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3. Tomado de entre los hombres
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
Mensajes: 255

MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 9:22 am    Asunto: 3. Tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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...Hemos estado a los pies de un hombre, pero que hacía las veces de Cristo. El texto de Manzoni citado al inicio, nos invita a reflexionar sobre la realidad humana de quien ha sido llamado a la dignidad y el ministerio sacerdotal. Podríamos invertir la frase para cambiar el acento: "Hemos estado a los pies de alguien que hacía las veces de Cristo, pero que era un hombre".

El autor de la epístola a los Hebreos señala muy bien que el sumo sacerdote ha sido tomado de entre los hombres; es hombre como los demás; participa de la grandeza del género humano, pero está «también él envuelto en flaqueza» (Hb 5,2).

No interesa desarrollar toda una antropología, sino dibujar unos cuantos rasgos que nos ayuden a comprender la dimensión humana del sacerdote y a valorar la imperiosa necesidad de moldear el material humano de quien ha sido llamado a él. La Revelación nos proporcionará una luz definitiva; pero convendrá primero, asomarnos brevísimamente a los destellos que nos aportan la filosofía y la psicología.


Una cierta concepción del hombre

Lo primero que salta a la vista, apenas nos asomamos a la reflexión filosófica sobre el hombre es que estamos ante un ser complejo, compuesto de elementos que no sólo son diferentes, sino hasta aparentemente contrarios. La presencia en él de espíritu y materia hacen de él un auténtico enigma.

Por su componente espiritual, el hombre posee unas características que lo hacen radicalmente diverso del resto de los seres de este mundo. En cuanto ser racional posee la capacidad de apertura a lo real y a sí mismo en el acto de conocimiento. Una capacidad que está potencialmente abierta a lo infinito. Posee asimismo la capacidad de querer con libertad, y por lo tanto es dueño de sus propios actos, es responsable. Su apertura a lo real le lleva también a la apertura a los demás. Es un ser dialogal y social. Encuentra la realización de su yo en su apertura al otro en cuanto tú, y, finalmente, en su apertura al Tú infinito.

Pero su dimensión corporal forma parte integrante, a pleno título, de su humanidad, y permea toda su existencia. Los sentidos internos y externos proporcionan los datos a la inteligencia. La afectividad prepara el camino para el acto de voluntad. Su apertura al exterior y su diálogo con los demás, se ven necesariamente mediados por su corporeidad.

Esta composición de elementos contrapuestos hacen del hombre un ser de frontera, ciudadano de dos mundos. Abierto radicalmente a lo absoluto, se siente limitado por la relatividad de sus logros reales y percibe el peso de la corporeidad. Se asoma audazmente más allá de las fronteras del espacio y del tiempo, pero no deja de ser profundamente histórico. Anhela vivamente la eternidad inmortal pero se halla sometido al arco biológico típico del animal en su doble fase ascendente-descendente: del nacimiento a la madurez biológica y de aquí a la muerte.

Tomado de entre los hombres, el aspirante al sacerdocio es también un ser de frontera. Tiene la capacidad de escuchar una llamada divina, responder libre y noblemente y acoger la gracia que lo eleva y hasta "diviniza". Pero esa capacidad se encontrará siempre afectada y condicionada por los límites de su finitud.

Por su parte, la psicología nos lleva a comprender que las acciones y reacciones de una persona se ven afectadas por dinamismos contrapuestos mucho más complejos de lo que espontáneamente solemos creer.

Ante todo, hay que reconocer que los tres niveles de la psicología humana (fisiológico, psico-social y espiritual) se entrecruzan permanentemente en la unidad del "yo", influyendo cada uno de modo específico. Por otra parte, la actuación humana no se basa exclusivamente en actitudes visibles y definibles. Esas actitudes, en realidad, son provocadas y sostenidas por la fuerza de las necesidades (agresividad, autonomías, sexualidad...) y de los valores (propiedades positivas que el sujeto descubre en la realidad y hace propios). Con frecuencia esas dos tendencias se mezclan en la formación de las actitudes, de modo que es difícil saber si el comportamiento de una persona, de un seminarista, depende de una o de la otra.

La dificultad aumenta si tenemos en cuenta la influencia del inconsciente, sobre todo del inconsciente afectivo. La llamada "memoria afectiva" puede provocar reacciones emotivas que son determinadas, no por el efecto de una realidad presente, sino a causa de una impresión recibida en el pasado y almacenada en el inconsciente.

Todo sujeto humano, por su constitución espiritual, tiende profunda y espontáneamente a la autotrascendencia, a conocer y reconocer lo que es y vale en sí. Esa tendencia, que tiene como horizonte último el infinito, le lleva a formarse permanentemente un ideal de sí mismo. Pero su realidad presente (tendencias, valores, intereses, emociones inconscientes, etc.) pueden no concordar con su ideal. Se pueden establecer así inconsistencias, conscientes o inconscientes, entre lo que sabe que debe ser y realizar, y lo que de hecho es y vive. Esta posible y frecuente tensión dialéctica influye notablemente, sobre todo cuando es inconsciente, en el comportamiento humano.

Tomado de entre los hombres, el aspirante al sacerdocio tiene también una psicología compuesta de diferentes niveles. En su respuesta a la llamada del Señor y la vivencia de su formación sacerdotal se entrecruzan también los diversos dinamismos de la psique humana. Hay que conocerlos y tenerlos en cuenta.

La filosofía y la psicología nos han ayudado a penetrar un poco en el complejo enigma del hombre. Pero, en el fondo, todo intento de comprenderlo con las fuerzas de la sola razón y de la ciencia produce resultados incompletos. Se percibe en el hombre un misterio del cual la razón no alcanza a dar razón. Se hace necesaria una iluminación desde arriba. Sólo bajo la luz de la Revelación se descubrirá la identidad plena del hombre.

Releyendo el mensaje de la Escritura podemos describir al ser humano como una imagen de Dios que ha sido desfigurada por el pecado y restaurada por Jesucristo.


Imago Dei

«Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra... Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó» (Gn 1,26-27). Como ser creado el hombre es fruto de un acto de Dios Uno y Trino. Libremente y por amor se le ha concedido el don de existir. Cada individuo es un pensamiento y un amor singulares de Dios; existe precisamente porque Dios lo ha llamado por su nombre, sabia y afectuosamente.

Pero la creación no se cierra en un instante de tiempo. Dura lo que la existencia del hombre. El ser del hombre está permanentemente en la mano de Dios y por ello necesita radicalmente esta mano para subsistir. Así cada momento de su vida responde a un acto creador inédito.

El hombre sin Dios es un absurdo. Ontológicamente imposible. Esto explica que la persona humana tenga una irrenunciable tendencia al Absoluto. Hasta en las más recónditas fibras de su ser deja intuir que tiene sed de infinito, sed de Dios.

En el hombre la creaturalidad no se reduce a un obvio reconocimiento de que él no es Dios. Incluye también la semejanza con el Creador que le concede una dignidad por encima de todo el resto de la creación. Esta semejanza se expresa sobre todo en esa libertad y conciencia que le permiten dar un asentimiento responsable a la palabra que Dios le dirige. Grandeza del hombre que los padres de la Iglesia no se cansaron de proclamar: No el cielo fue creado a imagen de Dios; ni la luna; ni el sol; ni la belleza de las estrellas, ni ninguna de las otras cosas que se observan en la naturaleza. Sólo tú. Aquél que es tan grande que contiene toda la creación en una palma de la mano, está enteramente comprendido en ti. Habita en tu naturaleza (S. Gregorio de Nisa).

Pero esa imagen sublime del Creador ha sido creada del polvo de la tierra (cf. Gn 2,7). Algo sin consistencia en sí mismo. Lleva en su interior, es cierto, el soplo de lo divino, pero no deja de ser un soplo que vivifica un pedazo de barro. Percibe que con su libertad puede escoger entre el bien y el mal y asemejarse "a los dioses"; pero en el fondo se trata de una tentación engañosa: no ha plantado él el árbol del bien y del mal (cf. Gn 3,1-7). Sin Dios nada vale; se siente desnudo; es sólo caducidad, muerte, carencia de peso. Su verdadera grandeza consiste por tanto en su capacidad y su esfuerzo por asemejarse lo más posible a Aquel de quien es imagen.


