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5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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dbejarano
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Registrado: 11 Abr 2007
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Ubicación: Seminario Mayor María Inmaculada - Ibagué Colombia

MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 5:28 am    Asunto: La autoformación y el amor como motivación fundamental
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Es definitivo que el sacerdote se hace por autoformación, el sacerdote formador no es quien lo hace; se trata de que quien se está autoformando pone su confianza en el formador para que lo oriente, lo guíe, le enseñe. Por eso le debe obediencia, por amor a su proceso autoformativo, también le debe comprensión pues al igual que cualquier ser humano se equivoca, pero como dicen mis propios formadores, así se equivoque quien manda, no se equivoca quien obedece.

La obediencia debe ser crítica, pues se desprende de la obediencia a Cristo, Sumo Sacerdote y primer formador, así, es conveniente evaluar si lo que me mandan me lo mandaría Cristo, sólo por si acaso, pues, por lo menos en mi seminario, es evidente que esto se cumple.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Es importante hablar el lenguaje de los jóvenes, ser amigo, dar confianza, para así lograr que el joven sea más dócil a la formación del seminario y por ende que él mismo discierna sus motivaciones para estar allí y replantearlas o retirarse si es el caso.
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DANILO BEJARANO
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Berdecía
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Registrado: 11 Nov 2008
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MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 7:41 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Auntoformacion es la capacidad que se tiene par conocer nuestras virtudes y nuestrosdefectos, para de esa forma adquirir un grado de responsabilidad el cual nos ayudara a obtener la autentica felicidad en nuestra vida.

¿está de acuerdo con este principio?

estoy totalmente de acuerdo... no podemos esperar que los demas actuen por nosotros sino tenemos queponer de nuestra parte para obtener aquello que queremos y estamos llamados...

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?

La mejor forma de lograrlo es mostrandole al seminarista la belleza y grandeza de esa vocacion a la cual ha sido llamado, o sea enamorarlo de Cristo (lograr que el joven vea su vocacion como una bendicion y una de gran amor de Cristo hacie el)

¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Considero que si, ya que se puede dar el caso de que por losgrar que el joven se consagre a Dios se utilizan las herramientas que no son las mas adecuadas.
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Berdecía
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Registrado: 11 Nov 2008
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MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 7:42 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Auntoformacion es la capacidad que se tiene par conocer nuestras virtudes y nuestrosdefectos, para de esa forma adquirir un grado de responsabilidad el cual nos ayudara a obtener la autentica felicidad en nuestra vida.

¿está de acuerdo con este principio?

estoy totalmente de acuerdo... no podemos esperar que los demas actuen por nosotros sino tenemos queponer de nuestra parte para obtener aquello que queremos y estamos llamados...

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?

La mejor forma de lograrlo es mostrandole al seminarista la belleza y grandeza de esa vocacion a la cual ha sido llamado, o sea enamorarlo de Cristo (lograr que el joven vea su vocacion como una bendicion y una de gran amor de Cristo hacie el)

¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Considero que si, ya que se puede dar el caso de que por losgrar que el joven se consagre a Dios se utilizan las herramientas que no son las mas adecuadas.
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Gabri_sp
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Registrado: 19 Nov 2008
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MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 7:57 pm    Asunto: ...
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Es un mirar para si mismo... un mirar para mi historia, para mi formación, para mi llamado y perceberme como humano. Porque no deberia estar de acuerdo.. una persona que no se ve como parte de su formación, como podrá formarse? No habrá formación alguna...

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Bueno, no hay como quitar del seminarista su animo inicial.. pero se él no cambia ese animo por lo que motiva a él estar allá, entonces vá a los pocos perdiendo su animo, porque esa motivación inicial, pasa.. su vocaión y su llamado, no!
Sí, un seminario tiene varias motivaciones. Ejemplo: religiosa, estudios, personas y oportunidades.. se el seminarista no mira a Jesucristo, otras cosas aparecen más que Él, su motivaciónm no será Él sino que otras cosas. No tiene amor a Jesucristo y si a otros valores que tiene en el seminario.
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73107943
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MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 8:12 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

FORO CAPITULO 5

Con relación a la primera pregunta, la autoformación es la capacidad que tengo de aprender por mí mismo, la capacidad de conocer más allá del conocimiento básico que me brindan, en este caso los formadores en el Seminario. Estoy de acuerdo con este principio formador. El conocimiento es ilimitado, está en el formando la capacidad de aprender o no, y la autoformación es un continuo avanzar en el conocimiento; no es que lo que me hayan enseñado previamente no sirva o sea escaso, al contrario, eso que me enseñaron abre las puertas a que amplíe mucho más mis conocimientos. No debo depender totalmente de mis formadores, debo autoformarme para hacer un conocimiento integral. Todo esto, por supuesto, bajo la orientación y guía del Espíritu Santo.

Con relación a la segunda pregunta, para que el seminarista profundice su motivación los formadores deben ser realistas, es decir, mostrarles que no es únicamente la vocación la que los alimentará, la que los sostendrá, es todo el conocimiento, la vivencia material y espiritual que tendran en el Seminario lo que los hará un sacerdotes excelentes. Mostrarles que tendrán altibajos en su formación, pero que para eso están allí, para conocerse y hacerse fuertes en el Espíritu Santo.
Esto nos lleva a la otra pregunta, y es que puede suceder que el seminarista crea que está allí por vocación, por servicio, y al final se de cuenta, después de una lucha interior muy fuerte, que lo que lo motivó a entrar al Seminario fue una decepción amorosa, o buscando una oportunidad de estudio para una oportunidad de trabajo. Por eso, es indispensable esos primeros años de preparación, donde se pueden corregir estas anomalías.
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verónica ana
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Registrado: 23 Jun 2008
Mensajes: 76

MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 11:05 pm    Asunto: Respuestas a la 5a sesión Formación como autoformacion
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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I.- ¿Qué se entiende por autoformación? ¿Está de acuerdo con este principio?
Sí, por supuesto estoy de acuerdo con este principio y coincido con que el proceso de formación es ante todo un proceso de autoformación, y que no puede haber formación si no se logra que el formando trabaje en ella, ya que debe ser el más interesado en lograrla.
Con esto no quiero decir que no necesite ayuda y apoyo en el trabajo de su propia formación, ya que no es tarea fácil lograr que cada día resplandezca más en él la figura de Cristo Sacerdote.
La autoformación implica en primer lugar autoconvicción: debe querer formarse, adecuarse a la Voluntad Divina, responder al llamado con fidelidad, ser hombre de Dios. En segundo término requiere autoconocimiento es decir aceptación de la propia realidad con todas sus limitaciones y por último la autosuperación, que implica ir limando los defectos y aumentando las virtudes, es decir ir conquistándose a si mismo para Cristo. En otras palabras ir preparándose lo mejor posible, lo más responsablemente posible para ser ese Cristo a quién deberá representar.

II-.¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
Pienso que la vocación sacerdotal es la vocación con más grandeza que existe sobre la tierra y todo aquello que lleve al seminarista a profundizar más, a conocer mejor y más hondamente ese llamado, que es evidentemente un llamado de amor y de predilección absoluta del Señor, lo tiene que llevar forzosamente a una motivación cada vez profunda de ese “sígueme” que un día escuchó de Su Maestro y que será el que dará pleno sentido a su vida.

