23. Formación espiritual. Algunas virtudes sacerdotales I (1

[Jacobo Ventura Pérez]

23. Formación espiritual. Algunas virtudes sacerdotales I


1.- Pobreza, castidad y obediencia no son solo virtudes para sacerdotes y religiosos.¿Cómo estas llamado a vivirla todo cristiano, a ejemplo de Jesucristo?


R.- POBREZA:

a) No tener como objetivo primordial los bienes terrenales.
b) Emplear los recursos que gracias a la divina providencia tenemos, para ayudar al prójimo en sus áreas cognoscitivas, afectivas y psicomotora.
c) Vivir de manera sencilla y sobre todo práctica, con los bienes terrenales, sin apego a los mismos; aspirando a lo verdaderamente importante, lo sobrenatural “el reino de Dios”.
d) Agradecerle a Dios, por todo lo bueno, regular o malo que hay en nosotros, según nuestra apreciación, pidiéndole fortaleza para evitar ser egocentrista, esto es: Yo tengo, yo quiero, etc.


CASTIDAD:

a) Dedicación total y exclusiva a su pareja, esto es, serle fiel en cuerpo y alma,
b) Entrega a su pareja (cuerpo y alma), con amor y respeto,
c) Conocimiento de la fisiología y psicología de su pareja, esto para mejor comprensión,
d) Relaciones conyugales en forma serena, clara y equilibrada, de acuerdo a los mandamientos de Dios,
e) Crecer en madurez afectiva como pareja, relacionándose en forma armónica,
f) Identificar, minimizar y /o eliminar los impulsos desordenados o pecaminosos.

OBEDIENCIA:

a) Espiritualmente: Acatando las leyes divinas enunciadas en las Sagradas escrituras,
b) En nuestra vida cotidiana(plano tridimensional).- Acatando las normas, leyes o reglamentos de las diversas instituciones del País, Ciudad, Empresa, etc.


Me despido



Cordialmente



1 Co 10,31 Por lo tanto, ya coman, beban o hagan lo que sea, háganlo todo para gloria de Dios.
_________________
Ventura

[Jacobo Ventura Pérez]

23. Formación espiritual. Algunas virtudes sacerdotales I


1.- Pobreza, castidad y obediencia no son solo virtudes para sacerdotes y religiosos.¿Cómo estas llamado a vivirla todo cristiano, a ejemplo de Jesucristo?


R.- POBREZA:

a) No tener como objetivo primordial los bienes terrenales.
b) Emplear los recursos que gracias a la divina providencia tenemos, para ayudar al prójimo en sus áreas cognoscitivas, afectivas y psicomotora.
c) Vivir de manera sencilla y sobre todo práctica, con los bienes terrenales, sin apego a los mismos; aspirando a lo verdaderamente importante, lo sobrenatural “el reino de Dios”.
d) Agradecerle a Dios, por todo lo bueno, regular o malo que hay en nosotros, según nuestra apreciación, pidiéndole fortaleza para evitar ser egocentrista, esto es: Yo tengo, yo quiero, etc.


CASTIDAD:

a) Dedicación total y exclusiva a su pareja, esto es, serle fiel en cuerpo y alma,
b) Entrega a su pareja (cuerpo y alma), con amor y respeto,
c) Conocimiento de la fisiología y psicología de su pareja, esto para mejor comprensión,
d) Relaciones conyugales en forma serena, clara y equilibrada, de acuerdo a los mandamientos de Dios,
e) Crecer en madurez afectiva como pareja, relacionándose en forma armónica,
f) Identificar, minimizar y /o eliminar los impulsos desordenados o pecaminosos.

OBEDIENCIA:

a) Espiritualmente: Acatando las leyes divinas enunciadas en las Sagradas escrituras,
b) En nuestra vida cotidiana(plano tridimensional).- Acatando las normas, leyes o reglamentos de las diversas instituciones del País, Ciudad, Empresa, etc.


Me despido



Cordialmente



1 Co 10,31 Por lo tanto, ya coman, beban o hagan lo que sea, háganlo todo para gloria de Dios.
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Ventura

[Juan Carlos Soto Siovil]

TEMA 23: Formación Espiritual: Algunas Virtudes I.

Pobreza, castidad y obediencia no solo son virtudes para sacerdotes y religiosos. ¿Cómo esta llamado a vivirlas todo cristiano a ejemplo de Cristo?

