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Dudas razonables

 
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Autor Mensaje
Germán Morales Mora
Esporádico


Registrado: 25 Jul 2007
Mensajes: 32

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 5:28 am    Asunto: Dudas razonables
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Hermanos, reciban un fraternal saludo y permitan que me presente, mi nombre es Germán Morales Mora de Lima - Perú.
Mi presencia en este foro obedece a la búsqueda del sentido de mi existencia y la repuesta a mis múltiples dudas que tengo. No busco crear discusión o algo que se parezca, sino mas bien intercambiar ideas, que puedan ayudar a encontrar respuesta a mis variadas dudas razonables.

Debo decirles que he sido católico, que participe en cursos de pastoral en la comunidad en la que viví y que actualmente no profeso ninguna religión, pero creo en un Dios amoroso pero sobretodo justo y en Jesucristo como el gran ejemplo a seguir.

Quisiera plantear la primera duda que tengo, pero para ello es necesario manifestar algunas premisas:

1.- La Biblia es un texto sagrado
2.- Dios no se equivoca ni se contradice
3.- La Biblia es el A.T con el N.T. pero es un texto único manifestado por Dios.
4.- En el A.T. se dice: "ojo por ojo y diente por diente" y en el N.T. Jesús nos dice: "amanse unos a los otros como yo os he amado"

Lo último mencionado no les parece una contradicción?

Agradeceré sus respuestas


Germán
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Elysio
Nuevo


Registrado: 10 Oct 2005
Mensajes: 21
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 6:36 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Estimado Germán Morales Mora:

El hombre ha sido creado por Dios y se le ha dotado de una mente y un corazón que son capaces de intuir la grandeza del poder divino aún cuando el nombre de Jesús se desconozca. Pero ¿Es suficiente la razón para comprender tan altos misterios? No, razón por la cuál también hemos sido bendecidos con la revelación en la Palabra de Dios.
La Biblia nos muestra el camino que hemos de seguir al encuentro con el Padre; este precioso libro trata unos 1500 años de historia, desde los patriarcas hasta Jesucristo y los apóstoles. Al estudiar las escrituras tenemos que considerar el desarrollo del hombre en su andar con Dios: primero Dios exige sacrificios de machos cabrios por el perdón de los pecados, después, con la perfecta inmolación de Cristo concluye esa era y se inaugura otra, la de la gracia y el reino de los cielos. No más sacrificios de animales pues la salvación de Jesús ha llegado a toda la humanidad de una vez y para siempre.
Algo similar ocurre con la ley del talión. En un principio se pacta "ojo por ojo, diente por diente", cuando el hombre todavía estaba aprendiendo sus primeros pasos hacia la redención que Dios le tenía preparada. Jesús viene a perfeccionar esa ley del Antiguo Testamento y a darle su carácter definitivo: "No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar sino a cumplir...Oísteis que fue dicho a los antiguos: ¨Ojo por ojo, diente por diente.¨ Más yo os digo: No resistáis al mal; antes a cualquiera que te hiere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra; y al que quisiera ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa..." (S. Mateo 5:17.38-40)
Por último hermano, y espero no haberlo agobiado con tantas letras, el precepto del AT es anulado para los cristianos porque hemos sido liberados del yugo de la ley para penetrar en los misterios de la gracia: "Pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia" (Romanos 6:14). El AT nos muestra leyes que sirven para darnos cuenta de que las exigencia de Dios son tan altas que el hombre, por sí sólo, no puede cumplir; ellas dan testimonio de la santidad de Dios y de nuestro pecado. Pero con la ayuda de Jesucristo, hemos entrado en una vida renovada y sólo nos queda servir al Señor con toda libertad, más allá de los ritos levíticos, más allá de las 600 y tantas exigencias del Pentateuco. Smile
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EduaRod
Veterano


Registrado: 21 Ene 2006
Mensajes: 3275

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 7:01 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Estimado en Cristo Germán:

Bienvenido al foro, gracias por el respeto con el que has planteado tu duda.
Sinceramente no sé si te corresponde este foro como bautizado que eres o si estarías mejor en el de diálogo interreligioso dado que no profesas actualmente ninguna religión. Pero creo que eso lo decidirán los moderadores.

En fin, en cuanto a tu duda, Cristo expresamente indica que está realizando un cambio a la ley mosaica cuando dice:
Cita:
Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
San Mateo 5, 38-42

Esto mismo, de entrada, descarta la contradicción, pues recordando lo que nos dice el principio de no contradicción: una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y sobre el mismo aspecto.
Vemos que Jesús hace un cambio, por tanto, hay una diferencia en el tiempo en lo que era antes y lo que será a partir del cambio que hizo Jesús. Por tanto, no hay contradicción.
Claro, podrías preguntar ¿pero porqué un cambio?¿acaso Dios no es inmutable?¿cómo es entonces que cambió de parecer?
Dios no cambió de parecer, Cristo también indica las razones del cambio poco antes al iniciar el discurso en el que lo hace:

Cita:
No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
San Mateo 5, 17

Cristo ha venido a dar cumplimiento a la Ley, es decir, a llevarla a su máxima perfección. La verdadera razón del cambio no es que Dios haya cambiado de parecer, sino que Dios nos dió primero una Ley acorde a las características de la primitiva civilización que teníamos entonces y que fué la que recibió esa Ley. Posteriormente, cuando nuestra civilización había madurado mucho más y era capaz de entender y asimilar formas de conducta más perfectas, fué cuando Cristo nos las enseñó.

Así, lo que tenemos en todo esto no es una contradicción, sino un proceso didáctico que obedece a las capacidades del hombre en los diferentes momentos del proceso.

Al acabar de escribir esto, veo que el hermano Elysio ya también te respondió y en ciertos puntos su respuesta se traslapa con la de un servidor, sin embargo, creo que en ambas hay matices particulares que vale la pena destacar, por lo que dejo intacta mi respuesta. En la respuesta del hermano Elysio me parece particularmente valiosa la noción de que las nuevas exigencias no son realizables al hombre sin la ayuda de Dios, por eso no era posible darnos antes esas leyes sino hasta que Cristo instituyera los medios adecuados para acceder a esa ayuda divina (principalmente, pero no únicamente, los que conocemos como sacramentos).

