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17. El discernimiento de las vocaciones
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Hini
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Registrado: 26 Sep 2005
Mensajes: 255

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 8:24 am    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
Responder citando

PREGUNTAS PARA ORIENTAR LA DISCUSIÓN EN EL FORO

Nota:
no es necesario responder a todas las preguntas, cada uno es libre en eso. Se sugiere responder sobre todo a aquellas en las que uno tenga alguna idea o experiencia interesante que pueda enriquecer a los demás, que es de lo que se trata. Incluso puede comentar una pregunta que corresponda a otro grupo, u otro asunto relacionado con el tema que estemos viendo.

Formadores
¿Cuál es la clave del éxito para ayudar al seminarista en su proceso de discernimiento?
¿Se dan casos de seminaristas que se acercan a la ordenación con serias dudas sobre su idoneidad y la existencia de su vocación?

Seminaristas
¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios? ¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?

Otros sacerdotes
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Otros participantes
¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?



17. El discernimiento de las vocaciones

Este capítulo se refiere al discernimiento de las vocaciones en la vida del seminario. Se recomienda la lectura del Capítulo IV de Pastores dabo vobis que trata más en general sobre la pastoral vocacional. Más adelante, en el curso, habrá un capítulo dedicado al seminario menor y al curso propedéutico, que son también momentos de discernimiento.


Dios llama, la Iglesia debe discernir

El sacerdocio es un don libérrimo de Dios. Nadie puede dictarle a quién debe llamar y a quién no. En principio, las puertas del seminario están abiertas a todos los que se sienten llamados. No hay discriminación o gratuita selección.

Pero el sacerdocio es un ministerio eclesial, y, como tal, algo que la Iglesia debe "atar o desatar" (cf. Mt 18,18). No necesariamente todos los que llaman a la puerta del seminario tienen de verdad vocación. Se impone una labor de discernimiento.

En el fondo, todo el período de formación, especialmente al inicio, es un período de discernimiento, tanto por parte de los encargados de la formación como del mismo candidato. Pero es importante que se analice bien la posibilidad de que haya vocación en el momento mismo de admitir a un joven al centro formativo.

Importante, ante todo, para el mismo interesado. El respeto que cualquier joven merece exige que se le invite o admita al seminario únicamente si hay indicios claros de que es ése el camino de su vida. Sería injusto darle el pase a la ligera para luego tener que decirle que no es ése su lugar, con los traumas, retrasos en su carrera, etc., que esa experiencia pudiera acarrearle.

Importante también para los demás candidatos. Un seminarista que se siente desubicado, que no se identifica con la vocación sacerdotal, puede ser un elemento negativo en el seminario. Si son numerosos los candidatos inseguros, reticentes o sin las debidas cualidades, será difícil lograr el ambiente formativo del que hablábamos en el capítulo anterior.

Discernimiento, pues, serio y atento. También cuando se tiene la impresión de que escasean las vocaciones. Lo que hace falta entonces es encontrar jóvenes con verdadera vocación, no jóvenes que empiezan, sin ella, un camino que no deberían iniciar. Porque no se trata simplemente de llenar unas plazas vacantes en una institución humana, sino de dar acogida a quienes son llamados por el Señor. La pregunta de fondo, por tanto, será siempre: este joven ¿habrá sido de verdad escogido por Dios?


Criterios para un correcto discernimiento vocacional

La respuesta a esa pregunta la conoce solamente el dueño de la mies. No hay sistemas para detectar infaliblemente la presencia de una vocación sacerdotal. Por eso, el primer deber de quienes tienen la delicada responsabilidad de admitir al centro formativo es la oración. Pedir con humildad la luz del Espíritu divino para que ilumine sus mentes y la del joven que se presenta al seminario.

Sin embargo, se pueden tener siempre delante algunos criterios que ayuden a descubrir el querer de Dios, en cuanto humanamente esto es posible. En cada circunstancia diversa, según los tiempos y lugares, habrá que tener en cuenta ciertos factores concretos y específicos. Pero se puede también hablar de algunos criterios generales que se derivan de la naturaleza misma de la vocación y misión sacerdotales, y de las exigencias de la formación necesaria para esa vocación y misión.

Podemos agruparlos en relación a dos juicios globales íntimamente relacionados: el juicio sobre la idoneidad del candidato, y el juicio sobre la existencia real de la llamada divina.


Discernimiento de la idoneidad del candidato

No hay vuelta de hoja: si la persona no es apta para el sacerdocio, Dios no puede haber pensado en ella para esa vocación. Dios no se contradice.


Conocimiento del candidato

Por tanto, lo primero que hace falta es conocer bien la índole del joven que pide su ingreso al seminario. Eso significa que quien está encargado de la admisión debe hablar con él calmadamente, y, si es posible, varias veces. Mucho ayuda también el conocimiento de su familia y de su entorno social. En ocasiones pueden ser sumamente reveladores. Conocer al candidato es conocer también su historia: la educación que ha recibido, su trayectoria espiritual y humana, algunos eventos o situaciones que puedan condicionar su futuro...

La psicología puede asimismo dar una mano en este campo. No parece exagerado considerar que siempre que fuera posible se debería hacer un buen examen psicológico antes de decidir definitivamente una admisión. Un examen serio y científico, realizado e interpretado por un psicólogo que, además de su competencia profesional, muestre conocimiento y aprecio de la vocación sacerdotal. Si él mismo es sacerdote, mejor. En algunos casos especialmente dudosos o difíciles, podría ser aconsejable también la entrevista personal con un psicólogo que reúna las condiciones que acabamos de mencionar.

Todo ello indica que la admisión de un aspirante no puede ser precipitada. Se requiere un tiempo suficiente para conocerlo, e incluso para que él mismo se conozca mejor en relación al paso que piensa dar. A veces ese tiempo se ha extendido a lo largo de todo el período del seminario menor. Otras ha consistido en un proceso de maduración de la idea vocacional a la sombra de algún sacerdote conocido o aun frecuentando el mismo seminario. En algunos lugares se suelen realizar cursillos vocacionales, útiles también para esta necesaria labor de discernimiento.


Salud física y mental

La idoneidad para el sacerdocio comprende diversos aspectos de la persona. Ante todo se requiere una salud física suficiente para poder sobrellevar las exigencias de la vida de formación en el seminario y colaborar después como obrero diligente en la viña del Señor. Podría haber algunas excepciones en casos singulares. Pero deberían ser efectivamente excepciones, y ser motivadas por razones de peso.

Más difícil de evaluar pero no menos decisiva es la idoneidad psicológica. No es el caso de detenernos aquí a comentar los diversos aspectos implicados en ese campo. Bastará recordar que se requiere una psicología sana para que se pueda pensar en la existencia de la vocación. El sacerdote es llamado a orientar y guiar a los demás. Se podría aplicar aquí, extendiendo un poco el sentido, la pregunta de Pablo en su primera carta a Timoteo: «si alguno no es capaz de gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios?» (1 Tm 3,5).

Pueden darse casos de psicologías que, dentro de la normalidad, dan indicios de ser débiles, intrincadas o inestables. El responsable de la admisión al seminario no siempre podrá discernir a la primera si hay o no idoneidad. Prudencia, sensatez, experiencia y tal vez un poco de tiempo darán la mejor respuesta.

Resulta más fácil discernir cuando se trata de casos que se acercan o entran en el ámbito de lo patológico. Si se estuviera ante un caso de psicosis, la decisión es clara: no hay curación posible; es inútil engañarse o engañar al joven. Si hubiera sólo síntomas de algún tipo de neurosis habría que analizar muy bien el caso para llegar a una conclusión conveniente. De cualquier modo, en este campo no se puede proceder a la ligera. Las consecuencias podrían ser graves. Si existen dudas de apreciación será necesaria la colaboración de los expertos.


Algunas virtudes fundamentales

Sería absurdo pretender que quien ingresa al seminario posea las virtudes y cualidades del sacerdote ideal. No haría falta el seminario. Se requiere, sin embargo, que posea una base humana y cristiana suficiente para que se pueda construir sobre ella el edificio de la formación sacerdotal. Lo principal, por tanto, no es que tenga ya las virtudes del buen sacerdote, sino que posea la capacidad de adquirirlas.

Por otra parte, hay una serie de virtudes y cualidades que se hacen necesarias para que el joven que inicia el camino de la vocación sacer dotal pueda seguirlo con provecho hasta llegar a la ordenación. Pensemos, por ejemplo en la sinceridad. Una persona marcadamente doble e insincera difícilmente podrá madurar adecuadamente. Se someterá quizás a unas normas externas mientras no le vean, pero nunca vivirá el necesario proceso de autoformación. Algo parecido habría que decir de la capacidad de vivir comunitariamente y de colaborar con los demás. Si un joven, por su temperamento o su educación, es radicalmente incapaz de convivir, compartir, dialogar, colaborar, es difícil pensar que logrará formarse debidamente en un ambiente que es comunitario, y que el día de mañana, como sacerdote, sabrá abrirse a los demás para servirles en el ejercicio de su ministerio.