III.-¿Se puede dar el caso de de que un seminarista pase años movido no por el amor, sino por otros intereses?
Lamentablemente creo que sí, que se puede dar y de hecho vemos muy frecuentemente que es una realidad. Pienso que muchas veces se debe a razones de seguridad económica, ambición de poder, o deseos de ocupar puestos jerárquicos y otros casos, en los cuales lo que está fallando es la rectitud de intención. Pienso que en esta situación no sólo se pueden pasar años sino una vida, por lo cual es necesario detectar estos casos lo más tempranamente posible para que nadie engañe a otros, ni se engañe a si mismo.
Es necesario recordar siempre que al final de la vida tendremos que dar cuenta de lo que hicimos o dejamos de hacer con ella.
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El Señor los Bendiga y María Santísima los proteja
Verónica Ana
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MARCELO M
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MensajePublicado: Mar Dic 09, 2008 11:19 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Se entiende el deseo por mantener actualizados sus conocimientos, seguir motivando la opción hecha en la vida, dar nuevos impulsos a lo que se es y se hace. Si estoy deacuerdo con este principio que puede llamarse de muchas formas actualización, formación permanente, etc. Lo importante es la conciencia de que un buen ministro siempre busca dar lo mejor de si a su grey, y ello lo puede hacer solo desde una buena vida espiritual y una constante autoformación. Como lo estamos haciendo a través de este medio



2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Precisamente haciéndole notar cuan exigente es la tarea que nos está encomendada como pastores, una buena visión sociológica de nuestras realidades concretas permiten al joven notar que los pueblos han desarrollado nuevas exigencias, nuevos cuestionamientos y que hoy un fiel no se contenta con simples frases devotas, pienso que un buen programa de pastoral en los seminarios ayuda también a constatar esta realidad más en nuestra área religiosa, por lo que un formando debe estar bien preparado para responder a muchísimos cuestionamientos y de todo tipo.

Con respecto a lo segundo claro que un joven puede acomodarse a cierta forma de vida, por ello es fundamental un acompañamiento personalizado, que como sabemos implica los diálogos y las evaluaciones. No olvidemos la premisa que el hombre es un ser de costumbres, nada más cierto que eso.
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john garcia rodriguez
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Registrado: 20 Nov 2008
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Ubicación: machala ecuador

MensajePublicado: Mie Dic 10, 2008 2:48 am    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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Very Happy Very Happy Very Happy Very Happy 1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿Está de acuerdo con este principio?

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

RESPUESTA
Llamamos autoformación al deseo firme y responsable de querer superarse partiendo de si mismo, poniendo todo lo que se tiene; para llegar a formarse. Con una auto convicción, forma positiva de buscar en su entorno los medios para ser mejor.
.-SI, estoy de acuerdo con este principio, ya que es de vital importancia en. Una verdadera formación.
2.- Se puede dar luz con el consejo oportuno para que descubran su vocación llamado de nuestro Padre, para querer ser mejor con el propósito de ayudar a todo un pueblo. Si mi Señor me esta mirando y pidiéndome su colaboración no puedo negarme por miedo, o por sencillamente no estar preparado.
.- El seminarista esta llamado a amar a Cristo y por ende a los hombres, su ser vibra por el amor de DIOS.
.- Debemos tener a Cristo como centro de nuestra vida solo así no perderemos de vista el motivo por el cual fuimos creados.

SI, podría darse que el seminarista alejado de su vocación se deje influenciar por la fama el dinero, las riquezas, pero para esto existe la formación sacerdotal que va al encuentro del seminarista y ayuda en su formación siempre motivado por la Gracia de nuestro Señor.
Very Happy Razz Razz Razz Razz
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john garcia catequista de confirmaciòn
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rodrigofcleon
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Registrado: 20 Nov 2008
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MensajePublicado: Mie Dic 10, 2008 4:08 am    Asunto: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental.
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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¡VTR!

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
R. El querer de la voluntad a desarrollar plenamente todas y cada una de las facetas propias del sacerdote, sin necesidad de que el superior le "obligue", ya que esto debe nacer del corazón y de un auto-convencimiento . Estoy de acuerdo con que este principio es sumamente importante en los seminaristas, es algo que va a darles mucha estabilidad, y por muchas cosas que pasen afuera, si ellos tienen ese principio podrán seguir adelante.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
R. Sin duda alguna es importante que los formadores adquieran, como buenos educadores, una serie de principios pedagógicos los cuales permitan orientar al seminarista a dar este paso de una concepción primaria de su formación, a una más seria y profunda; sólo de esta manera llegarán a ser sacerdotes con estabilidad en su vida de oración, pues de lo contrario, si no lograron adquirir ese principio de autoformación, dejarán la oración y las demás facetas del sacerdote sólo para cuado lo quieran los sentimientos, sea un día bonito, etc.
_________________
Afectísimo en Cristo,
Rodrigo Fernández de Castro De León
REGNUM CHRISTI
MÉXICO
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Jacobo Ventura Pérez
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Registrado: 21 Jun 2008
Mensajes: 43
Ubicación: Tampico Tamaulipas

MensajePublicado: Mie Dic 10, 2008 5:42 am    Asunto: R´s lección 5 La autoformación y el amor como motivación fun
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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5 La autoformación y el amor como motivación fundamental


1.- a) ¿Qué se entiende por “autoformación? R.- Es un proceso que dura toda la vida, es dinámico, mediante él, el ser humano va moldeando la arcilla de la cual esta formado.

Requiere la ayuda, el apoyo y guía de colaboradores cercanos a el, asimismo requiere un ambiente formativo propicio. El seminarista debe sentir en su interior la necesidad de conocerse bien, esto es con sus defectos y virtudes (introspección), esta es la base sobre la cual se sentará la identidad cristológica en su Ser.

Teniendo presente como Fin o Meta la identidad del sacerdocio (en Cristo, con Cristo y para Cristo), la cual se refleja como un sentido de responsabilidad ante su prójimo, “coherencia en sus acciones, nobleza y lealtad”.

b) ¿Está de acuerdo con este principio? R.- Claro que estoy muy de acuerdo con el proceso de Vida, llamado AUTOFORMACIÓN, Sin el la vida de cualquiera puede ir decayendo en Principios y Calidad de vida.


2.- a) ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? R.- La vocación es un don con el cual nacemos lo importante es que el formando lo sienta como una necesidad de su Ser mediante el cual se puede realizar tanto en el plano Físico como en el Espiritual.
El Formador debe ser una persona con grandes habilidades para saber percibir y comprender los altibajos en la conducta del seminarista (empatía), conocer la raíz de su comportamiento. A partir de ahí podrá instrumentar los apoyos que requiera, tales como:
• Que Dios lo a elegido para amar y servir a sus semejantes,
• Que esta llamado a buscar el reino de Dios en los detalles diarios de la vida,
• Que su vocación lo conduce a la felicidad eterna en Cristo, esto es la Santidad,
• Que le a sido conferida la responsabilidad de guiar al que se encuentra en la obscuridad, esto es salvar almas,
• Que se encuentra en el camino de la salvación eterna, propia y de quienes sigan a Cristo reflejado en el.

b) ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses? R.- Es afirmativo. Considero en lo personal haber visto casos en los cuales no son movidos por el amor, sino por intereses diversos debidos principalmente a la falta de vocación. Esto es de lamentar ya que no se realizan ni en el plano físico ni en el espiritual, y en el peor de los casos al llegar a la vida presbiteral no saben ni pueden conducir a sus feligreses por el camino de Dios.
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Ventura
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INESGLZZ
Asiduo


Registrado: 28 Sep 2006
Mensajes: 108

MensajePublicado: Mie Dic 10, 2008 4:32 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
La autoformacion significa que el seminarista trabaje en primera persona por su propia formación, movido por hondas convicciones y con una clara actitud de sinceridad.
Estoy de acuerdo con este principio porque es base en la formacion de un buen sacerdote.