Que Dios te bendiga.
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EduaRod
Veterano


Registrado: 21 Ene 2006
Mensajes: 3275

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 7:24 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
Responder citando

P.D. Por cierto, tal vez tu siguiente pregunta entonces sería ¿y por qué mantener entonces el A.T.? Si Cristo ha perfeccionado lo que había antes de tal suerte que el hermano Elysio se atreve a expresarlo como "el A.T. ha sido anulado para los cristianos" ¿entonces porqué mantener el A.T. como parte de la Biblia?

Bueno, obviamente porque también se le considera palabra de Dios.
Pero debemos entender que no es una palabra de Dios "obsoleta". Cristo mismo dijo que no venía a abolirla.
No, la razón la encontramos en esta II Carta del apostol San Pedro:
Cita:
Y así se nos hace más firme la palabra de los profetas, a la cual hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana.
II San Pedro 1, 19

Vemos aquí que no sólo en la historia de la humanidad, sino en la historia personal de cada quién por lo general resulta más fácil entender las nociones del A.T. que las del N.T., las que, como hemos dicho, para poder ser asumidas en plenitud requieren de una ayuda y amistad mucho más cercana con Dios, la cual tan sólo se logra por los medios que Cristo nos proporcionó.
Así, aunque ciertamente a nuestras conciencias educadas en los principios surgidos de una civilización cristiana fácilmente les parece más perfecto y apropiado el amor hacia todos que una justicia del "ojo por ojo". La realidad es que, cuando somos los afectados, instintivamente tendemos mucho más a buscar el "ojo por ojo" de Moisés, que el "dar la otra mejilla" de Cristo.
Ciertas ofensas y agresiones verdaderamente demandan una fuerza sobrehumana para poder ser perdonadas auténticamente y desde lo más hondo del corazón. Generalmente, como lo decía una heramana en un tema de otro de los foros, nuestro "perdón" es equivalente a un simple "yo no me voy a desquitar", pero en el fondo seguimos esperando que la justicia civil, Dios, la vida o lo que sea le "cobren la factura" a nuestro agresor por sus malas acciones. Y ese no es el perdón que Cristo predicó. El perdón de Cristo es auténtico, es total, es absoluto.
Tal vez en alguna ocasión logremos perdonar así a aquellos que más apreciamos. Pero ¿perdonar así a todos? ¿siempre? Eso está bastante más difícil.
Es así como, en la práctica, la verdad es que nos entra bastante más fácil el "ojo por ojo" de Moisés, por lo que es el tipo de justicia que solemos buscar en nuestra vida cotidiana.
Lo que recomienda entonces el apostol San Pedro a cada persona en lo particular, es seguir el camino que recorrió el pueblo de Israel por medio de sus profetas para llegar a Cristo. Por eso el A.T. mantiene su vigencia y valor, pues muchas cosas del N.T. no las comprenderemos y apreciaremos jamás en todo su valor y profundidad, si antes no pasamos por el aprendizaje del A.T.

Que Dios te bendiga.
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Tomás Bertrán Mercader
Veterano


Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 1503
Ubicación: España

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 8:41 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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El "ojo por ojo y diente por diente" fuen un perfeccionamiento en el AT, ya que antes de esta ley uno, como represalia, si le mataban un hijo podía matar diez hijos de su enemigo, pero con esta ley se dijo que si te mataban un hijo, sólo podías matar un hijo de tu enemigo. Pero vino Cristo y elevó todavía más la ley, y dijo "amarás a tu enemigo", y "al mal se le vence con el bien".
Sobre cómo perdona Dios hay que aclarar que Dios perdona, pero no olvida. Si yo cometo un pecado mortal y me confieso sinceramente, se me perdona el pecado, pero me queda la pena temporal, ya que mi pecado no es sólo personal sino que también hace daño a la Iglesia o a otros. Mi pecado mortal, con la confesión queda perdonado, pero me queda la pena temporal que la tendré que pagar en esta vida o en el purgatorio. Si Dios perdonara y olvidara totalmente, no serían necesarias las indulgencias. Y recordemos los pecados que claman al Cielo, los que provocan pobreza y hambrunas, violaciones y escándalos, que a Dios tanto le duelen. Con la confesión uno se libra del infierno, pero queda la pena temporal. Uno queda manchadito, a pesar de haberse lavado con la confesión, y para entrar en el cielo debe estar limpio del todo. De ahí la existencia de las indulgencias, de las cruces en esta vida (que las debemos amar, ya que son para nuestra salvación y para la salvación de otros, por lo que la cruz es necesaria) y de la existencia del purgatorio.
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NO SOY VETERANO

TODO POR JESUS Y MARIA.
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Elysio
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Registrado: 10 Oct 2005
Mensajes: 21
Ubicación: México

MensajePublicado: Mie Jul 25, 2007 8:10 pm    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Estimado EduaRod, muchas gracias por la precisión sobre el valor del AT. De hecho, cuando le conteste a nuestro hermano dudé en el uso de la palabra "anulado" pero fue la que mejor me pareció, entre otras que podían generar mayor confusión. Wink


Elysio.
"Credo in Deum."
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Germán Morales Mora
Esporádico


Registrado: 25 Jul 2007
Mensajes: 32

MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 6:48 pm    Asunto: Agradeciendo respuestas
Tema: Dudas razonables
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Estimado hermanos, gracias a todos los que tuvieron la gentileza de contestarme e ilustrarme sobre una de mis dudas.

Quisiera saber si ustedes consideran apropiado que siga en este foro posiblemente importunando con mis dudas y a lo mejor piensan que debo ubicarme en otra página web que pudiera estar mas acorde con mi deseo de saber.

Si a ustedes les parece quisiera brindarles mi mail (seegam@ec-red.com) y a traves de el ustedes pudieran proporcionarme el suyo , si es que consideran que pueden ayudarme en forma particular sin necesidad de caer pesado en el foro. No he escrito antes ya que he tenido problemas con la computadora de mi casa.