Imago Dei caída

La Escritura nos informa de otro hecho de importancia definitiva para comprender al hombre: ha pecado (cf. Gn 3,1-13); la imagen divina que lleva inscrita en su ser quedó desfigurada desde su origen mismo. El pecado original hirió su naturaleza dejando en su alma, según Santo Tomás de Aquino, cuatro heridas: la ignorancia (herida de la inteligencia), la malicia (de la voluntad), la fragilidad (del apetito irascible) y la concupiscencia (del apetito concupiscible).

Hoy, cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se siente agobiado por múltiples males. Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompe su debida subordinación a su fin último, y su natural armonía con el resto de la creación (cf. Gn 13). A causa de esta situación anormal todo hombre, también el que ha sido escogido para el sacerdocio, experimenta en sí mismo la lucha entre el bien y el mal, la debilidad para dominar los ataques del maligno, la rebelión del cuerpo, la esclavitud del pecado que rebaja su dignidad. Así, la realidad nos pone delante de un hombre cargado de incoherencia y contradicción; ese hombre capaz de llorar como un niño pero que siente que su inocencia es culpable; que quizás todos los días levanta su mirada a Dios y que todos los días se esconde buscando a las creaturas; ese hombre que siendo rey es incapaz de no ser tirano; hombre débil que sufre la incapacidad de hacer el bien que quiere; que un día ama a Cristo y al siguiente lo vende.


Imago Dei restaurada por Cristo

Quedarse ahí sería caer en un pesimismo falso. La imagen divina inscrita en el hombre y dañada por el pecado ha sido restaurada por Jesucristo, «imagen del Dios invisible» (Col 1,15; cf. 2 Co 4,4), con la premura con que el artista repara una escultura rota o el pintor devuelve los colores originales a una figura.

La encarnación de Cristo, Dios y hombre verdadero, devuelve al hombre su valor. Él está colocado como fundamento de la nueva creación del ser humano porque ha sido hecho semejante a nosotros en todo, menos en el pecado (cf. Hb 4,15). Él es el modelo del "hombre perfecto". Con la perfección y santidad de su espíritu, alcanza las cumbres más altas de belleza y nobleza humanas; con su corporeidad, revestida de humildad desde el pesebre hasta la cruz, ha bajado hasta los extremos del dolor humano; con su triunfo definitivo en su resurrección y en su ascensión a la derecha del Padre ha conferido dignidad y sentido a todo el peregrinar humano y le ha ofrecido las garantías de un feliz y definitivo destino. De esta manera nos ofrece la verdadera figura, dignidad y valor del hombre.

Por el bautismo el hombre se incorpora a la humanidad restaurada en Cristo, una humanidad "nueva": «El que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo» (2 Co 5,17). Esta verdad no puede dejar de asombrar y entusiasmar a quien la comprende:

Alegrémonos y demos gracias: hemos llegado a ser no sólo cristianos, sino Cristo. ¡Asombraos y alegraos: Hemos llegado a ser Cristo!

Pero la restauración operada por Cristo y asumida en el bautismo no elimina todos los efectos dañinos del pecado. La naturaleza humana quedó herida. La nueva humanidad traída por Cristo es para nosotros una meta y una tarea: «Despojaos del hombre viejo con sus obras, y revestíos del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador» (Col 3,9-10; cf. Ef 4,24).

En este trabajo, lo más determinante es la adopción de un corazón nuevo, capaz de conocer, amar y servir a Dios con espíritu filial, a ejemplo de Cristo, y de amar a todos los hombres y cosas en Dios.

A partir de este nuevo modo de conocer, de amar y de servir, el hombre nuevo imprime a su vida un dinamismo interior orientado a desarrollar los rasgos de su conducta religiosa y moral, en conformidad con su modelo Cristo, y a purificar incesantemente su corazón de las tendencias desordenadas de sensualidad y de soberbia, que continúan presentes en su interior.

La Revelación nos ofrece así una visión sumamente realista del ser humano: imagen de Dios, dañada por el pecado, restaurada por Cristo Redentor, pero con una restauración que se convierte en tarea. Así la Palabra del Creador del hombre arroja una luz definitiva para la comprensión de su creatura. Ella nos ayuda a entrever las más profundas raíces de lo que la filosofía y la psicología habían intentado describir.


Hasta que Cristo tome forma definitiva en vosotros

Hemos repasado algunos rasgos fundamentales de la figura del sacerdote. Era necesario antes de comenzar a plantearnos cómo debemos formarlo. De los trazos sumarios hasta aquí esbozados podemos ya sacar algunas conclusiones para esa labor.

El joven que ingresa en el seminario, camino del sacerdocio es, ante todo, alguien que ha sido llamado por Dios con amor eterno. No lo hemos llamado nosotros. No somos, por tanto, como formadores, los dueños absolutos de su camino vocacional. Nos ha sido confiado como una responsabilidad excelsa y grave, de la que hemos de dar cuenta al Señor de la mies.

Él los ha llamado para ungirlos sacerdotes en Cristo sacerdote. Su formación debe tener en cuenta todas las adaptaciones necesarias a los tiempos que corren, pero ha de dirigirse sobre todo a la plasmación de la identidad sacerdotal esencial que está por encima de tiempos y lugares. No se trata de formar el sacerdote que a nosotros nos gusta o que pide la moda, sino el que nos presenta la Palabra de Dios y se ha venido fraguando en la tradición viva de la Iglesia. Sacerdotes que, además de poder actuar in persona Christi por el carácter sacramental, se hayan identificado profunda y existencialmente con su Maestro y Amigo, de cuyo sacerdocio ellos participan y a quien representan eficazmente ante la comunidad.

Pero ha llamado a seres humanos como los demás. Hay que conocer a fondo el "material" con que contamos. Hay que reconocer la grandeza, las posibilidades maravillosas presentes en todo ser humano, imagen viva de Dios, santificada por Cristo; ser espiritual capaz de entender la verdad de las cosas y abrirse al infinito; dotado de un permanente dinamismo hacia la auto-trascendencia y la realización del ideal que le invita siempre a ir más allá. Pero hay que ser conscientes asimismo de sus límites y debilidades. No olvidar que su naturaleza ha sido dañada para siempre por el pecado produciendo una situación de desorden; que no es espíritu puro, sino que posee también las fuerzas y los límites de la corporalidad; que en su psicología se entrecruzan impulsos contrastantes, a veces inconscientes, que pueden producir inconsistencias entre su ideal y su realidad, y que influyen notablemente sobre su comportamiento. Finalmente, hay que plantearlo todo a la luz de la esperanza que viene de Cristo, Redentor del hombre, que ha inaugurado el hombre nuevo. Un hombre nuevo, como se decía arriba, que nos es dado sólo en germen, y se nos propone como labor y como meta.

Formación de sacerdotes. La tarea es clara y definida, si comprendemos bien que se trata de formar hombres, que han sido llamados por Dios, para la sublime misión de prolongar en la historia el sacerdocio mismo de Cristo. Los formadores, impulsados por esa conciencia acogeremos con amor sincero a los jóvenes que la Iglesia pone en nuestras manos para que les ayudemos a caminar hacia la «madurez de la plenitud de Cristo» (Ef 4,13). Con nuestros programas, con nuestras orientaciones y actitudes, con nuestra comprensión y nuestra exigencia... impulsaremos a esos jóvenes a formarse adecuadamente para responder en plenitud a la llamada divina, y les diremos, con palabras y con obras: estamos aquí para ayudaros siempre, «hasta que Cristo tome forma definitiva en vosotros» (Ga 4,19).


Preguntas para el foro

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?