2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Se logra con amor al projimo porque la formacion de un sacerdote requiere de sacrificios y servicio a los demas.
Creo que si puecen existir seminaristas que sean motivados no por amor sino por otros intereses, algunas veces creo que por satisfacer los deseos o promesas de algun familiar
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P. Gustavo Sosa
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Registrado: 30 Nov 2008
Mensajes: 5

MensajePublicado: Mie Dic 10, 2008 11:59 pm    Asunto: respuesta al tema 5
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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Que se entiende por autoformación?
Uno de los conceptos más utilizados en nuestros diálogos y modos de vivir modernos, es el término autonomía. El ser autónomo es significado en la actualidad como aquel que puede hacer lo que quiere, que no tiene ninguna circunstancia ni elemento interior o exterior que lo limite.
Cuando hablamos de autoformación, muchas veces he visto en seminaristas, que confunden el concepto inicial de autonomía como sinónimo sin más, de autoformación. Es decir, que mi autoformación consiste en aceptar las reglas que me parecen que deben entrar en mi vida y las que juzgo de manera subjetiva que no me “sirven”, las desecho, constituyéndose el individuo, el seminarista, en la norma y regla de su propia formación.
Por eso, al momento de hablar de autoformación, debemos aclarar todos los términos para que entendamos el concepto como la aceptación de los caminos, normas, actitudes y conductas, que son propias de alguien que quiere seguir a Cristo en el ministerio ordenado. La autoformación consiste en asumir y hacer propios esos caminos que la Iglesia nos propone como medios válidos y probados en la historia, para crecer en el conocimiento y seguimiento de Cristo.
Por supuesto que estoy de acuerdo con el término y con un programa de autoformación, pero si son puestas de entrada las reglas claras y precisas de este concepto y lo que implica.
Por eso, quisiera resaltar que el compromiso y la responsabilidad son los valores más importantes que de entrada deben ser promocionados entre los seminaristas, para poder vivir con autenticidad y coherencia su identificación con Cristo Pastor.

Con respecto a la segunda pregunta, quiero ser un tanto audaz, en mis apreciaciones con respecto al tema del discernimiento vocacional que es necesario hacer frente a la entrada de un joven al seminario. En primer lugar, nunca nos debemos sentir urgidos por la falta de sacerdotes o vocaciones al sacerdocio. Muchas veces los apresuramientos “por mandar a alguien al seminario”, contribuyen a que no se miren bien cuales son las motivaciones profundas que llevan al joven a optar por la vida sacerdotal.
En segundo lugar, quiero compartir mi experiencia de haber trabajado con jóvenes seminaristas en un país de misión, donde se conjugan dos elementos muy complejos: por un lado, el deseo de ser sacerdote porque algún misionero me “encandiló” con sus acciones y su trabajo pastoral y el deseo de ser como él es la primera motivación; pero por el otro, las situaciones de pobreza y marginalidad vividos por muchos jóvenes les hace vislumbrar la posibilidad de “trabajar” de sacerdote y por lo tanto tener un medio de vida para ellos y sus familias. Esto es muy habitual, y como formador se deben tener todas las luces encendidas para discernir que la motivación que lleve a consagrar la vida sea el amor al Señor Jesucristo y a los hermanos, y no el asegurar la posesión de un futuro con cierto status social, económico o de poder.
Sería conveniente que una sana formación de la conciencia en los jóvenes aspirantes al sacerdocio, les lleve a vislumbrar que la rectitud de intención y que la responsabilidad ante Dios, deben ser las leyes máximas para vivir en un amor que sea verdadero. Autoformación también implica enseñarles a vivir sabiendo que en definitiva el único Juez es Dios, y que solo a El deberán rendir cuentas. Cuando sean sacerdotes, no habrá ningún formador que le esté diciendo cuales son sus responsabilidades en la parroquia, cual es el tiempo que debe dedicar a la oración y al estudio, cual es el trato de que debe dar a las personas que frecuenta. Todo eso deberá estar marcado por un sentido de responsabilidad muy grande que le lleve a sentirse responsable de sus acciones y conductas, pero también a que lleva en sí un tesoro, que es el sacerdocio de Cristo Jesús, al cual hace presente no solo en la celebración litúrgica, sino también en la vida de todos los días.
Dios mira nuestro interior y nosotros debemos aprender a mirarnos con sus mismos ojos para descubrir la profunda responsabilidad que nos ha dado de ser constructores de su Reino.
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paisaschp
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Mensajes: 36
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MensajePublicado: Jue Dic 11, 2008 12:59 am    Asunto: Autoformación y amor
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Entiendo la “autoformación” como un movimiento de la propia persona que abarca toda su existencia y que le lleva a conseguir unas metas específicas de crecimiento personal y superación. En este sentido, como se indica, no se trata de una “auto-guía” sino de una disposición fundamental de la persona, llamada en este caso a una especial configuración con Cristo Sacerdote, a colaborar con la gracia en su vocación sacerdotal. Estoy de acuerdo porque me parece un punto de partida adecuado para esperar un feliz trascurso de la ocación.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Pienso que es posible a través del descubrimiento de la profundidad de la vocación a la que es llamado. A través de un proceso de acompañamiento y de dirección espiritual se le puede colocar ante la grandeza de una vocación como la sacerdotal.
Sí, es posible el caso de un seminarista que no esté movido por el amor sino por otros intereses. Por eso hay que señalar también que en la autoformación tiene que haber unos criterios de discernimiento. Si no existe el conocimiento de uno mismo, o no es adecuado a la realidad, tendremos un engaño prolongado y mantenido.
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Padre Cipriano
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Registrado: 19 Nov 2008
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MensajePublicado: Jue Dic 11, 2008 5:49 am    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
R.- Es asumir con responsabilidad lo que quiero ser o para lo que fui llamado, yo primer responsable de buscar lo mejor para mi vida o vocación. Y desde luego que estoy de acuerdo con este principio, por que no es hacer lo que yo quiera sino lo que debe ser. Son cosas que debe explicarse con precisión en la formación, y esto puede lograrse con un buen acompañamiento del formador aconsejando no fiscalizando, educando no condenando.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
R.- yo diría que la motivación, superficial es buscar mis intereses personales, y la motivación fuerte y profunda “los motivos del reino de Dios.” De ahí lo que debe moverme es el deseo de Dios en mi vocación, realizar el proyecto divino. (Dios es amor)
Yo pienso que si hay casos en la que el seminarista se mueve por otros intereses y que además se disfrazan muy bien, y se da porque se permite tal actitud puesto que el formador tampoco es responsable, falta: velar, promover y acompañar al formando.
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jose luis P
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MensajePublicado: Vie Dic 12, 2008 9:21 pm    Asunto: 5 la autoformacion y el amor...
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Si estoy de acuerdo es cuando uno en su ser se dispone a formarse o a cambiarse o ser mejor , lograrse un proposito .
2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Dandole el sentido a su formacion y el sentido principal debe estar en cristo en dios nuestro señor y en que encuentre el amor a los demas en ese amor aparte de de estudiar y luchar toda la vida por ello.
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Jorge Batista
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MensajePublicado: Sab Dic 13, 2008 7:03 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Este principio es esencial en la vida de aquel que desea profundizar cada vez más su vocación llevando a su vida la experiencia cada vez más plena de Cristo Salvador.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

Eso depende primeramente de él mismo, pero se potencia mucho más en la vivencia que promuevan los formadores, dando y puntualizando el principio fundamental del amor, que haciendose efectivo logra moldear todo interes que no sea sano ni edificante.
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Padre Jairo Yate R.
Esporádico


Registrado: 03 Dic 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Sab Dic 13, 2008 8:49 pm    Asunto: Re: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamenta
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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No hay verdadera formación si no hay autoformación. este principio me parece muy renovador. tradicionalmente no se había pensado en esta posibilidad. la prueba es que la experiencia demuestra la necesidad de revisar este punto en el proceso de formación de una persona. Cuando la autoformación no es punto relevante en el futuro profesional, encontramos la mediocridad y la deshonestidad de muchos hombres y mujeres quienes se formaron sin criterios propios.
En la vida del seminarista, es definitiva la autoformación. porque si una persona no tiene convencimiento de lo que está haciendo y su responsabilidad en el futuro, la vida de la Iglesia seguirá siendo lastimada por tantos ministros equivocados de camino. La Autoformación va directamente encaminada con la autoconvicción y el auto conocimiento. Creo que se debe exigir mucho este principio, ayudaría mucho a la Iglesia a tener ministros cualificados para la misión y convencidos de la importancia de su ser e identidad en la misión. la experiencia me permite vislumbrar una cantidad de ministros que se quedaron a mitad de camino. pensaron que el proceso de formación termina con la ordenación y no guardaron los criterios de autoformación, el tiempo demostró que son ministros irregulares y un obstáculo para la misión.

