¡Adelante! con tus dotes

[Orpam Saretnoc Laverz]

Una carta escrita en el monasterio de Poblet, amigos foreros Ximenez, Juana Perez, y vosotros María, Narciso, Juan, Mª T. Martínez, Julia M., me hizo pensar al conocer su contenido. Dice así:

"Querida Egidia:
Amiga mía florentina, no desmayes pensando que no vas a poder ir adelante porque no eres capaz o qué sé yo qué. Tienes cualidades. ¡Adelante! con tus dotes que Dios te ha dado y la madre naturaleza te las conserva. No decaigas, sigue siempre avanzando.
Enrique Salgado escribe sobre Chejov y afirma que sus dotes naturales de observación e ingenio se agudizan con los estudios y en cuanto puede empieza a escribir en revistas; entonces le brotan los recuerdos de su infancia mísera... vida en la que no falta el amor, el sufrimiento y la temprana muerte.
¡Qué alegría experimento cuando veo que avanzas en tus ideales! Se decía que “el ideal vale más que la vida”. Lo que parecen palabras es un hecho. La vida es preciosa. El ideal que la ennoblece le otorga plenitud.
Recibe un fuerte abrazo de tu colega".

¡Pensar que una persona joven piensa así y así comunica a otra persona joven no nos puede dejar igual ni a ti, ni a vosotros, ni a mí!

Anoche oía por radio que el gran literato ruso Tolstoi era un gran hombre de fe, riquísimo, dio cuanto tenía a los pobres, dejando a su mujer e hijos riquísimos, que le criticaban cuanto daba.
Él murió como un mendigo.
Dio cuanto tenía, seguía al Señor, amaba con las obras a los pobres que nada tenían.

Hoy, una amiga desde lejos, está como misionera en tierras lejanas a las mías, decía que la "simpatía, el entusiasmo, la alegría" de una persona que ambas conocemos, no pueden olvidarse. Otras dotes, pues, otras cualidades a dar a otros mediante la vivencia.

Si nosotros vivimos siendo felices desde dentro, según insiste Alimbau siempre, por las noches de los domingos, nadie nos puede quitar la felicidad que se enraiza en nuestro interior.

Tú y yo hemos de dar cuanto somos, todo lo bueno, a los otros. Entre otras cosas porque, amigos míos, no podemos dejar de allanar los senderos de nuestra vida, de nuestra historia, porque el tiempo litúrgico importante de Adviento, que estamos viviendo, nos lo recuerda por boca de Juan Bautista, ayer en el Jordán, según la Palabra de Dios del domingo.

Perdonadme, no quería alargarme aunque sí comunicarme con vosotros.
Recibid mi abrazo amistoso.

Y, si hacéis una lista de cualidades ajenas que os gustan podríais decírnoslo a los demás. ¿No os parece?

Orpam Saretnoc Laverz