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CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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clauabru
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MensajePublicado: Mar Ene 22, 2008 1:14 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Devociones > Cap 25



551 Huyamos de la "rutina" como del mismo demonio. —El gran medio para no caer en ese abismo, sepulcro de la verdadera piedad, es la continua presencia de Dios.


552 Ten pocas devociones particulares, pero constantes.


553 No olvides tus oraciones de niño, aprendidas quizá de labios de tu madre. —Recítalas cada día con sencillez, como entonces.


554 No dejes la Visita al Santísimo. —Luego de la oración vocal que acostumbres, di a Jesús, realmente presente en el Sagrario, las preocupaciones de la jornada. —Y tendrás luces y ánimo para tu vida de cristiano.


555 ¡Verdaderamente es amable la Santa Humanidad de nuestro Dios! —Te "metiste" en la Llaga santísima de la mano derecha de tu Señor, y me preguntaste: "Si una Herida de Cristo limpia, sana, aquieta, fortalece y enciende y enamora, ¿qué no harán las cinco, abiertas en el madero?"


556 El Vía Crucis. —¡Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. —Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana.


557 Devoción de Navidad. —No me sonrío cuando te veo componer las montañas de corcho del Nacimiento y colocar las ingenuas figuras de barro alrededor del Portal. —Nunca me has parecido más hombre que ahora, que pareces un niño.


558 El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado.


559 San José, Padre de Cristo, es también tu Padre y tu Señor. —Acude a él.


560 Nuestro Padre y Señor San José es Maestro de la vida interior. —Ponte bajo su patrocinio y sentirás la eficacia de su poder.


561 De San José dice Santa Teresa, en el libro de su vida: "Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro, y no errará en el camino". —El consejo viene de alma experimentada. Síguelo.


562 Ten confianza con tu Angel Custodio. —Trátalo como un entrañable amigo —lo es— y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día.


563 Gánate al Angel Custodio de aquel a quien quieras traer a tu apostolado. —Es siempre un gran "cómplice".


564 Si tuvieras presentes a tu Angel y a los Custodios de tus prójimos evitarías muchas tonterías que se deslizan en la conversación.


565 Te pasmas porque tu Angel Custodio te ha hecho servicios patentes. —Y no debías pasmarte: para eso le colocó el Señor junto a ti.


566 ¿Que hay en ese ambiente muchas ocasiones de torcerse? —Bueno. Pero, ¿acaso no hay también Custodios?


567 Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones.


568 Gustosamente harían su oficio los Santos Angeles Custodios con aquella alma que les decía: "Angeles Santos, yo os invoco, como la Esposa del Cantar de los Cantares, 'ut nuntietis ei quia amore langueo' —para que le digáis que muero de amor".


569 Sé que te doy una alegría copiándote esta oración a los Santos Angeles Custodios de nuestros Sagrarios:

Oh Espíritus Angélicos que custodiáis nuestros Tabernáculos, donde reposa la prenda adorable de la Sagrada Eucaristía, defendedla de las profanaciones y conservadla a nuestro amor.


570 Bebe en la fuente clara de los "Hechos de los Apóstoles": en el capítulo XII, Pedro, por ministerio de Angeles libre de la cárcel, se encamina a casa de la madre de Marcos. —No quieren creer a la criadita, que afirma que está Pedro a la puerta. "Angelus ejus est!" —¡será su Angel!, decían.

—Mira con qué confianza trataban a sus Custodios los primeros cristianos.

—¿Y tú?
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clauabru
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MensajePublicado: Vie Ene 25, 2008 2:25 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Fe > Cap 26



571 Las ánimas benditas del purgatorio. —Por caridad, por justicia, y por un egoísmo disculpable —¡pueden tanto delante de Dios!— tenlas muy en cuenta en tus sacrificios y en tu oración.

Ojalá, cuando las nombres, puedas decir: "Mis buenas amigas las almas del purgatorio..."


572 Me dices que por qué te recomiendo siempre, con tanto empeño, el uso diario del agua bendita. —Muchas razones te podría dar. Te bastará, de seguro, esta de la Santa de Avila: "De ninguna cosa huyen más los demonios, para no tornar, que del agua bendita".


573 Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón.


574 ¿Quién te ha dicho que hacer novenas no es varonil? —Varoniles serán esas devociones, cuando las ejercite un varón..., con espíritu de oración y de penitencia.


575 Algunos pasan por la vida como por un túnel, y no se explican el esplendor y la seguridad y el calor del sol de la fe.


576 ¡Con qué infame lucidez arguye Satanás contra nuestra Fe Católica!

Pero, digámosle siempre, sin entrar en discusiones: yo soy hijo de la Iglesia.


577 Sientes una fe gigante... —El que te da esa fe, te dará los medios.


578 Te lo dice san Pablo, alma de apóstol: "Justus ex fide vivit." —El justo vive de la fe.

—¿Qué haces que dejas que se apague ese fuego?


579 Fe. —Da pena ver de qué abundante manera la tienen en su boca muchos cristianos, y con qué poca abundancia la ponen en sus obras.

—No parece sino que es virtud para predicarla, y no para practicarla.


580 Pide humildemente al Señor que te aumente la fe. —Y luego, con nuevas luces, juzgarás bien las diferencias entre las sendas del mundo y tu camino de apóstol.


581 ¡Con qué humildad y con qué sencillez cuentan los evangelistas hechos que ponen de manifiesto la fe floja y vacilante de los Apóstoles!

—Para que tú y yo no perdamos la esperanza de llegar a tener la fe inconmovible y recia que luego tuvieron aquellos primeros.


582 ¡Qué hermosa es nuestra Fe Católica! —Da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y llena de esperanza el corazón.


583 No soy "milagrero". —Te dije que me sobran milagros en el Santo Evangelio para asegurar fuertemente mi fe. —Pero me dan pena esos cristianos —incluso piadosos, "¡apostólicos!"— que se sonríen cuando oyen hablar de caminos extraordinarios, de sucesos sobrenaturales. —Siento deseos de decirles: sí, ahora hay también milagros: ¡nosotros los haríamos si tuviéramos fe!


584 Enciende tu fe. —No es Cristo una figura que pasó. No es un recuerdo que se pierde en la historia.

¡Vive!: "Jesus Christus heri et hodie: ipse et in sæcula!" —dice San Pablo— ¡Jesucristo ayer y hoy y siempre!


585 "Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!" —¡Si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza!...

—¡Qué promesas encierra esa exclamación del Maestro!


586 Dios es el de siempre. —Hombres de fe hacen falta: y se renovarán los prodigios que leemos en la Santa Escritura.

—"Ecce non est abbreviata manus Domini" —¡El brazo de Dios, su poder, no se ha empequeñecido!


587 No tienen fe. —Pero tienen supersticiones. Risa y vergüenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva —que era, para él, de mal agüero— o al ver girar la silla sobre una pata.


588 "Omnia possibilia sunt credenti" —Todo es posible para el que cree. —Son palabras de Cristo.

—¿Qué haces, que no le dices con los apóstoles: "adauge nobis fidem!" —¡auméntame la fe!?
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MensajePublicado: Dom Ene 27, 2008 10:54 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Humildad > Cap 27

589 Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suenen también en tus oídos las risas que provocaste con tus fracasos.


590 No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra.

—Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa.


591 Cuanto más me exalten, Jesús mío, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si tú me dejas.


592 No olvides que eres... el depósito de la basura. —Por eso, si acaso el Jardinero divino echa mano de ti, y te friega y te limpia... y te llena de magníficas flores..., ni el aroma ni el color, que embellecen tu fealdad, han de ponerte orgulloso.

—Humíllate: ¿no sabes que eres el cacharro de los desperdicios?


593 Cuando te veas como eres, ha de parecerte natural que te desprecien.


594 No eres humilde cuando te humillas, sino cuando te humillan y lo llevas por Cristo.


595 Si te conocieras, te gozarías en el desprecio, y lloraría tu corazón ante la exaltación y la alabanza.


596 No te duela que vean tus faltas; la ofensa de Dios y la desedificación que puedas ocasionar, eso te ha de doler.

—Por lo demás, que sepan cómo eres y te desprecien. —No te cause pena ser nada, porque así Jesús tiene que ponerlo todo en ti.


597 Si obraras conforme a los impulsos que sientes en tu corazón y a los que la razón te dicta, estarías de continuo con la boca en tierra, en postración, como un gusano sucio, feo y despreciable... delante de ¡ese Dios!, que tanto te va aguantando.


598 ¡Qué grande es el valor de la humildad! —"Quia respexit humilitatem..." Por encima de la fe, de la caridad, de la pureza inmaculada, reza el himno gozoso de nuestra Madre en la casa de Zacarías:

"Porque vio mi humildad, he aquí que, por esto, me llamarán bienaventurada todas las generaciones".


599 Eres polvo sucio y caído. —Aunque el soplo del Espíritu Santo te levante sobre las cosas todas de la tierra y haga que brille como oro, al reflejar en las alturas con tu miseria los rayos soberanos del Sol de Justicia, no olvides la pobreza de tu condición.

Un instante de soberbia te volvería al suelo, y dejarías de ser luz para ser lodo.


600 ¿Tú..., soberbia? —¿De qué?


601 ¿Soberbia? —¿Por qué?... Dentro de poco —años, días— serás un montón de carroña hedionda: gusanos, licores malolientes, trapos sucios de la mortaja..., y nadie, en la tierra, se acordará de ti.


602 Tú, sabio, renombrado, elocuente, poderoso: si no eres humilde, nada vales. —Corta, arranca ese "yo", que tienes en grado superlativo —Dios te ayudará—, y entonces podrás comenzar a trabajar por Cristo, en el último lugar de su ejército de apóstoles.


603 Esa falsa humildad es comodidad: así, tan humildico, vas haciendo dejación de derechos... que son deberes.


604 Reconoce humildemente tu flaqueza para poder decir con el Apóstol: "cum enim infirmor, tunc potens sum" —porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.


605 Padre: ¿cómo puede usted aguantar esta basura? —me dijiste—, luego de una confesión contrita.

—Callé, pensando que si tu humildad te lleva a sentirte eso —basura: ¡un montón de basura!—, aún podremos hacer de toda tu miseria algo grande.


606 Mira qué humilde es nuestro Jesús: ¡un borrico fue su trono en Jerusalén!...


607 La humildad es otro buen camino para llegar a la paz interior. —"El" lo ha dicho: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón... y encontraréis paz para vuestras almas".


608 No es falta de humildad que conozcas el adelanto de tu alma. —Así lo puedes agradecer a Dios.

—Pero no olvides que eres un pobrecito, que viste un buen traje... prestado.


609 El propio conocimiento nos lleva como de la mano a la humildad.


610 Tu reciedumbre, para defender el espíritu y las normas del apostolado en que trabajas, no debe flaquear por falsa humildad. —Esa reciedumbre no es soberbia: es virtud cardinal de fortaleza.


611 Por soberbia. —Ya te ibas creyendo capaz de todo, tú solo. —Te dejó un instante, y fuiste de cabeza. —Sé humilde y su apoyo extraordinario no te faltará.


612 Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista. —Y nada más.

—Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor.


613 Para que seas humilde, tú, tan vacío y tan pagado de ti mismo, te basta considerar aquellas palabras de Isaías: eres "gota de agua o de rocío que cae en la tierra, y apenas se echa de ver".
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MensajePublicado: Mar Ene 29, 2008 5:08 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Obediencia > Cap 28


614 En los trabajos de apostolado no hay desobediencia pequeña.


615 Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero.

—Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.


616 Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo!


617 Obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento —que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro—, seguros de que nunca se os mandará cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios.


618 El enemigo: ¿obedecerás... hasta en ese detalle "ridículo"? —Tú, con la gracia de Dios: obedeceré... hasta en ese detalle "heroico".