El cristiano debe entender que si bien es cierto su cuerpo y todo el es como dice San Pablo: Templo del Espíritu Santo de Dios y es allí donde el cristiano comprende que debe respetar su cuerpo uniéndose a Cristo el Señor, guardando fidelidad a su esposa o esposo, refiriéndonos claro esta a los casados y de tal manera el soltero también viviendo su experiencia en la tierra en la imitación del mismo Señor Jesucristo y como también lo dice San Pablo, haciendo vida el hecho mismo de sus palabras: “El casado que se dedique a sus esposa o esposo y el soltero que se dedique al Señor y a como satisfacer al Señor con sus obras al igual que en el hogar”
Pobreza castidad y obediencia son virtudes para todo cristiano que quiera acercarse al Señor de la vida, y con ellas llegar a imitarlo de manera que podamos trasparentar en los acontecimientos de la vida el rostro del Señor.
Esta es la invitación a vivir la humildad sirviendo al prójimo, la pobreza, teniendo lo necesario para vivir y aprender a compartir lo que tenemos y a vivir la castidad por medio de la fidelidad que es importante en el momento presente por todo que el mundo lleno de hedonismo nos enseña en contra de las enseñanzas dadas por el Señor Jesús.
Hno. Juan Carlos Soto Siovil. mbp.

[luis94]

Otros participantes
Pobreza, castidad y obediencia no son sólo virtudes para sacerdotes y religiosos. ¿Cómo está llamado a vivirlas todo cristiano, a ejemplo de Jesucristo?
Creo que todo aquel cristiano que no haga expresamente promesas o votos de castidad, pobreza y obediencia, vivir esas tres virtudes adaptadas a su vocación de laico cristiano. Y para ello saber centrarse en la esencia de esas virtudes.
1) A mi juicio, la esencia de la virtud de la castidad radica en el cultivo de la pureza de pensamiento, palabra y obra en todos los ámbitos de la vida, en definitiva, en la pureza del corazón. Nuestra vida cristiana, si gana en pureza, irradiará una belleza “extra”. Para ello importa valorar cosas tales como el decoro en los gestos, en el vestir, en el hablar; el pudor (tan ausente en la sociedad moderna, incluso desde antes de la adolescencia); el cuidado de los sentidos; se requiere paciencia, modestia, el respeto por la intimidad del otro, evitando preguntas indiscretas que puedan incomodar a alguien; evitar la mala curiosidad (no aquella que es lícita para acrecentar la sabiduría); estar más inclinado a pensar bien del prójimo, que a prejuzgarlo. A todo esto ayudan la oración, la templanza, la paciencia.
2) Para vivir la virtud de la pobreza, lo esencial es la indiferencia y el desapego de los bienes terrenos, sin caer en los extremos de despreciar ni sobrevalorar esos bienes. Ayuda aquello que decía San Ignacio de Loyola: los bienes terrenos deber ser usados “en tanto y en cuanto” ayuden a la mayor gloria de Dios. Algunas actitudes que ayudan a vivir el espíritu de pobreza pueden ser: el respetar el derecho a la propiedad privada del prójimo; la búsqueda de la justicia; llevar una vida sobria, sin ostentaciones; por el otro lado, no confundir pobreza con abandono o suciedad; no quejarse por lo que a uno le falte, sino vivir confiando en la Divina Providencia; etc.
3) La obediencia se puede vivir respetando a la autoridad pública, acatando las reglas y leyes de la sociedad a la que se pertenece; la iniciativa dentro de la obediencia se puede ejercer siendo ciudadanos responsables y comprometidos; también ejercitándose en el respeto profundo por los mayores, y por los superiores en los distintos ámbitos en que nos toque actuar.

[paisaschp]

“El celibato no se improvisa el día de la ordenación”. ¿Cómo ayudar a los seminaristas a comprender la belleza y las exigencias de este don?

No suele ser fácil. En ocasiones parece que la dificultad principal estriba en las múltiples experiencias que en ocasiones llevan a sus espaldas los seminaristas, y de las que no siempre saben cómo liberarse. La tendencia es a multiplicar las experiencias antes de ingresar al seminario, y en algunos casos se toma con “normal” lo que había sido la vida anterior. Tiene que haber un cambio decidido, una ruptura, y entrar en la dinámica de construir una vida nueva regenerando la existencia anterior. En este sentido, el tiempo de formación se puede plantear desde la adquisición de una nueva forma de ser, configurándose con Cristo.