Conviene también que haya un fundamento sobre el cual construir la identidad espiritual del candidato. Se requiere en él al menos un mínimo de conocimiento y vivencia de su fe, y la capacidad de vivir con coherencia la vida de gracia: el sacerdote es el hombre de Dios, el ministro que acerca a los hombres a la vida divina y la restituye con el perdón cuando la han perdido. Si un joven se presenta con hábitos de pecado tan arraigados que parecen realmente insuperables, habrá que pensar seriamente antes de dejarle seguir adelante. No hay que desconfiar de la potencia divina, pero tampoco hay que tentar a Dios.


Capacidad intelectual

Será necesario también analizar la capacidad intelectual del aspirante. Llamado a ser maestro y guía, tendrá que prepararse a fondo en campos que requieren una dedicación académica seria, como la filosofía y la teología. La historia de la Iglesia nos habla de casos elocuentes de sacerdotes santos con escasos dotes intelectuales. Sin embargo no se puede menospreciar este requisito. Sería injusto admitir a un joven que pudiera después sentirse frustrado ante la dificultad de los estudios sacerdotales, o al recibir la invitación a dejar el seminario porque no tiene la suficiente capacidad para completar los estudios.

En cuanto a la formación académica previa, normalmente hay que procurar que quien ingresa al seminario mayor esté dotado de la formación humanística y científica con la que los jóvenes de su propia región se preparan para realizar los estudios superiores.


Ausencia de impedimentos canónicos

Un último parámetro necesario para medir la idoneidad del aspirante será la atención a los impedimentos perpetuos o simples que el derecho canónico establece para acceder a las órdenes. Sería inútil e irresponsable admitir al seminario a alguien que no podrá llegar a la meta a la que conduce ese camino.


Discernimiento de la existencia de la llamada

La presencia de las cualidades requeridas para el sacerdocio es necesaria pero no suficiente. No basta constatar que un joven tiene las cualidades y condiciones necesarias para admitirlo al seminario. Hay que ver si de verdad existe una "vocación". Porque aquí el término "vocación" no se refiere a una tendencia humana hacia una u otra ocupación profesional. Aquí el sentido de la palabra es estricto: se trata de una llamada divina histórica y personal.

Ahora bien, si es difícil discernir la idoneidad objetiva del candidato al sacerdocio, mucho más lo es comprender si existe o no la llamada divina. Allí se trata del misterio del hombre; aquí estamos ante el misterio de Dios.


Recta motivación

Lo primero que habrá que tomar en cuenta es la motivación que induce al joven a hacer su petición para poder comprender si la hace porque considera que ha sido llamado, o por alguna otra razón.

Es necesario que su gesto sea completamente consciente y libre. La existencia de un condicionamiento serio, externo o interno, debe llevar a la cautela. Si faltara libertad habría que evitar que diera ese paso.

Hay que constatar, por tanto, que el aspirante sepa bien, en la medida de lo posible, lo que significa y entraña la vocación y la vida sacerdotal. Y comprobar que no pide ingresar al seminario empujado por alguna presión -por ejemplo de un familiar- o a causa de una frustración o desengaño amoroso, o movido por el miedo al mundo y a la batalla de la vida que en él le espera.

No sólo: se dan casos -hoy muchos menos, pero existen- de jóvenes que piden entrar al seminario para hacer carrera. Hay que estar atentos, de modo particular, cuando los padres de un muchacho están empeñados en que su hijo ingrese al seminario menor: podría tratarse solamente del intento de hacerle estudiar en un centro bueno y económico. Permitirlo sería desvirtuar el sentido del seminario y disminuir su eficacia formativa en relación con los que están ahí pensando en el sacerdocio; y quizás también se causaría un grave perjuicio al mismo joven, que se vería forzado a vivir en una situación de engaño y en un ambiente para el que no habría sido llamado y con el que nunca se sentiría identificado.


La voz de Dios

Suponemos ya que el joven viene con recta intención: quiere ser sacerdote porque cree que Dios así lo quiere. Un primer consejo indispensable es sugerirle que intensifique su vida de oración, para después analizar con él sus inquietudes y motivaciones. Servirá para detectar posibles fenómenos de autosugestión, presión ambiental, etc. Y servirá también para ayudar al futuro seminarista a profundizar en su experiencia de escucha de la voz de Dios. Una experiencia que podrá ser definitiva en el resto de su vida seminarística y sacerdotal. A veces Dios se hace oír en el interior de la persona, de modo íntimo y directo. Otras habla sobre todo a través de circunstancias, llamativas o aparentemente insignificantes. En unas ocasiones su voz resuena vigorosa e insistente en el corazón del joven. En otras, las más, es como una brisa suave, casi imperceptible (cf. 1 R 19,12b). A unos el Espíritu les hace experimentar el amor de Cristo que lo merece todo; a otros les ayuda a ver lúcidamente que la mies es mucha y los obreros pocos; a otros les invita simplemente a seguir la vocación para la que han sido creados. Unos jóvenes vienen entusiasmados con su vocación, otros quisieran rebelarse contra la voluntad divina, pero no pueden contra el Omnipotente. Hay quienes ven todo con claridad diáfana, y quienes solamente sospechan que pueden haber sido llamados...

En este campo no hay que buscar certezas absolutas ni pedir evidencias. Basta un destello, basta esa sospecha, para poder y tener que decir: veamos. En realidad todo el período de formación, sobre todo en los momentos iniciales, es período de discernimiento vocacional. Si Dios no llama pero permite que la generosidad de un joven le lleve a emprender ese camino, por algo será. Nunca será un error, a los ojos de Dios, el deseo e intento de un joven de darle todo...



LECTURAS RECOMENDADAS

Pastores dabo vobis, Capítulo IV: Venid y lo veréis.
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_25031992_pastores-dabo-vobis_sp.html

Orientaciones para el uso de las competencias de la Psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio (Congregación para la Educación Católica, 2008)
http://www.zenit.org/article-29138?l=spanish
Se recomienda todo el documento (es breve), pero anexamos aquí una parte muy directamente relacionada con la temática tratada.



CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA


ORIENTACIONES PARA EL USO DE LAS COMPETENCIAS
DE LA PSICOLOGÍA EN LA ADMISIÓN
Y EN LA FORMACIÓN DE LOS CANDIDATOS AL SACERDOCIO





I. La Iglesia y el discernimiento vocacional

1. "Toda vocación cristiana viene de Dios, es don de Dios. Sin embargo, nunca se concede fuera o independientemente de la Iglesia, sino que siempre tiene lugar en la Iglesia y mediante ella [...] reflejo luminoso y vivo del misterio de la Santísima Trinidad" [1].
La Iglesia, "generadora y educadora de vocaciones" [2], tiene la tarea de discernir la vocación y la idoneidad de los candidatos al ministerio sacerdotal. En efecto, "la llamada interior del Espíritu Santo tiene necesidad de ser reconocida por el Obispo como auténtica llamada" [3].
Al promover tal discernimiento y durante toda la formación al ministerio, la Iglesia se mueve por una doble intención: salvaguardar el bien de la propia misión y, al mismo tiempo, el de los candidatos. Como toda vocación cristiana, la vocación al sacerdocio, junto a la dimensión cristológica, posee también una esencial dimensión eclesial: "ésta no sólo deriva « de » la Iglesia y de su mediación, no sólo se reconoce y se cumple « en » la Iglesia, sino que - en el servicio fundamental a Dios - se configura necesariamente como servicio « a » la Iglesia. La vocación cristiana, en todas sus formas, es un don destinado a la edificación de la Iglesia, al crecimiento del Reino de Dios en el mundo" [4].
Así pues, el bien de la Iglesia y el del candidato no están contrapuestos entre ellos, sino que son convergentes. Los responsables de la formación están encargados de armonizarlos, considerándolos siempre de manera simultánea en su dinámica interdependencia. Es este un aspecto esencial de la gran responsabilidad de su servicio a la Iglesia y a las personas [5].
2. El ministerio sacerdotal, entendido y vivido como conformación a Cristo Esposo, Buen Pastor, reclama unas cualidades, además de virtudes morales y teologales, que deben estar sostenidas por el equilibrio humano y psíquico, particularmente afectivo, de forma que permitan al sujeto estar predispuesto de manera adecuada a una donación de sí verdaderamente libre en la relación con los fieles, según una vida celibataria [6].
Tratando de las diversas dimensiones de la formación sacerdotal - humana, espiritual, intelectual, pastoral - la Exhortación apostólica post-sinodal Pastores dabo vobis, antes de centrarse en la dimensión espiritual, "elemento de máxima importancia en la educación sacerdotal" [7], resalta que la dimensión humana es el fundamento de toda la formación. La Exhortación enumera una serie de virtudes humanas y de capacidades relacionales que se le piden al sacerdote para que su personalidad sirva de "puente y no de obstáculo a los demás en el encuentro con Jesucristo Redentor del hombre" [8]. Éstas van desde el equilibrio general de la personalidad, a la capacidad de llevar el peso de las responsabilidades pastorales, y desde el conocimiento profundo del alma humana al sentido de la justicia y de la lealtad [9].
Algunas de estas cualidades merecen una particular atención: el sentido positivo y estable de la propia identidad viril y la capacidad de relacionarse de forma madura con otras personas o grupos de personas; un sólido sentido de pertenencia, fundamento de la futura comunión con el presbiterio y de una responsable colaboración con el ministerio del Obispo [10]; la libertad de entusiasmarse por grandes ideales y la coherencia para realizarlos en la acción diaria; el valor de tomar decisiones y de permanecer fieles; el conocimiento de sí mismo, de las propias capacidades y límites, integrándolos en una buena estima de sí mismo ante Dios; la capacidad de corregirse; el gusto por la belleza, entendida como "esplendor de la verdad", y el arte de reconocerla; la confianza que nace de la estima por el otro y que lleva a la acogida; la capacidad del candidato de integrar, según la visión cristiana, la propia sexualidad, también en consideración de la obligación del celibato [11].
Tales disposiciones interiores han de ser plasmadas durante el camino de formación del futuro presbítero, el cual, como hombre de Dios y de la Iglesia, está llamado a edificar la comunidad eclesial. Él, enamorado del Eterno, está orientado hacia la auténtica e integral valoración del hombre y, también, a vivir cada vez más la riqueza de la propia afectividad en el don de sí al Dios Uno y Trino y a los hermanos, de manera particular a aquellos que sufren.
Se trata, obviamente, de objetivos que se pueden alcanzar sólo mediante la perseverante correspondencia del candidato a la obra de la gracia que actúa en él, y que son adquiridos en un gradual, prolongado y no siempre lineal camino de formación [12].
Consciente del admirable y, a la vez, difícil enlace de los dinamismos humanos y espirituales en la vocación, el candidato sólo puede sacar ventajas de un atento y responsable dicernimiento vocacional orientado a individuar caminos personalizados de formación y a superar con gradualidad eventuales carencias en los niveles espiritual y humano. Es un deber de la Iglesia proporcionar a los candidatos una eficaz integración de la dimensión humana a la luz de la dimensión espiritual, a la cual las primeras se abren y en la cual se completan [13].