Me despido, fraternalmente


Germán Morales Mora
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Elysio
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Registrado: 10 Oct 2005
Mensajes: 21
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Jul 26, 2007 11:15 pm    Asunto:
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Germán Morales Mora:

Pienso que este es un foro precisamente para compartir con otros hermanos en el mundo algunas de nuestras dudas. Cuando hablamos de Dios, estoy convencido de que ningún cuestionamiento sincero es pesado o está fuera de lugar; por el contrario, nuestra fe a veces exige nociones muy elementales que resultan ser las más trascendentes y valiosas en nuestro andar con Jesús.

Bendiciones Exclamation

pd. seguimos en contacto.
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Germán Morales Mora
Esporádico


Registrado: 25 Jul 2007
Mensajes: 32

MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 12:51 am    Asunto: Estimado hermano Elysio
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Estimado hermano Elysio, espero disculpe el exceso de confianza al llamarte por tu nombre, por favor llamame Germán. Agradezco esa muestra de aceptación y tolerancia a mi persona, que me permite saber que encuentro en ti alguien con quién conversar fraternalmente.
Lo que escribí anteriormente se debe a que he encontrado cierta resistencia con otras personas, lo cual me crea una desazón y mi deseo es no incomodar a nadie. En todo caso te planteo otra duda (tengo una respuesta al mismo cuando el año pasado estuve con un grupo esotèrico llamado Gnosis), ya que me gustaría saber tu apreciación del siguiente texto: Levítico 15. 1-15.
Soy de los que escucha a todos y busco rescatar todo lo bueno que me pueda dejar enseñanza, independiente de la ideología de la persona.

Agradezco nuevamente tu aprecio y paciencia

Fraternalmente


Germán
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EduaRod
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Registrado: 21 Ene 2006
Mensajes: 3275

MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 5:03 am    Asunto: Re: Estimado hermano Elysio
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Germán Morales Mora escribió:
Estimado hermano Elysio, espero disculpe el exceso de confianza al llamarte por tu nombre, por favor llamame Germán. Agradezco esa muestra de aceptación y tolerancia a mi persona, que me permite saber que encuentro en ti alguien con quién conversar fraternalmente.
Lo que escribí anteriormente se debe a que he encontrado cierta resistencia con otras personas, lo cual me crea una desazón y mi deseo es no incomodar a nadie. En todo caso te planteo otra duda (tengo una respuesta al mismo cuando el año pasado estuve con un grupo esotèrico llamado Gnosis), ya que me gustaría saber tu apreciación del siguiente texto: Levítico 15. 1-15.
Soy de los que escucha a todos y busco rescatar todo lo bueno que me pueda dejar enseñanza, independiente de la ideología de la persona.

Agradezco nuevamente tu aprecio y paciencia

Fraternalmente


Germán


Estimado en Cristo Germán:

Sinceramente creo que entras dentro de lo que contempla esta regla del foro, puesto que te has conducido con pleno respeto y señalando en todo momento que tu interés es el de conocer y aprender:
Cita:
2c. Serán aceptadas las participaciones de personas que hayan sido bautizadas en la fe católica, aún cuando sus creencias particulares actuales no estén de acuerdo totalmente con el Magisterio de la Iglesia, siempre y cuando éstas, sean con el afán de preguntar, aprender, aclarar, dialogar y nunca con el afán de criticar, difamar, calumniar o destruir. En casos excepcionalísimos, la administración del portal puede otorgar el derecho condicionado a la participación de personas que no profesan la fe católica, pero que de manera respetuosa quieren estudiarla y entenderla y piden permiso para hacerlo.

Por tanto y en la medida en que mantengas esa actitud, al menos un servidor no piensa que seas inoportuno en el foro.
Sin embargo, si quieres "asegurarte" pues manda un mensaje a: contacto@catholic.net exponiendo tu caso y pidiendo permiso expreso para participar en este foro.

Que Dios te bendiga.
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Elysio
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Registrado: 10 Oct 2005
Mensajes: 21
Ubicación: México

MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 6:25 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
Responder citando

Hermano Germán:

El pasaje de Levitico 15:1-15 a grandes razgos nos habla de una enfermedad de los órganos sexuales. Después de sanarse, la persona debía presentar un sacrificio por el pecado y un holocausto (v.15). El propósito de estas prescripciones era que el ser humano se presentara limpio y apto para acercarse a Dios a través del tabernáculo y procurar la limpieza e higiene del cuerpo. El culto a Dios de parte de los israelitas era muy preciso al indicar que a un Señor Santo se le tenía que servir sin impurezas.
Me parece que el mensaje para los cristianos de hoy consiste en respetar la propia integridad física y cuidar en el área sexual nuestro comportamiento. Dios nos orienta para que no sólo estemos limpios por dentro sino también por fuera; que no sólo le adoremos con el corazón sino con todos nuestros miembros.
Tenemos que estar muy prestos a comprender que el AT establecía castigos muy severos para los que incumplían estas normas de pureza, y saber que con Cristo ya nadie sufre por ellos porque él mismo se ha inmolado en nuestro lugar. Cuando uno se arrepiente y busca al Señor de todo corazón, nuestros pecados son perdonados y entonces accedemos a la gracia divina: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17). Cool
No sé si esto coincide con lo que le han dicho en la Gnosis; creo que la Biblia debe interpretarse a la luz de sí misma. La Escritura está lejos de ser un código secreto; por el contrario "una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa" (S. Mateo 5:14-15)
Idea
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EduaRod
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Registrado: 21 Ene 2006
Mensajes: 3275

MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 9:47 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Estimado en Cristo Germán:

Complementando un poco lo dicho por el hermano Elysio, te doy mi propia respuesta sobre el pasaje del Levítico:

En la ley mosaica existen muchos preceptos religiosos que en realidad son medidas sanitarias.
Lo puedes ver con facilidad: un derrame según se describe puede estar siendo causado por una enfermedad y, en cualquier caso, bien puede ser un medio propicio para el desarrollo y transmisión de infecciones.
Por tanto, todos los preceptos contenidos en esos versículos relativos a lavar y evitar contactos con un posible agente infeccioso son completamente razonables dentro de un contexto meramente sanitario.

