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El miedo a la confesión
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Mariano
Valiente soldado de Nuestro Rey


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 4383
Ubicación: San Rafael Mendoza Argentina

MensajePublicado: Mie Feb 08, 2006 5:28 pm    Asunto: El miedo a la confesión
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Este problema no es de hoy, desde que yo tengo uso de razón el porcentaje de personas que se acercan a comulgar es muy reducido con respecto a la gente que asiste a Misa, y el problema pasa por el miedo a la confesión. ¿Pero cuál es el miedo? ¿Es que acaso olvidamos que es el mismo Jesús quien nos espera en el confesionario para darnos Su perdón? ¡porque no quiere a Su lado el día de nuestra muerte! Wink

¿Es acaso por vergüenza? Embarassed

Vergüenza debería darnos andar caminando por la calle todos sucios teniendo la posibilidad de darnos una ducha. Y esto mismo sucede con nuestra alma. Al igual que con nuestro cuerpo, el alma necesita de una limpieza cada tanto, una vez por mes, o por semana, o por día! bien sabemos que es gratis jeje ¡Qué feo andar con el alma sucia! cuánto más bellos seríamos si de vez en cuando nos acercáramos a la confesión para limpiar nuestra alma de rencores, odios, venganzas, malos tratos, intolerancias, vanidades, y así sacarnos la pesada mochila que entristece nuestra vida, y lo que es peor, entristece a Dios...¿No sabían? Si, es Él quien más sufre...porque nos Ama, porque nos quiere perfectos como lo es Él y Su Padre, porque nos quiere SANTOS!

¿Cómo no va a ponerse triste, si andamos por la vida con el alma sucia teniendo la posibilidad de limpiarla? ¿Hasta cuándo vamos a perdernos la posibilidad de recibir a Cristo en la Eucaristía? Y no sólo eso, sino que también al recibirlo se nos dan gracias y bendiciones celestiales. ¡Cómo perdernos esto! ¡Fíjense cuánto nos Ama Dios! Ya basta de esperar a mañana para ir a confesarnos. ¡Que sea HOY! Debemos vivir en Gracia de Dios, para así poder recibirlo en la Eucaristía, y para que si llega el momento en que el Padre nos llame a Su casa poder ir derechito al Cielo.

¿Acaso no quieren ir al Cielo? ¿Acaso no quieres vivir eternamente?

¡Entonces qué esperamos para ir a confesarnos!

¿Estámos esperando un día para hacerlo?

HOY ES EL DÍA Very Happy

¿Estamos esperando el momento indicado para ir?

AHORA ES EL MOMENTO Razz

_________________


Ultima edición por Mariano el Dom Ago 13, 2006 4:30 pm, editado 1 vez
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Luis Horacio
Asiduo


Registrado: 30 Ene 2006
Mensajes: 196

MensajePublicado: Mie Feb 08, 2006 5:49 pm    Asunto: Re: El miedo a la confesión
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Mariano escribió:
Este problema no es de hoy, desde que yo tengo uso de razón el porcentaje de personas que se acercan a comulgar es muy reducido con respecto a la gente que asiste a misa, y el problema pasa por el miedo a la confesión. ¿Pero cuál es el miedo? ¿Es que acaso olvidamos que es el mismo Jesús quien nos espera en el confesionario para darnos Su perdón?

¿Es acaso por vergüenza?
Vergüenza debería darnos andar caminando por la calle todos sucios teniendo la posibilidad de darnos una ducha. Y esto mismo sucede con nuestra alma. Al igual que con nuestro cuerpo, el alma necesita de una limpieza cada tanto, una vez por mes, o por semana, o por día! bien sabemos que es gratis jeje ¡Qué feo andar con el alma sucia! cuánto más bellos seríamos si de vez en cuando nos acercáramos a la confesión para limpiar nuestra alma de rencores, odios, venganzas, malos tratos, intolerancias, vanidades, y así sacarnos la pesada mochila que entristece nuestra vida, y lo que es peor, entristece a Dios...¿No sabían? Si, es Él quien más sufre...porque nos Ama, porque nos quiere perfectos como lo es Él y Su Padre, porque nos quiere SANTOS!

¿Cómo no va a ponerse triste, si andamos por la vida con el alma sucia teniendo la posibilidad de limpiarla? ¿Hasta cuándo vamos a perdernos la posibilidad de recibir a Cristo en la Eucaristía? Y no sólo eso, sino que también al recibirlo se nos dan gracias y bendiciones celestiales. ¡Cómo perdernos esto! ¡Fíjense cuánto nos Ama Dios! Ya basta de esperar a mañana para ir a confesarnos. ¡Que sea HOY! Debemos vivir en Gracia de Dios, para así poder recibirlo en la Eucaristía, y para que si llega el momento en que el Padre nos llame a Su casa poder ir derechito al cielo.

¿Acaso no quieren ir al cielo? ¿Acaso no quieres vivir eternamente? ¡Entonces qué esperas para ir a confesarte! ¿Estás esperando un día para hacerlo? HOY ES EL DÍA. ¿Estás esperando el momento indicado para ir? AHORA ES EL MOMENTO.



Realmente que hermos Reflexion Mariano... No tenemos que tener Miedo a la gracia desbordante de Dios que nos espera en la Confesion... Smile!! QUe hermoso Sacramento..!


Saluditos
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Vivir de Amor aqui Sobre la Tierra.. no es Instalar mi tienda en el Tabor, Es subir Con Jesus hasta el Calvario y abrazar de su Cruz la Gran Razon.

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Jose Rodrigo Becerra Mayo
Nuevo


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MensajePublicado: Mie Feb 08, 2006 6:11 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Laughing Creeme que yo ya lo hice y no sabes lo realmente maravilloso que se siente sentir el perdon del señor, y que te sientes tan limpio por dentro sin seguir cargando con ese saco de porquerias tan pesado.

Ahora les puedo decir que la confesion es algo donde realmente se manifiesta el señor y que siempre esta dispuesto a abrirte su corazon y a esperarte con los brazos abiertos.

Bendito seas señor Jesus por siempre. Wink
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"Ser un fiel Servidor para Xto y María teniendo como principal Misión Evangelizar al Jóven atraves del Jóven"

Jóse
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Mariano
Valiente soldado de Nuestro Rey


Registrado: 02 Oct 2005
Mensajes: 4383
Ubicación: San Rafael Mendoza Argentina

MensajePublicado: Mie Feb 08, 2006 10:51 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Jose Rodrigo Becerra Mayo escribió:
Laughing Creeme que yo ya lo hice y no sabes lo realmente maravilloso que se siente sentir el perdon del señor, y que te sientes tan limpio por dentro sin seguir cargando con ese saco de porquerias tan pesado.

Ahora les puedo decir que la confesion es algo donde realmente se manifiesta el señor y que siempre esta dispuesto a abrirte su corazon y a esperarte con los brazos abiertos.

Bendito seas señor Jesus por siempre. Wink


Gracias José!

Verdad que se siente re bien cuando uno se ha confesado? Wink

Esa sensación de paz que uno experimenta sólo Dios la puede dar...

A no tener miedo! a confesarse! a ser SANTOS!!!!!