LECTURAS RECOMENDADAS

Al terminar esta lección, pueden ayudar mucho estas lecturas:

Pastores Dabo Vobis:
- Capítulo I: Tomado de entre los hombres
(La formación sacerdotal ante los desafíos del final del segundo milenio)
- Capítulo II: Me ha ungido y me ha enviado
(Naturaleza y misión del sacerdocio ministerial)
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_25031992_pastores-dabo-vobis_sp.html

Presbyterorum Ordinis:
- Capítulo I: El presbiterado en la misión de la Iglesia
- Capítulo II: El ministerio de los presbíteros
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19651207_presbyterorum-ordinis_sp.html


Para publicar sus respuestas en los foros del curso
http://foros.catholic.net/viewforum.php?f=68

Preguntas y comentarios a los moderadores:

P. Ramón Guardamino, L.C.
http://www.es.catholic.net/consultas/consultorio.php?id=6

P. Mario Sabino González, LC
http://www.es.catholic.net/consultas/consulta.php?id=79&com=1


Consultar sesiones anteriores
http://es.catholic.net/sacerdotes/841/3078/


Ultima edición por Hini el Sab Nov 29, 2008 3:30 pm, editado 2 veces
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sacerdos lux
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Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 4
Ubicación: venezuela

MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 2:07 pm    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


R) A.- todo hombre elgido por Dios es para concretar un proyecto de este, en el caso del sacerdote, no sólo Jesús lo configura, sino que va realizando una resturación a través de la conversión, ya desde el bautismo Jeús regenera al hombre hasta convertirlo en una creatura nueva (2 Co 5, 17), puesto que confía en nosotros siempre hay una nueva oportunidad, a pesar de conocer nuestras debilidades sigue llamando para escribir una nueva historia en nuestras vidas.

B.- ya la configuración sacramental es un regalo inmenso, pero no lo recibimos con los brazos cruzados, cada uno aporta su sacrificio y trabaja para ser cada día más transparente y mejor instrumento en sus manos, es decir, que cada candidato al ministerio sacerdotal, con la Gracia de Dios, debe sobreponerse a sus debilidades hasta que Jesús triunfe definitivamente en ellos.


2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?


R) es motivo de esperanza, porque al mirar a uno que acompaña en el proceso de formación y descubrir que es de carne y hueso, con debilidades, pero asistido por el Espíritu Santo, se siente animado por la elección que Jesús hace a hombres entre los hombres, precisamente para transformarlo y actuar a través de ellos
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un abrazo y mi bendición
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jguerras100
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Registrado: 13 Jun 2008
Mensajes: 61

MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 4:31 pm    Asunto: Re: 3. Tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

Preguntas para el foro

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?

No por sus fuerzas sino por el llamado especial que el mismo Cristo ha hecho y que al revestirse del hombre nuevo va configurándose en Cristo al llevar a cabo lo que el mismo Cristo nos enseño.


¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


Definitivamente ambas se integran y es necesario no actuar el hombre sobre lo divino pero si mostrar la experiencia en el camino y brindar ese apoyo de acuerdo a las Escrituras de lo que significa ser un ministro o servidor de Cristo en el mundo para los hombres y desde los hombres.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?


El poder entender que no es un ser perfecto y que debe ser formado de acuerdo a los requisitos bíblicos y no escolares o comerciales, sino respetando el proceso que el mismo formando va adaptándose y configurándose a lo que Cristo en el mundo paso haciendo y enseñando, así como no olvidar la acción del Espíritu Santo en esta revelación de su propia vocación y evitar hacer seminarios en serie y seminaristas en serie porque esto más que depender del hombre depende del llamado específico de Cristo a los propios hombres, solo ser testigos de la acción de Cristo con nuestras propias experiencias y obras que demuestren el porque fuimos o no llamados.
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frsalomon
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Registrado: 18 Nov 2008
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Ubicación: Washington DC

MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 5:09 pm    Asunto: Respuesta
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?

Yo diría que precisamente porque el hombre se sepa débil es que está preparado para ser configurado con Jesús ÚNICO SACERDOTE. Si este hombre llamado por Dios a su servicio se cree FUERTE, entonces no dejará actuar a Jesús y tenderá a poner su persona en primer lugar. Es bueno en este sentido recordar la VIda de Pedro y Pablo.


¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Si bastara la configuración sacramental no sería necesaria la formación básica que en algunos lugares llega hasta 8 años y para toda la vida en la formación permanente. Es evidente que el llamado requiere una formación integral para dejarse configurar por el Espíritu Santo durante toda su vida, pero, sin duda, el tiempo de seminario es fundamental en ese viaje y aventuda de Dios que es la VOcación Sacerdotal.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

La primera y FUNDAMENTAL, es que la BASE de la formación sacerdotal es la DIMENSION HUMANA y que este aspecto debe reflejarse en los proyectos formativos de los seminarios, elaborando indicadores objetivos que ayuden al seminarista y al formador a evaluar el crecimiento en esta dimensión. El trabajo interdisciplinar entre el psicólogo y los formadores es fundamental, planificando un itinerario progresivo que abarque el ciclo filosófico y teológico y luego toda la vida en la formación permanente. Nos falta mucho por recorrer en este sentido.

_________________
P. Víctor Salomón
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judazaro
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MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 7:47 pm    Asunto: publicacion de la seccion 3 sobre lka formacion de sacerdote
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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Embarassed para comenzar en la vida de cristianos hay muchos enigmas que jamas podremos responder a partir de nuestra propia razon, estamos en una era de controversia y mucha oposicion conocido pripiamente como el dios dinero y sexualidad o mejor dicho lo que se llama concupiscencia estamos ante nuevos retos de evangelizacion una tradicion que exige arduo trabajo y mucha oracion, mucha santidad, y sobre todo mentes no solo pensantes si no dejando curiosidad ante el mensaje evangelico, como personas humanos debemos trabajar en unidad como cuerpo mistico de la iglesia para que nuestro redil sea mas fuerte ante la palabra de Dios, la Virgen nos pide y nos exige con amor ser fieles al llamado de la palabra y crear un mundo lleno de oprtunidades y sacrificios para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo, nuestros hermanos particularmente nuestros jovenes necesitan ser llevados x sendas de espiritualidad, bajo el muindo que ellos perciben trabajar a cristo desde ahii desde su dialecto desde su comportamiento ir llevando ese mensaje de amor y paz,, necesitamos no hablar lindo sino, contruir edificaciones de la palabra oracion y mucha oracion se necesitan para siempre salir iluminados por el Espiritu Santo, y asi ser luz del mundo... david...
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totus tuus
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MensajePublicado: Sab Nov 29, 2008 9:48 pm    Asunto: tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

!Quien como Dios!

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Cristo siempre utilizo hombres debiles e ignorantes para que su obra fuera más magnifica, en nuestra pequeñez se nota su grandeza. Los primeros sacerdotes que hubieron eran simples pescadores. Pedro ni siquiera sabia leer y peor escribir. Pero el que obra es el Espíritu Santo que revolotea en la iglesia de maneras muy distintas, ya que cada individuo es muy diferente de los otros. Cada uno responde al llamado de maneras muy diferentes.
El bautismo imprime caracter, al igual que la ordenación sacerdotal, que consagra a la persona al servicio exclusivo de Dios. El Espíritu Santo va configurando mediante un proceso de conversión y libre voluntad al sacerdote. Pero creo que una de las cosas mas importantes es acogernos al regazo de la Virgen María, los padres de la Iglesia la llamaban el molde de Dios, ahi se fue configurando Jesus. María es el medio mas dulce, facil, santo y sencillo para configurarnos en otro Cristo.
Lógicamente como dije en el anterior tema, siempre Dios ha querido participarnos su gozo, el cielo no es gratis ni facil de alcanzar, incluso los mismos ángeles fueron probados para ver si eran dignos del cielo. El Espíritu Santo puede hacerlo todo menos meterse con nuestra voluntad, el que no quiere no se le puede obligar. Y como dije, el cielo no es gratis y tiene que haber merito nuestro tambien con la ayuda de la gracia.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?
Dios no nos hizo en serie, nos hizo en serio, por lo tanto cada individuo es un mundo aparte qeu no es igual a ningun otro. Por lo tanto el formador de seminario tiene que aprender a formar otros Cristos desde todos los aspectos que un ser humano podría ser configurado. Llevado a la práctica es tan difícil como reconocer a Cristo en todas sus caras, desde las mas evidentes, en la Eucaristía, en el hermano que sufre, como en la mas complicadas de reconocer como en la oración, en la creación, en los hermanos que tienen todo pero su alma esta necesitada, etc. A cada persona se le debe tratar diferente, ya que vienen con historias personales y ambientes culturales muy diferentes. Cada uno de los apóstoles eran muy diferentes, Mateo era un celoso cumplidor de la ley mosaica, juan era el hijo del trueno, tomás un tanto incrédulo, pedro muy primario, etc, y acada uno de estos apóstoles los configuró y los formo a imágen suya, y el culmen fue cuando dejaron actuar libremente al Espíritu Santo en cada uno de ellos.

