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Sobre el Concilio Vaticano II
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Autor Mensaje
Beatriz
Veterano


Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 6434

MensajePublicado: Mar Abr 04, 2006 8:25 pm    Asunto: Re: b
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

frank luis escribió:
beatriz, el ejemplo que te doy de Caifas al negar la divinidad de Cristo es elocuente. No hay nada retorcido en el argumento. Busca alguna página "lefebvrista" donde den este ejemplo.
De que los judíos enseñaban cosas contrarias a la revelación basta ver cuando Cristo les enrostra que por preceptos humanos dejaban de cumplir con el mandamiento de honrar padre y madre.
A José Francisco: La actitud de monseñor williamson, que ciretamente es dura, no es más dura que la que usaba Jesús para tratar a los fariseos que habían deformado la verdadera religión. Esa actitud no tiene nada de acatólica, muchos santos la tuvieron y te aseguro que por mucho menos que por lo que hace el clero modernista que tanto abunda. Lo de cismáticos y excomulgados lo hemos tratado bastante como para que se siga diciendo tan sueltos de cuerpo. El mismo cardenal Castrillón, presidente de la Eclesia Dei, dice que no existe cisma y que la fraternidad está en comunión con la Iglesia.
Lo de la ambigüedad del concilio queda probada por si misma: por qué el papa habla de que existen dos hermeneuticas y Es decir, algo tiene que ver el concilio con la crisis ( y no los hippies como dice beatriz). La diferencia con la fraternidad está en que estos últimos afirman que la crisis está en el concilio y no en su interpretación rupturista.que la crisis de la Iglesia se basa en una mala interpretación del concilio?
Por último: beatriz, si te interesa profundizar en la raiz del problema que nosotros vemos en las doctrinas pos conciliares, déjame tu mail y te las expongo en detalle, cada una, con sus correspondientes fuentes si así lo quieres, pero no acá, porque son muchos temas y no simples, y aquí es imposible tratarlos todos. (ya hemos discutido bastantes).


Estimado Frankluis, mi correo es beaparicio2003@hotmail.com Con gusto recibiré la información que me mandes y luego lo publicaré en este foro para conversar no pelear, ¿si?

El problema con Caifas es que no encaja con Benedicto XVI Wink


Cita:
Lo de la ambigüedad del concilio queda probada por si misma: por qué el papa habla de que existen dos hermeneuticas y Es decir, algo tiene que ver el concilio con la crisis ( y no los hippies como dice beatriz). La diferencia con la fraternidad está en que estos últimos afirman que la crisis está en el concilio y no en su interpretación rupturista.que la crisis de la Iglesia se basa en una mala interpretación del concilio?


Primero que nada: no recuerdo haber mencionado la palabra "hippies". Me ha dado risa, jejeje, los "hippies" existían en los 70's y yo era una niñita. Esto lo digo como broma sin ganas de ofender, please!

Yo también creo que hubo y hay una mala interpretación del Concilio. Si tanto problema trae seria bueno una "interpretación" de la "interpretación" del Concilio Vaticano II. Como una especie de Manual de Interpretación del CVII para que NADIE se salga de lo que verdaderamente quiere enseñar la Iglesia. Y como dije en el mensaje anterior, los que pretender retorcer los escritos del Concilio son los Teólogos de la Liberación, la Asociación Juan XXIII y la corriente "Somos Iglesia", estos son los modernistas que están dentro de la Iglesia.

No puedo dejar de decir que siento respeto por Monseñor Lefebvre que aunque me parece que se equivocó en algunas cosas me parece un hombre que ama a Dios y a la Iglesia profundamente. Lo mismo pienso de las personas que lo siguen. Me apena mucho este cisma y ojalá y con la ayuda de Dios se solucione pronto.

Dios te bendiga
_________________
"Quien no ama, no conoce"
San Agustín
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alanian
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Registrado: 25 Feb 2006
Mensajes: 54

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 1:35 am    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

No sé por dónde empezar, pero voy a hecerlo con el mensaje de Akita:

Aprobación eclesiástica de las lágrimas de la estatua y los mensajes.

El 22 de abril de 1984, después de ocho años de investigación y habiendo consultado con la Santa Sede, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de Niigata, Japón, Monseñor John Shojiro Ito. El declaró que los eventos de Akita son de origen sobrenatural y autorizó en toda la diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita. En la villa japonesa de Akita, una estatua de la Madonna ha derramado sangre, sudor y lágrimas, según el testimonio de mas de 500 Cristianos y no cristianos, incluyendo el alcalde budista del pueblo. Una monja, Agnes Katsuko Sasagawa ha recibido las estigmas y mensajes de Nuestra Señora.

En junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.

El mensaje (en su parte central):

Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."

"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros...iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.

"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.

"Con valentía, habla con tu superior. El sabrá como dar a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación"

"Es el obispo Ito quien dirige vuestra comunidad."



Beatriz: si fueras coherente con lo que dijistes (que sólo te quedabas con las apariciones reconocidas) aquí tienes una. Y me extraña en cambio que aceptes la de Medjugorje, no aprobada aun. ¿No será que eres selectiva y las que te gustan (por su mensaje ecumenico) las tomas como verdaderas y las que no (como ésta) como sin interés?
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alanian
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Registrado: 25 Feb 2006
Mensajes: 54

MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:11 am    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Vayamos ahora al tema del Concilio:

Es evidente que no se trata de decir que la culpa de todos los males se debe per se a unos documentos, por mas importantes que sean. Pero hay sí un "espíritu del Concilio" que empezó como "aggiornamiento" y terminó con los excesos y escándalos de todo tipo. En lugar del "aire fresco" que pensaba Juan XXIII entraría en la Iglesia, entró el "humo de Satanás" de que habló Pablo VI.

De todas maneras, los textos están allí y concretizan de algun modo ese pensamiento, que no es otra cosa que el modernismo (condenado por San Pío X) entronizado en la Iglesia.

Nos pides textos. Aquí te envío la conclusion de un estudio sobre la "Ecelsiologia del Concilio Vaticano II":

A guisa de conclusión, permítame, mi querido X, hacer un pequeño esquema que puede ayudar a comprender el nexo de los errores del Modernismo, muchos de ellos expresados en los textos del Vaticano II, y otros, aún que no literalmente expresados, sirviendo apenas para concatenación lógica entre ellos

1 – El error fundamental: la existencia de una simiente divina en el hombre
Salvo mejor juicio, considero que el error fundamental del Vaticano II, error del cual nacen, como de una raíz, todos los demás errores de ese Concilio pastoral es la afirmación de la Gaudium et Spes de que Dios colocó una simiente divina en el hombre:

“Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. " (Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Gaudium et Spes, n* 3. el destaque es mío).

Esa afirmación de Gaudium et Spes es contraria a la doctrina católica defendiendo una tesis típicamente gnóstica.


Si alguna simiente existe en el hombre es la del pecado. Pues está dicho en los Salmos:

"He aquí que fui concebido en iniquidad, y mi madre me concibió en el pecado" (Sl. L, 7).

Todo hombre nace con el pecado original, que causa un gran desorden en su naturaleza. El hombre no tiene simiente divina en sí. El texto de Gaudium et Spes discrepa diametralmente de todo lo que la Iglesia siempre enseñó sobre el hombre.



Además de esto conviene recordar lo que el mismo Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó:

"Oídme todos y entended: No hay cosa fuera del hombre que, entrando en él, lo pueda manchar, sino son las que salen del hombre, esas son las que hacen al hombre impuro. Si alguno tiene oídos para oír, que oiga" (Mc., VII, 15).



Por tanto, el mal proviene del interior del hombre.

Luego, no hay simiente divina en él.

Quien tuviere oídos para oír, que oiga.



Y no se nos venga decir que esa simiente divina en el hombre debe ser entendida como la gracia santificante, porque esta nos es dada con el Bautismo, y sólo los bautizados la poseen, en cuanto el texto de Gaudium et Spes atribuye la existencia de una simiente divina a todo hombre.

Esa simiente divina en el hombre sería el Cristo pneumático, distinto del Jesucristo histórico. El hombre Jesús habría sido apenas un hombre extraordinario, que habría tenido una experiencia interior con la simiente divina existente en él — Cristo --, como en cualquier otro hombre. El habría sido apenas un primer hombre que alcanzó la auto-divinización por el conocimiento de la divinidad inmanente en él. De ahí, que algunos lo llamaran el Cristo. En otras confesiones religiosas esa simiente divina podría ser denominada Buda, Allah, Brahman, o cualquier otro nombre que sea.

Claro que de eso nacen el ecumenismo y el indiferentismo religioso.

Como de eso nace también, después de cuarenta años del Concilio, la Dictadura del Relativismo de que habló con tanta razón el Cardenal Ratzinger, en su sermón, en la Misa de apertura del Conclave, que lo eligió como Papa Benito XVI.

Alguno podría argumentar contra nosotros, citando la Epístola de San Juan donde se lee:

"Todo el que nace de Dios, no comete pecado, porque la simiente de Dios permanece en el, y no puede pecar porque nació de Dios. En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del demonio" (Jn. I Epist., 3, 9-10).



Repare el paciente lector que San Juan dice: "Todo el que nace de Dios" es que el tiene la "simiente divina". San Juan afirma que sólo tiene la simiente divina quien nace de Dios. En cuanto que el Vaticano II afirma que todo hombre tiene esa simiente divina.



San Juan afirma que el hombre bautizado, que "nació de Dios", que "nació del agua y del Espíritu", esto es, el hombre bautizado y elevado al orden sobrenatural es quien tiene la "simiente de Dios", esto es la gracia de Dios.



Por eso, como ya citamos, San Juan dice en el Evangelio:

“Pero a todos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios. Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que nacen de Dios*. (Jn. I, 12-13).



El Vaticano II afirma que el hombre, naturalmente tomado, tiene la simiente de Dios. Lo que identifica el orden natural con el orden sobrenatural que es un de los errores de la gnosis Modernista, condenada por San Pío X en Pascendi.



Para el Vaticano II, todo hombre, inclusive el que "nace del sangre y de la voluntad de la carne" y de la "voluntad del hombre" tiene la tal simiente divina.

Lo que dice el Vaticano II es lo contrario de lo que dice San Juan en su Epístola, y en el su Evangelio.

Aquí está la explanación de San Agustín sobre la simiente de Dios, de la cual habla San Juan en su Primera Epístola:

"‘Todo el que es nacido de Dios, no comete pecado, porque la simiente de Dios permanece en el’. La ‘simiente’ de Dios significa la palabra de Dios [Semen Dei, id est, verbum Dei], de donde el Apóstol dice: ‘Fui yo quien os engendré en Jesucristo por medio del Evangelio’ (1 Cor 4, 15). ‘Y no puede pecar, porque nació de Dios’." (San Agustín, Tractatus in Iohannis epistulam ad Parthos, Quinta Homilia, Nº 7).



Para el Doctor de la Gracia, como se ve, la "simiente divina" sería el Evangelio en cuanto medio por el cual los fieles son engendrados en Cristo. Por tanto, se trata nuevamente del principio de la vida sobrenatural en los bautizados. Y no de algo que existiría en todos los hombres, como quiere el Vaticano II.

Veamos también el Comentario de la Biblia de la Universidad de Navarra a 1 Jn 3, 6-9, que citamos, a pesar de su extensión, en razón de su extrema relevancia para esa cuestión, recuerda que: <o:p></o:p>



"Para entender bien las afirmaciones de San Juan, conviene recordar su batalla doctrinal contra los falsos maestros – los gnósticos –: estos pretendían engañar a los fieles (v. 7), aduciendo un conocimiento especial de Dios (gnosis), que los situaba por encima del bien y del mal, de manera que lo considerado por la Iglesia como pecado, era para ellos indiferente e incapaz de arrebatarles su pretendida unión con Dios.



"Delante de estos herejes, el Apóstol se hace eco de las palabras del Señor: ‘Por los frutos se conoce el árbol’ (Mt 12,33). Así, el verdadero cristiano es conocido por las obras de justicia (v. 7), o sea, por el cumplimiento de los mandamientos divinos, llevando una vida de santidad. Por eso son incompatibles con el pecado las cualidades que definen la existencia cristiana: la filiación divina – ‘quién nació de Dios’ (v. 9) –, la unión vital con Cristo – ‘quién permanece en él’ (v. 6) –, la gracia santificante junto con las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo – tal parece ser el sentido de la expresión "germen divino" (v. 9). De este modo se entiende cómo ‘quién permanece en él (Cristo) no peca’ (v. 6).



"Más aún, en cuanto ‘el germen divino permanece en él... no puede pecar’ (v. 9). Es evidente que San Juan no pretende afirmar que el cristiano sea impecable; al comienzo de la carta había dicho: `Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos (1,Cool. Lo que quiere dejar claro es que nadie puede justificar su propio pecado bajo el subterfugio de proclamarse hijo de Dios; la justicia de los hijos de Dios se refleja en sus obras, en cuanto ‘el que peca, ese es del Diablo’ (v. Cool, visto que por el propio pecado rompió con Dios y se sometió a la esclavitud del Demonio.

"La antigua herejía volvió a brotar, de alguna manera, en la nuestra época: hay quien afirme que la trasgresión de los mandamientos divinos, inclusive en materia grave, no rompe la unión con Dios, en cuanto se mantenga la ‘opción fundamental’ por El. Contra este error, el Magisterio de la Iglesia recuerda que ‘se deberá evitar reducir el pecado mortal a un acto de «opción fundamental» —como hoy se suele decir— contra Dios, entendiendo con ello un desprecio explícito y formal de Dios o del prójimo. Se comete, en efecto, un pecado mortal también, cuando el hombre, sabiendo y queriendo elige, por cualquier razón, algo gravemente desordenado. En efecto, en esta elección está ya incluido un desprecio del precepto divino, un rechazo del amor de Dios hacia la humanidad y hacia toda la creación: el hombre se aleja de Dios y pierde la caridad.’ (Juan Pablo II, Reconciliatio et Paenitentia, nº 17)." (Biblia Sagrada, traducida por varios autores portugueses para Editorial Universus y anotada por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Ediciones Theologica, Braga, 1991, Vol. III, José Maria Casciaro (dir.), p. 728-729. los negritos son nuestros; los itálicos, del original).<o:p></o:p>



2 – Todo hombre necesariamente estaría salvo. La salvación es universal.



De ese modo, todo hombre, sin importar la religión a que pertenezca, tendría esa simiente divina. Consecuentemente, todo hombre, por ser hombre, teniendo esa simiente divina, estaría necesariamente salvado, teniendo fe o no, practicando o no la ley de Dios, porque no se podría pensar que Dios mandaría para el infierno a quien tuviese en sí una simiente divina. Dios no podría condenarse a sí mismo. Es la tesis de la salvación universal, defendida por el neo modernista Urs Von Balthasar, que tanta influencia tuvo en el Vaticano II. De ahí, la teoría de los "cristianaos anónimos": ateos y herejes serían cristianaos sin saberlo, pues, aún que lo ignorasen, tendrían en sí una simiente divina que los haría substancialmente cristianaos, e inclusive divinos.

3 – Fuera de la Iglesia habría salvación:

El IV Concilio de Letrán proclamó el dogma de que fuera de la Iglesia no hay salvación:

"Y sólo una es la Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual nadie absolutamente se puede salvar" (Uma vero est fidelium universalis Ecclesia, extra quam nullus omnino salvatur”).

Claro que se deben incluir en la iglesia a aquellos que pertenecen a su alma, y que están fuera de su Cuerpo visible, por ignorancia invencible.

Pero la doctrina del modernista Padre Henri de Lubac, seguida por el Vaticano II, dice lo contrario: la salvación sería universal gracias a la simiente divina existente en todo hombre.



La salvación no exigiría ni la Fe y ni a obediencia a los diez mandamientos. Los hombres pertenecerían a la Iglesia, aún que no lo supiesen. Es la tesis absurda de los "cristianaos anónimos", que podrían ser los famosos "hombres de buena voluntad" que no se incluyen en ninguna religión.

4 – El antropocentrismo del Vaticano II:

La afirmación de la Gaudium et Spes de que hay una simiente divina en el hombre hace de él el centro de todo, presentando al hombre como un Dios in fieri. De ese modo, el Vaticano II aceptó el Humanismo y el Antropocentrismo insertando la Iglesia en la Modernidad. El Vaticano II, así como la filosofía de la Modernidad, colocó al Hombre en el lugar de Dios.



El propio Pablo VI constató eso, y en lugar de corregir ese error idolátrico lo aceptó, proclamando que la adhesión del Vaticano II al antropocentrismo fue a propósito y no un desvío inadvertido.

Dijo Pablo VI:

"Aún hay otro punto que Nos, debemos destacar: toda esta riqueza doctrinaria [del Concilio Vaticano II] apunta solamente a una cosa: servir al Hombre" (Pablo VI, Discurso de Clausura del Vaticano II, en 7 de Diciembre de 1965) <o:p></o:p>

<o:p> </o:p>

"Todo esto, y todo aquello que Nos podemos aún decir del valor humano del Concilio [Vaticano II], ¿tal vez haya desviado el pensamiento de la Iglesia del Concilio en dirección de posturas antropocéntricas, tomadas de la cultura Moderna? No, la Iglesia no se desvió, sino que Ella se volvió en dirección al hombre...



"La mentalidad moderna, habituada a juzgar todas las cosas por su valor, por su utilidad, querría bien admitir que el valor del Concilio es grande por lo menos por esta razón: ¡todo fue orientado para la utilidad del hombre! Por tanto, no se declare más inútil una religión, como la religión Católica que, en su forma, más consistente y eficaz, como esta del Concilio, proclama que Ella está toda entera al servicio del hombre..." (Pablo VI, Discurso de Clausura del Vaticano II, el 7 de Diciembre de 1965).



"En este Concilio [Vaticano II] la Iglesia casi se hizo esclava de la humanidad" (Pablo VI, Discurso de Clausura del Concilio Vaticano II, el 7 de Diciembre de 1965).



Y aún:

"Humanistas del siglo XX, reconoced que también Nos, tenemos el culto del Hombre". (Pablo VI, Discurso de Clausura del Concilio Vaticano II, en 7 de Diciembre de 1965).



En la Sagrada Escritura se proclamó: <o:p></o:p>

"esto dice el Señor: maldito el hombre que confía en el hombre" (Jer. XVII, 5).



