Invitación al encuentro de Taizé

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos foreros y compañeros de grupo en la peregrinación a Annecy de este verano, Rosario, Mercedes, Manuela, Consuelo, Oliva, María Jesús, Concepción, Luisa y Eugenio A., escribí a Mary irlandesa pero amplío a cada uno de vosotros lo que mandé desde Alfafar Benetússer (Valencia, de paso).

"Mary, haces muy bien en invitarnos.
Yo tuve una experiencia estupenda, única en Taizé, en Francia.

En mi familia había vivido una experiencia, pues mi hermano admitió en casa (habiendo sido solicitado por la Parroquia suya) a una joven protestante, hija de un Pastor Anglicano, cuando a mi ciudad acudieron muchos jóvenes del mundo.
Pasamos la jornada del 1 de enero, ella llamó a su padre a Holanda, hablamos con ella, convivimos, comió en casa, comida de fiesta, eso fue una primicia.

Pero un verano tuve la fortuna de reunirme con un grupo que iba a Taizé. Allí nos encontramos con jóvenes de muchas naciones.

Al entrar en la especie de entoldado grande, había unas velas alrededor, unos iconos (representaciones de María y de Cristo), una música ambiental suave, un silencio profundo.
Chicos y chicas, hombres y mujeres, niños varios, en oración, en distintas posturas.

Al entrar Frère Roger (hoy ya en el Cielo) sonriente, miraba con dulzura, acarició a los niños que le presentaron, fueron entrando los frailes, todos con sus albas blancas.
Por todo el recinto había repartidos libros de cantos en todos los idiomas. Me emocioné cuando encontré el mío, cantaba, había profundo silencio, unos rezaban, meditaban, otros se notaba que se estaban confesando en una actitud sumamente respetuosa.

Todos impregnados de aquella atmósfera en donde se nota que está el Espíritu. Muchas veces hay reuniones de esta clase, en muchos sitios.

¡Ojalá pudiera volver!, para mí fue estupendo. Uno aprende a “notar” que Dios está ahí".

No hace mucho salió sobre Taizé algún testimonio, totalmente de acuerdo repito hoy esto, porque en mi lugar entra el otoño en estos minutos más o menos, pero en nuestro corazón debe haber luz que ilumine la vida, y ¿qué mejor que la oración, el recogimiento, el grupo de fe, aún en varias ramas para iluminar nuestro vivir?
Amigos ¡ánimo y si podéis no os perdáis esta experiencia única!

Un abrazo, de corazón. Dios está ahí, a tu lado, al mío, nos anima a vivir y a "iluminar" nuestro sendero y el de quien está a nuestro lado.

Orpam Saretnoc Laverz