pensamiento propio, resulta que es precisamente esa grandeza la que se pierde”.
“La característica esencial de un gran teólogo consiste en la humildad de estar con la Iglesia, de aceptar sus debilidades y las propias, porque solo Dios es realmente santo. En cambio, nosotros, necesitamos siempre que nos perdonen”, señaló el Pontífice.
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Leandro del Santo Rosario
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Registrado: 24 Mar 2006
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Ubicación: Buenos Aires, Argentina.

MensajePublicado: Mie May 30, 2007 6:50 pm    Asunto:
Tema: Tertuliano
Responder citando

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=17091&PHPSESSID=a385dbbf4d5f102dab85299d67423100
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Registrado: 22 May 2007
Mensajes: 465
Ubicación: Puerto España

MensajePublicado: Vie Jun 01, 2007 2:37 pm    Asunto:
Tema: Tertuliano
Responder citando

Con permiso de mi amigo Roncalli y para completar lo expuesto por Leandro creo que viene a cuento algo que escribí hace tiempo sobre El Rigor, esta vez aquí representado por Tertuliano, que es el enemigo directo del perdón.
Esquema

Introducción: En el ser humano hay un hálito de Dios, de la realidad de Dios, que conocemos como espíritu, el cual consta de tres atributos esenciales: El amor, la libertad y la verdad. Este espíritu por pertenecer a una realidad diferente sabe cosas diversas a las que conoce el alma humana, esta es la razón por la cual tiende a ponerse en contacto con ella a través de tres virtudes o poderes: La fe, la esperanza y la caridad.
El alma es la característica substancial del ser humano, pertenece a la realidad creada por Dios, en ella radica el gobierno del hombre y es el centro de relación con sus otras realidades: el cuerpo y las circunstancias.
Para cumplir con tal misión posee tres potencias: La inteligencia, La voluntad y la emoción que de alguna manera están homologadas con los atributos del espíritu: la verdad, la libertad y el amor respectivamente.

Concepto: Este esquema está basado en el pasaje de la conversión de la samaritana (Jn 4, 4-42) que de ser una mujer sin rumbo y con graves problemas personales, se vuelve, a través de un proceso de espiritualización que aquí se analiza, en el apóstol ideal de Jesucristo, con una vida plena y satisfactoria dirigida hacia la construcción del Reino de Dios en la tierra.

Mecánica: El espíritu, por medio de la fe, se comunica con la inteligencia del alma humana. Para que esto ocurra es indispensable que la inteligencia se encuentre en estado de humildad, condición única que permite tal comunicación.
En el orden de la caridad el espíritu se pone en contacto con una inteligencia benevolente, condición también imprescindible para este efecto.
Y en cuanto a la esperanza el espíritu necesita de una inteligencia sincera.
Ante estas comunicaciones entabladas de manera inconfundible, el alma responde por medio de la voluntad:
En el terreno de la fe, con la oración.
En el campo de la caridad la voluntad del alma responde con la formación de la conciencia en el amor.
Y en el ámbito de la esperanza con la acción de vida.
El espíritu devuelve al alma en lo tocante a la potencia de la emoción, fervor en cuanto a la fe; gusto por los demás en la caridad y confianza en la esperanza.
De esta manera concluye un primer ciclo de espiritualidad, al que se considera como espiritualidad del catecúmeno.
La persona ya está preparada para entrar al ciclo de espiritualidad del cristiano, para tal empleo es necesario que el fiel, se comprometa con su flamante fe y se bautice. Un buen cristiano en esta etapa debe ejercitar la virtud de la prudencia.
Para avanzar en la caridad tiene que poder convertir el gusto por las personas en amistad, condición forzosa para entender y vivir la Santa Eucaristía, además de ejercitarse en la templanza.
Sobre la esperanza el cristiano tiene que poder definir su vocación, tomar estado de la vida sexual, y ejercitar la paciencia.
Así se entra al ciclo de la espiritualidad al que tienen derecho los bautizados.
El espíritu responde a estas acciones del alma iluminando su inteligencia con tres haberes exquisitos: La sabiduría en la fe; la justicia en la caridad y la autenticidad en la esperanza.
Y exige del alma una voluntad de perseverancia en la fe, de servicio en la caridad y de vigilancia en la esperanza para otorgar de regreso los sublimes sentimientos de valentía, paz y alegría. De este modo se culmina el ciclo de la espiritualidad del cristiano, quien puede comprobar su avance midiendo sus haberes exquisitos y sus sentimientos sublimes.
Para entrar al tercer ciclo que está dedicado a aquellos que pretendan ser perfectos:
En la fe, debe creer, conocer y enfrentarse a la Palabra de Dios, a la Revelación de Jesucristo como Hijo de Dios.
Ser y estar consciente de su renacimiento bautismal, de su verdadera filiación divina para entablar una relación cercana, íntima y cálida con Dios Padre como papá.
Los perfectos en la caridad deben amar la Palabra de Dios, en la sapiencia compasiva de Jesucristo como Hijo del Hombre, buscar a toda costa la dilección por Él y ser dilectos para Él, ser verdaderos amigos dilectos del Jesús histórico, de Jesús de Nazaret, del Jesús de la Cruz.
Y esperar en la Palabra de Dios, en Jesucristo como Mesías, como Caudillo, Maestro e Inaugurador del Reino de los Cielos en la tierra. Ser discípulo suyo, creer y entender su doctrina, para poder decir: "Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí."
El tercer grado en la fe comienza por la iluminación especial que el espíritu hace en la inteligencia y le indica la religión a seguir, que en resumen consiste en la liga personal con Dios y en un método objetivo que permita valorar esta relación.
La exigencia a la voluntad del perfecto es una fidelidad absoluta a Dios y a la liga con Él.
En cuanto a la emoción se debe alcanzar el supremo sentimiento de piedad.
Para la perfección en la caridad el fiel debe salir de sí mismo, ser y hacer iglesia, su voluntad debe ser la concordia, que viene a ser la voluntad de voluntades en ese flamante "nosotros", y alcanzar el supremo sentimiento de la misericordia.
En la esperanza, el discipulado con el Mesías nos debe enraizar en la comprensión del Reino de Dios, ser apóstol de este Reino y alcanzar el supremo sentimiento del perdón.
Así finaliza el curso de espiritualidad que si se ha llevado con perseverancia, vigilancia y servicio nos encontrará con Jesucristo camino, vencedor del pecado, con Jesucristo verdad vencedor de la Ley y Jesucristo vida vencedor de la muerte.

Cristianología: Este esquema en lo referente a los niveles está inspirado en el pasaje conocido como el del Funcionario Real (Jn 4, 46-54) y está apoyado en los siguientes trozos de san Pablo: (1 Cor, 5 y 2, 6-16) (Rom 15, 14) (Fil 3, 15) (Col 1, 28) (Hebr, 6,1-2)
Sobre lo referente a la perfección: (Mt 5, 48) (1Pe 3,9) (2 Cor 13, 9 y 11) (Fil, 3, 12-15) (Col 1, 28) (Col 3, 14)

Espíritu

Definición: Ser inmaterial y dotado de razón.

Concepto: Es la realidad del hombre que lo asemeja a Dios. Es el regalo magnífico de la realidad divina que Dios le otorga al hombre. Es un misterio profundo que nos hace ser como Dios, sus hijos reales y herederos de su gloria y de su eternidad. Es distinto al alma, realidades diferentes.

Mecánica: El espíritu, que es el sitio donde radica la persona, busca un encuentro con el alma. Las características esenciales de toda persona, humana o divina, consisten en:
1) La libertad, por la cual la persona, divina o humana, es responsable de sus actos y por consiguiente dueña de sí misma.
2) El amor, con sus dos cualidades substanciales a) La de entrega de sí misma, por propia voluntad, a un otro distinto a ella y b) La de unidad, que mantiene a la persona humana individida con sus otras naturalezas: Alma, cuerpo y circunstancias. O, el amor, en el caso de la Trinidad Divina es lo que la mantiene indivisa en y con sus personas.
3) La verdad o sea la capacidad de ser verdadero y veraz, poder verificar sus actos y su existencia.
El alma humana está conformada de acuerdo a su espíritu y de alguna manera se pueden homologar sus potencias con las características espirituales:
La posesión o búsqueda de la verdad encuentra en la inteligencia su primero y principal interlocutor. La libertad, a su vez lo encuentra en la voluntad y el amor en la emoción.
El espíritu para relacionarse con el alma cuenta, además, con tres virtudes o poderes que emanan de su ser, son:
a) La fe por la cual reconoce su procedencia.
b) La esperanza por la cual vislumbra su destino.
c) La caridad por la cual aquilata los espíritus de sus semejantes y tiende a la unión con ellos. Por el espíritu, el ser humano es persona. Por su procedencia y por el reconocimiento de ella (fe) el hombre es hijo de Dios. (1 Jn 3, 1) (Jn 1, 12-13)
El espíritu humano pertenece a la realidad divina por lo tanto no es afectado ni por el tiempo, ni por la materia, ni por las circunstancias, ni por la muerte, ergo es eterno (esperanza). Tiene una tremenda fuerza unificadora consigo mismo, con sus semejantes y con su creador (caridad).