Y de esa manera dejar de sufrir a causa del pecado, y dejar de hacer sufrir también...teniéndo la posibilidad ¿por qué evitarlo?

A CONFESARSE! a llenar los confesionarios! jeje y así llenar las filas para recibir a nuestro Señor en la Eucaristia!
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Mariano
Valiente soldado de Nuestro Rey


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Mensajes: 4383
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MensajePublicado: Jue Feb 09, 2006 2:21 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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¿Por qué confesarnos?

· Para recobrar la amistad con Dios, si has cometido un pecado mortal.
· Para estrechar los lazos de amistad, si únicamente tienes pecados veniales de que acusarte.
· Para obedecer a Dios.

Además, al confesarnos:

· cargamos sobre nosotros la responsabilidad de nuestros actos;
· reconocemos sinceramente nuestros pecados;
· obtenemos con seguridad el perdón de Dios;
· reafirmamos nuestra voluntad para portarnos mejor en adelante;
· recibimos concejos que nos ayudarán a ser mejores.

¿De qué confesarnos?
Debemos confesar todos los pecados mortales no acusados hasta el presente.

Para que un pecado sea mortal, se necesitan tres condiciones:
· materia grave, o materia que creas grave, aunque de por sí sea leve;
· pleno conocimiento de esa gravedad al cometer el pecado;
· pleno consentimiento de la voluntad.

Si faltara alguna de estas tres condiciones el pecado es venial, y no estas obligado a confesarlo, pero hacerlo demuestra que se tiene una conciencia delicada y un gran amor a Dios. Puedes comulgar si solamente tienes pecados veniales.

¿Con quién confesarnos?

La Iglesia deja libertad absoluta en la elección del confesor. Puede recurrir a cualquier sacerdote acostumbrándonos a ver en él únicamente al delegado de Cristo en la tierra.
El sacerdote sabe qué pecados se pueden cometer a nuestra edad y qué dificultades se suelen encontrar; nunca se va a extrañar de lo que digamos o preguntemos. Tengamos en cuenta también, que el sacerdote está obligado a guardar el más absoluto secreto, no pude descubrir nada de lo que le hayamos dicho en confesión. Es recomendable confesarnos habitualmente con un mismo sacerdote, para que dicha confesión tenga más frutos.
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Mariano
Valiente soldado de Nuestro Rey


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MensajePublicado: Jue Feb 16, 2006 8:09 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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«Dios nos perdona siempre»
Habla el autor de «El libro de la confesión»

MADRID, jueves, 16 febrero 2006 (ZENIT.org).- El sacerdote, teólogo, filósofo y escritor José Pedro Manglano ha dedicado un nuevo libro a la culpa, la confesión y el perdón.

Este escritor afirma en esta entrevista con Zenit que «sólo el catolicismo acude a la realidad de la culpa» y cuenta que «sólo Jesucristo enseña que Dios quiere sanar el corazón del hombre».

Manglano ha dedicado un libro a la confesión y lo dirige «a cualquier persona que haya sentido alguna vez sentimiento de culpa».

«El libro de la confesión. El enigma de la culpa» ha sido editado en España por Editorial Planeta.

--¿Es cierto que se confiesa muy poca gente?

--Manglano: Eso parece. Nos encontramos en un momento cultural en el que nos resulta difícil comprender la grandeza de la sencilla confesión. Quizá porque la confesión es el encuentro de dos intimidades, el abrazo de un hijo y un Padre; un corazón arrepentido se abre a la enorme libertad amorosa de Dios... y es invadido.

Hoy día nos cuesta creer que alguien nos quiera, nos cuesta dejarnos querer; hemos vuelto al Dios de los griegos, que era amado pero era incapaz de amar: no nos parece serio afirmar que Dios me quiera… Por un lado, porque no me considero amable –¡ni yo mismo me aguanto!-; por otro lado, porque pensamos que Él tendrá otras cosas más interesantes que hacer.

Decía el bueno del cura de Ars que si a los condenados en el infierno les dijesen: «Vamos a poner un sacerdote a la puerta del infierno; todos los que quieran confesarse, no tienen más que salir». ¿Pensáis --preguntaba a sus feligreses en una homilía--, pensáis que se quedaría alguno? Y animaba a aprovechar ahora que tenemos tiempo y medios para hacerlo.

--¿La confesión es una práctica específica del catolicismo?

--Manglano: Sí. Chesterton dice que es lo que le llevó al catolicismo: la belleza de la humildad cristiana, que tiene una de sus grandiosas manifestaciones en la humilde confesión de los propios actos, que los descarga ante Dios con sencillez, y recobra de nuevo la capacidad de mirar, con alma niña, los encantados castillos de cristal.

Un capítulo del libro lo dedico a repasar cómo resuelven la necesidad de liberarse de la culpa otras religiones. Es un tema interesante. Para ninguna de las grandes religiones existe el pecado como lo entiende el cristianismo: como un acto libre que nace en el corazón del hombre, que se aparta de Dios. El Islam no considera al hombre pecador, sino que --como ocurrió a Adán y Eva-- si comete faltas es por tentación, no es responsabilidad personal. El Hinduismo considera que todo acto malo está sometido a la determinación de la ley del Samsara: todo lo que ocurre, ocurre porque tenía que ocurrir. El budismo no considera el pecado: hay acciones éticas y no éticas, sin más.

Con estos presupuestos, si no hay pecado, no hace falta el perdón de Dios. Solo el catolicismo acude a la realidad de la culpa, solo Jesucristo enseña que Dios quiere sanar el corazón del hombre, y que mediante la práctica de un sencillo ritual –que la Iglesia va adaptando a los tiempos- todo corazón arrepentido puede alcanzar el abrazo sanador de Dios en lo más íntimo de su intimidad.

--¿El sentimiento de culpa es lo que tiene que acercar a la gente al confesionario?

--Manglano: Lo que tiene que acercar propiamente es la fe. El sentimiento de culpa puede poner en movimiento una búsqueda que puede terminar en el confesionario. La fe porque la confesión es un misterio, el misterio del cariño incomprensible que Dios me tiene a mí, que está dispuesto a anular cualquier realidad mía que me separe de Él, con tal de que humildemente le confiese que las cosas son como son, y que me gustaría que no fuesen así.

Insisto, porque en ocasiones hemos desacralizado la confesión. Solo la fe puede decirme que en el momento de la absolución, el poder absoluto procedente de Dios me libera del mal y me devuelve al estado de vida nueva en Dios que me concedió en el Bautismo.

--¿Cómo se le ocurrió escoger a una princesa (Pipa, en su libro) para adentrarse en el mundo de la confesión?

--Manglano: Pipa es un personaje de fantasía que funcionó muy bien en mi libro anterior, «El libro de la misa». He vuelto a él porque de nuevo en este libro lo que me interesaba era entrar en el misterio que envuelve y que constituye la confesión. A los misterios no accede el sesudo racionalista, tan limitado por sus conocimientos «claros y distintos». En el misterio no entran «las personas mayores», en el sentido peyorativo en que lo emplea de «El principito».