Pero surge entonces la pregunta ¿Porqué hacerlos preceptos religiosos y no tal cual simples medidas sanitarias? Comencemos por indicar que estos preceptos, en la tradición judeo-cristiana, se tienen no simplemente como preceptos creados por una clase sacerdotal culta, la que en función de su conocimiento hubiese establecido tales medidas sanitarias, a las cuales hubiese dado formas de preceptos religiosos tan sólo como una manera de asegurar su observancia por parte de un pueblo comparativamente inculto; sino se tienen como preceptos auténticamente revelados por Dios.

Ahora bien, y en la línea de la pregunta con la que abriste este tema: si son preceptos queridos y ordenados por Dios ¿porqué entonces Cristo parece ignorar su valor, al punto de que los fariseos le cuestionan el no seguir este tipo de normas sanitarias? No concretamente las relativas a los derrames descritos en estos verísculos, pero sí, por ejemplo, las relativas a lavarse antes de ingerir alimentos:
Cita:
Entonces se acercan a Jesús algunos fariseos y escribas venidos de Jerusalén, y le dicen:
¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los antepasados?; pues no se lavan las manos a la hora de comer.
San Mateo 15, 1-2

La respuesta de Cristo, en este contexto, parece abrir luz sobre algunos puntos a la vez que parece obscurecer profundamente otros:
Cita:
El les respondió: Y vosotros, ¿por qué traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
Porque Dios dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte.
Pero vosotros decís: El que diga a su padre o a su madre: "Lo que de mí podrías recibir como ayuda es ofrenda", ése no tendrá que honrar a su padre y a su madre. Así habéis anulado la Palabra de Dios por vuestra tradición.
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.

San Mateo 15, 3-9


Así, a primera vista, parecería que Jesús desecha estos preceptos sanitarios como preceptos y tradiciones de hombres que poco o nada tienen que ver con el mandato y la Voluntad de Dios. Esta es la parte que parece aclarar las cosas.
Pero la parte donde se obscurecen las cosas es cuando uno se pregunta ¿y por qué entonces se presentan en el A.T. como preceptos revelados, y que han sido revelados por el mismo Dios que en el N.T. "renegará" de ellos tildándolos de meras doctrinas humanas?

Sin embargo, si analizamos con profundidad la situación y la respuesta de Cristo, veremos que no hay contradicción alguna.

El primer criterio que debemos tomar es el que ya hemos indicado de enmarcar el A.T. dentro de lo que podríamos denominar un proceso de desarrollo o maduración de la humanidad, particularmente del pueblo de Israel, en preparación a la venida del Mesías. Y el de enmarcar el N.T. como una purificación o perfeccionamiento de la Ley surgida dentro de ese proceso con el fin de llevarla a su perfección.

El segundo criterio que debemos añadir al anterior es el de que Dios no violenta nuestra historia, sino que se sirve de ella (y, por tanto, de la sabiduría y estructuras sociales y culturales que en ella desarrollamos) para enseñarnos cosas.
Sabemos, por ejemplo, que el Génesis incluye muchos mitos cuyos origenes se pueden trazar a culturas que pre-existieron al pueblo de Israel. Y, sin embargo, en la Biblia se seleccionan algunos de estos mitos (no todos), se modifican y se integran y articulan de una manera particular que no existe en ningún otro lado. En ese caso, las narraciones míticas son la aportación de la historia humana, mientras que la selección, modificación y articulación de estas narraciones es la obra de Dios. Es precisamente por ello que es en esa selección y articulación, y no necesariamente en la literalidad de la narrativa, donde podemos encontrar la verdadera enseñanza que a través de esos mitos Dios nos ha querido transmitir.

Del mismo modo debemos entender estos preceptos sanitarios. Pues debemos recordar que el pueblo de Israel, al tiempo en el que se escribió el Pentateuco (el que incluye el Levítico), era un pueblo que recién había logrado salir de la esclavitud de Egipto. Por eso, su casta sacerdotal, compuesta por la casa de Leví y los descendientes de Aaron, no puede ser considerada como una casta culta e instruida, como ocurre con otras culturas. Sin embargo, la casta sacerdotal de Egipto si que lo era. Y en Egipto, la medicina está estrechamente ligada a la religión y a la mitología. Imhotep es considerado actualmente como un hombre que fué el fundador de la medicina egipcia, pero posteriormente a su muerte es adorado por los egipcios como un dios, el dios de la medicina. Israel aprendió de Egipto esta manera de ligar los preceptos médicos y sanitarios a la religión, lo cual es, en este caso, el aporte cultural de la humanidad sobre el que Dios construye.
Y viene ahora la pregunta importante ¿qué es lo que Dios construye al seleccionar consejos médicos y sanitarios como preceptos religiosos?
Pues no es difícil en verdad adivinarlo: Dios le indica a su pueblo por este medio que se preocupa por su bienestar y por su salud.
Así, si Israel entonces no tiene la cultura como para tener una medicina de altura, Dios provee los medios para que el pueblo no sufra enfermedades y epidemias. Dios, en suma, quiere el bien del hombre.

De esta manera es como los preceptos de medicina humana que Israel aprendió de Egipto son sacralizados, lo que además definitivamente cumple también la función de asegurar su obligatoriedad y observancia.

Así, durante siglos Israel se desarrolla bajo un esquema que en buena medida ha pasado a identificar la bondad material de esos preceptos humanos con la bondad moral del cuidado que Dios provee a su pueblo.

Pero este esquema mal entendido se presta a toda clase de abusos, como aquellos que hacen los fariseos y que Jesús denuncia.
La madurez intelectual de la cultura greco-latina, que es llevada a Israel por el Imperio Romano, a diferencia de lo que ocurría en Egipto, es ya capaz de diferenciar una disciplina meramente humana como puede ser la medicina, de los aspectos trascendentes que corresponden a la moral y a la religión.

Por eso Cristo, que ha venido a llevar la Ley a plenitud, hace ya la separación que en otro tiempo parecía incomprensible para el hombre: una cosa son los preceptos médicos de la sabiduría humana, y otra muy distinta es la Voluntad de Dios y el cuidado que Dios tiene por el hombre. Cuidado que, resulta entonces más evidente, no se refiere primariamente ni se limita al aspecto material de la salud del cuerpo; sino se refiere fundamentalmente a la salud del alma.

