Fray Elías

[Mariano]

Fray Elías

Un hombre de Dios en nuestros tiempos

A través de las investigaciones del reconocido Mariólogo Francés (teólogo experto en cuestiones Marianas) Padre René Laurentin, conocimos el caso actual del hermano Elía, más conocido como Frá Elía. Con claras reminiscencias de San Francisco, ya que como él, Frá Elía no es sacerdote sino un simple hermano consagrado a Dios, pero también con el Padre Pío por los estigmas que lo acompañan igual que a Francisco. Rodeado de un fresco aire de renovación, Frá Elía dedica su vida a Dios envuelto en gracias que se manifiestan en su vida cotidiana, por toda una vida mística llena de numerosas carismas (curaciones, reconversiones, oraciones, bilocaciones, etc.) y la asistencia continúa de los ángeles y de los santos.

En Europa su fama se ha expandido al extremo que una reciente encuesta sobre las diez personalidades católicas más reconocidas por el público resultó encabezada por su Santidad Benedicto XVI, pero con Frá Elía en un lugar protagónico en las mentes de los encuestados. En esta oportunidad deseamos introducir a nuestros lectores a Frá Elía porque sospechamos que en los años venideros, será mucho lo que se sabrá de él y su obra.

El artículo del Padre Laurentin fue extraído de su « Diccionario de las apariciones de la Virgen » y traducido al español por su asistente Sylvie Giardin. Reproducimos a continuación el referido trabajo sobre Frá Elía.

ELÍA (hermano, Italia): Nació en 1962 en Pulla (región de la Italia meridional, N.d.T), es el octavo y último hijo de una familia católica. Sus padres son humildes campesinos. En 1969 tuvo su primera experiencia mística: “se le aparecieron unos ángeles” en su dormitorio, con el aspecto de “cabecitas de niñitos sonrientes, con alitas en los hombros” (Turolli, t. I,31). En aquella época también vio un ángel de dimensión humana que iba “vestido de color marfil de arriba abajo”) (Turolli, t. I, 32). “Soy Lechitiel, tu ángel de la guarda; estaré siempre contigo y te guiaré y protegeré del mal”, le escuchó decir Elía. No goza de muy buena salud, aunque los médicos que lo examinan no encuentren explicación alguna.

En 1970, “se le aparece la Virgen” por primera vez, “bella y joven, el rostro radiante, incomparablemente más bella que en cualquiera de nuestras representaciones”. En 1974, poco tiempo antes de Pascua, se enferma de gravedad. Sus padres se turnan en su cabecera para cuidarle. Luego, según se informa, se repone de manera inexplicable sin ningún tratamiento.

Comparte los juegos y las diversiones de los jóvenes de su generación. Toca la guitarra y va de discotecas. Sin embargo, su fe crece constantemente. En 1980, aprueba unas oposiciones para cartero y lo envían a Lombardía (región del norte de Italia, N.d.T), entre muchos otros destinos.

Recibe con frecuencia mensajes y visiones de Cristo y de la Virgen, por lo general acompañados de éxtasis. Se le aparecen Padre Pío y otros santos. Algunas personas dan testimonio de percibir perfúmenes misteriosos en su presencia.

Ejerce varios oficios: chofer para un transportista, dependiente en una floristería, camillero, además de cocinero en una cárcel romana. Se marcha a la India donde trabaja ocho meses en un centro para niños abandonados. Trata de entrar a los capuchinos pero en vano.

Un día su ángel de la guarda le pide “pasar a la acción y emprender la marcha”. Funda la congregación del hermano Elía de los Santos Apóstoles de Dios cuya misión es “rezar y ayudar a las familias divididas, separadas, de todo el mundo”. Se levanta cada día a las dos de la mañana y reza hasta el amanecer.

El 17 de junio de 2003, la nueva comunidad compuesta por tres hermanos y siete “compañeros”, se instala en Calvi (Umbría), a un centenar de kilómetros al sur de Roma, en un antiguo convento franciscano. Se da inicio a las obras de remodelación en las que participan todos los miembros.

El hermano Elía lleva estigmas permanentes. Sus llagas sangran con profusión durante la semana santa. Ya le han examinado médicos estadounidenses e italianos, entre ellos el Profesor Marcos Margnelli, cirujano, director del Centro de Estudios e Investigación sobre Psicofisiología de los Estados de Conciencia.

El obispo de su diócesis le sigue de cerca en su experiencia. También le sigue un sacerdote franciscano. El hermano Elía acepta presentar su testimonio en Italia y el extranjero por invitación y previa autorización del obispo de la diócesis a visitar.

La vida de Fra Elía está plena de anécdotas que reflejan una cercana relación con Dios, una amistad profunda y entrañable que el Señor le prodiga a diario. Recogemos esta narración porque tiene un efecto muy benéfico en el alma el ver la delicadeza con que Dios desea manifestarse a nosotros en estos tiempos, adaptándose a nuestra vida, nuestro entorno, nuestra realidad cotidiana.

Fra Elia estaba hablando con alguien, y las personas que le oían hablar preguntaron con quien hablaba.

Fra Élia dialogaba con Jesús, quien le indicò que hiciese una serie de fotos a una pared en blanco de la Iglesia. El tomó 36 fotografías, todas salieron en blanco excepto la última, en la cual apareció la imagen de Jesús.

Sitio de la Fundación de Fray Elias
http://www.apostolididio.it
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