II. Preparación de los formadores

3. Todo formador debería ser un buen conocedor de la persona humana, de sus ritmos de crecimiento, de sus potencialidades y debilidades y de su modo de vivir la relación con Dios. Por esto, es deseable que los Obispos, aprovechando experiencias, programas e instituciones reconocidas, proporcionen una idónea preparación a los formadores en pedagogía vocacional, según las indicaciones ya emanadas por la Congregación para la Educación Católica [14].
Los formadores tienen necesidad de recibir una adecuada preparación para llevar a cabo un discernimiento que les permita, en el máximo respeto a la doctrina de la Iglesia sobre la vocación sacerdotal, tomar decisiones, en modo razonablemente seguro, ya sea en orden a la admisión en el Seminario o en la Casa de formación del clero religioso, como en orden a la expulsión de estos centros por motivos de no idoneidad. Además, dicha preparación, les debe permitir acompañar al candidato hacia la adquisición de aquellas virtudes morales y teologales necesarias para vivir en coherencia y libertad interior la donación total de la propia vida a fin de ser "servidor de la Iglesia comunión" [15].
4. El documento Orientaciones para la educación en el celibato sacerdotal, de esta Congregación para la Educación Católica, reconoce que "los errores de discernimiento de las vocaciones no son raros, y demasiadas ineptitudes psíquicas, más o menos patológicas, resultan patentes solamente después de la ordenación sacerdotal. Discernirlas a tiempo permitirá evitar muchos dramas" [16].
Esto exige que cada formador tenga la sensibilidad y la preparación psicológica adecuadas [17] para ser capaz, en la medida de lo posible, de percibir las motivaciones reales del candidato, de discernir los obstáculos para la debida integración entre madurez humana y cristiana y las eventuales psicopatologías. Ellos deben ponderar adecuadamente y con mucha prudencia la historia del candidato. Sin embargo, por sí sola, dicha historia no puede constituir el criterio decisivo, es decir, no es suficiente para juzgar la admisión o la expulsión de la formación. El formador ha de saber valorar tanto la persona en su globalidad y en su progreso de desarrollo - con sus puntos fuertes y sus puntos débiles - como la conciencia que ella tiene de sus problemas y su capacidad de controlar responsable y libremente el propio comportamiento.
Por esto, todo formador ha de estar preparado, incluso mediante cursos específicos adecuados, para una profunda comprensión de la persona humana y de las exigencias de su formación al ministerio ordenado. Para cumplir este objetivo pueden resultar muy útiles los encuentros de diálogo y clarificación con psicológos sobre algunos temas específicos.
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Ricardo Tribin
Esporádico


Registrado: 01 Dic 2008
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MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 11:22 am    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?

La entrevista podra determinar, sin que sea algo absoluto, si el candidato muestra vocacion o no. Sus respuestas seran una muestra de si el deseo es verdadero o si se esta buscando un escampe o escape. Aqui el entrevistador debe ser una persona de mucha experiencia y conocimiento en el tema.

¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?

Una iglesia abierta, justa, social que infunda el lenguaje del amor proclamado por nuestro senor Jesucristo, es sin duda una puerta abierta para los laicos y las vocaciones
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Hilario Cedeño Chávez
Esporádico


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MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 2:36 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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FORO 17. Aunque ya he mandado mi comentaro al asesor para que lo publique, nuevamente lo comparto.
1.- ¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?

Considero que el Psicólogo tiene un papel muy impostante en el proceso de discernimiento y formqación, porque ayuda aljoven a conocerse más, a potenciar sus capacidades y a adquirir herramientas que lo ayuden a manejar sus sentimientos, heridas.
La Iglesia recien se ha pronunciado al respecto y habrá que tomar en cuenta esas orientaciones.

2.- ¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Desconozco lo que pase en los Seminarios, pero desde mi Comunidad, desde hace años se le ha dado importancia.
Con frecuencia, durante el acompañamiento vocacional los jovenes llevan también acompañamiento psicológico, y especialmente duante el Postulantado.
Cuando en las otras etapas de formación se requiera, se pide al candidato que lleve Terapia.
Desde luego que la intervención del psicólogo tiene su importancia en la definición una vocación, pero es complementaria al nivel de fe, ámbito del discernimiento vocacional.

Hilario msps.
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INESGLZZ
Asiduo


Registrado: 28 Sep 2006
Mensajes: 108

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 3:54 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
Si el joven tiene indicios hacia la vida sacerdotal, si tiene las cualidades necesarias y no hay nada que se lo impida. Ademas si el tiene la sospecha y la seguridad de que es llamado por Dios o bien si todos los acontecimientos de su vida le llevan a la vida sacerdotal pues ahi es cuando se debe iniciar el disernimiento por su parte para asegurar que es llamdo, que es su vocacion y si el acepta ese llamado


¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?
Pues con el disernimiento, porque formamos parte de la Iglesia y podemos mediante la oracion interseder ante nuestro Dios para que les de ese disernimiento para la toma de desicion en su vida sacerdotal.
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José Mauricio Altamirano
Constante


Registrado: 30 Nov 2005
Mensajes: 740

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 4:12 pm    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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“Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo este con todos ustedes”

Otros participantes

¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
A continuación presento lo que ustedes publican con respecto a lo que pueda identificar a un joven para ser sacerdote.
1.si hay indicios claros de que es ése el camino de su vida.
2.Un seminarista que se siente desubicado, que no se identifica con la vocación sacerdotal, puede ser un elemento negativo en el seminario.
¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?
3.Discernimiento, pues, serio y atento. jóvenes con verdadera vocación, no jóvenes que empiezan, sin ella.

Por mis experiencia en mi vida laboral, les puedo agregar lo siguiente:
Un sacerdote que conoce de esto, que sabe y ha pasado por esa preselección o selección previa, le bastan con hacer dos o tres preguntas a cualquier joven para poder saber si el mismo tiene vocación para sacerdote.
Digo esto en base a que durante mi vida laboral he entrevistado cientos o miles de personas para desempeñar cargos en diferentes áreas de una empresa determinada y en muchos casos, la mayoría diría yo, me a bastado platicar con muchos de esos cientos de personas para saber en que área pueden desempeñar su trabajo. Con dos o tres preguntas que se le planteen, ya se puede tener una idea de la clase persona que es y en donde y como puede desempeñar mejor su trabajo y aun mas, en que áreas va a necesitar que se le ayude para desempeñar mejor dicho labor.
No digamos en le caso de sacerdotes con posibles candidatos, que definitivamente tienen siempre la ayuda del Espíritu Santo para identificar quienes son los designados por Dios para tan loable misión.

¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?

En esta respuesta voy a tocar algunos puntos que están en terreno “minado”, pero hay que decirlo.
Son tantas las necesidades que tienen algunas parroquias y en algunos casos, las buenas parroquias se miden o evalúan por el número de feligreses que asisten a las actividades de la misma, lo cual en algunos casos no siempre, es porque y esto lo dicen los mismos feligreses: que lindo habló el sacerdote o el cura.
Pero de que habló bien a que estén en camino de conversión, hay un buen trecho que recorrer.
Es común también escuchar a la salida de una Santa Eucaristía o Misa, yo lo he hecho, a los feligreses, si uno les pregunta, ¿sobre que trató el evangelio de este día? Y la respuesta “normal y común” es: Yo no se, pero estuvo linda la misa.

¿No me lo quieren creer?
Háganlo ustedes y me cuentan.

