Mujer inmersa en la problemática social de su tiempo

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos, amigas foreros, chicos, chicas, jóvenes amigos míos, amigos de mi alma, en quienes pienso y deseo que seáis felices.
Esta mañana no había manera de que me funcionara la impresora. Tenía un mensaje de uno de vosotros de México y quería guardar el contenido. Pues ¡nada! De repente he visto una hojita y he empezado a leerla y me ha venido a la cabeza, que a lo mejor, no tenía que deshacerme de ella sino comunicaros su contenido. Voy a sintetizar. Ved vosotros, si queréis:

Su vicisitud, la de Catalina de Siena, consagrada en la tercera orden de Santo Domingo, la ve en su casa, retirada y dedicada a su relación con Dios en la oración y mortificación. Pero, no es sino la marcha de una existencia, superando la praxis de su tiempo, levantando la voz contra quien obstaculizaba el camino de la paz, sin eximirse de viajes peligrosos y de tomas de posición fuertes y decididas también ante los políticos y el mismo Pontífice.
El secreto de una actividad y valentía está precisamente en los verbos de un salmo: escucha, mira, abre el oído, olvida .
Nada verdaderamente grande y duradero puede producirse con un corazón disipado, extraño a sí mismo, desarraigado de su raíz natural: Dios.
La acción hay que precederla con la Palabra de vida que nos hace capaces de 'leer' Dios y su designio en la trama, a veces oscura, de la historia.
Para que el oído pueda percibirla es necesario concederse momentos, e incluso períodos más prolongados, de inmersión en el silencio, de contemplación. Toda otra realidad, aunque sea la más sagrada como los vínculos familiares y la atención a los demás, hay que silenciarlas, 'olvidad'. Se está totalmente absorbidos por Dios y por las cosas de Dios.
Pero si todo esto no es 'fuga', se sale vigorizados, más atentos a los otros, más sensibles a sus problemas.

Podríamos pedir en la oración ¿cómo unimos acción y contemplación u atención a los otros?

Amigos míos, me ha parecido un párrafo tan válido que he dado las gracias por habérmelo encontrado en la contrariedad de que no iba la impresora. Y ¿sabéis qué? He escrito una breve línea de oración sobre lo que me ocurría, he cerrado los aparatos, me he ido, y a la vuelta me esperaba la hojita para vosotros.
çLa releo y os la regalo.
¡Ah! y ahora va la impresora.

Orpam Saretnoc Laverz