CarlosR26† Veterano
 
  Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 3941 Ubicación: MEXICO, Jal.
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           Publicado:
            Dom May 14, 2006 2:34 pm    Asunto:
            La Critica de la Biblia por CS Lewis 
            Tema: La Critica de la Biblia por CS Lewis  | 
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				Esporas de helechos y elefantes. 
 
Fragmentos
 
 
 
C.S.Lewis
 
 
 
Una teología que niega la historicidad de casi todo lo que acontece en los 
 
Evangelios, a los cuales la vida, el afecto y el pensamiento de los 
 
cristianos se aferran desde hace casi dos mil años -estamos frente a una 
 
teología que, o niega totalmente lo milagroso o que, más raro aún, después 
 
de tragarse el camello de la Resurrección, cuela mosquitos como el milagro 
 
de dar de comer a multitudes- si se ofrece esta teología al hombre sin 
 
educación, habrá dos posibilidades: o bien se hará Católico Apostólico 
 
Romano, o ateo. 
 
..................
 
 
 
Los teólogos que se han ocupado de la crítica del Nuevo Testamento son los 
 
que principalmente han minado la vieja ortodoxia. Por respeto a la autoridad 
 
de los que dominan esta disciplina, se nos pide renunciar a una enorme 
 
cantidad de creencias compartidas en común por la Iglesia primitiva, los 
 
Padres de la Iglesia, la Edad Media, los reformadores y hasta por el s. XIX. 
 
Quiero explicar lo que despierta mi escepticismo hacia esta autoridad. Soy 
 
escéptico ignorante, como verán Uds. fácilmente; el escepticismo es el 
 
padre de la ignorancia. Cuesta mucho perseverar en estudios meticulosos 
 
cuando no se tiene confianza prima facie en sus profesores.
 
 
 
En primer lugar, sean lo que sean esos hombres como críticos de la Biblia, 
 
yo desconfío de ellos como críticos. A mi parecer carecen de juicio 
 
literario, de percepción acerca de la calidad misma de los textos que están 
 
leyendo . Parece extraño dirigir una acusación de este tipo contra hombres 
 
que han dedicado toda su vida a estos libros. Pero justamente ese puede ser 
 
el problema. Un hombre que ha dedicado su juventud y su madurez al estudio 
 
minucioso de los textos del Nuevo Testamento y a los estudios de otros 
 
sobre dichos textos, cuya experiencia literaria de estos textos carece de 
 
una norma para hacer comparaciones, experiencia que surge solamente de la 
 
lectura amplia, profunda y genial de la literatura en general, pasará por 
 
alto los elementos más obvios de esos textos. Si él me dice que algo que 
 
aparece como un Evangelio es leyenda o romance, yo quisiera saber cuántas 
 
leyendas o romances ha leído, cuán bien entrenado está su paladar literario 
 
en diferenciarlos; y no cuántos años pasó estudiando ese Evangelio.
 
 
 
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Esos hombres me piden que crea en su capacidad de leer entre líneas en los 
 
viejos textos, pero resulta evidente su obvia incapacidad para leer las 
 
líneas mismas, tomando cualquier sentido de la palabra leer que valga la 
 
pena discutir. Pretenden ver la espora del helecho, cuando no logran ver un 
 
elefante a diez metros de distancia y a plena luz del día.
 
 
 
..................
 
 
 
Todo este tipo de crítica intenta reconstruir el origen de los textos 
 
estudiados: establecer cuáles documentos desaparecidos empleó cada autor, 
 
cuándo y dónde escribió , con qué objetivos, bajo qué influencias todo el 
 
Sitz im Leben del texto-. Todo esto se hace con inmensa erudición y gran 
 
ingenuidad. A primera vista resulta muy convincente. Creo que a mí 
 
también me convencería, si no fuera porque poseo un talismán contra ello: 
 
la hierba "moly". Me disculparán si ahora hablo durante un rato de mí. El 
 
valor de mis palabras consiste en que son testimonio de primera mano. Lo 
 
que me protege contra todas esas "reconstrucciones" es el hecho de que las 
 
he visto desde el otro extremo. He observado a los críticos reconstruir el 
 
origen de mis propios libros de esta misma manera.
 
