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Joseph M Nuevo
Registrado: 11 Sep 2006 Mensajes: 10
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Publicado:
Jue Ago 14, 2008 9:18 am Asunto:
Tema: Providencia de Dios y el problema del mal |
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Hola Beatriz:
Mira, sobre este tema, solamente diré unas palabras más, de prisa y corriendo (estoy viviendo en mi familia -como dije el otro día- aquello de lo que hablamos: el sufrimiento, la enfermedad y la muerte)y, por mi parte, ya no intervendré más.
Perdona que todo va deshilachado y sin concretar en citas ni transcribirlas literalmente, pero tengo unos minutos solamente y prefiero vivir lo que hablamos a alargarme sobre ello: Dios será el que nos dará su luz para comprenderlo todo.
RESPECTO AL MAL FÍSICO:
Como dice el mismo Juan Pablo II; "Dios no quiere el mal en cuanto tal y Dios permite el mal (en cuanto tal)".
Exactamente, Dios no quiere el mal ni la muerte en sí misma como afirma también Santo Tomás de Aquino; Dios quiere el mal físico en tanto en cuanto nos sirve para amarle y alcanzar la vida eterna. Lo quiere en cuanto medio, no en cuanto fin en sí mismo. Que lo quiere en cuanto medio para conseguir el fin de la salvación, creo estimada Beatriz, que no hace falta escribir ni dos líneas ya que toda la biblia está impreganda de esta idea. El mismo Juan Pablo II, en una audiencia general de los miércoles, que es el texto sobre el que te fundamentas y del cual he extraído las afirmaciones anteriores, explicaba claramente la función del mal físico (enfermedades, sufrimiento): la paternal pedagogía de Dios, (Cartas de San Pablo, Eclesiástico, Oseas, Evangelios). Jesús mismo nos dice que:
"quien quiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz(enfermedades, sufrimiento) y sígame", porque quien quiera ganar su vida la perderá...
Habría mucho más que alargarse sobre la sabiduría de la cruz, único camino que el Señor nos ha marcado para llegar a la salvación y a la resurección. Pero bastaría ver qué le dice a San Pedro (y a nosotros con él) cuando le coge éste aparte y le recrimina que Dios no permitirá que sufra y padezca ("...apártate de mi Satanás que tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios").
En resumen, Beatriz: Dios no quiere que Juan tenga cáncer, en cuanto el cáncer en sí mismo, pero sí quiere que Juan tenga cáncer, por cuanto a través de esa cruz aceptada, él va a obrar la salvación. Te aseguro, Beatriz que si hubiera otro camino para llegar al cielo, Dios nos lo habría revelado: NO OBSTANTE EL ÚNICO CAMINO ES JESUCRISTO, SEGUIRLE E IMITARLE ("yo soy el CAMINO, la verdad y la vida").
Es decir, como dice claramente Santo Tomás de Aquino: Dios no quiere el mal de culpa (el mal moral) pero sí el mal de pena (el mal físico-sufrimiento-). En esto, en la suma teológica, es terminante. O sea, que no están reñidas las dos afirmaciones: Dios quiere la enfermedad y la muerte (en orden a la salvación y el bien) y Dios no quiere la enfermedad y la muerte (en cuanto tales, en sí mismas).
Así pues, cuando hacemos un juicio sobre ello, debemos ver qué punto de vista adoptamos:
Si el sobrenatural (el de la fe) que nos dice que "los sufrimientos de ahora nos procuran un caudal pesado de gloria...(San Pablo), "me estuvo bien el sufrir" (Eclo), "si Dios os prueba con correcciones, señal es de que sois hijos y no bastardos(San Pablo), "la tribulación engendra la paciencia, ésta la virtud probada...San Pablo)" El testimonio de los santos, doctores de la Iglesia y padres de la Iglesia es unánime en su visión del sufrimiento (y la cruz) como engendrador de vida.