619 Iniciativas. —Tenlas, en tu apostolado, dentro de los términos del mandato que te otorguen.

—Si se salen de estos límites o tienes duda, consulta al superior, sin comunicar antes a nadie tus pensamientos.

—Nunca olvides que eres solamente ejecutor.


620 Si la obediencia no te da paz, es que eres soberbio.


621 ¡Qué lástima que quien hace cabeza no te dé ejemplo!... —Pero, ¿acaso le obedeces por sus condiciones personales?... ¿O el "obedite praepositis vestris" —obedeced a vuestros superiores—, de San Pablo, lo traduces, para tu comodidad, con una interpolación tuya que venga a decir..., siempre que el superior tenga virtudes a mi gusto?


622 ¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir sin morir"!


623 Te mandan una cosa que crees estéril y difícil. —Hazla. —Y verás que es fácil y fecunda.


624 Jerarquía. —Cada pieza en su lugar. —¿Qué quedaría de un cuadro de Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada hilo de la tela se soltase, cada trozo de madera del bastidor se separase de los otros?


625 Tu obediencia no merece ese nombre si no estás decidido a echar por tierra tu labor personal más floreciente, cuando quien puede lo disponga así.


626 ¿Verdad, Señor, que te daba consuelo grande aquella "sutileza" del hombrón-niño que, al sentir el desconcierto que produce obedecer en cosa molesta y de suyo repugnante, te decía bajito: ¡Jesús, que haga buena cara!?


627 Tu obediencia debe ser muda. ¡Esa lengua!


628 Ahora, que te cuesta obedecer, acuérdate de tu Señor, "factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis" —¡obediente hasta la muerte, y muerte de cruz!


629 ¡Oh poder de la obediencia! —El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano.

—Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron "piscium multitudinem copiosam" —una gran cantidad de peces.

—Créeme: el milagro se repite cada día.
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MensajePublicado: Jue Ene 31, 2008 3:19 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Pobreza > Cap 29



630 No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. —No te crees necesidades.


631 Despégate de los bienes del mundo. —Ama y practica la pobreza de espíritu: conténtate con lo que basta para pasar la vida sobria y templadamente.

—Si no, nunca serás apóstol.


632 No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas.

—Por eso hay pobres que realmente son ricos. Y al revés.


633 Si eres hombre de Dios, pon en despreciar las riquezas el mismo empeño que ponen los hombres del mundo en poseerlas.


634 ¡Tanta afición a las cosas de la tierra! —Pronto se te irán de las manos, que no bajan con el rico al sepulcro sus riquezas.


635 No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor.


636 "Divitiæ, si affluant, nolite cor apponere" —Si vienen a tus manos las riquezas, no pongas en ellas tu corazón. —Anímate a emplearlas generosamente. Y, si fuera preciso, heroicamente.

—Sé pobre de espíritu.


637 No amas la pobreza si no amas lo que la pobreza lleva consigo.


638 ¡Cuántos recursos santos tiene la pobreza! —¿Te acuerdas? Tú le diste, en horas de agobio económico para aquella empresa apostólica, hasta el último céntimo de que disponías.

—Y te dijo —Sacerdote de Dios—: "yo te daré también todo lo que tengo". —Tú, de rodillas. Y... "la bendición de Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ti y permanezca siempre", se oyó.

—Aún te dura la persuasión de que quedaste bien pagado.
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MensajePublicado: Lun Feb 04, 2008 12:06 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Discreción > Cap 30


639 De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces.


640 ¿Cómo te atreves a encarecer que te guarden el secreto..., si esta advertencia es la señal de que no has sabido guardarlo tú?


641 Discreción no es misterio, ni secreteo. —Es, sencillamente, naturalidad.


642 Discreción es... delicadeza. —¿No sientes una inquietud, un malestar íntimo, cuando los asuntos —nobles y corrientes— de tu familia salen del calor del hogar a la indiferencia o a la curiosidad de la plaza pública?


643 No pongas fácilmente de manifiesto la intimidad de tu apostolado: ¿no ves que el mundo está lleno de egoístas incomprensiones?


644 Calla: No olvides que tu ideal es como una lucecica recién encendida. —Puede bastar un soplo para apagarla en tu corazón.


645 ¡Qué fecundo es el silencio! —Todas las energías que me pierdes, con tus faltas de discreción, son energías que restas a la eficacia de tu trabajo.

—Sé discreto.


646 Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones.


647 No pretendas que te "comprendan". —Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.


648 Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol —¡a cuántos se les va "la fuerza" por la boca!— y te evitarás muchos peligros de vanagloria.


649 ¡Siempre el espectáculo! —Me pides fotografías, gráficos, estadísticas.

—No te envío ese material, porque —me parece muy respetable la opinión contraria— creería luego que hacía una labor con vistas a encaramarme en la tierra..., y donde quiero encaramarme es en el cielo.


650 Hay mucha gente —santa— que no entiende tu camino. —No te empeñes en hacérselo comprender: perderás el tiempo y darás lugar a indiscreciones.


651 "No se puede ser raíz y copa, sino siendo savia, espíritu, cosa que va por dentro".

—El amigo tuyo que escribió esas palabras sabía que eras noblemente ambicioso. —Y te enseñó el camino: la discreción, el sacrificio, ¡ir por dentro!


652 Discreción, virtud de pocos. —¿Quién calumnió a la mujer diciendo que la discreción no es virtud de mujeres?

—¡Cuántos hombres, bien barbados, tienen que aprender!


653 ¡Qué ejemplo de discreción nos da la Madre de Dios! Ni a San José comunica el misterio.

—Pide a la Señora la discreción que te falta.


654 Ha afilado tu lengua el despecho. ¡Calla!


655 Nunca te habré ponderado con bastante encarecimiento la importancia de la discreción.

—Si no es el filo de tu arma de combate, te diré que es la empuñadura.


656 Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. —Y esto, aunque estés justísimamente airado.

—Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras.
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MensajePublicado: Sab Feb 09, 2008 12:50 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Alegría > Cap 31


657 La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre.


658 Si salen las cosas bien, alegrémonos, bendiciendo a Dios que pone el incremento. —¿Salen mal? —Alegrémonos, bendiciendo a Dios que nos hace participar de su dulce Cruz.


659 La alegría que debes tener no es esa que podríamos llamar fisiológica, de animal sano, sino otra sobrenatural, que procede de abandonar todo y abandonarte en los brazos amorosos de nuestro Padre-Dios.


660 Nunca te desanimes si eres apóstol. —No hay contradicción que no puedas superar. —¿Por qué estás triste?


661 Caras largas..., modales bruscos..., facha ridícula..., aire antipático: ¿Así esperas animar a los demás a seguir a Cristo?


662 ¿No hay alegría? —Piensa: hay un obstáculo entre Dios y yo. —Casi siempre acertarás.


663 Para poner remedio a tu tristeza me pides un consejo. —Voy a darte una receta que viene de buena mano: del apóstol Santiago.

—"Tristatur aliquis vestrum?" —¿Estás triste, hijo mío? —"Oret!" —¡Haz oración! —Prueba a ver.


664 No estés triste. —Ten una visión más... "nuestra" —más cristiana— de las cosas.


665 Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural para todos.


666 "Lætetur cor quærentium Dominum" —Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.

—Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza.
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MensajePublicado: Jue Feb 14, 2008 3:11 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Otras virtudes > Cap 32


667 Los actos de Fe, Esperanza y Amor son válvulas por donde se expansiona el fuego de las almas que viven vida de Dios.


668 Hazlo todo con desinterés, por puro Amor, como si no hubiera premio ni castigo. —Pero fomenta en tu corazón la gloriosa esperanza del cielo.


669 Está bien que sirvas a Dios como un hijo, sin paga, generosamente... —Pero no te preocupes si alguna vez piensas en el premio.


670 Dice Jesús: "y cualquiera que deje casa o hermanos o hermanas o padre o madre o esposa o hijos o heredades por causa de mi nombre, recibirá cien veces más y poseerá la vida eterna".

—¡A ver si encuentras, en la tierra, quien pague con tanta generosidad!


671 Jesús... callado. —"Jesus autem tacebat". —¿Por qué hablas tú, para consolarte o para sincerarte?

Calla. —Busca la alegría en los desprecios: siempre te harán menos de los que mereces.

—Puedes tú, acaso, preguntar: "Quid enim mali feci?" —¿qué mal he hecho?


672 Está seguro de que eres hombre de Dios si llevas con alegría y silencio la injusticia.


673 Hermosa contestación la que dio aquel varón venerable al joven que se quejaba de la injusticia sufrida:

"¿Te molesta? — le decía—, pues, ¡no quieras ser bueno!..."


674 Nunca des tu parecer si no te lo piden, aunque pienses que esta opinión tuya es la más acertada.


675 Es verdad que fue pecador. —Pero no formes sobre él ese juicio inconmovible. —Ten entrañas de piedad, y no olvides que aún puede ser un Agustín, mientras tú no pasas de mediocre.


676 Todas las cosas de este mundo no son más que tierra. —Ponlas en un montón bajo tus pies, y estarás más cerca del cielo.


677 Oro, plata, joyas..., tierra, montones de estiércol. —Goces, placeres sensuales, satisfacción de apetitos..., como una bestia, como un mulo, como un cerdo, como un gallo, como un toro.

Honores, distinciones, títulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada.


678 No pongas tus amores aquí abajo. —Son amores egoístas... Los que amas se apartarán de ti, con miedo y asco, a las pocas horas de llamarte Dios a su presencia. —Otros son los amores que perduran.


679 La gula es un vicio feo. —¿No te da un poquito de risa y otro poquito de asco ver a esos señores graves, sentados alrededor de la mesa, serios, con aire de rito, metiendo grasas en el tubo digestivo, como si aquello fuera "un fin"?


680 En la mesa, no hables de la comida: eso es una ordinariez, impropia de ti. —Habla de algo noble —del alma o del entendimiento—, y enaltecerás ese deber.


681 El día que te levantes de la mesa sin haber hecho una pequeña mortificación has comido como un pagano.


682 De ordinario comes más de lo que necesitas. —Y esa hartura, que muchas veces te produce pesadez y molestia física, te inhabilita para saborear los bienes sobrenaturales y entorpece tu entendimiento.

¡Qué buena virtud, aun para la tierra, es la templanza!


683 Te veo, caballero cristiano —dices que lo eres—, besando una imagen, mascullando una oración vocal, clamando contra los que atacan a la Iglesia de Dios..., y hasta frecuentando los Santos Sacramentos.

Pero no te veo hacer un sacrificio, ni prescindir de ciertas conversaciones... mundanas (podría, con razón, aplicarles otro calificativo), ni ser generoso con los de abajo... ¡ni con esa Iglesia de Cristo!, ni soportar una flaqueza de tu hermano, ni abatir tu soberbia por el bien común, ni deshacerte de tu firme envoltura de egoísmo, ni... ¡tantas cosas más!

Te veo... —No te veo... —Y tú... ¿dices que eres caballero cristiano? —¡Qué pobre concepto tienes de Cristo!


684 Tu talento, tu simpatía, tus condiciones... se pierden: no te dejan aprovecharlas. —Piensa bien estas palabras de un autor espiritual: "No se pierde el incienso que se ofrece a Dios. —Más honrado es el Señor con el abatimiento de tus talentos que con el vano uso de ellos".
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MensajePublicado: Lun Feb 18, 2008 2:59 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Tribulaciones > Cap 33



685 El vendaval de la persecución es bueno. —¿Qué se pierde?... No se pierde lo que está perdido. —Cuando no se arranca el árbol de cuajo —y el árbol de la Iglesia no hay viento ni huracán que pueda arrancarlo— solamente se caen las ramas secas... y esas, bien caídas están.