Cristianología: La división entre espíritu y alma data desde los primeros pasos de cristianismo y Pablo es un decidido defensor de ella los textos (1 Tes 5, 23; 1 Cor 14, 14; 1 Cor 15, 44; Hebr 4, 2) lo aclaran determinantemente. Mucho tiempo después fue cuando la predicación oficial de la Iglesia Católica influida por la filosofía griega toma como sinónimos alma y espíritu lo cual no debe ser: Dios es Espíritu (Jn 4, 24) pero no es alma, ni nunca nadie se ha referido a Él como Alma Divina. El espíritu es la realidad proveniente directamente de Dios (Gen 2, 7); es distinta del alma (1 tes 5, 23) es la que lo hace imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 26) (Jn 4, 24).

Ampliación: El espíritu para comunicarse con el alma tiene tres virtudes: La fe por la cual conoce su procedencia, la esperanza por la cual intuye su destino final y la caridad por la cual se percata de que no está solo, de que hay otros como él y los reconoce.
Por la fe sabe quien es su padre, (1 Jn 3, 1) y (Jn 1, 12-13) por la caridad sabe quienes son sus hermanos (1 Jn 3, 1-21) y por la esperanza sabe a donde va. (Lc 17, 20-21) (Mt 13, 51-52) Esta sapiencia es imperativo transmitirla al alma y para poderlo hacer necesita que su alma se encuentre abierta y en un estado propicio para percibir primero y entender después las "ondas espirituales". Esos estados intelectuales son: a) La humildad para tratar con la fe. b) La sinceridad para tratar con la esperanza y c) la benevolencia para hacerlo con la caridad.
El espíritu pertenece a la realidad divina, a lo sin tiempo, por lo que no es afectado por éste. La persona humana gracias al espíritu es la misma independientemente de la edad; el paso del tiempo no modifica el yo personal. Ni la materia lo altera, la condición del cuerpo sano o enfermo, grande o chiquito, completo o no, tampoco modifica el yo personal.
Las circunstancias cualesquiera que sean no cambian al yo. Ej.: Es la misma persona un niño de dos años nacido en Noruega que ese individuo 80 años después en Venezuela. A este hombre le ha cambiado notoriamente su cuerpo pesaba 20 kgs y ahora pesa 90, medía 85 cms. y ahora mide 1.90, sus células se han muerto por generaciones, lo han operado extirpándole algunos órganos y sin embargo es la misma persona.
Su pensamiento y sus posiciones ideológicas también han sido modificadas muchas veces: Primero fue protestante, luego se hizo marxista y ateo, cambió más tarde a capitalista, con posterioridad se hizo católico, no obstante es la misma persona.
Sus circunstancias también han cambiado es otro el paisaje, el clima, el idioma, se ha casado tres veces y sigue siendo la misma persona.
Esto nos lleva a aceptar que la muerte tampoco podrá modificar el espíritu, ésta es la esperanza (Lc 23, 43). El espíritu posee una tremenda fuerza unificadora que lo hace uno con su alma, su cuerpo y sus circunstancias y lo conduce a ser uno con sus congéneres y con su creador (Jn 17, 23). El espíritu humano es semejante pero distinto al Espíritu de Dios la diferencia principal está en que es limitado. Jesucristo tuvo alma, cuerpo y circunstancias humanas (Magisterio de la Iglesia) que lo hicieron un hombre auténtico pero retuvo el Espíritu ilimitado de Dios (Jn 3, 34). El espíritu humano puede unirse al Espíritu de Dios (Rom 8, 16) y ser uno con Él (Jn 17, 20-26).

Amor

Definición: Afecto por el cual busca el ánimo el bien verdadero o imaginado y apetece gozarlo. O pasión que atrae a un sexo hacia el otro.

Concepto: A) En lo tocante al espíritu: Facultad por la cual una persona puede darse a otro y atributo por el que una persona mantiene la unidad de sí misma y puede a su vez unificarse con el espíritu de otra persona para alcanzar una otra unidad verdadera (Mt 19, 6). Sin esta facultad un ser no puede ser persona.
B) En lo tocante al alma: Buscar de manera prioritaria el bien de otra alma y poder participar de este bien, se trata de una acción integral del individuo en el que participan su inteligencia, su voluntad y su emoción, es distinta al enamoramiento que resulta ser la fascinación sentimental por otra alma.
C) En lo tocante al cuerpo: Unión física, sexual y exclusiva con otro cuerpo de sexo contrario (Efe 5, 31). También aquí se trata de una acción integral donde intervienen todas las potencias de la persona, no se debe confundir con la pasión carnal donde es una acción instintiva dominada por el sentimiento del deseo y no está gobernada por la inteligencia humana.

Mecánica: El amor es una de las tres características que conforman a las personas espirituales, las otras dos son: la libertad y la verdad. Podemos decir que Dios es Amor porque estamos hablando de una persona. El ser humano como reflejo de Dios, es también un ser amoroso. Y en esto radica su realización plena, cuanto más amoroso sea se parecerá más a Dios y alcanzará con mayor calidad y presteza el fin para el cual fue creado. Unidad y entrega son las divisas singulares del amor.

Cristianología: El amor es el vínculo de la perfección (Col 3, 14). Hay que hacerlo todo con amor, hay que vivir en el amor (1 Cor 16, 14; Efe 5, 2) La doctrina de Jesucristo está basada en el amor y tal vez solamente en el amor, para entenderlo es necesario leer el evangelio de san Juan, pero antes la primera epístola de Juan. Allí se descubre la esencia íntima de las palabras evangélicas del Mesías. El amor es el centro de la espiritualidad y es lo más excelente de todo (1 Cor 13, 13). Lo más importante para llegar a Dios es amar al ser humano, amarlo hasta dar por él la última gota de la sangre (1Jn 3,16).

Comentario: El esfuerzo por entender lo que es el amor y su práctica debe ser lo medular en este curso de espiritualidad: "Si ustedes tienen una fe como para mover montañas pero no tienen amor de nada les sirve" (1 Cor 13, 1-3).
El amor es la clave de la redención, es la esencia de nuestro ser, es Dios.

Libertad

Definición: Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

Concepto: Característica fundamental de la persona por la cual es dueña de sí misma y responsable de sus actos. Un ser sin libertad no puede considerársele persona. La libertad existe en el ejercicio de esta facultad. La libertad es un bien inexistente cuando solamente está en potencia cuando no se usa. El uso de la libertad invariablemente conlleva un riesgo, cuanto mayor es el riesgo más meritorio es el ejercicio de la libertad. El temor al riesgo paraliza el ejercicio de la libertad y termina por despojar a la persona de sí misma. Ante este vacío hay otros que lo llenan dominando o esclavizando al pusilánime. La libertad que pertenece de hecho al espíritu humano tiene en la voluntad su homólogo del alma humana. Quien no quiere hacer su voluntad termina por hacer lo que a otro le da la gana.

Mecánica: Dios es persona y por lo tanto un ser libre que usa esta potestad, la Creación es una prueba de su uso y del riesgo asumido; por causa de la libertad y del amor, Dios corre el peligro real de complicar su divinidad.
A) Al entregarse todo Él a otro distinto y arriesgar con ello la división de Dios. La dualidad o una divinidad partida entre un Dios del bien y otro Dios del mal.
B) Al hacer la Creación con sus opuestos, corre el riesgo de que estos no regresen a su creador y por lo tanto dejar para siempre, aunque sea en la antirrealidad, seres que no son Dios y que no están en Dios, incluso personas (esto es, la imagen de el infierno). El Padre al ejercitar su libertad provoca, para Él mismo, trastornos enormes y ciertos. El Hijo que no es el Padre aunque también sea Dios, es libre de la misma manera y para usar su libertad y por amor al Padre toma el riesgo, enorme también, de inmergirse como Jesús de Nazaret en la Creación de su Padre que le ha sido regalada. Y para no rivalizar con su Padre y poder divinizar el regalo asume la necesidad de la muerte, allí conscientemente, le entrega a su Padre la Voluntad propia y su Espíritu y con ello la renuncia a ser otro Dios y tiene el peligro cierto de ser abandonado por su Padre (Mt 27, 46-47). La libertad, el amor y la verdad de los acontecimientos son de tal magnitud que superan nuestra intelección, pero Jesús prometió revelarnos la verdad completa a través del Espíritu Santo (Jn 14, 12-16). Sabemos que después de su muerte cierta (Jn 20, 17), resucitó y ha recobrado toda su divinidad, que del abrazo de amor del Padre y el Hijo procede el Espíritu Santo con lo que la unidad de Dios es perfecta verdadera e inconmovible. Pero a Dios le plugo mostrarnos en la forma analítica del tiempo, lo que ocurrió o, quizá mejor, esta ocurriendo en modo sintético en su realidad sin tiempo.