Pero, desgraciadamente, Pablo VI escribió: ‘Nos, tenemos fe en el hombre’. (Pablo VI, Entrevista en Sidney, 2 de Diciembre de 1970).
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alanian
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Registrado: 25 Feb 2006
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:20 am    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

(continuación)

6 – La revelación no sería de verdades sino de la propia res divina existente como simiente en el hombre

Hasta el Vaticano II, siempre fue enseñado que la revelación era constituida por verdades que Dios hizo conocer al hombre. Para la herejía modernista, condenada por San Pío X en la encíclica Pascendi, la revelación no sería de verdades a las que el intelecto humano debería adherir por causa de la autoridad de Dios revelador y de la Iglesia, sino por causa de la propia sustancia de Dios, inmanente en el hombre y en el universo, y que se manifestaría al hombre por medio de una experiencia interior, que le daría un sentimiento de lo divino existente en él mismo.

No es otra la noción de Gnosis.

Ahora, el propio Instituto Paolo VI de Brescia, respondiendo a nuestra crítica al Vaticano II, reconoció que en el Concilio de Juan XXIII y de Pablo VI.

"se efectuó el paso de una concepción intelectualísta a una concepción histórico-salvífica personalísta de la revelación".

Y explicó en seguida que: "La concepción histórico-salvífica entiende la revelación como auto-manifestación del propio Dios a la historia y en la historia del hombre, a través de la misión de Jesús y del Espíritu".

Conforme al Vaticano II, entonces, la revelación no debe ser entendida como "mera instrucción divina", sino que ella es una revelación, de por sí, salvadora.

Véase lo que expuso el Centro Cultural Carlo Caffarra sobre ese punto:

"Oyendo cuanto fue dicho hasta ahora, no querría que pensasen del siguiente modo: Dios me hace conocerlo a Si mismo "El término "Revelación" connota, pues, un hecho: Dios se de a conocer al hombre y hace al hombre conocer el proyecto que El tiene con relación a él. Este proyecto es que el hombre participe de la propia naturaleza divina. La "Revelación", portanto es inseparablemente teológica: es el propio Dios que se revela a sí mismo, y antropológica: es el propio Dios que revela al hombre su destino".

"La palabra "Revelación" - este es un punto central – no es un puro discurso de palabras en el sentido que Dios se revela a sí mismo y hace conocer el misterio de la su voluntad hablando solamente al hombre sobre Sí mismo y sobre el misterio de la su voluntad. Sino que la "Revelación" connota también, antes en primer lugar, un complejo de actos cumplidos por Dios mismo; connota un conjunto de acontecimientos de los cuales es responsable, autor Dios mismo."Y’ a través de esos actos que Dios revela a sí mismo y hace conocer el misterio de su voluntad. Pero, siempre para tener un concepto preciso, cuanto posible, de "Revelación", y en este punto es necesario hacer una reflexión." (Centro Culturale Cattolico Carlo Caffarra http://www.caffarra.it LA RIVELAZIONE DIVINA, "Cristo y la divina Scrittura sono il rimedio d’ogni disgusto", lição dada a los professores. Ferrara 19-02-03. El negrito es mío y el subrayado es del original).

Y hay otros autores aún que afirman la misma conclusión, esto es, que el concepto de revelación del Vaticano II, en el documento Dei Verbum, es realmente nuevo.

Gregory Baum y Avery Dulles - que después fue hecho Cardenal - están entre ellos:

"Un abordaje notablemente informativo, claro y entusiasta de la Dei Verbum salió recientemente de la pluma de otro especialista del Concilio, Gregory Baum, O.S.A. ("Vatican II"s Constitution on Revelation: History and Interpretation," Theological Studies, vol. 28/1 (March 1967), pp. 51-75.). El asume la posición que el corazón del documento debe ser encontrado en el nuevo concepto de revelación contenido en el primer capítulo, nominalmente, que la revelación debe ser identificada con la persona de Jesucristo." (Avery Dulles, S.J., "Theological Table-Talk", rivista Theology Today, Oct/1967, http://theologytoday.ptsem.edu/oct1967/v24-3-tabletalk1.htm. el negrito es mío).

Avery Dulles hace un paralelo entre la revelación conforme al Vaticano I y la revelación de acuerdo con el Vaticano II:

"en términos que son indicativos, sin embargo por demás crudos, para hacer justicia a la complejidad de la cuestión, se puede decir que el Vaticano I ve la revelación bajo una luz que es intelectualista, abstracta, escolástica y, hasta un cierto punto, proposicional. Al contrario, la visión del Vaticano II puede ser adecuadamente caracterizada como vitalista, concreta, bíblica e histórica." (Avery Dulles, S.J., "Theological Table-Talk", rev. Theology Today, Oct/1967, http://theologytoday.ptsem.edu/oct1967/v24-3-tabletalk1.htm ).

Revelación conforme al Vaticano I:

1- intelectualísta
2- abstracta
3- Escolástica
4- Proposicional
Revelación conforme al Vaticano II:

1- Vitalista
2- Concreta
3- Bíblica
4- Histórica




Cuál de las dos posiciones repite lo que decía el Modernismo?

Jean Guitton dio su voto, respondiendo que el Vaticano II es Modernista

Y que el nuevo concepto de revelación del Vaticano II, defiende que es más de la propia res divina que de verdades recibidas y transmitidas intelectualmente, es confirmado por Xavier Zubiri,.un filósofo considerado maestro por el Neo Catecumenado, movimiento nacido del Espíritu del Vaticano II. Los libros de ese autor son adoptados en los seminarios Redemptoris Mater, del camino Neo Catecumenal.

"Zubiri, entiende la revelación desde la experiencia de la religación, como la presencia real de Dios, en cuanto persona, en el fondo de la realidad humana. Quien recibe esa peculiar y gratuita palpitación se convierte, por eso, en "iluminante", pero siempre será una palpitación de Dios desde el propio seno del Espíritu humano. Si llamamos revelación al conjunto de verdades y palabras, es porque ella está destinada a los demás y a ellos son transmitidas con palabras; sin embargo en el receptor primario la revelación es una iluminación interior. Revelación, entretanto, supone haber entendido que el fundamento de la divinidad es un Dios personal y libre. En el prólogo al libro de Olegario González Misterio trinitario y existencia humana, Zubiri dice que la función propia de la revelación es constituir al hombre en Dios, y dirigir su vida en dirección a él. Revelación no es incorporación a una doctrina, sino incorporación del propio Dios a la realidad humana, incorporación que culmina (en el cristianismo) en la Encarnación." (María Lucrecia Rovaletti, "La dimensión teologal del hombre - Apuntes en torno al tema de la religación en Xavier Zubiri", nota 45, ftp://www.zubiri.org/zubiri/general/xzreview/1999/rovaletti1999.doc el subrayado y negrito son míos).

Por tanto, para esos teólogos, la revelación, conforme al Vaticano II, tendría por objeto "una verdadera comunión inter-personal entre el hombre y la Santísima Trinidad", que volvería al hombre Dios.

Ese sería el "misterio del hombre" que Cristo habría venido a revelar al hombre: que en el fondo de su ser tendría una simiente divina que lo hace Dios, y que de esa simiente nace la revelación de la propia res divina al hombre.

7 – La revelación divina interior en cada hombre es inefable. Por eso, todos los credos son deformadores de la revelación

La revelación divina sería inefable. Querer traducirla en palabras la deformaría. De ahí que todos los credos no tienen valor ante la experiencia mística personal. Los dogmas serían tentativas vanas de formulas de la verdad imposible de ser alcanzada. Todos los dogmas serían entonces superables y susceptibles de una interpretación cada vez más profunda. Por eso, las Iglesias deberían dialogar ecuménicamente, auxiliándose unas a las otras, dando, unas a las otras, lo que habrían alcanzado intuir de la realidad divina jamás alcanzable.

8 – Ninguna Religión particular podría afirmarse como la única verdadera y ni pretender tener el monopolio de la Verdad.

Si la revelación no es constituida por verdades dirigidas al intelecto, sino que es una experiencia interior con la divinidad inmanente en el hombre, si esa experiencia mística es inefable, es absurdo que una religión concreta pretenda poseer la verdad religiosa.

Todas las religiones poseerían algo de la verdad revelada en la experiencia religiosa. Todas las religiones serían de algún modo verdaderas, sin que ninguna de ellas pudiese decirse la única verdadera, la única poseedora de la verdad, pues ya que, en sentido propio, no hay verdad.

9 – Las Iglesias instituidas tendrían entonces un solo fondo divino común.

Sobre las diversidades de credos, se debería colocar entonces la adhesión a la experiencia religiosa fundamental que sería inefable, esto es, imposible de ser expresada por medio de palabras. De ahí, que los dogmas deben ser dejados de lado, resaltando la experiencia mística interior, proveniente del contacto con la simiente divina inmanente en el hombre. Más que la Fe, valdría la experiencia mística, el conocimiento –la Gnosis—que llevaría intuitivamente, y no racionalmente, a entrar en contacto con la divinidad inmanente. Valdría más el amor que los dogmas y pretendidas verdades de las varias religiones.

10 – La Iglesia verdadera sería espiritual y formada por aquellos que lograrían la experiencia interior, conociendo el misterio del hombre, esto es, la simiente divina en el hombre

La Iglesia de Cristo sería esa comunidad de los hombres que habrían alcanzado la unión íntima con Dios, unión a la que toda la humanidad está llamada, pues ya que todo hombre, por el simple hecho de ser hombre, posee la simiente divina en sí, y no se puede perder. De ahí la doctrina de la salvación universal y la identificación de la Iglesia con la humanidad.

La Iglesia espiritual tendría como fin auxiliar a la realización de la fraternidad universal, por la divinización de todo hombre. No es otro el fin de la Masonería.

11 – La Iglesia de Cristo –la Iglesia espiritual – subsiste en todas las religiones positivas.

En todas las religiones se encontrarían hombres que habrían llegado a alcanzar el conocimiento del misterio del hombre, por medio de una experiencia mística personal e interior. La subsistencia de la Iglesia espiritual –la Iglesia de Cristo – tendría grados diversos en cada religión concreta. Más que en cualquier otra, la Iglesia Espiritual subsistiría en la Iglesia Católica, sin darle, por esto, superioridad sobre cualquiera otra.

12 – El Ecumenismo tiene por fin reunir todas las religiones instituidas en la única Iglesia espiritual divinizante

Para realizar la fraternidad universal y constituir la única Iglesia Espiritual sería preciso, pasando por sobre de los dogmas que dividen y separan, ultrapasando las intolerancias, realizar la unidad de la humanidad a través del amor que unifica. La Iglesia Espiritual es la Iglesia del Amor, Iglesia sin dogmas, pobre porque es espiritual, sin estructuras, sin jerarquía, colegial, democrática.

Pues es claro que si en todo hombre hay una simiente divina, ningún hombre puede colocarse como jerárquicamente superior. La Iglesia espiritual es igualitaria, comunitaria. Ella no admite un Papa, ni Obispos o sacerdotes que se coloquen sobre el pueblo. Todos serían iguales, y la Iglesia Espiritual tiene que ser necesariamente democrática.

13 – En la Iglesia Espiritual no hay distinción entre clero y pueblo

Poseyendo, todo hombre, una simiente divina en sí, ningún hombre podría colocarse arriba de otro como intermediario entre la divinidad y cada persona humana. Todos los hombres serían igualmente sacerdotes, profetas y reyes.

En la Iglesia Espiritual no podría haber jerarquía. La Iglesia Espiritual tiene que ser democrática, popular. A lo máximo, se toleraría una coordinación al servicio de la comunidad. A lo máximo, el poder debería ser colegial.

14 – Las ceremonias de la Iglesia Espiritual serían comunitarias no admitiendo ninguna distinción ni de poder, ni de sexo, ni de religión.

Si toda persona tiene una simiente divina en sí, no tendría sentido excluir a la mujer del sacerdocio. Como no tendría sentido, en una ceremonia religiosa, que se tenga a algún hombre como superior. Todos serían igualmente sacerdotes. Por lo tanto, quien rezaría la Misa sería el pueblo, la comunidad. De ahí, que la Misa tiene que ser dicha en el idioma del pueblo para que todos participen igualmente de ella. De ahí, que la Misa tiene que ser de cara al pueblo. La Misa debe ser antropocéntrica.

La Misa nueva de Pablo VI responde exactamente a esos presupuestos.

15 – Las ceremonias en la Iglesia Espiritual son divinizantes y festivas.

La Misa de la Iglesia espiritual no sería la renovación de un sacrificio que habría sido realizado por Jesús en el Calvario para la redención de los hombres.

Todos los hombres necesariamente ya están salvados porque es imposible que la divinidad condene a una de sus simientes a la perdición eterna.

La Misa sería la conmemoración festiva de la salvación universal. De ahí que debe ser hecha con cánticos alegres. Ella sería un banquete festivo.

En la hóstia, Cristo estaría tan presente como en cualquier hombre. Cristo estaría en la comunidad, y no apenas en un pedazo de pan. La transubstanciación sería cósmica. "Cristo" – la simiente divina— estaría en el medio de nosotros.

En la Misa, lo que ocurriría sería la fusión de todas las simientes divinas de los participantes, la fusión de todos los hombres en la Divinidad. De ahí la fiesta. La Misa sería la conmemoración de la divinización universal.
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Jose Francisco
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 1:56 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:
1 – El error fundamental: la existencia de una simiente divina en el hombre
Salvo mejor juicio, considero que el error fundamental del Vaticano II, error del cual nacen, como de una raíz, todos los demás errores de ese Concilio pastoral es la afirmación de la Gaudium et Spes de que Dios colocó una simiente divina en el hombre:

“Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. " (Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Gaudium et Spes, n* 3. el destaque es mío).

Esa afirmación de Gaudium et Spes es contraria a la doctrina católica defendiendo una tesis típicamente gnóstica.


Que dificil, no se que hacer. Wink

Creer en la interpretación de la Biblia y la Tradición que ha hecho el Magisterio de la Iglesia, expresada en un Concilio a través de una Constitución Pastoral, o creer en la interpretación de la Bibilia y la Tradición de un grupo cismático y excomulgado.

Que dificil elección. Me pregunto a cual querrá Dios que le preste atención y a quien debo descartar. Wink
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alanian
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:19 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Estimado Jose Francisco:

Entonces, cuando la FSSPX deje de ser un grupo cismatico y excomulgado (dentro de poco, como espero) ya no tendrás que hacer la elección... Smile
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Jose Francisco
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 2:22 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:
Entonces, cuando la FSSPX deje de ser un grupo cismatico y excomulgado (dentro de poco, como espero) ya no tendrás que hacer la elección... Smile


Yo tambien espero que la FSSPX vuelva algun día al seno de la Iglesia.
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alanian
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 3:07 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Como me parece que no has entendido (o querido entender) la ironía, aquí va la explicacion:

Tu pretendes decirnos que el Magisterio ordinario del Papa (como lo es el concilio vaticano II) se impone sobre la Tradicion y aun sobre el magisterio extraordinario anterior, lo cual contradice lo dicho por la Constiticion apostólica "Pastor Aeternus" sobre la infalibilidad pontificia.

Porque de hecho el tradicionalismo lo unico que hace es marcar esa contradiccion (no inventa ninguna doctrina):

"el Espíritu Santo fue prometido a los Sucesores de Pedro, no para que revelen una nueva doctrina, sino para que bajo Su asistencia conserven en toda su pureza y expongan fielmente la Revelación transmitida por los Apostóles que es el depósito de la Fe" dice el Concilio Vaticano I.


San Vicente de Lerins:
“Lo que se te ha confiado en ti permanezca y por ti sea transmitido. Oro has recibido; entrega oro. No quiero que desvergonzada y fraudulentamente pongas plomo o bronce en vez de oro; no quiero apariencia de oro, sino oro puro...(el depósito de la fe es) algo que ha llegado hasta ti, pero que tú no has producido; algo de lo que no eres autor sino custodio; no fundador, sino seguidor; no conductor, sino conducido” (“Conmonitorio” Cap. XXII )

Ahora, ¿te parece que decir que el hombre tiene una "simiente divina" está en el deposito de la fe (Revelacion o Tradicion)?
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Jose Francisco
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 4:12 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:
Como me parece que no has entendido (o querido entender) la ironía


La entendí perfectamente. Me reafirmo en mi deseo de que la FSSPX vuelva al seno de la Iglesia Universal.

alanian escribió:

Tu pretendes decirnos que el Magisterio ordinario del Papa (como lo es el concilio vaticano II) se impone sobre la Tradicion


No. No el Magisterio no se impone sobre la Tradición, ni sobre la Escritura. El Magisterio esta al servicio de la Tradición (y de la Escritura), la interpreta y la enseña al pueblo.

alanian escribió:
"el Espíritu Santo fue prometido a los Sucesores de Pedro, no para que revelen una nueva doctrina, sino para que bajo Su asistencia conserven en toda su pureza y expongan fielmente la Revelación transmitida por los Apostóles que es el depósito de la Fe" dice el Concilio Vaticano I.


¿Y? Nadie pone en duda lo que nos enseña el Vaticano I.


alanian escribió:
San Vicente de Lerins:
“Lo que se te ha confiado en ti permanezca y por ti sea transmitido. Oro has recibido; entrega oro. No quiero que desvergonzada y fraudulentamente pongas plomo o bronce en vez de oro; no quiero apariencia de oro, sino oro puro...(el depósito de la fe es) algo que ha llegado hasta ti, pero que tú no has producido; algo de lo que no eres autor sino custodio; no fundador, sino seguidor; no conductor, sino conducido” (“Conmonitorio” Cap. XXII )


Mismo comentario. ¿Y?



frank luis escribió:
Yo la elección la hice hace mucho tiempo: la roma católica de los concilios dogmáticos, de león XIII y San pío X, o la roma modernista y liberal de vaticano II.


Yo tambien hice mi elección, la Roma Catolica fiel a la Sede de Pedro, nunca la pseudo roma cismática.
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Jose Francisco
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 4:26 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:
Ahora, ¿te parece que decir que el hombre tiene una "simiente divina" está en el deposito de la fe (Revelacion o Tradicion)?


Si el Magisterio de la Iglesia a través de una Constitución proclamada en un Concilio afirma que el hombre tiene una "simiente divina", pues entonces así es. Yo no soy nadie para atreverme a contradecir al Magisterio de la Iglesia.