Pero hablando de las necesidades o ayuda que requiere un párroco, son tantas decía, pero las necesidades pastorales, no las económicas, y hay tantos laicos y/o seglares con deseos sinceros y verdaderos de ayudar, pero no pueden o no los dejan, solo algunos muy pocos párrocos.
Unos no pueden, pues desean ayudar, pero no están preparados para hacerlo y tampoco hay quienes estén dispuestos a prepararlos, pues el sacerdote tiene poco tiempo para ello y los que lo podrían hacer, otros laicos, tienen temor de ser marginados o dejados a un lado por otros. Las famosas “argollas”.
Y los que están preparados y desean ayudar, o no los dejan las “argollas” o no son bien vistos solo por algunos muy pocos sacerdotes.
Muy triste de decir, pero es nuestra realidad.

Yo particularmente pienso y contestando concretamente la pregunta:

1.Obviamente, aunque en menor grado, así como los seminaristas son elegidos por el Espíritu Santo, de igual manera los laicos, son de alguna manera llamados, también por El Espíritu Santo.
Hay que dedicar mucho tiempo a ello

2.Dicha labor se debe de hacer con el deseo de servir, sin esperar nada a cambio, absolutamente nada. Para lo cual se les debe de decir desde el principio y dejar muy en claro ese concepto, por parte del párroco.

3.Para mi es muy importante, aunque de antemano se que tiene poco tiempo para ello algunos sacerdotes, pero la presencia de los curas en actividades pastorales de laicos es mas que importante. Recordemos que en nuestras culturas, la figura del sacerdote, gracias a Dios, sigue siendo muy respetada y que el resto de feligreses puedan apreciar su presencia en actividades pastorales de laicos, es muy determinante y de muco significado.

4.Preparación e instrucción permanente, incluyendo, insisto, al igual que con los sacerdotes, que puedan hablar con su testimonio de vida, con la intención de que la misericordia de Dios Padre y la acción de ayuda del Espíritu Santo, se pueda expresar y que es real y existe. No es lo mismo que un cura o un laico digan: es que a los Corintios San pablo les dijo tal y cual cosa, a que el cura o el laico les diga: a me dijo eso y a mi me pasó esto o yo experimente esto.
Un abrazo fraterno a todos
Mauricio
“Cuando sientas que ya no sirves para nada, todavía puedes ser Santo”(San Agustín)
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jguerras100
Esporádico


Registrado: 13 Jun 2008
Mensajes: 61

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 7:35 pm    Asunto: Re: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios?

En general considero que si, en lo particular muchas ocasiones pareciera que es exagerado el cuestionamiento hasta parecer más bien decepcionar al candidato o si ya esta en el seminario a que desista por tal acoso para saber si es real o si simplemente esta siguiendo a alguien o quizá no está bien definido. Aunque debo ser concreto que no ocurre en todos los casos, es mas algunos formadores desean que por medio del lado espiritual en la formación, o sea, por medio de la oración se encuentre el verdadero significado personal y único e irrepetible de parte de Dios por medio de la oración y los sacramentos y encuentros constantes con Dios podemos descubrir no solamente el llamado sino incluso la verdadera misión específica y personal que Dios ha dado a cada uno claro que en lo general será ser el pastor de esas almas que confiará Dios y que le pertenecen a Él, pero en lo particular que clase de apostolado será el que Dios ha otorgado por medio de dones, talentos, habilidades, etc.

¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?

De alguna manera ya lo he contestado por medio de la oración diaria, los encuentros con Dios en los sacramentos y sobre todo el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio que genera el tener que ser y hacer lo que se pida y sobre todo lo más difícil y lo mas desgastante para mi sin perder la paz y el cariño del porque lo seré y lo haré.


¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?


Creo contestar este apartado debido a que no es lo mismo la apreciación visual o subjetiva de alguien que estará a cargo de almas y familias que requieren estabilidad y consejo adecuado, así como la tolerancia con cualquier tipo de personas y aun más el lograr mostrar la capacidad de Dios por no tener acepción de personas y darles consuelo, amor, pero con firmeza y energía de un verdadero padre. Por ello es útil para detectar defectos de carácter que serán barreras y daños a la comunidad aun cuando sean buenos administradores del culto y de las cosas parroquiales pero no de las personas. Si ocurre en lo laboral y se ha determinado que para que capacitar a quien no tiene la vocación, con mayor razón si aquí no hablamos de cosas, producciones, o bienes o servicios, sino de almas, de mentes, de corazones, etc.

¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?

En mi experiencia personal por la sed de conocer a Dios y de servirle como consecuencia de aceptar ese inmenso amor de Dios y el gusto por hacer las cosas para Dios sin ánimo de apropiarse de la Gloria que solo le corresponde a Él.


¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?


Primero con el ejemplo y la formación adecuada en la gran Misión que Dios nos dejó en Mt 28, 9-20 y Mc 16, 15-16.

Segundo en el acompañamiento como familia dado que es la Iglesia Doméstica la célula importante de la Parroquia, además ahí y no en la Iglesia Parroquial es donde se descubren, alientan y piden las verdaderas vocaciones, al instruir a los hijos en la Doctrina de Dios sana y pura, recordando lo que Dios nos ha solicitado. Pro 22:6 Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.

Tercero tratando a los niños, jóvenes y familias sin distingos o exclusividades, sino dándoles el amor de Padre que Dios ha confiado en los responsables de las almas.

Cuarto creando y fomentando visitas a seminarios y seminaristas para que den a conocer que es y qué significa ser llamado y que piden a la comunidad. (Ojalá no sea materialismo sino espiritualidad)
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MCDelgadillo
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Registrado: 11 Mar 2007
Mensajes: 93

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 8:03 pm    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
Responder citando

¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
El llamado de Dios desde la infancia da claridad en el discernimiento de la vocación, sin embargo, vemos que tarde puede encontrarse una verdadera conversión y vocación auténtica, madura, honesta y sincera, cuyo amor a Dios se convierta en su única razón de vida.

¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Y ves que tú estabas dentro de mí y yo fuera,
Y por fuera te buscaba;
Y deforme como era,
Me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo.
Me retenían lejos de ti aquellas cosas
Que, si no estuviesen en ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera:
Brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
Exhalaste tu perfume y respiré,
Y suspiro por ti;
Gusté de ti, y siento hambre y sed;
Me tocaste y me abrasé en tu paz.
"Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti"
San Agustín


De joven puede manifestarse la vocación en forma compleja, pero es importante que el aspirante pertenezca a una familia honesta, piadosa y religiosa. Que desde niño haya recibido una buena educación y crecido en un ambiente sano familiar, social y psicológicamente. Que sea un joven con la salud y madurez física, psíquica y mental, conforme a su edad cronológica. Que sea un joven inteligente, claramente responsable y honesto; que tenga un sincero y profundo amor a Dios, a la Virgen, a la Iglesia; que posea la capacidad y generosidad para el servicio y este dispuesto a la convivencia y relación con los demás. Que sus experiencias, actitudes y comportamiento de vida familiar, social y espiritual, sean evidente prueba de su disposición a responder al llamado que Dios le hace.

Quien recibe el llamado a temprana edad en la niñez o adolescencia, muchos rasgos de su conducta pueden ser reflejo de su futura vocación; la bondad de corazón se refleja en su comportamiento; la generosidad, el amor y caridad en el trato a sus padres y hermanos, la disposición en el servicio, comedimiento en el trabajo y cumplimiento de sus obligaciones. Sus inclinaciones e intereses son claro indicio de su futura vocación.
Si en familia se hace oración, el niño gusta de hacer oración; si su familia es generosa y realiza buenas obras el niño aprende y se interesa en ayudar y realizar actividades de apostolado y ayuda al necesitado; si creció en un ambiente con cultura religiosa, el niño se interesa en el conocimiento de las cosas de Dios; si desde el hogar vivió en un ambiente limpio, ordenado, con disciplina y practicando valores el niño seguirá viviendo adquirirá esos hábitos y amará vivir en la limpieza, orden, disciplina y practicando los valores; amor a la verdad, honestidad, justicia, respeto, sinceridad… Si las enseñanzas fueron trasmitidas con amor será dócil al aprendizaje de sus orientadores y anhelará ser mejor cada día. Si creció en familia practicando valores llegará a ser un auténtico sacerdote.

¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?
Principalmente con la oración, impartiendo conferencias de orientación a los padres de familia, participando en actividades espirituales en el ambiente educativo o parroquial. Capacitando a los jóvenes y catequistas para que sepan orientar y guiar a la niñez espiritualmente y sean ejemplo a seguir en la vida espiritual de los más jóvenes.
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Sergio Héctor Casas Silva
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Registrado: 16 Feb 2007
Mensajes: 31

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 8:21 pm    Asunto: Mi opinión
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
Responder citando

¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?

Creo que no es un papel determinante, salvo en los casos donde haya problemas o desórdenes emoticionales y/o afectivos.}

¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Se ha dado más importancia, y se lo ha utilizado para persuadir, a veces, de continuar la formación a verdaderas vocaciones sacerdotales y religiosas.
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Eduardo Espinosa Vasquez
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Registrado: 19 Nov 2008
Mensajes: 24
Ubicación: Bogotá-Colombia

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 8:54 pm    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones.
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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El discernimiento de las vocaciones


Formadores
¿Cuál es la clave del éxito para ayudar al seminarista en su proceso de discernimiento?
¿Se dan casos de seminaristas que se acercan a la ordenación con serias dudas sobre su idoneidad y la existencia de su vocación?

Seminaristas
¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios? ¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?

Otros sacerdotes
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Otros participantes
¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?