O la visión meramente natural de los hombres que sólo ven en el sufrimiento y la cruz (enfermedad) que es un mal físico, que es un mal en sí mismo.
Que no tenga que decirnos el Señor que nuestros pensamientos son los de los hombres y no los de Dios.
En el lenguaje se puede decir que Dios permite que estés enfermo (si atendemos al mal físico) o que Dios quiere (la voluntad de Dios) que estés enfermo (si atendemos al bien espiritual que reporta y al cual va encaminado).
Por otra parte, que existan virus, bacterias, enfermedades (tanto en los hombres como en animales, plantas, etc...) es producto de la creación de Dios, ahí, inicialmente, no ha intervenido para nada el hombre, ni ningún otro ser. La creación tal y como la conocemos (con su mal físico) es obra de Dios. Si bien al hombre le había creado exento de mal físico y de muerte, cuando cayó en el pecado original, Dios le retiró las prerrogativas preternaturales que tenía y lo dejó sometido a las leyes naturales, a la corrupción y a la muerte. Pero lo dejó sometido a una parte de la naturaleza que Dios mismo había creado y era su autor: el hombre no puede crear nada.
Y si bien es cierto que en el libro de la Sabiduría se dice que Dios no creó la muerte, sino que crea las criaturas para que subsistan, debe entenderse como explica clarísimamente Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, que Dios no creó la muerte en sí misma directamente, pero sí es su autor y agente indirectamente (al producirse ésta por corrupción de los elementos que ha creado él con esa propiedad -que se corrompen-).
Muchas veces, detrás de algunas teologías, está simplemente el escándalo ante el sufrimiento, la enfermedad y la cruz. A veces somos como aquellos de los cuales San Pablo afirma: "los griegos buscan sabiduría y los judíos milagros, pero nosotros buscamos a un Jesús CRUCIFICADO ESCÁNDALO PARA LOS JUDÍOS (nosotros) Y NECEDAD PARA LOS GRIEGOS (ALGUNOS SABIOS-TEÓLOGOS...).
Lo siento, perdona el mogollón deshilachado y a toda prisa que acabo de escribir, es que me están llamando mientras estoy escribiendo todo esto...Que el Espíritu Santo nos conceda vivir plenamente la fe.
Y como dice San José Maria Escrivá de Balaguer: los tesoros, para cuando ten encuentres con ellos son: pobreza, dolor, sufrimiento..."(CAMINO) y en otra obra (me suena que es en Junco) "la revolución cristiana consiste en convertir los males en bienes" ( o algo así, perdona pero todo lo estoy diciendo de memoria).
Adiós en el Señor. _________________ Que el Señor y la Virgen María, nos concedan la gracia y el don de la humildad. - S. Francisco de Sales- |
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Joseph M Nuevo
Registrado: 11 Sep 2006 Mensajes: 10
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Publicado:
Jue Ago 14, 2008 9:19 am Asunto:
Tema: Providencia de Dios y el problema del mal |
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Hola Beatriz:
Mira, sobre este tema, solamente diré unas palabras más, de prisa y corriendo (estoy viviendo en mi familia -como dije el otro día- aquello de lo que hablamos: el sufrimiento, la enfermedad y la muerte)y, por mi parte, ya no intervendré más.
Perdona que todo va deshilachado y sin concretar en citas ni transcribirlas literalmente, pero tengo unos minutos solamente y prefiero vivir lo que hablamos a alargarme sobre ello: Dios será el que nos dará su luz para comprenderlo todo.
RESPECTO AL MAL FÍSICO:
Como dice el mismo Juan Pablo II; "Dios no quiere el mal en cuanto tal y Dios permite el mal (en cuanto tal)".