La Constitución Gaudium et Spes, que tanto desprecian, fue aprobada por el Concilio por 2.307 votos contra 75. Hasta donde tengo entendido, ninguno (salvo obviamente Lefebvre) de los 75 que votaron en contra se rebelaron o se separaron de la Iglesia. Hicieron lo que tenían que hacer, OBEDECER. Que dificil se les hace entender eso.
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joefer
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 4:40 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Jose Francisco escribió:
alanian escribió:
1 – El error fundamental: la existencia de una simiente divina en el hombre
Salvo mejor juicio, considero que el error fundamental del Vaticano II, error del cual nacen, como de una raíz, todos los demás errores de ese Concilio pastoral es la afirmación de la Gaudium et Spes de que Dios colocó una simiente divina en el hombre:

“Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. " (Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Gaudium et Spes, n* 3. el destaque es mío).

Esa afirmación de Gaudium et Spes es contraria a la doctrina católica defendiendo una tesis típicamente gnóstica.


Que dificil, no se que hacer. Wink

Creer en la interpretación de la Biblia y la Tradición que ha hecho el Magisterio de la Iglesia, expresada en un Concilio a través de una Constitución Pastoral, o creer en la interpretación de la Bibilia y la Tradición de un grupo cismático y excomulgado.

Que dificil elección. Me pregunto a cual querrá Dios que le preste atención y a quien debo descartar. Wink



Hola de nuevo Jose:

ya te lo han explicado, no es el grupo tradicionalista quien ha "inventado" toda esta informacion que contradice al CVII, es todo el magisterio de casi 2000 años lo que contradice estos errores del Vaticano II, no pretendo convencerte de nada, yo mismo no pertenesco a la FSSPX, y asisto al novus ordo, pero para que la verdad prevalesca se necesita objetividad, ellos ofrecen pruebas casi irrefutables de las razones que tuvo Mons. Lefebvre para hacer lo que hiso, y ante estas pruebas nunca ha existido un cisma de parte de la fraternidad segun el derecho canonico, por favor debemos ser objetivos, al final de todas maneras prebalecera la verdad.
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Beatriz
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 7:02 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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alanian escribió:
No sé por dónde empezar, pero voy a hecerlo con el mensaje de Akita:

Aprobación eclesiástica de las lágrimas de la estatua y los mensajes.

El 22 de abril de 1984, después de ocho años de investigación y habiendo consultado con la Santa Sede, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de Niigata, Japón, Monseñor John Shojiro Ito. El declaró que los eventos de Akita son de origen sobrenatural y autorizó en toda la diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita. En la villa japonesa de Akita, una estatua de la Madonna ha derramado sangre, sudor y lágrimas, según el testimonio de mas de 500 Cristianos y no cristianos, incluyendo el alcalde budista del pueblo. Una monja, Agnes Katsuko Sasagawa ha recibido las estigmas y mensajes de Nuestra Señora.

En junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.

El mensaje (en su parte central):

Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."

"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros...iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.

"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.

"Con valentía, habla con tu superior. El sabrá como dar a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación"

"Es el obispo Ito quien dirige vuestra comunidad."



Beatriz: si fueras coherente con lo que dijistes (que sólo te quedabas con las apariciones reconocidas) aquí tienes una. Y me extraña en cambio que aceptes la de Medjugorje, no aprobada aun. ¿No será que eres selectiva y las que te gustan (por su mensaje ecumenico) las tomas como verdaderas y las que no (como ésta) como sin interés?




Paz de Dios Alanian

Un consejo: no tomes esto como algo personal. Ya Stephanos me avisó que la Aparición en Akita está aprobada por el Obispo local y fíjate lo que yo le respondí: “Gracias Stephanos. Muy acertada tu intervención”:

Código:
Stephanos escribió:
A ver no se si alguien ya dijo por aquì, pero la Apariciòn de Akita esta aprobada por el Obispo local, asì que esta aprobada por la Iglesia 

Y lo que hablan la Apariciòn de Akita no es del Concilio Vaticano II, pues es posterior al Concilio Vaticano II, lo cual demuestra que la Iglesia sigue viva aun post conciliar  (como lo demuestra la Madre Teresa, Juanp Pablo II, Juan XXIII, Escriva, y demàs santos contemporaneos)

Lo que habla la Apariciòn de AKita es mas bien de una retorcida interpretaciòn del Concilio (como la retorcida interpretaciòn que condena San Pedro de la Escritura) que han hecho algunos Teologos, como los de la Teologìa de la Liberaciòn o Hans Kung, la correcta Interpretaciòn del Concilio ya nos es dada por Su Santidad el Papa, y los Obispos en Comuniòn con èl 




Cita:
Gracias Stephanos. Muy acertada tu intervención. Asi es. La aparición en Akita fue después del Concilio Vaticano II y los que han querido (pero no han podido) retorcer sus escritos son los Teólogos de la Liberación, la Asociación Juan XXIII y la corriente "Somos Iglesia".

Dios te bendiga y guarde por siempre



No sabia que la Aparición de Akita había sido aprobada por la Iglesia. Como dije antes tengo un video con todas las apariciones de la Virgen María en el siglo XX empezando con Fátima y allí pude ver y conocer la de Akita. No miento cuando digo que no recuerdo ningún mensaje sobre “las altas jerarquías” como tú dijiste y si no me crees pues lo siento mucho.

Además yo dije sobre las revelaciones que no son oficiales:

“Yo creo en las apariciones de la Virgen santísima, a quien quiero como a una madre, en Fátima, Lourdes y México, que son las únicas aprobadas hasta el momento, también creo en las apariciones en Medjougorie, en Zeitung, Egipto (están las fotografias como prueba). Las demás las miro con respeto, pero lo importante es hacer caso al pedido de nuestra Madre de penitencia, ayuno y oración. Estas tres cosas pide en todas sus apariciones y esto es lo que más debemos tener en cuenta.”

Sobre las palabras de la Virgen Maria en Akita:

3 de agosto de 1973

"Mi hija, mi novicia, ¿amas al Señor? Si amas al Señor, escucha lo que tengo que decirte".

"Es muy importante... se lo comunicarás a tu superior"

"Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Yo deseo almas que lo consuelen para suavizar la ira del Padre Celestial. Yo deseo, con mi hijo, almas que repararán con sus sufrimientos y pobreza por los pecadores e ingratos".

"Para que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial está preparando para infligir un gran castigo sobre toda la humanidad. Con mi Hijo yo he intervenido tantas veces para apaciguar la cólera del Padre. Yo he prevenido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, Su Preciosa Sangre, y amadas almas que Le consuelan formando una corte de almas víctimas. Oración, penitencia y sacrificios valientes pueden suavizar la cólera del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad... que ame la pobreza, que se santifique y rece en reparación por la ingratitud y el ultraje de tantos hombres.

"Recita la oración de las Siervas de la Eucaristía con conciencia de su significado; ponla en práctica; ofrece en reparación (cualquier cosa que Dios envíe) por los pecados. Que cada uno se esfuerce, según su capacidad y posición, en ofrecerse enteramente al Señor".
"Aun en un instituto secular la oración es necesaria. Ya las almas que desean rezar están en camino de ser reunidas. Sin poner demasiada atención a la forma, se fiel y ferviente en la oración para consolar al Maestro."

Después de un silencio:
"¿Es verdad lo que piensas en tu corazón?, ¿Estás verdaderamente decidida a convertirte en piedra rechazada?. Mi novicia, deseas pertenecer sin reservas al Señor, ser la esposa digna del Esposo, hacer tus votos sabiendo que debes ser adherida a la Cruz con tres clavos. Estos clavos son: pobreza, castidad y obediencia. De los tres, la obediencia es el fundamento. En total abandono, déjate guiar por tu superior. El sabrá como entenderte y dirigirte."


13 de octubre de 1973

"Mi querida hija, escucha bien lo que tengo que decirte. Tu informarás a tu superior."

Después de un corto silencio:

"Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."

"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros...iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.

"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.

"Con valentía, habla con tu superior. El sabrá como dar a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación"

"Es el obispo Ito quien dirige vuestra comunidad."



No tengo ningún problema en respetar esta revelación privada y por supuesto que el demonio es implacable con las almas consagradas a Dios. Nadie está libre de sus acechanzas. Nadie está libre de pecar. Esto lo sabe cualquiera que tiene un poco de conocimiento de la doctrina y de teología.




Cuando la Iglesia aprueba una revelación privada, esa aprobación es simplemente una declaración de que ella no encontró nada en esas revelaciones que fuese contrario a la fe y a las buenas costumbres, y que los fieles pueden leerlas sin ningún peligro para las almas. La Iglesia no obliga a creerlas incluso cuando las aprueba. Somos libres de creer o no en una revelación privada. Así que soy libre de preferir a Fátima que a Akita sin restarle importancia a Akita.


Además contamos con la profecía de nuestro Señor Jesús sobre las señales al final de los tiempos que anuncian su regreso y estas sí son verdad revelada:

“Se levantará nación contra nación y reino contra reino. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”

“Pues serán aquellos días de tribulación tal como no la hubo desde el principio de la creación que Dios creó hasta ahora, ni la habrá. Y si el Señor no abreviase aquellos días, nadie sería salvo; pero por amor de los elegidos, que El eligió, abreviará esos días”

“Luego, en seguida, después de la tribulación de aquellos días, se oscurecerá el sol, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes del cielo se conmoverán. Entonces aparecerá el estandarte del Hijo del hombre en el cielo, y se lamentarán todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y majestad grande. Y enviará sus ángeles con resonante trompeta y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo del cielo hasta el otro”





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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 7:09 pm    Asunto: Re: v
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

frank luis escribió:

El llamado magisterio ordinario se confirma como tal en la medida que afirme lo que la iglesia sostuvo siempre, es decir, la tradición..


Una pregunta para ti frank luis y para todos los demás:

¿La Tradición está por encima de las Sagradas Escrituras?
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 7:15 pm    Asunto: Re: a
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

[quote="frank luis"]excelente síntesis de los puntos centrales de la nueva religión de vaticano II. Si la gente supiera quien era De Lubac, Rahner, Blondel y los peritos conciliares en general y como se entroncan con la herejía modernista condenada pos San Pío X en Pascendi, abriría sus ojos ante estas doctrina perniciosas que tienen infectada a la Iglesia de Cristo.
Monseñor Lefebvre vio perfectamente estos errores y fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos.
quote]

Esto es falso: "Monseñor Lefebvre...fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos". Fue excomulgado por una ilegítima ordenación episcopal.



CARTA APOSTOLICA "ECCLESIA DEI" DEL SUMO PONTIFICE JUAN PABLO II EN FORMA DE "MOTU PROPRIO"

1. La Iglesia de Dios con gran afflicción ha tenido conocimiento de la ilegítima ordenación episcopal que el arzobispo Marcel Lefebvre confirió el pasado 30 de junio, de forma que han resultado inútiles todos los esfuerzos realizados desde hace años para asegurar la comunión da la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, fundada por el mismo reverendísmo monseñor Lefebvre, con la Iglesia. En efecto, para nada han servido esos esfuerzos, tan intensos de los meses pasados, con los que la Sede Apostólica ha manifestado paciencia y comprensión hasta el límite de lo posible(1).

2. Esta tristeza la siente de modo especial el Sucesor de Pedro, el primero a quien corresponde tutelar la unidad de la Iglesia(2), por muy pequeño que sea el número de las personas directamente implicadas en estos sucesos, ya que cada hombre es amado por sí mismo per Dios, y ha sido redimido por la Sangre de Cristo, derramada en la cruz por la salvación de todos. Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

3. Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático (3). Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica(4).

4. La raíz de este acto cismático se puede individuar en una inperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca orginariamente de los Apóstolos, "va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando conprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad"(5). Pero es sobre todo contradictoria una noción de Tradición que se oponga al Magisterio universal de la Iglesia, el cual corresponde al Obispo de Roma y al Colegio de los Obispos. Nadie pude permanecer fiel a la Tradición si rompe los lazos y vínculos con aquél a quien el mismo Cristo, en la persona del Apóstol Pedro, confió el ministerio de la unidad en su Iglesia(6).

5. Teniendo presente la mala acción relizada, nos sentimos en el deber de recordar a todos los fieles algunos aspectos que este triste acontecimiento pone en evidencia de modo especial.

a) En efecto, el éxito que ha tenido recientemente el movimiento promovido por mons. Lefebvre puede y debe ser, para todos los fieles, un motivo de reflexión sincera y profunda sobre su fidelidad a la Tradición de la Iglesia, propuesta auténticamente por el Magisterio eclesiástico, ordinario o extraordinario, especialmente en los Concilios Ecuménicos desde Nicea al Vaticano II. De esta meditación todos debemos sacar un nuevo y eficaz convencimiento de la necesidad de ampliar y aumentar esa fidelidad, rechazando totalmente interpretaciones erróneas y aplicaciones arbitrarias y abusivas en materia doctrinal, litúrgica y disciplinar. Corresponde sobre todo a los obispos, por su misión pastoral, el grave deber de ejercer una vigilancia clarividente, llena de caridad y de fortaleza, de modo que en todas partes se salvaguarde esa fidelidad(7). Sin embargo, es necesario que todos los Pastores y los demás fieles cristianos tomen nuevamente conciencia, no sólo de la legitimidad sino también de la riqueza que representa para la Iglesia la diversidad de carismas y tradiciones de espiritualidad y de apostolado, la cual constituye también la belleza de la unidad en la diversidad: esa "sintonía" que, bajo el impulso del Espíritu Santo, eleva la Iglesia terrestre al cielo.

b) Quisiera, además, llamar la atención de los teólogos y de otros expertos en ciencias eclesiásticas, para que también se sientan interpelados por las circunstancias presentes. En efecto, las amplias y profundas enseñanzas del Concilio Vaticano II requieren un nuevo empeño de profundización, en el que se clarifique plenamente la continuidad del Concilio con la Tradición, sobre todo en los puntos doctrinales que, quizá por su novedad, aún no han sido bien comprendidos por algunos sectores de la Iglesia.

c) En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia(Cool. A todos esos fieles católicos que se sienten vinculados a algunas precedentes formas litúrgicas y disciplinares de la tradición latina, deseo también manifestar mi voluntad - a la que pido que se asocie la voluntad de los obispos y de todos los que desarrollan el ministerio pastoral en la Iglesia - de facilitar su vuelta a la comunión eclesial a través de las medidas necesarias para garantizar el respeto de sus justas aspiraciones.

6. Habida cuenta de la importancia y complejidad de los problemas indicados en este documento, en virtud de mi autoridad apostólica, establecemos la siguiente:

a) se constituye una Comisión, con la tarea de colaborar con los obispos, con los dicasterios de la Curia Romana y con los ambientes interesados, para facilitar la plena comunión eclesial de los sacerdotes, seminaristas, comunidades, religiosos o religiosas, que hasta ahora estaban ligados de distintas formas a la Fraternidad fundada por le arzobispo Lefebvre y que deseen permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia católica, conservando sus tradiciones espirituales y litúrgicas, según el protocolo firmado el pasado 5 de mayo por el cardenal Ratzinger y por el arzobispo Lefebvre;

b) esta Comisión está formada por un cardenal Presidente y por otros miembros de la Curia Romana, en el número que se considere oportuno según las circunstancias; c) además, se habrá de respetar en todas partes, la sensibilidad de todos aquellos que se sienten unidos a la tradición litúrgica latina, por medio de una amplia y generosa aplicación de las normas emanadas hace algún tiempo por la Sede Apostólica, para el uso del Misal Romano según la edición típica de 1962(9).

7. Al acercarse ya el final de este Año dedicado especialmente a la Santísima Virgen, deseamos exhortar a todos para que se unan a la oración incesante que el Vicario de Cristo, por intercesión de la Madre de la Iglesia, dirige al Padre con las mismas palabras del Hijo: Ut omnes unum sint! Dado en Roma, junto a San Pedro, día 2 del mes de julio del año 1988, X de Nuestro pontificado.

Joannes Paulus PP. II



(1)Cf. Nota informativa del 16 de junio de 1988; L'Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 26 de junio de 1988, pág. 6. (2)Cf. Concilio Ecuménico Vaticano I, Cost. Pastor æternus, cap. 3; DS 3.060. (3)Cf. Código de Derecho Canónico can. 751. (4)Cf. ib., can. 1.382. (5)Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución dogmática Dei Verbum, 8. Cf. Concilio Ecuménico Vaticano I, Constitución Dei Filius, cap. 4: DS 3.020. (6)Cf. Mt 16, 18; Lc 10, 16; Concilio Ecuménico Vaticano I, Constitución Pastor æternus, cap. 3: DS 3.060. (7) Cf. Código de Derecho Canónico, can. 386; Pablo VI, Exhortación Apostólica Quinque iam anni, 8-XII-1970: AAS 63, 1971, 97-106. (8)Cf. Código de Derecho Canónico, can. 1.364. (9)Cf. Congregación para el Culto Divino, Carta Quattuor abhinc annos, 3 de octubre de 1984: AAS 76, 1984, 1.088-1.089.
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Beatriz
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 7:19 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Gracias Alanian por la síntesis. La leo y te respondo.

Bendiciones
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sr_de_la_torre
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MensajePublicado: Mie Abr 05, 2006 11:17 pm    Asunto: Re: a
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

frank luis escribió:
Profunda embestida contra la Misa Nueva


seria buena voluntad de parte de Roma, pero solo podrían constituir el COMIENZO del desmantelamiento de la falsa religión que actualmente está ocupando la Iglesia.

† Richard Williamson


No se puede considerar sino injurioso a la Fe esta expresión. Verdaderamente sorprendente como se difama nuestra Comunión, no sin razon son declarados estos personajes como Excomulgados o fuera de la comunión.

No dudaré en seguir la iglesia fundada por Christo afianzada en la Roca
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joefer
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 5:05 pm    Asunto: Re: v
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Beatriz escribió:
frank luis escribió:

El llamado magisterio ordinario se confirma como tal en la medida que afirme lo que la iglesia sostuvo siempre, es decir, la tradición..


Una pregunta para ti frank luis y para todos los demás:

¿La Tradición está por encima de las Sagradas Escrituras?


Hola:

la tradiciòn, como lo menciono Frank Luis, confirma al megisterio ordinario y es este magisterio quien interpreta las escrituras, por lo tanto, el magisterio y la tradicion dan vida al mensaje revelado por Cristo y los profetas, de nada nos servirian las escrituras sin el magisterio, cada quien entonces les daria la interpretacion que cada quien quisiera.
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joefer
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 5:10 pm    Asunto: Re: a
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

[quote="Beatriz"][quote="frank luis"]excelente síntesis de los puntos centrales de la nueva religión de vaticano II. Si la gente supiera quien era De Lubac, Rahner, Blondel y los peritos conciliares en general y como se entroncan con la herejía modernista condenada pos San Pío X en Pascendi, abriría sus ojos ante estas doctrina perniciosas que tienen infectada a la Iglesia de Cristo.
Monseñor Lefebvre vio perfectamente estos errores y fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos.
quote]

Esto es falso: "Monseñor Lefebvre...fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos". Fue excomulgado por una ilegítima ordenación episcopal.