686 Conforme: aquella persona ha sido mala contigo. —Pero, ¿no has sido tú peor con Dios?


687 Jesús: por dondequiera que has pasado no quedó un corazón indiferente. —O se te ama o se te odia.

Cuando un varón-apóstol te sigue, cumpliendo su deber, ¿podrá extrañarme —¡si es otro Cristo!— que levante parecidos murmullos de aversión o de afecto?


688 Otra vez...: Que han dicho, que han escrito...: En favor, en contra...: Con buena, y con menos buena voluntad...: Reticencias y calumnias, panegíricos y exaltaciones...: sandeces y aciertos...

—¡Tonto, tontísimo!: ¿Qué te importa, cuando vas derecho a tu fin, cabeza y corazón borrachos de Dios, el clamor del viento o el cantar de la chicharra, o el mugido o el gruñido o el relincho?...

Además... es inevitable: no pretendas poner puertas al campo.


689 Se han desatado las lenguas y has sufrido desaires que te han herido más porque no los esperabas.

Tu reacción sobrenatural debe ser perdonar —y aun pedir perdón— y aprovechar la experiencia para despegarte de las criaturas.


690
Cuando venga el sufrimiento, el desprecio..., la Cruz, has de considerar: ¿qué es esto para lo que yo merezco?


691 ¿Estás sufriendo una gran tribulación? —¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril:

"Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. —Amén. —Amén."

Yo te aseguro que alcanzarás la paz.


692 Sufres en esta vida de aquí..., que es un sueño... corto. —Alégrate: porque te quiere mucho tu Padre-Dios, y, si no pones obstáculos, tras este sueño malo, te dará un buen despertar.


693 Te duele que no te agradezcan aquel favor. —Respóndeme a estas dos preguntas: ¿tan agradecido eres tú con Cristo Jesús?... ¿has sido capaz de hacer ese favor, buscando el agradecimiento en la tierra?


694 No sé por qué te asustas. —Siempre fueron poco razonables los enemigos de Cristo.

Resucitado Lázaro, debieron rendirse y confesar la divinidad de Jesús. —Pues, no: ¡matemos al que da la vida!, dijeron.

Y hoy, como ayer.


695 En las horas de lucha y contradicción, cuando quizá "los buenos" llenen de obstáculos tu camino, alza tu corazón de apóstol: oye a Jesús que habla del grano de mostaza y de la levadura. —Y dile: "edissere nobis parabolam" —explícame la parábola.

Y sentirás el gozo de contemplar la victoria futura: aves del cielo, en el cobijo de tu apostolado, ahora incipiente; y toda la masa fermentada.


696 Si recibes la tribulación con ánimo encogido pierdes la alegría y la paz, y te expones a no sacar provecho espiritual de aquel trance.


697 Los acontecimientos públicos te han metido en un encierro voluntario, peor quizá, por sus circunstancias, que el encierro de una prisión. —Has sufrido un eclipse de tu personalidad.

No encuentras campo: egoísmos, curiosidades, incomprensiones y susurración. —Bueno; ¿y qué? ¿Olvidas tu voluntad libérrima y tu poder de "niño"? —La falta de hojas y de flores (de acción externa) no excluye la multiplicación y la actividad de las raíces (vida interior).

Trabaja: ya cambiará el rumbo de las cosas, y darás más frutos que antes, y más sabrosos.


698 ¿Te riñen? —No te enfades, como te aconseja tu soberbia. —Piensa: ¡qué caridad tienen conmigo! ¡Lo que se habrán callado!


699 Cruz, trabajos, tribulaciones: los tendrás mientras vivas. —Por ese camino fue Cristo, y no es el discípulo más que el Maestro.


700 Conforme: hay mucha lucha de fuera y esto te exime, en parte. —Pero también hay complicidad dentro —mira despacio— y ahí no veo eximente.


701 ¿No has oído de labios del Maestro la parábola de la vid y los sarmientos? —Consuélate: te exige, porque eres sarmiento que da fruto... Y te poda, "ut fructum plus afferas" —para que des más fruto.

¡Claro!: duele ese cortar, ese arrancar. Pero, luego, ¡qué lozanía en los frutos, qué madurez en las obras!


702 Estás intranquilo. —Mira: pase lo que pase en tu vida interior o en el mundo que te rodea nunca olvides que la importancia de los sucesos o de las personas es muy relativa. —Calma: deja que corra el tiempo; y, después, viendo de lejos y sin pasión los acontecimientos y las gentes adquirirás la perspectiva, pondrás cada cosa en su lugar y con su verdadero tamaño.

Si obras de este modo serás más justo y te ahorrarás muchas preocupaciones.


703 Una mala noche, en una mala posada. —Así dicen que definió esta vida terrena la Madre Teresa de Jesús. —¿No es verdad que es comparación certera?


704 Una visita al monasterio famoso. —Aquella señora extranjera sintió apiadársele las entrañas al considerar la pobreza del edificio: "¿Deben llevar ustedes una vida muy dura, no?" Y el monje, satisfecho, se limitó a contestar: "Tú lo quisiste, fraile mostén; tú lo quisiste, tú te lo ten".

Esto, que gozosamente oí decir a ese santo varón, tengo que decírtelo a ti con pena, cuando me cuentas que no eres feliz.


705 ¿Inquietarte? —Jamás: que eso es perder la paz.


706 Decaimiento físico. —Estás... derrumbado. —Descansa. Para esa actividad exterior. —Consulta al médico. Obedece, y despreocúpate.

Pronto volverás a tu vida y mejorarás, si eres fiel, tus apostolados.
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 12:03 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Lucha interior > Cap 34



707 No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz —íntima, insinuante— del hombre viejo.

Es "el cuerpo de muerte", que clama por sus fueros perdidos... Te basta la gracia: sé fiel y vencerás.


708 El mundo, el demonio y la carne son unos aventureros que, aprovechándose de la debilidad del salvaje que llevas dentro, quieren que, a cambio del pobre espejuelo de un placer —que nada vale—, les entregues el oro fino y las perlas y los brillantes y rubíes empapados en la sangre viva y redentora de tu Dios, que son el precio y el tesoro de tu eternidad.


709 ¿Oyes? —En otro estado, en otro lugar, en otro grado y oficio harías mucho mayor bien. —¡Para hacer lo que haces no hace falta talento!...

Pues yo te digo: donde te han puesto agradas a Dios..., y eso que venías pensando es claramente sugestión infernal.


710 Te apuras y entristeces porque tus Comuniones son frías, llenas de aridez. —Cuando vas al Sacramento, dime: ¿te buscas a ti o buscas a Jesús? —Si te buscas a ti, motivo tienes para entristecerte... Pero si —como debes— buscas a Cristo, ¿quieres señal más segura que la Cruz para saber que le has encontrado?


711 Otra caída... y ¡qué caída!... ¿Desesperarte?... No: humillarte y acudir, por María, tu Madre, al Amor Misericordioso de Jesús. —Un "miserere" y ¡arriba ese corazón! —A comenzar de nuevo.


712 ¡Muy honda es tu caída! —Comienza los cimientos desde ahí abajo. —Sé humilde. —"Cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies". —No despreciará Dios un corazón contrito y humillado.


713 Tú no vas contra Dios. —Tus caídas son de fragilidad. —Conforme: pero ¡son tan frecuentes esas fragilidades! —no sabes evitarlas— que, si no quieres que te tenga por malo, habré de tenerte por malo y por tonto.


714 Un querer sin querer es el tuyo, mientras no quites decididamente la ocasión. —No te quieras engañar diciéndome que eres débil. Eres... cobarde, que no es lo mismo.


715 Esa trepidación de tu espíritu, la tentación, que te envuelve, es como una venda sobre los ojos de tu alma.

Estás a oscuras. —No te empeñes en andar solo, porque, solo, caerás. —Ve a tu Director —a tu superior— y él hará que oigas aquellas palabras de Rafael Arcángel a Tobías:

"Forti animo esto, in proximo est ut a Deo cureris" —Ten ánimo, que pronto te curará Dios. —Sé obediente, y caerán las escamas, caerá la venda de tus ojos, y Dios te llenará de gracia y de paz.


716 ¡No sé vencerme!, me escribes con desaliento. —Y te contesto: Pero, ¿acaso has intentado poner los medios?


717 ¡Bienaventuradas malaventuras de la tierra! —Pobreza, lágrimas, odios, injusticia, deshonra... Todo lo podrás en Aquel que te confortará.


718 Sufres... y no querrías quejarte. —No importa que te quejes —es la reacción natural de la pobre carne nuestra—, mientras tu voluntad quiere en ti, ahora y siempre, lo que quiera Dios.


719 Nunca te desesperes. Muerto y corrompido estaba Lázaro: "iam foetet, quatriduanus est enim" —hiede, porque hace cuatro días que está enterrado, dice Marta a Jesús.

Si oyes la inspiración de Dios y la sigues —"Lazare, veni foras!" —¡Lázaro, sal afuera!—, volverás a la Vida.


720 ¡Que cuesta! —Ya lo sé. Pero, ¡adelante!: nadie será premiado —y ¡qué premio!— sino el que pelee con bravura.


721 Si se tambalea tu edificio espiritual, si todo te parece estar en el aire..., apóyate en la confianza filial en Jesús y en María, piedra firme y segura sobre la que debiste edificar desde el principio.


722 La prueba esta vez es larga. —Quizá —y sin quizá— no la llevaste bien hasta aquí... porque aún buscabas consuelos humanos. —Y tu Padre-Dios los arrancó de cuajo para que no tengas más asidero que El.


723 ¿Que te da todo igual? —No quieras engañarte. Ahora mismo, si yo te preguntara por personas y por empresas, en las que por Dios metiste tu alma, habrías de contestarme, ¡briosamente!, con el interés de quien habla de cosa propia.

No te da todo igual: es que no eres incansable..., y necesitas más tiempo para ti: tiempo que será también para tus obras, porque, a última hora, tú eres el instrumento.


724 Me dices que tienes en tu pecho fuego y agua, frío y calor, pasioncillas y Dios...: una vela encendida a San Miguel, y otra al diablo.

Tranquilízate: mientras quieras luchar no hay dos velas encendidas en tu pecho, sino una, la del Arcángel.


725 El enemigo casi siempre procede así con las almas que le van a resistir: hipócritamente, suavemente: motivos... ¡espirituales!: no llamar la atención... —Y luego, cuando parece no haber remedio (lo hay), descaradamente..., por si logra una desesperación a lo Judas, sin arrepentimiento.


726 Al perder aquellos consuelos humanos te has quedado con una sensación de soledad, como pendiente de un hilillo sobre el vacío de negro abismo. —Y tu clamor, tus gritos de auxilio, parece que no los escucha nadie.

Bien merecido tienes ese desamparo. —Sé humilde, no te busques a ti, ni busques tu comodidad: ama la Cruz —soportarla es poco— y el Señor oirá tu oración. —Y se encalmarán tus sentidos. —Y tu corazón volverá a cerrarse. —Y tendrás paz.


727 En carne viva. —Así te encuentras. Todo te hace sufrir en las potencias y en los sentidos. Y todo te es tentación...

Sé humilde —insisto—: verás qué pronto te sacan de ese estado: y el dolor se trocará en gozo: y la tentación, en segura firmeza.

Pero, mientras, aviva tu fe; llénate de esperanza; y haz continuos actos de Amor, aunque pienses que son sólo de boca.


728 Toda nuestra fortaleza es prestada.


729 ¡Oh, Dios mío: cada día estoy menos seguro de mí y más seguro de Ti!


730 Si no le dejas, El no te dejará.


731 Espéralo todo de Jesús: tú no tienes nada, no vales nada, no puedes nada. —El obrará, si en El te abandonas.


732 ¡Oh, Jesús! —Descanso en Ti.