2) Es cierto que muchos seminaristas pueden aparentar frente a sus formadores. eso es dañino para la Iglesia, pero también no hay que descartar que la fuerza del Espíritu de Dios motiva e ilumina mucho a los formadores para descubrir el engaño o la apariencia del futuro ministro. lo digo porque se conocen tantos casos de personas que con el tiempo después de ordenados, llegan a la conclusión que verdaderamente se equivocó de camino, o lo peor casos que en la vida real del Seminario se tenía sospechas sobre un candidato y algún formador desafortunadamente le parece que no es así y sólo con el tiempo viene el arrepentimiento cuando es demasiado tarde.

Me parece que una forma de poner en práctica este criterio de la autoformación, que me parece excelente, es en la tarea del director espiritual, es la persona quien debe hacer el seguimiento del candidato en su formación espiritual, intelectual, comunitaria, eclesial y personal, a un tipo de candidato con falencias en la autoformación debería dedicársele mucho tiempo, agotar posibilidades con él, me atrevería a decir que no hay mucho que esperar de una persona que no esté interesada en la autoformación, se perdería incluso la formación permanente en el presbiterado, asunto que destacó mucho la conferencia en Santo Domingo.
Padre, Jairo Yate R. Ibagué Colombia
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Hacer la voluntad de Dios es fundamental para ser un buen ministro
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Marcelo E Amaya
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Registrado: 25 Nov 2008
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MensajePublicado: Dom Dic 14, 2008 2:22 am    Asunto: La autoformacion y el amor como motivaci{on fundamental
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Considero que la reflexión aportada por este curso es una excelente definición de lo que significa autoformación. Hay que convencerse que el seminarista debe participar activamente en su formación, esto no puede ser algo que venga sólo de afuera y mucho menos que reciba una formación pasiva, porque sabemos que esto no transformaría su corazón, algo esencial para ser Buen Pastor a semejanza de nuestro Señor. Por lo tanto, estoy absolutamente de acuerdo.
2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Lamentablemente he vivido casos desde muy cerca donde existían otros intereses y por lo cual las personas mostraban cierto vacío en sus vidas o se escapaban a través de distintas dispersiones. Es necesario hacerles descrubrir que su vocación responde a un llamado de Dios, a encontrarse con Cristo cada día, cada hora, para configurarse con Él. La tarea es que el seminarista pueda ir descubriendo sus verdaderas motivaciones y si en ellas esta Cristo como centro de su vida; esto también va exigir renuncias y un trabajo profundo de su persona que debe asumir con responsabilidad y libertad. Pasar de lo emotivo inicial a una convicción desde la fe firme en el Señor, con todo lo que significa ser discípulo en el camino hacía el ministerio: cargar conla cruz y seguir a Cristo.
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cutropia
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MensajePublicado: Dom Dic 14, 2008 1:32 pm    Asunto: Respuesta a cuestión sobre la autoformación.
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por autoformación? ¿está de acuerdo con este principio?
La autoformación es el sustrato donde se asienta toda la formación ya que de ello uno de los lugares donde se apoyará el desarrollo y la perseverancia final, así como la profundización de la identificación con Cristo Sacerdote. Autoformación es trabajar desde uno mismo para lograr poner en acción todos los componentes de nuestra interioridad, dones y talentos al servicio de la gracia, la formación intelectual, la profundización espiritual, el afianzamiento de todo lo que identifica a un sacerdote y podríamos agregar todo lo que hace al armado del proceso formativo. Como esto es un proceso lo importante y necesario será avanzar en las etapas lógicas de la maduración tanto del joven como de la vocación para que esto no sea una realidad impuesta sino que forme parte de la misma motivación. La tarea de despertar la conciencia de la autoformación es básica para el formador, para ello tendrá que agotar medios y formas variadas según el contexto del joven pero siempre orientado a la realización de la vocación en él mismo. De la conciencia más o menos acabada que se tenga de la necesidad de la autoformación también en el futuro se podrá entender la llamada que nuestros pastores nos hacen a la formación permanente que es una de las necesidades que reclama nuestro mundo de todo sacerdote.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
La tarea del paso de una motivación superficial a una motivación profunda requiere de muchos elementos a tener en cuenta y por sobre todas las cosas de un conocimiento serio del seminarista. No bastarán los medios simplemente psicológicos, aunque son necesarios, para dar el paso. Habrá que orientar en primer lugar desde la dirección espiritual la búsqueda profunda del Amado. Esto lo considero de trascendental importancia, muchas veces noto que no hay un claro conocimiento de Cristo y esto se lo pasa por alto ya que se los ve como muy compenetrados con valores y formas. Esto puede ser un error, por lo tanto el paso grande de un concepto de Cristo a una apropiación de Cristo o un dejarse llenar por el amor de Cristo entendido profundamente, como nos dice el Conocer Bíblico, será la tarea procesual que se deberá realizar con todos los medios disponibles en la formación seminarística, pero en primer lugar como he marcado antes, y esto según mi experiencia personal, desde la dirección espiritual. Por el hecho de ver piadosos y con buenos conocimientos intelectuales a los seminaristas no es garantía de una motivación profunda, esta es una realidad más que palpable en algunos seminarios lo cual no significa que no se pueda despertar el interés de una búsqueda profunda, de una motivación real para consagrarse plenamente. Las motivaciones a la larga o a la corta saltan, si no miremos los hermanos nuestros que dejan el ministerio con pocos años de servicio. (claro que no siendo esta la única razón)
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Padre Luis Javier Sarrazo
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Registrado: 21 Nov 2008
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MensajePublicado: Dom Dic 14, 2008 4:40 pm    Asunto: Foro cinco
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

Partamos del Principio de madurez del candidato al Sacerdocio, suponemos que el neo seminarista viene de unos procesos de formación tanto en la familia como en los grupos parroquiales a los cuales perteneció, este grado de madurez aunque aun imperfecto, debe ser a base del proceso de autoformación, autoformación responde al grado de deseo de superarse cada día en su idoneidad, no por vanidad, ni por apariencias, ni por cumplir, ni porque lo vean sus superiores, No, simplemente porque su responsabilidad es ser Fiel al Maestro que lo llama, ese el motivo por el cual nuestros seminaristas deben cultivarse cada día, en tres aspectos fundamentales: Lo espiritual, lo intelectual y lo afectivo.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

La motivación la da ante todo el testimonio de sus formadores, formadores intelectuales, maduros, no emocionales, es decir que manejen la vida del seminario dependiendo de su estado emocional, la emotividad de los formadores repercute en la vida de los formandos, un formador no puede hablar de afectividad sino domina su propia afectividad, recuerdo un joven seminarista a quien dirigía espiritualmente quien muy preocupado me manifestó que uno de los formadores del seminario le manifestó que estaba enamorado de él.
Si el seminarista ve en sus formadores hombres piadosos, hombres amantes al estudio, amantes de la castidad bien entendida. Será la mejor motivación para la autoformación de los nuevos candidatos al sacerdocio.