Cierto Beatriz, de hay parte la excomunión de Mons. Lefebvre, sin embargo, Mons. estaba actuando de acuerdo al derecho canonico que faculta a cualquier Obispo a conferir el sagrado orden episcopal aun sin permiso expreso de la sede pontificia cuando este en riesgo la fe, de hay que se ordenaron estos cuatro obispos, a quienes por cierto la iglesia les reconoce su autoridad episcopal, y claro estab actuando hasi por resistirse a los errores del CVII.
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joefer
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 5:16 pm    Asunto: Re: a
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

sr_de_la_torre escribió:
frank luis escribió:
Profunda embestida contra la Misa Nueva


seria buena voluntad de parte de Roma, pero solo podrían constituir el COMIENZO del desmantelamiento de la falsa religión que actualmente está ocupando la Iglesia.

† Richard Williamson


No se puede considerar sino injurioso a la Fe esta expresión. Verdaderamente sorprendente como se difama nuestra Comunión, no sin razon son declarados estos personajes como Excomulgados o fuera de la comunión.
No dudaré en seguir la iglesia fundada por Christo afianzada en la Roca


excomulgados?, fuera de la comunion?, les pregunto, ¿ a un excomulgado se le permite celebrar misa en una de las basilicas mayores de Roma?, un excomulgado es quien esta fuera de la comunion con la santa madre iglesia, ¿ un excomulgado puede recibir la comunion de manos de un Card. de la iglesia Romana?, la verdad es que nosotros podremos llamarlos como queramos, aun faltar a la caridad si es nuestra voluntad, pero lo cierto es que para Roma en estos ultimos años, este grupo dejo de ser excomulgado, al menos en la practica.
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Beatriz
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 5:56 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Cita:
[quote="alanian"]

Nos pides textos. Aquí te envío la conclusion de un estudio sobre la "Ecelsiologia del Concilio Vaticano II":

A guisa de conclusión, permítame, mi querido X, hacer un pequeño esquema que puede ayudar a comprender el nexo de los errores del Modernismo, muchos de ellos expresados en los textos del Vaticano II, y otros, aún que no literalmente expresados, sirviendo apenas para concatenación lógica entre ellos

1 – El error fundamental: la existencia de una simiente divina en el hombre
Salvo mejor juicio, considero que el error fundamental del Vaticano II, error del cual nacen, como de una raíz, todos los demás errores de ese Concilio pastoral es la afirmación de la Gaudium et Spes de que Dios colocó una simiente divina en el hombre:

“Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación. " (Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Gaudium et Spes, n* 3. el destaque es mío).

Esa afirmación de Gaudium et Spes es contraria a la doctrina católica defendiendo una tesis típicamente gnóstica.


Si alguna simiente existe en el hombre es la del pecado. Pues está dicho en los Salmos:

"He aquí que fui concebido en iniquidad, y mi madre me concibió en el pecado" (Sl. L, 7).

Todo hombre nace con el pecado original, que causa un gran desorden en su naturaleza. El hombre no tiene simiente divina en sí. El texto de Gaudium et Spes discrepa diametralmente de todo lo que la Iglesia siempre enseñó sobre el hombre.



Además de esto conviene recordar lo que el mismo Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó:

"Oídme todos y entended: No hay cosa fuera del hombre que, entrando en él, lo pueda manchar, sino son las que salen del hombre, esas son las que hacen al hombre impuro. Si alguno tiene oídos para oír, que oiga" (Mc., VII, 15).



Por tanto, el mal proviene del interior del hombre.

Luego, no hay simiente divina en él.

Quien tuviere oídos para oír, que oiga.



Y no se nos venga decir que esa simiente divina en el hombre debe ser entendida como la gracia santificante, porque esta nos es dada con el Bautismo, y sólo los bautizados la poseen, en cuanto el texto de Gaudium et Spes atribuye la existencia de una simiente divina a todo hombre.

Esa simiente divina en el hombre sería el Cristo pneumático, distinto del Jesucristo histórico. El hombre Jesús habría sido apenas un hombre extraordinario, que habría tenido una experiencia interior con la simiente divina existente en él — Cristo --, como en cualquier otro hombre. El habría sido apenas un primer hombre que alcanzó la auto-divinización por el conocimiento de la divinidad inmanente en él. De ahí, que algunos lo llamaran el Cristo. En otras confesiones religiosas esa simiente divina podría ser denominada Buda, Allah, Brahman, o cualquier otro nombre que sea.

Claro que de eso nacen el ecumenismo y el indiferentismo religioso.

Como de eso nace también, después de cuarenta años del Concilio, la Dictadura del Relativismo de que habló con tanta razón el Cardenal Ratzinger, en su sermón, en la Misa de apertura del Conclave, que lo eligió como Papa Benito XVI.

Alguno podría argumentar contra nosotros, citando la Epístola de San Juan donde se lee:

"Todo el que nace de Dios, no comete pecado, porque la simiente de Dios permanece en el, y no puede pecar porque nació de Dios. En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del demonio" (Jn. I Epist., 3, 9-10).



Repare el paciente lector que San Juan dice: "Todo el que nace de Dios" es que el tiene la "simiente divina". San Juan afirma que sólo tiene la simiente divina quien nace de Dios. En cuanto que el Vaticano II afirma que todo hombre tiene esa simiente divina.



San Juan afirma que el hombre bautizado, que "nació de Dios", que "nació del agua y del Espíritu", esto es, el hombre bautizado y elevado al orden sobrenatural es quien tiene la "simiente de Dios", esto es la gracia de Dios.



Por eso, como ya citamos, San Juan dice en el Evangelio:

“Pero a todos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios. Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que nacen de Dios*. (Jn. I, 12-13).



El Vaticano II afirma que el hombre, naturalmente tomado, tiene la simiente de Dios. Lo que identifica el orden natural con el orden sobrenatural que es un de los errores de la gnosis Modernista, condenada por San Pío X en Pascendi.



Para el Vaticano II, todo hombre, inclusive el que "nace del sangre y de la voluntad de la carne" y de la "voluntad del hombre" tiene la tal simiente divina.

Lo que dice el Vaticano II es lo contrario de lo que dice San Juan en su Epístola, y en el su Evangelio.

Aquí está la explanación de San Agustín sobre la simiente de Dios, de la cual habla San Juan en su Primera Epístola:

"‘Todo el que es nacido de Dios, no comete pecado, porque la simiente de Dios permanece en el’. La ‘simiente’ de Dios significa la palabra de Dios [Semen Dei, id est, verbum Dei], de donde el Apóstol dice: ‘Fui yo quien os engendré en Jesucristo por medio del Evangelio’ (1 Cor 4, 15). ‘Y no puede pecar, porque nació de Dios’." (San Agustín, Tractatus in Iohannis epistulam ad Parthos, Quinta Homilia, Nº 7).



Para el Doctor de la Gracia, como se ve, la "simiente divina" sería el Evangelio en cuanto medio por el cual los fieles son engendrados en Cristo. Por tanto, se trata nuevamente del principio de la vida sobrenatural en los bautizados. Y no de algo que existiría en todos los hombres, como quiere el Vaticano II.

Veamos también el Comentario de la Biblia de la Universidad de Navarra a 1 Jn 3, 6-9, que citamos, a pesar de su extensión, en razón de su extrema relevancia para esa cuestión, recuerda que: <o:p></o:p>



"Para entender bien las afirmaciones de San Juan, conviene recordar su batalla doctrinal contra los falsos maestros – los gnósticos –: estos pretendían engañar a los fieles (v. 7), aduciendo un conocimiento especial de Dios (gnosis), que los situaba por encima del bien y del mal, de manera que lo considerado por la Iglesia como pecado, era para ellos indiferente e incapaz de arrebatarles su pretendida unión con Dios.



"Delante de estos herejes, el Apóstol se hace eco de las palabras del Señor: ‘Por los frutos se conoce el árbol’ (Mt 12,33). Así, el verdadero cristiano es conocido por las obras de justicia (v. 7), o sea, por el cumplimiento de los mandamientos divinos, llevando una vida de santidad. Por eso son incompatibles con el pecado las cualidades que definen la existencia cristiana: la filiación divina – ‘quién nació de Dios’ (v. 9) –, la unión vital con Cristo – ‘quién permanece en él’ (v. 6) –, la gracia santificante junto con las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo – tal parece ser el sentido de la expresión "germen divino" (v. 9). De este modo se entiende cómo ‘quién permanece en él (Cristo) no peca’ (v. 6).



"Más aún, en cuanto ‘el germen divino permanece en él... no puede pecar’ (v. 9). Es evidente que San Juan no pretende afirmar que el cristiano sea impecable; al comienzo de la carta había dicho: `Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos (1,Cool. Lo que quiere dejar claro es que nadie puede justificar su propio pecado bajo el subterfugio de proclamarse hijo de Dios; la justicia de los hijos de Dios se refleja en sus obras, en cuanto ‘el que peca, ese es del Diablo’ (v. Cool, visto que por el propio pecado rompió con Dios y se sometió a la esclavitud del Demonio.

"La antigua herejía volvió a brotar, de alguna manera, en la nuestra época: hay quien afirme que la trasgresión de los mandamientos divinos, inclusive en materia grave, no rompe la unión con Dios, en cuanto se mantenga la ‘opción fundamental’ por El. Contra este error, el Magisterio de la Iglesia recuerda que ‘se deberá evitar reducir el pecado mortal a un acto de «opción fundamental» —como hoy se suele decir— contra Dios, entendiendo con ello un desprecio explícito y formal de Dios o del prójimo. Se comete, en efecto, un pecado mortal también, cuando el hombre, sabiendo y queriendo elige, por cualquier razón, algo gravemente desordenado. En efecto, en esta elección está ya incluido un desprecio del precepto divino, un rechazo del amor de Dios hacia la humanidad y hacia toda la creación: el hombre se aleja de Dios y pierde la caridad.’ (Juan Pablo II, Reconciliatio et Paenitentia, nº 17)." (Biblia Sagrada, traducida por varios autores portugueses para Editorial Universus y anotada por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, Ediciones Theologica, Braga, 1991, Vol. III, José Maria Casciaro (dir.), p. 728-729. los negritos son nuestros; los itálicos, del original).<o:p></o:p>





Vayamos por partes, voy a empezar con la "semilla divina" y lo he sintetizado en dos puntos (en azul mis palabras):



1) “Esa afirmación de Gaudium et Spes es contraria a la doctrina católica defendiendo una tesis típicamente gnóstica”



Se acusa al Gaudium et Spes de un error gnóstico por usar el término “semilla divina”.


Los gnósticos ascéticos y los gnósticos sexuales coinciden en su concepto del Semen: "El semen contiene el Santo Logos".


¿es lo mismo?


¿Podríamos decir también de San Pablo, que está cometiendo un error ¿gnóstico? al comparar la estatua griega “Al dios desconocido” con nuestro Dios “que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él” y, peor aún, cita a un poeta griego que dijo “porque somos linaje suyo”?


“Puesto en pie Pablo en medio del Areópago, dijo: " Atenienses, veo que sois sobremanera religiosos; porque al pasar y contemplar los objetos de vuestro culto he hallado un altar en el cual está escrito: " Al dios desconocido". Pues ese que sin conocerle veneráis es el que yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, ése, siendo Señor del cielo y de la tierra no habita en templos hechos por mano del hombre, ni por manos humanas es servicio, como si necesitase de algo, siendo El mismo quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. Él hizo de uno todo el linaje humano para poblar toda la haz de la tierra. Él fijó las estaciones y los confines de las tierras por ellos habitables, para que busquen a Dios y siquiera a tientas le hallen, que no está lejos de cada uno de nosotros, porque en Él vivimos y nos movemos y existimos, como algunos de vuestros poetas han dicho:

“Porque somos linaje suyo”

Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad es semejante al oro, o a la plata, o a la piedra, obra del arte y del pensamiento humano. Dios, disimulando los tiempos de la ignorancia, intima en todas partes a los hombres que todos se arrepientan, por cuanto tiene fijado el día en que juzgará la tierra habitada con justicia por medio de un Hombre, a quien ha destinado, acreditándole ante todos por su resurrección de entre los muertos.” Hechos 17, 22-31


¿ Lo mismo podríamos decir de Cristo que usó una frase pagana: "duro te es dar coses contra el aguijón" Hechos 16, 14 que se atribuye a las Bacantes de Eurípides ?





2) “Y no se nos venga decir que esa simiente divina en el hombre debe ser entendida como la gracia santificante, porque esta nos es dada con el Bautismo, y sólo los bautizados la poseen, en cuanto el texto de Gaudium et Spes atribuye la existencia de una simiente divina a todo hombre.”




El Papa Pío IX en «Quanto conficiamur moerore» de 1863 escribió:


“Notoria cosa es a Nos y a vosotros que aquellos que sufren ignorancia invencible acerca de nuestra santísima Religión, que cuidadosamente guardan la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en los corazones de todos y están dispuestos a obedecer a Dios y llevan vida honesta y recta, pueden conseguir la vida eterna, por la operación de la virtud de la luz divina y de la gracia; pues Dios, que manifiestamente ve, escudriña y sabe la mente, ánimo, pensamientos y costumbres de todos, no consiente en modo alguno, según su suma bondad y clemencia, que nadie sea castigado con eternos suplicios, si no es reo de culpa voluntaria.”



¿De dónde salió está afirmación? De las Sagradas Escrituras:

Romanos 2

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia (2:1-Cool.

Tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados (2:9-13).

Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio (2:14-16).

Ahora, es sabido en teología que toda obra buena para que sea meritoria y aceptada por Dios tiene que ser impulsada por la gracia divina. ¿si?


¿Alguien me puede explicar cómo un no-bautizado que observa con celo la ley natural y sus preceptos esculpidos por Dios en el corazón de todo hombre, puede alcanzar la vida eterna sin la gracia de Dios?


Tertuliano: «alma naturaliter christiana» [el alma es naturalmente cristiana, ndr.].

Lo dijo refiriéndose a personas que carecían de educación en la fe, pero que experimentaban atisbos de fe.


SI, un no-cristiano, un no-bautizado puede alcanzar la vida eterna por medio de sus obras hechas por la ley natural por medio de la conciencia impulsada por la gracia divina. Por supuesto que los obstinados que rechazan a Cristo conociéndolo y habiendo sido evangelizados, esos no se salvan. Los no-bautizados que consiguen la vida eterna son los que “sin culpa” ignoran el evangelio.


Ahora, la gracia que recibe un bautizado es gracia santificante, la gracia que pudiera recibir un no-bautizado no tengo idea qué gracia será y cito la Dominus Iesus:

“21. Acerca del modo en el cual la gracia salvífica de Dios, que es donada siempre por medio de Cristo en el Espíritu y tiene una misteriosa relación con la Iglesia, llega a los individuos no cristianos, el Concilio Vaticano II se limitó a afirmar que Dios la dona « por caminos que Él sabe ». “


Nadie puede acusar esta declaración del Vaticano II como errónea o modernista porque el Papa Pío IX mencionó la gracia que reciben los no-bautizados: “aquellos que sufren ignorancia invencible acerca de nuestra santísima Religión, que cuidadosamente guardan la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en los corazones de todos y están dispuestos a obedecer a Dios y llevan vida honesta y recta, pueden conseguir la vida eterna, por la operación de la virtud de la luz divina y de la gracia;”


Por estas razones NO me parece un error que la Gaudium et Spes atribuya una simiente divina a todo hombre, es decir la gracia a todo hombre, incluyendo a los no-bautizados. Esta es mi opinión. No lo he copiado de ningún lugar.

Una aclaración: La salvación exige la Fe y la obediencia a los mandamientos para los que hemos sido evangelizados y conocemos el evangelio de Cristo, los no-bautizados que ignoran sin culpa el evangelio es otro trato. Por eso dicen las Escrituras que al que más sabe más se le exige y al que menos sabe menos se le exige: “El que no conociéndola hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos. A quien mucho se le da, mucho se le reclamará, y a quien mucho se le ha entregado, mucho se le pedirá” Lucas 12, 48

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Beatriz
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 6:56 pm    Asunto: Re: a
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

[quote="joefer"][quote="Beatriz"]
frank luis escribió:
excelente síntesis de los puntos centrales de la nueva religión de vaticano II. Si la gente supiera quien era De Lubac, Rahner, Blondel y los peritos conciliares en general y como se entroncan con la herejía modernista condenada pos San Pío X en Pascendi, abriría sus ojos ante estas doctrina perniciosas que tienen infectada a la Iglesia de Cristo.
Monseñor Lefebvre vio perfectamente estos errores y fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos.
quote]

Esto es falso: "Monseñor Lefebvre...fue excomulgado por resistirse a someterse a ellos". Fue excomulgado por una ilegítima ordenación episcopal.



Cierto Beatriz, de hay parte la excomunión de Mons. Lefebvre, sin embargo, Mons. estaba actuando de acuerdo al derecho canonico que faculta a cualquier Obispo a conferir el sagrado orden episcopal aun sin permiso expreso de la sede pontificia cuando este en riesgo la fe, de hay que se ordenaron estos cuatro obispos, a quienes por cierto la iglesia les reconoce su autoridad episcopal, y claro estab actuando hasi por resistirse a los errores del CVII.


¿Y quién determina que esté en riesgo la Fe? ¿Un Arzobispo?

¿Y si otro Arzobispo determina que está en riesgo la Fe y ordena a otros 4 Obispos?

¿Y si 30 Arzobispos determinan que está en riego la Fe y ordena a más Obispos?

¡cuánto desearia esto el demonio!..se estaria frotando las manos de alegria y riendo a carcajadas... Sad
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CarlosR26†
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 8:41 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

A mi me basta saber que no tienen ni la mas minima y remota idea de lo que es el Ecumenismo.. con eso me doy cuenta que todos sus demàs argumentos podrian basarse en la ignorancia antes que en el conocimiento.
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alanian
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 10:12 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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Estimada Beatriz:

Aprecio en primer lugar ese esfuerzo intelectual y lo que es más, la elaboración propia. Lo lamentable es que ese esfuerzo esté destinado a jutificar lo injustificable. Porque ante todo, quiero precisar dos cosas:

1- el "antropocentrismo" o culto del Hombre es sólo uno de las novedades conciliares que se apartan de la Tradición: tambien lo es el concepto de libertad religiosa, el ecumenismo falso, la colegialidad, etc.