733 Confía siempre en tu Dios. —El no pierde batallas.
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MensajePublicado: Mie Mar 05, 2008 5:32 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Postrimerías > Cap 35



734 "Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas". —Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? —Sí..., ¡y Dios su eternidad!


735 Si eres apóstol, la muerte será para ti una buena amiga que te facilita el camino.


736 ¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú.


737 No has oído con qué tono de tristeza se lamentan los mundanos de que "cada día que pasa es morir un poco"?

Pues, yo te digo: alégrate, alma de apóstol, porque cada día que pasa te aproxima a la Vida.


738 A los "otros", la muerte les para y sobrecoge. —A nosotros, la muerte —la Vida— nos anima y nos impulsa.

Para ellos es el fin: para nosotros, el principio.


739 No tengas miedo a la muerte. —Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. —No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. —¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte!


740 ¿Qué pieza del mundo se desquiciará si yo falto, si muero?


741 ¿Ves cómo se deshace materialmente, en humores que apestan, el cadáver de la persona querida? —Pues, ¡eso es un cuerpo hermoso! —Contémplalo y saca consecuencias.


742 Aquellos cuadros de Valdés Leal, con tanta carroña distinguida —obispos, calatravos— en viva podredumbre, me parece imposible que no te muevan.

Pero ¿y el gemido del duque de Gandía: no más servir a señor que se me pueda morir?


743 Me hablas de morir "heroicamente". —¿No crees que es más "heroico" morir inadvertido en una buena cama, como un burgués..., pero de mal de Amor?


744 Tú —si eres apóstol— no has de morir. —Cambiarás de casa, y nada más.


745 "Ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos", rezamos en el Credo. —Ojalá no me pierdas de vista ese juicio y esa justicia y... a ese Juez.


746 ¿No brilla en tu alma el deseo de que tu Padre-Dios se ponga contento cuando te tenga que juzgar?


747 Hay mucha propensión en las almas mundanas a recordar la Misericordia del Señor. —Y así se animan a seguir adelante en sus desvaríos.

Es verdad que Dios Nuestro Señor es infinitamente misericordioso, pero también es infinitamente justo: y hay un juicio, y El es el Juez.


748 Anímate. —¿No sabes que dice San Pablo, a los de Corinto, que "cada uno recibirá su propio salario, a medida de su trabajo"?


749 Hay infierno. —Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrullada. —Te la voy a repetir: ¡hay infierno!

Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero... y de aquel otro.


750 Oyeme, hombre metido en la ciencia hasta las cejas: tu ciencia no me puede negar la verdad de las actividades diabólicas. Mi Madre, la Santa Iglesia —durante muchos años: y es también una laudable devoción privada— ha hecho que los Sacerdotes al pie del altar invoquen cada día a San Miguel, "contra nequitiam et insidias diaboli" —contra la maldad y las insidias del enemigo.


751 El cielo: "ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que tiene Dios preparadas para aquellos que le aman".

¿No te empujan a luchar esas revelaciones del apóstol?


752 Siempre. —¡Para siempre! —Palabras manoseadas por el afán humano de prolongar —de eternizar— lo que es gustoso.

Palabras mentirosas, en la tierra, donde todo se acaba.


753 Esto de aquí es un continuo acabarse: aún no empieza el placer y ya se termina
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MensajePublicado: Dom Mar 09, 2008 3:34 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > La voluntad de Dios > Cap 36


754 Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: "qui facit voluntatem Patris mei qui in clis est, ipse intrabit in regnum caelorum" —el que hace la voluntad de mi Padre..., ¡ése entrará!


755 De que tú y yo nos portemos como Dios quiere —no lo olvides— dependen muchas cosas grandes.


756 Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad.

Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel.

No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. —Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.


757 ¿Resignación?... ¿Conformidad?... ¡Querer la Voluntad de Dios!


758 La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. —Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.


759 ¡Paz, paz!, me dices. —La paz es... para los hombres de "buena" voluntad.


760 Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: "Dominus regit me, et nihil mihi deerit" —el Señor me gobierna, nada me faltará.

¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?


761 Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: "Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido".


762 Acto de identificación con la Voluntad de Dios:

¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!


763 No dudes: deja que salga del corazón a los labios un "Fiat" —¡hágase!... —que sea la coronación del sacrificio.


764 Cuanto más cerca está de Dios el apóstol, se siente más universal: se agranda el corazón para que quepan todos y todo en los deseos de poner el universo a los pies de Jesús.


765 Más quiero tu Voluntad, Dios mío, que no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria.


766 El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. —Di, pues: "meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus" —mi alimento es hacer su Voluntad.


767 Ese abandono es precisamente la condición que te hace falta para no perder en lo sucesivo tu paz.


768 El "gaudium cum pace" —la alegría y la paz— es fruto seguro y sabroso del abandono.


769 La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo.


770 No eres menos feliz porque te falta que si te sobrara.


771 Dios exalta a quienes cumplen su Voluntad en lo mismo en que los humilló.


772 Pregúntate muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo hacer?


773 Jesús, lo que tú "quieras"... yo lo amo.


774 Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.


775 Señor, si es tu Voluntad, haz de mi pobre carne un Crucifijo.


776 No caigas en un círculo vicioso: tú piensas: cuando se arregle esto así o del otro modo seré muy generoso con mi Dios.

¿Acaso Jesús no estará esperando que seas generoso sin reservas para arreglar El las cosas mejor de lo que imaginas?

Propósito firme, lógica consecuencia: en cada instante de cada día trataré de cumplir con generosidad la Voluntad de Dios.


777 Tu propia voluntad, tu propio juicio: eso es lo que te inquieta.


778 Es cuestión de segundos... Piensa antes de comenzar cualquier negocio: ¿Qué quiere Dios de mí en este asunto?

Y, con la gracia divina, ¡hazlo!
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MensajePublicado: Mie Mar 12, 2008 1:05 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > La gloria de Dios > Cap 37



779 Es bueno dar gloria a Dios, sin tomarse anticipos (mujer, hijos, honores...) de esa gloria, de que gozaremos plenamente con El en la Vida...

Además, El es generoso... Da el ciento por uno: y esto es verdad hasta en los hijos. —Muchos se privan de ellos por su gloria, y tienen miles de hijos de su espíritu. —Hijos, como nosotros lo somos del Padre nuestro, que está en los cielos.


780 "Deo omnis gloria". —Para Dios toda la gloria. —Es una confesión categórica de nuestra nada. El, Jesús, lo es todo. Nosotros, sin El, nada valemos: nada.

Nuestra vanagloria sería eso: gloria vana; sería un robo sacrílego; el "yo" no debe aparecer en ninguna parte.


781 Sin mí nada podéis hacer, ha dicho el Señor. —Y lo ha dicho, para que tú y yo no nos apuntemos éxitos que son suyos. —"Sine me, nihil!..."


782 ¿Cómo te atreves a emplear ese chispazo del entendimiento divino, que es tu razón, en otra cosa que no sea dar gloria a tu Señor?


783 Si la vida no tuviera por fin dar gloria a Dios, sería despreciable, más aún: aborrecible.


784 Da "toda" la gloria a Dios. —"Exprime" con tu voluntad, ayudado por la gracia, cada una de tus acciones, para que en ellas no quede nada que huela a humana soberbia, a complacencia de tu "yo".


785 "Deus meus es tu, et confitebor tibi: Deus meus es tu, et exaltabo te". —Tú eres mi Dios, y te confesaré: Tú eres mi Dios, y te exaltaré. —Hermoso programa..., para un apóstol de tu talla.


786 Que ningún afecto te ate a la tierra, fuera del deseo divinísimo de dar gloria a Cristo y, por El y con El y en El, al Padre y al Espíritu Santo.


787 Rectifica, rectifica. —¡Tendría tan poca gracia que ese vencimiento fuera estéril porque te has movido por miras humanas!


788 Pureza de intención. —Las sugestiones de la soberbia y los ímpetus de la carne los conoces pronto... y peleas y, con la gracia, vences.

Pero los motivos que te llevan a obrar, aun en las acciones más santas, no te parecen claros... y sientes una voz allá dentro que te hace ver razones humanas..., con tal sutileza, que se infiltra en tu alma la intranquilidad de pensar que no trabajas como debes hacerlo —por puro Amor, sola y exclusivamente por dar a Dios toda su gloria.

Reacciona en seguida cada vez y di: "Señor, para mí nada quiero. —Todo para tu gloria y por Amor".


789 Sin duda que has purificado bien tu intención, cuando has dicho: renuncio desde ahora a toda gratitud y pago humanos.
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MensajePublicado: Sab Mar 15, 2008 3:56 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Proselitismo > Cap 38




790 ¿No gritaríais de buena gana a la juventud que bulle alrededor vuestro: ¡locos!, dejad esas cosas mundanas que achican el corazón... y muchas veces lo envilecen..., dejad eso y venid con nosotros tras el Amor?


791 Te falta "vibración". —Esa es la causa de que arrastres a tan pocos. —Parece como si no estuvieras muy persuadido de lo que ganas al dejar por Cristo esas cosas de la tierra.

Compara: ¡el ciento por uno y la vida eterna! —¿Te parece pequeño el "negocio"?


792 "Duc in altum". —¡Mar adentro! —Rechaza el pesimismo que te hace cobarde. "Et laxate retia vestra in capturam" —y echa tus redes para pescar.

¿No ves que puedes decir, como Pedro: "in nomine tuo, laxabo rete" —Jesús, en tu nombre, buscaré almas?


793 Proselitismo. —Es la señal cierta del celo verdadero.


794 Sembrar. —Salió el sembrador... Siembra a voleo, alma de apóstol. —El viento de la gracia arrastrará tu semilla si el surco donde cayó no es digno... Siembra, y está cierto de que la simiente arraigará y dará su fruto.


795 Con el buen ejemplo se siembra buena semilla; y la caridad obliga a sembrar a todos.


796 Pequeño amor es el tuyo si no sientes el celo por la salvación de todas las almas. —Pobre amor es el tuyo si no tienes ansias de pegar tu locura a otros apóstoles.


797 Sabes que tu camino no es claro. —Y que no lo es porque al no seguir de cerca a Jesús te quedas en tinieblas. —¿A qué esperas para decidirte?


798 ¿Razones?... ¿Qué razones daría el pobre Ignacio al sabio Xavier?


799 Lo que a ti te maravilla a mí me parece razonable. —¿Que te ha ido a buscar Dios en el ejercicio de tu profesión?

Así buscó a los primeros: a Pedro, a Andrés, a Juan y a Santiago, junto a las redes: a Mateo, sentado en el banco de los recaudadores...

Y, ¡asómbrate!, a Pablo, en su afán de acabar con la semilla de los cristianos.


800 La mies es mucha y pocos los operarios. —"Rogate ergo!" —Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe operarios a su campo.

La oración es el medio más eficaz de proselitismo.


801 Aún resuena en el mundo aquel grito divino: "Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?" —Y ya ves: casi todo está apagado...

¿No te animas a propagar el incendio?


802 Querrías atraer a tu apostolado a aquel hombre sabio, a aquel otro poderoso, a aquel lleno de prudencia y virtudes.

Ora, ofrece sacrificios y trabájalos con tu ejemplo y con tu palabra. —¡No vienen! —No pierdas la paz: es que no hacen falta.

¿Crees que no había contemporáneos de Pedro, sabios, y poderosos, y prudentes, y virtuosos, fuera del apostolado de los primeros doce?


803 Me han dicho que tienes "gracia", "gancho", para atraer almas a tu camino.

Agradécele a Dios ese don: ¡ser instrumento para buscar instrumentos!


804 Ayúdame a clamar: ¡Jesús, almas!... ¡Almas de apóstol!: son para ti, para tu gloria.

Verás como acaba por escucharnos.