Exactamente, Dios no quiere el mal ni la muerte en sí misma como afirma también Santo Tomás de Aquino; Dios quiere el mal físico en tanto en cuanto nos sirve para amarle y alcanzar la vida eterna. Lo quiere en cuanto medio, no en cuanto fin en sí mismo. Que lo quiere en cuanto medio para conseguir el fin de la salvación, creo estimada Beatriz, que no hace falta escribir ni dos líneas ya que toda la biblia está impreganda de esta idea. El mismo Juan Pablo II, en una audiencia general de los miércoles, que es el texto sobre el que te fundamentas y del cual he extraído las afirmaciones anteriores, explicaba claramente la función del mal físico (enfermedades, sufrimiento): la paternal pedagogía de Dios, (Cartas de San Pablo, Eclesiástico, Oseas, Evangelios). Jesús mismo nos dice que:
"quien quiera venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz(enfermedades, sufrimiento) y sígame", porque quien quiera ganar su vida la perderá...
Habría mucho más que alargarse sobre la sabiduría de la cruz, único camino que el Señor nos ha marcado para llegar a la salvación y a la resurección. Pero bastaría ver qué le dice a San Pedro (y a nosotros con él) cuando le coge éste aparte y le recrimina que Dios no permitirá que sufra y padezca ("...apártate de mi Satanás que tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios").
En resumen, Beatriz: Dios no quiere que Juan tenga cáncer, en cuanto el cáncer en sí mismo, pero sí quiere que Juan tenga cáncer, por cuanto a través de esa cruz aceptada, él va a obrar la salvación. Te aseguro, Beatriz que si hubiera otro camino para llegar al cielo, Dios nos lo habría revelado: NO OBSTANTE EL ÚNICO CAMINO ES JESUCRISTO, SEGUIRLE E IMITARLE ("yo soy el CAMINO, la verdad y la vida").
Es decir, como dice claramente Santo Tomás de Aquino: Dios no quiere el mal de culpa (el mal moral) pero sí el mal de pena (el mal físico-sufrimiento-). En esto, en la suma teológica, es terminante. O sea, que no están reñidas las dos afirmaciones: Dios quiere la enfermedad y la muerte (en orden a la salvación y el bien) y Dios no quiere la enfermedad y la muerte (en cuanto tales, en sí mismas).
Así pues, cuando hacemos un juicio sobre ello, debemos ver qué punto de vista adoptamos:
Si el sobrenatural (el de la fe) que nos dice que "los sufrimientos de ahora nos procuran un caudal pesado de gloria...(San Pablo), "me estuvo bien el sufrir" (Eclo), "si Dios os prueba con correcciones, señal es de que sois hijos y no bastardos(San Pablo), "la tribulación engendra la paciencia, ésta la virtud probada...San Pablo)" El testimonio de los santos, doctores de la Iglesia y padres de la Iglesia es unánime en su visión del sufrimiento (y la cruz) como engendrador de vida.
O la visión meramente natural de los hombres que sólo ven en el sufrimiento y la cruz (enfermedad) que es un mal físico, que es un mal en sí mismo.
Que no tenga que decirnos el Señor que nuestros pensamientos son los de los hombres y no los de Dios.
En el lenguaje se puede decir que Dios permite que estés enfermo (si atendemos al mal físico) o que Dios quiere (la voluntad de Dios) que estés enfermo (si atendemos al bien espiritual que reporta y al cual va encaminado).
Por otra parte, que existan virus, bacterias, enfermedades (tanto en los hombres como en animales, plantas, etc...) es producto de la creación de Dios, ahí, inicialmente, no ha intervenido para nada el hombre, ni ningún otro ser. La creación tal y como la conocemos (con su mal físico) es obra de Dios. Si bien al hombre le había creado exento de mal físico y de muerte, cuando cayó en el pecado original, Dios le retiró las prerrogativas preternaturales que tenía y lo dejó sometido a las leyes naturales, a la corrupción y a la muerte. Pero lo dejó sometido a una parte de la naturaleza que Dios mismo había creado y era su autor: el hombre no puede crear nada.