2- aun sin necesidad de enfrascarse en discusiones académicas, los frutos malos del Concilio están ahí: perdida de la fe, bajisimas vocaciones religiosas, etc y "por los frutos los conoceréis"

Dicho esto, prosigo con el tema que nos ocupa, visto desde otro angulo (ya no se trata de la simiente divina sino del soplo del Espíritu) pero que refiere a la misma temática:


El Espíritu Santo: de dónde viene y dónde sopla

Cuando se dice "Espíritu Santo" no se entiende un espíritu en sí, ni algo indeterminadamente espiritual, ni aún menos el espíritu del mundo. Se entiende sólo, precisamente y nada más que el Espíritu del Hijo, que es el Espíritu del Padre; por ende, un espíritu bien determinado.

¿De dónde viene? Procede del Padre y del Hijo. Procede de ellos, no Les precede; y por eso no piense nadie que Dios bajó a la tierra para borrar la enemistad entre ella y el cielo en una persona que no fue la de su Hijo, en un acto que no fue el de la enseñanza y la Pasión del Hijo, en un lugar que no fue el pueblo cuyo Señor y Rey es el Hijo.

¿Adónde va el Espíritu Santo? Hoy se repite: «El Espíritu sopla donde quiere», abusando de Jn. 3, 8, donde Jesús no habla del Espíritu Santo (lo excluyen el texto y el contexto), sino del viento: «El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu»; esto es, «la regeneración sobrenatural del hombre es misteriosa e inaferrable como el viento, pero real y reconocible por sus efectos» (Mons. Garofalo, La Sacra Bibbia, Ed. Marietti, vol. III, pág. 224, nota Cool; mas, suponiendo que Jesús dijera que el Espíritu Santo "sopla donde quiere", el Espíritu Santo sopla precisamente donde quiere: donde quiere Él, no donde quieren los hombres. Esto es: fuera de la Iglesia, para impeler hacia ella mediante gracias actuales; en la Iglesia, a fin de vivificarla por medio de la gracia santificante: «Él [el Espíritu Santo] es, finalmente, quien al par que engendra cada día nuevos hijos a la Iglesia con la inspiración de la gracia, rehusa habitar con su gracia santificante en los miembros totalmente separados de Cristo» (Pío XII, Mystici Corporis, 29.6.1943, Denz. 2288).

Que luego el Cuerpo Místico de Cristo comprenda también excepcionalmente miembros in voto, in desiderio, y no sólo miembros en acto, es una doctrina siempre creída por la Iglesia (vid. sì sì no no, ed. it., 31 de mayo de 1997).
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alanian
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 10:44 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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Con respecto al tema de la supuesta excomunion y cisma de Mons. Lefebvre:

1- Mons. Lefebvre, al consagrar obispos sin la autorizacion del Papa, lo hizo alegando el canon 1323 del codigo de derecho canonico: "no queda sujeto a ninguna pena quien , cuando infringió una ley o precepto actuó por necesidad o para evitar un grave perjuicio"

la necesidad estaba dada por la imposibilidad de perpetuar el sacerdocio integramente catolico, si no era nombrado un obispo tradicional: se le prometió su nombramiento pero para una oportunidad en que no se sabía si él iba a seguir en vida o no.

el grave perjuicio estaba dado por la disolucion de todas las obras de la Tradicion, reconocidas y elogiadas por el visitador del Papa, cardenal Gagnon: seminarios, carmelos, monasterios, colegios, universidad catolica.


Por su lado, el num 7 del canon 1323 dice que no queda sujeto a ninguna pena quien "juzgó sin culpa que concurría alguna de las circunstancias" (necesidad o perjuicio grave).

Finalmente, el canon 1324 dice que "no queda ogligado por las pena latae sententiae" (automáticas, que se aplicaron) "quien erronea pero culpablemente juzgo que concurria alguna de las circunstancias indicadas en el canon 1323 n 4 o 5 " (necesidad o perjuicio grave).


2- Mons. Lefebvre y los obispos consagrados no incurrieron pues en excomunion (valida).


3- Otro problema es la creacion por las autoridades de la FSSPX (ya muerto Mons. Lefebvre) de "tribunales eclesiasticos" para juzgar nulidades matrimoniales, los cuales son atributo de la Rota Romana (por el primado de Pedro). Alli es mas dificil sortear la acusacion de cisma. Sin embargo, haciendo un estudio canonico llegue a la conclusion de que alli no se consuma el delito de cisma por cuanto las "sentencias" de ese tribunal no tienen (a mi entender) ningun valor.

4_ Lamentablemente, de nuevo a mi entender y no me congratulo de ello para nada (al fin y al cabo, en el fondo - diagnostico y remedios a la crisis conciliar- la FSSPX esta acertada) , el no haber aceptado el ofrecimiento de regularizacion del año 2001, la hizo caer efectivamente en cisma (precisamente porque cesó el estado de necesidad) (circunstancia que fue evitada diligentemente por los padres de Campos)

5- Por esta razón y ahora mas que nunca, se hace necesaria la regularizacion. Recemos por esta intención.
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Beatriz
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 11:11 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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alanian escribió:
Estimada Beatriz:

Aprecio en primer lugar ese esfuerzo intelectual y lo que es más, la elaboración propia. Lo lamentable es que ese esfuerzo esté destinado a jutificar lo injustificable. Porque ante todo, quiero precisar dos cosas:

1- el "antropocentrismo" o culto del Hombre es sólo uno de las novedades conciliares que se apartan de la Tradición: tambien lo es el concepto de libertad religiosa, el ecumenismo falso, la colegialidad, etc.

2- aun sin necesidad de enfrascarse en discusiones académicas, los frutos malos del Concilio están ahí: perdida de la fe, bajisimas vocaciones religiosas, etc y "por los frutos los conoceréis"

.


Estimado Alanian

Solo veo que te centras en un "culto del Hombre" que no existe. Esta acusación también me parece exagerada de vuestra parte.

He colocado citas bíblicas y también Tradición con una cita del Papa Pío IX en «Quanto conficiamur moerore» de 1863. Aqui hay un progreso en teología y Uds. cierran los ojos y lo niegan a toda costa sin siquiera razonar en los argumentos que uno plantea.

Me baso en las Sagradas Escrituras, Tradición y Magisterio.

Mañana continuo con la segunda parte del texto que publicaste.

Dios te bendiga
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Beatriz
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 11:22 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:


4_ Lamentablemente, de nuevo a mi entender y no me congratulo de ello para nada (al fin y al cabo, en el fondo - diagnostico y remedios a la crisis conciliar- la FSSPX esta acertada) , el no haber aceptado el ofrecimiento de regularizacion del año 2001, la hizo caer efectivamente en cisma (precisamente porque cesó el estado de necesidad) (circunstancia que fue evitada diligentemente por los padres de Campos)

5- Por esta razón y ahora mas que nunca, se hace necesaria la regularizacion. Recemos por esta intención.


Estimado Alanian:

Estoy segura que tú amas a Cristo, a su Iglesia, a la Sagrada Eucaristía, y a la Madre de Dios, igual que yo, pero quisiera hacerte una pregunta sin ánimo de contienda :

¿Si están en contra del ecumenismo, de la libertad religiosa, de la misa actual, etc., por qué quieren regresar al seno de la Iglesia?

Estoy segura que dentro de la Iglesia Uds. seguirán criticando el ecumenismo, la libertad religiosa y la nueva misa ¿o me equivoco?

Oro por que se regularice la situación de Uds. pero oro más porque haya un entendimiento doctrinal, teológico y magisterial.

Dios te bendiga
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alanian
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 11:46 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

Estimada Beatriz:

Cita:
Si están en contra del ecumenismo, de la libertad religiosa, de la misa actual, etc., por qué quieren regresar al seno de la Iglesia?

Estoy segura que dentro de la Iglesia Uds. seguirán criticando el ecumenismo, la libertad religiosa y la nueva misa ¿o me equivoco?

Oro por que se regularice la situación de Uds. pero oro más porque haya un entendimiento doctrinal, teológico y magisterial.


Interesante pregunta. y que voy a contestar dando mi opinion personal (no compromete la de otros tradicionlistas):

La Iglesia es UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA y fuera de ella no hay salvacion. De ahí la necesidad imperiosa de pertenecer a ella, como era imperioso estar en el arca de noe (figura de la Iglesia) para salvarse del diluvio.

Ahora bien, la "crítica" que se hace es en virtud de la correccion fraterna como dice el canon 121. 3 hablando sobre los fieles cristianos:

"Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas."


El entendimiento doctrinal, teologico y magisterial se deberá hacer en la Verdad y no por mero compromiso.
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alanian
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MensajePublicado: Jue Abr 06, 2006 11:52 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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Entre las notas de la Iglesia olvidé involuntariamente Wink poner la nota de la ROMANIDAD, muy importante por cierto.
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Beatriz
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MensajePublicado: Vie Abr 07, 2006 3:29 am    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
Responder citando

alanian escribió:
Estimada Beatriz:

Cita:
Si están en contra del ecumenismo, de la libertad religiosa, de la misa actual, etc., por qué quieren regresar al seno de la Iglesia?

Estoy segura que dentro de la Iglesia Uds. seguirán criticando el ecumenismo, la libertad religiosa y la nueva misa ¿o me equivoco?

Oro por que se regularice la situación de Uds. pero oro más porque haya un entendimiento doctrinal, teológico y magisterial.


Interesante pregunta. y que voy a contestar dando mi opinion personal (no compromete la de otros tradicionlistas):

La Iglesia es UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA y fuera de ella no hay salvacion. De ahí la necesidad imperiosa de pertenecer a ella, como era imperioso estar en el arca de noe (figura de la Iglesia) para salvarse del diluvio.

Ahora bien, la "crítica" que se hace es en virtud de la correccion fraterna como dice el canon 121. 3 hablando sobre los fieles cristianos:

"Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas."


El entendimiento doctrinal, teologico y magisterial se deberá hacer en la Verdad y no por mero compromiso.


Gracias Alanian, muy buena respuesta.

Si la crítica es fraterna es bienvenida.

Oraré por esta intención.

Dios te bendiga
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Beatriz
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MensajePublicado: Vie Abr 07, 2006 1:45 pm    Asunto:
Tema: Sobre el Concilio Vaticano II
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Este es un excelente artículo de este portal: http://es.catholic.net/ecumenismoydialogointerreligioso/394/2651/articulo.php?id=28996


Autor: P. Carlos Miguel Buela | Fuente: www.padrebuela.com.ar

Integrismo conservador. ¿Una opción válida?


La única manera de hacer creíble el Vaticano II es presentarlo claramente como lo que es: una parte de la entera y única Tradición de la Iglesia y de su fe


INTRODUCCIÓN

Nos referiremos a este tema no con afán de polemizar, ni de erigirnos en jueces de nadie, ni mucho menos de herir o lastimar a alguno, sino, simplemente, con el afán de expresar nuestras convicciones.

Tampoco pretendemos hacer un examen exhaustivo de las posiciones que no compartimos, menos aún hacer notar todas las diferenciaciones que existen en la amplia gama de lo que se suele llamar "los integristas", "conservadores", etc.; gama que incluye a los lefebvristas, los meta-lefebvristas, los deponentistas, los sede-vacantistas, etc. Por ello no pretenden nuestras afirmaciones indigitar a todos ellos en la misma forma y en el mismo sentido.


PROBLEMAS PUNTUALES

A nuestro parecer cuatro son los problemas fundamentales que esgrimen los sectores conservadores contra la Iglesia de Cristo fundada sobre Pedro, a saber:


1. La reforma del Misal Romano por mandato del Concilio Vaticano II y promulgada por S.S. el Papa Pablo VI;

2. la colegialidad;

3. el ecumenismo;

4. la libertad religiosa


1. La "nueva" Misa

Ante todo, lo "nuevo", o lo reformado, es el rito, no la sustancia de la Misa que reitera el sacrificio de la Cena y perpetúa[18] el sacrificio de la Cruz, a menos que ya no se crea que el Sacerdote de la Cruz y de la Misa es el mismo Cristo, que la Víctima de la Cruz y de la Misa es el mismo Cristo, y que el Acto Oblativo de la Cruz y de la Misa es el mismo acto de Cristo. Por tanto, sustancialmente son lo mismo el sacrificio de la Cruz y el de la Misa.

Cristo celebró su Misa en arameo como lo siguen haciendo los maronitas, algunos Apóstoles en griego[19], como lo siguen haciendo los greco-melkitas, otros en copto, en armenio, en siríaco, en latín, etc. ¿Qué problema sustancial hay que el rito se haga en español, francés, inglés, alemán, italiano u otro idioma? Es evidente que la lengua no puede alterar la esencia del sacrificio de la Misa. Por eso decía Santo Tomás: "Siempre que en las palabras de cualquier idioma se exprese este sentido (de las palabras admitidas por la fe) se realiza el sacramento"[20].

También es evidente que no pueden alterar la esencia del sacrificio de la Misa las oraciones anteriores y posteriores de la consagración que no nos constan por los evangelios ni por los Apóstoles -así, por ejemplo, enim "no pertenece a la forma, como tampoco las que se dicen antes de la forma"[21]-, de modo semejante a como no afectan para la validez y licitud de las demás liturgias, a saber: I) alejandrina (etiópica y copta), II) antioquena o siro occidental (malankar, maronita, sirio libanesa), III) bizantina o constantinopolitana (greco-melquita, ucraniana, etc.), IV) caldea o sirio-oriental (malabar, caldea, etc.), V) armenia, VI) mozárabe, VII) ambrosiana, etc.

Para la transustanciación no afecta el número de genuflexiones, ni de manteles, ni de cruces, ni de velas, ni la tipografía de los misales, ni la ablución de los dedos sobre el Cáliz, ni la purificación del mismo, ni la palia, ni el dorado de los vasos, etc.

Es sabido que el sacramento sacrificial Eucarístico difiere de los demás sacramentos en que estos se hacen usando materia consagrada; por el contrario, la Eucaristía se hace consagrando la materia, el pan y el vino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, juntamente con su Alma y su Divinidad. Además, en los otros sacramentos la consagración es una bendición; en la Eucaristía "la consagración de la materia es una milagrosa conversión de la sustancia que sólo Dios puede realizar. De ahí que el ministro al realizar este sacramento no tenga más acción que proferir las palabras"[22]. Ahora bien, como las formas deben ajustarse a la realidad, mientras en los demás sacramentos las formas se refieren al uso de la materia y se profieren en la persona del ministro (ex persona ministri), en la Eucaristía la forma significa la consagración de la materia, que consiste en la transustanciación y se profiere en la Persona de Cristo que habla (ex persona ipsius Christi loquendi), para dar a entender "que el ministro no hace en su confección otra cosa mas que decir las palabras de Cristo"[23]. Por eso las palabras esenciales de la forma de la Consagración Eucarística son: "Esto es mi cuerpo", "este es el cáliz de mi sangre" (o "esta es mi sangre")[24].

En la respuesta a la cuarta dificultad del citado artículo, Santo Tomás dice textualmente: "Afirmaron algunos que el sacramento no se puede consagrar con las palabras dichas, calladas las demás, principalmente las del canon de la misa. Pero esto es evidentemente falso, ya por las palabras de San Ambrosio (De Sacramentis, L. 4, c. 4: ML 16,459) aducidas en el Sed contra: ´La consagración se hace con las palabras y frases del Señor Jesús. Las restantes palabras que se profieren alaban a Dios, ruegan por el pueblo, por los reyes, por todos. Cuando el sacerdote se pone a consagrar el venerable sacramento, ya no usa sus palabras, sino las de Cristo. La palabra de Cristo, en consecuencia, hace el sacramento´, ya porque el canon de la Misa no es el mismo en todas partes ni lo fue en todo tiempo, sino que fueron añadidas las distintas cosas por distintos individuos. Por lo cual hay que decir que si el sacerdote dijera sólo las palabras referidas con intención de hacer este sacramento, consagraría, porque la intención haría que se entendieran como dichas en la persona de Cristo, aunque no recitase las que preceden. Sin embargo pecaría gravemente confeccionando así este sacramento, por no observar el rito de la Iglesia"[25]. Se exceptúa aquí los casos de necesidad, como el de tantos confesores de la fe cuando estaban presos.

Las palabras que siguen a la esencia de la forma (de la Alianza nueva y eterna que...) son de la sustancia de la forma, como los brazos y los pies son de la sustancia, aunque no de la esencia, del cuerpo humano. Como afirmaba Contenson, "Cristo no las añadió como esenciales a la forma, sino para cerciorar por ellas a los discípulos y a los fieles de qué cuerpo y de qué sangre hablaba"[26]. Si alguien afirma que también son palabras esenciales no consagrarían los sacerdotes orientales, ya que en sus liturgias faltan muchas palabras de las usadas por los latinos en la consagración del vino. Y aunque en esas palabras esenciales -"esto es mi cuerpo", "esta es mi sangre"- "no se exprese sensiblemente la razón del sacrificio o de la efusión de la sangre de Cristo", sin embargo, se significa suficientemente, "al consagrar el vino separadamente del pan; rito que presenta la sangre de Cristo como separada místicamente del cuerpo y, por consiguiente, derramada"[27].

Decía el Angélico: "La Pasión se manifiesta en la sangre consagrada por separado del cuerpo, ya que en ella se separaron las dos cosas"[28].

Por tanto es totalmente disparatada la afirmación de algunos que niegan que haya sacrificio en la Misa por el hecho de traducir "pro multis" (por muchos) como "por todos", puesto que:

1°. Ciertamente "por muchos" o "por todos" no pertenece a la esencia de la forma.