La princesa Pipa viene a representar el intruso que todos llevamos dentro, que libre de las leyes que rigen el espacio y el tiempo, se enfrenta con las realidades que superan al hombre, capaz de vivir cómodo sin que la razón haga pie.

--Dios es misericordia: ¿nos perdona siempre?

--Manglano: Siempre, siempre. Aunque acudamos a Él porque ya no nos queda nada más a lo que recurrir, aunque le hayamos rechazado mil veces y vayamos a Él porque nos ha fallado todo… Él nos perdona siempre. No hay humano que lo entienda, pero ese es el centro del misterio cristiano: el amor de Dios, un Dios que no ama, sino que es amor. A Él no le importa ser segundo plato, ni siquiera postre.

Las filosofías modernas nos han acostumbrado a considerarnos gente, individualidades anónimas que agregadas formamos un grupo que nos identifica: nos enseñan que no somos más que solitarios asociados.

Comprender la confesión requiere dinamitar esa forma de entenderse. No es verdad que sea un grano de arena caído sin razón en el desierto de la existencia, sino que soy una persona. Eso es: persona, un tú, alguien deseado por otro. Soy el tú de Dios.

Una libertad ajena a la mía me ha querido necesitar. Por eso, Él siempre me busca, porque es un incondicional mío; y cuando me equivoco, cuando el mal me puede, después siempre está deseando que rehaga mi vida y vuelva.

Esta no es una hipótesis para consolarnos; san Pablo nos lo ha dicho: Dios es más grande que nuestra culpa, el bueno puede sobre el malo, o –con palabras de Juan Pablo II- el cordero es más fuerte que el dragón. Solo cuando le veamos cara a cara seremos capaces de vislumbrar mínimamente lo que supone que Dios «sea» misericordia, «sea» amor.
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Pepa
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MensajePublicado: Vie Feb 17, 2006 1:45 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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¡Aplausos para este post!! Smile
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.
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Mariano
Valiente soldado de Nuestro Rey


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MensajePublicado: Sab Feb 18, 2006 2:50 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Para un buen examen de conciencia previo a la confesion

A. SIGUIENDO LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres primeros se refieren más al amor de Dios y los otros siete más al amor del prójimo (Cat. Igl. Cat.).

¿Cuánto tiempo hace que no me confieso?

¿Callé algún pecado grave por vergüenza o me confesé sin el debido arrepentimiento?

¿Cumplí las penitencias anteriores

Primer mandamiento

¿He dudado de Dios? ¿He negado a Dios?

¿He dudado de las verdades reveladas?

¿Me he preocupado en acrecentar mi formación moral y religiosa?

¿He disipado las dudas con quien tiene autoridad?

¿He leído libros anticristianos aprobándolos?

¿Me avergüenzo de mi religión ante los que se burlan de ella?

¿Me dejo llevar de ideas y consejos de personas inmorales o sin religión?

¿He abusado de la misericordia divina?

¿Me he quejado de Dios en las adversidades?

¿He sido negligente en el servicio de Dios?

¿He dejado de cumplir las promesas o votos?

¿He creído en supersticiones?

¿He acudido a diversos modos de adivinación o de magia?

Segundo mandamiento

¿He dicho palabras ofensivas o burlas contra Dios, la Virgen, los santos o las cosas sagradas?

¿He jurado falsamente o sin necesidad en nombre de Dios?

Tercer mandamiento

¿Falto a Misa los domingos o fiestas de precepto pudiendo asistir?

¿Participo de la Misa con indiferencia?

¿Santifico el día del Señor absteniéndome de las obras que impiden la oración, las buenas obras y el debido descanso del cuerpo?

¿He hecho ayuno y abstinencia en los días indicados por la Iglesia?

Cuarto mandamiento

¿He faltado a la obediencia a mis padres, superiores o maestros?

¿Les he faltado al respeto o les he causado disgustos?

¿Me he ocupado de las necesidades materiales y espirituales de mis padres?

¿Tengo buena relación con mis hermanos?

¿He sido injusto con mis hijos, empleados o subalternos?

¿He sido respetuoso y justo con mi cónyuge?

¿He cumplido mis deberes para con la patria?

Quinto mandamiento

¿He causado algún mal físico a otra persona?

¿He aconsejado, colaborado o realizado un aborto?

¿He descuidado mi salud o arriesgado la vida sin necesidad?

¿Me he embriagado o consumido drogas?

¿He deseado algún mal físico o moral a otra persona?

¿Guardo odio, rencor o antipatía a alguien?

¿He alimentado deseos de venganza?

¿He dañado la buena fama de otros?

¿He comentado defectos ajenos sin necesidad o con mala intención?

¿He sido causa de que otros pecaran con consejos o malos ejemplos?

¿He escandalizado con mi conducta individual, familiar o profesional?

Sexto y Noveno mandamiento

¿Me he entretenido con pensamientos y deseos impuros?

¿Me he puesto en ocasión de pecado con miradas, revistas, películas o espectáculos deshonestos?

¿Tengo malas conversaciones y amistades?

¿Llevo con castidad el noviazgo o soy para el otro causa de pecado?

¿He cometido actos impuros solo o con otra persona?

¿casado o soltero, del mismo sexo o pariente?

¿He faltado a la fidelidad conyugal de pensamiento u obra?

¿He regulado la natalidad por egoísmo?

¿He impedido la fecundidad por medios antinaturales que la enseñanza de la Iglesia reprueba?

Séptimo y Décimo mandamientos

¿He robado o he colaborado a un robo?

¿He dañado la propiedad o el trabajo de otro?

¿He hecho dinero por medios ilícitos?

¿He restituido lo ajeno o reparado el daño?

¿He deseado con envidia los bienes ajenos?

¿He contribuido al sostenimiento de la Iglesia?

Octavo mandamiento

¿He mentido; aun para hacer un bien o evitar un mal?

¿He calumniado?

¿He hecho juicios temerarios?

B. SIGUIENDO LOS VICIOS CAPITALES

¿Soy orgulloso?

¿Centro todo en mí mismo?

¿Tengo desordenado apego a mi propia voluntad y mi propia opinión?

¿No reconozco mis errores y defectos?

¿Busco o me complazco en el reconocimiento de los hombres por lo que tengo o soy?

¿Tengo codicia de dinero o de poseer cada vez más?

¿Tengo ambición de fama o poder?

¿He perjudicado a mi familia o a otros por codicia o ambición?

¿Tengo poca confianza en la Providencia y excesiva solicitud por el futuro?

¿Me dejo llevar por la lujuria en pensamientos, palabras y obras?

¿Me aparto de las ocasiones de pecado y pongo los remedios adecuados?

¿Soy irascible, rencoroso o vengativo?

¿He cometido ofensas o injusticias por ira?

¿He buscado negligentemente a Dios en la oración, las buenas obras o los sacramentos?

¿Me he apartado de la vida cristiana porque me resultaba árida o difícil?

¿Me excedo en el comer o en el beber?

¿Me he entristecido del bien de otro?

¿Me he alegrado del mal de otro?

C. SIGUIENDO LAS VIRTUDES DE LA PERFECCIÓN EVANGÉLICA

Sobre la vida de oración

¿He rezado cotidianamente mis oraciones?