17. El discernimiento de las vocaciones
El ministerio del cuidado espiritual y de la custodia fraterna de la comunidad y de cada uno de los hermanos y candidatos, en mi comunidad se ejerce de manera continua y no sólo por los formadores sino también por todos los hermanos – especialmente los que prestan los diferentes servicios como Superiores, los formadores y los guías espirituales – a quienes han sido confiados otros hermanos.
Nuestra comunidad se preocupa por formar a los Superiores Provinciales, Superiores de cada casa, Formadores y Guías Espirituales para ejercer adecuadamente su servicio de acompañantes.

Los superiores y formadores, además de prestar especial atención a los hermanos en los primeros años después de la profesión solemne y de la ordenación sacerdotal, acompañen con particular solicitud a los hermanos en dificultad, recurriendo, cuando se considere conveniente o necesario, a la acción conjunta del acompañamiento psicológico y del acompañamiento espiritual o también a la inserción del hermano en crisis en una fraternidad de «verificación y recuperación».

Dios Padre, colocando al lado de aquellos que quieren vivir nuestro estilo de vida, a algunos hermanos para que compartan con ellos el camino del seguimiento de Cristo, participa su acción formadora a mediadores humanos y, mediante el Espíritu, infunde los sentimientos de su Hijo en el corazón de sus consagrados. Este servicio de acompañamiento no substituye la obra de Dios, primer y único formador, ni el trabajo de quien es acompañado, primer responsable de su formación.

El acompañamiento de los hermanos que conforman nuestra comunidad religiosa y el de cada hermano o candidato exige un clima de confianza y de familiaridad, de manera que quien acompaña llegue a «amar y nutrir a su hermano espiritual... como una madre nutre y ama a su hijo carnal» Esto reza en nuestra regla de profesión. Este clima se logra:
 Promoviendo la vida fraterna en todas sus dimensiones, de manera que el hermano que acompaña sea y se manifieste hermano de todos;
 Viviendo en la sencillez de vida que brota de la escucha de la palabra y que conduce a lo esencial;
 Viviendo como hermanos, unos de otros, acogiendo a cada hermano en su propia realidad y promoviendo sus actitudes positivas;
 Anunciando la buena noticia del amor de Dios y abrazando al mundo en Cristo, en actitud de diálogo crítico y fecundo a la vez.

A través de una continua inculturación evangélica, capaz de leer la presencia de Dios en todas las situaciones, y de la conversión continua mediante la obediencia a la palabra de Dios y la corrección fraterna, el acompañamiento orienta a toda la persona al encuentro con Cristo en la vida real. De este modo el hermano y el candidato en camino aprenden a integrar la persona y la comunidad, la libertad y la responsabilidad, la oración y la actividad, el pasado y el presente, el estudio y el trabajo, la dimensión masculina y la dimensión femenina.

El hermano que acompaña a la comunidad o a un hermano, debe ser consciente de que su ministerio es un servicio en aras del crecimiento en la madurez humana y vocacional de los hermanos y de los candidatos; debe ser respetuoso y estar atento al misterio de la persona del hermano que le ha sido confiado; debe estar dotado de una preparación espiritual y pedagógica adecuada para desempeñar esa tarea; y debe de haber tenido él mismo la posibilidad de ser acompañado y transmitir – sobre todo con la vida – su gozosa pertenencia a Dios como religioso.

En nuestra comunidad el acompañamiento personal es una de las mediaciones formativas más útiles y puede conducir – dando siempre por supuestas la libertad de la persona y la acción de la gracia – a una transformación real y profunda, hasta la adquisición de una nueva identidad evangélica y específica de acuerdo con el carisma de nuestra comunidad.

El acompañamiento personal se realiza a través de un itinerario que prevé, normalmente, los siguientes pasos:
 Un tiempo de acogida, por parte del acompañante, del misterio de la persona del llamado, de escucha confiada y de comprensión empática de su situación;
 Un tiempo de clarificación de los acontecimientos vividos, de reflexión sobre los mismos y sobre las actitudes personales, a la búsqueda de los motivos vocacionales personales subyacentes, más o menos maduros;
 La referencia, por parte del acompañante, a los valores cristianos y específicos de nuestro carima que iluminan la situación presentada, y la interpretación, a la luz de los mismos, del camino recorrido;
 Una síntesis creyente que debe hacer el hermano en camino, hasta alcanzar la sabiduría práctica que le permita captar la voluntad concreta de Dios y decidirse por ella en la vida real.
_________________
Fray Eduardo Espinosa Vasquez
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Galdino Pérez
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Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 26

MensajePublicado: Jue Feb 12, 2009 9:47 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
Pienso que como ciencia humana es válido y puede ayudar mucho en el descernimiento de una vocación. El hombre necesita vivir equilibradamente para madurar sus emociones y sentimientos, y la psicología le puede ayudar a encausar sus potencialidades.
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?
No hace mucho se emplementó el departamento de psicología en el seminario donde yo me formé, y desde mi experiencia se le ha dado el justo valor. Es una ciencia humana que puede ayudar a conocer mejor al hombre, pero no puede estár por encima de la fe. Por eso todos los seminarios que se sirven de la ayuda de la psicología, deben saber que no puede suplir en nungùn momento la fe, má bien debe está al servicio de la misma.
Galdino Pérez J. Sacerdote diocesano
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Monica L. Moreno y G.
Asiduo


Registrado: 18 Feb 2007
Mensajes: 194
Ubicación: Mexico D.F.

MensajePublicado: Vie Feb 13, 2009 12:52 am    Asunto: Comentario Respuesta No 17
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Otros participantes
1.- ¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?

Cada quien siente el llamado distinto, pero por lo regular es un Joven: entregado, no esconde nada es limpio, le gusta ayudar en labores de la comunidad, lleva mucha oración, le gusta estar haciendo servicios en la parroquia, le gusta la naturaleza, ama la pureza de los niños, por lo tanto es catequista o está en un grupo de Jóvenes, le intriga el seminario o ordenes religiosas, se pregunta ¿como es? ¿Que será estar ahí?, va a retiros, es jovial, son algunas características de los Jóvenes.

Es algo especial, el darse cuenta que el amor hacia la pareja, no es nada comparado al amor de Dios. Una verdadera vocación es un llamado especial que hace Dios, y poco a poco madura, se encuentra con uno mismo y es honesta, sincera, por lo tanto el amor a Dioses la única razón valida para su existencia, y ese amor llena y nutre.


2.- ¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?

Orando, contestándoles sus preguntas, guiándolos, animándolos y quitar ese tabú de que los del seminario son Jóvenes que fracasaron sentimental o profesionalmente.

Algo muy importante es que la familia los deje marchar y que estén enterados que no van a desperdiciar la vida, que es al contrario, están haciendo la mejor inversión de su vida.
_________________
¡En la Voluntad de Dios!
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73107943
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Registrado: 11 Nov 2008
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MensajePublicado: Vie Feb 13, 2009 2:05 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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FORO CAPITULO 17

A lo largo de este curso me he dado cuenta de una realidad que no conocía profundamente y que ahora ya la se. Y es que la "profesión" de sacerdote es egoísta, ya que anula la personalidad de la persona, su caracter, haciendo de él algo nuevo, diferente, para el servicio de los demás.
Es cierto que Cristo dijo que había que dejarlo todo para seguirlo a EL, pero se debe tener en cuenta que también podemos servirlo desde nuestra interioridad, desde nuestro Ser, por eso es que a veces surgen los conflictos con el Opus Dei, ya que San JoséMaría Escrivá de Balaguer propuso una fórmula diferente de seguir a Cristo, de trabajar por EL, y es mediante nuestro quehacer diario, mediante nuestras actividades cotidianas, ya sea en el hogar o en el trabajo.
Por eso, es que las vocaciones están difíciles. Ya a los jóvenes no les llama la atención este modo de vida. De ahí que en los últimos años la Iglesia se ha dado a la tarea de crear estrategias para convocar a los jóvenes a los Seminarios, estrategias como la creación de un modelo académico donde se sientan "profesionales".
Las Iglesias Parroquiales también han creado sus estrategias, como introducir a los jóvenes, aquellos que se les vea la vocación, se les sienta, desde niños, en Infancia Misionera y servicio de acólitos para irlos preparando al seminario.
Y así, irles haciendo seguimiento hasta que estén en edad de discernir lo mejor para su vida, en especial, para su vida en Cristo.
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Pbro. Francisco Rodríguez
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Registrado: 22 Nov 2008
Mensajes: 30

MensajePublicado: Vie Feb 13, 2009 3:10 pm    Asunto: Re: 17. El discernimiento de las vocaciones.
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Que el amor de Dios llene sus corazones.

¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formació?

Sin perder de vista que es Dios quien llama al hombre para configurarse con Cristo, el hombre no pierde su humanidad, conserva los rasgos que le son característicos como persona; de ahí que se debe tener esprecial cuidado por la "persona llamada".

Con este presupuesto, debo decir que el papel del psicólogo, tanto en el discernimiento inicial como durante la formación, es importante pero no determinante. No es el psicólogo el que determina si existe o no vocación. Su papel consiste en ayudar a la persona cuando existen serios problemas en lo afectivo-emotivo que no le dejan avanzar en el camino sacerdotal. El formador es el principal acompañante y en él está el ayudar a discernir la vocación.