Y si bien es cierto que en el libro de la Sabiduría se dice que Dios no creó la muerte, sino que crea las criaturas para que subsistan, debe entenderse como explica clarísimamente Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, que Dios no creó la muerte en sí misma directamente, pero sí es su autor y agente indirectamente (al producirse ésta por corrupción de los elementos que ha creado él con esa propiedad -que se corrompen-).
Muchas veces, detrás de algunas teologías, está simplemente el escándalo ante el sufrimiento, la enfermedad y la cruz. A veces somos como aquellos de los cuales San Pablo afirma: "los griegos buscan sabiduría y los judíos milagros, pero nosotros buscamos a un Jesús CRUCIFICADO ESCÁNDALO PARA LOS JUDÍOS (nosotros) Y NECEDAD PARA LOS GRIEGOS (ALGUNOS SABIOS-TEÓLOGOS...).
Lo siento, perdona el mogollón deshilachado y a toda prisa que acabo de escribir, es que me están llamando mientras estoy escribiendo todo esto...Que el Espíritu Santo nos conceda vivir plenamente la fe.
Y como dice San José Maria Escrivá de Balaguer: los tesoros, para cuando ten encuentres con ellos son: pobreza, dolor, sufrimiento..."(CAMINO) y en otra obra (me suena que es en Junco) "la revolución cristiana consiste en convertir los males en bienes" ( o algo así, perdona pero todo lo estoy diciendo de memoria).
Adiós en el Señor. _________________ Que el Señor y la Virgen María, nos concedan la gracia y el don de la humildad. - S. Francisco de Sales- |
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Beatriz Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 6434
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Publicado:
Jue Ago 14, 2008 2:08 pm Asunto:
Tema: Providencia de Dios y el problema del mal |
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Joseph M escribió: | Hola estimada Beatriz:
He tardado en contestar tu última aportación al tema por cuanto he vivido en mi propia familia aquello que estamos debatiendo y que nos sirve en este foro para ayudarnos a la fe y compartir nuestros pensamientos.
En primer lugar quisiera comentarte que, en el enlace que pones del Foro de Teología Moral San Alfonso María de Ligorio, el autor que suscribe el artículo (R. P. Lic. Pablo Rossi, I.V.E.), va mezclando alguna cosa del catecismo, con otras - la mayoría)- provinientes de la Catequesis que dio SS Juan Pablo II en la audiencia general del miércoles 9 de junio de 1986. Por otra parte, ya vimos qué pensaba el mismo San Alfonso María de Ligorio del tema.
Sobre esa audiencia, cabe decir:
1. El papa Juan Pablo II sigue en ese tema, en bastantes puntos, la doctrina expuesta por Santo Tomás de Aquino en
la Suma Teológica, parte 1, cuestiones 19, 49... Sobre ello expondré, más adelante, unas cuantas cosas que se me han ocurrido.
2. En cuanto a la catalogación del sufrimiento (enfermedad, dolor...) físico como "un mal físico" ello, evidentemente, está fuera de toda duda - es una simple perogrullada-. Por lo que respecta a la acción de Dios como agente ante él: "de mera permisión" o "de querencia positiva", pienso que habría algo que decir (siempre desde la más absoluta fidelidad y sujeción a Juan Pablo II del que me declaro devoto)
Perdona, pero he empezado y, tristemente, no puedo continuar.
Veré mañana de seguir.
Que Dios te bendiga. Rézale por mi. |
Gracias hermano. Como te dije, yo sigo la catequesis de Juan Pablo II. Sobre lo que Santo Tomas ha querido ensenar hay una buena explicacion:
Cita: | A) Con relación a la voluntad significada. – De cinco maneras, dice Santo Tomás (1, 19, 12), se nos manifiesta o significa la voluntad de Dios:
1.ª Haciendo algo directamente y por sí mismo: Operación.