Cristianología: En el cristianismo primitivo la libertad es un bien preciadísimo. "En el Espíritu de Dios se encuentra la libertad" (2 Cor 3, 17). "El cristiano gracias a la libertad está por encima del pecado y de la muerte" (Rom 8, 2). "Para ser libres nos liberó Cristo" (Gal 5, 1; Jn 8, 36) El hombre es una persona, por lo tanto un ser libre que debe obrar con libertad, con responsabilidad de sus acciones, pero sin admitir la parálisis concatenada al pavor al riesgo (Cfr 1Pe 2, 16).

Comentario: La sucesión de actos libres, siempre buscando la verdad, es lo que nos lleva a Dios. La libertad, el amor y la verdad, en el terreno del espíritu no deben estar separados, no pueden ser distintos, deben formar una unidad indivisible al estilo de la Trinidad de Dios.

Verdad

Definición: Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se tiene en la mente. O propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación ninguna. O juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. O calidad de veraz. O Existencia real de una cosa.

Concepto: Característica del espíritu por la cual es, y es siempre el mismo sin modificación alguna, es y puede verificarse como existente, sin este atributo ningún ser es persona. El espíritu como es verdad, sabe lo que es verdad y busca siempre la verdad. Dios es verdad (Jn 7, 28), sabe lo que es verdad y busca la verdad de la persona humana. Dios va primero en la búsqueda y en el encuentro. El hombre puede comunicarse con Dios en espíritu y en verdad (Jn 4, 23). El hombre va a Dios por la verdad (Jn 8, 32; y 1 Tim 2, 4) (Jn 16, 13). El amor debe estar unido a la verdad (1 Jn 3, 18) No puede haber verdad donde no hay amor (Rom 1, 18).

Mecánica: La verdad como característica del espíritu debe ir indefectiblemente de la mano del amor y de la libertad. En el plano analítico de la mente humana la verdad se descompone en verdades y como el número de verdades que componen la verdad es infinito y la mente humana es limitada no le es dado poder comprender la verdad completa. La inteligencia humana busca la verdad, para ello existe, pero sin la ayuda de la fe no puede nunca alcanzarla. La fe ayuda al alma a buscar la verdad en su propio espíritu y entonces proyectarse con voluntad hacia Dios en la oración y emocionalmente con el fervor.
Para el segundo grado ya se cuenta con armas superiores para enfrentarse y entender la verdad con mayor propiedad. Se ha obtenido el haber de la sabiduría cristiana que nos acerca a la verdad de Dios, el haber de la justicia que nos perfecciona en el conocimiento en la verdad de los seres humanos y la autenticidad que mejora la apreciación de la verdad de nosotros mismos.
Para el tercer grado deberemos ya tener un trato con Dios pleno de certidumbre y un discernimiento claro, verdadero y profundo de esta relación.
De la misma manera debe estar muy adelantado nuestro conocimiento sobre el Cuerpo Místico de Cristo y el lugar que en Él ocupamos, así como las realizaciones verdaderas acometidas a favor del Reino de Dios.

Cristianología: Otra de las esencias de la doctrina de Jesucristo. Él vino a traernos la verdad (Jn 18, 37) (Jn 1, 17). Él mismo nos dice quien es la verdad (Jn 14, 6). Para Jesús somos capaces de alcanzar la verdad completa (Jn 16, 12-14). Esta verdad total nos la revelará el Espíritu de Verdad. Este es el Espíritu Santo que en su esencia primera y más profunda es el Espíritu del amor. Para san Agustín: el Padre es el amante, el Hijo es el amado y el Espíritu Santo es el amor. La Verdad solamente es alcanzada a través del Amor y de la Libertad.

Comentario: De nueva cuenta la libertad, el amor y la verdad se nos presentan como tres facetas distintas de una única substantividad, como si la Trinidad de Dios quisiera verse reflejada en el espíritu humano o hubiera dejado su huella sempiterna en nosotros. Es muy difícil, racionalmente hablando, cuando se llega a estos niveles suponer que nuestro espíritu no es de naturaleza divina, o por lo menos que su ser no pertenece a la realidad de Dios.


Fe

Definición: La primera de las tres virtudes teologales: Es una luz y conocimiento sobrenaturales con que sin ver creemos lo que Dios dice y la Iglesia nos propone. O Creencia que se da a las cosas por la autoridad de quien las dice o por la fama pública.

Concepto: La fe es el atributo natural que tiene el espíritu humano de reconocer a su creador. Es un reconocimiento necesario e imperioso que sobrepasa la experiencia corporal y la capacidad intelectual en sus formas: inductiva, deductiva o intuitiva.
Es por tanto una necesidad espiritual que no puede ser satisfecha por la razón.
La fe se ubica dentro del ámbito del espíritu humano y es propia y exclusiva de él.
No tienen fe: Ni Dios, ni los ángeles, ni los demonios, ni los animales. La fe, que puede ser explicada por la razón, no implica razón. Se puede ser muy inteligente y no tener fe; se puede ser muy inteligente y tener fe; se puede ser tonto y tener fe y se puede ser tonto y no tenerla. Lo mismo pasa en la relación con la voluntad, la fe no radica en ser voluntarioso o desidioso. Y con la emoción, tampoco la fe la encontramos en relación a una sensibilidad más o menos alta.
La única manera de conocer a Dios es por el espíritu a través de la fe, "Ya que a Dios nadie lo ha visto jamás" (Jn 1, 8). Más tarde por medio de la inteligencia se puede analizar esta fe, entenderla o expresarla. Cuanto más comprendida y declarada es la fe más clara y sólida parece, más fructífera y útil resulta.
Por la fe se reconoce a Dios; por la razón se reconoce la fe. Sabemos que el alma no sólo es racional, no sólo tiene entendimiento sino que también capta la fe espiritual por medio de la emoción así que es tan importante o más sentir la fe como comprenderla.
A través de la emoción anímica nuestro espíritu puede expresar su fe. Cuanto más grande y limpio es este fervor más participativa es esta fe para nuestros semejantes (Hch 2, 14-41). También la voluntad participa en forma determinante en la relación alma-espíritu por medio de la oración. (Lc 21b-22) se dice que la medida de nuestra fe es la medida de la oración.
Existe un estado, anterior al del catecúmeno, donde es posible encontrar un atisbo de fe natural muy simple. Una fe cierta pero no certera, que se dice ser una "gracia de Dios." "Quien la tiene la tiene y el que no ni modo." O "Yo quisiera creer pero no puedo." Una fe en la que no participa la libertad, una fe tozuda a la cual se ata el individuo, una fe dominada por el miedo al cambio, por el miedo a conocer, por el miedo a actuar. Es probablemente un bien incipiente el cual hay que superar trabajando por medio de la oración. Fe + libertad = bautismo.

Mecánica: Cuando el alma sostiene un estado de humildad con el cual se ha hecho posible la aceptación de la existencia de algo que no se puede ver ni entender, cuando se ha oído la voz del espíritu y se le ha prestado atención motivando a la voluntad para ejercitar la oración y la emoción se ve inundada por el sentimiento de fervor, podemos decir que esa alma tiene fe. Una fe cristiana, sólida de primer grado, es una fe lista para comprometerse con la palabra de Jesús.
La misma fe exige que el compromiso se haga público, todos deben saber que el bautizado está del lado de Jesucristo, el creyente de este nivel está maduro para el Bautismo que limpia el alma y que proclama su fe y su decisión. En este estadio hay que cultivar la prudencia para evitar que la fe exacerbada se desborde.
Ahora bien si el creyente es perseverante en la vida pero en especial en la oración, la fe le otorgará la sabiduría en su intelecto y la valentía en su sentimiento, armas indispensables para concluir el segundo grado de la fe e introducirse en el tercero cuyas características son:
1) La religión entendida como un trato personal con Dios, una liga con Él, un método racional por el que podamos, de manera inteligente, poder valorar esta relación, practicarla, conservarla y acrecentarla.
2) Una voluntad dirigida hacia la fidelidad con Dios y con nuestra fe.
3) Una emoción motivadora hacia la piedad.
Así se termina con el curso completo de perfección en la fe y entonces seguros de nuestras creencias podremos valientemente encontrarnos con Jesucristo Camino para que nos conduzca al Padre dentro de la Realidad Divina.