Si, no son pocos los casos de seminaristas que al ingresar al seminario entran motivados por verdaderas intenciones y un ambiente contradictorio entre lo que pensaban era la vida del seminario y lo que se vive realmente los pueden llevar a retirarse muy pronto, o quedarse en la formación de una manera pacífica y su sacerdocio será estéril, o lo más grave saldrán escandalizados y se convertirán en enemigos de la Iglesia. Nada más dañino para la Iglesia que un seminarista resentido.
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Ma Socorro A. Reyes López
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Registrado: 16 Jun 2008
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MensajePublicado: Dom Dic 14, 2008 10:21 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Sí el principal responsable de la formación es el mismo formando. Con la guía y apoyo el apoyo de los formadores y dentro del ambiente del seminario, el proceso de formación es de autoformación e implica el trabajo en primera persona, con profundas reflexiones para lograr estabilidad emocional. Amando profundamente su vocación sacerdotal, con un esfuerzo sincero por hacerlo lo mejor posible, bendiciendo el egoísmo y con autoconvicción de ser hombre de Dios, santo, virtuoso, en profunda oración, viviendo la vida de gracia. Y el deseo de ser un sacerdote preparado lo mejor posible en el campo intelectual y un verdadero apóstol, y por tanto aprovechar todo lo que favorece su formación pastoral.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
En la aceptación amorosa de la vocación sacerdotal y la necesaria estabilidad vocacional. Es probable se de el caso de quien, aun después de haber tomado una decisión vocacional y haberse entusiasmado sinceramente por ella, vuelve una y otra vez a ponerla en entredicho porque no ha logrado dentro de sus profundas reflexiones tener estabilidad emocional, para superar las dificultades que se le presenten y volver a plantearse el tema de la vocación cada vez que se presenta un problema en cualquier campo: obediencia, relaciones humanas, castidad, estudios, etc. Por lo que se necesita del apoyo, comprensión y dirección de los formadores para superar los obstáculos con esfuerzo generoso y paciente.
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P. José Andrés Gómez Gro.
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Registrado: 15 Nov 2008
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MensajePublicado: Lun Dic 15, 2008 5:42 am    Asunto: La Autoformación
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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Antes que nada, quiero compartir mi experiencia en este tramo del curso. Bien pude y podemos todos acercarnos a estos contenidos con la herramienta meramente intelectual, o bien, empezar por aplicar este curso de formación integral a nosotros mismos. Personalmente, a estas alturas, me resulta fabuloso y sumamente útil hacer conciencia de muchas cosas, de acontecimientos a lo largo de mi propio camino formativo. Somos fruto de un proceso, de un tiempo, de un modelo, de unas estructuras determinadas, pero no determinantes. Creo que repasar estos contenidos me ayuda a purificar mi propio caminar, mi respuesta, mi motivación, mi grado de autoformación. Entre líneas brotan cuestiones que me vuelven a mi propia vida y experiencia y reflexionándolas me ayudan en mi formación que sabes es permanente. Agradezco pues, este curso por el bien personal que proveen.

1.
En lo que se refiere a la autoformación, queda claro que no consiste en la arbitraria, estrecha y subjetiva manera de realizar la formación personal, sino en la responsabilidad sincera de ejercer el protagonismo en el proceso formativo. En ello se juega la futura felicidad o desdicha, porque la llamada de Dios al hombre es a la vida, a la felicidad, a la realización, a la santificación como plenitud de estos anhelos genuinos del corazón humano. Totalmente de acuerdo en el principio de autoformación, como el único modo de que los esfuerzos formativos no recaigan en apariencia o moldear una máscara ficticia. El fundamento de la autoformación es la pasión por un objetivo, que ciertamente no ha de ser propósito personal, sino participado, a modo de una invitación o llamada. El que tiene un punto de llegada, sabrá aprovechar los caminos más adecuados para alcanzarlo. Cuando se hace una seria opción fundamental se podrán sortear todas las dificultades que salgan al paso. La autoformación en orden al sacerdocio parte de esta conciencia progresiva de la llamada de Dios, llegando luego al querer responder a esta invitación y desear identificarse con Cristo Sacerdote, recorriendo el camino del conocimiento honesto y positivo de sí mismo, la aceptación serena y la decisión valiente y firme de superarse.

A la autoformación del seminarista corresponde la formación personalizada, libre y cercana del formador, que ha de ser primero un autoformado para acompañar procesos similares con distintos ritmos, obstáculos o percepciones. Me parece indispensable la capacidad del formador de confiar primero en cada persona, de interesarse por el individuo que busca formarse no por la masa que pretendemos uniformar; de ser paciente y velar porque cada formando se enamore de su vocación, se conozca, acepte y supere. Va en deterioro de todo intento de autoformación la actitud nada formativa, pero cómoda, de juzgar, imponer o decidir el futuro de un seminarista a partir de la visión personal del formador. En otras palabras, las reacciones –a veces frecuentes- de formadores que deciden por lo alumnos, de la solución fácil de expulsar, de la cómoda opción de seleccionar en vez de formar, afecta gravemente e impide literalmente la autoformación, obligando a los formandos a ser lo que el formador quiere que sean y no a autoformarse, conociéndose y moldeando en ellos la imagen de Cristo.

2.
Por propia experiencia, entiendo que la motivación inicial no sea la más duradera, ni la adecuada para lograr una motivación permanente y profunda, pero son las redes de la Providencia Divina que sigue lanzando en busca de pescadores de hombres. Es importante no minimizar esa motivación primera, sino valorarla y hacerla germinar con una reflexión más honda y vital. Sin embargo es necesario respetar los límites y tener el tacto y el tino para ayudar al formando a ir más allá, más profundo en su motivación. Lo hemos comentado entre algunos sacerdotes que la motivación es lo único que da sentido y podrá mover al formando a hacer lo que hace y a ser lo que quiere en realidad ser. Sin motivación, la labor de una y otra parte se vuelve desgastante, confusa y decepcionante. Al fin de cuentas, lo único que puede llevar a una motivación fuerte y duradera será el encuentro personal con el amor de Dios que lo llama a la vida y lo convoca a una misión de amor.
Por supuesto que puede haber casos alguien que pase años en el seminario movido no por amor, sino por otros intereses, entre los más constantes, la costumbre o inercia a la que parece arrastrar el torrente de la vida del seminario. Es muy probable que el empeño en responder a las exigencias, en aprobar cursos, en preparar y realizar actividades, sin darse cuenta de la importancia del tiempo, deje a los aspirantes al sacerdocio en el umbral del sacramento pero sin sentirse amados y sin saber lo que aman. Por eso es preciso que “a tiempo y a destiempo” se aprovechen o abran espacios para serenar el espíritu, para ponerse delante de sí mismos y de Dios y responderse a preguntas esenciales: qué quiero y por qué quiero lo que quiero. Si hay respuestas, hay horizonte y entonces hay esfuerzos por crecer.
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P. José Andrés Gómez Gro.
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Registrado: 15 Nov 2008
Mensajes: 11
Ubicación: México

MensajePublicado: Lun Dic 15, 2008 5:45 am    Asunto: La Autoformación
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

Antes que nada, quiero compartir mi experiencia en este tramo del curso. Bien pude y podemos todos acercarnos a estos contenidos con la herramienta meramente intelectual, o bien, empezar por aplicar este curso de formación integral a nosotros mismos. Personalmente, a estas alturas, me resulta fabuloso y sumamente útil hacer conciencia de muchas cosas, de acontecimientos a lo largo de mi propio camino formativo. Somos fruto de un proceso, de un tiempo, de un modelo, de unas estructuras determinadas, pero no determinantes. Creo que repasar estos contenidos me ayuda a purificar mi propio caminar, mi respuesta, mi motivación, mi grado de autoformación. Entre líneas brotan cuestiones que me vuelven a mi propia vida y experiencia y reflexionándolas me ayudan en mi formación que sabes es permanente. Agradezco pues, este curso por el bien personal que proveen.