2°. Muchas veces en la Sagrada Escritura se pone "muchos" por "todos". Es el caso del polloi griego y del rab hebreo:
a. Así, en el tema de la resurrección se pregunta Santo Tomás de Aquino si será para todos y en general. Se pone como dificultad (la 2ª) que en Dn 12,2 se dice: Muchos de los que duermen en el polvo despertaran[29], lo cual implica cierta particularización, que daría pie a pensar que no todos resucitaran. Pero a esa dificultad responde haciendo suya la enseñanza de San Agustín que expone la palabra "muchos" en el sentido de "todos"[30], lo cual "es un modo de hablar que frecuentemente se encuentra en la Sagrada Escritura"[31].

b. Polloi [perí pollon (Mt 26,2Cool] "positivamente manifiesta el gran numero de aquellos por los cuales Cristo se ofrece piadosamente, sin negar el número íntegro, es decir, que por todos Cristo soporto la muerte"[32].

c. A la objeción: "De ahí que debió decir será derramada por todos o por muchos, sin añadir por vosotros", Santo Tomás sólo responde acerca de la importancia que tiene el por vosotros (los judíos, el sacerdote y los que comulgan)[33].

d. Refiriéndose a las palabras iniciales que no forman parte esencial de la forma de este sacramento, enseña Santo Tomás: "Si se añade todos es por sobreentenderse en las palabras del Evangelio, aunque no se exprese, porque El mismo había dicho: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, no tendréis vida en vosotros (Jn. 6,54)"[34].

e. En otra parte defiende Santo Tomás que si por torpeza de la lengua se pronuncian mal las palabras de la forma, si la alteración es tal que destruye completamente el sentido de la frase, no pareciera que se realice el sacramento, pero "si la alteración no destruye el sentido de la frase, se produce el Sacramento"[35]. Las palabras que será derramada por muchos en remisión de los pecados se encuentran en Mt 26,28 y muchos equivale a la totalidad o universalidad, por eso dice Tuyá: "Los que van a recibir este provecho en Mt-Mc son muchos (po-llon). Pero esta expresión no es restrictiva a algunos, sino equivalente en varios pasajes bíblicos a la totalidad o universalidad (Mt 20,28; par.). Así, en el poema del "Siervo de Yahvé", de Isaías, que probablemente influye en esta redacción, el Mesías sufriente obtiene el merito para multitudes (rabbim), que son toda la obra redentiva (Is 53,12). Y en el hebreo postbíblico, rabbim no significa muchos, sino la multitud en general, el pueblo, es decir, todos los hombres sin distinción”[36].

3°. Tampoco hay mayor dificultad en que se traduzca por todos "porque, considerando su eficacísima virtud, debemos admitir que Cristo derramó su sangre por la salud de todos. Si atendemos al fruto que de ella (de la Pasión de Cristo) consiguen los hombres, habremos de admitir que no todos la participan efectivamente, sino sólo muchos"[37]. Ni decir "por todos" incluye que el fruto lo alcancen todos; ni decir "por muchos" incluye que la sangre de Cristo haya sido derramada sólo por algunos, o dicho de otra manera, "por todos" no excluye que la redención subjetiva sólo la alcancen "muchos"; "por muchos" no excluye que la redención objetiva se hizo por todos.

También se pregunta Santo Tomás si está permitido añadir algo a las palabras que constituyen la forma sacramental, a lo que responde que "en las fórmulas sacramentales unos dicen cosas que otros omiten. Así, mientras los latinos bautizan con la formula Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, los griegos emplean esta otra Sea bautizado el siervo de Cristo N. en el nombre del Padre, etc. Sin embargo tanto los latinos como los griegos administran un sacramento verdadero. Luego a las fórmulas sacramentales se puede añadir o quitar algo"[38]. En la respuesta a la segunda objeción dice: "Las palabras son la forma del sacramento en virtud del sentido que expresan. Por eso, cualquier adición o sustracción de vocablos que no quiten o añadan algo al sentido requerido, no destruye la esencia del sacramento"[39].

Tampoco si el celebrante dijera las palabras consacrativas como meramente narrativas -cosa que lleva a algunos nada menos que ¡a dudar de la validez de la Misa!- se dejaría de hacer el sacramento sacrificial. Así "no es obstáculo que el sacerdote las diga narrando, como dichas por Cristo, porque el infinito poder de Cristo hace que, así como por el contacto de su carne llegó una virtud regeneradora a las aguas de todas las partes de la tierra por todos los siglos futuros y no sólo a las que le tocaron, así por la pronunciación del mismo Cristo estas palabras consiguieron una virtud consecrativa dichas por cualquier sacerdote, como si Cristo presente las pronunciase”[40].

Aún si se diese el caso de que sacerdotes jóvenes desconociesen que la Santa Misa es sacrificio, tal como se afirma: “´Todos esos cambios del nuevo rito son verdaderamente peligrosos porque poco a poco, sobre todo los sacerdotes jóvenes, que ya no tienen idea del Sacrificio, de la presencia real, de la transustanciación y para los cuales todo eso ya no significa nada, repito, los sacerdotes jóvenes pierden la intención de hacer lo que la Iglesia y ya no dicen misas válidas"[41]. Solamente poseyendo el don de la cardiognosis se podría conocer que alguien no tiene intención de hacer lo que hace la Iglesia. Un hombre no puede conocer la intención de otro[42], salvo que exteriormente manifestara lo contrario: "el ministro del sacramento obra como representante de la Iglesia entera, de quien el es ministro, y las palabras que pronuncia expresan la intención de la Iglesia, que basta para la perfección total del sacramento, mientras que el ministro o el sujeto no manifiesta exteriormente una intención contraria"[43]. Y aunque los sacerdotes jóvenes -y no tan jóvenes- ignorasen lo que es sacrificio, presencia real, transustanciación, en una palabra, si no tuviesen fe en la Eucaristía, enseña Santo Tomás que la fe no se requiere en el ministro para realizar el sacramento: "Puerto que según hemos dicho el ministro en los sacramentos obra a modo de instrumento, no actúa por su propia virtud sino por la de Cristo. Y así como pertenece a la virtud propia del hombre la caridad, de igual modo pertenece la fe. Por tanto, así como la caridad del ministro no se requiere para la perfección del sacramento, puesto que, según hemos visto, los pecadores pueden también administrar sacramentos, tampoco se requiere fe, pudiendo un infiel confeccionar un verdadero sacramento, siempre que no falten los demás requisitos necesarios"[44]. Es mas, "si sucede que la falta de fe versa precisamente acerca de la verdad del sacramento que administra, aunque se figure que el rito exterior no surte ningún efecto interior, sin embargo no ignora que la Iglesia Católica intenta producir el sacramento realizando esta acción exterior, en tal hipótesis, a pesar de su falta de fe, puede tener intención de hacer lo que hace la Iglesia, aun cuando se figure que aquello no sirve para nada. Tal intención basta para el sacramento, ya que, según hemos dicho antes, el ministro del sacramento actúa como representante de toda la Iglesia, cuya fe suple lo que le falta a él"[45].

Por último, como Papa tuvo tanta autoridad San Pío V como Pablo VI, y tanto valor tuvo la Constitución Apostólica Quo primum, del 14/7/1570, como la Constitución Apostólica Missale Romanum, del 3/4/1969, en la que dice: "Queremos, además, que cuanto hemos establecido y prescrito tenga fuerza y eficacia ahora y en el futuro, no obstante, si fuere el caso, las Constituciones y Ordenaciones Apostólicas de nuestros Predecesores y cualquiera otra prescripción, incluso las dignas de especial mención y con poder de derogar la ley"[46]. Es reiterada la doctrina que enseña la obligación de observar las Constituciones y Decretos del Romano Pontífice y del Colegio Episcopal. Entre otros documentos pontificios hacen referencia a esta obligación: Pío IX: Carta Tuas libenter (21/12/1863) y Carta Encíclica Quanta cura (8/12/1864); León XIII: Carta Teste benevolentiae (22/1/1899); San Pío X: Decreto Lamentabili (3/7/1907), nn. 7-8; Pío XII: Carta Encíclica Humani generis (12/8/1950). El Código de Derecho Canónico prescribe que “Todos los fieles están obligados a observar las constituciones y decretos promulgados por la legitima autoridad de la Iglesia... de manera especial las que promulga el Romano Pontífice o el Colegio de los Obispos"[47].


2. La Colegialidad

No aceptan estos grupos la colegialidad porque, con las numerosísimas variantes que van de unos a otros, atentaría contra el Primado de Pedro, solemnemente definido por el Concilio Vaticano I[48].

La colegialidad, al igual que la "communio", de ninguna manera es una doctrina nueva, sino que desde muy antiguo era tenida en gran honor. Y rectamente entendida, no como hacen algunos "colegialistas", expresa una verdad de fe, exalta el Primado del Papa y manifiesta adecuadamente la relación de los obispos entre sí y con el Papa.

Los antiguos, tanto en Oriente como en Occidente, tuvieron conciencia de la importancia del Colegio Episcopal, y esta colegialidad se manifestaba, y esta es la base de la argumentación de la Constitución Dogmática Lumen Gentium en este punto[49], en cuatro cosas:

a. la comunión de los obispos entre sí y con el Romano Pontífice en el vínculo de la unidad, de la caridad y de la paz;
b. los sínodos particulares;

c. los Concilios Ecuménicos;

d. el rito de la Consagración Episcopal.

Consideraremos cada uno brevemente:

a. La comunión de los obispos entre sí y con el Romano Pontífice en el vínculo de la caridad, de la unidad y de la paz:

Desde la época apostólica hubo frecuentes comunicaciones entre las iglesias locales, lo cual está atestiguado por la abundante correspondencia que intercambiaban. Tertuliano da la explicación de esta communicatio a través de la cual las iglesias aseguran su unidad y su continuidad con la iglesia apostólica: "Así, pues, entre tantas y tan grandes iglesias sólo hay una, desde los Apóstoles, que sea la primera y de la cual dependen las demás. Así todas son primeras y todas apostólicas mientras con una todas prueban la unidad: la comunicación de la paz, la llamada de la fraternidad y la hospitalidad reciproca. Tales derechos no los rigen otra razón que una única tradición del mismo sacramento"[50]. También San Ireneo menciona que esta apostolicidad de las iglesias, garantía de su unidad, aparece claramente ligada al obispo, sucesor de los Apóstoles, como jefe de la comunidad local[51]. La unidad y la comunión entre las iglesias se expresa y establece por la mutua comunicación entre obispos, y su comunión aparece como una prolongación del Colegio Apostólico, fundamento de la unicidad de la Iglesia. Aunque la noción de Colegio no está aún mencionada explícitamente, es ya una realidad vivida.


b. Los Sínodos particulares:

Frente a los problemas nuevos que se suscitan contra la fe urge la necesidad de poder discernir la verdad del error. Para ello los obispos buscan ponerse de acuerdo reuniéndose en un mismo lugar. Se originan así los Sínodos regionales. Eusebio constata la existencia de estas reuniones desde la segunda mitad del siglo II[52]. También hacia finales del mismo siglo, con motivo de las controversias sobre la fecha de la Pascua, ya que algunas iglesias orientales tenían una practica diferente al respecto[53]. Los Obispos emiten un decreto aceptado unánimemente, y esto obliga al Papa Víctor a excomulgar a las comunidades de la Provincia de Asia que no quieren abandonar su práctica, y esta acción papal se inscribe en un marco colegial, lo cual manifiesta que la decisión unánime de los obispos del mundo entero reviste, a los ojos del Papa Víctor, un carácter apremiante. "En el Concilio de Arlés año 314), en el que participan treinta y tres obispos de Occidente, esta conciencia universal es totalmente explícita ya; en sus cartas sinodales, los obispos informan al Papa Silvestre de la decisión tomada, para que él la comunique a las iglesias, pues está decisión, a sus ojos, debe obligar a los fieles de todas las iglesias"[54]. Ciertamente la unidad de la Iglesia está fundada sobre Pedro, pero este no es su fundamento único: "Si piensas que sobre Pedro solo está edificada la Iglesia, te diré: ¿que haces de Juan, hijo del trueno, y de cada uno de los Apóstoles?"[55].


c. Los Concilios Ecuménicos:

Ya es explícita la noción de Colegio. Baste para mostrar esto citar la carta del Papa Celestino dirigida al Concilio de Éfeso: "Es, pues, santo y merece la debida veneración, el colegio en que ciertamente ahora debe verse reverencia de aquella, que leemos, frecuentísima congregación de los Apóstoles... Haya una sola alma con un solo corazón para todos. Cuando es herida la fe que es una, duélase, mejor aún, llore esto con nosotros todo el colegio"[56].


d. El rito de Consagración episcopal:

Ya San Cipriano alude a esta costumbre, que se remonta a la época de los Apóstoles: "... deben reunirse todos los obispos próximos de la provincia"[57]. Esto mismo fue establecido solemnemente por el Concilio de Nicea, en su cuarto canon, y comentado por el IV Concilio Constantinopolitano: "Este Santo y universal Sínodo define y establece, en consonancia con los anteriores concilios, que las promociones y consagraciones de los obispos se haga por elección y decreto del colegio de los obispos"[58].

Por los textos del Concilio Vaticano II, y los contextos, no solo no hay contradicción con los documentos del Concilio Vaticano I, sino que hay un complemento que lejos de disminuir, exalta aún más la singular y única figura del Papa. Para muestra basta un botón: la "Nota explicativa previa" al capitulo III de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium que, ciertamente es un documento conciliar (aunque no considerado materialmente), votado y aprobado en la congregación general 123, el día 16 de noviembre de 1964, y en la congregación publica final ante el Papa. Esta celebre “Nota" será todo lo insólita y grave que se quiera, pero los Padres Conciliares votaron el texto del capitulo III según la interpretación de la “Nota", que es "fuente auténtica de interpretación del gran documento conciliar"[59].


Doctrinalmente son de notar las ideas siguientes:

1. "Colegio" no debe entenderse en sentido estrictamente jurídico, como sociedad de iguales que delegan poderes al presidente. "Colegio" significa una asamblea (coetus: reunión, congregación) estable cuya naturaleza y autoridad se conoce por revelación (por eso se dice en LG 19 "a modo de colegio o congregación estable" y en otros lugares se habla de "ordo" y "corpus" refiriéndose al colegio de los obispos).


2. El paralelo entre Pedro y los Apóstoles y entre el Papa y los obispos:

a) no implica que los Apóstoles transmitan a los obispos sus poderes extraordinarios;

b) ni que haya igualdad entre la Cabeza y los miembros del Colegio;

c) sólo hay proporcionalidad entre Pedro-Apóstoles y Papa-Obispos (por eso en LG 22 no se dice "del mismo modo", sino "de modo semejante" (pari ratione).

d) no debe pasarse unívocamente del "coetus" apostólico al "coetus" episcopal.


3. La agregación al Colegio se produce por dos causas necesarias:

a) la consagración episcopal

b) por la comunión jerárquica con la Cabeza del Colegio y con los demás obispos.


4. a) En la consagración episcopal se da una participación de las funciones (munera) sagradas (se dice "funciones" y no "potestades" para evitar que alguien entienda una potestad expedita ya para el acto).

b) Para tener una potestad expedita al acto es necesario tener añadida la determinación jurídica o canónica por la autoridad jerárquica.

c) La determinación jurídica puede consistir en la concesión de un oficio particular (v. gr. los obispos que trabajan en la Curia Romana, o los que son Nuncios, etc.) o en la asignación de súbditos (v. gr. los obispos residenciales, etc.). Esto es exigido ex natura rei porque se trata de funciones (munera) que deben ser ejercidas por muchos que cooperan jerárquicamente; esto es una communio.


5. a) La communio (con la Cabeza de la Iglesia y los miembros) no es un cierto afecto vago, sino una realidad orgánica, que exige una forma jurídica y que al mismo tiempo esté animada por la caridad.

b) La comunicación de la potestad por el Papa a los obispos no se refiere necesariamente a la misma potestad, sino a "la necesaria determinación de potestades".

c) Del Colegio de los obispos, que no existe sin su Cabeza, se afirma que "es también sujeto de la suprema y plena potestad sobre la Iglesia universal"[60]. El Colegio supone siempre y necesariamente a su Cabeza. La distinción no es entre el Papa y los obispos colectivamente tomados, sino entre el Papa por un lado, y el Papa junto con los obispos por otro (sólo al Papa competen ciertos actos que no pueden poner los obispos: ordenar, convocar, promover, dirigir, aprobar el ejercicio colegial, etc., "según propia discreción”).


6. El Papa puede ejercer su potestad en todo tiempo y "ad placitum". El Colegio, en cambio, no obra permanentemente por una acción estrictamente colegial. No siempre está in actu pleno y que, con acto estrictamente colegial, no obra sino por intervalos y sólo con el consentimiento de su Cabeza[61], el Papa, que no es un extraño al Colegio, con quien los miembros deben estar en comunión y que debe necesariamente poner el acto que compete propiamente a la Cabeza (o sea, el Papa obra libre del Colegio; éste siempre y necesariamente depende del Papa).


3. El ecumenismo

Se ha dado en llamar ecumenismo a la tarea de restaurar la unidad entre todos los cristianos. La Iglesia Católica está implicada en esta tarea por vocación, no por táctica. Vocación que le viene de su Señor. De por medio hay una promesa-profecía y una oración. La profecía-promesa es que habrá un solo rebaño y un solo pastor (Jn 10,16). Hay que hacer notar que como el rebaño es visible, visible también debe ser el pastor: el Papa; mas de cien testimonios del magisterio eclesial lo testifican[62]. Y la oración, por proceder del mismo Cristo, es infalible: Que todos sean uno (Jn 17,21).

Ciertamente que hay un falso ecumenismo, o ecumenismo masónico, o ecumenismo político[63], o ecumenismo sin conversión, etc., cuyas propuesta fundamental es que todas las religiones son iguales (sincretismo, irenismo, etc.), por tanto los hombres se salvan indistintamente en cualquiera. Y este "ecumenismo" es abominable.