Cristianología: Sin la fe es imposible agradar a Dios (Heb 11, 6). El espíritu que no va natural y directamente al reconocimiento de su creador no encuentra a Dios. No es que existan criaturas que no tiendan naturalmente al encuentro con su creador, lo que sucede no queda en el plano del espíritu, quien ingénitamente reconoce a Dios, sino en el plano de las almas que no están educadas para entender y declarar con precisión la dirección de su espíritu (Jn 3, 8) les falta humildad y oración. Por eso para ser hijos de Dios no nos basta el espíritu, que no tendría ningún mérito, sino que es necesario que creamos en el nombre de Jesucristo y que lo recibamos anímicamente (Jn 1, 12) que volvamos a nacer en la espiritualidad, que nuestra alma se comprometa de modo racional con nuestro espíritu (Jn 3, 7). Esto es verdaderamente el Bautismo cristiano.

Comentario: La divulgación de estas ideas y si es posible su prueba es lo que genera este trabajo.

Caridad

Definición: Una de las tres virtudes teologales que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. O virtud cristiana opuesta a la envidia y a la animadversión. Como con la fe existe un estado del amor, precristiano, primario y elemental, un amor sin libertad. "En el corazón no se manda."Yo también le querría si no quisiera a otro." Un amor inmanente, posesivo, compulsivo, chiquito, que acaba por acarrear una indiferencia hacia los demás. Hay que superarlo inmediatamente con Agua Viva. (Jn 4, 1-42)
Caridad + Libertad = Amistad eucarística.

Concepto: Es el atributo espiritual por el cual correspondemos a Dios y nos hacemos afines a Él. Esto significa que gracias a la caridad nos hacemos aliados de Dios. La única forma posible de relación con Dios es el amor. Dios ama y nada más ama. Por eso cuanto más amemos más parecidos a Dios seremos. La manera de corresponder al amor de Dios es amando, como Él, a nuestros semejantes (1 Jn 4, 7-11). Ya que su amor por nosotros no puede ser correspondido por nuestro amor por Él, por ser muy diferente en calidad, tamaño y efecto, su amor para nosotros es todo mientras que, tal vez, nuestro amor para Él no sea nada. Desde esta perspectiva no nos queda otro camino que amar en su misma dirección, amar a los hombres es amar a Dios.
El amor directo a Dios tiene un valor restringido, (Mt 9, 13) (1 Jn 4,12-20) es en el fondo un amor humano, en cambio el amor al prójimo tiene un valor divino, es equivalente al amor de Dios puesto que lo que se valora no es la procedencia sino el destinatario (Lc 14, 13-15).
Nuestro amor no modifica a Dios, en cambio adquiere todo su valor cuando es el resultado de la Voluntad divina (Jn 4, 32-38). Es muy importante para la Redención, para el trabajo del Hijo de Dios, es el meollo de nuestra sociedad con Él.
La caridad es la característica espiritual por la cual nosotros reconocemos los espíritus de los humanos como de nuestro mismo linaje por ser todos hijos de Dios. Es gracias al amor que nosotros sabemos que nuestra razón última de ser es la unión plena, primero, con los hombres, después, con Cristo y al final, con Dios. El orden es muy importante (Jn 17, 21).

Mecánica: Cuando:
a) El alma sostiene un estado permanente de benevolencia.
b) Se ha hecho el esfuerzo por formar la conciencia y se ha atinado al hacerlo dentro de las bases de: "Todo aquello que es amoroso es bueno y todo aquello que no lo sea hay que evitarlo o desecharlo."
c) La emoción se encuentra invadida por un sentimiento de afecto o gusto vital por las personas; entonces podemos decir que esa alma está en posesión de la caridad cristiana en primer grado.
Para consolidar este estado debemos de saber personalizar el afecto que sentimos y convertirlo en amistad. La amistad más importante entre todas es la de Jesucristo, esta amistad se alimenta y alcanza su mayor nivel a través de la Eucaristía, que es la forma sensible con que Él nos ofrece la suya.
Las desviaciones del amor las podemos evadir fortaleciendo la virtud de la templanza. Con esto estamos abiertos a cursar el segundo grado de la caridad, que en el plano intelectual se nos presenta cuando conocemos la justicia y se nos despierta el hambre y la sed de ella para nuestros semejantes. En el campo de la acción con la voluntad de servicio y en el ámbito de la emoción con el partido por la paz. El tercer grado de la caridad se da en el contorno perteneciente al "nosotros": Son esencias del amor: a) La capacidad de darse a otro y b) la fuerza unitaria, por eso en esta instancia el cristiano debe estar completamente preparado para ser y hacer iglesia, ser parte de ella y enriquecerla, su voluntad debe estar educada en la concordia y su emoción lista para la misericordia. Entonces el espíritu humano puede tranquilamente encontrarse con Jesucristo Verdad, porque la verdad se encuentra por el amor.

Cristianología: La caridad es la más excelente de las virtudes. (1Cor 13, 1-13)

Comentario: La caridad guarda, como la fe, todos las características de atributo espiritual, su existencia y posesión no se derivan directamente de la mayor inteligencia, ni del carácter voluntarioso, ni necesariamente el más sensible es el más amoroso, igual que la fe su ámbito no es el alma sino el espíritu pero hay una cosa que la diferencia radicalmente de la fe y de la esperanza (1 Cor 13, 13) es el atributo espiritual por el cual participamos de la esencia de Dios y al final de los tiempos cuando la fe y la esperanza ya no sean necesarias la caridad será el todo en la realidad de Dios. El amor es el precepto único de nuestra doctrina, el amor es desear el bien supremo para mi semejante y participar en la obtención de este bien para gozarlo juntos. El bien supremo que se debe desear es, sin duda, la unidad con y en la divinidad. Ser uno todos nosotros, ser uno todos nosotros con Cristo y ser uno nosotros, Cristo y la Trinidad completa (Jn 17, 21).

Ampliación: En una definición más sencilla, más de acuerdo con el mundo, la caridad es querer con todo el corazón el bien del prójimo para poder regocijarse con él cuando lo logre. En la adquisición de este bien tiene que haber una participación mía aunque sea de deseo. El precepto cristiano es amarnos como Jesucristo nos amó, hasta la última gota de sangre, hasta el último gramo de energía, con decisión y sin postergaciones.

Esperanza

Definición: Virtud teologal por la que esperamos en Dios con firmeza que nos dará los bienes que nos ha prometido. O según san Pablo: Confiar en la fidelidad de Dios con su palabra. O estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.

Concepto: La esperanza es el atributo natural con el que cuenta el espíritu humano para vislumbrar su destino. Si por la fe sabe de donde viene por la esperanza sabe a donde debe ir. Dentro de la esperanza espiritual se presentan dos destinos que son difíciles de distinguir uno de otro y esto crea confusiones. Un destino es el Reino de Dios aquí en la tierra que vino a inaugurar Jesús el Mesías y que se puede resumir: (Mt 6, 33 y Gal 5, 5) Como el Reino de la Justicia en este mundo, por ese Reino hay que trabajar, es el reino cuya imagen llevamos todos dentro y es el de las obras buenas (Mt 25, 31-46). Este Reino, esta lucha, esta vida la experimentamos aquí, en el mundo y en el tiempo.
El otro destino, el glorioso, el que tendremos en la eternidad junto a Dios, el que es promesa del Señor, ese es consecuencia de éste. Nosotros habitaremos la realidad divina, en unidad del Dios Trino, siempre y cuando su creación sea redimida, salvada y aceptada por Él. Eso solamente Dios lo sabe y a nosotros sólo nos queda desearlo con todo nuestro ser. "Venga tu Reino y que tu voluntad se cumpla aquí en la tierra como en el Cielo" es nuestro canto consuetudinario repetido millones de millones de veces donde expresamos por recomendación del Maestro nuestro anhelo más profundo. Es pues, gracias a la esperanza, como virtud, que nosotros confiamos en el resultado final. (Hebr 3, 6; 6, 11; 6, 17-20; 10, 23)

Mecánica: Cuando tenemos un estado de sinceridad permanente con nosotros mismos en el terreno intelectual; cuando esta sinceridad es la norma de nuestra acción de vida y gozamos del sentimiento de confianza en nosotros mismos, en nuestras creencias y en nuestras obras, entonces podemos decir que poseemos la esperanza.
Esta virtud es en su esencia muy dinámica y no puede detener su crecimiento así que resulta indispensable examinarnos por dentro y determinar, cuanto antes, nuestra vocación, nuestro estado civil y alimentar la paciencia, virtud necesaria como contrapeso y equilibrio de la esperanza.
Entonces saltar al grado siguiente, cuyas características son: Una voluntad vigilante de su vida, de sus acciones y de sus creencias. Una personalidad delineada en la autenticidad y expresada con alegría.
El tercer grado de perfección trata: En el terreno del alma de hacerse uno con el Mesías, ser auténtico Cristo, con una voluntad de "Ya no ser yo sino Cristo que viva y obre en mí", para que el Reino que vivimos sea un Reino de perdón y, por esta razón (Mt 6, 9-15) Dios nos perdone, nos redima, nos salve y nos acepte en su realidad y así podamos encontrarnos sonrientes a Jesucristo Vida vencedor de la muerte.