1.
En lo que se refiere a la autoformación, queda claro que no consiste en la arbitraria, estrecha y subjetiva manera de realizar la formación personal, sino en la responsabilidad sincera de ejercer el protagonismo en el proceso formativo. En ello se juega la futura felicidad o desdicha, porque la llamada de Dios al hombre es a la vida, a la felicidad, a la realización, a la santificación como plenitud de estos anhelos genuinos del corazón humano. Totalmente de acuerdo en el principio de autoformación, como el único modo de que los esfuerzos formativos no recaigan en apariencia o moldear una máscara ficticia. El fundamento de la autoformación es la pasión por un objetivo, que ciertamente no ha de ser propósito personal, sino participado, a modo de una invitación o llamada. El que tiene un punto de llegada, sabrá aprovechar los caminos más adecuados para alcanzarlo. Cuando se hace una seria opción fundamental se podrán sortear todas las dificultades que salgan al paso. La autoformación en orden al sacerdocio parte de esta conciencia progresiva de la llamada de Dios, llegando luego al querer responder a esta invitación y desear identificarse con Cristo Sacerdote, recorriendo el camino del conocimiento honesto y positivo de sí mismo, la aceptación serena y la decisión valiente y firme de superarse.

A la autoformación del seminarista corresponde la formación personalizada, libre y cercana del formador, que ha de ser primero un autoformado para acompañar procesos similares con distintos ritmos, obstáculos o percepciones. Me parece indispensable la capacidad del formador de confiar primero en cada persona, de interesarse por el individuo que busca formarse no por la masa que pretendemos uniformar; de ser paciente y velar porque cada formando se enamore de su vocación, se conozca, acepte y supere. Va en deterioro de todo intento de autoformación la actitud nada formativa, pero cómoda, de juzgar, imponer o decidir el futuro de un seminarista a partir de la visión personal del formador. En otras palabras, las reacciones –a veces frecuentes- de formadores que deciden por lo alumnos, de la solución fácil de expulsar, de la cómoda opción de seleccionar en vez de formar, afecta gravemente e impide literalmente la autoformación, obligando a los formandos a ser lo que el formador quiere que sean y no a autoformarse, conociéndose y moldeando en ellos la imagen de Cristo.

2.
Por propia experiencia, entiendo que la motivación inicial no sea la más duradera, ni la adecuada para lograr una motivación permanente y profunda, pero son las redes de la Providencia Divina que sigue lanzando en busca de pescadores de hombres. Es importante no minimizar esa motivación primera, sino valorarla y hacerla germinar con una reflexión más honda y vital. Sin embargo es necesario respetar los límites y tener el tacto y el tino para ayudar al formando a ir más allá, más profundo en su motivación. Lo hemos comentado entre algunos sacerdotes que la motivación es lo único que da sentido y podrá mover al formando a hacer lo que hace y a ser lo que quiere en realidad ser. Sin motivación, la labor de una y otra parte se vuelve desgastante, confusa y decepcionante. Al fin de cuentas, lo único que puede llevar a una motivación fuerte y duradera será el encuentro personal con el amor de Dios que lo llama a la vida y lo convoca a una misión de amor.
Por supuesto que puede haber casos alguien que pase años en el seminario movido no por amor, sino por otros intereses, entre los más constantes, la costumbre o inercia a la que parece arrastrar el torrente de la vida del seminario. Es muy probable que el empeño en responder a las exigencias, en aprobar cursos, en preparar y realizar actividades, sin darse cuenta de la importancia del tiempo, deje a los aspirantes al sacerdocio en el umbral del sacramento pero sin sentirse amados y sin saber lo que aman. Por eso es preciso que “a tiempo y a destiempo” se aprovechen o abran espacios para serenar el espíritu, para ponerse delante de sí mismos y de Dios y responderse a preguntas esenciales: qué quiero y por qué quiero lo que quiero. Si hay respuestas, hay horizonte y entonces hay esfuerzos por crecer.
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P. José Estebas Martínez
Esporádico


Registrado: 11 Nov 2008
Mensajes: 36

MensajePublicado: Lun Dic 15, 2008 10:19 pm    Asunto: La autoformación y el amor como motivación fundamental
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
“Quiero saber de Dios y del alma. ¿Nada más? Nada más.” (Soliloquios, San Agustín). El deseo de conocer está inscrito en lo más profundo del ser del hombre, y debe buscar en definitiva el conocimiento de sí mismo y descubrir su ser en el Ser de Dios. Motivado por el amor, siguiendo el camino de la sinceridad, llega a lo más genuino de uno mismo, ¿cual es mi vocación? Al descubrirla nos llenamos de autoconvicción, y la respuesta será ir desarrollando esa vocación y hacerla vida. La vida en el seminario facilita ese desarrollo o autoformación. Pues le brida la ayuda necesaria para moldear las distintas dimensiones de su personalidad en torno a ese ideal, el de la vocación sacerdotal, participar en el ser de Cristo buen Pastor, donándole todas nuestras capacidades para que Él se haga realidad en cada uno de nosotros. La autoformación es conocerse, aceptarse y superarse de acuerdo a tu vocación. El diálogo con el Formador, la oración la participación en los sacramentos, el estudio de humanidades y teología…facilitarán está asimilación de Cristo Sacerdote en nuestras vidas. La autoformación debe durar toda la vida, hasta llegar al máximo grado:”ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20).

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Nos dice nuestro Señor Jesús: “allí donde tienes tu tesoro tendrás tu corazón” (Mt 6,21). El amor es el verdadero motivador del hombre, el "peso" de una persona: amor meus, pondus meum: eo feror quocumque feror (San Agustín, Confesiones, XIII, 10. El amor a Jesucristo es el centro de la vocación sacerdotal. La motivación a la vida sacerdotal puede originarse de distintas formas, lugares y circunstancias, solo hay que mirar la variedad de situaciones en la llamada vocacional de los apóstoles o los santos. Pero al final dominará la idea central: su identificación amorosa y vital con Cristo sacerdote. Jesucristo le ha llamado por amor y para pedirle su amor (Jn15.9). Un amor exclusivo, total, (Lc 14,26).
El seminarista, ya desde su acompañamiento vocacional y luego en el seminario le van facilitando para que se vaya clarificando de cualquier otra motivación vocacional. Lo ideal es encontrar con certeza en el amor a Cristo el sentido de su vida, y así romper con cualquier otro estilo de vida y abrazar este nuevo. Es bueno recordar siempre el momento en que percibimos por primera vez la voz del Señor.
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eddy_ankh
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Registrado: 19 Nov 2008
Mensajes: 7
Ubicación: San Francisco del Rincón

MensajePublicado: Mar Dic 16, 2008 7:16 am    Asunto: Opinión
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

1.- En primer lugar, quisiera comentar que el hecho de que algunos seminaristas opten por la autoformación se debe en gran medida a que los sacerdotes que están al frente del acompañamiento no son tan cercanos como debieran ser. Sin embargo, no es justificable que el seminarista opte por la autoformación, ya que siempre es necesaria la dirección espiritual y el acompañamiento del prefecto de disciplina. la autoformación puede traer buenos resultados cuando el seminarista tiene un cierto grado de madurez y sabe qué es exactamente lo que busca dentro del seminario, sin embargo, para el seminarista que no tiene bien clara cuál es la respuesta que va a dar al Señor, puede traer consecuencias nefastas el querer autoformarse.

2.- Yo creo que es importante siemrpe el acompañamiento espiritual. Al menos así lo experimenté yo cuando estuve en el seminario. la motivación inicial puede ser como el grano que cae entre las espinas, que empieza a brotar, pero llega un momento en que las espinas lo ahogan. cuando el director espiritual se encuentra al lado del seminarista, hay un acompañamiento real dirigido hacia Cristo Eucaristía, y sobre todo el empeño del seminarista de querer encontrarse con Aquél que le ha llamado, entonces la motivación inicial toma fuerza. El centro y quien debe dar la fuerza necesaria para responder generosamente al llamado es Cristo Eucaristía.