Si nos fijamos bien, Cristo no condena el precepto humano (como si fuese malo lavarse las manos antes de comer); sino indica que no puede tolerarse el hecho de que con una comprensión simplista del precepto se pretenda olvidar o ignorar la Voluntad de Dios.
Por eso les recrimina a los fariseos usar un precepto como es la obligación de contribuir al Templo, como un pretexto para desentenderse de las personas, incluso de sus propios padres.
Pues con ese ejemplo Cristo muestra con toda claridad la perversión que se había hecho al radicalizar la lectura literal del precepto olvidando entonces la verdadera razón por la cual tal precepto se había convertido en norma religiosa. Dios quiso expresar por medio de ese precepto al hombre que se preocupaba por él; y sin embargo el hombre usa el mismo precepto para desentenderse de su hermano.

Por eso Cristo separa las cosas nuevamente: el precepto mismo era tan sólo tradición humana (tal vez buena en el contexto apropiado, pero simple tradición humana al fin y al cabo). En cambio, el mandato de Dios expresado a través del precepto siempre fué que Dios se preocupaba por los hombres y que, por tanto, los hombres debían preocuparse también por sus hermanos. Y si la humanidad se ha hecho capaz, tanto por su propio desarrollo cultural e intelectual, como por la Verdad revelada por Cristo, de entender la diferencia entre una cosa y la otra; pues entonces ya no es bueno que permanezcan mezcladas como antes, prestándose a toda clase de confusiones; sino es necesario, como lo indica Cristo, que se separe ahora lo que es el simple precepto humano, que tal vez sea médicamente bueno, pero que resulta irrelevante para la religión; de lo que es la enseñanza fundamental que se refiere al cuidado que Dios tiene por sus hijos.

Entendiendo bien que tal es la verdadera enseñanza que Dios quiere transmitir a su pueblo; comprendemos también con facilidad porqué hacia el final del texto enmaracado por tu cita se piden los sacrificios. Pues si por medio de tales preceptos sanitarios Dios ha demostrado el cuidado que tiene por sus hijos de tal suerte que gracias al seguimiento de tales preceptos el hombre ha logrado conservar su buena salud; entonces no es sino justo que agradezca a Dios por tales beneficios y a la vez se reconcilie con Él de aquellas faltas que hubiese cometido.

Si bien en el N.T. se tiene una conciencia mucho mayor del verdadero sentido de la voluntad de Dios, que es la preocupación por el bien del hombre, y en consecuencia en justicia existe una obligación mucho mayor de agradecerle; es necesario notar también que los sacrificios del A.T. ya no son necesarios; puesto que el hombre cuenta con la ayuda y el sacrificio de Cristo, del cual se hace partícipe por medio de los sacramentos.

Finalmente debemos notar también que, siguiendo una vez más el consejo de la carta del apostol San Pedro que citamos antes, el A.T. nos puede servir como un medio para responder la frecuente duda que estas consideraciones pueden hacer surgir en nuestro corazón: si Dios tiene tal cuidado por sus creaturas ¿entonces porqué sufrimos?

Pues considerando la forma en que este cuidado fue manifestado en el A.T. la razón es más que evidente: Dios da ciertos preceptos, pero el hombre elige seguirlos para su propio bien, o ignorarlos en su propio perjuicio. Y lo más grave es que resulta claro también que la falta no solo puede afectar al infractor, sino también a terceros. Por ejemplo, si alguien omite lavar la vasija de barro que usó el que padece el derrame según lo prescrito, no sólo corre el riesgo de contagiarse él mismo de una posible enfermedad; sino potencialmente puede ser el causante de que muchos otros que usen después la vasija sin lavar sean también infectados.
De la misma manera ocurre con los preceptos ya no de higiene, sino de caridad para con el prójimo que Cristo da en el N.T.: si los hombres los seguimos, será para el mayor bien de nosotros y de nuestros hermanos; si no, podemos perjudicarnos gravemente no sólo a nosotros mismos, sino también a quienes nos rodean. Por tanto, la causa del mal no es una falta de cuidado por parte de Dios. Sino la necedad y egoismo del hombre que ignoran el mandato que Dios mismo había puesto a su servicio.

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Germán Morales Mora
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MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 11:32 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Hermanos Elysio y EduaRod, estoy muy agradecido a ambos por sus respuestas las cuales me abren mas las posibilidades de interpretación de los textos bíblicos.
Siento que en mi búsqueda de la verdad Dios me ha puesto en mi camino a ustedes para recoger aprendizajes.
Les comento que me case hace 2 años y el sacerdote (bastante joven) que nos unió me sorprendió con su respuesta en la entrevista personal cuando le manifesté que estaba en un grupo esotérico, pues bien, me dijo: yo también he pertenecido antes de ser sacerdote a grupos como el tuyo, pero ten por seguro que si esta dado que retornes a la iglesia católica, llegará el momento que así será.
Quisiera hacerles una última pregunta en lo que llamaría la primera etapa de mi búsqueda, para luego hacer un momento de reflexión y análisis y proseguir más adelante.

He leído el Libro de Raúl Arias "Jesús ese gran desconocido" y se menciona en una parte del libro la forma que se supone fueron elegidos los evangelios del N.T. Podrían ilustrarme al respecto.

Mi agradecimiento nuevamente a ambos de todo corazón, ojala fueramos los seres humanos con ese grado de tolerancia que tienen ustedes.