Cristianología: La esperanza original y pura de la doctrina cristiana es el Reino de Dios (Mt 4,17) (Mc 1, 15). El Reino de Dios en esta vida como reza el padrenuestro (Mt 6, 10) y en la vida eterna como continuación de esta (Rom 2, 1-11). La figura del Mesías no tiene sentido si no viene a inaugurar el Reino de Dios. Toda esperanza que no esté orientada hacia el Reino y su justicia es vana. "Esperamos una tierra nueva donde habite la justicia" (2 Pe 3, 13).

Comentario: (Hebr 3, 6; 6, 11; 4, 16; 10, 19; 10, 35-36) Toda la Carta a los Hebreos lleva como fondo la esperanza pero las perícopas aquí anotadas son las que más resaltan la teología de san Pablo sobre esta virtud.

Ampliación: Como en la fe y en la caridad, existe en el ámbito de la esperanza una vocación incompleta, sin libertad, en bruto, que no admite cambios ni adecuaciones. "No me gusta." "No tengo facilidad para eso." "Así nací y así soy" una vocación tan estrecha que suele llevarnos a la parálisis. Es necesario superar esa condición completándola, es muy difícil trabajar por el Reino con plena entrega si antes no hemos definido el género de existencia con el cual estamos llamados a pervivir. La soltería, el matrimonio o el orden sacerdotal son las opciones. Vocación + Libertad = Toma de estado sacramental

Alma

Definición: Substancia inmaterial, capaz de entender, querer y sentir que informa al cuerpo humano y caracteriza al hombre.

Concepto: Es la realidad psicológica por la cual el hombre se relaciona con su medio conociéndolo, entendiéndolo, sintiéndolo, experimentándolo, moviéndose y gobernándose en él de manera distinta a las demás criaturas.
Así como a través de los sentidos corporales el cuerpo se relaciona con su circunstancia y por medio del sistema nervioso el alma se relaciona con su cuerpo, es por conducto y con el ejercicio de las virtudes teologales como el espíritu y el alma se relacionan.

Mecánica: El alma cuenta con tres grandes potencias para acordar con el espíritu:
a) La inteligencia cuya actividad analítica tiene por finalidad principal el entender, de manera certera, el propio ser y las circunstancias que lo rodean.
b) La voluntad cuya finalidad consiste en realizar aquello que se ha propuesto la inteligencia.
c) La emoción que juzga, con el patrón de la belleza, sucesos, acciones y cosas de manera sintética e inmediata.

Cristianología: En el pensamiento cristiano más antiguo alma equivalía a vida, (Mc 8, 36) a vida individual y particular, a la vida de cada quien. Es el principio vital de la realidad humana, ya que la vitalidad del espíritu corresponde a otra realidad. Para san Pablo, Cristo es la cabeza del Cuerpo Místico y en algún lugar lo llama el alma, mientras que el Espíritu de este Cuerpo inalteradamente es el Espíritu Santo. Es más tarde, cuando el cristianismo resiente la muy importante y poderosa influencia del pensamiento griego, especialmente el platónico, que el concepto alma se magnifica y confunde con el concepto de espíritu.

Comentario: Si en el espíritu radica la soberanía del ser, en el alma radica su gobierno. De allí parten los pensamientos que quieren alcanzar lo verdadero y manda a la voluntad a ejecutar las acciones necesarias para lograrlo con eficacia y que se juzgan a través de la síntesis emocional en la percepción de lo bello. La inteligencia analítica y la emoción sintética se complementan admirablemente y en ciertos casos de forma asombrosa con la aparición de la intuición.

Inteligencia

Definición: Es la facultad del alma por la cual: conocemos (conocimiento), entendemos (entendimiento), explicamos lo que conocemos y entendemos (razón), recordamos (memoria), tenemos facilidad para el desarrollo intelectual de alguna área del conocimiento (talento) y la capacidad de crear o recordar imágenes (imaginación).

Concepto: La inteligencia tiene como objetivo y razón principal de su ser la búsqueda de la verdad y eventualmente alcanzarla.
Si Dios es la verdad es natural que la inteligencia cuente con recursos para ir tras Él. Puede muy bien explicarse y entender el concepto de Dios y más aún puede conocer, entender, explicar, declarar, manifestar y justificar la fe y en su caso su propia fe, pero la fe no es Dios sino solamente el camino que conduce a Él.
Ahora bien como la inteligencia resulta ser una criatura demasiado limitada como para llegar por sí misma a un conocimiento suficiente de Dios, Dios es muy grande como para caber sin su auxilio en el alma humana, necesita por fuerza para este fin la ayuda divina y ésta se le proporciona a través del espíritu que pertenece a la realidad de Dios.

Mecánica: La primera condición de la inteligencia para acercarse al conocimiento de la realidad divina es ponerse en contacto con su propio espíritu y esto se consigue por medio de la humildad.
Una inteligencia humilde puede oír la voz del espíritu que le habla de fe.
Una inteligencia benevolente está en condiciones de considerar al congénere como hermano y de esta forma apreciar y entender la caridad.
Y una inteligencia sincera busca en el interior de su misma alma la razón de ser y el destino de su propia persona, esto quiere decir que es capaz de percibir la esperanza.
Por la humildad, que la abre hacia la fe, busca la respuesta en Dios.
Por la benevolencia, que la abre hacia la caridad, busca la respuesta en el prójimo.
Y por la sinceridad, que la abre hacia la esperanza, busca la respuesta en su propio yo.
Estos son los tres estados intelectuales imprescindibles para obtener el primer entrelazamiento de comunicación cabal entre el alma y su espíritu. De esta manera se puede alcanzar el estadio de espiritualidad propio de los catecúmenos.
Después que la inteligencia ha captado y aceptado su relación con el espíritu adquiere tres haberes:
A) La sabiduría que viene a complementar la ciencia.
B) La justicia que viene a afinar el juicio natural que hacemos de las gentes
C) Y la autenticidad que viene a definir la propia estimación.
Con la sabiduría dirigimos la ciencia obtenida en el estudio de las cosas del mundo, hacia la intelección del Reino de Dios. Con la justicia dirigimos el juicio natural de las personas hacia su dignidad de hijos de Dios. Con la autenticidad dirigimos nuestro compromiso personal hacia nuestra realización y crecimiento para actuar y vivir como verdaderos herederos de Dios. De esta manera se alcanza el estadio de los bautizados.
Más adelante se alcanza el tercer nivel de la espiritualidad, el grado de discípulo, "Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí," se determina cuanto hemos aclarado nuestros conceptos sobre la religión, la liga o trato personal y colectivo con Dios. Sobre la iglesia, esto es la unión profunda con mi prójimo, sujeto de mi amor, y sobre el Reino de Dios que debe ser el objetivo de mi actividad y de mi vida para poder ubicar mi persona de una manera correcta y provechosa dentro de mi circunstancia.

Cristianología: La inteligencia podrá poseer el segundo grado de la fe, si ejercita su libertad, debiendo declararlo pública y sacramentalmente con su compromiso bautismal. De la misma manera poseerá el segundo grado de la caridad si ejercita su libertad, debiendo hacerlo patente de modo sacramental con la amistad eucarística. Y en lo concerniente a la esperanza deberá ejercer la libertad, abierta y sacramentalmente con la pública toma de estado vocacional: celibato, matrimonio u orden sacerdotal.
En el terreno propio y exclusivo de la inteligencia la humildad se habrá convertido en sabiduría, la benevolencia en justicia y la sinceridad en autenticidad.
Para el tercer grado lo fundamental se encuentra en la Palabra de Cristo (Jn 4, 19-21y 50), Ésta nos vine en tres jerarquías:
a) La palabra del Hijo de Dios, la Revelación, que nos habla de la Realidad de Dios (Jn 1, 18; 3, 11; 8, 38; 12, 49; 17, 8;)
b) La palabra del Mesías que viene a inaugurar el Reino de Dios; que se nos muestra como Maestro y que a través de su doctrina podemos ser ciudadanos de su Reino. La mayor parte de los evangelios y la tradición nos hablan de la enseñanza del Reino de los Cielos.
c) La Palabra del Hijo del Hombre que son las recomendaciones del hombre sabio y compasivo que fue Jesús en su tránsito como humano, son los consejos útiles para la vida cotidiana, común y terrena, la mayor parte de ellos se encuentran en sus dichos cortos o refranes conocidos técnicamente como logiones y que nos introducirán al arte de vivir.
Estas tres jerarquías se nos presentan entretejidas de manera no muy fácil de separar en el estado como han llegado a nuestros días los evangelios y la tradición, sin embargo, una lectura cuidadosa y atenta ayuda a comprender estos distingos y si no para eso está la oración. (Sant 1, 5)

Comentario: El tercer nivel de la inteligencia espiritualizada, debe encontrarse en la inteligencia colectiva en la "Noosfera" que dijera P. Teilhard de Chardin.
La Religión, la Iglesia y el Reino de Dios son conceptos colectivos que se funden en un sólo artículo del símbolo de la fe cristiano, "La Comunión de los Santos" gracias al "Internet" por fin tenemos una manera sensible de ver y entender la Noosfera, la esfera propia donde se encuentra la inteligencia de todos; es análoga a la Biosfera que sería la esfera donde se encuentra la vida de todos. Este es un primer paso pero ya nos está apuntando su potencial y hacia adonde vamos. Hoy el pensamiento de Teilhard se actualiza en forma impresionante.