Por otra parte, creo que si no se tiene un conocimiento real del seminarista, puede correrse el riesgo de tener "alumnos" que vean al seminario como una institución más donde hacer sus estudios, y al salir o "graduarse" no tener problema alguno para encontrar trabajo. Durante el tiempo que yo estuve en el seminario, pude darme cuenta de esta realidad, y créanme que es muy penoso encontrar personas así en un lugar donde se forman los siervos de Cristo. Pero lamentablemente los casos se dan.
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Juan José Rodríguez Mesa
Esporádico


Registrado: 17 Nov 2008
Mensajes: 38
Ubicación: Manizales, Colombia

MensajePublicado: Mar Dic 16, 2008 10:58 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿Está de acuerdo con este principio?

Personalmente la entiendo como autoconciencia por parte del formando en el protagonismo libre y responsable sobre su propio proceso formativo, de modo que el mismo obre por convicción y no como respuesta a esquemas conductistas.

Estoy de acuerdo con la autoformación, pues de hecho estoy convencido de su importancia y cuando comencé mi servicio como acompañante en la formación la asumí como esquema formativo.



2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?


Después de tres años de acompañar los procesos formativos de quienes ingresan por primera vez a una casa de formación como postulantes y estudiantes de filosofía he constatado que la mayoría de los candidatos a la vida religiosa y sacerdotal llegan con motivaciones iniciales superficiales y/o románticas. Por tal razón considero que la autoformación debe estar sustentada en motivaciones auténticas para la vida religiosa y sacerdotal, es decir que, la autoformación debe abordar permanentemente dichas motivaciones.

En el antiguo modelo formativo de perfección como lo denomina Amadeo Cencini era común encontrar formadores que se enorgullecían de “poner a caminar finito” a todos los formandos y se enorgullecían del ejercicio de una exigencia con tinte militar sin interesarse por tener entrevistas personales con sus formandos; consideraban suficiente la fuerza de la costumbre como formadora de hábitos. La empobrecedora uniformidad era lo que se exaltaba mientras que la profundidad de la unidad o integralidad era descuidada.

Sin duda alguna todos cumplían externamente, pero se desconocían los dinamismos internos de cada persona. Era común ver candidatos que tan pronto hacían su profesión religiosa o eran ordenados sacerdotes mostraban que aquello que “cumplían” en el seminario no había sido internalizado.

No obstante, a pesar de los esquemas formativos, las metodologías, estilos formativos, deficiencias de los formadores, el Espíritu Santo ha demostrado en la praxis o en el trasegar de los tiempos que Él es principal protagonista de la formación.
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Margarita Izaguirre Camba
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Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 5
Ubicación: Guatemala

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 1:39 am    Asunto: Respuesta
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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1. Que se entiende por autoformaciòn?
Es la libertad que tiene el seminarista de ponerle dedicaciòn a su formaciòn como sacerdote, no solo dejar el trabajo para las personas que estàn a cargo de èl, no significa que solo èl va a formarse e informarse sino que el que està obligado a que su formaciòn sea verdadera y no solo por encima es unicamente èl y nadie mas, dependerà de cuanto èl se deje llevar por el impulso del Espìritu Santo y la respuesta a El, que lo vaya a lograr.
¿està de acuerdo con este principio? Si, asì tiene que ser, porque solamente el seminarista se conoce dentro de èl mismo, nadie puede dar fe de lo que èl està formandose sino èl mismo.
2. Còmo lograr que el seminarista pase de una motivaciòn inicial, talvez superficial a una motivaciòn mas fuerte y profunda?
Esto solo se lograrà con el testimonio de vida que le den sus formadores y con promover muchos momentos de encuentro personal con el Espìritu Santo, para que el seminarista pueda sentir en su ser que es el impulso Divino quien lo ayuda, que no llegue a sentirse autosuficiente, porque esto lo dañarìa.
¿Se pùede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses? Si, se puede dar, va a depender de como lo ayuden y como vea èl que viven sus formadores, si hubiera un mal testimonio, definitivamente a èl le va a costar mucho mas volverse espiritual, pero si tiene buenos ejemplos entonces serà mas fàcilque su vocaciòn sea bien llevada.

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Que Dios y la Virgen Santìsima nos iluminen.
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Ricardo Arias
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Registrado: 19 Nov 2008
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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 2:41 am    Asunto: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental.
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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5. La autoformación y el amor como motivación fundamental.
1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
En la existencia humana dada por Dios, cada persona es llamada a desarrollarse como tal de acuerdo a la mision inscrita en lo más profundo de su ser, para lo cual ha recibido las capacidades para responder a dicha llamada con fidelidad a su propia realidad, su propio ser, su propia vocación. Todo ser humano necesita conocer y saber para que ha sido llamado, y con mayor razón aquel que lo ha sido para servir al Señor y la comunidad a través del Sacerdocio. Esto es algo que se necesita formar y autoformar con la participación activa tanto del formador como del formando. Por ejemplo, para una pareja de futuros esposos no basta solamente las clases pre-matrimoniales para que se consideren realmente “esposos”, sino que ellos mismos deben hacer vida en su diario vivir esa preparación recibida. Reciben la ayuda de alguien que los orienta y les invita a tomar conciencia del sacramento del matrimonio, pero ellos necesitan en el diario vivir de su compromiso sacramental ir autoformándose, ir muriéndo a todo aquello que contradice su vocación matrimonial pero a la vez reforzándo lo que la consolida aún más. Igualmente, el seminarista que se prepare al sacerdocio necesita ir cambiándo todo lo que es contrario al llamado de identificarse, ser otro Cristo. Así como es fundamental la formación, lo es la autoformación, es decir, la apertura al cambio y crecimiento humano, espiritual, sicológico y afectivo.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Creo que una motivación inicial y superficial debe ser reforzada con el acompañamineto sincero y generoso del director espiritual. Además, es de gran importancia la oración. A través de ella el seminarista no solo experimentará cuanto lo ama el Señor, sino que recibirá la fuerza y la convicción de que ha sido llamado por El para servirle como uno de sus hijos amados. Desafortunadamente, cuando no existe una motivación profunda en el seminarista, solo se conseguirá a alguien que tiene otros intereses totalmente diferentes al único y fundamental como es el amor a Dios y la salvación de las almas. Es triste ver hoy en día, bueno creo que siempre han existido, sacerdotes interesados mucho más en el tener que en el ser.
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RAM
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WAGNER
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Registrado: 19 Nov 2008
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Ubicación: MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO

MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 5:12 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
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Preguntas para el foro

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
CREO FIRMEMENTE QUE EL SENTIDO DE LA AUTOFORMACIÓN MAS QUE UNA FORMA DE CONDUCIRSE EN EL ESTUDIO Y DEDICACIÓN, ES MAS BIEN UN FRUTO DEL ORDEN, LA OBEDIENCIA Y LA ORACIÓN, SOLO ASÍ EL SEMINARISTA PODRA OBTENER COMO REGALO EL “EXPERIMENTAR” UNA NECESIDAD PROFUNDA DE COMPROMETERSE CONSIGO MISMO Y DE ESTE MODO ÉL MISMO “BUSCARA” UN DESEO CONSTANTE DE AUTOFORMACIÓN

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda?
ESTOY SEGURO QUE LOS FORMADORES DE SACERDOTES, SON LOS QUE TIENEN QUE DAR TESTIMONIO DE PLENITUD EN SU VIDA CONSAGRADA, ESE SIN DUDA SERIA EL MOTOR QUE MOTIVE A LOS SEMINARISTAS EN CONTINUAR SU PREPARACIÓN, PERO MAS IMPORTANTE ES, QUE LOS ASPIRANTES AL SACERDOCIO PUEDAN SENTIR, PALPAR, CONOCER, BEBER, COMER Y PERSIVIR LA SUPERACIÓN ESPIRITUAL DE SUS MAESTROS; YO CREO, QUE CON ESTO INCLUSO LOS MAESTROS NO NECESITARIAN


¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?