Fraternalmente,



Germán Morales
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Elysio
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MensajePublicado: Vie Jul 27, 2007 11:41 pm    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Estimado Germán:

Los 27 libros del Nuevo Testamento fueron reconocidos (no elegidos) por la Iglesia. Las pruebas a que se sometía cada uno de ellos las podemos indicar de la siguiente forma: 1) ¿Es autoritativo?; 2) ¿Es profético?; 3) ¿Es auténtico?; 4) ¿Es dinámico?; y 5) Fue recibido, reunido y usado? Lo más importante en el caso del NT era verificar su calidad apostólica, inseparable de la autoridad del Señor.
¿Por qué reunir los libros del NT? Existieron tres razones fundamentales: a) Las herejías de Marción, un individuo que desarrolló su propio canon (regla, conjunto de libros) y comenzó a propagarlo; b) Muchas iglesias orientales estaban usando libros espurios en sus cultos; y c) Con el edicto de Dioclesiano en el año 303 (que ordenaba destruir toda la literatura cristiana) era necesario distinguir los textos sagrados de cualesquiera otros e identificar a los cristianos que de verdad estaban dispuestos a morir por su conservación.
La más antigua lista de libros del NT nos la dió Atanasio de Alejandría en el 367; luego, Jerónimo y Agustin definieron el canon en 27 libros. Justino Mártir las llamaba "Memorias de los Apóstoles"; Iréneo, discípulo de Policarpo, quien a su vez servía a Juan el apóstol, llegó a ser obispo de Lyons en la Galia, en el año 180 y sus escritos confirman la canonicidad de los cuatro Evangelios, los Hechos, Romanos, 1ra y 2da de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1era y 2da de Tesalonicenses, 1era y 2da de Timoteo, Tito, 1era de Pedro, 1era de Juan y Apocalipsis.
En el año 393 se reunieron los obispos en el Sínodo de Hipona donde se confeccionó una lista de 27 libros del NT; dichos dictámenes fueron ratificados cuatro años más tarde por el Sínodo de Cartago.
Esta brevísima referencia histórica le puede servir para iniciar una búsqueda de información más exhaustiva y detallada del camino que recorrió la escritura sagrada del NT antes de ser compilada. Por supuesto, espero que nuestro hermano EduaRod nos ilustre más al respecto como lo ha hecho hasta ahora,enriqueciendo así nuestro saber. Very Happy

Bendiciones a ambos. Idea
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archinvestigator
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MensajePublicado: Mar Jul 31, 2007 5:05 am    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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el A.T. es una preparación para el N.T., el N.T. es un perfeccionamiento del A.T. (por palabras de Jesús). Una forma más o menos justa era el ojo por ojo y diente por diente, pero Jesús perfecciona el asunto con el "poner la otra mejía", es decir, finalizar de golpe la violecia. Y asi por el estilo con el divorcio, con el matar (enseña a incluso procurar ni enojarse) y etc. etc.

Ambos sirven para la edificación, pero el N.T supera al A.T.
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carloseduguti
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MensajePublicado: Mie Ago 08, 2007 1:39 pm    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Si tenes razon es muy contradictorio y hasta parece que se presentan 2 tipos de Dioses distintos entre si
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EduaRod
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MensajePublicado: Mie Ago 08, 2007 7:09 pm    Asunto:
Tema: Dudas razonables
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Estimados en Cristo Germán y Elysio:

Estuve un tanto ocupado los últimos días y no había podido darme la vuelta por los foros, pero bueno, ya ando por aquí de regreso.

Ya el hermano Elysio dió algunas buenas referencias en la parte histórica de la definición del Canon, por lo que prefiero concentrarme en dos temas:

1. La parte espiritual del asunto.
2. Las explicaciones del tipo que entiendo expone Juan Arias en su libro. Confieso que no he leido el libro, aunque si lo he ojeado y sé a que línea general corresponde, que es a la de los defensores del llamado "Evangelio Q". Por tanto, tal vez la postura del libro no sea exactamente al 100% la que voy a comentar, pero por lo que pude ver en esa ocasión, definitivamente si es "la escuela" a la que pertenece, por lo que estoy seguro de que los comentarios serán relevantes.

Bien, en cuanto a la parte espiritual de la definición del Canon del N.T. lo primero que tenemos que establecer es qué es el cristianismo. ¿Es acaso una enseñanza que está plasmada en un libro? Es decir, el cristianismo ¿es la Biblia; es solamente la Palabra de Cristo que fue dada en un punto en el tiempo y que se nos transmite ahora como un antiguo legado de esas épocas remotas?
Se podría uno preguntar en ese sentido: si los Evangelios son verdades reveladas por Dios ¿no sería acaso absolutamente fundamental que se tuviera una seguridad absoluta de su origen y autenticidad, de tal manera que nadie pudiera venir con teorías raras que sostuviesen (como hacen los de la "escuela" que sigue Juan Arias, por ejemplo) que no son sino el producto de manipulaciones teológicas o de la manifestación de una fé que escribió más lo que le convenía escribir y no tanto lo que realmente pasó? ¿no sería más bien lógico que si ya Dios mismo se había tomado la molestia de inspirarlos no se tomara ahora también la molestia de "garantizar" su autenticidad y preservarlos?
Y, sin embargo, desde un punto de vista puramente humano, no ha ocurrido así. Son textos de los que no se conservan ni siquiera los originales, sino tan sólo copias bastante más tardías de las fechas en las que se estima fueron escritos; además de que el estilo en el que están escritos se presta a toda clase de teorías sobre su origen, admitiendo perfectamente el análisis crítico como legítimas posibildades (casi diría yo, dependiendo de la predisposición de quién haga el análisis) desde un origen según lo indica la ortodoxia católica, hasta cualquier fantasía que se quiera uno inventar con respecto a toda clase de manipulaciones.

La verdad es que las fuentes que nos dan datos sobre la vida de Jesús externas a los propios Evangelios (tanto apócrifos como canónicos) son verdaderamente mínimas, al punto de que algunos, basados en esa relativamente pobre evidencia, se atreven a dudar de la misma historicidad de la persona de Cristo. Dicho sea de paso, esa última postura me parece completamente improcedente y cargada de prejuicio ideológico, puesto que para cualquier personaje equivalente en cuanto a su relevancia en la historia puramente humana, la mínima mención por cualquier historiador más o menos reconocido se consideraría prueba inequívoca de su existencia histórica; no digamos ya el peso de los sucesos ampliamente documentados que siguieron poco tiempo después en el Imperio Romano tales como las persecuciones de cristianos.

Pero el punto es que no parece que los Evangelios y/o los hechos de la vida de Jesús que narran puedan sustentarse en evidencia científica contundente según los criterios que se pediría hoy en día para afirmar la historicidad de hechos semejantes a los narrados en los Evangelios. Y a raíz de ello, más de uno se apresuraría indebidamente a concluir de ello su falsedad, otros la baja probabilidad de su autenticidad, y finalmente algunos, como hace la "escuela" de Juan Arias, tomarían aún una postura mucho más comoda: reconocer como histórico aquello que coincida con el propio pensamiento y descalificar gratuitamente como manipulación teológica aquello que no nos guste.

