P. Fernando Constante
Registrado: 07 Mar 2006 Mensajes: 638
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Publicado:
Jue Ene 10, 2008 9:08 am Asunto:
El Papa sobre Aparecida
Tema: El Papa sobre Aparecida |
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¡Feliz año nuevo en el Señor!
En su discurso antes de Navidad a la Curia (21 de diciembre de 2007) Benedicto XVI hizo una valoración muy hermosa sobre la reunión de Aparecida. Aquí la copio.
Está tomada de http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2007/december/documents/hf_ben-xvi_spe_20071221_curia-romana_sp.html
Cita: | (...) Y, por último, Aparecida. De un modo muy particular me conmovió la estatuilla de la Virgen. Algunos pobres pescadores, que repetidamente habían arrojado en vano sus redes, sacaron la estatuilla de las aguas del río, y después, por fin, se produjo una pesca abundante. Es la Virgen de los pobres, que se hizo también pobre y pequeña. Así, precisamente mediante la fe y el amor de los pobres, se formó en torno a esta figura el gran santuario, que, haciendo siempre referencia a la pobreza de Dios, a la humildad de la Madre, constituye día tras día una casa y un refugio para las personas que rezan y esperan.
Fue un acierto que nos reuniéramos allí y elaboráramos el documento sobre el tema: "Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en él tengan vida". Ciertamente, alguien podría formular inmediatamente la pregunta: ¿Era ese el tema más adecuado para esta hora de la historia que estamos viviendo? ¿No era quizá un giro excesivo hacia la interioridad, en un momento en que los grandes desafíos de la historia, las cuestiones urgentes sobre la justicia, la paz y la libertad exigen el compromiso pleno de todos los hombres de buena voluntad y, de modo particular, de la cristiandad y de la Iglesia? ¿No hubiera sido mejor que afrontáramos, más bien, esos problemas, en vez de retirarnos al mundo interior de la fe?
Más tarde afrontaremos esta objeción, pues antes de responder a ella es necesario comprender bien el tema mismo en su auténtico significado; cuando lo hayamos hecho, la respuesta a la objeción llegará por sí misma. La palabra clave del tema es: encontrar la vida, la vida verdadera. Así el tema supone que este objetivo, sobre el que tal vez todos estén de acuerdo, se logra en el discipulado de Jesucristo, así como en el compromiso en favor de su palabra y de su presencia. Por consiguiente, los cristianos en América Latina, y con ellos los de todo el mundo, están llamados ante todo a ser cada vez más "discípulos de Jesucristo", algo que, en el fondo, ya somos en virtud del bautismo, lo cual no quita que debamos llegar a serlo siempre de forma nueva mediante la asimilación viva del don de ese sacramento.
¿Qué significa ser discípulos de Cristo? En primer lugar, significa llegar a conocerlo. ¿Cómo se realiza esto? Es una invitación a escucharlo tal como nos habla en el texto de la sagrada Escritura, como se dirige a nosotros y sale a nuestro encuentro en la oración común de la Iglesia, en los sacramentos y en el testimonio de los santos.
Nunca se puede conocer a Cristo sólo teóricamente. Con una gran doctrina se puede saber todo sobre las sagradas Escrituras, sin haberse encontrado jamás con él. Para conocerlo es necesario caminar juntamente con él, tener sus mismos sentimientos, como dice la carta a los Filipenses (cf. Flp 2, 5). San Pablo describe brevemente esos sentimientos así: tener el mismo amor, formar una sola alma (sýmpsychoi), estar de acuerdo, no hacer nada por rivalidad y vanagloria, no buscar cada uno sólo sus intereses, sino también los de los demás (cf. Flp 2, 2-4).
La catequesis nunca puede ser sólo una enseñanza intelectual; siempre debe implicar también una comunión de vida con Cristo, un ejercitarse en la humildad, en la justicia y en el amor. Sólo así avanzamos con Jesucristo en su camino; sólo así se abren los ojos de nuestro corazón; sólo así aprendemos a comprender la Escritura y nos encontramos con él. El encuentro con Jesucristo requiere escucha, requiere la respuesta en la oración y en la práctica de lo que él nos dice. Conocer a Cristo es conocer a Dios; y sólo a partir de Dios comprendemos al hombre y el mundo, un mundo que de lo contrario queda como un interrogante sin sentido.