NO SOLO UN SEMINARISTA, SI NO UN SACERDOTE O ICLUSO OBISPOS O CARDENALES; EL INTERIOR DEL HOMBRE ES UN MISTERIO, NADIE PUEDE SABER Y CONOCER LO QUE EN REALIDAD PIENSA, SIENTE Y DESEA UNA PERSONA, SEA QUIEN SEA, POR LO QUE NO ES LA EXCEPCIÓN UN SACERDOTE, POR ESTE MOTIVO TANTO EL CLERO COMO EL PUEBLO TENEMOS QUE ESTAR ALERTAS EN EL MAL USO QUE SE PUEDA DAR EN EL EJERCICIO DEL SACRAMENTO SACERDOTAL.
ES UNA CRUEL REALIDAD LOS ANTITESTIMONIOS DE SACERDOTES QUE ABANDONAN EL EJERCICIO DE SU CONSAGRACIÓN, LOS MOTIVOS SON MUCHOS, CREO QUE CONOCEMOS ESTA REALIDAD Y SERIA VANO MENCIONARLOS, PUES CAERIA EN REPETICIONES QUE NO VIENEN AL CASO; SIN EMBARGO, UNA DE LAS COSAS MAS TERRIBLES QUE LE PUEDE OCURRIR A NUESTRA IGLESIA ES LA CONVERSIÓN DE SACERDOTES CATOLICOS A MINISTROS PROTESTANTES, PUES YA ESTANDO EJERCIENDO UNA MINISTRACIÓN PROTESTANTE LO MAS COMUN ES QUE EMPIAZAN A DESACREDITAR TODO LO RELACIONADO CON LO CATOLICO, NO SIENDO LA EXCEPCIÓN LOS SEMINARIOS, ESTO ES GRAVE, LA PREGUNTA ES ¿QUE TANTO DE ESTE RESULTADO, LE PUEDE CORRESPONDER A LA FORMACIÓN DE ESTOS SACERDOTES CATOLICOS?

FINALMENTE, QUIERO MENCIONAR QUE EL HABER RECIBIDO ESTE TEMA DE LA AUTOFORMACIÓN Y MOTIVACIÓN, HA SIDO PARA MI UNA GRAN EXPERIENCIA DE CONOCIMIENTO INTERIOR, NO CABE DUDA QUE SI ESTE CURSO LO ADAPTAMOS A LOS LAICOS, PRODUCE GRANDES COSAS, POR MI PARTE AGRADEZCO AL ETERNO PADRE Y A TODOS LOS HERMANOS LAICOS Y SACERDOTES QUE HACEN POSIBLE ESTE MARAVILLOSO CURSO; AMEN.

QUE LA SAGRADA FAMILIA, LOS IMPREGNE DE SANTIDAD.

WAGNER.


DICIEMBRE 2008

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Pe. Jorgiano
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MensajePublicado: Mie Dic 17, 2008 7:30 pm    Asunto:
Tema: 5. La autoformación y el amor como motivación fundamental
Responder citando

1. ¿Qué se entiende por “autoformación”? ¿está de acuerdo con este principio?
Por autoformação se entende que o seminarista se torna o protagonista ou responsável principal de sua vocação. Ele mesmo toma consciência de que ele é a primeira pessoa responsável pelo trabalho de sua própria formação. O conjunto dos formadores nada mais pode fazer senão auxiliar nesse processo. O melhor grupo de formadores de nada servirá se o próprio candidato não estiver interessado com a própria formação. Tudo isso ele o faz auxiliado pelos seus formadores e movido por suas mais profundas convicções e com uma atitude de profunda sinceridade. A verdade é que
“El seminarista debe querer formarse. Es necesario que quiera ser hombre de Dios, santo, virtuoso; y por ello, quiera orar profundamente, vivir la vida de gracia, vencer su egoísmo. Hay que lograr que desee firmemente ser un sacerdote preparado lo mejor posible en el campo intelectual; y que por ello quiera estudiar, asimilar todas las materias, ampliar su cultura. Es preciso que anhele ser un verdadero apóstol, y por tanto aprovechar todo lo que favorece su formación pastoral. Debe estar convencido de que tiene que modelar también su personalidad humana en orden a su misión sacerdotal…” Deve fazer “una firme opción fundamental. Opción, desde luego y ante todo, por Cristo; pero también una decisión fundamental de corresponder a su llamada al sacerdocio.”
Assim sendo, o princípio da autoformação é o que realmente deve marcar o processo formativo de nossos seminários. A Igreja como um todo deve começar a trabalhar melhor este principio para colher melhores resultados do que os que têm colhido até agora. Estou, portanto, de acordo.

2. ¿Cómo lograr que el seminarista pase de una motivación inicial, tal vez más superficial, a una motivación más fuerte y profunda? ¿Se puede dar el caso de que un seminarista pase años movido, no por el amor, sino por otros intereses?
Em primeiro lugar, para se conseguir que o candidato passe de uma motivação inicial, quem sabe, meio superficial, para uma motivação mais forte, profunda e consciente, é necessário conseguir, antes de mais nada, despertar nele o desejo de formar-se. Esta é a força capaz de fazer com que ele queira viver o ideal de vida que a própria vocação apresenta. Isto porque o homem se move sempre por motivos ou motivações. Sem esta motivação ninguém vai desejar ou deixar-se formar, já que a formação implica também esforço e sacrifício.
Em segundo lugar, o que deve movê-lo a querer formar-se e a deixar-se formar, acima de qualquer outra coisa, é sempre a consciência de sentir-se amado porque chamado e, conseqüentemente a querer encarar seu chamado como um convite a amar também, a amar quem o chamou: Jesus Cristo, seu Senhor. Só um amor profundo a Jesus Cristo e seu povo é que é capaz de despertar no jovem o desejo de formar-se, de modelar-se e deixar-se modelar, mudando de uma vida superficial para uma vida configurada a Cristo Pastor e seu projeto do Reino:
“El joven que se acerca a una convivencia vocacional o que visita por algún tiempo el seminario lo hace movido por un atractivo interior, por un impulso que lo hará capaz, eventualmente, de romper con su vida pasada y de abrazar un nuevo estilo de vida. No de un amor cualquiera o a cualquiera. El único amor capaz de polarizar de veras su vida, en su vocación sacerdotal, es el amor a Jesucristo, su Señor. En el fondo, ésa es la esencia de su vocación: su identificación amorosa y vital con Cristo sacerdote. Jesucristo le ha llamado por amor y para pedirle su amor. A todos sus sacerdotes les repite el ruego íntimo que hizo en el cenáculo a los primeros: «Permaneced en mi amor» (Jn 15,9). Les pide un amor total y exclusivo: los ha elegido para que estén con él (cf. Mc 3,14), les aclara desde el principio que quien no sea capaz de darse a él por encima de padre, madre... y hasta de su propia vida, no puede ser su discípulo (cf. Lc14,26). Esa llamada al amor de Cristo entraña también la vocación a amar a los hombres. Amarlos, no de cualquier modo, sino como él los ha amado (cf. Jn 13,34).”
Na realidade, somente o amor a Cristo e aos homens por causa de Cristo é que poderá conferir um sentido a todo o processo formativo, à renúncia, ao esforço, à ascese, à disciplina, etc. É somente ele também o único capaz de fazer o candidato se tornar responsável e protagonista de sua própria formação. Sem ele, a vida de formação se tornará um fardo insuportável, assim como o celibato, e a obediência. Sem ele o candidato poderá até percorrer todos os programas da formação bem como os conselhos dos formadores, mas não os porá em prática, não os fará seus. Sem ele, poderá sim acontecer que o candidato passe anos e anos de formação sem, contudo, experimentar nem vivenciar esse amor por Jesus Cristo nem fazer do projeto dEle o seu projeto de vida, movido tão somente por interesses alheios ao da verdadeira vocação sacerdotal. A sua vida, contudo, se tornará um peso e acabará por deixar o seminário ou, se chegar ao ministério, abandonar o ministério.
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