Su hermano en Jesus Buen Pastor

Roberto
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José Mauricio Altamirano
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Registrado: 30 Nov 2005
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MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 2:11 am    Asunto: 3. Tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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“Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo este con todos ustedes”

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
Además de que lo expresan claramente en este documento, ustedes como guías de este curso, yo estoy seguro y creo firmemente que todo sacerdote, no solo puede llegar a ser otro Cristo, es mas y de hecho que lo es en muchos momentos de su vida sacerdotal.

¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Lo es bajo ambas, tanto bajo la configuración sacramental, como la colaboración de otros hombres. Lejos de lograrlo solo con una, estoy seguro y creo que de no ser por ambas, no lo podría lograr

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

De que si es un hombre llamado por Dios, el que el formador prepara, este el seminarista, es seguro que llegará a ser como Cristo, en el sentido que tendrá forma divina y su naturaleza humana y hasta que Cristo tome forma definitiva en ellos.
Gran misterio, pero al mismo tiempo gran esperanza de que, como lo dice el documento, no solo los sacerdotes pueden llegar a ser como Cristo, sino nosotros mismos también, cada uno desde su vocación, unos como matrimonio, otros como religiosos o religiosas, otros como solteros, etc.
Y que compromiso mas serio para los formadores, pero al mismo tiempo se deben y tiene que sentir muy halagados, por esa misión tan sublime a la que han sido llamados, como formadores.

No puedo dejar de mencionar y hacer del conocimiento de ustedes, que hay tres frases en este documento, que me han impactado mucho:
1.El pecado original hirió su naturaleza dejando en su alma, según Santo Tomás de Aquino, cuatro heridas: la ignorancia (herida de la inteligencia), la malicia (de la voluntad), la fragilidad (del apetito irascible) y la concupiscencia (del apetito concupiscible).

2.Hombre débil que sufre la incapacidad de hacer el bien que quiere; que un día ama a Cristo y al siguiente lo vende.

3.Alegrémonos y demos gracias: hemos llegado a ser no sólo cristianos, sino Cristo. ¡Asombraos y alegraos: Hemos llegado a ser Cristo!

Un abrazo fraterno a todos

Mauricio
“Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser Santo(San Agustín)
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José Noel Acevedo Vásquez
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Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 5

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 3:19 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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1. Ciertamente es la Gracia de Dios la que trabaja, pero como correspondencia a esa gratuidad de Dios, el hombre pone su esfuerzo; como seres humanos, nos sentimos complacidos cuando las cosas nos han costado, no se trata de cultivar un "orgullo" tonto, sino la actitud noble que nace de sentirnos que valemos, siendo consciente de lo que decía Pablo: "Por la gracia de Dios, soy lo que soy". Dios mejor que nadie comprende nuestras debilidades(Sé de que barro están hecho), "llevamos este tesoros en vasijas de barro", pero como seres humanos responsables, libres y amados de Dios, hacemos el esfuerzo por superar las debilidades, las tentaciones y lo obstáculos que conlleva el "servicio por el Reino". Damos primacía a la eficacia de de la Gracia, pero estamos urgidos a dar una respuesta de amor que conlleve sacrificio. Creo que siendo débil, el hombre puede llagar a ser "otro Cristo", hoy casualmente confesando a un joven, me decía: "puedo ir a un psicólogo o a cualquiera que me aconseje, sé que los sacerdotes tienen sus fallas como humanos y yo conozco a algunos que no se portan bien, pero prefiero al sacerdote porque está ungido por Dios, ahí está Cristo actuando para decirme una buena palabra, para aconsejarme y poder ser mejor". Está claro que el sacerdote no debe escudarse o justificar sus fallas en su humanidad, pero la Gracia de Dios dada en la cosagración no es en vano. Además, siendo conscientes de esa debilidad, nos queda el consuelo que experimenta Pablo cuando clama a Cristo en ayuda y Él responde: "Pablo te basta mi gracia".
2. Debe ser consciente, que quién moldea a cada ser humano es Dios; hoy, al iniciar el Adviento lo recordaba el profeta Isaías: " ... nosotros somos la arcilla y tú el Alfarero, somos obra de tus manos". El formador debe estar preparado en todos los campos del estudio de la persona, no solo entender los procesos de la vida espiritual del seminarista, sino la comprensión y la capacidad de moldear lo humano, reconociendo también, que un examen psicológico -como suelen hacer hacer algunos- no es suficiente para ver si tiene "vocación"; la psicología, la antropología, la sociología y otras, son útiles, pero no tienen la última palabra, debe ser consciente el formador, que cada persona es un misterio, por su origen divino; esto le debe llevar a sentar bases humanas claras y bien definidas, pero aceptando humildemente que es Dios quien va modelando a los suyos.
El mismo formador, debe ser una persona de gran calidad humana, que trasmite e infunde esa "imagen de Dios", que la Gracia ha ido forjando en el barro de su humanidad; esto hace que el seminarista o el formando tome conciencia de la seriedad del compromiso a adquirir y sienta en sus proceso formativo sólidas bases humanas en la que la Gracia pueda actuar para dar lugar en su persona a Cristo.
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José Noel Acevedo Vásquez
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Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 5

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 3:19 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. Ciertamente es la Gracia de Dios la que trabaja, pero como correspondencia a esa gratuidad de Dios, el hombre pone su esfuerzo; como seres humanos, nos sentimos complacidos cuando las cosas nos han costado, no se trata de cultivar un "orgullo" tonto, sino la actitud noble que nace de sentirnos que valemos, siendo consciente de lo que decía Pablo: "Por la gracia de Dios, soy lo que soy". Dios mejor que nadie comprende nuestras debilidades(Sé de que barro están hecho), "llevamos este tesoros en vasijas de barro", pero como seres humanos responsables, libres y amados de Dios, hacemos el esfuerzo por superar las debilidades, las tentaciones y lo obstáculos que conlleva el "servicio por el Reino". Damos primacía a la eficacia de de la Gracia, pero estamos urgidos a dar una respuesta de amor que conlleve sacrificio. Creo que siendo débil, el hombre puede llagar a ser "otro Cristo", hoy casualmente confesando a un joven, me decía: "puedo ir a un psicólogo o a cualquiera que me aconseje, sé que los sacerdotes tienen sus fallas como humanos y yo conozco a algunos que no se portan bien, pero prefiero al sacerdote porque está ungido por Dios, ahí está Cristo actuando para decirme una buena palabra, para aconsejarme y poder ser mejor". Está claro que el sacerdote no debe escudarse o justificar sus fallas en su humanidad, pero la Gracia de Dios dada en la cosagración no es en vano. Además, siendo conscientes de esa debilidad, nos queda el consuelo que experimenta Pablo cuando clama a Cristo en ayuda y Él responde: "Pablo te basta mi gracia".
2. Debe ser consciente, que quién moldea a cada ser humano es Dios; hoy, al iniciar el Adviento lo recordaba el profeta Isaías: " ... nosotros somos la arcilla y tú el Alfarero, somos obra de tus manos". El formador debe estar preparado en todos los campos del estudio de la persona, no solo entender los procesos de la vida espiritual del seminarista, sino la comprensión y la capacidad de moldear lo humano, reconociendo también, que un examen psicológico -como suelen hacer hacer algunos- no es suficiente para ver si tiene "vocación"; la psicología, la antropología, la sociología y otras, son útiles, pero no tienen la última palabra, debe ser consciente el formador, que cada persona es un misterio, por su origen divino; esto le debe llevar a sentar bases humanas claras y bien definidas, pero aceptando humildemente que es Dios quien va modelando a los suyos.
El mismo formador, debe ser una persona de gran calidad humana, que trasmite e infunde esa "imagen de Dios", que la Gracia ha ido forjando en el barro de su humanidad; esto hace que el seminarista o el formando tome conciencia de la seriedad del compromiso a adquirir y sienta en sus proceso formativo sólidas bases humanas en la que la Gracia pueda actuar para dar lugar en su persona a Cristo.
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Sergio Héctor Casas Silva
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Registrado: 16 Feb 2007
Mensajes: 31

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 3:43 am    Asunto: Mi opinión
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Obviamente que el Sacerdote siendo un hombre débil puede operar siendo "alter Christus. Él es otro Cristo cuando opera los Sacramentos, cuya eficacia no depende de las debilidades personales sino que obra por virtud del propio sacramento "ex opereoperato"

No obstante, el nivel moral y espiritual del sacerdote será el mejor complemento para que su identificación personal con Cristo sea más plena. Sin embargo, aquel nivle moral y espiritual no afecta a la eficacia de los sacramentos que administre.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Creo la consecuencia primera sería considerar a cada uno de los candidatos al Sacerdocio como de la misma condición humana, y por tanto, falible y débil. También le servirá para mejor comprender a sus formandos y acompañarlos debidamente en el proceso de formación integral que necesitan.
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Monica L. Moreno y G.
Asiduo


Registrado: 18 Feb 2007
Mensajes: 194
Ubicación: Mexico D.F.