¿Me he esforzado en participar con fervor en los actos de culto?

¿Mantengo alguna buena lectura espiritual o formativa?

¿Ofrezco a Dios todas las actividades del día?

Sobre las virtudes teologales

FE

¿He dudado de Dios, de Cristo, o de lo que enseña la Iglesia Católica?

¿Me he preocupado el resolver las dudas y acrecentar la formación?

¿He puesto en peligro la fe leyendo malos libros o revistas, viendo programas de TV o manteniendo conversaciones peligrosas?

¿He velado por la formación y vida de fe de los que me están encomendados?

¿Intento que todos mis problemas se resuelvan a la luz de la fe?

¿Me he rebelado contra Dios en las adversidades?

ESPERANZA

¿Oriento todas las acciones de mi vida hacia la vida eterna?

¿Tengo excesivo apego a esta vida?

¿Tengo poca confianza en la Providencia?

¿Me he desesperado de la salvación o he dudado del auxilio divino?

¿He abusado de la confianza en Dios no poniendo los medios de las buenas obras, la oración y los sacramentos?

CARIDAD

¿He tenido odio o rebeldía contra Dios?

¿He tenido odio y rencor a alguien?

¿He dejado de ayudar material o espiritualmente a quien lo necesitaba?

¿He sembrado discordia entre las personas?

¿He discutido o altercado con espíritu de contradicción?

¿He promovido peleas o disensiones en la sociedad o la Iglesia?

¿He dado escándalo?

¿He intentado ordenar la vida según la voluntad de Dios con todo el corazón y con todas las fuerzas?

Sobre las virtudes cardinales

PRUDENCIA

¿He obrado con precipitación y poco juicio?

¿He demorado decisiones importantes de la vida?

¿No he pedido consejo a quien corresponde en decisiones importantes?

¿Obro con doblez, astucia o engaño?

¿Soy consciente de los obstáculos que hay en mi vida para la santidad?

¿He confundido prudencia con mediocridad o cobardía?

JUSTICIA

¿He hecho acepción de personas en la familia, los amigos o en otros ambientes?

¿He quitado la vida, la salud o los bienes a otro?

¿Le he hecho perder la fama o el honor?

¿He faltado a la obediencia debida a los superiores?

¿He sido agradecido?

¿He castigado con exceso o defecto?

¿He sido simulador, hipócrita o mentiroso?

¿He sido adulador?

¿He sido poco generoso con mis bienes o cualidades?

¿He gastado con imprudencia?

FORTALEZA

¿He sido cobarde o pusilánime?

¿He sido inconstante en las buenas obras?

¿He sido impaciente con los demás o en la adversidad?

TEMPLANZA

¿He comido o bebido en exceso?

¿He consentido en deseos, palabras u obras impuras?

¿Me he dejado llevar por la ira o la crueldad?

¿Me dejo llevar por la soberbia?

¿Por curiosidad he investigado vidas o secretos ajenos?

¿Me he preocupado inmoderadamente por la moda?

¿Soy superficial en mis diversiones?


Y ahora? al confesionario! yuuuupi!
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Mariano
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MensajePublicado: Sab Feb 18, 2006 6:43 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Algunas razones por las que tenemos que confesarnos

1. Porque Jesús dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. Esto es un dato y es la razón definitiva: la más importante. En efecto, recién resucitado, es lo primero que hace: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados, a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar " (Jn 20,22-23). Los únicos que han recibido este poder son los Apóstoles y sus sucesores. Les dio este poder precisamente para que nos perdonen los pecados a vos y a mí. Por tanto, cuando quieres que Dios te borre los pecados, sabes a quien acudir, sabes quienes han recibido de Dios ese poder.

Es interesante notar que Jesús vinculó la confesión con la resurrección (su victoria sobre la muerte y el pecado), con el Espíritu Santo (necesario para actuar con poder) y con los apóstoles (los primeros sacerdotes): el Espíritu Santo actúa a través de los Apóstoles para realizar en las almas la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte.

2. Porque la Sagrada Escritura lo manda explícitamente: "Confiesen mutuamente sus pecados" (Sant 5,16). Esto es consecuencia de la razón anterior: te darás cuenta que perdonar o retener presupone conocer los pecados y disposiciones del penitente. Las condiciones del perdón las pone el ofendido, no el ofensor. Es Dios quién perdona y tiene poder para establecer los medios para otorgar ese perdón. De manera que no soy yo quien decide cómo conseguir el perdón, sino Dios el que decidió (hace dos mil años de esto…) a quién tengo que acudir y qué tengo que hacer para que me perdone. Entonces nos confesamos con un sacerdote por obediencia a Cristo.

3. Porque en la confesión te encuentras con Cristo. Esto debido a que es uno de los siete Sacramentos instituidos por El mismo para darnos la gracia. Te confiesas con Jesús, el sacerdote no es más que su representante. De hecho, la formula de la absolución dice: "Yo te absuelvo de tus pecados" ¿Quien es ese «yo»? No es el Padre Fulano -quien no tiene nada que perdonarte porque no le has hecho nada-, sino Cristo. El sacerdote actúa en nombre y en la persona de Cristo. Como sucede en la Misa cuando el sacerdote para consagrar el pan dice "Esto es mi cuerpo", y ese pan se convierte en el cuerpo de Cristo (ese «mi» lo dice Cristo), cuando te confiesas, el que está ahí escuchándote, es Jesús. El sacerdote, no hace más que «prestarle» al Señor sus oídos, su voz y sus gestos.

4. Porque en la confesión te reconcilias con la Iglesia. Resulta que el pecado no sólo ofende a Dios, sino también a la comunidad de la Iglesia: tiene una dimensión vertical (ofensa a Dios) y otra horizontal (ofensa a los hermanos). La reconciliación para ser completa debe alcanzar esas dos dimensiones. Precisamente el sacerdote está ahí también en representación de la Iglesia, con quien también te reconcilias por su intermedio. El aspecto comunitario del perdón exige la presencia del sacerdote, sin él la reconciliación no sería «completa».

5. El perdón es algo que «se recibe». Yo no soy el artífice del perdón de mis pecados: es Dios quien los perdona. Como todo sacramento hay que recibirlo del ministro que lo administra válidamente. A nadie se le ocurriría decir que se bautiza sólo ante Dios… sino que acude a la iglesia a recibir el Bautismo. A nadie se le ocurre decir que consagra el pan en su casa y se da de comulgar a sí mismo… Cuando se trata de sacramentos, hay que recibirlos de quien corresponde: quien los puede administrar válidamente.