Mi convicción es que los formadores tengan muy presente las orientaciones recientes del Magisterio de la Iglesia en relación al uso de la Psicología en la formación, su uso debe hacerse de modo equilibrado.

En cuanto a la experiencia de formación, en mi seminario, tienen en filosofía clase de psicología, y sólo en casos particulares y muy necesarios de ha visto la necesidad de recurrir al psicólogo para pedir su ayuda y poder discernir. Quiza una dificultad estribe en el hecho del "secreto profesional", ¿como manejar esa situación?. El equipo formador y el Obispo hagan una adecuada selección de la persona o equipo de psicólogos según la finalidad.

Concluyo diciendo que en la formación sacerdotal se peuede hacer uso de ciencias humanas simepre y cuando de verdad favorescan la configuración real y efectiva con Cristo sacerdote.

P. Paco R.
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P. Gustavo Sosa
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Mensajes: 5

MensajePublicado: Vie Feb 13, 2009 3:30 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Ciertamente que la psicología puede ayudar en el momento del discernimiento de una vocación. Creo que nos puede mostrar si las condiciones psicológicas y humanas del candidato son las correctas para iniciar un camino de formación en la vida sacerdotal. Pero debemos establecer también los límites de la ciencia, ya que ciertos elementos no pueden ser evaluados de manera positivista, al estilo científico. La vocación es la intervención de Dios en la vida de una persona, llamandola a participar de un estilo de vida y a compartir un camino de amistad con él, en una forma determinada de vivir esa relación con Dios, por medio de la consagración en celibato perpetuo por el Reino de los cielos.
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peedson
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MensajePublicado: Vie Feb 13, 2009 6:54 pm    Asunto: Re: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Otros sacerdotes
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?


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Pienso que o psicologo tendrá cada vez más importancia en la formación de los candidatos al sacerdócio, pues cada dia más nuestros seminarios receberán jóvenes con deficiencias en su formación humana, con carencias fampiliares e otros tipos de lacunas humanas, que precisarán ser acompañadas de cerca por los formadores. Por eso creo que la dirección espiritual y el trabajo del psicologo serán cada vez más necesarios dentro del conjunto de las actividades formativas desenvolvidas nel seminário. Oxala este aspecto de la formacón humana no quede en letras muertas, mas poda transoformarse en realidad en nuestras comunidades formativas, pues "la gracia supone la naturaleza".
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P. Tobias Murillo Gil
Esporádico


Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 41

MensajePublicado: Sab Feb 14, 2009 1:54 am    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Foro 17. El discernimiento de las vocaciones

Otros Sacerdotes.
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?
Muy importante es el papel del psicólogo en el discernimiento vocacional siempre y cuado sea una persona idónea, es decir, cristino y mejor aun si es sacerdote. Pienso que a veces no se puede formar y mas hoy sin la ayuda de la ciencia en este campo tan delicado de la formación Sacerdotal.

Antes no se creía tan necesario, pero hoy es indispensable. Tenemos un mundo muy rápido y de mucho problema, por eso en la formación se hace indispensable la ayuda de la Psicología.

Pienso que en este tiempo si se le esta dando la importancia que tiene la Psicología en los procesos de formación y discernimiento. Conozco varios Seminarios que emplea la ayuda de la Psicología en el discernimiento vocacional.
_________________
Jesus:"Me amo y se entego por mi"

P. Tobias
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P. Tobias Murillo Gil
Esporádico


Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 41

MensajePublicado: Sab Feb 14, 2009 1:55 am    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Foro 17. El discernimiento de las vocaciones

Otros Sacerdotes.
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?
¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?
Muy importante es el papel del psicólogo en el discernimiento vocacional siempre y cuado sea una persona idónea, es decir, cristino y mejor aun si es sacerdote. Pienso que a veces no se puede formar y mas hoy sin la ayuda de la ciencia en este campo tan delicado de la formación Sacerdotal.

Antes no se creía tan necesario, pero hoy es indispensable. Tenemos un mundo muy rápido y de mucho problema, por eso en la formación se hace indispensable la ayuda de la Psicología.

Pienso que en este tiempo si se le esta dando la importancia que tiene la Psicología en los procesos de formación y discernimiento. Conozco varios Seminarios que emplea la ayuda de la Psicología en el discernimiento vocacional.
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P. Tobias
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Oscar Piñango
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Registrado: 26 Feb 2007
Mensajes: 75
Ubicación: Venezuela

MensajePublicado: Sab Feb 14, 2009 10:11 pm    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?

Considero que el papel que el psicólogo juega en el discernimiento vocacional es de mucha ayuda, puesto que el candidato debe enfrentar una decisión de vida que puede y debe llevarlo a reconducir su visión de la vida, de su camino y sobre todo de su llamado. Por eso, es importante que el psicólogo sea preferiblemente religioso, religiosa o sacerdote, y la razón es que ya tiene la experiencia vocacional que le hará hacer una labor de orientación más efectiva. Asimismo, su apreciación como profesional unida a la experiencia vocacional contribuirá a la formación del futuro sacerdote.

¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Lamentablemente, no se le ha dado la importancia que tiene la ayuda del psicólogo en el discernimiento vocacional, por lo menos en mi diócesis, y sería de gran ayuda tener sacerdotes y formadores preparados en esta área.
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Oscar
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rodrigofcleon
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Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 43

MensajePublicado: Dom Feb 15, 2009 3:18 am    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones‏.
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¡VTR!

Estimados en Cristo,

Yo creo que una forma de identificar a alguien que probablemente esté llamado al sacerdocio es ver su forma de vida: que no tenga vicios, que no sea materialista, hedonista, etc.

Pero, surge una cosa, a lo largo de la historia se han dado muchos casos de personas que vivían la mala vida pero de pronto se dieron cuenta de la llamada de Jesús y le siguieron. Por esto, creo que cualquier indicio de vocación debe llevarnos a ayudar a esa persona a descubrir si efectivamente es un llamado de Dios.

También me gustaría comentar una frase que una vez escuché a un sacerdote del Opus Dei: cada camino es un camino virgen. Así pues, es imposible encontrar a dos sacerdotes que hayan pasado el mismo camino, cada quien pasa diferentes circunstancias y situaciones, por ello, en el tema de la vocación, no debe caber para nosotros comentarios como "él nunca", o "jamás será sacerdote", pues, como bien se dice en la sesión, quien elige es Dios.

¡Que María les acompañe!

_________________
Afectísimo en Cristo,
Rodrigo Fernández de Castro De León
REGNUM CHRISTI
MÉXICO
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Juan José Rodríguez Mesa
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Registrado: 17 Nov 2008
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MensajePublicado: Dom Feb 15, 2009 4:58 am    Asunto: El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Formadores

¿Cuál es la clave del éxito para ayudar al seminarista en su proceso de discernimiento?


Considero que la clave del éxito está en la oración y en la unidad de criterios del discernimiento de cada candidato para permanecer en el seminario y, sobre todo, para que pueda ingresar en la siguiente etapa que es el noviciado; al menos en el postulantado o filosofado que es donde actualmente presto mi servicio de acompañante.

En ese proceso de discernimiento hay tres dimensiones: humana (bebe vivere), espiritual (bene orare), e intelectual o académica (bene estudere) En cada una de estas dimensiones [vida, oración y estudio] se tienen en cuenta unos aspectos positivos y negativos con elementos de discernimiento que tanto formadores como seminaristas conocemos con el fin de manejar el mismo lenguaje. Estos son elementos concretos que se abordan y se van evaluando en los coloquios formativos.

Bene vivere

Aspectos positivos:

Integración en el grupo;
Espíritu de colaboración y generosidad;
Prontitud para perdonar injurias;
Sinceridad con los formadores;
Aceptación de sí mismo y justa apreciación de las propias cualidades;
Capacidad de diálogo;
Independencia de juicio;
Disposición para ejecutar lo mandado;
Justa comprensión y conducta coherente con la opción por el celibato.

Aspectos negativos:

Tendencia a obrar independientemente y sin considerar los intereses comunes;
Apego a las cosas propias y dificultad para prestar objetos de uso particular;
Carácter retraído que procura ocultar lo que piensa y lo que hace; conducta abúlica;
Inconveniencia para aceptar que un compañero dirija una actividad del grupo;
Obstinación en defender el propio parecer, con sin razón;
Deseo de hacerse notar;
Mimetismo con lo que está en uso en cada momento;
Conducta según criterios meramente mundanos;
Dificultad notable para obedecer y para aceptar correcciones;
Sexualidad no orientada hacia el celibato.

Bene orare

Aspectos positivos:

Deseo de consagrarse a Dios;
Interés por los temas religiosos;
Tendencia a ver la dimensión religiosa de la actividad cotidiana;
Esfuerzo por superar la propia vida moral;
Arrepentimiento de faltas y pecados;
Gusto por la oración;
Evocación de la presencia de Dios;
Cooperación en las celebraciones litúrgicas;
Al final de la etapa: convencimiento de tener vocación religiosa.

Aspectos negativos:

Indiferencia ante la idea de ser religioso o sacerdote;
Concepción de la vida religiosa como evasión de la realidad cotidiana;
Espiritualidad desencarnada;
Interés en la vida religiosa como medio para obras sociales, políticas o incluso de beneficencia, pero sin auténtica motivación sobrenatural;
Apatía en la oración;
Al final de la etapa: dudas sobre la vocación religiosa.