805 Oye: ahí... ¿no habrá uno... o dos, que nos entiendan bien?


806 Dile, a... ése, que necesito cincuenta hombres que amen a Jesucristo sobre todas las cosas.


807 Me dices, de ese amigo tuyo, que frecuenta sacramentos, que es de vida limpia y buen estudiante. —Pero que no "encaja": si le hablas de sacrificio y apostolado, se entristece y se te va.

No te preocupe. —No es un fracaso de tu celo: es, a la letra, la escena que narra el Evangelista: "si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres" (sacrificio)... "y ven después y sígueme" (apostolado).

El adolescente "abiit tristis" —se retiró también entristecido: no quiso corresponder a la gracia.


808 "Una buena notica: un nuevo loco..., para el manicomio". —Y todo es alborozo en la carta del "pescador".

¡Que Dios llene de eficacia tus redes!


809 Proselitismo. —¿Quién no tiene hambre de perpetuar su apostolado?


810 Ese afán de proselitismo que te come las entrañas es señal cierta de tu entregamiento.


811 ¿Te acuerdas? —Hacíamos tú y yo nuestra oración, cuando caía la tarde. Cerca se escuchaba el rumor del agua. —Y, en la quietud de la ciudad castellana, oíamos también voces distintas que hablaban en cien lenguas, gritándonos angustiosamente que aún no conocen a Cristo.

Besaste el Crucifijo, sin recatarte, y le pediste ser apóstol de apóstoles.


812 Me explico que quieras tanto a tu Patria y a los tuyos y que, a pesar de esas ataduras, aguardes con impaciencia el momento de cruzar tierras y mares —¡ir lejos!— porque te desvela el afán de mies.
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MensajePublicado: Jue Mar 27, 2008 12:03 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Cosas pequeñas > Cap 39


813 Hacedlo todo por Amor. —Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. —La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo.


814 Un pequeño acto, hecho por Amor, ¡cuánto vale!


815 ¿Quieres de verdad ser santo? —Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces.


816 Has errado el camino si desprecias las cosas pequeñas.


817 La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante.


818 Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas.


819 Porque fuiste "in pauca fidelis" —fiel en lo poco—, entra en el gozo de tu Señor. —Son palabras de Cristo. —"In pauca fidelis!..." —¿Desdeñarás ahora las cosas pequeñas si se promete la gloria a quienes las guardan?


820 No juzgues por la pequeñez de los comienzos: una vez me hicieron notar que no se distinguen por el tamaño las simientes que darán hierbas anuales de las que van a producir árboles centenarios.


821 No me olvides que en la tierra todo lo grande ha comenzado siendo pequeño. —Lo que nace grande es monstruoso y muere.


822 Me dices: cuando se presente la ocasión de hacer algo grande... ¡entonces! —¿Entonces? ¿Pretendes hacerme creer, y creer tú seriamente, que podrás vencer en la Olimpiada sobrenatural, sin la diaria preparación, sin entrenamiento?


823 ¿Has visto cómo levantaron aquel edificio de grandeza imponente? —Un ladrillo, y otro. Miles. Pero, uno a uno. —Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto. —Y trozos de hierro. —Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas...

¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?... —¡A fuerza de cosas pequeñas!


824 ¿No has visto en qué "pequeñeces" está el amor humano? —Pues también en "pequeñeces" está el Amor divino.


825 Sigue en el cumplimiento exacto de las obligaciones de ahora. —Ese trabajo —humilde, monótono, pequeño— es oración cuajada en obras que te disponen a recibir la gracia de la otra labor —grande, ancha y honda— con que sueñas.


826 Todo aquello en que intervenimos los pobrecitos hombres —hasta la santidad— es un tejido de pequeñas menudencias, que —según la rectitud de intención— pueden formar un tapiz espléndido de heroísmo o de bajeza, de virtudes o de pecados.

Las gestas relatan siempre aventuras gigantescas, pero mezcladas con detalles caseros del héroe. —Ojalá tengas siempre en mucho —¡línea recta!— las cosas pequeñas.


827 ¿Te has parado a considerar la suma enorme que pueden llegar a ser "muchos pocos"?


828 Ha sido dura la experiencia: no olvides la lección. —Tus grandes cobardías de ahora son —está claro— paralelas a tus pequeñas cobardías diarias.

"No has podido" vencer en lo grande, "porque no quisiste" vencer en las cosas pequeñas.


829 ¿No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el templo su pequeña limosna? —Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des.


830 No me seas... tonto: es verdad que haces el papel —a lo más— de un pequeño tornillo en esa gran empresa de Cristo.

Pero, ¿sabes lo que supone que el tornillo no apriete bastante o salte de su sitio?: se aflojarán piezas de más tamaño o caerán melladas las ruedas.

Se habrá entorpecido el trabajo. —Quizá se inutilizará toda la maquinaria.

¡Qué grande cosa es ser un pequeño tornillo!
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MensajePublicado: Mar Abr 01, 2008 12:12 am    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Táctica > Cap 40



831 Eres, entre los tuyos —alma de apóstol—, la piedra caída en el lago. —Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo... y éste, otro... y otro, y otro... Cada vez más ancho.

¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión?


832 ¡Qué afán hay en el mundo por salirse de su sitio! —¿Qué pasaría si cada hueso, cada músculo del cuerpo humano quisiera ocupar puesto distinto del que le pertenece?

No es otra la razón del malestar del mundo. —Persevera en tu lugar, hijo mío: desde ahí ¡cuánto podrás trabajar por el reinado efectivo de Nuestro Señor!


833 ¡Caudillos!... Viriliza tu voluntad para que Dios te haga caudillo. ¿No ves cómo proceden las malditas sociedades secretas? Nunca han ganado a las masas. —En sus antros forman unos cuantos hombres-demonios que se agitan y revuelven a las muchedumbres, alocándolas, para hacerlas ir tras ellos, al precipicio de todos los desórdenes... y al infierno. —Ellos llevan una simiente maldecida.

Si tú quieres..., llevarás la Palabra de Dios, bendita mil y mil veces, que no puede faltar. Si eres generoso..., si correspondes, con tu santificación personal, obtendrás la de los demás: el reinado de Cristo: que "omnes cum Petro ad Jesum per Mariam".


834 ¿Hay locura más grande que echar a voleo el trigo dorado en la tierra para que se pudra? —Sin esa generosa locura no habría cosecha.

Hijo: ¿cómo andamos de generosidad?


835 ¿Brillar como una estrella..., ansia de altura y de lumbre encendida en el cielo?

Mejor: quemar, como una antorcha, escondido, pegando tu fuego a todo lo que tocas. —Este es tu apostolado: para eso estás en la tierra.


836 Servir de altavoz al enemigo es una idiotez soberana; y, si el enemigo es enemigo de Dios, es un gran pecado. —Por eso, en el terreno profesional, nunca alabaré la ciencia de quien se sirve de ella como cátedra para atacar a la Iglesia.


837 ¡Galopar, galopar!... ¡Hacer, hacer!... Fiebre, locura de moverse... Maravillosos edificios materiales...

Espiritualmente: tablas de cajón, percalinas, cartones repintados... ¡galopar!, ¡hacer! —Y mucha gente corriendo: ir y venir.

Es que trabajan con vistas al momento de ahora: "están" siempre "en presente". —Tú... has de ver las cosas con ojos de eternidad, "teniendo en presente" el final y el pasado...

Quietud. —Paz. —Vida intensa dentro de ti. Sin galopar, sin la locura de cambiar de sitio, desde el lugar que en la vida te corresponde, como una poderosa máquina de electricidad espiritual, ¡a cuántos darás luz y energía!..., sin perder tu vigor y tu luz.


838 No tengas enemigos. —Ten solamente amigos: amigos... de la derecha —si te hicieron o quisieron hacerte bien— y... de la izquierda —si te han perjudicado o intentaron perjudicarte—.


839 No cuentes hechos de "tu" apostolado como no sea para provecho del prójimo.


840 Que pase inadvertida vuestra condición como pasó la de Jesús durante treinta años.


841 José de Arimatea y Nicodemus visitan a Jesús ocultamente a la hora normal y a la hora de triunfo.

Pero son valientes declarando ante la autoridad su amor a Cristo —"audacter"— con audacia, a la hora de la cobardía. —Aprende.


842 No os preocupe si por vuestras obras "os conocen". —Es el buen olor de Cristo. —Además, trabajando siempre exclusivamente por El, alegraos de que se cumplan aquellas palabras de la Escritura: "Que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".


843 "Non manifeste, sed quasi in occulto" —no con publicidad, sino ocultamente: así va Jesús a la fiesta de los Tabernáculos.

Así irá, camino de Emaús, con Cleofás y su compañero. —Así le ve, resucitado, María Magdala.

Y así —"non tamen cognoverunt discipuli quia Jesus est" —los discípulos no conocieron que era El —así acudió a la pesca milagrosa que nos cuenta San Juan.

Y más oculto aún, por Amor a los hombres, está en la Hostia.


844 ¿Levantar magníficos edificios?... ¿Construir palacios suntuosos?... Que los levanten... Que los construyan...

¡Almas! —¡Vivificar almas..., para aquellos edificios... y para estos palacios!

¡Qué hermosas casas nos preparan!


845 ¡Cómo me has hecho reír y cómo me has hecho pensar al decirme esta perogrullada!: yo... siempre meto los clavos por la punta.


846 De acuerdo: mejor labor haces con esa conversación familiar o con aquella confidencia aislada que perorando —¡espectáculo, espectáculo!— en sitio público ante millares de personas.

Sin embargo, cuando hay que perorar, perora.


847 El esfuerzo de cada uno de vosotros, aislado, resulta ineficaz. —Si os une la caridad de Cristo, os maravillará la eficacia.


848 Quieres ser mártir. —Yo te pondré un martirio al alcance de la mano: ser apóstol y no llamarte apóstol, ser misionero —con misión— y no llamarte misionero, ser hombre de Dios y parecer hombre de mundo: ¡pasar oculto!


849 ¡Hombre! Ponle en ridículo. —Dile que está pasado de moda: parece mentira que aún haya gente empeñada en creer que es buen medio de locomoción la diligencia... —Esto, para los que renuevan volterianismos de peluca empolvada, o liberalismos desacreditados del XIX.


850 ¡Qué conversaciones! ¡Qué bajeza y qué... asco! —Y has de convivir con ellos, en la oficina, en la universidad, en el quirófano..., en el mundo.

Si pides por favor que callen, se te burlan. —Si haces mala cara, insisten. —Si te vas, continúan.

La solución es ésta: primero, encomendarles a Dios y reparar; después..., dar la cara varonilmente y emplear "el apostolado de la mala lengua". —Cuando te vea ya te diré al oído un repertorio.


851 Encaucemos las "imprudencias providenciales" de la juventud.
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MensajePublicado: Vie Abr 04, 2008 11:54 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Infancia espiritual > Cap 41


852 Procura conocer la "vía de infancia espiritual", sin "forzarte" a seguir ese camino. —Deja obrar al Espíritu Santo.


853 Camino de infancia. —Abandono. —Niñez espiritual. —Todo esto no es una bobería, sino una fuerte y sólida vida cristiana.


854 En la vida espiritual de infancia las cosas que dicen o hacen los "niños" nunca son niñerías y puerilidades.


855 La infancia espiritual no es memez espiritual, ni "blandenguería": es camino cuerdo y recio que, por su difícil facilidad, el alma ha de comenzar y seguir llevada de la mano de Dios.


856 La infancia espiritual exige la sumisión del entendimiento, más difícil que la sumisión de la voluntad. —Para sujetar el entendimiento se precisa, además de la gracia de Dios, un continuo ejercicio de la voluntad, que niega, como niega a la carne, una y otra vez y siempre, dándose, por consecuencia, la paradoja de que quien sigue el "Caminito de infancia", para hacerse niño, necesita robustecer y virilizar su voluntad.