Voluntad

Definición: Es la potencia del alma que mueve a hacer o no hacer una cosa.

Concepto: Es la facultad del alma que se expresa por medio de la acción. Es la potencia del alma que se homologa a la libertad potencia del espíritu. Así como la inteligencia busca la verdad, y la emoción busca la belleza, la voluntad busca la eficacia.

Mecánica: Las actividades primarias y fundamentales de la voluntad para comunicarse con el espíritu son: la oración, la formación de la conciencia con la observancia de una conducta coherente y la acción de vida.
La oración es una acción voluntaria que busca a Dios a través del espíritu propio (Jn 4, 24).
La formación de la conciencia es la actividad voluntaria por la cual se busca un criterio perfecto de relación con el prójimo, este criterio, para desembocar en una conducta perfecta, debe buscar la relación a través del amor personal (amistad). (Lc 16, 9)
La acción de vida es la expresión voluntaria por la cual nuestras actividades pretenden plasmar en el mundo exterior un reflejo de nuestro interior espiritual.
La voluntad al terminar su espiritualización de primer nivel estrecha sus lazos con la libertad, una de las características esenciales del espíritu, esta unión nos propulsa a la toma de las decisiones mayores de la vida, el Bautismo que es nuestro compromiso con el Dios Padre, la amistad eucarística que es el compromiso con el Dios Hombre y la toma de estado con la que resolvemos hacer de nuestro cuerpo con sus circunstancias, para toda la vida, templo del Espíritu Santo.
En el segundo grado de la espiritualidad, el Jesús hombre nos da tres recomendaciones para nuestra voluntad y así poder cumplir con los enormes compromisos hechos:
a) La perseverancia en la fe y de esta forma hacer progresar la relación con el Padre.
b) El servicio para templar nuestra caridad y, haciendo, conservar el afecto de Jesús.
c) La vigilancia para no descuidar nuestra dedicación al Espíritu Santo.
Para el tercer grado en la fe tendremos, en la órbita de la voluntad, que la perseverancia en todo, pero en especial en la oración, nos impulsa a una fidelidad íntegra con Dios y con la religión que practicamos, esto es, en el trato que mantenemos con Él.
En el terreno de la caridad el amor en que hemos formado nuestra conciencia y la aplicación del servicio nos llevarán, sin problemas, a la concordia plena con la Iglesia que hemos hecho y escogido y a la cual pertenecemos por propia voluntad.
En lo tocante a la esperanza la acción de vida y la vigilancia nos conducirán al apostolado, esto es, al trabajo decidido a favor del Reino de Dios.

Cristianología: La meta fundamental y precisa para la voluntad del cristiano es hacer la Voluntad de Dios, sin la voluntad humana Dios, por propia decisión como efecto del tipo de Creación que Él mismo hizo, no puede efectuar su Voluntad. Jesucristo vino a hacer la Voluntad de su Padre y a enseñarnos a nosotros a realizarla. "Mi alimento es hacer la Voluntad de mi Padre y llevar a cabo su obra... (Jn 4, 34). "He bajado del Cielo no para hacer mi voluntad sino la Voluntad del que me envió (Jn 6, 38). Y nos pide a nosotros que la discernamos y la hagamos (Rom 12, 2; Ef 5, 17; Col 1, 9-10; etc.) (Mt 6, 10; 7, 21).

Comentario: La voluntad cuenta con tres actitudes, con tres puntos finos, con tres secretos cristianos básicos para poder avanzar al segundo grado del camino de perfección: La perseverancia, la vigilancia y el servicio.
La voluntad: crece, se fortalece y se afirma con la perseverancia; se vuelve precisa, se pone a tono con las circunstancias y siempre está preparada con la vigilancia; se curte, cumple su cometido y se desempeña en plenitud con el servicio. Sin estas actitudes ejercitadas pronta y determinantemente no se puede seguir adelante.
La voluntad responde a Dios con la acción de su fidelidad. Responde a sus semejantes con una permanente actitud de concordia y responde a su propia persona con una disciplina consecuente con su vocación.

Emoción

Definición: Es la facultad del alma por la cual se perciben visceralmente impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos con los que el individuo se conmueve orgánicamente, impeliéndose a expresarse dentro de un código peculiar: risas, llanto, gestos, actitudes u otras formas de expresión.

Concepto: Es la facultad del alma por la cual se comunica con el espíritu sintiéndolo. Es el sentimiento la característica principal de la emoción. La emoción percibe y juzga inmediatamente los sucesos, las acciones y las cosas de acuerdo a su peculiar, exclusivo y personal patrón de belleza.

Mecánica: La emoción reconoce sentimientos específicos informados por el espíritu como son: El fervor relacionado con la fe; el afecto relacionado con la caridad; la confianza, relacionado con la esperanza. De manera que las virtudes teologales no solamente se pueden conocer, entender y explicar sino también se pueden sentir y con un sentimiento profundo que conmueve todo el ser.
Para el segundo grado del curso a la perfección, la relación espiritual de la emoción nos permitirá alcanzar los sentimientos del valor, la paz y la alegría, sentimientos vivificantes que nos ponen del lado de la vida, que nos hacen agradecer nuestro nacimiento, que le dan valimiento a nuestro ser, que nos hacen sentir que Dios nos ama, que son nuestra ventura y nuestro contento, ellos son la cata para justipreciar la calidad del género humano.
Y es a través de la emoción como nosotros en el tercer grado podemos acceder a las excelsas posiciones humanas de la piedad, la misericordia y el perdón por las cuales arribamos a la máxima perfección a que está llamado nuestro ser.

Cristianología: Jesús de Nazaret según los evangelios fue un hombre muy emotivo, esto es que permitió sacar a flor sus sentimientos, prácticamente todas sus obras que conocemos como "milagros" fueron impulsadas por la compasión o misericordia.
En momentos tan terribles como cuando estaba en la cruz perdonó a los que lo crucificaban. Tuvo un acceso de piedad ostensible y dramático, seguramente movido por amor hacia su Padre, en el pasaje conocido como "Purificación del Templo" (Mt 21, 12-13) (Mc 15b-18) (Lc 19, 45-46) (Jn 2, 14-22). Lo vemos conmoverse y sacar sus sentimientos más profundos e íntimos, movido por la amistad, en el pasaje de la "Resurrección de Lázaro" (Jn 11, 1 y ss).
Y en reconocimiento al fracaso de su doctrina sobre el Reino de los Cielos llora, se lamenta y hasta maldice en diversas ocasiones (Lc, 19, 41-44) (Mc11, 12-15a) (Mt 23, 37-39) (Lc 6, 24-26) (Mt 23, 14-24 y 27-36) (Lc 10, 13-15).
La emoción es la facultad del alma homologada al amor espiritual, un ser tan profundamente amoroso como Jesús exterioriza con facilidad las emociones afectadas por causa del amor.

Comentario: Las principales vías de la emoción son las pasiones del alma y los sentimientos. Lo que para la inteligencia es lo verdadero y para la voluntad lo eficiente, para la emoción es lo bello. Y mientras que la inteligencia al ir tras la verdad rechaza horrorizada el error y la voluntad unida a la libertad detesta y descarta la ineficiencia o el fracaso, la emoción ligada al amor no tiene más remedio que conmoverse en sentido negativo ante lo feo.


Humildad

Definición: Virtud cristiana que consiste en el conocimiento de nuestra bajeza y miseria y el obrar de acuerdo a dicho conocimiento.

Concepto: Es el estado intelectual del alma por el cual se acepta la posibilidad de una realidad que no se puede ver ni entender. Resulta ser el requisito básico e indispensable para que entren en comunicación la fe del espíritu y la inteligencia del alma. Si se quiere tener fe hay que comenzar por ser humildes. Este es el paso inaugural de este esquema, con este concepto principia propiamente el camino de la espiritualidad.

