Desde la "ñuque mapu" de Ceferino Namuncurá, joven

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos míos, jóvenes del mundo, un beato nuevo indígena, ligado a la gran Familia Salesiana, joven alegre, desprendido, entusiasta, todas las cualidades que queráis pensar las tenía, fue capaz de ir a estudiar lejos de los suyos, de su tierra, afrontando sufrimientos, y Dios le llamó pronto.

Os envío lo que recibo yo misma desde la América de su vida.

"Ceferino, los valores de su etnia -
Ceferino fue, ante todo, un descendiente del pueblo mapuche, particularmente representativo, ya que provenía de la estirpe de los Curá (Piedra) y su abuelo Calfucurá (a quien sucederá luego su padre, Manuel Namuncurá) había sido el líder de la confederación mapuche, que aglutinó sobre todo a las tribus dispersas en la llanura pampeana, desde su sede
en Salinas Grandes.

El nació y pasó la mayor parte de su vida en Chimpay, en su agrupación, viviendo según las costumbres y cultura de su gente.

Allí participó de los ritos propios de la religión mapuche. Y allí fue bautizado por el P. Domingo Milanesio en 1888.

Del rico patrimonio cultural de su pueblo mamó los valores que fueron plasmando progresivamente su personalidad:

- Su amor a la tierra, ya que los mapuches consideran a la ñuque mapu (madre tierra), no sólo como el escenario donde se desarrolla la historia sino como el suelo nutricio que la hace posible. Desde este punto de vista, Ceferino mapuche nos recuerda la necesidad de cuidarla y preservarla, porque no puede ser abusada ni explotada impunemente.

- El sentido comunitario que atraviesa de lado a lado el universo cultural mapuche, ya que la vida de los pueblos originarios de la Patagonia transcurre siempre en el ámbito de la agrupación y allí se juegan los
momentos más importantes y decisivos de la existencia.

- El respeto y el amor a la familia, cuna de la vida, que es el primer ámbito en el que el mapuche desarrolla su vida.

- La resistencia ante las dificultades y la valentía para superar obstáculos, no arredrándose ante las derrotas y reconcentrándose para sacar fuerzas de flaquezas y reaccionar positivamente ante ellas.

- La sensibilidad y admiración ante la dimensión trascendente y religiosa de la vida, ya que todo, en última instancia, se remite a Dios. Y cuando Ceferino parte de su tierra -lo cual significó para él un fuerte desgarrón, lo hace "para ser útil a su gente".

Nunca se avergonzará ni renegará de su estirpe, a pesar de las dificultades que conlleva, dada la calificación peyorativa que, en esa época, se adjudicaba a la condición indígena.

Siempre recordará con cariño a su tierra patagónica, se mantendrá vinculado con los suyos a través de una ininterrumpida correspondencia, de las visitas de su padre a los colegios que frecuentó y las noticias que
le llegaban o que él mismo enviaba a través del Cardenal Cagliero u otros misioneros que lo visitaban.

Al mismo tiempo, Ceferino se abrió a la sociedad blanca y se sintió fascinado por el Evangelio de Jesús, que no es propiedad de ninguna cultura sino que se dona y abre a todas, reconociendo sus valores y
virtudes, purificando aquello que pudiera ser imperfecto y enriqueciéndola con la fuerza de la Gracia.

Ceferino asume con total lealtad y generosidad su fe cristiana y comienza a vivirla sin concesiones, con todo el corazón y con toda el alma.

Esta conciencia de su identidad mapuche y cristiana lo acompañará siempre y marcará a fondo todas sus actitudes y decisiones".

Hay vídeos, canciones en su honor, que han salido tras la celebración de su Beatificación en su misma tierra.

Los ejemplos siempre nos han atraído en la vida, y cuando los ejemplos que tenemos ante nosotros son estupendos nos preguntamos ¿es un milagro en la sociedad de hoy?
Milagro o no, como hoy mismo en un tema en el foro de Oración, decía, es que la presencia de Dios transforma nuestra vida.

A veces los gestos pequeños nos la recuerdan. Había quien se ponía en el bolsillo una avellana o algo parecido, para que cada vez que metía la mano y se tropezaba con esa señal pensaba que Dios le veía y le amaba, por ejemplo.

Hay gestos, como la vida de los santos, tan plurales en la Santa Iglesia Católica, que podrían despertar en nosotros esa Presencia que nos sugiere:
¿y tú qué haces?

Un abrazo a todos.
Orpam Saretnoc Laverz