P. Fernando Constante
Registrado: 07 Mar 2006 Mensajes: 638
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Publicado:
Lun Mar 09, 2009 2:27 pm Asunto:
Importancia de las indulgencias
Tema: Importancia de las indulgencias |
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Un saludo en el Señor:
Pensé que en este foro de oración podría ayudar la lectura de esta pregunta sobre las indulgencias y de la respuesta dada por el Papa.
Es muy hermoso ver que cada bautizado se une a la acción de Cristo que intercede por los demás, como se hace en este foro de oración.
Que Dios nos bendiga a todos y nos permita una Cuaresma muy llena de Su Amor.
Cita: | 8) Santo Padre, soy Pietro Riggi y soy salesiano, trabajo en el Borgo ragazzi Don Bosco, quisiera preguntarle: El Concilio Vaticano II ha traído muchas importantísimas novedades en la Iglesia, pero no ha abolido las cosas que ya había en ella. Me parece que muchos sacerdotes o teólogos quisieran hacer pasar como espíritu del Concilio lo que no tiene nada que ver con el mismo Concilio. Por ejemplo las indulgencias. Existe el Manual de Indulgencias de la Penitenciaría apostólica, a través de las indulgencias se accede al tesoro de la Iglesia y se pueden ofrecer sufragios por las almas del Purgatorio. Existe un calendario litúrgico en el que se dice cuándo y cómo se pueden conseguir las indulgencias plenarias, pero muchos sacerdotes ya no hablan de ellas, impidiendo que lleguen sufragios importantísimos a las almas del Purgatorio. Las bendiciones. Existe el Manual de las bendiciones en que se prevé la bendición de personas, ambientes, objetos e incluso alimentos. Pero muchos sacerdotes desconocen estas cosas, otros las consideran preconciliares, y desatienden a esos fieles que piden aquello que por derecho deberían tener.
Las prácticas de piedad más conocidas. Los primeros viernes del mes no fueron abolidos por el Concilio Vaticano II, pero muchos sacerdotes ya no hablan de eso, o incluso hablan mal. Hoy hay un sentido de aversión a todo esto, porque las ven como antiguas y dañinas, como cosas viejas y preconciliares, mientras que yo creo que todas estas oraciones y prácticas cristianas son actualísimas y muy importantes, que deberían recuperarse y explicarse adecuadamente al Pueblo de Dios, en el sano equilibrio y en la verdad en la integridad del Vaticano II.
Quisiera también preguntarle: una vez usted hablando de Fátima dijo que existe un lazo entre Fátima y Akita, las lacrimaciones de la Virgen en Japón. Tanto Pablo VI como Juan Pablo II han celebrado en Fátima una misa solemne y han utilizado el mismo pasaje de la sagrada Escritura, Apocalipsis 12, la mujer vestida de sol que lucha en una batalla decisiva contra la serpiente antigua, el diablo, Satanás. ¿Existe afinidad entre Fátima y el Apocalipsis 12?
Concluyo: el año pasado un sacerdote le regaló un cuadro, yo no sé pintar pero quería yo también hacerle un regalo, así he pensado entregarle tres libros que he escrito recientemente, espero que le gusten.
--Benedicto XVI. Son realidades de las que el Concilio no ha hablado, pero que supone como realidad en la Iglesia. Éstas viven en la Iglesia y se desarrollan. Ahora no es el momento para entrar en el gran tema de las indulgencias. Pablo VI ha reordenado este tema y nos indica el hilo para entenderlo. Diría que se trata sencillamente de un intercambio de dones, es decir, cuanto en la Iglesia existe de bien, existe para todos. Con esta clave de la indulgencia podemos entrar en esta comunión de los bienes de la Iglesia. Los protestantes se oponen afirmando que el único tesoro es Cristo. Pero para mí lo maravilloso es que Cristo -el cual es realmente más que suficiente en su amor infinito, en su divinidad y humanidad- quería añadir a cuanto ha hecho él, también nuestra pobreza. No nos considera sólo como objetos de su misericordia, sino que nos hace sujetos de su misericordia y del amor junto con Él, de modo que -aunque no cuantitativamente, al menos en sentido mistérico- nos quisiera añadir al gran tesoro del cuerpo de Cristo. Quería ser la Cabeza con su cuerpo, en el que se realiza toda la riqueza de lo que ha hecho. De este misterio resulta precisamente que existe un tesaurus ecclesiae, que el cuerpo, como la cabeza, entrega tanto y que nosotros podemos tener uno del otro y entregar uno al otro.
Y así vale para las demás cosas. Por ejemplo, el viernes del sagrado Corazón es una cosa muy hermosa en la Iglesia. No son cosas necesarias, sino surgidas en la riqueza de la meditación del misterio. Así el Señor nos ofrece en la Iglesia estas posibilidades. No me parece ahora el momento de entrar en todos los detalles. Cada uno puede entender más o menos qué es más importante y qué no lo es; pero nadie debería despreciar esta riqueza, crecida durante los siglos como ofrenda y como multiplicación de las luces en la Iglesia. La única luz es la de Cristo. Aparece en todos sus colores y ofrece el conocimiento de la riqueza de su don, la interacción entre cabeza y cuerpo, la interacción entre los miembros, de manera que podemos ser verdaderamente juntos un organismo vivo, en el cual uno dona a todos, y todos donan al Señor, el cual se nos ha donado completamente a sí mismo.
[Traducción del original italiano por Inma Álvarez) |
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