Bene studere

Aspectos positivos:

Utilización de las capacidades naturales en el trabajo académico (imprescindible en quienes optan por el sacerdocio);
Dominio de lenguajes específicos;
Facilidad de comprensión y expresión; aplicación de conceptos abstractos a situaciones nuevas;
Organización en el trabajo y en las tareas prácticas.

Aspectos negativos:

Dificultades constantes en el estudio (aquí se tiene en cuenta la cultura y el medio de donde procede el candidato y no se le exije sino lo que puede asimilar en cada momento);
Desorganización en el trabajo, incluso manual;
Desajustes personales a causa del trabajo o del estudio.
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Juan José Rodríguez Mesa
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Registrado: 17 Nov 2008
Mensajes: 38
Ubicación: Manizales, Colombia

MensajePublicado: Dom Feb 15, 2009 5:00 am    Asunto: El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Formadores

¿Cuál es la clave del éxito para ayudar al seminarista en su proceso de discernimiento?


Considero que la clave del éxito está en la oración y en la unidad de criterios del discernimiento de cada candidato para permanecer en el seminario y, sobre todo, para que pueda ingresar en la siguiente etapa que es el noviciado; al menos en el postulantado o filosofado que es donde actualmente presto mi servicio de acompañante.

En ese proceso de discernimiento hay tres dimensiones: humana (bene vivere), espiritual (bene orare), e intelectual o académica (bene estudere) En cada una de estas dimensiones [vida, oración y estudio] se tienen en cuenta unos aspectos positivos y negativos con elementos de discernimiento que tanto formadores como seminaristas conocemos con el fin de manejar el mismo lenguaje. Estos son elementos concretos que se abordan y se van evaluando en los coloquios formativos.

Bene vivere

Aspectos positivos:

Integración en el grupo;
Espíritu de colaboración y generosidad;
Prontitud para perdonar injurias;
Sinceridad con los formadores;
Aceptación de sí mismo y justa apreciación de las propias cualidades;
Capacidad de diálogo;
Independencia de juicio;
Disposición para ejecutar lo mandado;
Justa comprensión y conducta coherente con la opción por el celibato.

Aspectos negativos:

Tendencia a obrar independientemente y sin considerar los intereses comunes;
Apego a las cosas propias y dificultad para prestar objetos de uso particular;
Carácter retraído que procura ocultar lo que piensa y lo que hace; conducta abúlica;
Inconveniencia para aceptar que un compañero dirija una actividad del grupo;
Obstinación en defender el propio parecer, con sin razón;
Deseo de hacerse notar;
Mimetismo con lo que está en uso en cada momento;
Conducta según criterios meramente mundanos;
Dificultad notable para obedecer y para aceptar correcciones;
Sexualidad no orientada hacia el celibato.

Bene orare

Aspectos positivos:

Deseo de consagrarse a Dios;
Interés por los temas religiosos;
Tendencia a ver la dimensión religiosa de la actividad cotidiana;
Esfuerzo por superar la propia vida moral;
Arrepentimiento de faltas y pecados;
Gusto por la oración;
Evocación de la presencia de Dios;
Cooperación en las celebraciones litúrgicas;
Al final de la etapa: convencimiento de tener vocación religiosa.

Aspectos negativos:

Indiferencia ante la idea de ser religioso o sacerdote;
Concepción de la vida religiosa como evasión de la realidad cotidiana;
Espiritualidad desencarnada;
Interés en la vida religiosa como medio para obras sociales, políticas o incluso de beneficencia, pero sin auténtica motivación sobrenatural;
Apatía en la oración;
Al final de la etapa: dudas sobre la vocación religiosa.

Bene studere

Aspectos positivos:

Utilización de las capacidades naturales en el trabajo académico (imprescindible en quienes optan por el sacerdocio);
Dominio de lenguajes específicos;
Facilidad de comprensión y expresión; aplicación de conceptos abstractos a situaciones nuevas;
Organización en el trabajo y en las tareas prácticas.

Aspectos negativos:

Dificultades constantes en el estudio (aquí se tiene en cuenta la cultura y el medio de donde procede el candidato y no se le exije sino lo que puede asimilar en cada momento);
Desorganización en el trabajo, incluso manual;
Desajustes personales a causa del trabajo o del estudio.
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verónica ana
Esporádico


Registrado: 23 Jun 2008
Mensajes: 76

MensajePublicado: Dom Feb 15, 2009 10:29 pm    Asunto: Respuesta a la 17a sesión de Formación
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
Responder citando

¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la iglesia?

Como dice muy bien el presente capítulo para identificar a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio lo primero que es necesario hacer es hablar con él, no una vez sino varias veces para ir conociéndolo e ir interiorizándose de sus circunstancias. Estas conversaciones con el candidato debe realizarlas alguien con mucho discernimiento para poder ver si se trata de una verdadera vocación. Por eso es necesario escuchar con paciencia todas las inquietudes, dudas, vacilaciones o miedos, es decir toda la problemática que el joven vaya presentando para poder hacer un discernimiento lo más acertado posible sobre la realidad que va presentando.
Respecto a la pastoral vocacional hemos trabajado con mi marido con dos promotores vocacionales que solían organizar convivencias, retiros o jornadas para todos aquellos jóvenes que creían o decían tener inquietudes vocacionales.
Por regla general se realizaban retiros de tres días durante los fines de semana largos, donde un equipo formado por el sacerdote, un matrimonio, una religiosa y un seminarista presentaban temas que generalmente concluían con un trabajo personal que luego cada joven debía presentar y servía para una evaluación. Por otro lado el equipo de expositores y los asistentes tenían espacios para poder dialogar privadamente y donde estos últimos podían exponer sus deseos, dudas, tentaciones etc. Terminado el retiro el equipo se reunía con el sacerdote para evaluar a cada uno de los participantes e intercambiar ideas sobre las inquietudes vocacionales de cada joven en vista a la organización de futuros encuentros y seguimientos para mantenerse en contacto con ellos.
Otras de las formas en que colaboramos con dicha pastoral fue haciendo reuniones con los padres de los jóvenes para hablar de la vocación sacerdotal y religiosa y donde a su vez padres de sacerdotes y religiosas daban testimonio de cómo habían vivido y vivían el llamado que el Señor había hecho a sus respectivos hijos. Esto se hacia debido a que generalmente eran los padres quienes oponían mayor resistencia a la vocación de sus hijos.
Estas son algunas de las formas en que los laicos podemos colaborar con la pastoral vocacional.
---------
El Señor y Su Santísima Madre los bendigan a todos y les otorguen la Paz
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Jorge Batista
Esporádico


Registrado: 23 Nov 2008
Mensajes: 38

MensajePublicado: Lun Feb 16, 2009 2:36 am    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Otros participantes

¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
Un joven es llamado al sacerdocio cuando siente en su vida y corazon que debe entregarle todo al Señor, a travez de ese ministerio. Claro para eso es necesario los aspectos base que ya analizamos en el presente tema.

¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?

Los Laicos tienen el derecho incluso el deber de manifestarle a los sagrados pastores lo que consideran para bien de la iglesia. en muchso casos los laicos( coordinadores, asesores de pastoral juvenil )estan mas cerca de los muchachos y conocen aspectos importantes que los parrocos no deben obviar para su ingreso o no al seminario. Sobre todo la familia ayuda grandemente a el futuro sacerdote en su discernimiento y decision. Todo esto puesto en manos de Dios a travez de la oración y suplica constante.
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rodrigofcleon
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Registrado: 20 Nov 2008
Mensajes: 43

MensajePublicado: Lun Feb 16, 2009 3:16 am    Asunto: ¡Saludos!
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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¡VTR!

Estimado en Cristo, Óscar:

Coincido contigo. Creo que la ciencia de la Psicología ha logrado dar muchos pasos muy buenos, que pueden ayudar en el proceso de discernimiento vocacional. No quiere decir que le dejemos todo a la Psicología, simplemente es una herramienta más que puede ayudar tanto a los formadores como a los propios jóvenes que sienten el llamado.

Entre más herramientas se tengan, mejores serán los futuros sacerdotes.

Un saludo esperando que te encuentres muy bien.


Oscar Piñango escribió:
¿Qué opinan del papel del psicólogo en el proceso de discernimiento y formación?

Considero que el papel que el psicólogo juega en el discernimiento vocacional es de mucha ayuda, puesto que el candidato debe enfrentar una decisión de vida que puede y debe llevarlo a reconducir su visión de la vida, de su camino y sobre todo de su llamado. Por eso, es importante que el psicólogo sea preferiblemente religioso, religiosa o sacerdote, y la razón es que ya tiene la experiencia vocacional que le hará hacer una labor de orientación más efectiva. Asimismo, su apreciación como profesional unida a la experiencia vocacional contribuirá a la formación del futuro sacerdote.

¿Se le ha dado más o menos importancia de la que tiene su apoyo?

Lamentablemente, no se le ha dado la importancia que tiene la ayuda del psicólogo en el discernimiento vocacional, por lo menos en mi diócesis, y sería de gran ayuda tener sacerdotes y formadores preparados en esta área.