¿Qué podemos concluir de ello? ¿no atenta en verdad esta confusión contra la lógica que señalabamos antes que parecería indicar que una verdad tan importante, si era auténtica, debería haber sido del todo garantizada? Pues hay que reconocer que se puede llegar perfectamente a esta conclusión siempre y cuando partamos del supuesto de que el Evangelio es un legado histórico "estático" del pasado que debe juzgarse únicamente con criterios humanos.
Pero entonces estamos limitando de antemano las opciones. Lo que nos lleva a una franca contradicción: por un lado pretendemos evaluar si el Evangelio puede tener un origen Divino o no, pero por el otro lo evaluamos con criterios que de antemano excluyen la posibilidad de tal origen y las implicaciones que esto pudiese tener.
Y una opción distinta es preguntarse "ok, la ciencia no puede garantizarlo y, por tanto, no está entonces 'garantizado' sino por la autoridad de la Iglesia ¿porqué pudo querer Dios que fuese así?". Y hay una respuesta que al mundo no le gusta, pero que puede ser realmente convincente si se le analiza con profundidad. Tal respuesta es que a nadie (comenzando por Dios mismo) le interesaba que nuestra aceptación del Evangelio como Verdad revelada estuviera basada en garantías meramente humanas.
Puedo asegurarles, queridos hermanos, que de ser así, no habría uno solo con verdadera Fé. Todos creeríamos lo que la ciencia nos dice.... y no lo que Dios nos dice.
Ante esta consideración, se revela con toda claridad la verdadera lógica del asunto: no tiene el menor sentido que Dios se presente directamente ante los hombres para hacerles conocer algo que se supone que por sí mismos no podrían conocer, para luego venir a hacerlo depender de aquello que los hombres por sí mismos pueden conocer. Sería tan ilógico como decir: "vengo a decirte algo nuevo que ya sabes, pero no lo creas porque yo te lo digo, sino porque tú mismo ya lo sabes" ¿entonces dónde está lo nuevo?

Desde luego que a nadie le resultará extraño que semejante respuesta, que de entrada desbanca a la sabiduría humana como único criterio de verdad, le resulte incomoda y difícil de digerir a la misma sabiduría humana. Pero, por otra parte, considerada la respuesta hasta este punto, es claro que no deja de parecer sino una "elegante salida" de la religión para llevar las cosas al terreno de "lo indemostrable".
Este terreno de "lo indemostrable" indebidamente ha sido muy socorrido de un tiempo para acá por los creyentes, pues es un lugar muy cómodo para estar: nadie me puede demostrar que lo que creo es falso. PEEEEROOOOO.... esta "comodidad" no es gratuita, sino se obtiene a un precio enorme: tampoco nadie me puede demostrar -ni siquiera yo mismo me lo podría demostrar a mi mismo- que lo que creo es verdad.
Sinceramente un servidor es de la firme teoría de que esta manera de creer no nos lleva a nada. Por ejemplo, citemos el caso límite más típico: la muerte de un ser muy querido. ¿Qué nos dice la religión? Que hay vida eterna. Esto, para el verdadero creyente, es un consuelo como no puede haber otro. Y, sin embargo, para el creyente de la comoda indemostrabilidad.... pues este consuelo también cae dentro de esa misma indemostrabilidad. Por tanto, tal creyente tratrá de consolarse repitiéndose a sí mismo algo de lo que en el fondo no está convencido, por lo cual, lejos de ser fuente de consuelo, será fuente de una profunda amargura que es el fruto de la incertidumbre.

Por lo anterior, me parece inaceptable dejar la respuesta en ese nivel de comoda indemostrabilidad.
Así que, si la ciencia humana y sus métodos no son los medios que nos pueden confirmar la veracidad y autenticidad del Evangelio ¿entonces cómo podemos estar seguros de ello sin caer en esas arenas movedizas de la indemostrabilidad?

Pues simple, el error de origen surge de pensar precisamente que el cristianismo es meramente un legado de doctrinas y enseñanzas del pasado que se nos han heredado.
La verdadera naturaleza del cristianismo no tiene nada que ver con eso, al contrario. El Evangelio no son cuatro libros. Sino es la Buena Noticia anunciada por Jesucristo. Y esa buena noticia se puede resumir en el nombre que el profeta Isaías da para el Mesías: Emmanuel que quiere decir "Dios con nosotros".
Si, el cristianismo y el Evangelio NO SON en primer lugar ni una comunidad, ni una doctrina, ni una enseñanza, ni unos libros, ni una serie de creencias. El cristianismo es, antes que nada, un hecho de experiencia, un encuentro personal con una persona en particular: Jesucristo. Nos lo recuerda el Santo Padre en su última encíclica "Deus Caritas Est":
Cita:
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.

CARTA ENCÍCLICA DEUS CARITAS EST
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI
SOBRE EL AMOR CRISTIANO


Ese es el auténtico criterio de verdad para el Cristiano. Por eso el auténtico cristiano no depende de un legado de la antigüedad remota ni en las pruebas que la ciencia pueda dar o dejar de dar al respecto. Y, sin embargo, tampoco está en la incertidumbre de la indemostrabilidad. Puesto que no necesita nada de eso: digamos que uno no puede dudar de la existencia de una persona a la cual conoce.
Esto no quiere decir que los libros de los Evangelios, o la Iglesia, o los dogmas, o los sacramentos no sean importantes. Al contrario, todo eso es muy importante, pero precisamente todas esas cosas adquieren su importancia en la medida en que son medios para ayudarnos a encontrar aq Cristo y a vivir en Él. Cualquier otra forma de entender o utilizar esas cosas es desvirtuarlas, haciendoles traicionar su propio objetivo.

