El santo monje Virila en Leire...

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos, compañeros, colegas, foreros ha sido casual que encontrara un artículo sobre el Presente que vivimos, el Pasado que añoramos, el Futuro que ansiamos. Creyendo siempre que fue bueno lo anterior y lo será lo que vendrá. Mientras tanto no apreciamos lo que ya vivimos, ya tenemos. Aunque todos esperamos vida larga, no está de más que pensemos en lo que acabo de encontrarme en una revista. Ved vosotros:

"En el monasterio de Leire (Navarra) hubo un monje santo, que siempre pensaba al orar cómo sería la eternidad, y le preocupaba. Un día salió fuera del convento y se sentó en un banco, en la paz de la naturaleza, escuchando a un ruiseñor, pasó tiempo y estaba encantado en la contemplación. Cuando se levantó del banco y se encaminó al monasterio no lo conocía, llamó y no conocía al Hermano portero, y éste a él tampoco. Dijo: "Soy Virila", y el otro "aquí no hay nadie con ese nombre". De forma que no sabía qué ocurría. Pues era esto: En el convento sabían que trescientos años antes desapareció un monje del convento que se llamaba Virila y no se supo más de él. Habían transcurrido tres siglos y escuchando al ruiseñor le había parecido nada al buen Virila. Es un santo famoso allí".
Esto lo cuenta un famoso filósofo actual, que escribe en una Revista semanal nacional, de donde lo he recordado. ¿Qué te parece amigo?

Querido amigo Víctor (le decía ahora a un forero conocido), lo que ha de venir Dios lo sabe, demos gracias por lo que hoy tenemos, estamos en sus manos, como he puesto en los foros esta mañana recordando tu pregunta.

El presente nos recuerda la frase:
El tiempo está en tus manos, como dice la Biblia.
Un abrazo, junto a nuestra Madre María Auxiliadora, que nos cobija bajo su manto, nos acompaña como María de Nazaret, ¡qué suerte tenemos los cristianos! Ella siempre abogará por nosotros ante su Hijo Jesús. ¿Quién no necesita del amor de su madre?

Orpam Saretnoc Laverz

[Luis-Carlos]

Yo oí esa historia en la tele (aunque con otros detalles, y más resumido), y decia que al volver se quedó asombrado de que el conveto había cambiado (pues se habían hechos obras).
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-“Voy a destruir su Iglesia” “Je detruirai votre eglise!” (Napoleon).
- No, no podrá. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!”- (respuesta del cardenal Consalvi).