_________________
Afectísimo en Cristo,
Rodrigo Fernández de Castro De León
REGNUM CHRISTI
MÉXICO
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Jesús Alejandro Castaño B
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Registrado: 24 Nov 2008
Mensajes: 19
Ubicación: Ibagué, Colombia

MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 12:01 am    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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RESPUESTAS TEMA 17: EL DISCERNIMIENTO DE LAS VOCACIONES

1. Hoy por hoy se hace más necesario que existan psiologos especializados en la vocación cristiana para ayudar en el discernimiento vocacional de los jovenes aspirantes al seminario. Yo diría que la psicología es necesaria - si se quiere fundamental - en este proceso, ya que permite descubrir las motivaciones, los ideales, las dificultades personales de quienes pretenden llegar al seminario, y además permite una orientación personal y vocacional mucho más seria. Cada semianario y casa de formación debería tener un psicólogo, ojalá sacerdote, que, desde su experiencia de vida, ayude a los jóvenes a descubrirse a sí mismos, y descubrir en ellos el llamado del Señor.

2. Creo que se ha empezado a tomar conciencia de la importancia de la psicología en el proceso de discernimiento y formación vocacional sacerdotal. Sin embargo considero que los obispos deberían permitir que sacerdotes se especialicen en este campo, ya que no es lo mismo un Psicólogo laico - así sea excelente católico - que un sacerdote psicólogo, pues al tener la experiencia de vida sacerdotal, será capaz de comprender y guiar desde su misma experiencia todo el proceso de discernimiento vocacional.
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René Héctor Martíinez Mez
Esporádico


Registrado: 01 Sep 2008
Mensajes: 67

MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 9:36 pm    Asunto: 17. El discernimiento de las vocaciones
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Otros participantes
¿Cómo identificas a un joven que probablemente pueda ser llamado al sacerdocio?
Sumamente importante considerar que:
Dios llama, la Iglesia debe discernir
Teniendo muy en cuenta la pregunta: este joven ¿habrá sido de verdad escogido por Dios?
Criterios para un correcto discernimiento vocacional
Estar consientes que la respuesta a la pregunta del ítem anterior solo Dios la conoce, en ese sentido debemos de ser humildes y tener la apertura suficiente para poder reconocer en la actitud, en el ser del candidato, ese llamado, esa escogencia.

Discernimiento de la idoneidad del candidato
En lo que respecta la apertura para reconocer en el candidato es importante tener presente los puntos presentados en este documento
• Conocimiento del candidato: Conocer el candidato y considero aconsejable una reunión o entrevista con aquellas personas más cercanas a él, no necesariamente su familia o los amigos y allegados que ellos conozcan.
• Salud física y mental: Sobre todo la segunda, la salud mental, considero que en lo que respecta al primera a veces se dan verdaderos milagros, cuando en realidad hay una verdadera entrega en la realización de la misión como sacerdote.
• Algunas virtudes fundamentales: sobre todo la humildad y el deseo de querer entregar su vida en la realización del proyecto de Dios.
• Capacidad intelectual: Sobre todo y considero que cae en el ítem anterior, esa entrega puede hacer en nacer una fuerza de voluntad que haga del candidato una verdadera fuente de saber muy de la manos de ese sentido humano y humildad que ven en su saber el actuar de Dios.
• Ausencia de impedimentos canónicos

Discernimiento de la existencia de la llamada
¿Qué es la llamada? Es trascendental identificarse y en ese identificarse con el candidato, verificar que en realidad se ha dado la llamada y entrega al servicio, es de tener en cuenta para ello una gran apertura, para poder reconocer ese llamado en el joven.
• Recta motivación: Reconocer y que el candidato reconozca en realidad la verdadera motivación que siente de seguir una formación sacerdotal.
• La voz de Dios: Motivar a una interiorización en el candidato y una concientización del significado de ser sacerdote para poder provocar en él una exteriorización de su sentir hacia el llamado y poder así acercarse a él y constatar en realidad si ha habido un llamado y tal vez lo mas importante si existe una verdadera respuesta hacia ese llamado.

¿Cómo podemos ayudar los laicos en la pastoral vocacional de la Iglesia?
• Tomar conciencia del verdadero vivir del sacerdote.
• Conocer el grado de compromiso que conlleva su formación y en que consiste esta.
• Acercarse a los posibles candidatos y conocerlos, para verificar si en realidad hay en ellos un verdadero llamado y un deseo sincero y desinteresado de una respuesta a ese llamado.
• Hacer sentir a los candidatos que ellos son parte de una gran familia y que cuentan con su apoyo, independientemente de él decida aceptar o no ese llamado, para ello es importante que los candidatos sepan los importante que es su aporte en la comunidad.
• Acercarse al o los seminarios locales para conocer más de la vida los seminaristas y porque no invitarles a pasar un temporada en la comunidad para que los posibles candidatos puedan contar con un testimonio de vida que pueda ayudarles a tomar una buena decisión en su vida.
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vicentearcila
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MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 10:01 pm    Asunto: respuesta
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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TEMA 17.
¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios?

Si, ya que ellos se preocupan por nuestra formación , y nos inculcan constantemente la importancia de discernir bien nuestra vocación, y el director espiritual es la persona que siempre esta a nuestro lado y que nos ayuda en cada momento que tenemos un problema o una necesidad y que sentimos que no somos capaces de solucionarla.
¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?
La oración principalmente, los retiros espirituales y hasta mi mismo pecado.
_________________
VICENTE ARCILA.
SEMINARISTA.
SEMINARIO DIOCESANO NUESTRA SEÑORA
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vicentearcila
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MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 10:02 pm    Asunto: respuesta
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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TEMA 17.
¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios?

Si, ya que ellos se preocupan por nuestra formación , y nos inculcan constantemente la importancia de discernir bien nuestra vocación, y el director espiritual es la persona que siempre esta a nuestro lado y que nos ayuda en cada momento que tenemos un problema o una necesidad y que sentimos que no somos capaces de solucionarla.
¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?
La oración principalmente, los retiros espirituales y hasta mi mismo pecado.
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VICENTE ARCILA.
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vicentearcila
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Registrado: 18 Nov 2008
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MensajePublicado: Mar Feb 17, 2009 10:04 pm    Asunto: respuesta
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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TEMA 17.
¿Percibes en tus formadores el deseo desinteresado de ayudarte a discernir el llamado de Dios?

Si, ya que ellos se preocupan por nuestra formación , y nos inculcan constantemente la importancia de discernir bien nuestra vocación, y el director espiritual es la persona que siempre esta a nuestro lado y que nos ayuda en cada momento que tenemos un problema o una necesidad y que sentimos que no somos capaces de solucionarla.
¿Qué medios te hay ayudado a percibir que Dios te llama?
La oración principalmente, los retiros espirituales y hasta mi mismo pecado.
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VICENTE ARCILA.
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JULIAN RAMIRO JOVEN CADEN
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Ubicación: COLOMBIA - DIÓCESIS DE NEIVA - SEMINARIO MAYOR DE SAN ESTEBAN

MensajePublicado: Mie Feb 18, 2009 3:11 am    Asunto:
Tema: 17. El discernimiento de las vocaciones
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Formadores

1. ¿Cuál es la clave del éxito para ayudar al seminarista en su proceso de discernimiento?
2. ¿Se dan casos de seminaristas que se acercan a la ordenación con serias dudas sobre su idoneidad y la existencia de su vocación?

1. Con sencillez pienso que la pregunta es demasiado comprometedora; me explico: hablar de “clave del éxito”, considero, apunta a destacar como un solo principio que ilumine toda la realidad del discernimiento vocacional y esto me parece super exigente. Y Por otra parte, “clave del éxtio”, me parece es decir: si Usted aplica este principio no tendrá ningún margen de error en el acompañamiento de discernimiento vocacional. Con este presupuesto, le apuntaría a decir que la clave del éxito es: “Implorar la sabiduría divina, tener criterio eclesial, trato personal con los candidatos al ministerio, conocimiento de la realidad humana y lo que llamamos por esta tierra: Malicia indígena (Una cuota de sospecha)”.

2. Desafortunadamente sí se dan casos de seminaristas que se acercan a la ordenación con dudas sobre su idoneidad y existencia de su vocación. ¿Qué sucede? La cuestión ciertamente es compleja. En algunas ocasiones no hubo suficiente selección antes de entrar al Seminario o en el mismo seminario la formación no fue muy mediana. Digo ahora: lástima los casos de seminaristas que pervertidamente se ganan sus “padrinos” (sacerdotes que crean estrechos lazos de amistad con seminaristas y a toda costa aseguran su ordenación). Considero que una seria dirección espiritual (No una charla sentimental que a nada mueve) es un excelente medio para que el muchacho se sienta estremecido en su discernimiento vocacional. Claro está, que el equipo de formadores tenga unidad de criterio (Qué importante aquí la presencia activa del Obispo), que todos sientan, piensen y hablen de los mismo: de la sublimidad pero también de la gran responsabilidad del ministro sacerdote. Los consejos periódicos de los seminaristas realizados con la máxima objetividad, buscando el bien de la persona y de la Iglesia, analizando el crecimiento integral del candidato, es otro muy buen momento para asegurar un buen material humano. En fin, el formador debe ser un completo hombre de Dios con entrañas eclesiales si quiere realmente cumplir con su labor: “Dios llama pero la Iglesia discierne”
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