La voz de San Juan Crisóstomo, Padre de la Iglesia

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos míos y Joanna polaca, Antonio B.L. vascuence, Placer, Laura, Lourdes navarra, Gloria P., Elvira suecana, Immacolata italiana y Antonia de Ciudad Real (España), a todos quiero haceros partícipes de cuanto dice este santo:

Quien teme a Dios como se debe y confía en Él, ha alcanzado la raíz de la felicidad, se ha posesionado de la fuente de todo gozo. Y como una pequeña chispa una vez en el mar inmenso fácilmente se apaga, así cualquier acontecimiento, que cae encima de quien teme a Dios, que es como un mar de felicidad incesante, se apaga y se pierde. Lo maravilloso, pues, es precisamente esto: que en presencia de los sufrimientos él permanece contento.

Es bien cierto, amigos todos, que el estar alegres, como quería Don Bosco de todos los jóvenes, es algo que fortalece el ánimo en uno mismo y ayuda a los demás a ir adelante. ¿Lo habéis comprobado? Yo sí y al recordar a algunas personas me quedo confortada en el alma.
Un abrazo, Orpam Saretnoc Laverz