6. Necesitamos vivir en estado de gracia. Sabemos que el pecado mortal destruye la vida de la gracia. Y la recuperamos en la confesión. Y tenemos que recuperarla rápido, básicamente por tres motivos:

a) porque nos podemos morir… y no creo que queramos morir en estado de pecado mortal… y acabar en el infierno.

b) porque cuando estamos en estado de pecado ninguna obra buena que hacemos es meritoria cara a la vida eterna. Esto se debe a que el principio del mérito es la gracia: hacer obras buenas en pecado mortal, es como hacer goles en “off-side”: no valen, carecen de valor sobrenatural. Este aspecto hace relativamente urgente el recuperar la gracia: si no queremos que nuestra vida esté vacía de mérito y que lo bueno que hacemos sea inútil.

c) porque necesitamos comulgar: Jesús nos dice que quien lo come tiene vida eterna y quien no lo come, no la tiene. Pero, no te olvides que para comulgar dignamente, debemos estar libres de pecado mortal. La advertencia de San Pablo es para temblar: "quien coma el pan o beba el cáliz indignamente, será reo del cuerpo y sangre del Señor. (…) Quien come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,27-28). Comulgar en pecado mortal es un terrible sacrilegio: equivale a profanar la Sagrada Eucaristía, a Cristo mismo.

7. Necesitamos dejar el mal que hemos hecho. El reconocimiento de nuestros errores es el primer paso de la conversión. Sólo quien reconoce que obró mal y pide perdón, puede cambiar.

8. La confesión es vital en la luchar para mejorar. Es un hecho que habitualmente una persona después de confesarse se esfuerza por mejorar y no cometer pecados. A medida que pasa el tiempo, va aflojando… se «acostumbra» a las cosas que hace mal, o que no hace, y lucha menos por crecer. Una persona en estado de gracia -esta es una experiencia universal- evita el pecado. La misma persona en pecado mortal tiende a pecar más fácilmente.


Extraido de: encuentra.com Por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio http://130.94.75.135/documento.php?f_doc=260&f_tipo_doc=9
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Ultima edición por Mariano el Sab Feb 18, 2006 6:52 pm, editado 2 veces
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Mariano
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MensajePublicado: Sab Feb 18, 2006 6:46 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Otros motivos que hacen muy conveniente la confesión

a) Necesitamos paz interior. El reconocimiento de nuestras culpas es el primer paso para recuperar la paz interior. Negar la culpa no la elimina: sólo la esconde, haciendo más penosa la angustia. Sólo quien reconoce su culpa está en condiciones de liberarse de ella.

b) Necesitamos aclararnos a nosotros mismos. La confesión nos "obliga" a hacer un examen profundo de nuestra conciencia. Saber qué hay «adentro», qué nos pasa, qué hemos hecho, cómo vamos… De esta manera la confesión ayuda a conocerse y entenderse a uno mismo.

c) Todos necesitamos que nos escuchen. ¿En qué consiste el primer paso de la terapia de los psiquiatras y psicólogos sino en hacer hablar al "paciente"? Y te cobran para escucharte… y al "paciente" le hace muy bien. Estas dos profesiones han descubierto en el siglo XX algo que la Iglesia descubrió hace muchos siglos (en realidad se lo enseñó Dios). El decir lo que nos pasa, es una primera liberación.

d) Necesitamos una protección contra el auto-engaño. Es fácil engañarse a uno mismo, pensando que eso malo que hicimos, en realidad no está tan mal; o justificándolo llegando a la conclusión de que es bueno, etc. Cuando tenemos que contar los hechos a otra persona, sin excusas, con sinceridad, se nos caen todas las caretas… y nos encontramos con nosotros mismos, con la realidad que somos.

e) Todos necesitamos perspectiva. Una de las cosas más difíciles de esta vida es conocerse uno mismo. Cuando "salimos" de nosotros por la sinceridad, ganamos la perspectiva necesaria para juzgarnos con equidad.

f) Necesitamos objetividad. Y nadie es buen juez en causa propia. Por eso los sacerdotes pueden perdonar los pecados a todas las personas del mundo… menos a una: la única persona a la que un sacerdote no puede perdonar los pecados es él mismo: siempre tiene que acudir a otros sacerdote para confesarse. Dios es sabio y no podía privar a los sacerdotes de este gran medio de santificación.

g) Necesitamos saber si estamos en condiciones de ser perdonados: si tenemos las disposiciones necesarias para el perdón o no. De otra manera correríamos un peligro enorme: pensar que estamos perdonados cuando ni siquiera podemos estarlo.

h) Necesitamos saber que hemos sido perdonados. Una cosa es pedir perdón y otra distinta ser perdonado. Necesitamos una confirmación exterior, sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de Cristo.

i) Tenemos derecho a que nos escuchen. La confesión personal más que una obligación es un derecho: en la Iglesia tenemos derecho a la atención personal, a que nos atiendan uno a uno, y podamos abrir el corazón, contar nuestros problemas y pecados.

j) Hay momentos en que necesitamos que nos animen y fortalezcan. Todos pasamos por momentos de pesimismo, desánimo… y necesitamos que se nos escuche y anime. Encerrarse en sí mismo solo empeora las cosas…

k) Necesitamos recibir consejo. Mediante la confesión recibimos dirección espiritual. Para luchar por mejorar en las cosas de las que nos confesamos, necesitamos que nos ayuden.

l) Necesitamos que nos aclaren dudas, conocer la gravedad de ciertos pecados, en fin… mediante la confesión recibimos formación.



Extraido de: encuentra.com Por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio http://130.94.75.135/documento.php?f_doc=260&f_tipo_doc=9
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Ultima edición por Mariano el Sab Feb 18, 2006 6:56 pm, editado 1 vez
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Mariano
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MensajePublicado: Sab Feb 18, 2006 6:50 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Algunos pretexto para no confesarse

1. ¿Quién es el cura para perdonar los pecados…? Sólo Dios puede perdonarlos.

Hemos visto que el Señor dio ese poder a los Apóstoles. Además, permíteme decirte que ese argumento lo he leído antes… precisamente en el Evangelio… Es lo que decían los fariseos indignados cuando Jesús perdonaba los pecados… (puedes mirar Mt 9,1-8).

2. Yo me confieso directamente con Dios, sin intermediarios.

Genial. Me parece bárbaro… pero hay algunos “peros”…
Pero… ¿cómo sabes que Dios acepta tu arrepentimiento y te perdona? ¿Escuchas alguna voz celestial que te lo confirma?
Pero… ¿cómo sabes que estás en condiciones de ser perdonado? Te darás cuenta que no es tan fácil… Una persona que robara un banco y no quisiera devolver el dinero… por más que se confesara directamente con Dios… o con un cura… si no quisiera reparar el daño hecho -en este caso, devolver el dinero-, no puede ser perdonada… porque ella misma no quiere "deshacerse" del pecado.

Este argumento no es nuevo… Hace casi mil seiscientos años, San Agustín replicaba a quien argumentaba como vos: "Nadie piense: yo obro privadamente, de cara a Dios… ¿Es que sin motivo el Señor dijo: «lo que atareis en la tierra, será atado en el cielo»?.¿Acaso les fueron dadas a la Iglesia las llaves del Reino de los cielos sin necesidad? Frustramos el Evangelio de Dios, hacemos inútil la palabra de Cristo."

3. ¿Porque le voy a decir los pecados a un hombre como yo?

Porque ese hombre no un hombre cualquiera: tiene el poder especial para perdonar los pecados (el sacramento del orden). Esa es la razón por la que vas a él.

4. ¿Porque le voy a decir mis pecados a un hombre que es tan pecador como yo?