2.ª Indirectamente, o sea, no impidiendo que otros lo hagan: Permisión.
3.ª Imponiendo su voluntad por un precepto propio o de otros: Precepto.
4.ª Prohibiendo en igual forma lo contrario: Prohibición.
5.ª Persuadiendo la realización u omisión de algo: Consejo.
El Doctor Angélico advierte (ibid.) que la operación y el permiso se refieren al presente; la operación al bien, y el permiso al mal. Los otros tres modos se refieren al futuro en la siguiente forma: el precepto, al bien futuro necesario; la prohibición, al mal futuro, que es obligatorio evitar, y el consejo, a la sobreabundancia del bien futuro. No cabe establecer una división más perfecta y acabada.
Examinemos ahora brevemente los principales modos de conformarnos con cada una de esas manifestaciones de la voluntad de Dios significada:
1.º “Operación”. – Dios siempre quiere positivamente lo que hace por sí mismo, porque siempre se refiere al bien y siempre está ordenado a su mayor gloria. A este capítulo pertenecen todos los acontecimientos individuales, familiares y sociales, que han sido dispuestos por Dios mismo y no dependen de la voluntad de los hombres. Unas veces esos acontecimientos son dulces, y nos llenan de alegría; otras son amargos, y pueden sumirnos en la mayor tristeza, si no vemos en ellos la mano amorosísima de Dios que ha dispuesto aquello para su gloria y nuestro mayor bien. Una enfermedad providencial puede arrojar en brazos de Dios a un alma extraviada. Todo lo que el Señor dispone es bueno y óptimo para nosotros, aunque de momento pueda causarnos gran tristeza o dolor. Ante estos acontecimientos prósperos o adversos, individuales o familiares, que nos vienen directamente de la mano de Dios, sin intervención alguna de los hombres (v. gr., accidentes imprevistos, enfermedades incurables, muerte de familiares o amigos, etc.), sólo cabe una actitud cristiana: fiat voluntas tua (hágase tu voluntad). Si el amor de Dios nos hace rebasar la simple resignación –que es virtud muy imperfecta– y lanzamos, aunque sea a través de nuestras lágrimas, una mirada al cielo llena de reconocimiento y gratitud (Te Deum... Magnificat...) por habernos visitado con el dolor, habremos llegado a la perfección en la vía del abandono y de perfecta conformidad con la voluntad de Dios.
2.º “Permisión”. – Dios nunca quiere positivamente lo que permite, porque se refiere a un mal, y Dios no puede querer el mal. Pero su infinita bondad y sabiduría sabe convertir en mayor bien el mismo mal que permite, y por esto precisamente lo permite. El mayor mal y el más grave desorden que se ha cometido jamás fue la crucifixión de Jesucristo, y Dios supo ordenarla al mayor bien que ha recibido jamás la humanidad pecadora: su propia redención |
El problema del mal es muy complejo pero para mi esta claro, despues de leer a JPII que hay males que son pruebas permitidas por Dios, como las del justo Job, para mostrar o demostrar la santidad de la persona....hay tambien sufrimientos que sirven para nuestro arrepentimiento y conversion y hay otros que nos acarreamos nosotros mismos, cuando por ejemplo manejamos en estado de ebriedad y sufrimos un accidente o como cuando la madre le dice a la hija que el novio no le conviene y el tiempo termina dandole la razon y la hija y los nietos sufren...aqui no se puede hablar de que Dios "quizo" o "permite" este sufrimiento, aqui interviene la libertad del hombre que muchas veces le da un mal uso.
No quisiera insistir mas en el tema, pero si quiero decirte que puedes contar con mis oraciones ante el Santisimo Sacramento y que con la experiencia que me ha dejado algunas pruebas, estas pasan... y despues de la prueba, si es de Dios, viene una bendicion al igual que al justo Job. Lo he visto tambien en otras personas.
Cuenta con mis oraciones y que Dios te bendiga _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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