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 5:32 am    Asunto: Comentario Respuesta
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1.- ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’? ¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

1.1.- ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?


Bueno, si es posible, porque todo hombre que es llamado a ser parte elegida por el en especial los Sacerdotes, es para llegar a ser cristo, es mas todos estamos llamados a ser Santos, ya que es un mandamiento dado por Jesús “Sed santos, como vuestro Padre celestial es Santo”.

Además gracias a las miserias, nos damos cuenta de cuanto necesitamos de Dios en nuestras vidas y que sin él, nada podríamos, el ver la naturaleza, el como cambia una persona, el milagro de la vida, la persona que era iracunda y con la oración empieza a mejorar su carácter, son los milagros y acciones de Dios. Y como el hombre mata, roba, traiciona son las acciones del hombre sin Dios, por eso es necesario decir que solo El, lo hace, y lo logra, no nosotros, sino el y por los meritos de Nuestro señor Jesucristo.

Pero se necesita humildad de decir:

“Yo, Señor ante tu grandeza soy nada y Tú eres el todo, yo solo poseo mi humanidad, mis defectos y mis miserias. He visto como puedo “Regarla yo solo, sin ayuda de nadie”

Tú puedes hacer un prodigio con mi persona, porque yo nada puedo y Tú todo lo puedes, te ofrezco lo que tengo, mi corazón, mi humanidad, mi voluntad y dejaré que hagas de mi, lo que quieras. Soy tu instrumento entre tantas personas.

Quiero ser el puente, que partiendo de mi pequeñez, de mi miseria, de mi nada llegue a la orilla de tu eternidad, un puente que todos puedan usar, para que busquen tu amor y tu amistad”

1.2.- ¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


Los Sacramentos son fuentes de Gracias que nos elevan del plan natural al plan sobrenatural al que hemos sido llamados, pero es un regalo que lleva obligaciones y acciones, son una responsabilidad ya que el elige a quien, porque “Muchos son los llamados pero pocos los escogidos”.

Puede estar la Gracia en los sacramentos, pero depende de la voluntad de cada uno hacerla crecer, depende de nosotros aceptarla o en este caso la del sacerdocio. Dios pone el 99.99% y nosotros solo el .01%, y en ese pequeño rango del punto cero uno por ciento, se juegan la santidad.

De pende que uno quererlo aceptar, poniendo como dice San Francisco en una Carta “Toda nuestra mente, nuestra fuerza, nuestro corazón” Todo nuestro querer, nuestra Voluntad, nuestro intelecto, nuestra memoria, nuestra alma. De pende de nuestra libertad, nuestro libre albedrío. Depende del hombre el quererlo aceptar y seguir de acuerdo al estado de Vida al cual ha sido llamado.

2.- ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Todos somos de carne y hueso, con defectos, virtudes pero todos somos Distintos y nunca Dios a repetido un ser humano, porque cada uno es único he irrepetible,

El formador, debe saber como formar a otros, con toda y su problemática de cada uno, porque cada uno es Jesús, y en cada uno vive el Espíritu Santo por gracia del Bautismo.

Tanto Formados como seminarista, debe de tomar en cuenta de que no son perfectos, son humanos, y tendemos a equivocarnos, y es donde se viven las virtudes de la humildad, paciencia , obediencia, caridad, paz... porque se deben llevar a la practica, no es fácil, pero Dios ya lo ha considerado, si en verdad el joven seminarista tiene el llamado ha este tipo de vida.

El formador que lleve al Joven, sabe que lleva en sus manos Esperanza para muchos laicos que esperan con ansias a ese Sacerdote que empieza, y que ellos como hombres deben de tener paciencia con los demás hombres que van a tener.

Es importante la oración del Formador ya que en este tipo de tareas el único que hace cambios y que puede actuar en nosotros es el Espíritu Santo, sólo Él lo hace, y solo Él lo logra.
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¡En la Voluntad de Dios!
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fraynelson
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MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 2:18 pm    Asunto: Alter Christus
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?

Es posible que mi opinión, en este caso, se aparte un poco de la línea más devocional o espiritual, pero creo que de eso se trata en un foro, después de todo...

Mi convicción es que la realidad del ministerio ordenado es amplia y profunda--no estoy diciendo nada nuevo--y por ello mismo es difícil capturarla en una sola imagen o metáfora. En concreto, pienso que si no se toman adecuadas precauciones podemos cometer fácilmente dos errores:

1. Apropiarnos lo que en realidad pertenece a todos los cristianos. Aquello de "Es Cristo quien vive en mí" en la Carta a los Gálatas nadie dijo que era sólo para los ministros ordenados. Aquello de "somos uno en Cristo" (Gál 3,2Cool es también para todo el pueblo de Dios. Cuando se separa al ministro como el único que de veras es "otro Cristo," ¿no se está consagrando un tipo de distinción que en realidad carece de sustento en la Sagrada Escritura y la Tradición?

2. Mi experiencia ha sido que la frase Alter Christus tiende a seleccionar sólo algunos aspectos de la vida de Cristo, típicamente: la vida espiritual, el ardor apostólico, la práctica de la caridad y la disciplina del celibato. ¡No es poco! Ciertamente, no lo es, pero crea ilusiones ópticas. ¿Dónde está Jesús en sus largos años de anonimato? ¿No dice eso nada al clérigo? ¿Dónde está la radical pobreza del Hijo de Dios, que no teniendo dónde reclinar la cabeza estaba en condición mucho peor que la sobriedad que parece suficiente como requerimiento eclesiástico actual? Perdón la ingenuidad, pero ¿dónde están los milagros de curación, y dónde, muchas veces, el fuego maravilloso de la predicación del Nazareno?

Aclarémonos: por supuesto que el ministro ordenado tiene como título propio ser, no otro, sino Cristo, cuando actúa in persona Christi, pero es sabido, igualmente, que esto sucede en momentos específicos. Fuera de ellos, el criterio creo que tiene que ser más lo que decía San Agustín: "Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros" (Sermón 340,1).
_________________
Fr. Nelson Medina, O.P.

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Ramón Díaz-Guardamino LC
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Ubicación: Roma

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 3:27 pm    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

Estoy bastante de acuerdo con Fray Nelson, considerando también que la expresión ALTER CHRISTUS fue formulada en los primeros siglos para referirse a todo bautizado. Cierto es que la configuración con Cristo propia del bautizado es la base sin la cual no tiene sentido el sacerdocio, es nuestro primero y principal título de gloria. Ahora bien, creo que podemos hablar del sacerdote como otro Cristo sin necesidad de excluir que los otros cristianos lo sean también; el seminarista debe vivir su condición de bautizado antes que la de sacerdote. En todo caso, nuestra situación peculiar de configuración con Cristo por el sacramento del orden, además de llevarnos a ser ejemplo de esto para ellos, sobre todo hace de nosotros de un modo especial iconos de Cristo, al ser 'puentes' hacia Él, en particular cuando actuamos 'en la persona de Cristo'.