Creo que a esta luz queda todavía más claro porqué es razonable sostener que Dios no quiso que el Evangelio dependiera de la sabiduría humana. Puesto que tal cosa sería una pista o indicación en la dirección equivocada. Parecería indicar que lo importante es el legado histórico y no el encuentro con Jesús aquí y ahora. De ahí que para el católico carezca de sentido el "Sola scriptura" protestante, el cual precisamente pareciera seguir esa falsa pista.

Siendo entonces que el criterio de verdad no nos lo dan las razones humanas, sino el encuentro personal con Cristo, nos damos cuenta de que su medio principal de transmisión es el testimonio, por el cual una persona (y a través de cada pesona que la compone, toda una generación) testifica a la otra sobre este encuentro, sirviendo así como medio para que Cristo venga al encuentro de la nueva generación de creyentes. De la misma encíclica del S.S. Benedicto XVI:

Cita:
... la caridad no ha de ser un medio en función de lo que hoy se considera proselitismo. El amor es gratuito; no se practica para obtener otros objetivos. Pero esto no significa que la acción caritativa deba, por decirlo así, dejar de lado a Dios y a Cristo. Siempre está en juego todo el hombre. Con frecuencia, la raíz más profunda del sufrimiento es precisamente la ausencia de Dios. Quien ejerce la caridad en nombre de la Iglesia nunca tratará de imponer a los demás la fe de la Iglesia. Es consciente de que el amor, en su pureza y gratuidad, es el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar. El cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es amor (1 Jn 4, 8 ) y que se hace presente justo en los momentos en que no se hace más que amar.

CARTA ENCÍCLICA DEUS CARITAS EST
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI
SOBRE EL AMOR CRISTIANO


Así pues y volviendo al centro de nuestra discusión ¿cómo fueron elegidos los Evangelios? Pues de lo anterior debería resultar ya bastante claro: por medio del testimonio, las diferentes generaciones de cristianos no se habían transmitido unas a otras tan sólo el contenido de la Revelación de Cristo, sino las diversas generaciones habían llegado a un auténtica relación personal con Aquel que había salido a su encuentro por medio de tal testimonio. Está claro que, como cualquier persona, unos la conocen mejor que otros, y la Iglesia siempre ha sostenido por simple lógica que son los santos, aquellos que se toman con más seriedad y viven con más autenticidad el mensaje de Cristo los que viven una amistad más profunda con Él. Son, por tanto, los que mejor le conocen y, en consecuencia, los testigos más creibles de su mensaje. Así pues, considerando su propio conocimiento y el testimonio de los santos, la Iglesia simplemente recogió aquellos libros en los que auténticamente veía reflejadas las enseñanzas de ese Cristo que conocía personalmente.

Digamos, estimado hermano Germán, que es algo equivalente a que hoy viniera alguien y te mostrara un mensaje atribuyéndolo al hermano Elysio en el que se dijeran cosas tales como que todo cristiano que no profese con absoluta fidelidad el Credo debe ser inmediatamente expulsado de la Iglesia, se le debe tener como un pagano y no se le debe dirigir palabra alguna. Después de haber interactuado como lo has hecho con el hermano Elysio ¿podrías creer que ese mensaje fuese auténtico? Ciertamente que no ¿verdad? Pues lo mismo pasó con la Iglesia. En realidad, simplemente identificó cuáles de entre todos aquellos libros que se pretendían presentar como Evangelios o escirtos inspirados reflejaban la Fé que había recibido de los Apóstoles, pero no simplemente como un antiguo legado que pudiese haber sido corrompido o manipulado; sino como la Fé Viva en un Cristo que la Iglesia conocía personalmente.

Es esta Fé Viva la que no puede uno sino concluir que les resulta completamente desconocida a estas personas que dudan sobre la autenticidad del Canon y/o de aquello que asientan los Evangelios. Evidentemente con tal autenticidad no me refiero necesariamente al riguroso detalle histórico como, por ejemplo, pudiera ser la cuenta exacta de las personas presentes al momento de la multiplicación de los panes, lo cual sabemos que, en el fondo, carece de importancia con respecto al hecho de que era una multitud y al testimonio que de la persona de Cristo da ese evento.
Así pues, y parafraseando el título del libro de Juan Arias, no resulta extraño que hable de "ese gran desconocido" quien piensa que recién lo está "descubriendo" mediante los limitados medios de la sabiduría humana y con las limitadísimas fuentes históricas humanamente confiables que se tienen, lo cual inevitablemente hace que tal "descubrimiento" no caiga sino en la simple especulación.
Mientras que nosotros, por nuestra parte, hablamos únicamente de aquello que de hecho nos es conocido: Jesucristo, Hijo de Dios Vivo que está presente entre nosotros y de quien, por la gracia del Espíritu Santo, damos testimonio para mayor Gloria de Dios Padre y bien de todos nuestros hermanos a quienes Él nos pide que amemos justo como por Él nos hemos sentido amados.

Si lo más importante entonces es esa relación personal con Cristo ¿Abrirá esto acaso las puertas a una "personal" o "libre" interpretación de la Escritura? No ciertamente, todo lo contrario: si decimos que conocemos a un Cristo diferente a aquel que han conocido todos aquellos que le han encontrado en la historia de la Iglesia es seguro que lo que existe en nuestra mente es producto de nuestra propia imaginación y no hemos logrado aún encontrarnos con Cristo. Pues Cristo es sólo uno y no puede ser diferente el que nosotros encontremos de Aquel que han encontrado nuestros hermanos.

Pero notemos también que, del mismo modo que este encuentro personal con Cristo cierra las puertas al relativismo de un Cristo que cada quien se construya a su gusto o medida, también cierra las puertas al fundamentalismo que se quiera encerrar en una falsa y forzada interpretación literal sacada de contexto de algún pasaje de la Escritura. Pues nadie que verdaderamente conozca a Cristo cometerá semjante tontería. Por el contrario, a lo que si se abren completamente las puertas es a nuevas formas de vivir esa relación personal con ese único Jesucristo que correspondan a las exigencias y necesidades de nuestro tiempo. Es decir, a nuevas formas de santidad, lo cual no significa sino nuevas formas de vivir el amor de Cristo.

Ya se alargó mucho este aporte, por lo que lo del Evangelio Q lo tratré en otro aporte separado.

Saludos y bendiciones.
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