857 Ser pequeño: las grandes audacias son siempre de los niños. —¿Quién pide... la luna? —¿Quién no repara en peligros para conseguir su deseo?

"Poned" en un niño "así", mucha gracia de Dios, el deseo de hacer su Voluntad (de Dios), mucho amor a Jesús, toda la ciencia humana que su capacidad le permita adquirir... y tendréis retratado el carácter de los apóstoles de ahora, tal como indudablemente Dios los quiere.


858 Sé niño. —Más aún. —Pero no te me plantes en la "edad del pavo": ¿Has visto algo más tonto que un chiquillo "hombreando", o un hombre "niñoide"?

Niño, con Dios: y, por serlo, hombre muy viril en todo lo demás. —¡Ah!: y deja esas mañas de perro faldero.


859 A veces nos sentimos inclinados a hacer pequeñas niñadas. —Son pequeñas obras de maravilla delante de Dios, y, mientras no se introduzca la rutina, serán desde luego esas obras fecundas, como fecundo es siempre el Amor.


860 Delante de Dios, que es Eterno, tú eres un niño más chico que, delante de ti, un pequeño de dos años.

Y, además de niño, eres hijo de Dios. —No lo olvides.


861 Niño, enciéndete en deseos de reparar las enormidades de tu vida de adulto.


862 Niño bobo: el día que ocultes algo de tu alma al Director, has dejado de ser niño, porque habrás perdido la sencillez.


863 Niño, cuando lo seas de verdad, serás omnipotente.


864 Siendo niños no tendréis penas: los niños olvidan en seguida los disgustos para volver a sus juegos ordinarios. —Por eso, con el abandono, no habréis de preocuparos, ya que descansaréis en el Padre.


865 Niño, ofrécele cada día... hasta tus fragilidades.


866 Niño bueno: ofrécele el trabajo de aquellos obreros que no le conocen; ofrécele la alegría natural de los pobres chiquitines que frecuentan las escuelas malvadas...


867 Los niños no tienen nada suyo, todo es de sus padres..., y tu Padre sabe siempre muy bien cómo gobierna el patrimonio.


868 Sé pequeño, muy pequeño. —No tengas más que dos años de edad, tres a lo sumo. —Porque los niños mayores son unos pícaros que ya quieren engañar a sus padres con inverosímiles mentiras.

Es que tienen la maldad, el "fomes" del pecado, pero les falta la experiencia del mal, que les dará la ciencia de pecar, para cubrir con apariencia de verdad lo falso de sus engaños.

Han perdido la sencillez, y la sencillez es indispensable para ser chicos delante de Dios.


869 Pero ¡niño!, ¿por qué te empeñas en andar con zancos?


870 No quieras ser mayor. —Niño, niño siempre, aunque te mueras de viejo. —Cuando un niño tropieza y cae, a nadie choca...: su padre se apresura a levantarle.

Cuando el que tropieza y cae es mayor, el primer movimiento es de risa. —A veces, pasado ese primer ímpetu, lo ridículo da lugar a la piedad. —Pero los mayores se han de levantar solos.

Tu triste experiencia cotidiana está llena de tropiezos y caídas. ¿Qué sería de ti si no fueras cada vez más niño?

No quieras ser mayor. —Niño, y que, cuando tropieces, te levante la mano tu Padre-Dios.


871 Niño, el abandono exige docilidad.


872 No olvides que el Señor tiene predilección por los niños y por los que se hacen como niños.


873 Paradojas de un alma pequeña. —Cuando Jesús te envíe sucesos que el mundo llama buenos, llora en tu corazón, considerando la bondad de El y la malicia tuya: cuando Jesús te envíe sucesos que la gente califica de malos, alégrate en tu corazón, porque El te da siempre lo que conviene y entonces es la hermosa hora de querer la Cruz.


874 Niño audaz, grita: ¡Qué amor el de Teresa! —¡Qué celo el de Xavier! —¡Qué varón más admirable San Pablo! —¡Ah, Jesús, pues yo... te quiero más que Pablo, Xavier y Teresa!
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MensajePublicado: Mar Abr 08, 2008 11:28 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Vida de infancia > Cap 42



875 No olvides, niño bobo, que el Amor te ha hecho omnipotente.


876 Niño: no pierdas tu amorosa costumbre de "asaltar" Sagrarios.


877 Cuando te llamo "niño bueno" no pienses que te imagino encogido, apocado. —Si no eres varonil y... normal, en lugar de ser un apóstol serás una caricatura que dé risa.


878 Niño bueno: dile a Jesús muchas veces al día: te amo, te amo, te amo...


879 Cuando te apuren tus miserias no quieras entristecerte. —Gloríate en tus enfermedades, como San Pablo, porque a los niños se les permite, sin temor al ridículo, imitar a los grandes.


880 Que tus faltas e imperfecciones, y aun tus caídas graves, no te aparten de Dios. —El niño débil, si es discreto, procura estar cerca de su padre.


881 No te apures, si te enfadas, cuando haces esas pequeñas cosas que El te pide. —Ya llegarás a sonreír...

¿No ves con qué mala gana da el niño sencillo a su padre, que le prueba, la golosina que tenía en sus manos? —Pero, se la da: ha vencido el amor.


882 Cuando quieres hacer las cosas bien, muy bien, resulta que las haces peor. —Humíllate delante de Jesús, diciéndole: ¿has visto cómo todo lo hago mal? —Pues, si no me ayudas mucho, ¡aún lo haré peor!

Ten compasión de tu niño: mira que quiero escribir cada día una gran plana en el libro de mi vida... Pero, ¡soy tan rudo!, que si el Maestro no me lleva la mano, en lugar de palotes esbeltos salen de mi pluma cosas retorcidas y borrones que no pueden enseñarse a nadie.

Desde ahora, Jesús, escribiremos siempre entre los dos.


883 Reconozco mi torpeza, Amor mío, que es tanta..., tanta, que hasta cuando quiero acariciar hago daño. —Suaviza las maneras de mi alma: dame, quiero que me des, dentro de la recia virilidad de la vida de infancia, esa delicadeza y mimo que los niños tienen para tratar, con íntima efusión de Amor, a sus padres.


884 Estás lleno de miserias. —Cada día las ves más claras. —Pero no te asusten. —El sabe bien que no puedes dar más fruto.

Tus caídas involuntarias —caídas de niño— hacen que tu Padre-Dios tenga más cuidado y que tu Madre María no te suelte de su mano amorosa: aprovéchate, y, al cogerte el Señor a diario del suelo, abrázale con todas tus fuerzas y pon tu cabeza miserable sobre su pecho abierto, para que acaben de enloquecerte los latidos de su Corazón amabilísimo.


885 Un pinchazo. —Y otro. Y otro. —¡Súfrelos, hombre! ¿No ves que eres tan chico que solamente puedes ofrecer en tu vida —en tu caminito— esas pequeñas cruces?

Además, fíjate: una cruz sobre otra —un pinchazo..., y otro..., ¡qué gran montón!

Al final, niño, has sabido hacer una cosa grandísima: Amar.


886 Cuando un alma de niño hace presentes al Señor sus deseos de indulto, debe estar segura de que verá pronto cumplidos esos deseos: Jesús arrancará del alma la cola inmunda, que arrastra por sus miserias pasadas; quitará el peso muerto, resto de todas las impurezas, que le hace pegarse al suelo; echará lejos del niño todo el lastre terreno de su corazón para que suba hasta la Majestad de Dios, a fundirse en la llamarada viva de Amor, que es El.


887 Ese descorazonamiento que te producen tus faltas de generosidad, tu caídas, tus retrocesos —quizá sólo aparentes— te da la impresión muchas veces de que has roto algo de subido valor (tu santificación).

No te apures: lleva a la vida sobrenatural el modo discreto que para resolver conflicto semejante emplean los niños sencillos.

Han roto —por fragilidad, casi siempre— un objeto muy estimado por su padre. —Lo sienten, quizá lloran, pero van a consolar su pena con el dueño de la cosa inutilizada por su torpeza..., y el padre olvida el valor —aunque sea grande— del objeto destruido, y, lleno de ternura, no sólo perdona, sino que consuela y anima al chiquitín. —Aprende.


888 Que vuestra oración sea viril. —Ser niño no es ser afeminado.


889 Para el que ama a Jesús, la oración, aun la oración con sequedad, es la dulzura que pone siempre fin a las penas: se va a la oración con el ansia con que el niño va al azúcar, después de tomar la pócima amarga.


890 Te distraes en la oración. —Procura evitar las distracciones, pero no te preocupes, si, a pesar de todo, sigues distraído.

¿No ves cómo, en la vida natural, hasta los niños más discretos se entretienen y divierten con lo que les rodea, sin atender muchas veces los razonamientos de su padre? —Esto no implica falta de amor, ni de respeto: es la miseria y pequeñez propias del hijo.

Pues, mira: tú eres un niño delante de Dios.


891 Cuando hagas oración haz circular las ideas inoportunas, como si fueras un guardia del tráfico: para eso tienes la voluntad enérgica que te corresponde por tu vida de niño. —Detén, a veces, aquel pensamiento para encomendar a los protagonistas del recuerdo inoportuno.

¡Hala!, adelante... Así, hasta que dé la hora. —Cuando tu oración por este estilo te parezca inútil, alégrate y cree que has sabido agradar a Jesús.


892 ¡Qué buena cosa es ser niño! —Cuando un hombre solicita un favor, es menester que a la solicitud acompañe la hoja de sus méritos.

Cuando el que pide es un chiquitín —como los niños no tienen méritos—, basta con que diga: soy hijo de Fulano.

¡Ah, Señor! —díselo ¡con toda tu alma!—, yo soy... ¡hijo de Dios!


893 Perseverar. —Un niño que llama a una puerta, llama una y dos veces, y muchas veces..., y fuerte y largamente, ¡con desvergüenza! Y quien sale a abrir ofendido, se desarma ante la sencillez de la criaturita inoportuna... —Así tú con Dios.


894 ¿Has presenciado el agradecimiento de los niños? —Imítalos diciendo, como ellos, a Jesús, ante lo favorable y ante lo adverso: "¡Qué bueno eres! ¡Qué bueno!..."

Esa frase, bien sentida, es camino de infancia, que te llevará a la paz, con peso y medida de risas y llantos, y sin peso y medida de Amor.


895 El trabajo rinde tu cuerpo, y no puedes hacer oración. Estás siempre en la presencia de tu Padre. —Si no le hablas, mírale de cuando en cuando como un niño chiquitín... y El te sonreirá.


896 ¿Que en el hacimiento de gracias después de la Comunión lo primero que acude a tus labios, sin poderlo remediar, es la petición...: Jesús, dame esto: Jesús, esa alma: Jesús, aquella empresa?

No te preocupes ni te violentes: ¿no ves cómo, siendo el padre bueno y el hijo niño sencillo y audaz, el pequeñín mete las manos en el bolsillo de su padre, en busca de golosinas, antes de darle el beso de bienvenida? —Entonces...


897 Nuestra voluntad, con la gracia, es omnipotente delante de Dios. —Así, a la vista de tantas ofensas para el Señor, si decimos a Jesús con voluntad eficaz, al ir en el tranvía por ejemplo: "Dios mío, querría hacer tantos actos de amor y de desagravio como vueltas da cada rueda de este coche", en aquel mismo instante delante de Jesús realmente le hemos amado y desagraviado según era nuestro deseo.

Esta "bobería" no se sale de la infancia espiritual: es el diálogo eterno entre el niño inocente y el padre chiflado por su hijo:

—¿Cuánto me quieres? ¡Dilo! —Y el pequeñín silabea: ¡Mu-chos mi-llo-nes!


898 Si tienes "vida de infancia", por ser niño, has de ser espiritualmente goloso. —Acuérdate, como los de tu edad, de las cosas buenas que guarda tu Madre.