 
 
Hasta que uno mismo no es criticado, uno nunca creería cuan pequeña es la 
 
parte del análisis que se dedica a la crítica en sentido estricto: 
 
evaluación, halago o censura del libro. La mayor parte de la crítica se 
 
ocupa de historias imaginarias de cómo fue escrito. Los términos mismos que 
 
emplean los críticos para elogiar o rechazar implican, a menudo dicha 
 
historia. Elogian un trozo como 'espontáneo', y rechazan otro como 
 
'esforzado'; es decir creen saber que Ud. escribió el primero currente 
 
calamo, y el otro invita Minerva.
 
 
 
Me di cuenta muy al principio de mi carrera qué valor tienen tales 
 
reconstrucciones. Había publicado un libro de ensayos, y aquél en el que 
 
había puesto gran parte de mi corazón, aquél que realmente me importaba y 
 
en el que había depositado vehemente entusiasmo, trataba de Willam Morris. 
 
Casi en la primera crítica que recibo de la obra, se me informó que ese era 
 
obviamente el único ensayo de todo el libro en el que yo no había puesto 
 
ningún interés. No se equivoquen. El crítico tuvo razón, creo hoy, al 
 
considerarlo el peor de los ensayos del libro, al menos todo el mundo estuvo 
 
de acuerdo con él. En lo que estuvo totalmente equivocado es en su 
 
historia de las causas de la insipidez de ese ensayo.
 
 
 
Bien, esta experiencia me obligó a prestar atención. Desde entonces, 
 
observo cuidadosamente las historias imaginarias similares, tanto en mis 
 
libros, como en los libros escritos por amigos, cuyas verdaderas historias 
 
conozco. Los críticos, favorables o no, le atribuirán tales historias, con 
 
seguridad; declararán cuáles fueron los acontecimientos públicos que 
 
dirigieron la mente del autor hacia una cosa u otra, qué otros autores lo 
 
influenciaron, cuál fue su intención global, hacia qué público se dirigía 
 
principalmente, por qué y cuando hizo todo.
 
 
 
Ahora tengo que dejar primero sentada mi impresión. Luego, aparte, diré lo 
 
que puedo constatar con certeza. Mi impresión es que en toda esta 
 
experiencia, ninguna de estas conjeturas acertó en un sólo punto: es decir 
 
que la metodología indica un error del cien por cien. Se podría esperar que 
 
por pura casualidad los críticos acertasen tantas veces como desaciertan, 
 
pero me parece que no es así. No puedo recordar ni un solo acierto. Pero, 
 
como no tengo un archivo cuidadoso, mi pura impresión puede estar 
 
equivocada. Lo que sí puedo afirmar con certeza es que la mayoría de las 
 
veces se equivocan.
 
 
 
Sin embargo, si uno no conociese la verdad, tales conjeturas suenan a 
 
menudo convincentes. Muchos críticos afirman que el Anillo en el libro de 
 
Tolkien, El Señor de los Anillos, se inspiró en la bomba atómica. Nada más 
 
creíble. He aquí un libro publicado cuando todo el mundo estaba preocupado 
 
por esa invención siniestra. Aquí en el medio del libro hay un arma: 
 
deshacerse de ella, sería una locura, pero su uso sería fatal. Sin embargo, 
 
de hecho, la cronología de la composición del libro demuestra la 
 
imposibilidad de esa teoría. Hace solamente unas semanas atrás, un crítico 
 
dijo que un cuento de hadas escrito por mi amigo Roger Lancelyn Green estaba 
 
influenciado por cuentos de hadas míos. Parecía probable. En mi cuento 
 
figura un país imaginario donde vive un león benévolo. Green escribió acerca 
 
de un país con un tigre benévolo. Es cosa sabida que Green y yo leemos 
 
mutuamente nuestras obras, que estamos, en efecto, íntimamente asociados de 
 
varias maneras. La probabilidad de una afiliación es mucho más contundente 
 
que mucha de la evidencia que aceptamos como convincente cuando se trata de 
 
autores muertos. Sin embargo, todo es falso. Conozco el origen de ese Tigre 
 
y del León, y son completamente independientes.
 