El problema no radica en la «cantidad» de pecados: si es menos, igual o más pecador que vos…. No vas a confesarte porque sea santo e inmaculado, sino porque te puede dar al absolución, poder que tiene por el sacramento del orden, y no por su bondad. Es una suerte -en realidad una disposición de la sabiduría divina- que el poder de perdonar los pecados no dependa de la calidad personal del sacerdote, cosa que sería terrible ya que uno nunca sabría quién sería suficientemente santo como para perdonar… Además, el hecho de que sea un hombre y que como tal tenga pecados, facilita la confesión: precisamente porque sabe en carne propia lo que es ser débil, te puede entender mejor.

5. Me da vergüenza…

Es lógico, pero hay que superarla. Hay un hecho comprobado universalmente: cuanto más te cueste decir algo, tanto mayor será la paz interior que consigas después de decirlo. Además te cuesta, precisamente porque te confiesas poco…, en cuanto lo hagas con frecuencia, verás como superarás esa vergüenza.

Además, no creas que eres tan original…. Lo que vas a decir, el cura ya lo escuchó trescientas mil veces… A esta altura de la historia… no creo que puedas inventar pecados nuevos…

Por último, no te olvides de lo que nos enseñó un gran santo: el diablo quita la vergüenza para pecar… y la devuelve aumentada para pedir perdón… No caigas en su trampa.

6. Siempre me confieso de lo mismo…

Eso no es problema. Hay que confesar los pecados que uno ha cometido… y es bastante lógico que nuestros defectos sean siempre más o menos los mismos… Sería terrible ir cambiando constantemente de defectos… Además cuando te bañas o lavas la ropa, no esperas que aparezcan machas nuevas, que nunca antes habías tenido; la suciedad es más o menos siempre del mismo tipo… Para querer estar limpio basta querer remover la mugre… independientemente de cuán original u ordinaria sea.

7. Siempre confieso los mismos pecados…

No es verdad que sean siempre los mismos pecados: son pecados diferentes, aunque sean de la misma especie… Si yo insulto a mi madre diez veces… no es el mismo insulto… cada vez es uno distinto… No es lo mismo matar una persona que diez… si maté diez no es el mismo pecado… son diez asesinatos distintos. Los pecados anteriores ya me han sido perdonados, ahora necesito el perdón de los "nuevos", es decir los cometidos desde la última confesión.

8. Confesarme no sirve de nada, sigo cometiendo los pecados que confieso…

El desánimo, puede hacer que pienses: "es lo mismo si me confieso o no, total, nada cambia, todo sigue igual". No es verdad. El hecho de que uno se ensucie, no hace concluir que es inútil bañarse. Uno que se baña todos los días… se ensucia igual… Pero gracias a que se baña, no va acumulando mugre… y está bastante limpio. Lo mismo pasa con la confesión. Si hay lucha, aunque uno caiga, el hecho de ir sacándose de encima los pecados… hace que sea mejor. Es mejor pedir perdón, que no pedirlo. Pedirlo nos hace mejores.

9. Sé que voy a volver a pecar… lo que muestra que no estoy arrepentido

Depende… Lo único que Dios me pide es que esté arrepentido del pecado cometido y que ahora, en este momento quiera luchar por no volver a cometerlo. Nadie pide que empeñemos el futuro que ignoramos… ¿Qué va a pasar en quince días? No lo sé… Se me pide que tenga la decisión sincera, de verdad, ahora, de rechazar el pecado. El futuro déjalo en las manos de Dios…

10. Y si el cura piensa mal de mi…

El sacerdote está para perdonar… Si pensara mal, sería un problema suyo del que tendría que confesarse. De hecho siempre piensa bien: valora tu fe (sabe que si estás ahí contando tus pecados, no es por él… sino porque vos crees que representa a Dios), tu sinceridad, tus ganas de mejorar, etc. Supongo que te darás cuenta de que sentarse a escuchar pecados, gratis -sin ganar un peso-, durante horas, … si no se hace por amor a las almas… no se hace. De ahí que, si te dedica tiempo, te escucha con atención… es porque quiere ayudarte y le importas… aunque no te conozca te valora lo suficiente como para querer ayudarte a ir al cielo.

11. Y si el cura después le cuenta a alguien mis pecados…

No te preocupes por eso. La Iglesia cuida tanto este asunto que aplica la pena más grande que existe en el Derecho Canónico -la ex-comunión- al sacerdote que dijese algo que conoce por la confesión. De hecho hay mártires por el sigilo sacramental: sacerdotes que han muerto por no revelar el contenido de la confesión.

12. Me da pereza…

Puede ser toda la verdad que quieras, pero no creo que sea un obstáculo verdadero ya que es bastante fácil de superar… Es como si uno dijese que hace un año que no se baña porque le da pereza…

13. No tengo tiempo…

No creo que te creas que en los últimos ___ meses… no hayas tenidos los diez minutos que te puede llevar una confesión… ¿Te animas a comparar cuántas horas de TV has visto en ese tiempo… (multiplica el número de horas diarias que ves por el número de días…)?

14. No encuentro un cura…

No es una raza en extinción, hay varios miles. Toma la guía de teléfono (o llama a información). Busca el teléfono de tu parroquia. Si ignoras el nombre, busca por el obispado, ahí te dirán… Así podrás saber en tres minutos el nombre de un cura con el que te puedes confesar… e incluso pedirle una hora… para no tener que esperar.

Extraido de: encuentra.com Por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio http://130.94.75.135/documento.php?f_doc=260&f_tipo_doc=9
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Mariano
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MensajePublicado: Mar Feb 21, 2006 5:39 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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MensajePublicado: Mie Feb 22, 2006 2:09 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Cita:
El examen de conciencia. «La reconciliación es la belleza de Dios» (V)
Carta pastoral del arzobispo de Chieti-Vasto, monseñor Bruno Forte

CHIETI, martes, 21 febrero 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el anexo a que ha escrito a monseñor Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto, miembro de la Comisión Teológica Internacional, a la carta pastoral sobre el tema «La reconciliación y la belleza de Dios». El texto íntegro en un solo archivo puede leerse sección «Documentos» de la página web de Zenit www.zenit.org.


PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA

Prepárate a la confesión si es posible a plazos regulares y no demasiado lejanos en el tiempo, en un clima de oración, respondiendo a estas preguntas bajo la mirada de Dios, eventualmente verificándolo con quien pueda ayudarte a caminar más rápido en la vía del Señor:

1. «No tendrás otro Dios fuera de mí» (Dt 5,7). «Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente» (Mt 22,37). ¿Amo así al Señor? ¿Le doy el primer lugar en mi vida? Me empeño en rechazar todo ídolo que puede interponerse entre El y yo, ya sea el dinero, el placer, la superstición o el poder? ¿Escucho con fe su Palabra? ¿Soy perseverante en la oración?

2. «No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios» (Dt 5,11). ¿Respeto el nombre santo de Dios? ¿Abuso al referirme a Él ofendiéndole o sirviéndome de Él en lugar de servirlo? ¿Bendigo a Dios en cada uno de mis actos? ¿Me remito sin reservas a su voluntad sobre mí, confiando totalmente en Él? ¿Me confío con humildad y confianza a la guía y a la enseñanza de los pastores que el Señor ha dado a su Iglesia? ¿Me empeño en profundizar y nutrir mi vida de fe?