Pero el verdadero ecumenismo pertenece a la naturaleza misma de la única y verdadera Iglesia fundada por Cristo. La doctrina de la Iglesia Católica está bellamente resumida en el Catecismo Universal de reciente publicación. Sin necesidad de acudir a otras fuentes se refutan con él las sentencias de los antiecumenistas. Allí se afirma claramente:

a. Sólo es una y única la Iglesia fundada por Cristo[64]. La unidad de la Iglesia se fundamenta en su origen ("la unidad de un solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo en la Trinidad de Personas"[65]); en su Fundador, el Hijo de Dios encarnado; en su alma, el Espíritu Santo, que "es el principio de la unidad de la Iglesia"[66]. El vínculo de unidad es, ante todo, la caridad, que es el vínculo de perfección (Col 3,14). Pero hay también vínculos visibles: la profesión de una misma fe recibida de los Apóstoles; la celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos; la sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la concordia fraterna de la familia de Dios. Además la Iglesia de Cristo es única, "gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él"[67].

b. "En esta una y única Iglesia de Dios desde los comienzos surgieron escisiones"[68]. Pero es preciso trabajar para que quienes se han separado de la Iglesia vuelvan a ella, ya que la unidad "que Cristo concedió desde el principio a la Iglesia... creemos que subsiste indefectiblemente en la Iglesia Católica y esperamos que crezca hasta la consumación de los tiempos"[69]. Por eso la preocupación por el restablecimiento de la unión "atañe a la Iglesia entera"[70]. Pero hay que saber que "este santo propósito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de la única Iglesia de Jesucristo excede las fuerzas y la capacidad humana"[71]. Por eso hay que poner toda la esperanza "en la oración de Cristo por la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros, y en el poder del Espíritu Santo”[72].

c. "Fuera de la Iglesia no hay salvación"[73]: El Concilio Vaticano II reafirma toda la tradición anterior al respecto, es decir, que toda la salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia, que es su Cuerpo. Por eso se afirma que "esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, la Iglesia. El, al inculcar con palabras bien explícitas la necesidad de la fe y del bautismo, confirmo al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el bautismo como por una puerta. Por eso no podrían salvarse los que, sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia Católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella"[74]. Evidentemente esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa propia, no conocen a Cristo y a su Iglesia. Por eso, aunque Dios por caminos sólo conocidos por El pudiese llevar a la fe verdadera a los hombres, corresponde a la Iglesia la urgente tarea de evangelizar. Es lo mismo que afirma Santo Tomás al decir que, aunque una persona viviese aislada de todo, con tal de observar la ley natural, "Dios le revelaría, por alguna inspiración interior, todo lo que es necesario para creer, o le enviaría algún predicador de la fe, como hizo a Cornelio enviándole a Pedro"[75].


4. La libertad religiosa

Según las estadísticas publicadas en La Enciclopedia Cristiana Mundial publicada en Oxford en 1984, luego de catorce años de investigación en 212 países con mas de 600 sociólogos y demógrafos, en el mundo existían 1.433 millones de cristianos, de los cuales, 605 millones de cristianos, o sea el 42%, soportaban restricciones a la libertad religiosa. ¿Se puede ignorar esta terrible realidad mirando a otro lado?

Aquí los que condenan las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa suelen afirmar dos cosas:

a. se contradice con el Magisterio anterior, v. gr. con la Encíclica Quanta cura de Pío IX;

b. da pie para que se promueva el laicismo en todos los órdenes, en contra de la Encíclica Quas primas de Pío XI.

a. A lo primero hay que decir que no se advierte las diferentes acepciones del término "libertad religiosa". Cuando Pío IX y otros Papas del siglo pasado condenan la libertad religiosa condenan la teoría liberal que considera que los hombres no tienen obligación de buscar la verdad religiosa, mientras que cuando el Vaticano II y el Magisterio posterior promueven la libertad religiosa trabajan para que los hombres no sean coaccionados por los poderes públicos en su conciencia para practicar la religión. En el primer caso tenemos libertad de eximirse de los deberes religiosos (libertas a religione), en el segundo, libertad para cumplir los deberes religiosos (libertas ad religionem). Se trata de dos realidades distintas y, por lo tanto, el término suple de diferente modo en cada caso. Es lo que los lógicos llaman "valor de suplencia" (suppositio).

Entre otros, han tratado científicamente este tema los Padres Julio Meinvielle y Victorino Rodríguez, O.P., a ninguno de los cuales se los puede tildar de progresistas. El primero trato el tema en su trabajo La declaración conciliar sobre la libertad religiosa y la doctrina tradicional[76]. Pero no nos referiremos a su interpretación, por ser más conocido entre nosotros. Sí a la del segundo, publicada en la revista Mikael[77].

Allí expone claramente que el derecho a la libertad religiosa no se funda en las disposiciones subjetivas de la persona, como la conciencia invenciblemente errónea, ya que es un derecho natural, y por lo tanto común, universal, inalterable e inviolable, no puede fundarse en una apreciación puramente subjetiva, personal y mudable. Por eso el texto de la Declaración Dignitatis Humanae dice: "El derecho a la libertad religiosa no se funda en la disposición subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza"[78]. Es decir, lo que se admite es un derecho natural a la libertad religiosa, pero entendiendo esta libertad en el ámbito social y civil, y entendiendo el derecho en sentido negativo: derecho de inmunidad, a que nadie sea coaccionado ni impedido civilmente en su vida religiosa personal o social. El fundamento de este derecho es la dignidad de la persona de cara al poder civil: "su ejercicio no puede ser impedido con tal que se guarde el justo orden publico"[79]. Pero al lado de este especial derecho negativo de ámbito exterior la Declaración Dignitatis Humanae proclama insistentemente el deber y el consiguiente derecho del individuo y de la sociedad de buscar y abrazar la religión verdadera, que es la Católica, y de formarse una conciencia religiosa perfecta al respecto, recta y verdadera: “Todos los hombres, conforme a su dignidad, por ser personas... tienen la obligación moral de buscar la verdad sobre todo lo que se refiere a la religión. Están obligados, asimismo, a adherirse a la verdad conocida y a ordenar toda su vida según las exigencias de la verdad"[80]; "Cada cual tiene la obligación, y por consiguiente también el derecho, de buscar la verdad en materia religiosa a fin de que, utilizando los medios adecuados, llegue a formarse rectos y verdaderos juicios de conciencia"[81]; ´Todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla"[82]. Y como este derecho "se refiere a la inmunidad de coerción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y única Iglesia"[83]. Esto está en perfecta consonancia con los principios formulados por Pío XII en el discurso Ci riesce del 6/12/1953: "Primero: lo que no responde a la verdad y a la norma moral no tiene objetivamente derecho alguno, ni a la existencia, ni a la propaganda ni a la acción. Segundo: el no impedirlo por medio de leyes estatales y de disposiciones coercitivas puede, sin embargo, hallarse justificado por el interés de un bien superior y más universal"[84]. Por eso, apunta muy bien el R. P. Rodríguez, se trata del bien de la debida tolerancia, que no puede confundirse con el mal indebido tolerado.

b. La segunda dificultad, sobre la supuesta promoción del laicismo, queda refutada con el argumento anterior. Para ilustrar esto baste recordar el pensamiento incisivo y admirable, la expresión actual mas hermosa y fuerte de la realidad de la necesidad del Reinado Social de Cristo Rey, escuchada en ese día por millones y millones de personas por televisión: "¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo! Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo! Cristo conoce lo que hay dentro del hombre. ¡Sólo El lo conoce! "[85].

¿Por qué no quiere entenderse que "la doctrina social o enseñanza social de la Iglesia"[86] no es otra cosa que lo que Pío XI en Quas primas llamaba Reinado Social de Cristo?

Con distintos nombres conoce el católico su compromiso para ordenar lo temporal según Cristo, que abarca, a veces, aspectos parciales, y que algunos mal interpretan, como decíamos hace tiempo[87]. Esos nombres son:

- consagración del mundo;
- desarrollo integral;
- promoción humana;
- inculturación del Evangelio;
- promoción de la justicia;
- recta concepción cristiana de la liberación;
- defensa de los derechos humanos;
- defensa de la dignidad de la persona humana, etc.

Todas estas cosas, rectamente entendidas, no son otra cosa que trabajar por la:

- ciudad de Dios,
- ciudad católica,
- civilización cristiana,
- cristiandad,
- civilización del amor.

¿Acaso no podemos decir con Santo Tomás que esta "diversidad está mas en las palabras que en la realidad"[88]? De hecho hace pocos días Juan Pablo II dijo: "Estamos aquí para hacer realidad, inicial pero objetiva, este gran proyecto de la civilización del amor. Esta es la civilización de Jesús; esta es la civilización de la Iglesia; esta es la verdadera civilización cristiana..."[89].

¿Por qué no quieren ver el predicamento que tiene la Iglesia Católica hoy día en el mundo, en especial, el prestigio del Papado, el liderazgo mundial de Juan Pablo II, el hecho de que de los pocos Embajadores ante el Vaticano a principios de siglo, en la actualidad hay cerca de 140? ¿No es esta una manera concreta de que Cristo sea escuchado en los foros nacionales e internacionales?


PROBLEMAS DE BASE

Estimamos que existen otros problemas que son los que llevan a incurrir en las dificultades que hemos visto.

1. Así el perder de vista la indefectibilidad de la Iglesia católica por la que no sólo perdurara hasta el fin del mundo, sino que, además, no sufrirá ningún cambio sustancial ni en su doctrina, ni en su constitución ni en su culto. Lo anunció el ángel Gabriel refiriéndose a Cristo y a su Reino, que es la Iglesia: Reinará en la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin (Lc 1,32). Cristo prometió que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mt 16,1Cool, y yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Y San Pablo testimonia que la Eucaristía se celebrará hasta que El venga (1 Cor 11,26), o sea, hasta el fin del mundo.

2. Algunos de ellos caen en un error parecido al de los protestantes. Estos hablaban de la "sola Scriptura" como norma remota de la Revelación y del "libre examen" como norma próxima, destruyendo la Tradición y el Magisterio bajo el mismo principio. Aquellos parecen que tienen como norma remota a la "sola Traditio", y como norma próxima al libre examen, o sea, lo que ellos mismos dicen que pertenece o no a la Tradición, aplicando el mismo principio protestante del "libre examen" también a la Biblia y al Magisterio. Por eso, por ejemplo, están en conflicto con lo que desde siempre ha sido el corazón mismo de la Tradición, que es el Primado del Papa, desde el Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (Mt 16,1Cool, pasando por San Ignacio de Antioquía a los cristianos de Roma: "están purificados de todo tinte extraño"[90], y "preside en la caridad"[91], San Ireneo: "En ella (la Iglesia de Roma) se ha conservado siempre la tradición apostólica"[92]. San Cipriano la designa como "punto de partida de la unidad episcopal", en ella "no tiene acceso el error en la fe"[93], San Jerónimo escribe al Papa: "Sólo en Vos se conserva íntegra la herencia de los Padres"[94], San Agustín: "Roma locuta causa finita"[95], San Ambrosio:

"Donde está Pedro allí está la Iglesia"[96], San León Magno: "Así como perdura para siempre lo que en Cristo Pedro creyó, de la misma manera perdurará para siempre lo que en Pedro Cristo instituyó"[97], los padres del Concilio de Calcedonia (año 451) reciben la epístola dogmática del Papa San León I (el Tomus ad Flavianum) aclamando: "Pedro ha hablado por boca de León", el Papa Hormisdas (año 519): "En la Sede Apostólica se ha conservado siempre inmaculada la religión católica"[98], hasta el Concilio Vaticano II: "Esta doctrina sobre la institución, perpetuidad, poder y razón de ser del sacro primado del Romano Pontífice y de su magisterio infalible, el Santo Concilio la propone nuevamente como objeto de fe inconmovible a todos los fieles"[99], "Las Iglesias particulares de Oriente y Occidente... están encomendadas por igual al gobierno pastoral del Romano Pontífice, que por institución divina sucede a Pedro en el primado sobre la Iglesia Universal"[100].

Y así como, paradójicamente, los protestantes con la "sola Escritura" se quedaron sin Escritura[101], los integristas conservadores, análogamente, con la "sola Tradición" se quedaron sin Tradición.

La fe de siempre sólo se defiende con la fe de siempre. Que en una ocasión San Pablo haya reprendido a San Pedro[102], no significa que todos se crean San Pablo, ni que se viva en un estado permanente de reprensión y crítica a quien hace las veces de Pedro. El Papa San Nicolás I (858-867) enseña que "la primera Sede no será juzgada por nadie"[103], y San León IX (1049-1054), que de la Sede suprema "no es lícito a ningún hombre ni pronunciar juicio"[104] y que "como el quicio, permaneciendo inmóvil trae y lleva la puerta; así Pedro y sus sucesores tienen libre juicio sobre toda la Iglesia, sin que nadie deba hacerles cambiar de sitio, pues la Sede Suprema por nadie es juzgada"[105]

Cosa curiosa, ¿por qué no advierten que el derrumbe del comunismo en Europa Central y del Este se debe en gran parte a Juan Pablo II?[106], ¿por qué ni una palabra de la gracia que le hizo la Virgen de Fátima salvándole la vida el 13 de mayo de 1981?, ¿la Tradición no honró siempre a los confesores de la fe?

El carácter iluminista de la sistemática crítica y actitud contestataria al Papa se palpa por el recurso sistemático al llamado "incidente de Antioquia", pero nunca se recuerda que en la misma carta San Pablo dice que subió a Jerusalén videre Petrum (Gál 1,1Cool, y luego lo hizo por segunda vez para saber si no había corrido en vano (Gal 2,2).

Otro ejemplo de conflicto con la Tradición viva de la Iglesia católica, además ejemplo paradigmático del divisionismo que produce el no reconocimiento, de hecho, de la Cabeza visible de la Iglesia, y otro punto de contacto con el progresismo, es la prédica en contra del cumplimiento del precepto dominical que manda la asistencia a Misa los días domingos:

Domingo fue el día de la Resurrección del Señor, el día que se apareció a los Apóstoles en el Cenáculo y que partió el pan en Emaús. Domingo es el día en que partían el pan los Apóstoles: El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para partir el pan (Hech 20,7). Así también ha sido el uso en toda la Tradición. San Ignacio de Antioquia dice que "los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por su muerte"[107]. Y San Justino: "Celebramos esta reunión general el día del sol, por ser el día primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo, y el día también en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucito de entre los muertos"[108]. Y San Jerónimo: "El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre"[109].

b. Es ejemplo del divisionismo reinante entre sus adherentes, ya que la Misa que celebra el Papa con el 99,9 % de los obispos del mundo es calificada con muy distinta valoración, y así dicen que es:

- ilícita
- o, ambigua
- o, de dudosa validez
- o, inválida
- o, herética (protestante o semi-protestante)
- o, cismática
- o, sacrílega

c. Y digo punto de contacto con el progresismo porque estos también, con otros argumentos, inducen a los fieles católicos a la no asistencia a la Misa dominical: "si no la sienten...", "no se tienen que sentir obligados...", "es preferible cumplir los deberes del hogar...", "es el día en que la familia está en casa...", "si asisten otro día de la semana...", etc.


3. Nos parece también que hay error acerca de lo que es el Magisterio ordinario y su interpretación, porque si el Papa se equivocó en la Constitución Apostólica Missale Romanum, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, en la Declaración Dignitatis humanae, en la Nostrae aetatis, etc., ¿por qué no pudo equivocarse Pío V en la Constitución Apostólica Quo primum, Pío IX en la encíclica Quanta Cura y en el Syllabus, Pío X en la Pascendi, Pío XI en la Mortalium animos y en la Quas primas?


4. Pareciera también que se teme a la sana y homogénea evolución del dogma, como si la fe y la Iglesia no fuesen un organismo vivo -y de vida sobrenatural- que, de suyo, tiende al desarrollo. Se preguntaba San Vicente de Lerins (muerto antes del 450): "Pero tal vez diga alguno: ¿Luego no habrá en la Iglesia de Cristo progreso alguno en la religión? Ciertamente que existe ese progreso y muy gran progreso... Pero tiene que ser verdadero progreso en la fe, no alteración de la misma. Pues es propio del progreso que algo crezca en sí mismo, mientras lo propio de la alteración es transformar una cosa en otra"[110]. Ahora bien, ¿quién tiene autoridad, dada por Cristo, para decir que algo es o no de fe?, ¿los que se arrogan tal derecho o los sucesores de Pedro? Los que han estudiado este tema[111] prueban que es el Magisterio de la Iglesia el que hace explícito lo que estaba implícito. Además hay que decir que esta evolución accidental es imparable, ya que es obra del Espíritu Santo. Nos parece que no es ninguna propuesta sabia considerar que todo se arreglaría volviendo al rito codificado en época de San Pío V, que la Biblia sólo se leyera el latín, que el último catecismo católico fuera el "Catecismo Romano".


5. Subyacen, también, algunos problemas de orden filosófico, como el considerar que post hoc, ergo propter hoc (después de esto, luego es causado por esto). Y así la culpa de todos los males que se puedan ver en la Iglesia y en el mundo se atribuyen al Concilio Vaticano II, de manera parecida a como los "viejos católicos" se lo atribuían al Concilio Vaticano I.

Asimismo toman pars pro toto (la parte por el todo) y así acumulan ejemplos individuales -que si son reales ciertamente son deplorables- y sacan, luego, leyes universales. La inducción, por la cual a partir de datos particulares suficientemente enumerados, el espíritu infiere una verdad universal, tiene sus leyes[112]. El principio supremo de la inducción es que "lo que es verdadero en varias partes suficientemente enumeradas de un determinado sujeto universal es verdadero de ese sujeto universal". El segundo principio dice que cuando un término particular "suple" particularmente, no se tiene derecho, aun siendo la enumeración suficiente, de volver ese termino universal por una inferencia inductiva. Y así, por ejemplo, no es licito decir: "este pecado fue cometido por este sacerdote, aquel por ese otro... luego algún pecado fue cometido por todos los sacerdotes".


6. Llama poderosamente la atención que, al igual que los progresistas, caigan en flagrantes incoherencias. Así consideraba Mateo Liberatore la esencia del error liberal, como “inconsecuencia" y "solemne contradicción”[113]. Lo mismo decía el Card. Billot: "perfecta y absoluta incoherencia"[114]. Por ejemplo:

- en el folleto ¿Por qué la Misa tradicional en latín? ¿por qué no la nueva? afirman que hay una profecía de San Alfonso María de Ligorio que dice que, debido a que la Santa Misa es la mejor cosa de la Iglesia sobre la tierra, el demonio siempre ha tratado de privarnos de ella[115]. Y todo este folleto se escribe, precisamente, para dar las "razones" por las cuales "en conciencia no podemos asistir a la Nueva Misa"[116]. Hay grupos que asisten a la Misa hasta la consagración del pan, ya que, según ellos, no hay consagración del vino, al considerar como esenciales las palabras que siguen a este es el cáliz de mi sangre, y como pro multis se tradujo por todos, dicen que no hay consagración del vino y no hay sacrificio; en ese momento salen de la Misa y vuelven a entrar en el momento de la comunión del Corpus. Ya hemos probado la inconsistencia de esta postura. Afirmar que son de dudosa validez las Misas del Papa, de los casi 4.000 obispos y de los mas de 400.000 sacerdotes, ¿quién habrá sobre la tierra que no se dé cuenta que es un enorme disparate? “Nada más necesario para la supervivencia de la Iglesia Católica que el Santo Sacrificio de la Misa; echar sombras sobre él equivale a sacudir los cimientos de la Iglesia"[117], pero él mismo, inconscientemente, echa sombras sobre la Misa y algunos de los que se declaran sus discípulos hacen propaganda para apartar a la gente de la Misa. ¿No es esto una incoherencia? Estos tales no aman la Santa Misa, porque si la amasen, no ya 62 "razones" triviales, pero ni 1.000 dudas bastarían para trabajar en alejar a los hombres de la Misa.

