CarlosR26† Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 3941 Ubicación: MEXICO, Jal.
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Publicado:
Vie Nov 25, 2005 11:59 pm Asunto:
LA SANTA CAUTELA ESPIRITUAL
Tema: LA SANTA CAUTELA ESPIRITUAL |
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- XII -
Capítulo de la santa cautela espiritual
¡Oh, tú, siervo del rey celestial, que quieres aprender los misterios de las cautelas útiles y virtuosas de la santa doctrina espiritual! Abre bien los oídos de tu entendimiento, de tu alma, y recíbelas con deseo del corazón; conserva solícitamente en la casa de tu memoria el precioso tesoro de estas doctrinas, advertencias y cautelas espirituales, y serás defendido de los malignos y sutiles asaltos de tus enemigos materiales e inmateriales, y caminarás seguro, con humilde audacia, navegando por el mar tempestuoso de la presente vida hasta que llegues al deseado puerto de salud.
Atiende, pues, hijo mío, y entiende y advierte lo que te digo. Si quieres ver bien, quítate los ojos y hazte ciego; si quieres caminar bien, mantente firme y camina con la mente; si quieres obrar bien, átate las manos y emplea el corazón, si quieres amar bien, ódiate; si quieres ganar mucho y hacerte rico, pierde y hazte pobre; si quieres gozar y estar descansado, aflígete a ti mismo y teme y tente a ti mismo por sospechoso; si quieres verte exaltado y con grandes honores, humíllate y vitupérate a ti mismo; si quieres ser tenido en gran reverencia, despréciate a ti y haz reverencia a los que te desprecian o injurian; si quieres tener el bien, sufre el mal; si quieres ser bendecido, desea ser maldecido de la gente, y si quieres descanso verdadero y eterno, fatígate y aflígete y desea toda aflicción temporal. ¡Oh, cuánta y cuán grande sabiduría saber obrar estas cosas! Y como son grandes y altísimas, sólo a muy pocos son concedidas por Dios.
Pero quien las estudiase verdaderamente bien, y las actuase, dígole que no es preciso acuda a Bolonia o a París para aprender otra teología; porque si el hombre viviese mil años y no tuviese que hacer obra alguna ni su lengua decir palabra alguna, dígole que fuera bastante ejercitándose dentro de su corazón, trabajando interiormente en su purificación y enderezamiento y justificación de su alma y de su entendimiento. El hombre no debería querer ni ver, ni oír, ni hablar cosa alguna, sino en cuanto es de utilidad para su alma.
El hombre que no se conoce es un desconocido. ¡Ay, de nosotros, si recibimos las gracias y los dones del Señor y no los sabemos conocer! Y más ¡ay, de aquéllos que ni les reciben ni los conocen ni se cuidan de conquistarlos y de haberlos! Si el hombre se conforma a la imagen de Dios y al querer divino, se transmuta; pero Dios no muda jamás. _________________ Amar es decir al otro: "Tu no moriras"
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