3. «Santificarás las fiestas» (cf. Dt 5,12-15). ¿Vivo la centralidad del domingo, empezando por su centro que es la celebración de la eucaristía, y los otros días consagrados al Señor para alabarlo y darle gracias para confiarme a Él y reposar en Él? ¿Participo con fidelidad y empeño en la liturgia festiva, preparándome a ella con la oración y esforzándome en obtener fruto durante toda la semana? ¿Santifico el día de fiesta con algún gesto de amor hacia quien lo necesita?

4. «Honra a tu padre y a tu madre» (Dt 5,16). ¿Amo y respeto a quienes me han dado la vida? ¿Me esfuerzo por comprenderles y ayudarles, sobre todo en su debilidad y sus límites?

5. «No matar» (Dt 5,17). ¿Me esfuerzo por respetar y promover la vida en todas sus etapas y en todos sus aspectos? ¿Hago todo lo que está en mi poder por el bien de los demás? ¿He hecho mal a alguien con la intención explícita de hacerlo? «Amarás al prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39). ¿Cómo vivo la caridad hacia el prójimo? ¿Estoy atento y disponible, sobre todo hacia los más pobres y los más débiles? ¿Me amo a mí mismo, sabiendo aceptar mis límites bajo la mirada de Dios?

6. «No cometerás actos impuros» (cf. Dt 5,18). «No desearás la mujer de tu prójimo» (Dt 5,21). ¿Soy casto en pensamientos y actos? ¿Me esfuerzo en amar con gratuidad, libre de la tentación de la posesión y de los celos? ¿Respeto siempre y en todo la dignidad de la persona humana? ¿Trato mi cuerpo y el cuerpo de los demás como templo del Espíritu Santo?

7. «No robar» (Dt 5,19). «No desear los bienes ajenos» (Dt 5,21). ¿Respeto los bienes de la creación? ¿Soy honesto en el trabajo y en mis relaciones con los demás? ¿Respeto el fruto de trabajo de los demás? ¿Soy envidioso del bien de los otros? ¿Me esfuerzo en hacer a los otros felices o pienso sólo en mi felicidad?

8. «No pronunciar falso testimonio» (Dt 5,20). ¿Soy sincero y leal en cada palabra y acción? ¿Testimonio siempre y sólo la verdad? ¿Trato de dar confianza y actúo en modo de merecerla?

9. ¿Me esfuerzo en seguir a Jesús en la vía de mi entrega a Dios y a los demás? ¿Trato de ser como Él humilde, pobre y casto?

10. ¿Encuentro al Señor fielmente en los sacramentos, en la comunión fraterna y en el servicio a los más pobres? ¿Vivo la esperanza en la vida eterna, mirando cada cosa a la luz del Dios que llega y confiando siempre en sus promesas?

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Mariano
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MensajePublicado: Jue Feb 23, 2006 3:07 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA
Cita:
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÓN

1422 "Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones" (LG 11).

I El nombre de este sacramento

1423 Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.

Se denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.

1424 Es llamado sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.

Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y la paz" (OP, fórmula de la absolución).

Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).

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Montse*
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MensajePublicado: Jue Feb 23, 2006 1:46 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Pues a mí no me da miedo confesarme, al revés, lo que me da miedo es no confesarme cuando tengo que hacerlo. Es más estoy super contenta después de confesarme y luego me voy a comulgar... porque siento a Dios dentro de mí, siento como me abraza y me dice que me quiere...y luego tengo ganas de llorar porque veo que Dios me ama más de lo que me merezco, y sé que no quiero volver a pecar porque eso no es amarle a Él.

Además yo no me juego el cielo para irme al infierno por no irme a confesar. Yo directa al confesionario cuando peco y con intención de no volver a pecar ... soy feliz porque Dios me quiere un montón, como nos quiere a todos.

Ánimo, que nadie tenga miedo de la confesión, que el sacerdote representa a Dios y además está ahí para perdonarnos en nombre de Dios, es más, no le contará a nadie tus pecados.... y ¿a que a veces le cuentas tus pecados a un amigo o conocido? pues el sacerdote es más que un amigo porque representa a Dios que nos ama con locura y que para eso puso la confesión, para ser perdonados de nuestros pecados, que todos pecamos ya que somos imperfectos.

Esta tarde por ejemplo, me iré a misa y tenía pensado irme a confesar antes. Porqué sé que es lo mejor que hay y porque quiero ir a pedirle perdón a Dios por haber pecado y quiero sentirle dentro de mí cuando vaya a comulgar y sonreir por sentir su gran y verdadero amor.

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Mariano
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MensajePublicado: Jue Feb 23, 2006 6:47 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Gracias Montse por tu testimonio!

Yo tambien hoy mismo me iré a confesar! para dejar bien limpita mi alma y así poder comulgar, ¡que felicidad!

Viva Montse!

Viva la Santa Iglesia Catolica!

VIVA DIOS!

Que Dios los bendida!!!
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Mariano
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MensajePublicado: Jue Feb 23, 2006 7:13 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Y tenes mucha razon hermana Montse, debemos tener miedo, pero no de confesarnos, sino miedo a que nos "llegue la hora" y no haber limpiado nuestra alma! a éso hay que tenerle miedo...

A confesarnos! que el Señor nos está esperando pada darnos Su perdón! que sea HOY! porque mañana puede ser tarde...nadie sabe cuándo será...por tanto hay que estar prevenidos...además, seremos MUY bien recompensados...no? uffff LA VIDA ETERNA JUNTO A DIOS!!!

A cuidar nuestra alma! a mantenerla bien limpita, para ello, A CONFESARNOS HOY MISMO!

YUPI!

Y OLÉ MONTSE!
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Montse*
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MensajePublicado: Jue Feb 23, 2006 7:59 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Mariano escribió:
Y tenes mucha razon hermana Montse, debemos tener miedo, pero no de confesarnos, sino miedo a que nos "llegue la hora" y no haber limpiado nuestra alma! a éso hay que tenerle miedo...

A confesarnos! que el Señor nos está esperando pada darnos Su perdón! que sea HOY! porque mañana puede ser tarde...nadie sabe cuándo será...por tanto hay que estar prevenidos...además, seremos MUY bien recompensados...no? uffff LA VIDA ETERNA JUNTO A DIOS!!!

A cuidar nuestra alma! a mantenerla bien limpita, para ello, A CONFESARNOS HOY MISMO!

YUPI!

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Mariano
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MensajePublicado: Mar Feb 28, 2006 4:08 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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RodrigoG83
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MensajePublicado: Mar Feb 28, 2006 5:26 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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"Culpa" de este epígrafe tuve que hacerme de coraje e ir a confesar. Ja, lo que pudiera haber sentido de vergüenza o miedo en esos pocos minutos de confesión, justifican toda una vida de verdadera libertad y tranquilidad.

Así que bueno, una vez al mes, a charlar con el sacerdote (que ya me percate de que.. no muerde! jaja).

Un abrazo y gracias Mariano por compartirnos estos textos y hacernos, queramos o no -al menos a mi-, analizar nuestras vidas y encontrarnos con nosotros mismos para poder ir a reconciliarnos con el Señor Jesús.