Y esto muchas veces al día. —Es cuestión de segundos... María... Jesús... el Sagrario... la Comunión... el Amor... el sufrimiento... las ánimas benditas del purgatorio... los que pelean: el Papa, los sacerdotes... los fieles... tu alma... las almas de los tuyos... los Angeles Custodios... los pecadores...


899 ¡Cuánto te cuesta esa pequeña mortificación! —Luchas. —Parece como si te dijeran: ¿por qué has de ser tan fiel al plan de vida, al reloj? —Mira: ¿has visto con qué facilidad se engaña a los chiquitines? —No quieren tomar la medicina amarga, pero... ¡anda! —les dicen—, esta cucharadita, por papá; esta otra por tu abuelita... Y así, hasta que han ingerido toda la dosis.

Lo mismo tú: un cuarto de hora más de cilicio por las ánimas del purgatorio; cinco minutos más por tus padres; otros cinco por tus hermanos de apostolado... Hasta que cumplas el tiempo que te señala tu horario.

Hecha de este modo tu mortificación, ¡cuánto vale!


900 No estás solo. —Lleva con alegría la tribulación. —No sientes en tu mano, pobre niño, la mano de tu Madre: es verdad. —Pero... ¿has visto a las madres de la tierra, con los brazos extendidos, seguir a sus pequeños, cuando se aventuran, temblorosos, a dar sin ayuda de nadie los primeros pasos? —No estás solo: María está junto a ti.


901 Jesús: nunca te pagaré, aunque muriera de Amor, la gracia que has derrochado para hacerme pequeño.
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MensajePublicado: Vie Abr 11, 2008 4:27 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Llamamiento > Cap 43


902 ¿Por qué no te entregas a Dios de una vez..., de verdad... ¡ahora!?


903 Si ves claramente tu camino, síguelo. —¿Cómo no desechas la cobardía que te detiene?


904 "Id, predicad el Evangelio... Yo estaré con vosotros..." —Esto ha dicho Jesús... y te lo ha dicho a ti.


905 El fervor patriótico —laudable— lleva a muchos hombres a hacer de su vida un "servicio", una "milicia". —No me olvides que Cristo tiene también "milicias" y gente escogida a su "servicio".


906 "Et regni ejus non erit finis". —¡Su Reino no tendrá fin!

¿No te da alegría trabajar por un reinado así?


907 "Nesciebatis quia in his quæ Patris mei sunt oportet me esse?" —¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?

Respuesta de Jesús adolescente. Y respuesta a una madre como su Madre, que hace tres días que va en su busca, creyéndole perdido. —Respuesta que tiene por complemento aquellas palabras de Cristo, que transcribe San Mateo: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí".


908 Es demasiada simplicidad la tuya cuando juzgas el valor de las empresas de apostolado por lo que de ellas se ve. —Con ese criterio habrías de preferir un quintal de carbón a un puñado de diamantes.


909 Ahora, que te entregaste, pídele una vida nueva, un "resello": para dar firmeza a la autenticidad de tu misión de hombre de Dios.


910 Eso —tu ideal, tu vocación— es... una locura. —Y los otros —tus amigos, tus hermanos— unos locos...

¿No has oído este grito alguna vez muy dentro de ti? —Contesta, con decisión, que agradeces a Dios el honor de pertenecer al "manicomio".


911 Me escribes: "el deseo tan grande que todos tenemos de que 'esto' marche y se dilate parece que se va a convertir en impaciencia. ¿Cuándo salta, cuándo rompe..., cuándo veremos nuestro al mundo?"

Y añades: "el deseo no será inútil si lo desfogamos en 'coaccionar', en importunar al Señor: entonces tendremos un tiempo formidablemente ganado".


912 Me explico el sufrimiento tuyo cuando en medio de tu forzosa inactividad consideras la tarea que falta por hacer. —No te cabe el corazón en el planeta, y tiene que amoldarse... a una labor oficial minúscula.

Pero, ¿para cuándo dejamos el "fiat"?...


913 No lo dudes: tu vocación es la gracia mayor que el Señor ha podido hacerte. —Agradécesela.


914 ¡Qué pena dan esas muchedumbres —altas y bajas y de en medio— sin ideal! —Causan la impresión de que no saben que tienen alma: son... manada, rebaño..., piara.

Jesús: nosotros, con la ayuda de tu Amor Misericordioso, convertiremos la manada en mesnada, el rebaño en ejército..., y de la piara extraeremos, purificados, a quienes ya no quieran ser inmundos.


915 Las obras de Dios no son palanca, ni peldaño.


916 Señor, haznos locos, con esa locura pegadiza que atraiga a muchos a tu apostolado.


917 "Nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via?" —¿Acaso nuestro corazón no ardía en nosotros cuando nos hablaba en el camino?

Estas palabras de los discípulos de Emaús debían salir espontáneas, si eres apóstol, de labios de tus compañeros de profesión, después de encontrarte a ti en el camino de su vida.


918 Ve al apostolado a darlo todo, y no a buscar nada terreno.


919 Al quererte apóstol, te ha recordado el Señor, para que nunca lo olvides, que eres "hijo de Dios".


920 Cada uno de vosotros ha de procurar ser un apóstol de apóstoles.


921 Tú eres sal, alma de apóstol. —"Bonum est sal" —la sal es buena, se lee en el Santo Evangelio, "si autem sal evanuerit" —pero si la sal se desvirtúa..., nada vale, ni para la tierra, ni para el estiércol; se arroja fuera como inútil.

Tú eres sal, alma de apóstol. —Pero, si te desvirtúas...


922 Hijo mío: si amas tu apostolado, está seguro de que amas a Dios.


923 El día que "sientas" bien tu apostolado, ese apostolado será para ti una coraza donde se embotarán todas las asechanzas de tus enemigos de la tierra y del infierno.


924 Pide siempre tu perseverancia y la de tus compañeros de apostolado, porque nuestro adversario, el demonio, de sobra conoce que sois sus grandes enemigos..., y una caída en vuestras filas ¡cuánto le satisface!


925 Como los religiosos observantes tienen afán por saber de qué manera vivían los primeros de su orden o congregación, para acomodarse ellos a aquella conducta, así tú —caballero cristiano— procura conocer e imitar la vida de los discípulos de Jesús, que trataron a Pedro y a Pablo y a Juan, y casi fueron testigos de la Muerte y Resurrección del Maestro.


926 Me preguntas..., y te contesto: tu perfección está en vivir perfectamente en aquel lugar, oficio y grado en que Dios, por medio de la autoridad, te coloque.


927 Orad los unos por los otros. —¿Que aquél flaquea?... —¿Que el otro?...

Seguid orando, sin perder la paz. —¿Que se van? ¿Que se pierden?... ¡El Señor os tiene contados desde la eternidad!


928 Tienes razón. —Desde la cumbre —me escribes— en todo lo que se divisa —y es un radio de muchos kilómetros—, no se percibe ni una llanura: tras de cada montaña, otra. Si en algún sitio parece suavizarse el paisaje, al levantarse la niebla, aparece una sierra que estaba oculta.

Así es, así tiene que ser el horizonte de tu apostolado: es preciso atravesar el mundo. Pero no hay caminos hechos para vosotros... Los haréis, a través de las montañas, al golpe de vuestras pisadas.
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clauabru
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MensajePublicado: Lun Abr 14, 2008 4:36 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > El apóstol > Cap 44


929 ¿La Cruz sobre tu pecho?... —Bien. Pero... la Cruz sobre tus hombros, la Cruz en tu carne, la Cruz en tu inteligencia. —Así vivirás por Cristo, con Cristo y en Cristo: solamente así serás apóstol.


930 Alma de apóstol: primero, tú. —Ha dicho el Señor, por San Mateo: "Muchos me dirán en el día del juicio: ¡Señor, Señor!, ¿pues no hemos profetizado en tu nombre y lanzado en tu nombre los demonios y hecho muchos milagros? Entonces yo les protestaré: jamás os he conocido por míos; apartaos de mí, operarios de la maldad".

No suceda —dice San Pablo— que habiendo predicado a los otros, yo vaya a ser reprobado.


931 El genio militar de San Ignacio nos presenta al demonio que hace un llamamiento de innumerables diablos y los esparce por estados, provincias, ciudades y lugares, tras de haberles hecho "un sermón", en el que les amonesta para echar hierros y cadenas, no dejando a nadie en particular sin atadura...

Me dijiste que querías ser caudillo: y... ¿para qué sirve un caudillo aherrojado?


932 Mira: los apóstoles, con todas sus miserias patentes e innegables, eran sinceros, sencillos..., transparentes.

Tú también tienes miserias patentes e innegables. —Ojalá no te falte sencillez.


933 Cuentan de un alma que, al decir al Señor en la oración "Jesús, te amo", oyó esta respuesta del cielo: "Obras son amores y no buenas razones".

Piensa si acaso tú no mereces también ese cariñoso reproche.


934 El celo es una chifladura divina de apóstol, que te deseo, y tiene estos síntomas: hambre de tratar al Maestro; preocupación constante por las almas; perseverancia, que nada hace desfallecer.


935 No te duermas sobre los laureles. —Si, humanamente hablando, esa postura es incómoda y poco gallarda, ¿qué sucederá cuando los laureles —como ahora— no sean tuyos, sino de Dios?


936 Al apostolado vas a someterte, a anonadarte: no a imponer tu criterio personal.


937 Nunca seáis hombres o mujeres de acción larga y oración corta.


938 Procura vivir de tal manera que sepas, voluntariamente, privarte de la comodidad y bienestar que verías mal en los hábitos de otro hombre de Dios.

Mira que eres el grano de trigo del que habla el Evangelio. —Si no te entierras y mueres, no habrá fruto.


939 Sed hombres y mujeres del mundo, pero no seáis hombres o mujeres mundanos.


940 No olvides que la unidad es síntoma de vida: desunirse es putrefacción, señal cierta de ser un cadáver.


941 Obedecer..., camino seguro. —Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad. —Obedecer en tu apostolado..., el único camino: porque, en una obra de Dios, el espíritu ha de ser obedecer o marcharse.


942 Ten presente, hijo mío, que no eres solamente un alma que se une a otras almas para hacer una cosa buena.

Esto es mucho..., pero es poco. —Eres el Apóstol que cumple un mandato imperativo de Cristo.


943 Que, tratándote, no se pueda exclamar lo que, con bastante razón, gritaba una determinada persona: "Estoy de honrados hasta aquí..." Y se tocaba en lo alto de la cabeza.


944 Has de prestar Amor de Dios y celo por las almas a otros, para que éstos a su vez enciendan a muchos más que están en un tercer plano, y cada uno de los últimos a sus compañeros de profesión.

¡Cuántas calorías espirituales necesitas! —Y ¡qué responsabilidad tan grande si te enfrías!, y —no lo quiero pensar— ¡qué crimen tan horroroso si dieras mal ejemplo!


945 Es mala disposición oír la palabra de Dios con espíritu crítico.


946 Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios —ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas— habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: habéis de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar, expiar y expiar.


947 Te pasmaba que aprobara la falta de "uniformidad" en ese apostolado donde tú trabajas. Y te dije:

Unidad y variedad. —Habéis de ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales especialísimas. —Y, también, tan conformes unos con otros como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo.


948 Tu, hijo predilecto de Dios, siente y vive la fraternidad, pero sin familiaridades.


949 Aspirar a tener cargos en las empresas de apostolado es cosa inútil en esta vida, y para la otra Vida es un peligro.

Si Dios lo quiere, ya te llamarán. —Y entonces deberás aceptar. —Pero no olvides que en todos los sitios puedes y debes santificarte, porque a eso has ido.