Creo que tenemos el deber, como pastores, de mostrar a cada fiel su condición de otro Cristo.
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jose luis P
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Registrado: 29 Nov 2008
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MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 5:13 pm    Asunto: 3.tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Guau!!!
Surprised bueno ahora si que me e quedado impresionado y sin habla pues después de leer este tema me a dado tanta información sobre mis propias debilidades y conocimientos que no se ni que decir.
y mas después de escuchar las respuestas de algunos a otros hermanos en los foros
creo que .. que mas puedo decir
mas bien dar gracias adiós por la información llegada a mi en estos escritos y que si puede uno llegar a ser otro Cristo aun como hombre en el matrimonio .
y las consecuencias practicas para el formador creo serán la de no olvidar que los nuevos estudiantes a sacerdotes pueden ser enviados por dios y sentirse alagados de trabajar en su formación con el conocimiento de sus errores humanos.
IKSU

_________________
iksu
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P. Ovidio
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Registrado: 30 Nov 2008
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MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 9:29 pm    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

Puede el sacerdote......?
Sí porque ya por el Bautismo hemos llegado a ser otro Cristo . Y luego a través del sacramento del Orden hemos sido cnfigurados plenamente con Cristo. Pero a pesar de todo ello que ha sido logrado por Cristo Redentor , esta misma restauración se convierte en tarea. Es indispensable la colaboración nuestra para lograr la identificación plena con Cristo. Tenemos que trabajar y pedir en la oración que Cristo tome parte definitiva en nosotros

- El formador debe tener en cuenta toda la realidad del hombre que sí creado por Dios a imagen suya pero dañada por el pecado y tener en cuenta las cuatro cualidades del hombre caido: ignorancia, malicia, fragilidad y concupiscencia., Solamente así podemos lograr que el seminarista se llegue a identificar con Cristo Maestro y Amigo.
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Pbro. Francisco Rodríguez
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Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 30

MensajePublicado: Dom Nov 30, 2008 11:32 pm    Asunto: Re: 1.3 Tomado de entre los hombres.
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

Una vez más, un fraterno saludo a todos.
Nos vienen muy bien las palabras del Señor en este inicio del año lirtúrgico con el adviento: "Estén alerta".

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser "otro Cristo"? ¿Basta la configuración sacerdotal? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

En mi opinión, decir que el sacerdote es "otro Cristo", no significa que haya un reemplazo sino una prolongación de su presencia; y en la configuración con Cristo, llegamos a hacerlo presente de manera sacramental, así Cristo se hace presente de manera espcial en la persona del sacerdote; se podría decir que es una presencia real especial, puesto dicha presencia no es como la Eucarística. Ahora bien, se dice que los hijos se parecen al papá o a la mamá, el sacerdote no sólo "se parece a Cristo", debe esforzarse por transparentar a Cristo mismo. Que en su persona se vea y esté presente el mismo Cristo.
De ahí entiendo que el sacerdote puede, en su debilidad, ser y actuar "in persona Christi", y lo puede lograr con la gracia de Dios y con su total colaboración y entrega. La ordenación, de manera mágica, no le confiere la configuraión. Dicha configuración tiene una base humana que el candidato y el mismo sacerdote debe perfeccionar y adecuar, para ser otro Cristo.
El sacerdocio es don de Dios que requiere la colaboración de la persona.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene -para el formador de seminaristas- la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

El formador nunca debe olvidar que el seminarista al que acompaña no es un ángel, en un hombre, con todas sus debilidades y limitaciones, aunque también con sus cualidades, y debe procurar un profundo conocimeinto de su realidad total, conciente de que no sólo ve buscando laperfección de una persona sino que los va formando y le debe ayudar a adquirir los mismos rasgos de Cristo, humanos y sobrenaturales. El formador debe ser muy paciente en el caminar y estar muy atento a todas sus necesidades y orar mucho por él. Cuide el formador de ser él mismo un ejemplo cercano para el alumno en cuanto a que es posible identificarse con Cristo siendo hombre.
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Jorge Batista
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 1:41 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Cristo tiene una doble dimensión, es hombre y Dios a la vez, el sacerdote al prolongar esa presencia de Cristo, ya que a pesar de la debilidad humana, se puede responder por la gracia a la vida divina.
No basta la configuración sacramental ya que no hablamos de una experiencia magica de salvación, sino que implica un compomiso que debe hacer el sacerdote muriendo cada día al pecado que esclaviza y resucitando como Cristo a una vida cada vez más nueva.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Para quienes forman a los seminaristas es importante no dejar de lado que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres ya que su identidad precisamente se basa en Cristo verdadero Dios y verdadero hombre, es entonces donde los formadores del seminario pueden ayudar de una manera eficaz, y progresiva a quienes son llamados por Dios para esta importante tarea.
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Jorge Batista
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 1:41 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Cristo tiene una doble dimensión, es hombre y Dios a la vez, el sacerdote al prolongar esa presencia de Cristo, ya que a pesar de la debilidad humana, se puede responder por la gracia a la vida divina.
No basta la configuración sacramental ya que no hablamos de una experiencia magica de salvación, sino que implica un compomiso que debe hacer el sacerdote muriendo cada día al pecado que esclaviza y resucitando como Cristo a una vida cada vez más nueva.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Para quienes forman a los seminaristas es importante no dejar de lado que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres ya que su identidad precisamente se basa en Cristo verdadero Dios y verdadero hombre, es entonces donde los formadores del seminario pueden ayudar de una manera eficaz, y progresiva a quienes son llamados por Dios para esta importante tarea.
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Jorge Batista
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 1:42 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Cristo tiene una doble dimensión, es hombre y Dios a la vez, el sacerdote al prolongar esa presencia de Cristo, ya que a pesar de la debilidad humana, se puede responder por la gracia a la vida divina.
No basta la configuración sacramental ya que no hablamos de una experiencia magica de salvación, sino que implica un compomiso que debe hacer el sacerdote muriendo cada día al pecado que esclaviza y resucitando como Cristo a una vida cada vez más nueva.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Para quienes forman a los seminaristas es importante no dejar de lado que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres ya que su identidad precisamente se basa en Cristo verdadero Dios y verdadero hombre, es entonces donde los formadores del seminario pueden ayudar de una manera eficaz, y progresiva a quienes son llamados por Dios para esta importante tarea.
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Jorge Batista
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 1:43 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Cristo tiene una doble dimensión, es hombre y Dios a la vez, el sacerdote al prolongar esa presencia de Cristo, ya que a pesar de la debilidad humana, se puede responder por la gracia a la vida divina.
No basta la configuración sacramental ya que no hablamos de una experiencia magica de salvación, sino que implica un compomiso que debe hacer el sacerdote muriendo cada día al pecado que esclaviza y resucitando como Cristo a una vida cada vez más nueva.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Para quienes forman a los seminaristas es importante no dejar de lado que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres ya que su identidad precisamente se basa en Cristo verdadero Dios y verdadero hombre, es entonces donde los formadores del seminario pueden ayudar de una manera eficaz, y progresiva a quienes son llamados por Dios para esta importante tarea.
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Padre Cipriano
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Registrado: 19 Nov 2008
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MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 3:24 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. Si Cristo es el verdadero, único y sumo sacerdote, ¿cómo entender la misión del sacerdote a la luz de lo que nos dice la Carta a los Hebreos? ¿qué significa hoy ser profeta, sacerdote y rey?
R.- respondiendo a estas preguntas, quiero entender la misión del sacerdote, como Cristo único modelo, y a la cual debe tender toda vida y formación del sacerdote; aun en proyecto de formar sacerdotes de acuerdo a la realidad o necesidad concreta de cada diócesis, nunca jamás dejar de mirara el deseo de Dios, de ahí mismo descubrir el significado de ser profeta, sacerdote y rey, que es la donación de todo tu ser, y en toda dimensión de tu persona. El triple ministerio de Jesucristo es para glorificar a Dios; anunciando, rigiendo y sacrificándose, todo en caridad, donación.
2. ¿Se puede concebir el sacerdocio separado de la misión que conlleva? Jamás, todo seria falsedad, es por eso que día con día, cada sacerdote debe de volver a revisar su misión, y para la cual ha sido llamado o volver la mirada a Dios, teniendo en cuenta las palabras de Jesús tengan cuidado con la levadura de los fariseos, es decir delos que piensan distinto a Jesucristo, que no buscan el deseo de Dios.
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frsalomon
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Registrado: 18 Nov 2008
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Ubicación: Washington DC

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 4:05 am    Asunto: Re: Respuesta
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

frsalomon escribió:
1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?

Yo diría que precisamente porque el hombre se sepa débil es que está preparado para ser configurado con Jesús ÚNICO SACERDOTE. Si este hombre llamado por Dios a su servicio se cree FUERTE, entonces no dejará actuar a Jesús y tenderá a poner su persona en primer lugar. Es bueno en este sentido recordar la VIda de Pedro y Pablo.


¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Si bastara la configuración sacramental no sería necesaria la formación básica que en algunos lugares llega hasta 8 años y para toda la vida en la formación permanente. Es evidente que el llamado requiere una formación integral para dejarse configurar por el Espíritu Santo durante toda su vida, pero, sin duda, el tiempo de seminario es fundamental en ese viaje y aventuda de Dios que es la VOcación Sacerdotal.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

La primera y FUNDAMENTAL, es que la BASE de la formación sacerdotal es la DIMENSION HUMANA y que este aspecto debe reflejarse en los proyectos formativos de los seminarios, elaborando indicadores objetivos que ayuden al seminarista y al formador a evaluar el crecimiento en esta dimensión. El trabajo interdisciplinar entre el psicólogo y los formadores es fundamental, planificando un itinerario progresivo que abarque el ciclo filosófico y teológico y luego toda la vida en la formación permanente. Nos falta mucho por recorrer en este sentido.


Quiero añadir que pueden haber debilidades que no son compatibles con el ministerio sacerdotal como pueden ser psicopatologías graves como por ejemplo ser piromaníaco.
_________________
P. Víctor Salomón
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www.sacerdotesoperarios.org
http://www.solinstitutedc.com/Home.html
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Miguel Angel Denino
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MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 4:18 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


Los sacerdotes (aún siendo hombres débiles) deberían ser las manos, los pies, los ojos, la mente, el corazón de Cristo; los canales y medios por los que Cristo se va a comunicar a la humanidad. Por los sacerdotes, hará sentir a los hombres cuánto los ama y cómo desea ser amado de ellos; por ellos, va a manifestar su misericordia; por ellos, va a sembrar la paz que anunciaron los ángeles desde el primer día de su nacimiento, cuando cantaron sobre su cuna prometiéndola a los hombres de buena voluntad; por ellos, hermanará a todas las naciones, a todas las razas, a todas las clases sociales, borrando las envidias y los odios y uniéndolos a todos en un solo corazón y en un solo espíritu.
Sí. El sacerdote está llamado a ser otro Cristo aunque en su largo andar dude una y mil veces igual que Pedro al caminar sobre las aguas.

Pienso que la configuración sacramental no basta, el hombre debe entregarse totalmente a la misión a la cual fue llamado: en cuerpo, espíritu y alma. Sabiendo de antemano que podrá caer y dudar 70 veces 7, pero que otras tantas Dios lo levantará y lo hará seguir rumbo a la meta que Él ya le tiene trazada.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Durante el proceso de estudio y formación, tanto el formador como el seminarista deberían ir descubriendo juntos si realmente el sacerdocio es su verdadera vocación (la del seminarista), ya que muchos son los llamados y pocos los elegidos del Señor.

En palabras de Juan Pablo II:
“En efecto, en mi conciencia contemporánea se manifestaba cada vez más una luz: el Señor quiere que yo sea sacerdote. Un día lo percibí con mucha claridad: era como una iluminación interior que traía consigo la alegría y la seguridad de una nueva vocación. “Y esta conciencia me llenó de una gran paz interior”
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rodrigofcleon
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Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 43

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 4:52 am    Asunto: 1.3: Tomado de entre los hombres.
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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¡VTR!

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
No por sus propias fuerzas, sí por la gracia de Dios. No debemos olvidar que ante todo es la llamada de Dios, por lo que el papel de la persona es abrir su corazón a Cristo y dejar que Él actúe en Él.

¿Basta la configuración sacramental? ¿O es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?
Ambas son necesarias. Cristo necesita la respuesta generosa y la colaboración del hombre. Y el hombre necesita de Cristo.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?
Bastante interesantes y sujetas de reflexión. Creo que lo fundamental es que como formadores de seminaristas, deben estar conscientes de que la única manera de que el hombre, a pesar de su naturaleza caída, llegue a ser "otro Cristo", es dejando que Cristo actúe en él. Y entonces, que no sean los formadores los que formen, sino Cristo, que Él sea el verdadero Formador, que hable a través de sus instrumentos. Entonces, que cada formador pida al Espíritu Santo las palabras adecuadas para guiar, personalmente, a cada seminarista, pues si Dios llama personalmente, el formador también debe formar personalmente...
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Rodrigo Fernández de Castro De León
REGNUM CHRISTI
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verónica ana
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Registrado: 23 Jun 2008
Mensajes: 76

MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 2:54 pm    Asunto: Respuesta 3a sesión Tomado de entre los hombres.
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
Responder citando

I.- ¿Puede el sacerdote, siendo débil llegar a ser “otro Cristo”?
¿Basta la configuración sacramental? ¿O es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

El sacerdote, un “hombre tomado de entre los hombres”, es tan sólo eso un hombre. Un hombre lleno de miserias y flaquezas pero que fue llamado por Cristo, quién al mirarlo le dijo “sígueme” para hacerlo pescador de hombres.
Cuando el Señor nos da o encarga una misión nos otorga la fuerza y la gracia necesaria para llevarla a cabo. Sólo se necesita nuestra cooperación y colaboración. El Señor requiere que la voluntad de la persona se abra y se adhiera a la Voluntad Divina, al querer Divino y como a más voluntad más gracia la persona se irá transformando paulatinamente en Cristo, en “otro cristo” que camine por el mundo con su vida convertida en misa salvando almas.
Es cierto que todos estamos llamados a configurarnos con Cristo, a transformarnos en Cristo mismo y que por pedido de Jesús debemos “ser santos como el Padre Celestial es Santo”, pero también es cierto que para aquel que fue elegido para ser sacerdote “desde el vientre materno” el compromiso de ser Cristo es mucho más radical y definitivo, porque deberá actuar in persona Christi. Por otro lado como Pastor tendrá que guiar a su rebaño por caminos de santidad y no lo podrá hacer si el mismo no se pone en camino y lo recorre primero.

II.- ¿Qué consecuencias prácticas tiene –para el formador de seminaristas- la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Creo que para los formadores la consideración de que el seminarista es un hombre tomado de entre los hombres, tiene que llevarlos, a reconocer que se trata de una persona única e irrepetible elegida por el Señor para representarlo en la tierra, pero que como todo ser humano tiene sus virtudes y defectos, sus posibilidades y limitaciones.
Los formadores, lo mismo que los padres que lo engendraron, no son los dueños del joven que Dios puso en sus manos, sino que son meros depositarios que tienen la misión de formarlos, sacar a relucir y dar a luz todas sus potencialidades para que cada día sea más imagen y semejanza de su Creador. Responsabilidad grande y tremenda de la cual un día tanto padres como formadores tendremos que dar cuenta al Señor.
El ejemplo de los padres físicos sirve también para los formadores. No se trata de formar el sacerdote que al formador le gusta, sino que tanto el formador como el formando necesitan dejarse guiar por el Espíritu Santo para poder dar a luz los sacerdotes santos que el Señor y el Pueblo de Dios necesitan.
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Nuestro Señor los Bendiga a todos y les otorgue más de lo que pueden pedir o imaginar.
Veronica Ana
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Nota: Como dije en alguna intervención anterior he trabajado con promotores vocacionales y he tenido contacto con varios seminarios y hay algo que no entiendo por qué se hace. Quizás alguien pueda saber la razón ya que yo no sé cuál puede ser. He visto en reiteradas ocasiones que los formadores envían a los seminaristas a presentarse para rendir los exámenes finales sin haber estudiado. Alguien sabe la razón. Sé que hay varios formadores participando quizás alguien pueda tener la respuesta.
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peedson
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Registrado: 19 Nov 2008
Mensajes: 34
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MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 7:13 pm    Asunto: Re: 3. Tomado de entre los hombres
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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Preguntas para el foro

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?
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Respostas

1) Apesar de sus debilidades, el sacerdote puede (y deve) llegar a ser otro Cristo. Para esto recibe la gracia sacramental específica del sacramento del Orden. Pero, como "la gracia supone la naturaleza", el sacerdote debe estar abierto a la acción de Dios en su vida e serle colaborador activo, atraves de la ascese e mistica. Nadie progride en las virtudes sin un esfuerzo concreto, a ser hecho diariamente. E esta configuración diaria a Cristo debe ser una meta permanente en la vida del sacerdote.