- Un autor, criticando la "nueva" Misa, dice: "Mencionemos también la adopción de fórmulas tomadas de Lutero: el agregado de que fue entregado por vosotros, la formula haced esto en memoria mía"[118] Supongamos que Lutero haya usado esas fórmulas, pero antes de él las use Santo Tomás: "el sujeto que padeció... se menciona en estas palabras: que será entregado por vosotros[119]", y antes que Santo Tomás las usaron San Lucas y San Pablo. San Pablo escribe que será entregado por vosotros (1 Cor 11,24) y haced esto en memoria mía (1 Cor 11,25), y San Lucas, este es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria mía (Lc 22,19), y antes que San Pablo y San Lucas las usó Nuestro Señor Jesucristo, como consta por los mismos San Lucas y por San Pablo: ... el Señor Jesús... tomo el pan... y dijo: Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía (1 Cor 11,23). O sea que según de Brienne el mismísimo Jesucristo usó "fórmulas tomadas de Lutero". ¿No es esto incoherencia? En otro lugar critica una supuesta "ambigüedad": el que los fieles aclamen Anunciamos tu muerte, Señor... hasta que vengas en el preciso momento en que Cristo viene al altar y está sustancialmente presente[120]. Si esto es así, el mismo San Pablo cayo en esta "ambigüedad", ya que es él quien, luego del relato de la institución de la Eucaristía, recuerda a los cristianos de Corinto que cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor hasta que venga (1 Cor. 11,26).

- No es incoherencia afirmar que se debe tener siempre como punto de referencia a Santo Tomás, diciendo que "Santo Tomás no será jamás sobrepuesto por ninguna ciencia... (nuestros seminaristas) consolidan su fe a la luz del tomismo"[121] y dudar de la validez de la Misa con el nuevo rito por falta de fe de los ministros, en contra de la clarísima sentencia de Santo Tomas[122]?

- Por defender el primado del Papa se ponen contra la colegialidad, pero al mismo tiempo rebajan la autoridad del Papa reduciendo su Magisterio no sólo al nivel de las meras opiniones, sino no teniéndolas en cuenta. Así dice el P. Franz Schmidberger, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, en carta del 6 de enero de 1992: "Usted sabe mejor que nadie que todos los miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X confiesan no solamente la fe católica en toda su integridad, sino que también mantienen una adhesión sin fallas a la Sede Apostólica", pero párrafos mas abajo: "Que las autoridades romanas y episcopales confiesen nuevamente los principios contenidos en los actos del Magisterio mencionados mas arriba, y reprueben los errores que esos documentos condenan, entonces la aparente ruptura cesará por sí misma"[123]. La "adhesión sin fallas" es si "las autoridades romanas" hacen lo que ellos quieren. ¿No es incoherencia afirmar: "Pensamos que cuando el Apóstol Pablo dirigió reproches a San Pedro, lo hizo guardando y aún manifestando hacia el jefe de la Iglesia el afecto y el respeto debidos... ello no nos autoriza a despreciar al sucesor de Pedro"[124], y luego concebir y alentar bajo su inspiración dibujos irrespetuosos y caricaturescos del Papa?[125] ¿No es incoherencia culpar al Card. Ratzinger por considerar la Gaudium et Spes como el anti-Syllabus[126], o sea contraponer un documento del Magisterio reciente a uno antiguo, pero al mismo tiempo contraponen documentos del Magisterio antiguo a documentos del Magisterio reciente? ¿No es lo mismo?

- Están contra el ecumenismo porque reconocería a todas las religiones como verdaderas, pero ellos, en distintos niveles y grados, hacen su propia religión. Algunos con la no obediencia al Papa "conciliarista" o "ecumenista", otros diciendo que ha perdido el pontificado, y por tanto la Sede de Pedro está vacante (algunos sostienen que desde la muerte de Pío XII), otros afirman que aunque es hereje sigue siendo Papa, otros que debe ser declarado depuesto (Papa est deponendus), otros, que se depone al hacerse manifiesta su herejía (Papa est depositus), etc.

- Asimismo están contra la libertad religiosa, pero se toman toda la libertad que quieren en materia religiosa.


7. Por último, creo que es de señalar que no es la actitud meramente conservadora la que se opone frontalmente al progresismo. Siempre la actitud meramente reaccionaria es de poco vuelo, y, por caer en falsa dialéctica, finalmente, desarrolla al que dice combatir, cayendo muchas veces en sus mismos planteos.

La actitud conservadora se opone al progresismo como lo contrario, que "están en el mismo género". Lo que se opone al progresismo como lo contradictorio es la actitud misionera; es contradictoria la misión "en razón de la remoción, porque quita al otro", al progresismo en este caso, su característica propia que es la pérdida de la identidad católica. Así enseña Santo Tomás: “De cuatro modos algunas cosas se oponen a otras: de un modo como contradicción, así como el que está sentado a no sentado; de otro modo como privación, como el ciego al que ve; por un tercer modo como contrariedad, así como lo negro a lo blanco; y de un cuarto modo como a algo (alteridad), así como el hijo al padre. Entre estos cuatro géneros de oposición, el primero es la contradicción. La razón es porque la contradicción se incluye en todos los otros como lo anterior y más simple. Pues las cosas opuestas según cualquier género de oposición, es imposible que existan simultáneamente. Y esto sucede por el hecho de que uno de los opuestos tiene en su razón la negación del otro"[127]. Y en otro lugar dice que "algo se contrapone u opone a otro o en razón de la dependencia, y tales son los opuestos relativos. O en razón de la remoción, es decir, porque uno quita al otro. Y esto sucede de tres modos. O remueve totalmente, sin dejar nada, y tal es la negación. O deja sólo al sujeto, y tal es la privación. O deja el sujeto y el género, y así tenemos el contrario, pues los contrarios están no sólo en el mismo sujeto, sino también en el mismo genero"[128].


CONCLUSION

En primer lugar, creo que es necesario de parte de cada uno de nosotros un examen de conciencia sobre el tema, como dijo el Card. Hyacinthe Thiandoum, Arzobispo de Dakar: "Si... la Iglesia es comunión y... sus miembros son solidarios entre sí, entonces este drama es nuestro drama"[129].

Lo más lúcido que conozco para ayudar a hacer el examen de conciencia es la conferencia del Card. Ratzinger pronunciada en Santiago de Chile y en Bogotá. Allí dice que la Santa Sede, debido a su actitud de querer encontrar una solución al problema con Mons. Lefebvre, ha recibido muchas criticas, y que "es una contradicción que sean precisamente aquellos que no han dejado pasar por alto ninguna ocasión para vocear en todo el mundo su desobediencia al Papa y a las declaraciones magisteriales de los últimos veinte años los que juzgan esta postura demasiado tibia y piden que se exija una obediencia omnímoda hacia el Vaticano II... El mismo fenómeno en su conjunto no sería pensable si no estuvieran también en juego elementos positivos, que generalmente no encuentran suficiente espacio vital en la Iglesia de hoy. Debemos dejarnos preguntar en serio sobre las deficiencias en nuestra pastoral, que son denunciadas por todos estos acontecimientos... La liturgia no es festival, no es una reunión placentera... Los hombres... se sienten engañados cuando el misterio se convierte en diversión, cuando el actor principal en la liturgia ya no es el Dios vivo, sino el sacerdote o el animador litúrgico". La arbitrariedad en la fe "lleva a muchas personas a preguntarse si la Iglesia de hoy es realmente todavía la misma de ayer... La única manera de hacer creíble el Vaticano II es presentarlo claramente como lo que es: una parte de la entera y única Tradición de la Iglesia y de su fe".

"Es verdad que, en el movimiento espiritual del tiempo post-conciliar, se daba muchas veces un olvido, incluso una supresión de la cuestión de la verdad... La verdad apareció de pronto como una pretensión demasiado alta, un triunfalismo...". Esto "se verifica de modo claro en la crisis en la que han caído el ideal y la praxis misionera". De aquí que "si conseguimos mostrar y vivir de nuevo la totalidad de lo católico en estos puntos, entonces podemos esperar que el cisma de Lefebvre no será de larga duración.[130]"

En segundo lugar, hay que reconocer que los graves abusos del progresismo empujaron, muchas veces, a posiciones cada vez más endurecidas. La exacerbación del progresismo en Francia nos hace comprender la reacción contraria.

No en último lugar hay que señalar la falta de justicia y la falta de caridad de la que hacen gala, de hecho, los adalides de la renovación y del progreso, llegando al ensañamiento con aquellos que no comparten sus teorías. Históricamente los llamados "integristas conservadores" aparecen como una reacción ante las gravísimas actitudes -en la doctrina y en los hechos- del progresismo.

En tercer lugar, nosotros estamos comprometidos en la renovación en fidelidad, o lo que es lo mismo, en la fidelidad en renovación. Creemos que puede haber una sana y legitima evolución "en el mismo sentido y con el mismo contenido”[131].

Creemos que el Concilio Vaticano II puede y debe interpretarse a la luz del Magisterio anterior, como enseña Pablo VI: "Por el contrario debe decirse que las cosas enseñadas por el Concilio Vaticano II, guardando un estrecho nexo con el Magisterio eclesiástico anterior, son su continuación, explicación e incremento"[132]. En otro lugar dice: "El Concilio en tanto vale en cuanto continúa la vida de la Iglesia; no la interrumpe, no la deforma, no la inventa, sino que la confirma, la desarrolla, la perfecciona y la pone al día"[133] "Lo que principalmente atañe al Concilio Ecuménico es lo siguiente: que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado de forma mas eficaz... La finalidad principal de este Concilio no es, pues, la discusión de este o aquel tema de la doctrina fundamental de la Iglesia..."[134]. Y en el mismo sentido recuerda el Sínodo de los Obispos que "hay que entender el Concilio en continuidad con la gran tradición de la Iglesia..."[135].

Por supuesto que nos referimos a los textos finales, no al llamado "concilio Vaticano paralelo", o "Vaticano II bis", o "paraconcilio", o las interpretaciones que han hecho los peritos, o las declaraciones de clérigos, o las posibles omisiones, o la ausencia de algunas definiciones. Además, de manera especial, "las orientaciones del Concilio deben ser estudiadas, meditadas, releídas y practicadas: no sólo siguiendo los específicos Documentos conciliares, ya en sí mismos tan ricos en indicaciones y sugerencias pastorales, sino también con la ayuda de los que podemos llamar la clave sinodal de lectura del mismo Concilio, es decir, mediante las indicaciones aportadas por los trabajos de los Sínodos de los Obispos, hasta ahora celebrados, y propuestas en documentos de amplio alcance..."[136], de tal forma que sólo en la fidelidad actual y de hecho al Romano Pontífice, uno contacta y se aprovecha de la Tradición viva y verdadera, no fosilizada.

Nos conceda el Señor la perseverancia en este empeño difícil y entusiasmante. La Virgen nos proteja.


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Notas

[18] A alguno no le gusta la palabra "perpetúa"; Daniel Raffard de Brienne critica el articulo 7 de la Ordenación General del Misal Romano, que dice: "El sacrificio de la cruz se perpetúa" afirmando que "eso no quiere decir que se renueva; los protestantes admiten que el sacrificio memorial sea perpetuado" (Lex orandi. La nueva Misa y la fe, Ed. Fundación San Pío X, Buenos Aires, 1993, p.18, nota 89). Sin embargo, es usada entre otros por S.S. León XIII: "...quiso que el sacrificio consumado una sola vez sobre la Cruz fuese perpetuo. La razón de esta perpetuidad se encuentra en la Santísima Eucaristía..." (Encíclica Caritatis Studium, del 25 de julio de 1898, n° 13). ¿Será que León XIII estaba influenciado por los protestantes? ¿Lo será el Concilio de Trento, por decir lo mismo: "y su memoria permaneciera hasta el fin de los siglos" (eiusque memoria in finem usque saeculi permaneret) (Dz. 938)? El Diccionario de la Real Academia Española trae el significado de la palabra perpetua: "Que dura y permanece para siempre".

[19] Cf. San Pablo, 1 Cor. 11,23 ss.

[20] "Et ideo, cuiuscumque linguae verbis proferatur talis sensus, perficitur sacramentum" Suma Teológica, III,60,7 ad 1 (el paréntesis es nuestro). En adelante la Suma Teológica será citada S. Th.

[21] S.Th., III,78,2 ad 5.

[22] "Sed in hoc sacramento consecratio materiae consistit in quadam miraculosa convertione sustantiae, quae a solo Deo perfici potest. Unde minister in hoc sacramento perficiendo non habet alium actum nisi prolationem verborum" (S. Th., III, 78,1).

[23] "Ut detur intelligi quod minister in perfectione huius sacramenti nihil agit nisi quod profert verba Christi". (id.)

[24] Id.

[25] Id.

[26] Contenson, De divinissimo Euchar. sacramento, p. II, diss. 2,2, citado por G. Alastruey, Tratado de la Santisima Eucaristía, Ed. BAC, Madrid, 1951, p. 59.

[27] G. Alastruey, Tratado de la Santísima Eucaristía, Ed. BAC, Madrid, 1951, p. 59.

[28] S. Th., III,78,3 ad 1.

[29] Cf. asimismo Jn 5,28-29.

[30] Cf. San Agustin, De Civitate Dei, XX, cap. 24, Ed. BAC, Madrid 1978, tomo 2°, p. 719: ´Ponit aliquando Scriptura pro omnibus multos".

[31] S. Th., Supp., 75,2 ad 2: "Quod Agustinus exponit ‘multi, idest omnes´. Et hic modus loquendi frecuenter invenitur in Sacra Scriptura".

[32] Francisco Zorell, S.I., Lexicon graecum Novi Testamenti, Ed. Pontificio Instituto Bíblico, Roma, 1990, columna 1101.

[33] S. Th., III,78,3, obj. 8: "effundetur pro omnibus aut pro multis".

[34] S. Th., III, 83, 4 ad. 2: "Quod autem additur omnes, intelligitur in verbis Evangelii, licet non exprimatur: quia ipse dixerat, Io. 6,54: Nisi manducaveritis carnem Filii hominis, non habebitis vitam in vobis".

[35] S. Th., III, 60, 8 ad. 3: "non tollitur veritas sacramenti".

[36] Manuel de Tuyá, O.P., Biblia Comentada por los Profesores de Salamanca, Ed. BAC, Madrid, 1964, tomo V, p. 556. Cf. también D. G. Maeso, Ilustraciones Eucarísticas, 1957, p. 206, nota 3; y Schürmann, Zeit. Kath. Theol., 1951, 77-77 (citados por Tuyá en op. cit.).

[37] Catecismo Romano, Ed. BAC, Madrid, 1956, p. 459.

[38] S. Th., III, 60, 8 Sed contra.

[39] S. Th., III, 60, 8 ad. 2.

[40] S. Th., III, 78, 5.

[41] Mons. Marcel Lefebvre, Un Obispo habla, Ed. Nuevo Orden, Bs. As., 1977, p. 228.

[42] Cf. S. Th., III, 64, 8, obj. 2.

[43] S. Th., III, 64, 8 ad. 2.

[44] S. Th., III, 64, 9.

[45] Id., ad. 1.

[46] Pablo VI, Constitución Apostólica Missale romanum, Roma, 3/4/1969: “Nostra haec autem statuta et praecripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore volumus, non obstantibus, quatenus opus sit, Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis a Decessoribus Nostris editis, ceterisque praescriptionibus etiam peculiari mentione et derogatione dignis".

[47] C.I.C., canon 754.

[48] Cf. Denzinger 1821 ss.

[49] Cf. n° 22.

[50] De Prescriptione, 20, 6-9.

[51] Cf. Adversus Haereses, 3, 3, 1.

[52] Cf. Historia Eclesiástica, V, 16, 10.

[53] Cf. id., V, 23.

[54] Le dicen al Papa: "Unidos por el vínculo de la caridad y de la unidad de la madre Iglesia Católica... te saludamos, gloriosísimo Papa... Plugo también que se comunique a todos por medio de ti, ya que tienes las mayores diócesis... Que es lo que hayamos determinado, según común parecer, lo hemos manifestado a lo caridad para que todos sepan que deben hacer en adelante" (Epis. Synodi Arelat ad Sylvestrem Papam, MANSI: II, 469, 471).

[55] Orígenes, Comment. in Matth., XII, 10-11 (PG: XIII, 997-1000).

[56] Epist. 18, 1; PL 50, 505-507.

[57] Epist. 67, 5.

[58] MANSI, XVI, 174

[59] L´Osservatore Romano (ed. italiana) del 3 de marzo de 1965, p. 1. En lugar central preferente y en recuadro, con el título "La ‘Nota explicativa praevia´ fonte autentica d´interpretazione della Costituzione dogmatica ‘De Ecclesia’".

[60] LG, 22.

[61] Cf. LG, 22,b.

[62] Cf. Juan M. Igartúa, La esperanza ecuménica de la Iglesia, ed. BAC, Madrid, 1970.

[63] Denunciado por el Card. Ratzinger, Rev. 30 Giorni, feb. 1993, p. 67.

[64] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 811-816.

[65] Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio, 2.

[66] Id.

[67] LG, 8.

[68] "In hac una et única Dei Ecclesia iam a primordiis scissurae quaedam exortae sunt" (Unitatis redintegratio, 3).

[69] Id., 4.

[70] Id., 5.

[71] Id., 24.

[72] Id., También Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 817-822.

[73] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 846 ss.

[74] LG, 14.

[75] De Veritate, q. 14, a. 11 ad 1. Cf. también S. Th., III, q. 8 sobre la gracia capital de Cristo.

[76] Publicado como apéndice de su libro De Lammenais a Maritain, Ed. Theoria, Bs. As, 1967.

[77] Cf. Rev. Mikael, 24 (1980) p. 111-124. Tiene un trabajo más completo, Estudio histórico-doctrinal de la declaración sobre libertad religiosa del Concilio Vaticano II en "La Ciencia Tomista", 93 (1966).

[78] DH, 2 in fine.

[79] Id.

[80] Id., 2.

[81] Id, 3.

[82] Id., 1.

[83] Id., 1.

[84] AAS,
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