950 Si piensas que al trabajar por Cristo los cargos son algo más que cargas, ¡cuántas amarguras te esperan!


951 Hacer cabeza en una obra de apostolado es tanto como estar dispuesto a sufrirlo todo, de todos, con infinita caridad.


952 En el trabajo apostólico no se ha de perdonar la desobediencia, ni la doblez. —Ten en cuenta que sencillez no es imprudencia, ni indiscreción.


953 Tienes obligación de pedir y sacrificarte por la persona e intenciones de "quien hace Cabeza" en tu empresa de apostolado. —Si eres remiso en el cumplimiento de este deber, me haces pensar que te falta entusiasmo por tu camino.


954 Extrema el respeto al superior cuando te consulte y hayas de contradecir sus opiniones. —Y nunca le contradigas delante de quienes le estén sujetos, aunque no lleve razón.


955 En tu empresa de apostolado no temas a los enemigos de fuera, por grande que sea su poder. —Este es el enemigo imponente: tu falta de "filiación" y tu falta de "fraternidad".


956 Entiendo bien que te diviertan los desprecios que te hacen —aunque vengan de enemigos poderosos—, mientras sientas la unión con tu Dios y con tus hermanos de apostolado. —¿A ti, qué?


957 Con frecuencia comparo la labor de apostolado con una máquina: ruedas dentadas, émbolos, válvulas, tornillos...

Pues, la caridad —tu caridad— es el lubricante.


958 Deja ese "aire de suficiencia" que aísla de la tuya a las almas que se te acercan. —Escucha. Y habla con sencillez: sólo así crecerá en extensión y fecundidad tu trabajo de apóstol.


959 El desprecio y la persecución son benditas pruebas de la predilección divina, pero no hay prueba y señal de predilección más hermosa que ésta: pasar ocultos.
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MensajePublicado: Mie Abr 16, 2008 4:51 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > El apostolado > Cap 45


960 Así como el clamor del océano se compone del ruido de cada una de las olas, así la santidad de vuestro apostolado se compone de las virtudes personales de cada uno de vosotros.


961 Es preciso que seas "hombre de Dios", hombre de vida interior, hombre de oración y de sacrificio. —Tu apostolado debe ser una superabundancia de tu vida "para adentro".


962 Unidad. —Unidad y sujeción. ¿Para qué quiero yo las piezas sueltas de un reloj, aunque sean primorosas, si no me dan la hora?


963 No me hagáis "capillitas" dentro de vuestro trabajo. —Sería empequeñecer los apostolados: porque, si la "capillita" llega, ¡por fin!, al gobierno de una empresa universal... ¡qué pronto la empresa universal acaba en capillita!


964 Me decías, con desconsuelo: ¡hay muchos caminos! —Debe haberlos: para que todas las almas puedan encontrar el suyo, en esa variedad admirable.

¿Confusionismo? —Escoge de una vez para siempre: y la confusión se convertirá en seguridad.


965 Alégrate, si ves que otros trabajan en buenos apostolados. —Y pide, para ellos, gracia de Dios abundante y correspondencia a esa gracia.

Después, tú, a tu camino: persuádete de que no tienes otro.


966 Es mal espíritu el tuyo si te duele que otros trabajen por Cristo sin contar con tu labor. —Acuérdate de este pasaje de San Marcos: "Maestro: hemos visto a uno que andaba lanzando demonios en tu nombre, que no es de nuestra compañía, y se lo prohibimos. No hay para qué prohibírselo, respondió Jesús, puesto que ninguno que haga milagros en mi nombre, podrá luego hablar mal de mí. Que quien no es contrario vuestro, de vuestro partido es".


967 Es inútil que te afanes en tantas obras exteriores si te falta Amor. —Es como coser con una aguja sin hilo.

¡Qué pena, si al final hubieras hecho "tu" apostolado y no "su" Apostolado!


968 Gozosamente te bendigo, hijo, por esa fe en tu misión de apóstol que te llevó a escribir: "No cabe duda: el porvenir es seguro, quizá a pesar de nosotros. Pero es menester que seamos una sola cosa con la Cabeza —'ut omnes unum sint!'—, por la oración y por el sacrificio".


969 Los que, dejando la acción para otros, oran y sufren, no brillarán aquí, pero ¡cómo lucirá su corona en el Reino de la Vida! —¡Bendito sea el "apostolado del sufrimiento"!


970 Es verdad que he llamado a tu apostolado discreto, "silenciosa y operativa misión". —Y no tengo nada que rectificar.


971 Me parece tan bien tu devoción por los primeros cristianos, que haré lo posible por fomentarla, para que ejercites —como ellos—, cada día con más entusiasmo, ese Apostolado eficaz de discreción y de confidencia.


972 Cuando pongas por obra tu "apostolado de discreción y confidencia", no me digas que no sabes qué decir. —Porque —te diré con el salmo— "Dominus dabit verbum evangelizantibus virtute multa" —el Señor pone en boca de sus apóstoles palabras llenas de eficacia.


973 Esas palabras, deslizadas tan a tiempo en el oído del amigo que vacila; aquella conversación orientadora, que supiste provocar oportunamente; y el consejo profesional, que mejora su labor universitaria; y la discreta indiscreción, que te hace sugerirle insospechados horizontes de celo... Todo eso es "apostolado de la confidencia".


974 "Apostolado del almuerzo": es la vieja hospitalidad de los Patriarcas, con el calor fraternal de Betania. —Cuando se ejercita, parece que se entrevé a Jesús, que preside, como en casa de Lázaro.


975 Urge recristianizar las fiestas y costumbres populares. —Urge evitar que los espectáculos públicos se vean en esta disyuntiva: o ñoños o paganos.

Pide al Señor que haya quien trabaje en esa labor de urgencia, que podemos llamar "apostolado de la diversión".


976 Del "apostolado epistolar" me haces un buen panegírico. —Escribes: "No sé cómo emborronar papel hablando de cosas que puedan ser útiles al que recibe la carta. Cuando empiezo, le digo a mi Custodio que si escribo es con el fin de que sirva para algo. Y, aunque no diga más que bobadas, nadie puede quitarme —ni quitarle— el rato que he pasado pidiendo lo que sé que más necesita el alma a quien va dirigida mi carta".


977 "La carta me cogió en unos días tristes, sin motivo alguno, y me animó extraordinariamente su lectura, sintiendo cómo trabajan los demás". —Y otro: "Me ayudan sus cartas y las noticias de mis hermanos, como un sueño feliz ante la realidad de todo lo que palpamos..." —Y otro: "¡Qué alegría recibir esas cartas y saberme amigo de esos amigos!" —Y otro y mil: "Recibí carta de X. y me avergüenza pensar en mi falta de espíritu comparado con ellos".

¿Verdad que es eficaz el "apostolado epistolar"?


978 "Venite post me, et faciam vos fieri piscatores hominum" —venid detrás de mí, y os haré pescadores de hombres. —No sin misterio emplea el Señor estas palabras: a los hombres —como a los peces— hay que cogerlos por la cabeza.

¡Qué hondura evangélica tiene el "apostolado de la inteligencia"!


979 Es condición humana tener en poco lo que poco cuesta. —Esa es la razón de que te aconseje el "apostolado de no dar".

Nunca dejes de cobrar lo que sea equitativo y razonable por el ejercicio de tu profesión, si tu profesión es el instrumento de tu apostolado.


980 "¿Acaso no tenemos facultad de llevar en los viajes alguna mujer hermana en Jesucristo, para que nos asista, como hacen los demás apóstoles y los parientes del Señor y el mismo Pedro?"

Esto dice San Pablo en su primera epístola a los Corintios: —No es posible desdeñar la colaboración de "la mujer en el apostolado".


981 "Algún tiempo después —se lee en el capítulo VIII de San Lucas— andaba Jesús por las ciudades y aldeas predicando, y anunciando el reino de Dios, acompañado de los doce y de algunas mujeres, que habían sido libradas de los espíritus malignos y curadas de varias enfermedades, de María, por sobrenombre Magdalena, de la cual había echado siete demonios, y de Juana, mujer de Cusa, mayordomo del rey Herodes, y de Susana y de otras que le asistían con sus bienes".

Copio. Y pido a Dios que, si alguna mujer me lee, se llene de una santa envidia, llena de eficacia.


982 Más recia la mujer que el hombre, y más fiel, a la hora del dolor. —¡María de Magdala y María Cleofás y Salomé!

Con un grupo de mujeres valientes, como ésas, bien unidas a la Virgen Dolorosa, ¡qué labor de almas se haría en el mundo!
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MensajePublicado: Sab Abr 19, 2008 4:25 pm    Asunto:
Tema: CAMINO - San Josemaría Escrivá de Balaguer
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Camino > Perseverancia > Cap 46


983 Comenzar es de todos; perseverar, de santos.

Que tu perseverancia no sea consecuencia ciega del primer impulso, obra de la inercia: que sea una perseverancia reflexiva.


984 Dile: "ecce ego quia vocasti me!" —¡aquí me tienes, porque me has llamado!


985 Te apartaste del camino, y no volvías porque te daba vergüenza. —Es más lógico que te diera vergüenza no rectificar.


986 "La verdad es que no hace falta ser ningún héroe —me confiesas— para, sin rarezas ni gazmoñerías, saber aislarse lo que sea necesario según los casos..., y perseverar". —Y añades: "mientras cumpla las normas que me dio, no me preocupan los enredos y jerigonzas del ambiente: lo que me asustaría es tener miedo a esas pequeñeces." —Magnífico.


987 Fomenta y preserva ese ideal nobilísimo que acaba de nacer en ti. —Mira que se abren muchas flores en la primavera, y son pocas las que cuajan en fruto.


988 El desaliento es enemigo de tu perseverancia. —Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y a la tibieza, después. —Sé optimista.


989 Vamos: Después de tanto "¡Cruz, Señor, Cruz!", se ve que querías una cruz a tu gusto.


990 Constancia, que nada desconcierte. —Te hace falta. Pídela al Señor y haz lo que puedas por obtenerla: porque es un gran medio para que no te separes del fecundo camino que has emprendido.


991 No puedes "subir". —No es extraño: ¡aquella caída!...

Persevera y "subirás". —Recuerda lo que dice un autor espiritual: tu pobre alma es pájaro, que todavía lleva pegadas con barro sus alas.

Hacen falta soles de cielo y esfuerzos personales, pequeños y constantes, para arrancar esas inclinaciones, esas imaginaciones, ese decaimiento: ese barro pegadizo de tus alas.

Y te verás libre. —Si perseveras, "subirás".


992 Da gracias a Dios, que te ayudó, y gózate en tu victoria. —¡Qué alegría más honda, esa que siente tu alma, después de haber correspondido!


993 Discurres... bien, fríamente: ¡cuántos motivos para abandonar la tarea! —Y alguno, al parecer, capital.

Veo, sin duda, que tienes razones. —Pero no tienes razón.


994 "Se me ha pasado el entusiasmo", me has escrito. —Tú no has de trabajar por entusiasmo, sino por Amor: con conciencia del deber, que es abnegación.


995 Inconmovible: así has de ser. —Si hacen vacilar tu perseverancia las miserias ajenas o las propias, formo un triste concepto de tu ideal.

Decídete de una vez para siempre.


996 Tienes una pobre idea de tu camino, cuando, al sentirte frío, crees que lo has perdido: es la hora de la prueba; por eso te han quitado los consuelos sensibles.


997 Ausencia, aislamiento: pruebas para la perseverancia. —Santa Misa, oración, sacramentos, sacrificios: ¡comunión de los santos!: armas para vencer en la prueba.


998 ¡Bendita perseverancia la del borrico de noria! —Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. —Un día y otro: todos iguales.

Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín.

Lleva este pensamiento a tu vida interior.


999 ¿Que cuál es el secreto de la perseverancia?

El Amor. —Enamórate, y no "le" dejarás.
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