2) El formador debe tener siempre en cuenta que esta trabajando con bombres e no con angeles. Los homenbres todos tenemos defeitos, fraquezas, que entretanto, puedem corrigirse. El formador debe ser un facilitador de estas correciones. Debe proporcionar a los seminaristas los medios necesarios para que estem tomem consciencia de sus debilidades e esfuerzem-se para corrigirlas. Muchas de las debilidades el seminarista no conseguirá vencerlas solo. Ahi entram, primeramente, un bueno e capacidade director espiritual y, se necesario, un psicologo, que acompañaran el muchacho en su desarollar como persona, como cristiano e como futuro sacerdote. Creo que estas cosas debem ser vistas con mucho cuidado e cariño por el formador.
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Juan Carlos Soto Siovil
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Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 39
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MensajePublicado: Lun Dic 01, 2008 8:14 pm    Asunto: participacion en el foro
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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PATICIPACION EN EL FORO 1
1.3 Tomado de entre los hombres

1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil llegar a ser otro Cristo?
¿Basta la configuración sacramenta? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?


El futuro sacerdote es tomado de entre los hombres y este pues, a pesar de todo tiene sus debilidades pues fue herido por el pecado; pero basta solo reconocer que así como cuenta con sus debilidades también cuenta con grandes virtudes y no solo con eso sino con los regalos que le da Dios por medio del Santo Espíritu, su realidad es la realidad de la conversión cada día y como dice san pablo: “hasta que Cristo tome forma definitiva en vosotros”; es así como el sacerdote siendo un hombre y además débil puede llegar a convertirse en Alter Christus. Es claro que el sacerdote debe también ser consciente de sus propios limites, pero también entender y tener confianza en el Dios que lo ha elegido para su servicio y que le ha hecho una llamada y mirada de amor, pienso que como dice el texto guía él , el sacerdote debe plantearse este reto desde la luz de la esperanza que viene de Cristo Redentor de los hombres que han sido exclusivamente llamados por el, quien ha inaugurado el hombre nuevo.
La configuración sacramental es muy importante en el sacerdote porque por ella se identifica plenamente con Cristo Maestro, Pastor y Amigo, pero solo esta configuración no basta pues el sacerdote debe colaborar en el ejercicio de su identificación personal con Jesucristo desde su propia persona mostrando cada día signos de conversión; San Agustín lo expresaba de la siguiente manera “el que te creo sin ti no te salvara sin ti”

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene para el formador de seminaristas la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

Pienso que mas que una consecuencia practica, estamos al frente de un compromiso grande en el sentido de que es el formador quien tiene que ir modelando con la ayuda del Señor Jesús a ese hermano seminarista que ha sido llamado por Dios y que únicamente Dios sabe porque lo llamo a el y precisamente a el, con las debilidades de los hombres con una vivencia especial y con tantas realidades que merecen evangelización.
El formador es quien debe en este sentido entender también que ese hombre a quien Dios escogió para el sacerdocio, experimenta en su vida la lucha entre el bien y el mal, la debilidad para dominar los ataques del maligno, la rebelión del cuerpo la esclavitud del pecado que rebaja su dignidad.
Así pues es como el formador tiene que hacer el papel de padre solicito y acompañar en el proceso hacia el sacerdocio a este joven con gran misericordia con la cual ira descubriendo que Dios así como lo estigio lo quiere modelar para que llegue a ser perfecto según el llamado del Señor: “sed perfectos como mi padre es perfecto”
El Señor llama a seres humanos como todos y el formador debe conocer con gran compromiso este material que Dios mismo le entrega y con el que este cuenta; en este fuego de palabras podremos decir entonces que a este respecto no se puede en el trabajo que Dios confía al formador, tratar de formar el sacerdote que este quiera, ni el que este de acuerdo con las modas reinantes sino formar el sacerdote que Dios quiere y el que presenta la palabra de Dios mas aún la tradición de la Iglesia.
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MARCELO M
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Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 33

MensajePublicado: Mar Dic 02, 2008 2:30 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

Los sacerdotes son las manos, los pies, los ojos, la mente, el corazón de Cristo; los canales y medios por los que Cristo se va a comunicar a la humanidad. Por los sacerdotes, hará sentir a los hombres cuánto los ama y cómo desea ser amado de ellos; por ellos, va a manifestar sus misericordias; por ellos, va a sembrar la paz que anunciaron los ángeles desde el primer día de su nacimiento; por ellos, hermanará a todas las naciones, a todas las razas, a todas las clases sociales, borrando las envidias y los odios y uniéndolos a todos en un solo
Aunque los términos suenen parecido, no es lo mismo cumplir una función que ser un funcionario. El sacerdote cumple una función en la Iglesia, que le da su razón de ser. No es una necesidad para ningún individuo: lo es para la Iglesia que, para cumplir su misión, necesita que el sacerdocio de Cristo se perpetúe en la tierra, con su potestad espiritual en los hombres por ello el sacerdote revestido de esta dignidad debe esforzarse para mantenerse siempre en gracia de Dios.
La configuración con Cristo, se traduce en que este sacramento —como sucedía con el Bautismo y la Confirmación— imprime carácter. Y el carácter sacramental es imborrable. Por eso, aunque alguien que lo haya recibido no ejerza el sacerdocio —e incluso haya llegado a casarse—, no es que "algo queda", es que queda todo, este sacramento tiene también los habituales efectos: aumento de la gracia santificante (debe recibirse en gracia), y gracia sacramental, que lógicamente se referirá al cumplimiento de los deberes sacerdotales.

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?
Que el joven seminarista llega al seminario con todo un mundo de experiencias y vivencias propias de un mundo secularizado y materialista. Lo que debe buscar el formador es ayudarle a iniciar un proceso de cambio integral donde se vaya motivando al formando a asumir valores morales y espirituales que lo vayan conformando cada vez con Cristo sacerdote. Es decir, el joven viene a nosotros en busca de dirección no de condenas.
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DARIO LIMA
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Mensajes: 5

MensajePublicado: Mar Dic 02, 2008 4:08 am    Asunto: TOMADO ENTRE LOS HOMBRES ( Respuesta )
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’? ¿Basta la configuración sacramental? ¿o es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

-Nunca hay que olvidarse que un sacerdote es un hombre, que arrastra los pecados del pasado, y como la lectura de hoy es clara, que puede llegar a ser un Cristo, si deja el hombre viejo y se llena del hombre nuevo.
-A mi entender creo que la configuración sacramental , no es suficiente, ya que el hombre debe entregarse a pleno, de cuerpo alma y espíritu para su identificación con Cristo.



2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?

-Es muy importante, para comprender y acompañar al seminarista en sus naturales caídas, dejando que Cristo actué en él, ya que es el verdadero formador y nosotros sus instrumentos.
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john garcia rodriguez
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Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 10
Ubicación: machala ecuador

MensajePublicado: Mar Dic 02, 2008 5:21 am    Asunto:
Tema: 3. Tomado de entre los hombres
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Very Happy Very Happy Very Happy
1. ¿Puede el sacerdote, siendo hombre débil, llegar a ser ‘otro Cristo’?
¿Basta la configuración sacramental? ¿O es necesaria la colaboración del hombre para alcanzar la plena identificación con Cristo?

2. ¿Qué consecuencias prácticas tiene – para el formador de seminaristas - la consideración de que el sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres?
RESPUESTA
1.-El sacerdote, siendo hombre débil, si puede llegar a ser otro Cristo, cuando su FÈ y amor a nuestro señor se ve en cada acto humano que realiza en el nombre del maestro que le guía, su perseverancia y su esperanza ; entregándose a la caridad permanente en todos sus hermanos.
El hombre levanta su mirada hacia Dios reconociendo que sin el, no se es nada, compromete su ser; sus pensamientos, su conciencia hacia dando una respuesta afirmativa encauzando su vida no solo llevado por su voluntad sino, es Dios quien lleva su vida hacia la plenitud de la existencia de cumplir con lo que esta llamado a vivir.
No, no basta porque al llamado que Dios hace es necesaria la aceptación de parte del hombre a realizar este plan maravilloso que Dios le a encomendado llevando un corazón nuevo renovado por su fidelidad, humildad, caridad.
2.- Pues, la comprensión de que el seminarista a sido llamado por Dios y es el que moldea, su ser; el formador lleva su compromiso de ser participe a ese plan de nuestro Señor dando gracias con su responsable labor.
.-saber de que son jóvenes que llevaran la misión de prolongar el sacerdocio de Cristo.
.-comprensión, exigencia adecuada y proporcionalmente justa.

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