Saludos!
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hyunkeln
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MensajePublicado: Mie Mar 01, 2006 5:35 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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wow! cuántas cosas! cielos, ahora a preparar el examen de conciencia, pero con tanta cosa ya no puedo ni pensar, jeje Razz ...

Gracias por la información
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anxelina
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MensajePublicado: Mie Mar 01, 2006 2:38 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Creo que tener miedo de confesarse es enteramente natural.

A mi siempre me da miedo, pero tengo por costumbre enfrentar el miedo, creo que pienso siempre que es mejor estar limpia ante mi y ante Dios que todo lo ve, que solamente darme atole con el dedo, pensando que yo soy buena hija de Dios.

Por que se suele pensar, si lo que yo hice no es tan grave, ¿porque confesarlo?

Pero si yo le digo a Dios todo; porque tengo que hablar con el sacerdote, y cosas por el estilo. Cuando el real trabajo es decirselo al sacerdote; Dios ya lo conoce, solo que la verdadera penitencia es esa, enfrentarlo ante el representante de Dios en la tierra, en ses momento el sacerdote es Dios y decirlo ante un humano es el trabajo, es el miedo.

Por ello si se piensa que de antemano Dios ya conoce nuestros pecados, solo quiere que los digamos fuerte y con arrepentimiento todo resulta ser mas sencillo de procesar y de confesar.

Bueno es mi consejo...
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Mariano
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MensajePublicado: Dom Mar 05, 2006 2:48 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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taddei
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MensajePublicado: Dom Mar 05, 2006 4:45 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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hola, quiero felicitar a Mariano que hizo este post , que puede ayudar a muchas personas.
Ahora, quisiera decirles que, si tenes miedo de olvidarte de algun pecado en el confesionario deberias anotarlos en un papel a todos, y luego te confiesas leyendo ese papel, no hay ningun problema.
Es mucho mejor confesarte asi, y ademas, hacer un examen de conciencia diario
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hyunkeln
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MensajePublicado: Dom Mar 05, 2006 5:05 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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cuando yo confieso un pecado que me avergüence más de lo normal, lo que hago es respirar muy profundamente, pensar en Dios y dejarlo salir de zopetón Razz y luego siento una paz y una felicidad TAN enorme de saber que Dios me perdona, que casi casi voy dando saltos con choque de talones por la calle, jaja

Es muy buen ejercicio espiritual el confesarse
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taddei
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MensajePublicado: Dom Mar 05, 2006 5:09 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

jeje, buen consejo, reflexionar, pensar en que Dios nos creo, nos dio ojos, lengua, inteligencia, y nosotros nos atrevemos a usarlos contra el.Eso te sirve mucho para arrepentirte
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Mariano
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MensajePublicado: Lun Mar 06, 2006 12:03 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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Les agradezco a todos quienes se han animado a contar sus experiencias...y los animo a que lo sigan haciendo...ya que de esta manera nos ayudamos todos...

Les voy a contar una historia verídica que recién me ha contado mi hermano...es de un sacerdote...

Resulta que este sacerdote ya se estaba preparando para celebrar la Misa de domingo...y en eso llega un hombre con deseo de confesarse...El Padre le explica que ya no podía confesarlo ya que estaba en horario de comenzar la Misa, y entonces le pidió que presenciara la Misa y que al final se acercara para confesarse...el hombre siguión insistiendo que lo confesara...una y otra vez llegando al punto tal de que el Sacerdote llegara a molestarse, ya que tenía que comenzar la Misa y este hombre lo retrasaba...finalmente el Padre acepta...el hombre le dice sus pecados...el Sacerdote le da la absolucion...luego de agradecerle al padre por haberlo aceptado y confesado se pone de pie...camina cinco pasos y cae al suelo...murió instantaneamente a causa de un ataque al corazon...

Ninguno de nosotros sabe hasta cuándo viviremos...cuándo nos llegará la muerte...por ello es que hay que estar preparados...

¿Cuántas veces dejamos que pase el tiempo y no nos vamos a confesar? ¿Es que acaso sabemos cuándo moriremos? ¿cuántas veces lo hemos dejado para despues?

Si hemos pecado debemos ir y confesarnos...¿verguenza? ¿orgullo? se trata de nuestra alma...se trata de nuestra salvacion...se trata de vivir eternamente en el Cielo...pero para ello hay que estar en Gracia de Dios...y si no nos confesamos dificilmente podamos estarlo...

¿Necesitas confesarte? ok, ve ya mismo y confiésate! el sacerdote te está esperando...

Dios bendiga a todos! los quiero mucho...VIVA LA SANTIDAD! la cual de la mano de los SACRAMENTOS es posible.
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taddei
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MensajePublicado: Lun Mar 06, 2006 1:58 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
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tengo una duda, espero que me ayuden, hoy me queria ir a confesar, me habia confesado hace 1 dia,y queria confesarme porque se me vinieron a la mente algunos pecados que no recordaba haberlos cometido,.
Resulta que entro al confesionario , le digo al padre que hace 1 dia que me confieso y el me dijo que no hacia falta que me confesara, yo le dije porque se me vinieron a la mente algunos pecados que no recordaba haberlos cometido, pero dijo que me confesara cada 15 dias mas o menos porque sino me iba a volver loco, , no se si el padre me entendio bien, pero esta bien eso de confesarse cada 15 dias? (o sea sin estar en pecado mortal, solo confesando veniales)
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Valsum
Esporádico


Registrado: 31 Ene 2006
Mensajes: 37
Ubicación: Madrid, España

MensajePublicado: Lun Mar 06, 2006 11:05 am    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

Si en su momento (ayer) no te acordaste de esos pecados da igual, el Señor ya te ha perdonado por ellos...los que cuentan son los que has hecho desde tu última confesión.

Cada 15 días es una frecuencia normal, bastante recomendable de confesión...claro que depende de cada uno y de la gravedad de los pecados.
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micaela
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Registrado: 05 Dic 2005
Mensajes: 2239
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Lun Mar 06, 2006 1:03 pm    Asunto:
Tema: El miedo a la confesión
Responder citando

we yo tambien tengo mi historia pero otro dia se las cuento jeje

Tadei a mi me pasó lo mismo, yo me confesé un viernes y al otro día sábado me dí cunta
que me había olvidado de algunos pecadillos por ahi
je y mi conciencia me decía que no debía ir a tomar la comunión si estaba sucia,
así que fui igual a confesarme y el sacerdote me preguntó cuanto hacía que no me confesaba
y cuando le dije jajaj
abrió los ojos como dos bolas y le dije lo que pasa es que me había olvidado algunos pecados y me dijo
que estaba bien que me fuera
a confesar. Además esa noche después de confesarme ,
antes de irme a dormir le dije a Dios
Háblame Señor que tu siervo escucha y al levantar lo primero
que me vino a la mente eran esos pecados que me había olvidado.
Dios quizo que los confesara, así que si te olvidaste de algún pecado
andá a confesarlo es lo mejor

Bueno otro día vuelvo a contarles mi historia ahora me vengo que ir

chauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
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Si Dios no te acusa
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