Así pues, ser discípulos de Cristo es un camino de educación hacia nuestro verdadero ser, hacia la forma correcta de ser hombres. En el Antiguo Testamento, la actitud fundamental del hombre que vive la palabra de Dios se resumía con el término zadic: el justo; el que vive según la palabra de Dios, llega a ser un justo. El justo practica y vive la justicia. Luego, en el cristianismo, la actitud de los discípulos de Jesucristo se expresaba con otra palabra: el fiel. La fe lo comprende todo. Esta palabra ahora indica a la vez estar con Cristo y estar con su justicia. En la fe recibimos la justicia de Cristo, la vivimos nosotros mismos y la transmitimos.
El Documento de Aparecida concreta todo esto hablando de la buena nueva sobre la dignidad del hombre, sobre la vida, sobre la familia, sobre la ciencia y la tecnología, sobre el trabajo humano, sobre el destino universal de los bienes de la tierra y sobre la ecología: dimensiones en las que se articula nuestra justicia, se vive la fe y se da respuesta a los desafíos del tiempo.
Ese mismo Documento nos dice que el discípulo de Jesucristo también debe ser "misionero", mensajero del Evangelio. También aquí surge una objeción: ¿es lícito también hoy "evangelizar"? ¿No deberían, más bien, todas las religiones y concepciones del mundo convivir pacíficamente, tratando de hacer juntas lo mejor para la humanidad, cada una a su modo?
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P. Fernando Constante
Registrado: 07 Mar 2006 Mensajes: 638
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Publicado:
Mie May 07, 2008 4:55 pm Asunto:
Tema: El Papa sobre Aparecida |
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Un nuevo saludo en el Señor:
Como estos días se va a cumplir un año del viaje del Papa a Brasil y de la Conferencia de Aparecida, y como estamos en el mes de mayo, es bonito recordar la oración que Benedicto XVI dirigió desde el mismo santuario de la Virgen, el 12 de mayo de 2007.
Cita: | Madre nuestra, protege la familia
brasileña y latinoamericana.
Ampara bajo tu manto protector
a los hijos de esta patria querida
que nos acoge.
Tú que eres la Abogada
ante tu Hijo Jesús,
da al pueblo brasileño paz constante
y prosperidad completa.
Concede a nuestros hermanos
de toda la geografía latinoamericana
un verdadero celo misionero
irradiador de fe y de esperanza.
Haz que tu llamada desde Fátima
para la conversión de los pecadores
se haga realidad
y transforme la vida
de nuestra sociedad.
Y tú,
que desde el santuario de Guadalupe
intercedes por el pueblo
del continente de la esperanza,
bendice sus tierras y sus hogares.
Amén.
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P. Fernando Constante
Registrado: 07 Mar 2006 Mensajes: 638
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Publicado:
Mie May 20, 2009 9:52 am Asunto:
Tema: El Papa sobre Aparecida |
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Un saludo en el Señor. El Papa recibió en la mañana del 18 de mayo de 2009 a los obispos de Perú, en el Vaticano. En una parte del discurso habló sobre la Conferencia de Aparecida. Quería poner el texto aquí para complementar este tema.
http://212.77.1.245/news_services/bulletin/news/23882.php?index=23882&lang=it
Cita: | (…) 3. La unidad auténtica en la Iglesia es siempre fuente inagotable de espíritu evangelizador. En este sentido, sé que estáis acogiendo, en vuestros programas pastorales, el impulso misionero promovido por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida, y especialmente la "Misión continental", con vistas a que cada fiel aspire a la santidad tratando personalmente con el Señor Jesús, amándolo con perseverancia y conformando la propia vida con los criterios evangélicos, de modo que se creen comunidades eclesiales de intensa vida cristiana. Ciertamente, una Iglesia en misión relativiza sus problemas internos y mira con esperanza e ilusión al porvenir. Se trata de relanzar el espíritu misionero, no por temor al futuro, sino porque la Iglesia es una realidad dinámica y el verdadero discípulo de Jesucristo goza transmitiendo gratuitamente a otros su divina Palabra y compartiendo con ellos el amor que brota de su costado abierto en la cruz (cf. Mt 10,8; Jn 13,34-35; 19,33-34; 1 Co 9,16). En efecto, cuando la belleza y la verdad de Cristo conquistan nuestros corazones, experimentamos la alegría de ser sus discípulos y asumimos de modo convencido la misión de proclamar su mensaje redentor. A este respecto, os exhorto a convocar a todas las fuerzas vivas de vuestras Diócesis, para que caminen desde Cristo irradiando siempre la luz de su rostro, en particular a los hermanos que, tal vez por sentirse poco valorados o no suficientemente atendidos en sus necesidades espirituales y materiales, buscan en otras experiencias religiosas respuestas a sus inquietudes. |
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