Mecánica: La primera condición de la inteligencia para acercarse al conocimiento de la realidad divina es ponerse en contacto con su propio espíritu y esto se consigue por medio de la humildad. Una inteligencia humilde puede oír la voz del espíritu que le habla de fe. La inteligencia al reconocerse limitada queda indefensa ante la invasión del espíritu. El espíritu inunda el alma del humilde y en cambio el alma del soberbio rechaza la intromisión del espíritu (Mt 11, 25).

Cristianología: Sin la humildad es imposible la fe (Lc 1, 48). Sin la humildad el espíritu no entra en contacto con el alma a pesar de que se pongan en práctica otras virtudes reconocidas (Lc 18, 9-14) y también (Lc 18, 15-17). Quizás el pasaje más dramático de los Evangelios en este sentido sea.- "Yo te bendigo Padre porque has ocultado estas cosas a sabios y prudentes y se las has revelado a los pequeños" (Mt 11, 25; Lc 10, 21).
"El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado." (Lc 14, 11 y 18, 14) (Mt 23, 12) Los demás nunca podrán tener un concepto del que se ensalza como lo tiene él mismo; por lo tanto aún enfrentándose a la mayor caridad y la mejor benevolencia, el que se ensalza siempre pone al resto del mundo en condición de juzgarlo por abajo de lo que él mismo se juzga o del rango que pretende alcanzar en la consideración ajena. De esta manera nunca alcanza para sí la justicia que se propone, antes bien, muchas veces obtiene un resultado adverso.
"El que se humilla será ensalzado" (Cfr Lc 14, 7-11) En todos los casos la opinión ajena estará por encima de la opinión propia que de sí tiene el sinceramente humilde. Aquel que no ve como extraordinarias las cosas buenas que hace sino que las pondera como normales (Cfr Mt 6, 1-4). Aquel que no se da importancia a sí mismo.
Para el que se ensalza el aprecio que obtiene, por muy grande que sea, siempre le parecerá menor del que merece.
Para el que se humilla el aprecio, por muy pequeño que sea, siempre le parecerá mejor que el que busca. El humilde acepta de buen grado las observaciones, consideraciones que los demás le comunican con respecto de él mismo. He aquí el secreto de la enseñanza, esta enseñanza, como todas las de los logiones cristianos, pertenecen al Jesús sabio, al Jesús Hijo del hombre, son enseñanzas originales, profundas y certeras sobre la vida práctica. La perspectiva del humilde se ensancha al ser reflejado por los demás de manera grata, ese reflejo es aceptado de buena gana y resulta enriquecedor.
El orgulloso, no acepta las observaciones de los demás, no le parecen agradables ni justas y así las descalifica para hacerlas estériles menospreciando la utilidad que debe proporcionar el reflejo de su prójimo.
Las opiniones ajenas tienen un gran valor para el humilde, tanto por ser agradables, como porque son, de por sí, valoradas por él.
Las opiniones ajenas no tienen ningún valor para el soberbio tanto por ser desagradables como porque, de por sí, las desprecia.
El humilde tiene sentido de la fe, acepta a Dios en su incomprensibilidad (Cfr Lc 10, 21).
Dios se humilla para hacerse hombre. El hombre corresponde humillándose para ser Dios.
El orgullo y la soberbia no están en los planes de Dios antes bien podemos suponer que están en contra.
El que se humilla se hace humilde; al que humillan lo rebajan y envilecen pues nadie puede hacer humilde a otro. La humildad es un estado que se alcanza por propia convicción.

Comentario: La humildad es el estado intelectual por el cual conocemos la pequeñez de lo que somos en comparación de la grandeza que estamos llamados a ser (1 Jn 3, 2).
La soberbia a cambio nos quita esa perspectiva, mostrándonos nuestra superioridad ante las cosas inferiores, haciéndonos desestimar la verdadera grandeza por la que Cristo Dios se hizo Cristo Hombre para que el hombre a través de Cristo sea Dios; auténtico, legítimo y único Dios. Un solo Dios verdadero multipersonal que ha logrado unificar a Él su creación.

Benevolencia

Definición: Simpatía y buena voluntad hacia las personas.

Concepto: Es la indispensable condición intelectual del alma humana por la cual se reconoce la necesidad y la posibilidad de comunicar algo propio o íntimo a nuestros semejantes.

Mecánica: El espíritu humano transmite al alma benevolente la existencia de otros espíritus tales como nosotros que están a nuestro derredor, todos hijos de Dios, de un mismo padre y hechos de la misma sustancia; por lo tanto nos lleva a buscar en ellos algo interior y más profundo que lo que se ve, y a no conformarnos con el trato superficial y obligado.
Una experiencia de roce espiritual con el prójimo motivará una relación más cercana con nuestro propio espíritu. El afecto a los demás es la medida del afecto por mí mismo. Sin el estado básico de la benevolencia es imposible el ejercicio de la caridad y por lo tanto la relación amorosa del alma con el espíritu.

Cristianología: El Evangelio, la buena noticia, se da primero a los sencillos pero se condiciona a la buena voluntad tanto de Dios como de los hombres (Lc 2, 8-14). Es de aquí donde arranca la presencia de Cristo, su doctrina y su revelación.

Comentario: Debe llevar un sello personal que la distinga de la cortesía impuesta, de la cortesía del vendedor o de todo empleado que tenga que atender a un público, si la benevolencia no es propia sino obligatoria no logra progresos en el campo de la espiritualidad.

Sinceridad

Definición: Modo de ser actuar o expresarse libre de fingimiento.

Concepto: Es el estado intelectual del alma por el cual se acepta la posibilidad de encontrar dentro de uno mismo la finalidad de nuestro ser. Es el indispensable estado intelectual del alma por el cual cada uno puede captar el Reino de Dios que está grabado en su propio corazón (Lc 17, 21). Es el requisito necesario para relacionar la inteligencia con la esperanza.

Mecánica: Una inteligencia sincera no ofrece reparos para permitirle al espíritu hurgar juntos en el interior más hondo, más íntimo.

Cristianología: El pensamiento cristiano liga la sinceridad con el Reino de los Cielos, tanto en el pasaje de Natanael (Jn 1, 47-51; Cfr Gen 28, 11-13) como en la bienaventuranza de los limpios de corazón (Mt 5, 8). Limpio de corazón e israelita sin doblez son sinónimos perfectos de sincero.

Comentario: Es el mecanismo por el cual la esperanza pierde su imagen de sueño o de meras ilusiones para convertirse en algo real, en el faro que guía nuestra vida, en el punto de destino más allá del horizonte. La inteligencia y el espíritu se unen gracias a la sinceridad para tomarse en la esperanza del Reino de los Cielos.
La sinceridad es la condición intelectual opuesta a la hipocresía, actitud tan vilipendiada por Jesús a lo largo de los evangelios. El Reino de Dios por el cual tenemos que luchar y el que tenemos que construir es el que sinceramente deseamos que exista para nosotros y para los demás. Es el anhelo genuino de que todo aquello que nos rodea sea agradable y provechoso, que resulte ser la circunstancia de realización plena, que permita y ayude a la santidad propia y a la de todos.


Oración

Definición: Elevación de la mente a Dios para alabarlo o pedirle mercedes.

Concepto: Es la expresión fundamental de la voluntad por la cual el sujeto llama al "Incomprensible" para expresarle el motivo de su apertura, la indagación de su presencia y le pide el bien de su existencia. Es una búsqueda del ser objeto de su incipiente fe intelectual.
La oración debe ser casi exclusivamente volitiva pues los discursos elaborados o las sensiblerías pueden restar peligrosamente a la oración veracidad o espiritualidad.
La sensiblería la puede empañar de materialidad y la elaboración intelectual, de error.
La oración debe ser corta y humilde. "Al orar no multipliquen las palabras como lo hacen los paganos. Ustedes no lo hagan así porque antes que pidan el Padre ya sabe lo que necesitan" (Cfr Mt 6, 7 y ss). Es claro que esta oración es diferente al rezo y tiene otro mecanismo. La medida de mi oración es la medida de mi fe.

Mecánica: La oración es la primera acción motivada por la aceptación de la posibilidad de la existencia de un ser o un hecho que no podemos ver ni entender.
Es enfrentarnos a Él siempre con la humildad que nos ha llevado a este trance y por la cual tenemos que salir.
La oración aquí tratada es la respuesta que da el alma a la voz del espíritu, Dios es el primero en amar y en buscar, (Jn 15, 16) de Él parte la iniciativa, pero sólo llama a los humildes (Mt 11, 25) y espera la oración de los elegidos para entablar el diálogo. (Lc 3, 21b-22)
El bautismo que toma Jesús es una gran prueba de humildad. La primera relación con el "Incomprensible" es la de manifestarle aquello que nos ha motivado a creer en su existencia; a la vez que solicitamos un encuentro para iniciar el diálogo. Este diálogo se da con facilidad y tan naturalmente que asombra, pronto nos percatamos que el "Incomprensible" es alguien mayor y ajeno a nosotros y que siempre será así, estamos ante un ser permanentemente inabarcable por nosotros y tan superior que se convierte de inmediato en el interlocutor perfecto, en el referente soñado, al cual le pedimos, casi automáticamente, que derrame en nosotros el bien de su existencia, que nos ayude, oriente, nos dé confianza y felicidad y sobre todo que nos acompañe. El ser humano es demasiado limitado para alcanzar la felicidad por su propio esfuerzo, tiene que buscar ayuda en lo alto, esta ayuda se solicita en la oración.