Teóricamente, el celibato puede orientarse a partir de la identificación afectiva con Cristo Sacerdote, pero en la práctica todo esto se hace mucho más complicado, dependiendo de la etapa madurativa en que se encuentra el candidato. En ocasiones, el centro de atención está en la lucha contra los actos impuros, y todo lo que lo alimenta. En otros momentos, se requiere una integración de momentos vividos en el pasado. Otras veces, en cambio el punto nodal se encuentra en la situación afectiva que vive el joven sacerdote. Cada momento tiene su importancia y su modo de ser tratado.

En general, creo que hay que insistir en que la vida de celibato es una vida de plenitud en el amor, donde se construye armónicamente el ser humano. Ni mutilación, ni limitación: plenitud.
Considero básica esta idea, vista también la polémica de los últimos días sobre el celibato eclesiástico. Recordaba entonces la dificultad de nuestro mundo para llegar a comprender el concepto de “virginidad”, seguramente por el modelo antropológico según el cual el hombre tiene que satisfacer a sus sentidos.

De cualquier manera, creo que los seminaristas tienen que comprender la diferencia de vida, y tienen que tener las herramientas no sólo para ser felices en una vida de celibato, sino para mantenerse en una oposición cultural a la filosofía extendida por el mundo. He visto que en muchas ocasiones se cae en una explicación funcional de nuestra vida, desligada del Misterio de Cristo que está en el origen de nuestra vocación y de nuestro estilo de vida.

Pero, sin duda, la mejor enseñanza es el testimonio de una vida célibe vivida con integridad, que nos lleva a la felicidad. Tal vez ese sea un testimonio de cómo es posible vivir fielmente una vida de celibato por el Reino, configurándose con Cristo Sacerdote.

[P. José Estebas Martínez]

El aprovechamiento del tiempo está relacionado con el tema del trabajo. Tarea encomendado por Dios al hombre desde la creación (Gn. 1, 28-31).

Y que Jesús la enalteció, es identificado como el carpintero (Mc 6,3) y nos anima a toda clase de trabajos. Ante la mies abundante no podemos quedarnos con los brazos cruzados (Lc 10,1-16), nos envía al trabajo de la evangelización (Mt 28,19), y otros trabajos: “bienaventurados los que trabajan por la paz” (Mt 5,9), promueven la caridad (Lc 10, 29ss) , “denles ustedes de comer” (Mt 14,15)…, se enfada por la higuera que no da frutos (Mt, 21,19), aunque tiene paciencia para ver si mejoramos (Lc 13,6-9), y aunque somos siervos inútiles (Lc 17,10), nos anima a no ser perezosos con la parábola de los talentos (Mt 25,14),…en definitiva un día el Señor nos premiará por el bien que hemos hecho (Mt 25, 31-46).

Un buen ejemplo nos lo dio San Pablo: (Hch 20,33-35), y nos anima a todos al trabajo ordenado (2Ts 3, 10b-13).

Interesante este apunte del tema: “ el sacerdote queda también sujeto a la ley del trabajo, y por tanto ha de hacer rendir al máximo su tiempo, teniendo presente, sí, aquellas palabras de Cristo: «... porque el obrero merece su sustento» (Mt 10,9), pero también aquellas otras de san Pablo a los Tesalonicenses: «si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma» (2 Ts 3,10). Nada menos edificante para el pueblo cristiano que un sacerdote perezoso que no aprovecha su tiempo”.

[marques de aulestia]

Que duda cabe que vivir la castidad, la pobreza y la obediencia en nuestra vida cotidiana es una tarea dificil , mas aun cuando el mundo de hoy que nos rodea nos expone diariamente a toda suerte de formas de entender la vida, el amor y los bienes materiales que a veces nos`sorprenden y nos dejan pensando.
Lo importante es ser cautos, comprender que no se puede vivir amando los bienes terrenales que son perecederos, que hay que conocer a nuestra pareja para entenderla y asi, amarla aun màs y defender, dentro del marco de la libertad cristiana, que las autoridades fueron puestas ahi por que Dios asi lo dispuso para su pueblo.
La jeraquia no nos puede volver ciegos ante los sufrimientos del pròjimo, que debemos atender en la medida de nuestras posibilidades.
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OREMOS POR LA PRONTA CANONIZACION DE SS PIOXII, DE MELCHORITA SARAVIA TASAYCO Y DE LAURA VICUÑA.