 
 
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Tendríamos que hacer aquí una pausa. Cuando se trata de un texto muy 
 
antiguo, su reconstrucción puede parecer convincente y sin embargo no 
 
podemos comprobar sus resultados con los hechos. Para decidir sobre la 
 
confiabilidad de una metodología, habría que ver un caso en que se emplee 
 
la misma metodología y en el cual haya hechos con los cuales pudiéramos 
 
comprobarla. Bueno, eso es lo que he hecho. Cuando resulta posible hacer 
 
este tipo de control, vemos que los resultados están siempre, o casi 
 
siempre, equivocados. Podemos concluir que los "resultados confirmados de la 
 
erudición moderna" acerca de cómo fue escrito un libro antiguo, están 
 
"confirmados" sólo porque los conocedores de los hechos están muertos y no 
 
pueden desmentirlos. En mi área personal, los inmensos ensayos que 
 
reconstruyen la historia de Piers Plowman o The Faerie Queene no son 
 
probablemente nada más que pura ilusión.
 
 
 
¿Me estoy atreviendo entonces a comparar cualquier reseña escrita por un 
 
principiante en una moderna revista semanal con la obra de grandes eruditos 
 
que han dedicado su vida al estudio minucioso del Nuevo Testamento? Si 
 
aquellos se equivocan siempre, ¿sacaremos la conclusión inevitable que estos 
 
se equivocan igualmente? 
 
Hay dos respuestas. En primer lugar, a pesar de que respeto la erudición de 
 
los grandes críticos de l Biblia, todavía no estoy convencido de que sus 
 
juicios deban ser igualmente respetables. En segundo lugar, fíjense en la 
 
tremenda ventaja con la que empiezan los que son simplemente críticos. 
 
Reconstruyen la historia de un libro escrito por alguien cuya lengua materna 
 
es la misma que la de ellos, un contemporáneo, formado como ellos, 
 
conviviendo en el mismo clima mental y espiritual. Todo les ayuda. La 
 
superioridad atribuida a los críticos de la Biblia en cuanto a juicio y 
 
diligencia, tendría que ser casi sobrehumana para compensar el hecho de que 
 
tienen que enfrentar a cada rato costumbres, idioma, características 
 
raciales y sociales, formación religiosa, hábitos de composición y 
 
supuestos básicos que ningún estudioso actualmente con vida podría conocer 
 
íntima e intuitivamente como el crítico puede conocer mi obra. Recuerden 
 
que por la misma razón, no puede ser considerada equivocada sin más ninguna 
 
reconstrucción hecha por un crítico bíblico. San Marcos está muerto. Y 
 
cuando ellos conozcan a San Pedro, probablemente tendrán asuntos más 
 
urgentes que discutir. 
 
Por supuesto, Uds. podrán decir que es inútil que estos críticos traten de 
 
adivinar cómo fue escrito un libro que ellos mismos nunca escribieron. 
 
Suponen que has escrito un libro que ellos mismos escribirían; el hecho que 
 
lo intenten explica por qué nunca lo han logrado. Pero, ¿puede decirse que 
 
los críticos bíblicos están en mejor situación de hacerlo? El Dr. Bultmann 
 
nunca escribió un evangelio. ¿Acaso la experiencia de una vida sabia, 
 
especializada y, sin ninguna duda, meritoria, le ha otorgado el poder de 
 
penetrar en las mentes de aquellos hombres hace ya tiempo muertos, que 
 
fueron atrapados por la que fue sin ninguna duda la experiencia central de 
 
toda la raza humana? No es desacertado decir -él mismo debería admitirlo- 
 
que hay barreras más considerables entre él y los evangelistas que 
 
cualquiera que pudiera haber entre mis críticos y yo.
 
 
 
.................. _________________ Amar es decir al otro: "Tu no moriras"  
 
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