Cristianología: La oración es una actividad permanente en la vida de Jesús de Nazaret, oraba con toda su alma humana buscando a su Padre.
También significa una permanente comunicación de su alma de Hijo de hombre con su espíritu de Hijo de Dios.
Jesús rezaba las fórmulas de la tradición judía para bendecir la mesa o para observar el culto sabático. ( Cfr Mt 14, 19 y par; 15, 36; 26, 26ss y par.) (Lc 4, 16)
También oraba directamente al Padre al que lo llamaba Abba. Pero muchas otras veces se retiraba a lugares apartados a orar, a estar con él mismo, con su Padre y con su Espíritu. Muchas veces se liga en los evangelios la oración con la fe como en (Mc 9, 19-29) o (Mc 11, 22-26).

Comentario: La oración no es ni debe ser de ninguna manera un discurso especulativo sobre la existencia de Dios; ni tampoco es, ni debe ser, la actividad de nuestra vida; Es la comunicación con Dios y a veces solamente es el intento de esta comunicación, más si se hace con voluntad y
humildad pero sobre todo con verdad por medio del espíritu es suficiente.
La oración perfecta es el Padrenuestro.
Las características de la oración son:
a) La petición con ruego; que puede ser que nos evite algún mal o que nos proporcione algún bien, empero sobre cualquier otra consideración que se haga su Voluntad y estar prestos a aceptarla (Mc 14, 35 y ss) (Mt 26, 39) (Lc 22, 41y ss).
b) La expresión de nuestra fe; está en el propio ejercicio de la oración aunque no está mal hacerlo consciente de vez en vez.
c) El compromiso con Dios; tomar fuerza para continuarlo o tener la claridad de miras para desarrollarlo.
Sabemos más de nosotros, de nuestra realidad, de nuestra realización, de nuestro camino, del por qué de nuestra existencia, por medio de la oración que busca a Dios y se comunica con nuestro espíritu, que por ningún otro conducto.
Jesús cuando oraba se comunicaba con su Padre, que es otro, que no es Él mismo, pero de esta manera se comunicaba con su propio Espíritu que es el Espíritu de su Padre.


Formación de la conciencia

Definición: Disposición o expresión voluntaria del natural conocimiento interior, propio y exclusivo del género humano, por la cual se modifica el patrón de juicio sobre el bien que debemos hacer o el mal que debemos evitar.

Concepto: Es la expresión fundamental de la voluntad por la cual se busca el criterio óptimo para la relación con los seres del mismo linaje. Es el enlace con el espíritu para descubrir en él la forma perfecta de interacción con los congéneres. Es el inicio a la vida y al conocimiento cristianos, la primera y gran revolución de la doctrina de Jesucristo es la formación de la conciencia humana en el amor y no en la Ley como la formaban sus contemporáneos.

Mecánica: Es la respuesta de la voluntad a la aceptación intelectual de la benevolencia. Así se busca alcanzar un criterio mejorado para la conducta personal de relación con sus semejantes. La formación de la conciencia en la caridad y la conducta benevolente y afectuosa deben componer una unidad indisoluble para poder avanzar al siguiente nivel.

Cristianología: "Ama y haz lo que quieras" dijo san Agustín. "Dios es amor" dice san Juan. Pero sobre todo "Un mandamiento os doy, ámense los unos a los otros como yo los he amado" (Jn 15, 12). Además, (Mc 12, 31; Mt 22, 38-39; Lc 10, 27; Gal 5, 14; Rom 13, 8-10; Jn 13, 34)

Ampliación: Desde que Adán y Eva comieron el fruto del árbol del bien y del mal. Esto es, desde que el ser humano es humano, en el interior de cada uno de nosotros existe de modo natural "la conciencia" que resulta ser la percepción innata por la cual el hombre conoce instantáneamente lo bueno y lo malo.
Al principio los individuos de la especie humana tienen la conciencia dirigida exclusivamente por la "ley natural" que es la horma simple y rudimentaria, casi instintiva, de juzgar lo que es conveniente y lo
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MensajePublicado: Vie Jun 01, 2007 2:55 pm    Asunto:
Tema: Tertuliano
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Pido a la moderación con todo respeto borre todo mi aporte por haber sido enviado por error, yo sy muy torpe en esto del manejo cibernético y no entiendo como sucedió.
Mil perdones y disculpen la molestia.
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MensajePublicado: Vie Jun 01, 2007 3:04 pm    Asunto:
Tema: Tertuliano
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Perdón otra vez por tanta trpeza, esto es lo que quería mandar, creo que viene a cuento aunque lo escribí hace algunos años.
:oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :oops:

Rigor

Definición: Nimia y escrupulosa severidad.
Enemigo directo del perdón.
Dureza de corazón, severidad,
Preferir la justicia humana sobre el perdón, "que el pecador se lleve su merecido".
Un castigo, en vez de liberarlo con la remisión de la culpa.
El cristianismo ha tenido a lo largo de los siglos, dentro de él, muchos movimientos rigoristas como por ejemplo el montanismo, en el cual participó Tertulianpo en sus últimos años los cátaros y el puritanismo entre otros muchos que pronto se han separado de la Iglesia madre y han acabado por desaparecer.
La razón profunda e histórica se desprende del siguiente supuesto: Si el judaísmo es la religión tronco del cual se desprenden el cristianismo y el Islam: Entonces veremos que la religión de Moisés queda en el centro, que el catolicismo es una religión mucho más blanda y el mahometanismo una religión mucho más dura.
Por lo tanto, el rigor va a contrapelo con la doctrina de Jesucristo. Su yugo es blando y su carga ligera. (Cfr Mt 11 28-30) o "En esto consiste el amor de Dios: En que guardemos sus mandamientos y éstos no son pesados." (1 Jn 5, 3)
Cuando la demoníaca persecución que sufrió la Iglesia en tiempos del emperador romano Decio en los años 251 y 252 d. C. Muchos de los nuestros cayeron en la tentación del cohecho o del fingimiento o de plano, para evitar los horrores del martirio, decidieron adorar la efigie del emperador.
A estos cristianos se les conoce como los "lapsi", caídos; cuando terminó el horror todos ellos quisieron volver a la Iglesia arrepentidos de su falta.
La Iglesia había sobrevivido al poder devastador de Decio gracias a su fe y al valor de numerosísimos mártires, a éstos, que quedaron vivos después de haber vencido en los gloriosos combates espirituales por su religión: Tullidos, quemados, tuertos, mancos etc. pues los suplicios a que fueron sometidos eran de una inhumanidad, perversión y crueldad propia de Satanás, se les conoció entonces como "confesores" y se constituyeron, junto con los que murieron, en la prez de nuestra comunidad, en el orgullo de la comunión de los santos, en lo más deleitoso y admirable del Cuerpo Místico de Cristo Nuestro Señor.
Por Él, por su amor, por no renegar de su fe, por dar testimonio de su autenticidad soportaron con alegría todas esas maldades que se les infligían poco a poco para arrebatarles su integridad, para ver en que momento decían "Esta bien, ya párenle, maldigo de Cristo y de su nombre, adoro al emperador y no me torturen más".
Sin embargo el corazón de estos cristianos era de oro puro y resistieron cuanto sufrimiento se les aplicaba como ocurrencia de los verdugos, quienes se ingeniaban y competían unos con otros para ver cual de los procedimientos empleados daba mejor resultado para provocar la blasfemia de los labios de los perseguidos.
Cuando los “lapsi” quisieron regresar, una parte muy importante de la Iglesia los rechazó y les negó el perdón, quería para ellos una excomunión permanente solamente levantable en caso cierto de peligro de muerte.
No obstante san Cipriano, el sapientísimo obispo de Cartago, san Cornelio a la sazón Papa de Roma, hasta ese momento adversarios en procedimientos religiosos, se unieron a los “confesores” y a la mayor parte del pueblo de Dios y otorgaron el perdón y bajo algunas condiciones de penitencia, cada caso en particular, fueron de nuevo admitidos en la Iglesia del Señor, dél que ellos mismos, por miedo, por falta de fe, habían renegado unos meses antes. Regresaron a la Iglesia con una fidelidad y una fe mucho mayores, solamente, para enriquecerla y mejorarla. Yo creo que es este el momento histórico, dentro del catolicismo, donde el rigor pierde la batalla en toda la línea y para siempre ante el perdón.
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